LA SORORIDAD: solidaridad entre mujeres.
De la política autoritaria a un nuevo ethos cultural de hacer política
En las primeras horas del 11 de marzo en Madrid, una de las actividades frenéticas era localizar a las personas más cercanas para comprobar que continuábamos estando aquí. A la par, desde Mujeres de Negro de Belgrado, Colombia, Italia, Israel y distintos puntos de España hacían la misma actividad: necesitaban saber algo de nosotras inmediatamente.
Era una asertividad que agradecimos profundamente, pero que hacía saltar las compuertas de la emotividad: nuestras amigas de Israel y Colombia que viven con el acecho de la muerte indiscriminada sobre sus talones, precisamente ellas, mujeres que viven situaciones límites de violencia sistemática y se resisten a aceptar esa realidad como única vía, estaban preocupadas por nosotras.
Las mujeres de Colombia e Italia salieron a la calle manifestándose en nuestro apoyo. Las de Nueva York se ponían a nuestra disposición para que dijéramos qué queríamos de ellas. Las de Belgrado, en plena crisis interna por la destrucción en Kosovo de iglesias ortodoxas y los enfrentamientos entre la comunidad albanesa y la no albanesa; y en Serbia, con la destrucción de mezquitas y con la ola de xenofobia hacía los albanes de Kosóvo, en sus protestas publicas nos tuvieron presentes con pancartas de solidaridad en nuestro idioma.
Todas nuestras amigas, y especialmente las que viven crisis humanitarias complejas, saben que ante éstas situaciones, una de las primeras medidas es el reconocimiento y el acompañamiento a las víctimas. Víctimas que se les arrebató la posibilidad de vivir, víctimas supervivientes con huellas en sus cuerpos, marcadas por el dolor y la tristeza; la familia de las víctimas que tendrá que asumir la pérdida de sus seres queridos, arrebatados por la barbarie e intentar reconstruir sus vidas; los testigos directos; y todo el personal que actuó en la emergencia, los municipios afectados, la población española, y la sociedad mundial que se siente indignada ante la magnitud de los hechos ocurridos.
También hemos aprendido que la recuperación psicosocial, no busca la victimización, porque ésta paraliza, incapacita a la persona para su recuperación, y que la intervención implica un acción integral que va más allá de la inmediatez de los hechos; que la solidaridad y el acompañamiento psicosocial son fundamentales, porque cuando la dignidad humana ha sido agredida, se requiere acoger a la persona afectada con respeto que va más allá de la mera atención en la emergencia, para que se pueda fortalecer y reconstruir su proyecto de vida que ha sido resquebrajado o arrebato.
A la par, otra enseñanza es la necesidad de análisis sobre las políticas que estén o hayan podido estar en el origen del factor desencadenante de tanto dolor y miedo; políticas que han acrecentado el carácter salvaje y violento de las guerras, hoy globalizadas. Es necesario revisar las políticas que están abriendo una brecha de exclusión y negación, por Políticas que han de estar encaminadas a mediar en situaciones conflictivas para encontrar vías de convivencia; a modificar actitudes y relaciones donde el respeto y la colaboración con la otra y el otro fijen las relaciones futuras, y con el objetivo de la construcción de un mundo mejor para todas y todos.
En estas líneas vamos a unir las voces y los sentimientos de todas nuestras amigas para hacer un ramillete que os ofrecemos en señal de gratitud y reconocimiento en el Día Internacional de la Mujer y la Paz. En los "altares" permanentes en homenaje a la memoria de las víctimas que la sociedad ha construido espontáneamente en los distintos escenarios del atentado, el grupo de Madrid ha dejado un mensaje y ha encendido velas en Atocha en nombre de la Red Internacional de Mujeres de Negro.
Nuestras amigas de Colombia, evocaban las enormes tragedias de hoy: "Nuestro planeta sufre una nueva herida, y la oscuridad pareciera condenarlo a la desesperanza, dejándolo a merced de los traficantes de armas y los promovedores de guerras. Hoy en España son más de 200 muertes; el 11 de septiembre de 2002 fueron 2.976 víctimas en New York; en mayo de 2002 fueron 117 muertes en Bojayá Colombia; las cifras en Iraq son escalofriantes. Las víctimas son incontables: mujeres viudas, niños/as huérfanos, mutilados, heridos. Estas guerras no tienen límites (...)".
Y su clamor permanente: "Ahora, en medio del dolor tenemos que insistir en formas noviolentas para encontrar salidas a esta encrucijada que compromete a todos los países y los pueblos. Es la hora de la solidaridad - sororidad, para cerrarle el paso al holocausto que amenaza la especie humana y al planeta. Las mujeres de la Ruta Pacífica no creemos en el poder de las armas, no creemos en los guerreros. Hacemos un llamado para fortalecer la democracia, para no cerrarle el paso a las libertades y derechos civiles, para no permitir que en nombre de la lucha contra el "terrorismo" se persiga, se encarcele y se mate (...)".
Desde Uruguay expresaban su dolor y sororidad. Se preguntaban si, ¿habrá alguna vez que se pueda actuar en nombre de la vida y no de la muerte? Dicen que "quizás los mayores responsables tienen nombres y caras conocidas". Escribieron al Presidente Aznar para que transmitiera al pueblo español sus sentimientos, dejando claro que no compartían sus ideas, y que sus palabras de solidaridad eran sólo para el pueblo español. Hicieron llegar poesías llenas de dolor, indignación y apoyo.
Desde Afganistán, Las mujeres de RAWA (Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán), en medio de la conmoción de las noticias manifestaban, "La presente "coalición mundial anti-terrorismo", liderada por el gobierno de los Estados Unidos y sus aliados, ha quedado degradada por las innumerables ambigüedades y muestras de deshonestidad en propósitos, motivación y objetivos. El gobierno de los EEUU no está actuando de forma seria en su lucha contra el terrorismo. Actualmente todos los grupos terroristas Afganos son producto de la política de los EEUU que convirtió Afganistán en la base de operaciones de los grupos terroristas más sucios y peligrosos como los Talibán o Al Qaeda cuyo germen no solo afecta a los afganos sino a otros países (...).
Así pues, RAWA hace un llamamiento a todos los individuos y organizaciones serios en lucha contra el fundamentalismo para trabajar juntos para la justicia social en el mundo y, sin vacilación, contener y erradicar, de una vez por todas, el germen del terrorismo, de modo que las tragedias de Madrid y del 11-S no vuelvan a repetirse. Atacar un país y otro con fuerzas militares nunca podrá detener a los terroristas, incluso puede intensificar el problema (...)".
RAWA lucha desde hace 2 décadas contra las bandas terroristas fundamentalistas y la injusticia social con diversos proyectos de desarrollo local, y no han claudicado en sus esfuerzos de generar alternativas y denunciar los efectos del terrorismo, pese a las adversidades y marginación a las que se ven sometidas en el día a día.
En Italia recogían el grito de la sociedad civil española de "Paz y verdad" para reconstruir un mundo de esperanza. Mantienen que la guerra no podrá romper el sueño común de un mundo que incluya la diversidad, respete la diferencia, y recurra al diálogo para resolver los problemas.
Las mujeres de Israel manifiestan su amor y apoyo a las MdN de España y a todo el pueblo español en estos tiempos difíciles. Como nosotras, las MdN de Israel piden el fin del terrorismo, la guerra y la violencia de todo tipo, venga de los gobiernos o de otros. Piden también el fin de la ocupación de Irak, Afganistán y, claro está, de los territorios palestinos.
Desde Tokio transmiten su dolor por la perdida de muchas vidas preciosas en la atentados en Madrid. Solidarizándose con la paz, piensan en esas perdidas en la marcha del 17 de marzo. ( El 17 de marzo hubo una convocatoria en la Red Internacional de Mujeres de Negro en solidaridad con nuestras amigas de Tokio. Era una jornada de recordatorio de las coreanas sobrevivientes que sufrieron esclavitud sexual por parte del ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial).
Las mujeres de Francia afirmaban la necesidad de continuar con esta terca esperanza de "Las armas a usar contra la guerra son la cultura (para comprender al mundo actual con la experiencia de los siglos pasados), la bondad (para acoger y reconocerle como semejante), la fuerza moral ( para oponerse a los dictadores y a los que generan las guerras) y la solidaridad entre nosotros (para reforzarnos en el corazón), y expresaban sus sentires " mi corazón llora con vosotras".
Todas nuestras amigas han hecho un nuevo ethos cultural de hacer política: "La sororidad", es decir, asumir de manera consciente y activa el dolor de los otros y otras en busca del restablecimiento de la vida digna, a través de una política feminista alternativa, un acto de desobediencia civil, implicándonos con autonomía con fortaleza y creatividad .
Han dicho que no quieren ser victimizadas y organizando su dolor e indignación, desde la sororidad como un estilo de vida, con nuevas formas de relacionarse han hecho una relectura de sus situaciones. Han dicho cómo ven sus problemas y han generado alternativas de vida digna para salir de ellos, posicionándose a través de la noviolencia, el derecho a la vida digna, la vigencia de la justicia y la inclusión social, y asumiendo el hoy para tener un futuro diferente.
Todas unidas a través de la Red, de forma unánime hemos sentido el dolor que se vivió el 11 de marzo, pero también hicimos presente el dolor que vive el pueblo de Afganistán, de Iraq, de Colombia, de Israel, Palestina, Chechenia, Congo, Ruanda, Sudán, Somalia, Sierra Leona, Liberia, los pueblos de la ex Yugoslavia, lo que se vivió el 11 de septiembre en Nueva York,... y muchos otros conflictos que hoy no son noticia de primera plana y otros que permanecen en el anonimato de los medios de comunicación.
Nos sentimos identificadas con todas las mujeres que desde el dolor y la exclusión, que desde sus profundas convicciones éticas feministas, se implican y encuentran caminos alternativos que permiten la reconstrucción de un mundo roto por la lógica del poder patriarcal, tejiendo nuevas formas de Ser, de encuentro, de trabajo en equipo, de coordinación, de dialogo y concertación en el horizonte de un nuevo amanecer para alcanzar la justicia y la paz. Porque estamos en nuestro derecho a soñar otro mundo diferente alimentando la esperanza desde el hacer de la cotidianidad.
Sabemos que todas tenemos mucho que aprender y todas tenemos mucho que enseñar. Por ello, desde nuestras profundas convicciones, a coro nos posicionamos:
En contra del militarismo local y global,
del sexismo,
de cualquier nacionalismo implícito o explícito,
por la resolución no violenta de los conflictos,
por el desarme y la reconversión de la industria militar,
contra el negocio de las armas,
por la libertad y la vigencia de los derechos humanos,
Por una paz justa en el mundo
y por una cultura de paz.
Desde la noviolencia y la desobediencia civil, el 24 de mayo, día Internacional de la Mujer y la Paz, manifestamos nuestro reconocimiento a la sororidad entre las mujeres.
Mujeres de Negro contra la guerra
Madrid, a 24 de mayo del 2004
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