cueva_manos-10-bAl Hombre

Mano izquierda

 

No tengo mano izquierda. No sé si podrás

entenderme, mis palabras: tengo dos manos

con las que toco, rozo y abrazo el mundo,

conociéndolo, y abro ventanas, grietas,

cuevas, vanos; recojo y libero la luz,

en todos sus tonos y formas, sus intensidades.

Puedo también dejarme traspasar por ella.

Soy parte del ritmo, del movimiento,

de todo lo que no ves, entera y multidisciplinar,

universal y microscópica.

 

No puedes contenerme ni darme forma, efectivamente.

Sólo puedes encerrarme, violarme, asesinarme,

negar mi existencia, mi inteligencia, mi valor,

Sólo puedes intentar

ocultar la vida, pisotearla, enterrarla.

La vida que siempre brota, entera o de los trozos,

desbordándote, siempre,

a lo largo de siglos de violencia,

la vida que desborda y crece, existe, y no es como cuentas,

nunca es como cuentas, o imaginas, o piensas.

 

Sé una persona y ceja en tu violento empeño,

o sigue escuchando a los sabios, sus gravadas palabras de metal.

Pero es grotesco querer hacer daño a quienes piensan.

 

(Para el la colección de poemas El Hombre, la civilización monstruosa)

Anotación: Cada vez que intentan aniquilar con las insignificancias extremadamente violentas de la ideología patriarcal, me sirve para buscar cómo decirlo mejor. Acabo de escribir un poema, «Mano izquierda», para mostrar que la violencia no convence, sólo se impone, y que nunca podrán terminar con lo que no quieren ver.

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