Exactamente
no soy como tú.
Conozco el territorio
de la exposición, al límite
de la pérdida de la identidad,
y he sobrevivido.
Mi biología no comprende
la frialdad y la distancia,
la mezquindad,
el sarcasmo.
Mi mundo de miedos y de silencios
no es como el tuyo;
digamos, de otro planeta.
No es de extrañar
que desconfíes,
te incomodes,
pretendas ignorarme;
que finalmente necesites
de alguna manera pequeña
hacerme daño.
Es tu renuncia a la vida,
tu condena
de no superviviente.
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Poetisa perfecta.
Oh, gracias, Margarita! <3 Carita colorá!
Entiendo que tus palabras son en sí un poema, no? 🙂 (Si no, las refutaría! :D)
Abrazo sororo
Me ha llegado, Michelle…como saber darle fuerza, sentido y mágia!!! Gracias!!!
«No es de extrañar
que desconfíes,
te incomodes,
pretendas ignorarme;
que finalmente necesites
de alguna manera pequeña
hacerme daño.»
Me identifico con agradecimiento con todo el poema pero este fragmento lo he vivido mil veces…
Gracias!
Odette, Salam!, qué guay! Qué gran compañía! Muchos abrazos! <3