Renazco
en cada fin,
yo,
ocupada,
volviendo a empezar
con la sabiduría
(como los estratos de la tierra)
acumulada.
Sobreviviendo
o en feliz rebeldía,
el caso es que sigo caminando,
siendo viva,
palpitando ideas e ideales,
con furia y con risa,
con mucho coraje y mucho amor,
masa buena.
No he sido lo que condenan a ser.
Tampoco lo que deseaba ser.
Pero soy otoño y primavera,
respiro,
y no estoy perdida.
« Bebés del mundo, no os dejéis Momentos de comprensión total de algo »