De niña mi orgullo era inmenso,
como las montañas
para las personas pequeñas,
pero pasé tanto tanto miedo
que al final de la niñez
lo había perdido.
Al medio siglo de vida
me pregunto si este afán
altruista que no me deja
tiempo para bailar o pintar,
o escuchar el viento,
no será mi orgullo herido.