Category: Libro del Bien


A veces te quieren mal.
No quieren que existas.
No pueden tolerar que respires:
les irrita oír tu voz, tu risa,
les agreden tus movimientos,
tus palabras. Desearían
que la población te sacara de un lugar
por los pelos, te arrastrara
a la plaza, poner de una vez por todas
fin a tu vida
que da miedo y les empuja
a la violencia.

Después, la náusea:
hablar con condescendencia de ti,
mostrar su infinita generosidad y decencia.

La maldad humana es insosteniblemente
estúpida.


Por la gente que no pudo, no ha podido y no puede decirlo.

koala2(Después de un comportamiento instintivo de pelear con otro macho, pero al ser koalas, ahora pelean más porque duermen menos y están profundamente alteradxs por los ruidos de no bosque que les toca vivir porque todo está urbanizado) «El macho recibe la recompensa de poder aparearse con la hembra»

Y por qué va a ser una recompensa? El instinto no da opciones. Las recompensas vienen de elecciones.

Y la hembra, qué «recompensa» recibe? Porque existe, aunque sólo salga en relación a ser recompensa del macho o ser recompensa dando crías. Pero el resto del día vive. Y en ocasiones está claro que no desea ser «recompensa» del macho. Eso no valdría algún tipo de observación?

Segunda escena comentable:

Un macho está forzando a una hembra, que chilla e intenta escapar porque no quiere. El macho alfa (que impera en la zona) va a por él y el documental dice: «ve a la hembra coqueteando con el intruso». !!!

En vez de decir lo que se ve: «ve a un intruso en la zona, intentando aparearse» o incluso, pues quizá lxs animales compartan más con la especie humana, pero esto dejando que es interpretación: «ve a un intruso en la zona, y que intenta aparearse con una hembra que no lo desea».

Sólo existe y tiene valor el mundo del macho. Así de simple y distorsionante es la mente patriarcal.

Siempre he podido imaginar
cómo habría sido nuestra relación.

El silencio del día, el olvido de la noche,
un consuelo porque recuerda

la inteligencia de evitar la guerra.
Pero siempre te echo de menos.

El problema de los binomios lo ubico en la ideología o los dogmas culturales patriarcales. Esquematizar la complejidad de la vida en binomios extremos que se perciben como contrarios o contendientes podría tener alguna utilidad, algún sentido, pero no puede considerarse una forma de conocimiento de la vida, pues la distorsiona.

luz y oscuridad – oh, y… blanco y negro, día y noche

hombre y mujer

Inevitablemente, en los binomios, se asocia el primer término a todos los primeros términos de los binomios que se puedan formar. (Aunque no siempre, porque asociamos «vida y muerte»: «vida» a «mujer» y «muerte» a «hombre», ¿o no? ¿Y «espiritual y material» y «materia y espíritu»?)

¿Hay algo patriarcal en asociar «luz» y «blanco» con «hombre» y «oscuridad» y «negro» con «mujer», o sería una asociación planetaria (evito la palabra «universal», por exagerada, no? 😉 )

Si introducimos

bien y mal – y… positivo y negativo

ya tenemos montado el gran escenario.

La pregunta que más huele a animal (realidad vital) es, ¿no se desarrollan nuestras vidas sobre todo en la gama inagotable de lo que no son esos extremos?

Con esto no defiendo los contenidos que se comprende que tienen esas palabras en las sociedades patriarcales (no sé si también o otras porque no conozco sociedades no patriarcales). Habrá cosas que valgan, no digo que nada valiera. Pero es una genialidad cómo el mundo patriarcal distorsiona el mundo humano al generar estas falacias biologicistas, por llamarlas de alguna manera.

Escribo esto para plantear una visión más crítica y empática sobre el tema de los binomios, porque sospecho que son una pieza clave en las distorsiones del mundo conceptual patriarcal.

Cada vez pienso con más razones que aunque existan «hombres» y «mujeres» en la especie, debemos abandonar la obsesión por reducir la humanidad a estos dos grupos y asignarles cualidades. Yo ya me lo estoy llamando la «obsesión genital» (patriarcal). ¿Qué gran importancia tiene insistir en estas identidades de género tan rígidas, cuando vemos a nuestro alrededor la diversidad que ofrece la vida en cuanto existe el mínimo margen de libertad, e incluso cuando no existe?

Incluso si tomamos la idea de complementariedad, en lugar de opuestos, ¿no es sospechosa? La complementariedad implica dependencia. Y las dependencias para sobrevivir, en la vida, no son tan primitivas como estas de los binomios que usamos continuamente.

Os pego un gráfico que me parece ilustrativo y, cómo no, par amí, espeluznante.

YIN YANG listado

 

El Sistema patriarcal, origen de los sistemas de violencia que se nos imponen en el planeta, no puede ser transformado (abandonado) sin que desarrollemos inteligencia feminista, una herramienta crítica especializada en enfrentar la violencia de este particular Sistema a través de medios noviolentos.

El feminismo (recuerdo también que con su inmenso campo de trabajo en toda identidad sexual y de sexualidad) ha generado un movimiento social increíblemente diverso que sobresale por su capacidad autocrítica y de evolucionar a partir de lo aprendido en dicha autocrítica. Debería ser un ejemplo a considerar porque ha generado la idea lúcida de que todo lo que se pretende cambiar por injusto y violento lo llevamos dentro, en nuestra ideología por defecto, la construida socialmente durante siglos y la ejecutada por los usos y costumbres que imperan en todos los ámbitos humanos.

El feminismo en su interpretación más amplia, como herramienta que cuestiona el Sistema desde la razón empática (que cuestiona directamente la clásica razón patriarcal) y que aporta alternativas que incluyen de lo más particular a lo que nos permitiría convivir en libertad y solidaridad, y como movimiento social autocrítico (cuestionándose continuamente porque continuamente se encuentra lleno de ideología que desvirtúa lo que busca y debe transformar desde dentro también), ha generado la mayor revolución social que conocemos, que está siendo además de carácter noviolento, aunque todos los cambios que genera sean percibidos como violentos. ¿Qué violencia hay en pretender que una persona (sea Hombre o Mujer patriarcales, o cualquier otra identidad), al margen de qué genitales tenga, pueda decidir libremente con quién relacionarse, si desea relaciones sexuales y con quién, si desea ayudar a personas pequeñas a crecer y desarrollarse y, o se prefiere dedicar la vida a otra actividad, si desea trabajar la tierra, investigar, estudiar, crear, razonar desde la empatía…?

Que no seamos capaces de ver que el feminismo está generando una revolución noviolenta sin precedentes es indicativo de hasta qué punto nuestras mentes son patriarcales, despreciativas de todo lo que puedan generar las mentes humanas de una de las supuestas mitades de la humanidad.

No sabemos si los genitales deberían tener el papel que han tenido en la construcción de las sociedades humanas patriarcales. Sospechamos que esto es innecesario, pues no es necesario imponer roles según genitales, ni para aprender a convivir ni si se desea generar sociedades donde cada cual pueda desarrollar su identidad, individual y colectiva-libre. Lo que sí sabemos cada vez más personas en el planeta, vivamos allí donde nos nos matan de hambre y sed, torturan (incluye la violación), encarcelan y asesinan, o donde sí nos marcan la vida así, es que hemos generado y estamos generando en todos los lugares realidades personales, compartidas, comunitarias, que demuestran que la violencia y la injusticia no son inevitables, que la inteligencia humana puede desarrollarse de otra manera. Desarrollos especialmente notable allí donde se aprecia el valor de las personas que no se imponen por la fuerza, esa más de media humanidad cuya inteligencia ha sido despreciada, ignorada, perseguida, reprimida o aterrorizada.

Una sociedad que opte por el uso de la inteligencia no puede proceder de un sistema patriarcal que no haya sido revisado y combatido a fondo, porque continuaremos reproduciendo todo lo aprendido.

El sistema patriarcal ha demostrado su profunda estupidez y violencia sobradamente, por lo que todo él, con sus subsistemas de explotación y odio, de profunda ignorancia y estupidez, no nos sirven. EL SISTEMA HA PRESCINDIDO DE LA INTELIGENCIA DE MEDIA HUMANIDAD, A LA QUE HA PUESTO A PARIR Y SERVIR, E INCLUSO DE LA INTELIGENCIA DE LA MAYORÍA DEL GRUPO PREVALENTE. ¿Cómo puede funcionar un sistema tan obtuso? Por la violencia de esos pocos, y la obediencia del resto. Mientras sigamos obedeciendo a la violencia (aceptándola y reproduciéndola) seguiremos sin darle usos a nuestra inmensa inteligencia, seguiremos sin practicar lo que nos hace seres con una mente excepcional y una empatía excepcional. ¡RECLAMA TU HUMANIDAD YA!

costreeVivir es luchar por comprender, pues si no comprendes, te pierdes en la demencia imperante, esa corriente poderosa e inmensa, y acabas creyendo cualquier brutalidad, pudiendo nombrar cotidianamente cualquier brutalidad, actuando con la mezquindad insondable de la brutalidad.

 

El miedo es un cotidiano que crece desmesurada y complejamente si no lo controlamos, por eso hay que aprender a controlarlo, y a esto se le llama valor. Crece desmesurada y complejamente por la educación que nos imponemos en los sistemas o culturas que creamos o, podríamos decir también, nos crean hasta cierto punto: la educación en identificar el hacer con el ser, y de manera extrema o englobante del todo.

En mi experiencia, el miedo se controla usando muchos recursos. Cuando hay implicada más gente, por ejemplo, puede ser a menudo más fácil controlar el miedo, por el instinto de empatía o solidaridad, reforzado en los casos en que lo esté por la consciencia de justicia, esa idea-sentimiento. Tirando de ello, puedes encontrarte haciendo (incluye «diciendo» pues el lenguaje es acción) cosas que nunca hubieras imaginado poder hacer, por tu miedo.

Cuando estás sola, sólo puedes tirar de ti. Y creo que el instinto que entra en juego, y la idea-sentimiento, es el que llamamos dignidad. Esto tiene muchas formas. Por ejemplo, en lo que es trabajar, realizar una acción que te permite ganarte la posibilidad de una vida digna con aspiraciones de felicidad (así es como está montado), se te manifiesta deseando hacerlo lo mejor posible, y no te sirve de nada engañar o hacer una chapuza, como a la gente de la picaresca innecesaria, que es una opción cobarde y desprovista de inteligencia. Tienes miedo al rechazo, a los obstáculos, a que te quieran destruir o echar, pero tienes que sacar la fortaleza de controlar ese miedo pensando que tú sabes lo que tienes que hacer, y sabes hacerlo, y haciéndolo.

Cuando estás sola, pongamos en aislamiento, por ejemplo, la gente que fue encarcelada por razones políticas, yo he escuchado y leído a muchas de estas personas hablar de que controlaban su miedo pensando que no estaban solas, que había gente luchando por lo mismo, y que no las olvidaba, que sabía de su existencia. Por eso es tan importante escribir a gente presa, la verdad.

Si estás sola porque te azota la depresión, tienes que esforzarte por sacar de dentro tu potencial de coraje, de sacudirte del miedo para controlarlo. Es cierto que las drogas ayudan, porque te hacen una compensación química, y es que la química del cuerpo tiene relación con las emociones, que no nos vienen de dios sino de nuestra mente-corazón. Pero la química no es suficiente para construirse como una persona capaz de ser valiente, es decir, capaz de controlar su miedo. hay que tirar de dignidad, y ayuda mucho comprender cosas, entre otras cosas porque puede nacerte la rabia y la furia, que son grandes emociones para controlar el miedo y superarlo, sobre todo si no te arrastran al comportamiento indigno (que es el riesgo). De ahí que en el movimiento social feminista se valore tanto este tipo de emoción, y para diferenciarla de la rabia y la furia faltas de inteligencia, yo lo llamo furiosidad feminista. Rosa Parks dice en su autobio que no la terminaba de convencer la noviolencia de Martin Luther King (entonces no se sabía que había más que esa interpretación de noviolencia) porque para ella, ante defenderse de las continuas agresiones de la gente racista blanca, era vital ser violenta, agresiva. Se refería a contestaciones que les daba, para pararles los pies. Yo a eso no lo llamo violencia, sino furiosidad. Y lo veo necesario, la verdad, una gran fuente para controlar el miedo y poder sobrevivir y vivir. Lo que se expresa con la metáfora «Poner la otra mejilla», ese concepto bíblico que se le transmite a la gente que sufre opresión, no me parece muy de la noviolencia, sino algo extraño, que quizá sea positivo en alguna situación, no lo sé, pero que ¡no puede ser una pauta de comportamiento saludable!

Luego están los truquillos varios. Cada cual tiene que buscárselos. Pequeños apoyos que ayudan, porque el miedo no es una cosa total y absoluta. Como en la vida, está llena de grados y eso es muy relevante para la posibilidad de controlarlo.

También hay que saber, pienso, que el miedo puede congelarnos en ocasiones, y que eso no significa que no podamos controlarlo nunca. Es bueno entrenarse a controlar el miedo. En los años 80 en el mundo de la noviolencia en situaciones de guerra teníamos entrenamientos semanales llamados sociodramas, donde reproducíamos situaciones de violencia que podríamos enfrentar, como en teatro, intentando creerlas reales, para aprender y entrenar en controlar el miedo. Cuando yo era tutora en secundaria, intentaba también generar sesiones de reflexión sobre qué hacer si intentan violarte, porque a mayor número de escenarios que imagines, de cosas que puedes hacer que imagines, pienso que te preparas mejor para que se te ocurra alguna, para que puedas hacer alguna si llega la situación. O quizá incluso hagas otra que nunca pensaste, pero haber entrenado pienso que ayuda mucho a ser una persona de recursos. Desgraciadamente, la cultura nos imbuye la superstición de maneras muy sibilinas, y era todo un obstáculo para poder montar una clase sobre eso porque el sentimiento supersticioso le decía a las estudiantes que si lo pensaban, facilitaban que ocurriera, algo falso que nos enseñó la religión diciéndonos cosas como que pensar algo era igual que hacerlo, pongamos pensar que quieres que se muera un torturador o pensar en tener sexo con alguien que no lo vas a tener porque sabes que se generaría un desastre emocional o algo. No es lo mismo hablar de la violación e imaginar qué puedes hacer en determinados escenarios, que provocar que te violen. Y bueno, en este tema, ya se sabe, que te violen es algo que no depende en absoluto de quién eres y qué haces, no depende de ti.

Pensar y comprender, analizar y buscar, a mí me han ayudado en muy diferentes grados y todos importantes, a controlar mi miedo. Es una labor continua porque el miedo es algo cotidiano en un mundo humano tan violento en todos los ámbitos. No hay que despreciar los usos que podemos darle a la inteligencia, que son muchos más de los que la cultura nos cuenta.

¡A confiar en nuestra inteligencia! No te dejes acutar «natural», pues es todo por defecto cultural. ¡Construye tu valor! Cuando entiendes ciertas cosas es siempre un suavizamiento del pedregoso camino.

Llamo ‘política’ a la capacidad de convivir aportando al bien común (ejerciendo la empatía, el altruismo) y respetando la libertad individual (ejerciendo el respeto a tu particular identidad).

La inocencia está mal interpretada (distorsionada) por la cultura patriarcal, tan obsesionada en promocionar e imponer las peores cualidades de las que somos capaces las personas para su construcción y perpetuación de un mundo de innumerables violencias, enemigas de la inteligencia.

Un hecho a la mano de cualquier persona, que construye política y combate el sistema, es la capacidad de plantearse una acción desde la confianza en las otras personas. Esto no equivale a ser boba. Equivale a no dejarse atrapar por los valores del sistema (patriarcal). Equivale a entablar una lucha radical que si equivocada no habrá generado violencia. El sistema nos enseña a desconfiar. Y como es un sistema basado en falacias biologicistas –es decir, mentiras que nos dicen que todo esto es «natural» lo que además se usa como sinónimo de «inevitable» (como esa forma de tortura de género que es la violación en el patriarcado)– nos enseña que desconfiar es lo que nos ayuda a sobrevivir en el medio. Nada más lejano a la realidad humana. Ha sido la colaboración y la empatía y sus formas (la solidaridad, el amor) lo que nos ha proporcionado los hechos humanos de más valor para cada persona y para el conjunto, además de para el planeta que nos acoge, con todas sus formas de vida (que además, demuestran que la vida no puede ser reducida al sistema patriarcal de sexo ni de género, tan patéticamente bíblico o irreal, contrario a la realidad).

Aunque una persona crea que las otras reaccionaran de manera violenta, en lo que hay que trabajar el «problema» es en cómo poder confiar protegiéndose (si hemos constatado en nuestra experiencia -y no por lo que se oye- que la gente tiende a comportarse con violencia en general, con o sin «motivos»), y no en renunciar a confiar y acatar el orden de la guerra.

Confiar es honorable, contiene la dignidad humana. Las actuaciones desconfiadas ante los comportamientos de las personas, por muy fundamentados en experiencias anteriores, conllevan una reducción de libertad, un acatamiento de un orden del mundo que es patético por basarse en la falta radical de inteligencia, del uso del potencial humano para ese universo de inteligencia al que el sistema nos fuerza continuamente a renunciar.

De día todo es luz.
Como una estrella de fuego
las zanahorias me llaman.
Las engullo ávida y cambio la piel
que cae como papel gastado
porque la nueva vibra de alegría.

De noche en las cavernas
azul cobalto en sombra de mi mente humana
se escuchan los torrentes subterráneos
del llanto y llanto y la pena y el desamparo,
pero se llevan lo perdido.
Arreglo mi muerte, me abandona una amiga.

En el desayuno,
junto al zumo de naranja y el café
con el azul intenso celeste estallando
sobre el pueblo y sobre el mar
descifro mis sueños
comprendiendo
la conclusión de dos décadas
y la vuelta de mis pies,
más viejos, más sabios, más libres.

El problema de la edad madura
es que la cultura ya ha conseguido generarte
algún tipo de enfermedad mental,
aunque si hay suerte,
o en la mayoría de los casos,
y gracias a las rutinas
de eso que se llama tradición
(a veces se confunde con sumisión,
a veces no),
se puede llevar la vida Normal,
máscara de salud y sensatez,
que no vida racional y solidaria.

Siendo totalmente sincera,
de lo anterior he de excluirme.
Tengo una cualidad, un rasgo atípico,
y constato que he sido machacada por ello
en el mortero de la masa y las relaciones,
y también de la familia y la amistad:
cada vez que la vida muerde,
o la insistencia de la cultura me deforma una fibra,
un músculo, un hueso, el tuétano,
a diferencia de lo que hace la mayoría,
yo lo nombro,
me siento y me miro en el espejo,
lo confronto, lo busco,
lo observo y analizo, acepto
la batalla con una valentía inconsciente
y curiosamente
desde un ideal de altruismo,
como si luchar por mi salud
fuera luchar por mi felicidad,
fuera luchar por un mundo más justo,
y es por eso,
que finalmente conservo la cabeza,
la cabeza corazón, a diferencia
de otras personas de mi edad
que la pierden en parte, sea evidente o no.

El mito de la juventud está en que entonces
no sabes que la cultura destruye a las personas,
no sabes lo que nos hace la cultura,
desconoces sus crímenes contra la humanidad.
Y la esperanza revolucionaria,
de llevar los ideales a la vida cotidiana,
está en seguir los pasos de quienes
tienen ese valor,
de mirarse con la mirada de pintora,
la que ve lo que tiene delante y lo transforma,
la que mira como una mujer de ciencia o de filosofía,
buscando explicaciones y conexiones,
como activista social, que ama y luego revoluciona.

Quien puede mirarse puede verse,
es una persona madurada –como la fruta
más arómatica y dulce siguiendo las estaciones–,
salvada del sobresalto y la insidia de la tara
por una fidelidad a la comprensión
de lo que existe y es,
y un amor inagotable y pasional
a lo que se imagina
porque se echa de menos.

(Yo veo este concurso siempre que me acuerdo, y noto vacíos, y cosas por los pelos, pero «Bueno!» Pero esto… Es decir, hay días…)

El problema de la educación patriarcal es lo profundo que llevamos dentro el entender que las mujeres son seres humanos de segunda, que no merecen el mismo respeto.

La gente que concursaba tenía que contestar qué director había dicho una frase. La frase era de Hitchcock, conocido misógino y confeso misógino además, y consistía en su respuesta a una pregunta de una actriz, sobre cuál era su mejor lado. El director le contestó que aquel en el que se sentaba, algo así. Juanjo, la voz en off del programa, y la autoridad en conocimiento, comentó que como Hitchcock era «un caballero» no había desvelado de qué actriz se trataba. Y todos encantados con cuánto se aprende.

La primera pregunta, desde una inteligencia feminista, es decir, autocrítica (y crítica), es por qué eligen esa cita de Hitchcock en un programa para aprender cosas. ¿Qué tenemos que aprender? ¿A perpetuar la tradicional falta de respeto patriarcal a las mujeres?, ¿que un hombre puede hablarle así a una mujer, con esa falta de respeto, y además desde una posición que tradicionalmente ha ubicado a las mujeres literalmente a merced de ellos? Las actrices, puro objeto sexual al que hay que usar y desde luego de las que hay que abusar con normalidad, pues en el fondo, es lo que piden, las muy zorras.

La segunda pregunta es, ¿cómo puede serse «un caballero» por difundir tal «anécdota» por no desvelar quién fue la víctima o el objetivo de tal falta de respeto? ¡Y cuánta falsedad hay en esa supuesta caballerosidad, que toda la industria de cine lo sabría! Da náusea ética, la verdad. Es algo que se cuenta para reírse de la persona objeto de la burla, no «caballerosidad» — esa versión supuestamente amable del Hombre.

Lamentable. Deprimente, que salga algo así con esa buena acogida (lo que habría dado yo por estar concursando en ese momento), en un programa de entretenimiento que hace uso de la curiosidad por la cultura general.

Propondría que contrataran a una persona con inteligencia feminista, para formar parte del equipo de documentación y similares. Porque no se superan siglos de lavado de cerebro sólo «siendo majos». Hay mucho que plantearse. En todos los lugares debería haber un comité asesor de personas con inteligencia feminista, para que progresáramos algo más rápido, que ya pesan los siglos de ninguneo y abuso.

Y claro, mi crítica certera, inteligente, indudablemente constructiva podrá recibir el mismo desprecio que aquella actriz, en este caso, porque es una crítica feminista, y ya se sabe, las mujeres, son todas unas zorras, inferiores en lo que a capacidad intelectual se refiere. En realidad, sólo SIRVEN para algo si tienen un buen culo, la verdad.

(De cíberconversaciones con mis cíberamistades! Pompitas de amor!!!)

Más sobre identidad. Por ejemplo, el otro día me puse en palabras algo sobre mi identidad, y pensé: lo cuento y nadie me creería. No me entenderían, no me creerían. Es demasiado ajeno a todo lo que prevalece y se impone continuamente. Todo esto lo digo a mi pesar, claro, nunca he querido ser «original» sino justamente comunicarme y poder convivir. Bueno, allá voy, por si alguien comenta:

Estaba yo teniendo una mala discusión con una persona en el muro de mujerpalabra. Yo sabía que no estaba siendo paciente, y estaba siendo cruda. Y entonces convoqué «mis apoyos», es decir, cité a algunas personas que suelen participar en debates, por si querían leer y comentar. Y ahí estamos: que me dieran la razón no era el tema, el apoyo yo lo sentí cuando la gente se pasó y comentó, no por lo que dijera. Porque aquí viene la cuestión crucial de identidad que no se entiende en el mundo general:

hay gente que prefiere saber a que le den la razón.

Claro que si quienes opinan ven que tu análisis les gusta y sirve, eso es una gran alegría, y un alivio, pero si no fuera así, si estuvieras equivocada, sería triste que te dieran la razón, y por un tercer lado, si no opinan lo suyo, te quedas sin saberlo.

La cuestión de fondo es que el hecho de que te importe más saber que que te den la razón indica hasta que punto estás evolucionando hacia la superación de la violencia y la guerra. Pero cómo lo explicas. Yo lo veo así, y será así? No lo sé, pero me parece una buena idea!

No sabes quién soy. Y no es porque «ni yo misma» lo sepa. No es porque yo carezca, me equivoque, no sepa… Estoy viva y aprendo, porque respiro y evoluciono. Cómo es que sabes qué pienso, que soy, al punto que lo sabes, con esa convicción.

Y cuando digo que toda la mierda que combato en el mundo la llevo dentro significa algo inteligente, real. No es una frivolidad, una tontería. Soy todo lo que las culturas humanas me imponen, y lo que elijo de las culturas humanas, y lo que imagino y lo que puedo llegar a ser. Entiendo que no entiendas, hay que esforzarse un poco, en lugar de subestimar a quien se expresa.

Pondré un ejemplo: soy misógina por tradición, pero he sido capaz de comprender los derechos humanos, por lo que respiro yo y por cómo pretendo tratar a otras personas, por lo que he sido capaz de desarrollar inteligencia feminista, lo que siendo misógina y siendo capaz de ser pensadora feminista resulta que arroja una «opinión» excepcionalmente «informada», no desde la teoría de la tradición en evolución teórica desde el poder y el estatus, desde eso que contengo a pesar mío y desde las ideas y las vivencias y cómo las vivo y pienso e IMAGINO, desde la realidad construida social, la realidad construyente individual y los ideales. Por eso mi comprensión del mundo tiene profundidad y es importante para la especie. Y esto nada tiene que ver con la identidad del poder y estatus, esas biblias que se imponen a quienes necesitan estatus que les diferencia de la masa anónima.

Epílogo

Relacionarse con la gente es ser una mosca atrapada entre cristales, siempre golpeándose contra los límites de identidad que te impone todo el mundo.

Por eso la gente que necesita la libertad como necesita el aire acaba retirándose de las relaciones. No hay quien aguante tal afán de no escucha, de no convivir, tal obsesión por decirle a otra persona lo que es y no es, lo que debe ser y no debe ser, hacer, decir. A confundir, lejos de aquí.

POBLACIONES Y LUCHA NOVIOLENTA

Por michelle renyé (mujerpalabra.net, 2013)

La lucha noviolenta es algo que las personas llevamos haciendo siglos pero que no ha conseguido ser visibilizada en nuestras consciencias culturales porque el patriarcado  ha borrado sistemáticamente los rastros de su existencia, como ha hecho con la inteligencia y la sexualidad de las mujeres, con todas sus aportaciones a la construcción de vida buena. Pero la música siempre se ha podido oír. Y las mujeres hemos sobrevivido como seres inteligentes y no vamos a aceptar esta situación más. Sabemos, además, mucho sobre la lucha noviolenta, por toda la violencia que hemos recibido en todos los ámbitos, por ser mujeres, y por haber tenido culturalmente prohibida el uso de la violencia. La mente es humana, pero de los papeles impuestos hemos aprendido cosas específicas.

La lucha noviolenta en la actualidad es una opción política (de actuación para la construcción social) y ética (de racionalidad empática), aunque el patriarcado tradicionalmente la haya identificado sistemáticamente con religiones y espiritualidades patriarcales, de ahí que la población general sólo sepa de figuras como los líderes espirituales Martin Luther King y Gandhi. Sin embargo, ya contamos con información sobre luchas de las personas y poblaciones en el pasado y ahora, innumerables ejemplos de luchas noviolentas, y tenemos que conocerla y difundirla para seguir evolucionando por ese camino.

La lucha noviolenta permite la participación de todo el mundo, alienta la creatividad y la cooperación, el trabajo en equipo, desarrollando por tanto nuestra inteligencia y nuestra capacidad de construir sociedades menos violentas e injustas, pues los medios asumen el fin, luchamos de maneras revolucionarias, que no reproduzcan la violencia del sistema combatido. La lucha noviolenta es por tanto más barata en todos los sentidos, e igualitaria o no jerárquica por naturaleza, ya que toda participación es vital.

El problema de la violencia no lo han resueltos las soluciones de violencia, son siglos de pruebas al respecto. Las soluciones violentas sólo han intensificado y diversificado la ejecución de la violencia. Necesitamos dar el paso para aislar a los violentos como poblaciones del planeta que reclaman un mundo respetuoso con la naturaleza y con todas las personas, como empezamos a entender en el siglo 20 al dar con la noción de derechos humanos.

Debemos desechar la Razón patriarcal y apostar con toda nuestra inteligencia por la razón empática, pues la noción de justicia no es aplicable sin entender que el sentimiento y la razón nacen ambas en la mente humana y no pueden ser separadas.

Vi la copa de vino blanco sobre la mesa, pero no podía dejar de trabajar. Estaba agotada y sin embargo seguía leyendo, sopesando, evaluando. Cuando sobrepaso el límite del cansancio, la sobreexcitación intelectual puede ponerme difícil el poder detenerme a descansar.

Sin embargo, en la tele, de pronto me estrellé con una obra de arte. Me llegó bronco y rotundo el aullido del viento del campo inglés, cargado del aroma del seco tomillo y de la tierra mullida húmeda. Era una historia de amor en un mundo enemigo del amor, y sin dejar de oír el viento raspando entre el brezo me senté a la mesa a cenar con A., que se sentaba en aquel momento, al tiempo sentándonos los dos.

cumbresborrascosasUna película del siglo 21 que, a través del sonido y la fotografía, había captado algo fundamental, áspero y salvaje, de un libro escrito en el siglo 19. No hablo de la historia precisamente, más de la vivencia.

Como me tengo cerca, exploro el oscuro universo de mi mente de cuando en cuando, por ejemplo, a veces los sueños, para ver si allí puedo encontrarme con mis muertas, porque tengo muertas y no soy creyente, a veces es demasiado duro echarlas de menos. No he logrado nada de lo que imagino sería posible aún, pero también es cierto que no soy metódica. El método, espero, lo podré aplicar si llego a la edad anciana, cuando deje de distraerme con todo y con nada. El otro gran viaje a mis oscuridades y centellas lo he hecho en busca de una comprensión del impulso creativo, de cuándo la comprensión de algo establece conexiones desconocidas y además sorprendentemente encuentran expresión precisa, y las palabras fluyen como si te fuera en ello la vida.

Durante la cena le conté a A. lo que estaba comprendiendo entonces del amor y de la guerra, como el rayo me llegó la comprensión de los cinco minutos de Amanda, y en sus ojos, los de A., que me escuchan callados e intensos, como en un espejo, vi que el alcohol había aguzado mis sentidos y mis capacidades, y que era interesante. Creo que me perdí el segundo plato porque volé al ordenador, y me puse a escribir en esa casa que comparto en el cíberespacio.

La cuestión es ésta: varios crímenes de la guerra no han llegado a los libros de los padres. No están las torturas indescriptibles a mujeres, y no están (y nadie las echa de menos salvo sus protagonistas que, inexistentes para el resto, es decir, enterradas por el resto, guardan silencio) son las historias de amor que no fueron. Como si no importaran.

Sólo importa probar continuamente que amar es sufrir, que amar es sacrificio. No importa nunca nada que amar no sea más que amar, algo positivo que somos capaces de vivir y generar.

Si no protegemos el amor, ¿cómo vamos a dejar de fomentar la violencia? ¿Es falta de inteligencia, o es que no sabemos amar ni queremos aprender porque nos falta ganas de vivir, coraje para vivir?

cumbres-borrascosas-wuthering-heights-018

Cuando las mujeres de Greenham demostraron que con acción directa noviolenta, es decir, sin dinero, sin armas, usando meramente su cuerpo, su empatía, su inteligencia, se podía poner en jaque la seguridad de una base aérea militar europea llena de misiles mortíferos y que costaba lo que permitiría vivir con dignidad a millones de personas, la interpretación de la gente sin conciencia social ni autocrítica fue que unas sucias odia-hombres lesbianas estaban dándole mala fama a la región.

Cuando las mujeres de Femen se ha puesto a usar sus propios cuerpos semidesnudos en acción política y social noviolenta por la justicia, ofreciendo un contenido muy distinto a Las Mujeres Desnudas que usa el patriarcado incluso en los programas familiares para sus violento adoctrinamiento de lo que es y para lo que sirven las mujeres, así como para amasar dinero y dinero que acumulan unos pocos, la interpretación de la gente sin conciencia social ni autocrítica es que son unas zorras locas con ganas de llamar la atención.

Cuando las mujeres exigen ser nombradas es ridículo e irrelevante, no surrealista y grotesco que se vean obligadas a hacer algo que sencillamente es pedir que se ejerza una mínima educación en la convivencia, nombrando adecuadamente a una persona.

Listad ejemplos y aplicad la mente-corazón, la razón empática. ¿Cómo han interpretado hechos inteligentes, de lucha social de las mujeres? ¿O es mejor abandonarse a esta idea…?: ¡Cómo van a ser las mujeres protagonistas de lucha social contra la violencia y la injusticia? Quienes luchan, en el patriarcado, son sólo los hombres, y eso se hace destruyendo, no construyendo.

Todo lo que hace una mujer, para la gente sin conciencia autocrítica y social, es excesivo, estúpido, exagerado, improcedente, irrelevante, como mandan los patriarcas, por eso el Hombre debe controlarlas. ¡! ¡Los encargados ejecutores de tal catálogo de violencia que no cabe en la cabeza! ¡¿Pero es que seguiremos con la cabeza perdida otro turno de siglos más?!

Así de hondo impacta la ideología patriarcal a quienes no quieren desarrollar la inteligencia a través de evolucionar a una conciencia social y autocrítica, para poder participar en la construcción de un mundo INDUDABLEMENTE ¡mejor que éste!

¡Un poco de coraje y de empatía, por favor! El patriarcado lleva siglos reduciendo a media humanidad a seres ¡de segunda clase! Esto es un crimen contra la humanidad que debemos frenar YA.

tengounpeligro

Para Roberto Echevarría que me alienta a escribirlo (tercer borrador)

Para el activismo político, lo que hacemos en el movimiento social, y desde un punto de vista con inteligencia feminista, es decir, entendiendo que el padre de todos los sistemas es el Sistema patriarcal, la inocencia es una herramienta revolucionaria: tenemos que limpiar la mirada y aprender a confiar, aunque sólo sea para evitar desarrollos de violencia, que es a lo que lleva la desconfianza.

Decir esto no es no saber nada del mundo, precisamente. Es saber de cómo cambia todo cuando desde la autocrítica y el pensamiento en diálogo intentamos abordar la vida de maneras libres del aprendizaje continuo y extremo de la violencia patriarcal.

Podríamos analizar por ejemplo cómo concibe y lo que hace el Sistema (patriarcal) con la inocencia. ¿Por qué iba a hacer eso con la inocencia, que es limpia y vulnerable? Es como lo que hace con los ideales anarquistas: lo de lo más esperanzador y positivo, nos dicen que eso es la más terrible violencia. Y sin embargo, está claro que lo mejor que hemos hecho hasta ahora en la especie (¿o no?) tiene muy directamente que ver con los ideales anarquistas de libertad y solidaridad, y no justamente con las realidades de la violencia patriarcal, «inevitables» y lucrativas para los más violentos: opresión, explotación y represión.

En el patriarcado (el padre de todos los sistemas de violencia según los datos y no sólo según la mirada de una mujer de la masa anónima), todo lo que podría conducirnos a un mundo sin violencias es distorsionado y conducido al extremo de la demonización, tan eficazmente enseñado por los líderes religiosos en el planeta siglo tras siglo. Y lo sé también porque en mi ADN se recoge la información de lo que le pasó a las mujeres que fueron libres, y solidarias.

¿Cuáles son las realidades patriarcales respecto a la inocencia? Destrucción de la inocencia, con saña además; o burla, escarnio, desprecio. Violación de bebés, de niñas y niños, su secuestro para redes de prostitución. Abusar “del débil” entre los hombres, burlarse de ellos, feminizarlos, que es la máxima humillación para el Hombre. La inocencia la usan contra “la mujer” para dejar claro que ésta no dispone de la misma mente humana: inteligente. La inocencia, cuando no la usan para crear horror, la usan en la Guerra Patriarcal contra la Humanidad para humillar, denigrar, desvalorizar a quien la muestre o proteja.

En la política de partidos queda muy claro: la Estrategia de la política patriarcal es la demencialidad de un juego político con las reglas irracionales de la violencia patriarcal. Todo lo bueno es implanteable. Todo uso de la inteligencia para resolver los conflictos con la máxima justicia posible y a través de la noviolencia (de procesos que no generen ni multipliquen la violencia) “No es político”, queda descartado porque es antitético a lo que “se puede y se debe hacer, mal que nos pese”.

Sin inocencia, ¿cómo podemos empezar a relacionarnos de manera revolucionaria (¿o aún hay quien cree que seguir con este Sistema patriarcal nos «protege»? ¿Contará algún día lo que ha vivido más de media humanidad desde el neolítico?), para generar un mundo inteligente, que es decir, capaz de respeto y felicidad a pesar de que tengamos enfermedades y envejezcamos, a pesar de que no siempre coincidamos en los afectos e incluso tengamos que esquivarnos para no hacernos daño o no dolernos?

Sin inocencia, ¿cómo vamos a poder pensar en comandita, sin miedo al error, con afán, con confianza de que podemos construir soluciones (inclusivas o respetuosas con los derechos humanos) en lugar de seguir perpetuando la guerra y la guerra más invisibilizada del dinero? ¿Por qué no íbamos a poder, por ejemplo, poner un límite a las riquezas multimillonarias, e impedir las trampas de las corporaciones? ¿Por qué no íbamos a decidir radicalmente no volver a darle credibilidad, ningún tipo de poder, a las personas enloquecidas que hablan de los «derechos» del «no nato» para imponerle a una persona con derechos humanos la gestación y todo lo que a eso sigue?

¿Que no se puede? Pregúnteselo a las mujeres, y en especial a las feministas. Y no están solas. Pero algo está claro, para todo el mundo: la revolución será feminista o no será, tendremos que entenderlo con inocencia algún día, si es que vamos a salvar la vida y la calidad de vida y el planeta con toda su vida.

FORZAR A UN SER HUMANO A LA GESTACIÓN ES TORTURA. Un bebé es una persona, alguien que ha nacido, que ha dejado el cuerpo ajeno para tener vida propia. Las mujeres tienen derechos humanos. No son asesinas de bebés. Esto no lo ve así la gente creyente. Sólo lo ven así asesinos y torturadores misóginos, vergüenza de la humanidad. DEFIENDE LA HUMANIDAD, NO LA VUELTA A LA EDAD MEDIA.

Y respuestas varias a comentarios leídos por ahí, de gente no sólo poco empática, sino misógina inconsciente sobre todo.

  • Ninguna mujer que se ve obligada a abortar lo desea. De hecho, siempre que pueden lo evitan. Pero la violación y la pobreza y la religión justamente se llevan sus vidas. Un poco de empatía y menos misoginia es lo que necesita el planeta. QUIENES ASESINAN EN EL MUNDO SON LOS HOMBRES PORQUE VIVIMOS EN SOCIEDADES ASÍ DE ESPECIALIZADAS.
  • Lo repugnante éticamente es que siempre lo deciden los hombres. Y deciden cuándo es legal y cuándo no, no por la vida de nadie, sino por sus intereses de guerra, de política, de economía. Lo deciden quienes de hecho SON RESPONSABLES DE LA INMENSA MAYORÍA DE LA VIOLENCIA, SUFRIMIENTO, DESTRUCCIÓN Y MUERTES EN EL PLANETA.
  • AQUÍ ESTÁ EL HECHO: INTERRUMPIR EL EMBARAZO, ABORTAR, NO ES ASESINATO. MUCHAS MUJERES HAN ABORTADO CUANDO LO HAN NECESITADO PORQUE VIVEN EN LUGARES DONDE EL ABORTO ES LEGAL.
  • DEJAR MORIR A LAS QUE NO PUEDEN TENER UN BEBÉ DESANGRADAS EN EL SUELO ALLÍ DONDE ES ILEGAL SÍ ES CRIMINAL.

TORTURA

La libertad de la que disfrutáis no es un derecho humano de las mujeres en este planeta, sino algo bastante poco común. No ha ocurrido por el Hombre, ni por milagro, y es algo muy reciente y generado por luchas de mujeres existentes. No está en nuestra consciencia entre los Grandes Hechos de la Historia patriarcal, ni de las Revoluciones patriarcales, porque las mujeres en el patriarcado no tienen más valor que el de contenedor.

Es ideología patriarcal que no veáis las cosas de valor que han hecho las mujeres; que no sintáis ninguna curiosidad por saber cómo fue que este mundo patriarcal de siglos de innumerables violencias en todo tipo de grados incluida la violencia terrorista misógina de la violación ha sufrido esta Revolución noviolenta. Que no echéis de menos a las mujeres como seres libres y propios. También es parte de nuestra ideología por defecto que sintáis hostilidad hacia mujeres que sí quieren saber, y seguir sabiendo y seguir luchando hasta un mundo donde ser mujer no signifique todo lo que significa ser mujer en el sistema patriarcal.

Las mujeres no son lo que «describen» las religiones patriarcales, las que dieron la base ideológica al Sistema. Las mujeres tienen mentes humanas y aunque la mente se puede educar en el sistema de género, y la educación condiciona el desarrollo, también es maleable, mucho, y también se puede educar con libertad para las personas pequeñas y las grandes. La mente importa porque es ahí donde nacen los sentimientos y los pensamientos. Tener vaginas no implica nada más que la capacidad, si se desea usar, de gestar, ni siquiera implica, como saben y supieron millones de mujeres querer ser madre o desearlo. Tener la capacidad de pensar no ha parecido ser tampoco algo que el Hombre haya querido usar en la resolución de los problemas, pues siempre opta por el medio que genera más sufrimiento y destrucción: el uso de la violencia, en las guerras clásicas y en las actuales, que no van sólo de campos de batallas y nos llegan incluso a casa por todas sus ventanas, si las tiene.

Tenemos que superar el sistema sexo-género patriarcal para que las personas podamos construirnos con libertad, explorando nuestro potencial, fuera de esta obsesión enferma del Sistema. Si existe una feminidad no es la de comprar cosas para ponerse, y no usar la mente.

Los medios de comunicación y el mercado, allí donde las mujeres viven más como personas, han recrudecido la guerra ideológica patriarcal contra las personas pequeñas, dictando masivamente qué podemos y qué no podemos hacer, y sobre todo, qué tenemos que hacer, dependiendo de si somos «niñas» o «niños»: rosa estático para ellas y libertad de movimiento para Él; mundo de poses para ella (introducción al porno misógino patriarcal), vida real para Él (salvo en el sexo, pues la educación del porno le incapacita para desarrollar la percepción del placer, con su visualidad y su odio al cuerpo de las mujeres).

¿Por qué defender este sistema? ¿Por qué no aceptar que existen otras posibilidades? ¿Hasta cuándo, por inconsciencia o por ignorancia, vamos a seguir defendiendo el sistema patriarcal con las elecciones que hacemos diariamente (que también aquí nos marean: para que sigamos perpetuando el sistema es importante que creamos que no elegimos nunca), con las ideas que manejamos y expresamos, y validando los sentimientos que la guerra ideológica patriarcal nos ha dictado que sintamos sobre todo por las mujeres: las que no existen, las malas, las incapaces?

La guerra es la autodestructividad que tenemos metida en la cabeza es la única guerra que podríamos ganar, porque depende de nuestra libertad para re-educarnos y escapar del sistema desde la inteligencia.

Vuelvo en un rato

La escuela de la RAE (Real Academia de la Palabra Muerte) se pone a explicar la etimología de «escrache». Tufillo de naftalina.

Como hija de la lingüística moderna, territorio que usa la observación de la realidad para investigar el lenguaje y donde no estamos piradxs, sabemos que el lenguaje significa lo que establecen los usos que se generalizan.

«Escrache» nos viene de América (el continente, o las américas indígenas y latinas) y se refiere a una Acción Directa Noviolenta (ADNV) de la gente (sin armas, fuera de los puestos de poder) que comprende los derechos humanos, y que los realiza, los escraches, para que los criminales (de guerra) no queden impunes. Los escraches no habrían surgido si la Justicia y la Política y la Democracia se hubiera encargado de abordar los crímenes de guerra.

Los escraches son lucha social, y nada tienen que ver con los linchamientos como puede comprobarse continuamente.

Ésta es la historia que no quieren contar quienes siempre están del lado del poder que ejerce todo tipo de violencias contras las personas. Siempre denigrando, distorsionando las cosas mejores que genera la especie. Siempre defendiendo a los más violentos.

Libro regalado a Atticus el 14 de abril, pero de 1998

Son tres relatos poéticos dedicados desde la artesanía del mucho amor

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

el cielo, esa casa extraña e inquietante

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arena arrastrada por el viento – en silencio – te echo de menos

Elige un cuaderno para registrar tus sueños, y un buen algo que pinte.

  1. Elige una noche adecuada: en la que no estés agotada, ni pedo. Que sepas que vas a poder dormir suficiente, y que vas a tener tiempo para registrar los sueños al despertar.
  2. 10 minutos antes de apagar la luz, anota brevemente el día (para evitar liarte interpretando): las cosas importantes, lo que has hecho, lo que has sentido. En 4, 5 líneas describe tu mapa emocional del día. Si fue un día agotador o frustrante, anota. Si algo te removió.
  3. El deseo: en unas pocas líneas escribe de qué quieres soñar. Describe el problema, tu voluntad de cambiar de enfoque y de creencia. Y los benefecios que se darían si la cuestión se resolviese.
  4. La frase: formula en una frase con las menos palabras posibles tu pregunta, la cuestión que quieres averiguar. Te centrará y te aclarará el tema, y te forzará a saber qué más pasos estás dispuesta a dar en la exploración.
  5. Al apagar la luz: en lugar de contar ovejas, repítete la frase hasta quedarte dormida. Déjate llevar por su música y evitarás ponerte a pensar en el tema.
  6. Al despertar, escribe lo que te venga a la cabeza, y lo que recuerdes de haber soñado.

Mis notas de «Personal and Professional Problem-Solving in Dreams», de Gayle Delaney, en Dreamtime & Dreamwork (1990), editado por Stanley Krippner.

Ya lo dijo Lakoff. Y es que no hay manera: en cuanto hay una diferencia de opinión, se establece, en el mejor de los casos: mejor dejarlo. Ni curiosidad, ni ganas, ni nada. Mejor dejarlo. Hay un rechazo radical al diálogo, que es decir, a la exploración, a la posibilidad de colaboración, de construir algo más allá de lo que cada cual saque individualmente (aprender a explicar mejor las propias ideas, p.e., o abandonar una idea que resulta no ser muy buena).

Defender, atacar…

El lenguaje lo dice todo de nuestro sistema conceptual.

Pero eso no es decir lo limita todo. Porque tenemos una mente compleja, con un potencial increíble, que no queda contenido sólo en el lenguaje. Ya nos lo dice la intuición, la inspiración (arte, sueños), esas vivencias de que hemos procesado mucho más y sin lenguaje.

Así que habría que luchar por comunicarse, realmente. Las redes sociales ofrecen espacio para eso, oportunidad, de difundir pequeñas experiencias distintas que plantean preguntas.

Libro del bien

Sólo quiero que me escuches. Como la persona artista atendiendo al mundo de fuera. Escuchar jamás ha anulado la identidad de nadie; más bien, le ha ofrecido oportunidades para aprender, lo que es decir, para bucear, arrastrarse, saltar, trepar y volar. Así, tenemos cielos vistos por Van Gogh, y cuerpos vistos por Claudel. Sólo los padres de la crueldad pretenden convencer, lo que para ellos es decir, imponer el manto del miedo sobre la vida palpitante.

Quisiera hablarte de las mentiras. Se miente, como bien sabes, con buena y mala intención, constantemente por interés. Intereses erróneos si consideramos la aspiración a la alegría, que siempre va unida con el compartir, por propia que ella sea. Se miente porque no se aspira a escapar a la distorsión. Las semillas de alpiste caen al suelo húmedo, y las dejas crecer, para verlas crecer, convertirse en incontables mentiras que pueblan tu casa. Y luego están las mentiras de negarte a mirarte en el río, en los cristales de tu casa al anochecer, cuando los impulsos de violencia que aprendiste están más débiles y pueden ser cuestionados. Las mentiras que te impiden ver a quien tienes delante cuando esta persona no es lo que se espera que sea.

Mary Wollstonecraft: Because it is time to effect a revolution in female chicken roles–time to restore to them their usurped dignity–and allow them as a part of the species, enjoy chicken rights, for by renouncing our gendered idea of chickens we shall reform the world. (Vindication of Female Chicken Rights, 1792)

De pequeña quería ser chico. «Los niños son más nobles y valientes, saben ser buenos amigos. Las niñas son tontas, traidoras, cotillas…» Y eso que mi madre nos sacaba adelante porque topó con hombres bastante incapaces de todo. Ni en el instituto, que era uno experimental, que se pobló de gente con ganas a la muerte del dictador, ni en la universidad, con todas sus personas interesantes haciendo cosas interesantes, ni en los grupos de lucha social que empecé a visitar pude NUNCA descubrir el feminismo. Qué extraño, pienso ahora. Curiosamente, la gente de mi pasado que voy encontrando por la vida sigue sin haberlo encontrado, y no lo echa en falta. Esto me produce estupor y tristeza.

Volviendo a mi caso, tuve que salir al extranjero, la vieja historia de la nación-estado llamada España, para ver que las mujeres escribían y publicaban, que habían sido parte de aquella sociedad, políticamente, que actuaban autónomamente, sin siquiera la bendición de ningún hombre de la izquierda política, o «independiente». Llegué a Londres en 1989 y cuando me lo topé, el feminismo, reaccioné con los prejuicios que perpetúan todos los días, que validan todos los días el sacrosanto sistema (el Sistema patriarcal). «Pero ¿eso de mujeres solas…?» (¿pensando solas?) Solo que yo siempre he sido muy abierta de verdad de mente. Siempre he conservado un espacio de inocencia. Y por eso tengo la capacidad que tengo para aprender.

Desde 1989 no he parado de educarme, de aprender a pensar, a procesar, a relacionarme, a sensibilizarme… Y aunque soy una evolucionada feminista, aunque mi curiosidad feminista y mi inteligencia feminista tienen un desarrollo bueno o alto, sigo encontrando cosas en mí profundamente marcadas por el Sistema patriarcal y sus dogmas impuestos a sangre y fuego siglo tras siglo, y con nuestra total colaboración.

Cynthia Enloe habla de «curiosidad feminista» en un libro publicado en 2004 (The Curious Feminist) que yo compré en 2012. Yo empecé a usar «inteligencia feminista» al entrar en las redes sociales, en algún momento entre 2010 y 2012. Son dos conceptos a los que nos ha costado toda una vida de trabajo revolucionario llegar, gracias a que no nos ha vencido el miedo que a tanta gente vence: que se nos asocie al grupo más denostado de la sociedad, el de las personas capaces de curiosidad feminista y que desarrollan inteligencia feminista. Personas que deberían ser un modelo, una fuente de inspiración, para tanta gente «tolerante-piel-de-elefante», que cree que se puede pensar (bien!) sin desarrollar inteligencia feminista.

Rozo ya el borde de la amargura, no puedes ni apuntar nada, ya lo saben todo desde siempre, no nos ignoran, piensan, es que nada de lo que podamos hacer tiene ningún valor, para nada: casi que siento ganas de escupir, por el empecinamiento tan destructivo y cruel que enfrentamos. Por esa profunda ignorancia, adicción a la ignorancia, a tapar siempre la violencia, justificarla.

No quieren ni que rechistes, por eso nos hacen todo lo que pueden, de lo más superficial y trivial a la aniquilación pasando por la tortura. Ningunean una labor vital para la especie, obliteran su rastro, odian y desprecian a sus exponentes, como si en ello les fuera la vida, la vida de siervos del Sistema. Pero son buenas personas que se esfuerzan, no como nosotras, «las feministas».

Y si acaso tu crítica le abre un mundo a alguna de esas personas (que, difícilmente, pero ocurre, yo lo he visto), lo último que harían sería reconocer su fuentes (decir «gracias» por ejemplo), el mínimo respeto.

Qué pesadez tan grande, qué pesadez. Y esto es lo menos menos visiblemente violento de todo.

Quizá David fue Anónima, como siempre.

Campaña que Las Dignas, de El Salvador, lanzaron en la red social. Clicando en la foto llegáis a su Página Me Gusta.

ACCIÓN DIRECTA NOVIOLENTA «LENGUAJE» (mujerpalabra.net):

FEMINAZI: hombre autoritario (como un nazi), que llegaría a límites de crueldad insospechados si pudiera, que cree ser de izquierdas, a quien los cambios lingüísticos y sociales generados, construidos y facilitados por el feminismo dan mucha rabia, mucha, por lo que buscan el feminicio simbólico de las mujeres feministas, implicándose en iniciativas tan poco favorecedoras ética como intelectualmente, como el linchamiento verbal de mujeres feministas que defienden los logros del movimiento y continúan luchando por lo mucho que queda por conseguir para que lleguemos a un mundo lejano a la Razón patriarcal y ejemplo de la razón empática.

El comportamiento recomendado es dejarles rabiar, ignorarles; decirles frasecitas que les enciendan más, para que sigan poniéndose en evidencia; si se ponen pesados, cogerle los datos o textos por si hay que mandárselos a la policía, y/o borrar sus mensajes sin ningún problema, puesto que no son ejercicios de libertad de expresión, sino de los antiquísimos métodos de exterminio y desacreditiación de quienes cuestionan el orden patriarcal.

Soy feminista. Mi amor, la justicia

«Hay que visibilizar el hecho continuado e irrefutable de que usamos la lucha noviolenta a diario para defendernos de y transformar un mundo patriarcal construido desde la violencia. La lucha noviolenta ha sido permanente por parte de las mujeres, no porque exista un género trascendente que sea la Mujer que por su capacidad de generar vida evita producir la muerte. Yo no creo esto. Pero sí que perteneciendo a un grupo sometido durante siglos a todo tipo de violencia, tiene un valioso conocimiento no sólo de la violencia, sino además de cómo sobrevivirla y cómo incluso construir a pesar de ella. Hay que visibilizar, coherentemente, la violencia que usa todo el mundo a diario: la violencia verbal, conceptual, pues ésta tiene un papel fundamental en la construcción de la sociedad.» (michelle renyé, 2012)

Escrito para el proyecto en mujerpalabra.net de aportar citas de mujeres, y así rescatarlas de la violencia del ninguno histórico de siglos.

Mujeres, difundid vuestro pensamiento, vuestra creatividad, vuestras luchas, no puede ser que cuando queramos citar a gente valiosa, sólo se nos ocurran hombres.