Category: Contradicciones aparentes


LINGÜÍSTICA. He escrito a Nueva Zelanda, a un lingüista del libro Language Myths, escrito por lingüistas (que yo sepa el único porque hay mucha persona no lingüista que opina fuerte y sin ciencia), para preguntar si podría ser que si no hay editorial que lo traduzca, se lo tradujera yo, al español para poder ofrecer esos textos tan importantes a la población hispanohablante, que sigue incluso entre gente llamada culta, con los mitos que la Real Academia de la Palabra Muerta (RAE, y su triste diccionario, DRAE) ha mantenido siempre sobre el lenguaje, con su clasismo y racismo y misoginia y homofobia clásica, y… Pero que yo no tengo agente ni contactos editoriales y que la tradu podría ser de Cultura Libre. Ha respondido de inmediato, halagado supongo, pero con el dinero en la pupila, diciendo que les parecería genial difundir por España y América Latina, pero que contactara a una editorial, que lo de Cultura Libre iba a perjudicar las ventas de la obra en inglés. QUÉ TRISTE QUE NO SE ENTIENDA LO DE CULTURA LIBRE. En fin, ha sido mi tercer intento (el mejor, eso sí) y con esto paso a otra. A seguir tirando piedras sobre nuestros propios tejados.
Le respondí que gracias, claro, por su labor, pues es valiosa. Pena que cueste tanto ver el valor en lo que hacen personas que no están en esos mundos reconocidos.

Sólo puedo mirar muchas cosas de la realidad por encima, saltar sobre ellas como lo que son, piedras candentes. Arden, escuecen, duelen. A pesar de todo lo que ignoro, a veces tengo la impresión de que esos pocos me dicen cosas que ayudan a conocer la realidad.
Quiero decir que a veces miro la realidad de la gente (social) como si fuera un cuadro, la leo como si fuera un poema, me muevo entre ella como si fuera escuchar una música a lo lejos.
Es otra manera de conocer. Quizá no sea la mejor para algunas cosas pero pienso que tiene que valer para otras. Creo que tiene, que contiene algo muy valioso. Aunque sé que dista mucho de ser suficiente o algo que te permita dejar de luchar por entender las cosas.
Es decir, quiero decir, declarar, por si alguien me tiene en consideración, que yo sé nada de nada y cada vez menos, que eso es en un sentido bueno, porque abre el espacio imposible de la posibilidad, pero que no hay que olvidar que no es suficiente para conocer.

(Necesitaría menos caos general y al tiempo sin ese caos es más difícil trazar conexiones. Pero esta frase es pura trampa autodestructiva. No es caos general, es que lo más sencillo y constructivo te lleva a estar dándote contra el muro de la violencia invisible.)

ANÓNIMA AUTORA CON NOMBRE. Entiendo que es empírico decir que para ser ESCRITORA ANÓNIMA no hay que estar registrada en la Sociedad General de Autores de España. (Y qué mala pata no haber caído en este asunto cuando escribí el prólogo de La saltadora; no me puse tan croqueta, quiero decir, concreta, o materialista, estaba sólo en mi mundo.) Por suerte, como en la Antigüedad, no es lo mismo ser reconocida como escritora por el Mundo de la Cultura que que te lean, y menos ahora con internet (mientras dure).
Tengo, no obstante, la duda o más bien la curiosidad ahora con lo del Registro de la Propiedad Intelectual, por los cambios de las leyes y eso. Yo ya ni hago eso, registrarlo como propiedad intelectual, lo hice en los noventa con un libro de poemas, De la sangre, o Memoria de Ilt, no recuerdo exactamente, y con un proyecto que luego dio origen al sitio web mujerpalabra.net (poblado desde 2001 por mucha gente, y mucha anónima y casi anónima), «Mujer Palabra. Nombres femeninos que han dejado huella en el idioma«, publicado hoy (proyecto abierto, pero nadie más ha escrito para él) en Creadoras en MP, proyecto que luego me plagió un medio de comunicación de masas, del grupo G&J creo que se llamaba y dio igual que lo hubiera registrado y que les denunciara luego. Poderoso cabronazo es Don Dinero, que se lo pregunten además de a las mujeres, a los 33 mineros (habéis oído el programa de radio de hoy sobre esto?).
Ahora uso el copyleft o licencia de creative commmons (y tengo que añadir lo de que no acepto que cobren por mí, según impone la actual ley, al parecer ?!), pero me consta por una oposición a secundaria que hubo un tiempo cuando registrar obra en el Registro de la Propiedad Intelectual daba puntos porque pertenecía al Ministerio de Cultura, y luego me consta que eso cambió y ya no los daba (aunque los comités de baremación son inescrutables).

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

lpi
En cualquier caso, cada vez veo más claro que soy y en realidad pretendo ser una ESCRITORA ANÓNIMA, AUNQUE FIRME LO QUE ESCRIBO PORQUE pienso que la gente debe saber quién dice las cosas. Y aquí está la cuestión: se puede ser escritora anónima teniendo un nombre. No es contradictorio, pero sí complejo, porque este mundo humano es complicado y complejo.

Exploración de maneras de comunicar que luchan por la recuperación del significado de las palabras mientras se trata un tema que a su vez está conectado… Borrador de hoy del borrador de ensayo que intento escribir sobre violencia y noviolencia desde la inteligencia feminista.  Con un gracias inmenso a personas como José María, Eni, Marisa, Helena, Pepa, Lula, Roberto…

*

Es necesario pensar en la violencia de la especie humana desde la inteligencia feminista, y esto implica también pensar en nuestra capacidad para actuar (palabra, concepciones, actitudes, acción) de formas que llamaré ‘noviolentas’ (término que usamos en el activismo de la noviolencia o pacifista). Parto de una idea que he ido construyendo sin querer sobre todo lo largo de mi vida, de persona idealista y activista social, es decir, de persona que intenta mejorar la vida propia y de otras personas de alguna manera, y es que el tipo de sistema social que la mayor parte de las sociedades humanas han desarrollado, el patriarcal, que también llamaré ‘Sistema’ o ‘patriarcado’ aquí, es un sistema de violencia, construido complejamente durante siglos, a base de mucho terror y fuerza bruta impuesta, y por tanto, a base de la renuncia y obstaculización a cualidades humanas asombrosas, como lo son la capacidad de observación y razonamiento, la empatía, la imaginación y creatividad, el pensamiento crítico… Que las personas de esta especie son de naturaleza violenta parece evidente, pero también lo es que el sistema social que nos educa fomenta la ejecución de un complejo entramado de violencias cotidianamente. La cuestión de si seríamos capaces de construir sistemas sociales donde la violencia fuera rechazada, controlada, reducida a su mínima expresión, parece realmente difícil pero no tanto porque no podamos actuar noviolentamente sino sobre todo porque nuestro marco mental para pensar-sentir (la mente humana es donde nacen los sentimientos también, de ahí que yo la llame nuestra cabeza-corazón) está atravesado en todas las direcciones por la creencia de que no hay nada que pueda más que la violencia (cuestión que quizá en el futuro podamos debatir a niveles más evolucionados). Desde la inteligencia feminista, por ejemplo, para mí está claro que si me encierran y esclavizan tengo menos posibilidades de ser y vivir que si puedo físicamente moverme a mi voluntad y pensar en mis cosas, tengo más oportunidad para construir mi identidad y vivir mi propia vida. Dado que las personas somos increíbles, que me encierren y esclavicen no me anulará necesariamente. Es triste haber perdido nuestra historia, pero estoy segura de que habría miles de ejemplos asombrosos. Pienso ahora en un texto de Alice Walker, “In Search of Our Mothers’ Gardens”, “En busca de los jardines de nuestras madres”, sobre la creatividad de mujeres que nunca pudieron dedicarse a ella, por ejemplo, amas de casa de sus familias negras y esclavas de familias blancas. La libertad (relativa) tampoco asegura que una persona se desarrolle idealmente, lo que viene demostrado por las dinámicas de vida en las sociedades de consumo. Algo que también apunta a la complejidad de la violencia aplicada. Y en este texto pretendo intentar hablar de esa complejidad. Pero esto no quita para entender que frente al hecho físico de una violencia para destruirte no queda mucho espacio para construir. Y pienso ahora en el hambre cuando el hambre llega al punto de afectar el funcionamiento de la mente humana, que no recibe el alimento físico que precisa. Y al tiempo, que dado que la violencia física no puede mantenerse continuadamente porque llevaría a la autodestrucción física, que existe mucha violencia orquestada, que no vemos, y/o que aceptamos como hecho biológico o “natural”, y que siempre justificamos, incluso cuando manifestamos que nos hace daño (por esto yo tengo problemas con la idea de ¿sadomasoquismo como práctica de liberación sexual? del Manifiesto Contrasexual: sería, si lo entiendo, ¿liberación o perpetuación del Sistema de violencia? Que se vincule el placer al dolor es una idea o realidad altamente sospechosa para mí, considerando el tema desde la inteligencia feminista, desde la consciencia de lo que ha significado para las mujeres ese hecho en las sociedades patriarcales, que vinculan la violencia al placer tomando como objeto de la violencia siempre al mismo grupo).

¿Seríamos capaces como especie de construir sociedades que no se basaran en el uso de la violencia a todos los niveles, como los patriarcados: conceptual, actitudinal, de palabra y en las acciones? Si bien es difícil imaginar siquiera un sí (y habla una persona que decidió rechazar el uso de la violencia física a los 16 años y se hizo pacifista consciente a los 24; también decir que no soy dogmática, y posiblemente gracias a mi inteligencia feminista, que yo, por “defender” el pacifismo no voy a distorsionar lo que intento contemplar que ocurre), podemos decir que la violencia la aprendemos en la sociedad, de todo el mundo, todos los días, es apabullante llegar a poder verlo, quizá por eso evitamos con tanto afán verlo. Y aprender, una cualidad humana asombrosa, es algo que no sólo hacemos continuamente, sino además que necesitamos hacer continuamente. La cuestión es que la mayoría quiere aprender el sistema de violencia porque es nuestra tradición, son los usos y costumbres que, se cree, irracionalmente, nos han traído hasta aquí, y las personas capaces de ver que podríamos ser de alguna manera mejores quieren aprender a evitar lo que creen nos hace fuentes de violencia. Sobre que la violencia se aprende, si tienes inteligencia feminista lo comprendes con facilidad: en el patriarcado, a las mujeres se las ha prohibido el uso de la violencia, es decir, no es que las mujeres no sean violentas. Las mujeres son personas, y como tales, tienen todos los rasgos de la especie. Pero en el papel que se les asigna en el patriarcado se les ha prohibido el uso de la violencia, física. Esto es importante: decimos ‘violencia’ pero nos referimos a ‘violencia física’. Y cómo sé que las mujeres son humanas y por tanto que tienen el potencial de ser violentas? Porque las mujeres en el patriarcado han desarrollado su potencial para la violencia por otras vías, principalmente, la verbal, pues el patriarcado las ha asignado la tarea de la educación formal de la especie, que es decir no sólo en las aulas sino también en el hogar. Educar sin libertad, teniendo que hacer lo que se espera que hagas, transmitir los valores que se espera que transmitas, para perpetuar el Sistema de organización social, es algo que en la historia del patriarcado se le ha asignado curiosamente a las personas esclavas, y aquí las mujeres han sido el grupo más amplio. Su esclavización, no obstante, es excepcionalmente compleja pues en numerosas ocasiones parece opción, libertad de Ellas a la hora de educar. Y lo parece porque en las sociedades patriarcales es muy importante que no sepamos cosas reales, que ocurren, como que educar es algo que hacemos todo el mundo continuamente. Lo sabemos bien las personas que trabajamos en el sistema educativo oficial cuando somos transformadoras: cómo la pequeña semilla que sembramos queda en nada en el contexto más amplio de la realidad fuera del aula; cómo el aula aparece como un lugar excepcional donde se puede ejercer más libertad para pensar y aprender, aprendiendo a ver y hacer cosas constructivas, que optan por el uso de la inteligencia dejando inoperante así el uso de la violencia, y cómo eso queda en nada cuando, por desgracia queda así en nuestras vidas, se rompe la magia de estar en clase. (Me río y entiendo que estaréis preguntándoos dónde están esas clases. Pido paciencia y apertura mental, porque muchas cosas buenas, transformadoras ocurren a diario por todos lados, protagonizadas por muchos tipos de personas, pero nuestra educación patriarcal nos ha cegado, cercenado la capacidad de ver, y por eso es importante luchar por recuperar la mirada, y por limpiar la mirada, si me permitís el uso de metáforas, algo que el academicismo te dice que no es adecuado para el ensayo. Existen aulas donde pasan cosas buenas aunque el marco sea la educación patriarcal institucional. Y sería absurdo pensar que existe un lugar donde no hay violencia y todo se hace sin ella. Espero poder aportar ideas que ayuden a explicar esto.)

*

De la poesía y del activismo feminista por la palabra he aprendido lo importante que es luchar, efectivamente, por el lenguaje y con el lenguaje. Emplearé un ejemplo. Si deseas escribir un poema sobre el amor, sobre el sentimiento positivo del amor, difícilmente podrás transmitir conmoción, emoción usando la palabra “amor” porque automáticamente esta palabra es interpretada desde todo un bagaje cultural y una experiencia amorosa casi siempre distorsionante del amor por todo el mundo. Mirad la de vueltas que he tenido que dar en “La loba” para poder llegar a la palabra y para construir un poema de amor, que refleje el amor a una misma, en el contexto de ser mujer en un patriarcado casi diría la piedad, o por usar una palabra no religiosa, dado lo mucho que la religión ha distorsionado conceptos, la compasión, oh vaya, de nuevo una palabra fagocitada por el dogmatismo de las religiones, digamos, la solidaridad con una misma, o la sororidad con una misma, o, llegamos, el amor hacia una misma, esa lucha por respetarte, seas como seas, hayas hecho lo que hayas hecho, tenerte un poquito de por favor, como aprendí a decir de una serie de la tele.

Publicado aquí: http://www.mujerpalabra.net/creadoras/michelle/pages/poemas_cuadros/poemas/dls/laloba.htm

(Bueno, releyéndolo ahora, aparentemente el amor viene de que la loba está enamorada, pero queda el espacio, el eco, para comprenderse, pienso, una experiencia más amplia de amor. Por desgracia, hace falta inteligencia constructiva, feminista, para poder disfrutar de literatura escrita desde mentes en transformación para la superación del Sistema. Al escribir el poema creí que hablaba del haberme enamorado pero al tiempo siempre tuve la sensación –y por eso se llama “La loba”- de que había un intento de amarme, de reconciliarme conmigo misma, y ahora veo esa lucha mucho mejor, el tiempo te da perspectiva y profundidad a la mirada, porque he sido mujer en un patriarcado y por ello, pertenezco a un grupo entrenado para destruirse despreciándose, subestimándose, ejerciéndose todas las violencias posibles y colaborando con las violencias que el Hombre te ejerzan, que siempre “te las mereces”. Así de brutal es el sistema patriarcal, brutalidad no sólo hacia quienes reciben esas violencias sino también, aunque sea algo diferente, hacia quienes la ejercen, pues les degrada y condena a la versión más patética de persona posible, la violenta.)

Volviendo a las palabras y lo difícil que es comunicar porque están tan cargadas de significados culturales, aprendidos en el Sistema educativo patriarcal. Pongamos la idea de esfuerzo. (Y justificar o explicar por qué escribo ahora de esto es algo que dejaré para luego, a ver si se me ocurre… Pero confío en que lo estoy haciendo por algo diferente a: que tengáis que leer un poema mío, así, traidoramente, en un ensayo sobre violencia y noviolencia, como si fuera una megalómana incapaz de dejarme fuera para centrarme en el desarrollo de un tema.) Escribí un poema que me gustó mucho haber escrito, “Mujer al mar”, y con el tiempo empiezo a ver el valor que podría tener, que realmente tiene (algún) valor, que realmente es literatura (expresión artística personal que pueda valerle a más gente, es decir, que comunique algo, que nos permita sentirnos en conexión, paliar la soledad existencial, you name it, quiero decir, como sea que pueda ser). Y digo esto porque un rasgo de la mentalidad patriarcal, de su sistema de conceptos, de cómo miramos el mundo por ser de culturas patriarcales, es una obsesión irracional negadora de la realidad con el mito de que en el mundo humano sólo una persona hizo algo por primera vez, o sólo un grupo mínimo de personas es capaz de hacer algo, pongamos, escribir Literatura, “buena literatura”. Qué absurdo. (Pero es una idea fundamental para que la masa obedezca y siga al líder. Volveré a esto.) Como si fuera posible que la mente humana sólo generara alguna cualidad cada x millones de individuos. Es casi infantil, en su ignorancia del mundo. El poema, bien, al releerlo un día, un día que fui al mar de nuevo, me di cuenta de algo: el poema empezaba habiendo llegado a la cima de la montaña. Era increíble. Aparecía el descenso, y luego de la llegada, el estar ahí en la orilla del mar. No se aprovechaba la imagen de subir una montaña p

Publicado aquí: http://www.mujerpalabra.net/blog/?p=3036

El poema es extrañísimo si se piensa, y de hecho parece casi ambiguo, no sabes si es “bueno o malo” lo que sucede, hay un misterio, una tensión porque sientes que no es conocido lo que se cuenta, y tendiendo al pensamiento patriarcal, puede incluso rondarte la idea de que haya ido al mar a acabar con su vida. Una tormenta es malo porque es peligroso. Culturalmente, están las mujeres que van al mar a suicidarse, pongamos Virginia Woolf, Alfonsina Storni. Y ahora lo veo claro, es un poema que intenta hablar del esfuerzo que es vivir sin tener que recurrir al mundo conocido culturalmente del esfuerzo: el sufrimiento de subir, el sufrimiento seguir… Se intenta limpiar el esfuerzo, como decía Gertrude Stein que quería limpiar las palabras, “A rose is a rose is a rose” (o leer Tender Buttons), limpiarlas, limpiarlas, para que pudiéramos escuchar lo que dicen. Yo lo veo así. Así veo la poesía, intentando –y ahí está la dificultad máxima- decir con palabras que conocemos lo que desconocemos porque hemos forzado las palabras en una camisa de fuerza que de hecho ha distorsionado su significado. Recuperar el mundo que contiene una palabra y la capacidad de significación de las palabras combinadas. Que es como el esfuerzo humano: cuando colaboramos, lo que producimos es mucho más que la suma de lo que hemos aportado.

VIDA Y MUERTE. Hoy llegó al curro una mujer increíble, que una compañera y yo llamamos «una persona de luz» porque lo ilumina todo cuando está, y se lo dijimos, claro, que lo bueno también hay que decirlo, y nos dijo «sólo vemos lo somos», jajajajaj, ¿a que es de luz? Tan bonita… y nos dijo que nosotras teníamos mucha alegría, y bueno, como estoy agotada, pero he «cumplío», llevo dos años de mucho curro y al fin voy a descansar en unas vacaciones, pues estoy como intensa, muy sensible y paseando un poco sin rumbo por los bordes, mi especialidad de equilibrista, y entonces pensé en que es cierto que en clase transmito mucha vida, y pensé que era curioso porque me siento habitada por muchas personas valiosas para la especie que hemos perdido desde siempre (no espiritualmente, porque yo sólo soy de aquí, pero como si fuera genético de transmisión neuronal o algo, Emoticono grin ), en este mundo brutal que lleva a la mayoría a confiar más en la violencia que en el uso de la inteligencia, en la fuerza bruta y no en la cooperación y colaboración, y ahí, transmitiendo vida estando llena de vidas perdidas por la muerte, y recordé una lectura obligatoria de secundaria, una novelita de Unamuno, «San Manuel Bueno, mártir», que me impresionó mucho, porque era un hombre con una voz profunda como el lago y alta como la montaña, que cuando hablaba llegaba al corazón de la gente y lo llenaba de vida, en el contexto de la novela, les hacía creer en dios, o les fortalecía su fe, y que tenía un secreto y era que él tenía una crisis de fe. Así que pasando a otra cosa he estado afinando, cantando canciones que llevo mucho sin cantar, porque cantar es importante.

BONDAD EN LA GENTE SIN PIEDAD. Si te consideras buena persona pero hay casos en que sientes justificado dejar de serlo, no lo eres, exactamente, y no es sin duda menos inteligente sino mucho más quien no encuentra casos para hacerle daño a nadie a sabiendas. Esto es una mente pacifista, y no seres dominantes que nunca gritan y tan a menudo manipulan.

FÚTBOL Y FEMINISMO. (Copa del Rey) Pegando a Neymar porque ser mejor es provocar. Me recuerda a lo que nos hacen a las feministas, en el terreno de las argumentaciones. Como decían las abuelas que vivieron las Guerras 1 y 2: vivir para ver.

De debates en red social…

Hola! Bueno, yo apoyo la lucha por la abolición pero mientras llega, apoyo la legalización de inmediato. Hay mucho trabajo al mismo tiempo, para que legalizar sólo sea una medida de socorro temporal que pueda salvar a parte de esa población objeto de la violencia.

¡Gracias por el gordidedo! Me he llevado insultos por decir esto, de la gente que se somete a los conceptos patriarcales de los binomios contendientes, quiero decir, estos conceptos Blanco y Negro, Bien y Mal: eres Revolucionaria o Reformista. No ven nada más allá de esto, con lo compleja que es la realidad. Me refiero a las personas feministas que en lugar de refutar con un argumento te atacan personalmente, con falacias contra la persona (desacreditación), chantaje llamado emocional («me decepcionas»), dogmatismo («cómo te atreves a llamarte feminista»), en fin, tristes guerras, tristes, tristes… Abrazo! <3

Mientras la gente siga sin avanzar en la comprensión de qué es violento y qué es noviolento, las mayorías seguirán validando la injusticia y la violencia desde justificaciones tan irracionales como la violencia ejercida hasta silencios tan dañinos como la violencia ejercida. Es tan común que da náusea: cómo a quienes apuntan a algo mejorable se le atribuye violencia, generación del malestar en el grupo. Es triste que la gente esté tan dispuesta a fortalecerse los comportamientos más mezquinos y faltos de control del miedo. Y que la generosidad, la crítica (verdadera, la que abre canales para mejoras) y el confiar tengan siempre un precio tan alto. Es triste sobretodo porque con un simple no hacerlo, se le abre la posibilidad a un mundo de respeto, colaboración y generosidad, evolución. Sistemáticamente, la gente no quiere un mundo mejor. Se agarran a la idea mezquina y violenta de que «más vale malo conocido que bueno por conocer» a pesar de que cuando recibimos y damos algo bueno (antes de que se pase a la fase del rechazo en masa), a menudo, porque todas las utopías imaginables lo son porque se han visto, porque ocurren, lo disfrutamos, nos hace sentir mejores personas.

Un día se encontrará una historia de la humanidad muy distinta, que demostrará que siempre pudimos pero que la tara de violencia de nuestra especie, siempre, sistemáticamente, lo impidió.

EXÁMENES. Lo que cuesta hacer entender al alumnado que un examen no es un oráculo (sino -diría yo si no me fuera a dar un lumbago a gritos por las plazas- una mierda asesina de la ilusión y la curiosidad, enemiga del conocimiento y del amor al conocimiento, a la que no hay que darle credibilidad). La credibilidad a lo que tu profe sabe ya, sin oráculo, por conocimiento. CREDIBILIDAD PARA EL PROFESORADO. AYUDA en la batalla para que profesorado y estudiantes entiendan que «evaluación» no es esa versión Coco que tanto nos ha machacado siempre!!!

Así funciona la ideología patriarcal:

El maltratador es una víctima de la persona a la que maltrata, y la comunidad arropará al maltratador con su silencio cómplice, disimulando, permitiéndole, quiero decir, su abuso. Miente y manipula y no tiene ningún grado de inteligencia-sentimiento de responsabilidad individual y social y sin embargo, cuando su víctima responde a la violencia sufrida, las más de las veces sin reproducir la violencia, es él quien da pena a todo el mundo, lo que es decir que entre todos y todas intentarán ser presión efectiva para que quien se ha atrevido a cuestionar la realidad de abuso vuelva a su lugar.

Un abuso del maltratador jamás será tan grave para la comunidad como que su víctima no asuma este papel. Mencionarán «cosas positivas» en él y «defectos y errores» en la víctima, a quien se considerará como a las mujeres feministas: excesiva en su respuesta a la violencia recibida.

La violencia del silencio es abyecta, si bien tiene la ventaja de dejar sin duda alguna más espacio que el que te arrastren de los pelos a la plaza pública para condenarte.

DIÁLOGOS FEMINISTAS. Yo también estoy enfadada, pero no acepto reducir el mundo a parte de lo que es el mundo humano, y ni siquiera la más interesante o buena, o la que a mí más me interesa vivir. Sólo tengo mi vida, ningún poder sobre nada más, ni siquiera sobre gran parte de mi vida tengo poder, pero mi mente es mi territorio, mi fuente de realidad, eso que llaman utopía, y para quitármela tendrían que poder físicamente tocarla. Por circunstancia histórica, no les es posible, es decir, aún tengo espacio, y lo estoy ocupando, para vivir, y para existir como mi propia historia, mi propia tierra, mi propia plaza, mi propia casa. Y sólo acabo de empezar.
Por extraño que parezca, me siento conectada con mucha gente que vino antes y que vive ahora. La saga de la masa anónima que el Sistema de violencia no puede tolerar. Por eso entiendo la frase «Nunca estuve sola». Por eso te lo cuento, por si estás ahí.

AVISO. Aunque mi cuerpo sea de apoyo, mi mente no concuerda: no tengo ningún respeto por las personas cobardes (que para quien quiera leer lo que no quiere decir significa: «no voy a seguir su juego, a mí no me engañan, ni me marean, ya»). Tiranizan como las personas arrastradas por la violencia. Dan más cancha que éstas para que te acerques y ayudes, pero deberían levantarse solas. Identificar bien las cosas.

El problema de ser «mujer» (eso que el patriarcado llama mujer) no es sólo que tardas y te resistes a aceptar que tienes inteligencia. Es que esto te retrasa y obstaculiza el que te des cuenta de quiénes no la tienen, no en la medida que les atribuyes. Y no hablemos de la bondad. La inmensa mayoría no entiende que la bondad tiene relación con soluciones inteligentes para la convivencia, y que por eso va unida al pensamiento crítico. Nada de esto se entiende. Y como decía Ferlosio, si en el límite está la violencia…

8 MARZO. CONMEMORAR O CELEBRAR? Sospechad de todas las preguntas con «o»?!! La ideología patriarcal siempre saliéndonos. La fecha es un momento de conmemoración y celebración de la lucha feminista, pienso. Que naciera de un evento histórico trágico igual de trágico que la situación de las mujeres en las sociedades patriarcales del planeta es algo jodido y terrible. Pero a la vez que no olvidar y también que luchar por romper el Orden (patriarcal) para alcanzar la Justicia (racionalidad empática en un mundo verdaderamente civilizado) celebramos la fuerza de la lucha y los progresos porque sabemos que muchas luchas no han sido registradas y por tanto no están en nuestra consciencia; y el que los logros (que sí hay que celebrar, pues son impresionantes dada la variada y extrema violencia enfrentada en todos los ámbitos) no hacen que nos olvidemos que vivimos en un mundo patriarcal donde la inmensa mayoría sufre por este propio sistema, por su violencia terrible a las identidades posibles en la especie! No tenemos por qué aceptar el mandato patriarcal de los binomios que se enfrentan para someterse. Podemos convivir con las dos ideas, pienso! Tenemos inteligencia sobrada para entender cosas diversas sin tener que distorsionarlas para que encajen en un Sistema de Orden donde los bandos se enfrentan para ver quién Vence y quién será Objeto Explotado.
Sí hay motivo para encontrarse y celebrar, y eso no quiere decir que se olvide a quien no lo tiene. Justamente celebramos y luchamos. Y luchando vivimos y celebramos también.

SOSPECHAR Y APRENDER A PREGUNTAR. Hay algo que siempre echo de menos en las miradas críticas, y es un rebelarse ante ciertos condicionamientos patriarcales, los referidos a conceptos y actitudes ante cosas que hacemos y decimos en el activismo. Pienso que es importante sospechar, entendiendo esto como hacerse preguntas sobre la intención subyacente y el hecho conceptual o verbal o de acción mismo, pero que hay que estar alerta también para limpiarse la mirada y saber indagar con más profundidad, hacer preguntas, porque quizá no lo sabemos bien o no lo hemos entendido de la manera más constructiva posible. Yo no puedo creer que nadie pueda pensar algo correctamente, porque entre otras cosas no sé qué es correctamente, y por tanto, siempre tiendo a esforzarme por partir de Preguntar antes de Juzgar. Y plantear el pero desde el no haber despreciado lo que en principio sospecho que debo criticar. (Aclaro que digo lo que intento hacer, no que siempre me salga.) En el movimiento social, encuentro pues mucho condicionamiento dogmático o “cristiano” que digo yo, desde esa noción de que “los cristianos evangelizaban”, es decir, salían a difundir su Verdad. Disentir desde el razonamiento empático sería diferente, sería dejar ese margen para caminar en los pies de lo que se critica (o de quien se critica). Y daría igual la respuesta, es decir, incluso que se verificara que se tiene razón, porque una cosa que yo creo que deberíamos empezar a hacer masivamente es usar la crítica desde otro enfoque: para rescatar lo que sirve, y no estar siempre partiendo de cero o cayendo en la trampa de los binomios contendientes de la perpetua guerra conceptual patriarcal, tan maniquea. Aquí por ejemplo, en la inteligencia feminista se practica mucho esto, pues la cultura que se cuestiona y critica (con la vida propia y toda, entera) te constituye y lo que te diferencia es sólo que puedes imaginar transformar esos procesos. Bueno, no sé si me explico. Pero habría más progreso si en lugar de usar la crítica, la lucidez, para “destruir al contrario” pudiéramos usarla para construir conjuntamente, sin exclusiones que pienso que no llevan más que a la perpetuación de lo aprendido, esa guerra. Esto es pensar desde la noviolencia y el feminismo para mí. Y por eso pienso que sin esos elementos no puede haber una transformación social que realmente empuje con más fuerza para la superación de un Sistema brutal.

No es posible desde la humanidad o el uso real de la mente-corazón, que llamamos inteligencia. No es amor, es sumisión a un sistema de violencia. Intentaré explicarlo.

El ser mujer y hombre según las nociones que de esto ha establecido el patriarcado, las sociedades patriarcales, primero con los “libros sagrados”, y hasta el siglo veinte usando todo lo posible para reforzarlas incluida las costumbres y la ciencia, le ha supuesto a la especie humana una renuncia al uso de la inteligencia y una limitación y distorsión de la propia inteligencia, violencia ejercida contra la persona misma por ella misma, y por la sociedad y sus consensos.

Que una persona (a) pueda concebir que puede tener sentimientos de amor hacia otra persona (b) que no siente ni el respeto mínimo hacia ella (a) va en contra de todo lo que la inteligencia humana, liberada del dogmatismo patriarcal, podría desear y lograr, porque va contra (1) la posibilidad de supervivencia, (2) la posibilidad de construcción de relaciones sociales (que tanto necesitamos porque somos animales sociales), y por tanto contra (3) la posibilidad de felicidad. El querer estar con personas que te hacen daño no es ni natural, ni biológico, ni una realidad humana, sino producto de una educación violenta ideológica que pretende crear sociedades donde haya muchas personas que acepten recibir violencia.

Que el patriarcado es un sistema con especial odio a las mujeres, aunque obviamente sus demenciales concepciones del sistema sexo-género humillen también al resto, lo demuestra este caso que empleo para ilustrar. Y por eso hay tantas mujeres atrapadas en relaciones humillantes y con más tipos de violencia. Y mantenerse en ellas no las va a ayudar a superar la tara en el uso de una inteligencia empática (también hacia ellas mismas) que las proporcionaría una vida muy diferente.

Por dignidad, por rescatar nuestra inteligencia y humanidad, es fundamental pensar, pensar desde la inteligencia feminista, que es la que puede ayudarnos a identificar qué cosas de la sociedad y la cultura no nos son en realidad tan “naturales” y sí nos están impidiendo desarrollar nuestro potencial humano.

nomequiere

PRINCIPIOS E IDEALES. Los principios asfixian, son inflexibles, y por tanto, irreales y duros. Lo mejor son los ideales. Te dan aire, espacio, también para equivocarte, y mejorar, y te sirven de guía para no perderte.

Nunca he tenido miedo al coco. Soy el tipo de persona que al escuchar, «Mira, ¡el coco!», se acerca a la persona señalada para decir, «Hola, ¿qué tal?». Sí siento algún miedo, no obstante: hacia quien me ha advertido de lo que con toda probabilidad no constituye un peligro.

Y es de temer, el juicio unánime de las personas bien integradas en la sociedad y sus submundos sobre su objetivo. Intuitivamente, escribí el relato «Bella y la bestia» para intentar mostrar algo de esa realidad siempre invisibilizada por ese mecanismo social que activa la violenta convicción, el todos a una, el cerrar filas que es la normalización del terror, en sus dos sentidos, el terror como modo de vida y el terror como norma; esa brutalidad que encarnan las buenas personas en el día a día de sus acciones normalizadas y normalizantes. Espero que la belleza de las escenas sobre las percepciones de la niña no impidan ver el bosque de esa historia. Sospecho que le podría pasar algo parecido al relato «Dinero»: la belleza de la percepción infantil retratada sobre para qué sirve el dinero podría ser usada como venda cegadora para no comprender el mensaje fundamental sobre la relación adulta prevalente con el dinero y su consecuente brutalización de la inteligencia.

Volviendo al coco, el aspecto de terror de las historias contiene un eco que está invevitablemente unido al mencionado proceder de exclusión o linchamiento y que es la ferocidad que representa cómo la Buena Gente necesita educar en que es preciso usar a alguien para que todo el mundo pueda respirar en su atmósfera de terror, para que todo el mundo haga piense y diga exactamente lo mismo al mismo tiempo, voluntariamente.

Con el tiempo, he desvelado el verdadero significado del dicho «Dime con quién andas y te diré quién eres», lo retorcido de la distorsión que encubre la frase. Pero prefiero exponerlo con una transformación, ubicándome en el otro punto de vista, para que así pueda servir al menos como autodefensa a las personas que son usadas por la mayoría como cocos: «Dime de qué me acusas y te diré lo que me estás haciendo».

Aquí El Reincidente, de Rafael Sánchez Ferlosio, una fábula precisa sobre el miedo que dan los cocos al Poder de facto, siempre.

Y «Bella y la bestia» y «Dinero» pueden leerse en ebook o pdf visitando la página del libro de relatos La saltadora. Relatos feministas (1991-2014)

(Del muro de mujerpalabra en Fb)  SOBRE NOVIOLENCIA. La población debería pensar más en esto porque se tienen ideas muy raras sobre algo que puede suponer vivir una vida con más calidad en muchos sentidos. Se cree que la gente noviolenta come sólo lechuga, pone la otra mejilla cuando les atacan o agreden, suspenden el uso de la inteligencia crítica, y ceder sumisamente, lo que se dice «ser flexible» que quiere decir «ceder en lo que no se puede ceder», para no disentir jamás con nadie bajo ningún concepto. Y algo importante: que sus principios inviolables les impiden alzar la voz. ¡Y cómo no se ven un montón de violencias que se ejercen a diario! (conceptuales, actitudinales y de palabra, por ejmplo).

Realmente debería sentarme a escribir sobre este tema. Si tuviera tiempooo! Cómo me gustaría escribir sobre violencia y noviolencia desde la inteligencia feminista! Suspiritos!

Yo gritoooooooo! li lo líiiiiii, Gritooooo, Gri-i-itooooo! Propongo una acción directa noviolenta: que gritemos cada vez que vemos que alguien use violencia conceptual o verbal en la vida cotidianaaaaaaa! A gritar! MOLESTO? LUEGO EXISTO! YO GRITOOOOOOOOOO, ALZO LA VOZ! Ay, voy a escribir un relato de esto: Alzo la voz! Escribamos relatos: relatemos todas las voces alzadas que nos han traído los derechos, y la gran diferencia de diferentes gritos! Los gritos de quienes se imponen (sobre todo si son varones o «madres» patriarcales) no se ven más que como naturales, legítimos, del orden, los gritos de las mujeres, histeria, sin duda. Pero resulta… resulta que pueden tener otra explicación! O no? Será que sólo somos histéricas excesivas incapaces y que nunca hay motivo de desesperación ni para alzar la voz?

Sobre el problema del egoísmo. El mayor problema no es que queramos cuidar lo nuestro. Eso no es un problema. Es lógico y natural. El problema se da cuando cuidar lo tuyo implica abusar del resto, o sea, violencia hacia el resto. Revisando frases conocidas, El límite de tu egoísmo está en los derechos de todas las personas. Ahí radica la diferencia entre el egoísmo noviolento y el violento o patriarcal, que perpetúa el sistema de violencia desde lo que Hannah Arendt al parecer llamó la vanalidad del mal.

La construcción de géneros patriarcal es un crimen contra la humanidad.

En relación, estoy de las mujeres radical e inconscientemente patriarcales… que no puedo más… De los hombres así, sin duda, pero también de esas mujeres.

No entenderán todas esas personas que la mente humana es maleable y que se puede desarrollar hacia la humanidad, superando el anacronismo de que los genitales determinen un desarrollo determinado según espera todo el mundo… qué hartura que tengo…

Los hombres patriarcales sobreestiman su inteligencia, las mujeres patriarcales la subestiman y matan a quien sea, como esclavas entrenadas, ¡antes de que se dude de «Sus Hombres», los líderes de la especie! Cansino.

construyenmujer

Expresarle a las personas el valor que les damos, lo que las apreciamos podrá hacer que se sientan halagadas, aunque lo normal es que haga que se sientan queridas y apreciadas, que no es lo mismo, pero sin duda alguna no es lo mismo que halagar, es algo mucho más hondo, empático, de relación humana, y no algo tan trivial y dañino como el halago que se le enseña al Hombre a hacer en el patriarcado.

En el patriarcado se le dice al Hombre que debe halagarlas con regalos y palabras. ¿Para qué? Aquí aparece otro de los elementos distorsionantes y desagradables del «halago» (a parte de que está claro que es unidireccional: del Hombre a las mujeres): para que les den placer sexual o en el más permanente de los casos ¿amor? (el unidireccionalismo se ve en que si le damos la vuelta, no es lo mismo. Las mujeres deben respetar al Hombre, admirarse de sus méritos reales, y ahí está el sistema de héroes y tal, no hace ninguna falta que se le digan tonterías huecas; también porque Él manda en realidad respecto al sexo, por eso durante siglos si ellas no querían sencillamente las violaba y eso se consideraba «seducir», no tortura). Halagar a alguien no es valorar y apreciar a alguien y hacérselo saber, al menos no en el patriarcado: a las mujeres hay que halagarlas para «llevárselas al huerto», «tener la llave a su corazón», como dicen metafóricamente (porque si fuera eso la llave a que te quieran, qué cosa tan insignificante serían las mujeres!, como lo que nos han dicho durante siglos contra toda evidencia!; y si es metáfora de su vagina, ya sabemos, es siempre lo mismo, y encima consideran de mal gusto que lo denunciemos).

Toda esta ideología es machista y misógina. Las mujeres son personas con mentes humanas, no niñas caprichosas a las que hay que engatusar para que te obedezcan o hagan lo que quieres.

Si el Hombre quiere «comprender a las mujeres» bastaría con que empezara a desarrollar inteligencia feminista para limpiar su mente del dogmatismo patriarcal, y así vería que la mente humana es impresionante y compleja y que los genitales no determinan su desarrollo. Con cada «no comprender» suyo se nos está diciendo: «sois caprichosas, hay que manipularos para sacar algo bueno de vosotras». Como a «los indios» con las cuentas y los cristalinos. Cruel la ideología patriarcal, violenta en extremo.

Valorar a las personas es algo que necesita cualquier persona, hacerlo y recibirlo. Engañar, engatusar, manipular, cosificar, usar estrategias es algo que necesitan hacer quienes no pueden sentir empatía hacia quienes tienen delante, esa inteligencia.

Si quieres que te quieran, aprende a querer, a valorar a las personas, y no a tratarlas como si no fueran personas (como si fueran muñecas). (Hay que ver qué afición tiene el hombre patriarcal a jugar con muñecas, qué obsesión con forzar a otras personas a ser sus muñecas!) La igualdad va de mirarse las personas a los ojos y hablarse como personas, no de juegos de poder.

COSAS RARAS DE LA IDENTIDAD (desde dentro). Nunca me he identificado con ningún nombre que no fuera el mío (sólo el nombre), por lo que como siempre me ha costado buscar seudónimos, me he sumado a la adorable masa de Anón(imas). En contraste, nunca me he reconocido físicamente. Lo bueno de estar dentro de ti es que no te ves. Bueno, no es que sea bueno, es que como me ha dado siempre igual… (o más bien, nunca me ha gustado mirarme, quizá porque no me reconocía aunque indudablemente tb por el machaque patriarcal sobre los físicos de las mujeres.) Y siempre me sorprende verme desde fuera. Curiosamente, ahora que estoy en mi segunda mitad de siglo me veo mejor que antes, pero creo que eso es porque tantos años de usar la inteligencia feminista me han ayudado un poco en este peliagudo tema.

SOBRE EL PROBLEMA DE LEER. Siempre he querido leer más y en general no lo consigo. Qué me empuja siempre a estar comunicando cuando pienso que no sé nada, y que hay un montón de ideas expresadas increíblemente en todos los siglos, y algunas rescatadas y muchas al menos ahora, que estamos consiguiendo que queden escritas a pesar del Sistema de violencia, y que podría aprender mucho de leerlas. Y sin embargo, siempre estoy expresando. No porque crea que tengo algo diferente o valioso que decir, pero sí porque creo que tengo algo que decir que tiene algún valor y que aunque se ha dicho parecidamente o diferente o igual necesita ser tenido en cuenta para la evolución. Y luego otro problema: cuando empiezo a leer algo que considero valioso, me emociono profundamente y miles de palabras vienen a mi mente. Leo un párrafo y se me llena el cerebro de palabras que tengo que volcar. Si hubiera nacido en una sociedad evolucionada seguro que no habría tenido este pánico-urgencia marcándome la vida, este afán de crear vínculos de amor (entendiendo el amor como la oposión radical a la violencia). Y por suerte para mí, he nacido en la época de internet, lo que me permite no estar sola, sino muy bien acompañada! Con todo, me gustaría leer más!

Acabo de ver «No me llames fotógrafo de guerra» (2014), un documental que recomiendaría ver con la mente-corazón. Y lo recomendaría a pesar de que la existencia de las mujeres en el mundo de la lucha y el valor, no están bien reflejados, si quiera porque es masiva la representación de hombres.

Con todo, hay cosas importantes que trascienden el condicimiento cultural de ver el mundo del Hombre sólo, reconocer el valor en ese mundo sólo. Cosas compartidas y comunes porque son humanas, a pesar de la distorsión de la concepción patriarcal de todo. Entre otras cosas, porque al menos parte de cada fotoperiodista que aparece ha alcanzado a ver más allá del impulso inicial, debido a la terrible experiencia de la guerra y al conflicto que genera ganarse la vida, ganar una estima retratando el sufrimiento ajeno, como explican.

Afortunadamente, aparece alguna mujer fotoperiodista haciendo su análisis, y aparece alguna mujer en alguna foto, no como víctima y cuidadora «natural» sino como persona.

Del valor, que es algo que se representa continuamente asociado a lo masculino patriarcal (siempre asociado a la acción violenta. Y cómo me dolía el otro día cuando viendo un trozo de una peli de gánsters, el chófer de un gángster da por culo a una chica rusa metida en prostitución forzada ante el psicópata que se lo pide y luego queda como un buen tipo porque le da dinero a la chica, después de la palmadita en el lomo por ser una buena hembra, y le dice: «Sigue viva». Me cansa lo indecible el bombardeo de imágenes/mensajes de hombres violentos que resulta que son buenos en el fondo. Y cómo el cine estadounidense insiste siempre en esto, en lo necesaria que es la violencia para todo y en cómo dependemos de esos Héroes de la violencia), cualquier persona que se haya visto obligada por la violencia a controlar su miedo, sabe bien lo que es, eso: controlar el miedo, conseguir estar, olvidando el terror, el miedo, sobreponerse a esto. Y esto lo pueden hacer las personas, no el Hombre sólo. Y en esto las mujeres no están representadas culturalmente, y cuando lo están, no se las identifica como valientes, como realizando un acto que requiere valor, controlar el miedo. Porque temáticamente en el patriarcado el valor se da en el campo de la violencia, sólo. Sin embargo, el miedo se controla desde lugares distintos, y uno de éstos es la empatía, la solidaridad, el amor, emociones-ideas que podría sentir y siente cualquier persona, no «las mujeres», sólo. Y para que el Hombre no se reduzca a ser «mujer», para asegurarnos de que su valor siempre estará asociado a la violencia, siempre necesaria, el gran dogma: las mujeres cuando hacen algo de valor para la especie, como es «natural», «biológico», no tiene mérito. Cualquier acto de valentía, por ejemplo, en una mujer, que nazca de la empatía, la solidaridad, el amor, el afán de justicia, de cese del sufrimiento, no será visto, no existirá, no será nombrado ni representado.

El valor desde la capacidad de machacar, prevalecer, ejercer violencia no es valor, es guerra. El valor es algo valioso que ejercemos cotidianamente para justamente combatir con pura vida inteligente y solidaria un mundo de violencia e injusticia, y lo vemos a diario en todo tipo de actos incluidos los verbales.

 

FALTA DE INOCENCIA EN LA CULTURA PATRIARCAL. Leo en el libro de Deborah Cameron sobre feminismo y lingüística que Virginia Woolf y luego Simone de Beauvoir se asombraron sobre la cantidad ingente de estudios que encontraron (de los patriarcas de la cultura, supongo, porque sólo nos ha llegado lo que ellos hicieron, además de que se lo pusieron muy difícil a otras personas) abordando la cuestión de las diferencias de uso de la lengua entre mujeres y hombres. ¿Por qué tanto interés? Para, lo nombraran o no, demostrar en última instancia que la inteligencia de las mujeres era inferior, como se ha venido haciendo hasta el siglo 20 tan exclusivamente. Es asombroso el control que ejerce la sociedad y sus patriarcas sobre qué se difunde y qué no para que el Orden patriarcal se perpetúe. No hace falta siquiera tener la intención de hacerlo, aunque sí hace falta ser capaz de no ver, y de no sentir empatía hacia el resto de realidades.

Así, pongamos, lo que sabe “la gente” así como el mundo de la Cultura Establecida es que cuando los filósofos e historiadores hablaban del Hombre eso nos vale a todas las personas (pues como dice la religión patriarcal, es él quien está hecho a imagen y semejanza de Él, dios, y con eso basta: nos representa también a los seres inferiores de la misma especie y esto es un honor, así que chitón). Y lo que no llega nunca a nuestras consciencias o conocimiento es lo que explican esos mismos filósofos e historiadores sobre las mujeres, a pesar del volumen de textos; y tampoco cuánto trabajo han desplegado para demostrar siempre la inferioridad intelectual de las mujeres (y, al fin añadimos, de toda persona que no se conforme a los dos únicos tipos humanos concebibles en la cultura patriarcal, definidos hasta la náusea).

Cuánta violencia puede ejercerse con la omisión y la ocultación es algo que no todo el mundo comprende. Y sí tendemos a al menos sospechar, quienes que vamos desarrollando inteligencia feminista. A pesar de ello, a menudo seguimos sin poder nombrar con claridad las violencias recibidas. ¿Por qué molestarse en la ocultación y la omisión si se tiene todo el poder?

Si hoy en día sacáramos a la luz todo lo que han dicho sobre la capacidad intelectual de las mujeres, esos Hombres de la cultura, de la política, de la religión, sencillamente avanzaríamos más hacia la comprensión de realidades, lo que nos ayudaría a evolucionar en sentidos más transformadores de raíz. Pero no interesa. Porque cuestiona nuestra identidad, la que cree conocer la mayoría sobre sí y sobre todo sobre el resto de las personas. Va a resultar que nuestro primitivismo violento como especie gira en torno a querer que todo sea simple por pánico a la complejidad de la vida y sus relaciones…

Otra idea útil, pienso, es que cuando hablamos, necesariamente lo hacemos desde niveles y enfoques distintos según contexto. Así, por ejemplo, cuando desde la inteligencia feminista se hace una crítica al Sistema, se maneja el par del sistema sexo-género patriarcal “hombre-mujer” (que no es persona con pene y persona con vagina sino “El Hombre” y “las mujeres” patriarcales, por cierto), pero eso no quiere decir que sólo se conciba ese mundo. Pudiera ser que sí, como quienes identifican que el problema es que se ha omitido y combatido una cultura de mujeres, de personas mujeres que no serían como el “mujer” que define el patriarcado. Pero pudiera ser también que sí se esté concibiendo un mundo de personas, donde los genitales no determinarían nada respecto a inteligencia-sensibilidad por sí mismos. Y no es lo mismo manejar el par de conceptos criticados a manejarlo para explicar el mundo. No todo lo mismo es lo mismo. A mí me sigue asombrando como la gente insiste todos los días a todas horas en la idea de que tener pene o vagina determina cómo desarrollamos nuestra mente-corazón, y me asombra porque no hago más que ver ejemplos que como poco cuestionan esa idea.

¿Por qué no recoger también información sobre lo que las personas comparten? Porque yo he conocido a hombres sin mucha inteligencia abstracta o matemática y a mujeres con mucha inteligencia abstracta o matemática, a mujeres que conducen increíble y a hombres que conducen fatal (de hecho las aseguradoras en algunos lugares, por los datos que arrojan las cifras, le ofrecen seguros más baratos a las mujeres), a mujeres incapaces de introspección o de expresar con palabras sus sentimientos y a hombres que se les da muy bien (de hecho, nos han llegado sus obras de literatura, por ejemplo), a mujeres fortísimas físicamente, no sólo por poder parir y echarse al camino para traer agua o labrar la tierra o por poder soportar una violación múltiple y levantarse y cargarse con las personas vulnerables a su alrededor para trasladarse de zona, fortísimas también a la hora de mover peso, y a hombres que no tienen nada de fuerza física, ni de la de sostener su cuerpo, ni de la de empujar y levantar; o a hombres sin mucho interés en la vida de los orgasmos o del placer físico y a mujeres que lo disfrutan y necesitan cotidianamente porque si no no pueden dormir o bien porque si no viven mal, es decir, sufren.

Lo evidente, si miras, sencillamente, es que no es el tener determinado genital lo que determina lo que una persona puede llegar a ser o es. La práctica, sin duda, marca, así como lo que se espera de ti. Pero si la mente humana tiene un rasgo es la maleabilidad, su capacidad para adaptarse, evolucionar, aprender (y si ahora lo presenta empíricamente al fin la ciencia, siempre lo hemos sabido si no nos tenían el cerebro lavado con dogmas). Allí donde hay más libertad para construir la identidad, enseguida surgen ejemplos que desmienten el Orden Tradicional que han impuesto las sociedad patriarcales y sus ideólogos. Basta mirarte al espejo. E incluso a pesar del Orden Patriarcal, siempre ha habido personas cuya identidad no podía explicarse, reducirse a lo que se suponía que eran. Todos los días veo lo que tengo de mujer por mi cultura, lo que habiéndolo tenido, a fuerza de consciencia y trabajo, he conseguido superar, lo que dejo estar o bien porque no me molesta o bien porque no es prioritario, lo que soy gracias a que me he cuestionado y he cuestionado el orden del sexo-género…

Las simplificaciones del Poder siempre me han parecido sospechosas, en el sentido de que en realidad les falta inocencia, ya que tienen intención, y muy mala, pienso. La diversidad de la vida sólo es desbordante para quien la quiere dominar. Para quien no, es una fuente de asombro y alegría, ya que todx ser vivx tiene su lugar.

REFLEXIÓN SOBRE MI PERSONA EN LO TOCANTE A PERSONALIDAD (?)

La invisibilidad, el no importar o el no reconocimiento, tiene su lado bueno, la libertad del anonimato, pero también su lado malo, la autodestrucción, la duda, la inseguridad continua, continuo cuestionamiento y empezar. Si hubiera sido chico, habría podido ser invisible cuando importa, por ejemplo, al entrar en un bar, al viajar por los caminos, y contar cuando importa, por ejemplo, cuando analizas algo, porque indudablemente, aunque el pensamiento crítico es rechazado en los hombres a favor de la cruel tradición, eso en una mujer es sencillamente peligroso, excesivo, negativo y si llegas a pensadora crítica es más tarde, porque todo está diseñado para decirte que tu inteligencia no vale, no es bastante, no tiene nada que aportar (como no sea en las tareas encomendadas como cuerpo femenino que sirve). El lado malo para mí habría sido la responsabilidad pública (oficial), el tener siempre que cumplir (como las mujeres, que tienen esa obligación también, pero ellas sin reconocimiento; y aquí jugaría un papel negativo el reconocimiento para mí si hubiera sido hombre). Como hombre o como mujer, habría sido muy responsable, igualmente, pienso, por eso la parte del reconocimiento en este caso, me habría agobiado. Lo digo porque sé que siendo hombre puedes también evadirte de toda responsabilidad; es otro de los modelos que hay. Las mujeres lo tienen mucho más difícil. Por otro lado, creo que si hubiera sido hombre hubiera sido peor persona, porque tengo un lado violento que siendo mujer he tenido que reprimir, y por tanto aprender a solucionar las cuestiones por otras vías (aquí el filón de conocimiento de las mujeres, para aportar a la política, no de todas, que otras se han especializado en la violencia verbal y psicológica, pero sí de las más críticas con la violencia y autocríticas consigo mismas), y siendo hombre me lo habrían aplaudido, alentado, me habrían dicho que era sexy, todas esas barbaridades demenciales. Pero siendo mujer me odio por odiarme. Creo que a eso la mujer patriarcal está programada. Y si no es odiarse, es maltratarse, ningunearse, reflejar lo que recibe como persona, pues sólo puede ser un cuerpo que trabaja y es usado.

Si hubieras sido el otro género que concibe el patriarcado, ¿habrías sido la misma persona?

SOBRE EL DEBATE FEMINISMO/FEMINISMOS. En mi opinión, cuando se contrapone Feminismo a Feminismos se está mostrando ignorancia, la que va unida a un nivel incipiente de conciencia feminista en una persona de una sociedad patriarcal, que necesitará a cada paso echar un poco de mierda a toda iniciativa transformadora del estatus de las mujeres hasta que se libere y aprenda a dejar de hacerlo, a hacer sencillamente crítica.

El ERROR está en que el feminismo no es un credo (pero la ideología patriarcal nos hace pensar todo igual que es en el Sistema, y hay que esforzarse por imaginar más allá, razonar más allá), sino justamente el rastreo a través de la herramienta revolucionaria del lenguaje (con capacidad creativa inagotable) de lo que las mujeres, al margen de sus diferencias, comparten. Se llama «concientizar» y «concienciar» pero no sobre un credo (la interpretación violenta patriarcal de la idea), un dogma, una idealogía, sino sobre por qué una está mal cuando sospecha que podría ser de otro modo (no encuentra las palabras, no es como quiere ser, ni se relaciona con quien desea relacionarse, ni hace lo que quiere hacer…), y esta TOMA DE CONCIENCIA se hizo siempre desde el LENGUAJE, desde las mujeres compartiendo a lo largo de siglos de brutal patriarcado sus experiencias, en África, Europa, América, en cualquier lugar del mundo. Un compartir que conduce a darle una dimensión no personal a una experiencia personal (de ahí Lo personal es político, una idea muy útil y nada violenta hacia nadie, ni impositiva, sino sencillamente crítica con un sistema de imposiciones múltiples).

El PREJUICIO que opera es un clásico de antifeminismo en todo proceso incipiente de concienciación feminista, al menos, desde mi experiencia escuchando a mujeres de diferentes culturas. Yo misma lo tuve («No soy feminista, pero… y dices algo feminista» y más tarde «bueno, yo soy feminista pero no como esas que… y a continuación algo feminista que la persona que habla no puede asumir porque, por ejemplo, no le compensa, como la crítica a un líder o dios patriarcal). Este prejuicio nace del resentimiento hacia mujeres a las que se «acusa» (un clásico de la violencia verbal-conceptual patriarcal) de querer IMPONER una visión del feminismo. Me pregunto DÓNDE ESTÁN esos textos, esas realidades orales o escritas donde desde el feminismo se pretende imponer a las mujeres una agenda política, porque yo aún no lo he encontrado, y sí he encontrado, sin embargo, miles de agendas diferentes, decididas por cada mujer que la tiene. Obviamente, HABRÁ MUJERES que pretendan imponer una agenda, pero el feminismo, como ideal o realidad, tiene que ver con aprender a desaprender comunicándose para construirse y construir un mundo (que desees) donde ninguna persona tiene más valor que otra por sus genitales.

La AGENDA la tiene el Sistema patriarcal y su ideología, siempre machista, misógina, homofóbica, racista, clasista, nacionalista, especista…. brevemente, su ideología de violencias a todos los niveles, contra todo, de crear identidades siempre en guerra con otras identidades, de forzar a concebir la construcción de una identidad siempre siendo a costa de otras identidades. Buscar libertad de decisión, y desarrollar la capacidad de la solidaridad/sororidad, por vías del lenguaje y de la toma de decisiones sobre tu vida propia sólo puede verse como violencia, como algo despreciable, desde la misoginia y el machismo que llevamos dentro por defecto y que permanece si no lo abordamos.

En la HISTORIA del feminismo, la autocrítica en el movimiento ha sido constante, y cuando ha sido veraz, no sencillamente un ataque antifeminista, ha llevado al movimiento a que nos pudiéramos contraeducar/formar mejor, pensar mejor, actuar mejor, respetar mejor. El tema que no se quiere comprender cuando se obsesiona una persona en criminalizar que no criticar (la criminalización es palabras-violencia, la crítica es palabras-argumento, y por tanto refutables o memorables) a gente que está criticando su propia cultura porque pide que no se reproduzcan las opresiones, represiones, explotaciones que sean de su interés concreto, es que el feminismo no pertenece al marco conceptual patriarcal, no es un arma, no es un sistema de violencia, ni de perpetuación de violencias. Es un intento de transformación justamente de eso, un intento que depende de cada persona individual tanto o más que de que la mayoría consiga entender que no es el movimiento social el que impone la violencia, sino el sistema que intenta transformar ese movimiento social.

MOVIMIENTO SOCIAL por cierto desde la ideología patriarcal no es lo que es desde la racionalidad empática. Pero esto es otro tema!

MACHISTA. Es cansado: cuando le dices a alguien (no digo le gritas, o le escupes, o si pudieras le cogerías de los pelos para echarle a la hoguera en la plaza) que eso que ha dicho es machista o patriarcal no es para insultar, es al menos para que se lo piense, porque quizá tienes razón y podría mejorar su mente-corazón y con ello sus relaciones. Y si no la tuvieras, pues te puede decir por qué normal, con RAZONES, porque a lo mejor no ha sido una crítica acertada.
Pero a menudo te ponen en Marco de Guerra.
Que hay que ver, a los abusones se les permite todo y a la gente que se plantea la autocrítica se le tiende a dejar el desprecio y la subestimación sin más.
El gran problema es que quien lo entiende mal es porque NO ENTIENDE que todo el mundo nos hemos educado, y conformado nuestros conceptos, en la ideología patriarcal, y que todo el mundo es machista en diferentes grados, claro que unos mucho menores que otros, porque trabajando se hace progreso. Se RECUPERA SENSIBILIDAD-INTELIGENCIA. Como cuando dejas de tomar guindillas vascas o chile con todo y descubres que hay una gama infinita de sabores! 

No es que estemos llenas, llenxs de contradicciones porque no sabemos nada. Es que vivimos a horcajadas entre el mundo impuesto y el que imaginamos y creamos todos los días con nuestro cuerpo, con nuestra vida, es decir, en pie para sobrevivir y para vivir. Por eso nos cuesta caer en el dogmatismo, por eso no tenemos programa, o líder. Llegarás a nosotras, nosotrxs usando la racionalidad empática, no esos pequeños valores violentos de Obediencia al Mandato Patriarcal: toneladas de miedo incontrolado e inconsciente,consecuente capacidad de ejercer lo peor de lo que somos capaces: poder sobre la gente en lugar de aprender de la gente, dinero y posesiones en lugar de libertad e imaginación, superioridad, envidia, odio, fama en lugar de alegría, solidaridad, amor a la justicia… Los pequeños valores violentos del Sistema NO NOS CONMUEVEN, ni nos confunden finalmente porque tenemos siglos de conocerlos y analizarlos y combatirlos para superarlos. No has podido, no puedes borrar lo que somos. La vida recoge sobre todo la memoria de la vida.

El problema de ser mujer en el Sistema (patriarcal) es parecido al problema de ser de cualquier grupo oprimido en el Sistema (patriarcal). Quizá la invisibilidad y la cosificación de ser mujer sea extrema, pienso, quizá, porque son sometidas a todo tipo de violencias, muchas aún no visibles para la mayoría, justamente por lo poco que importan, por el poco valor que tienen las mujeres como personas. Es una violencia extrema, estremecedora, lo poco que importan, como animales vivos independientes, propios, con todo su potencial humano. Pero el caso es que las mujeres son personas, lo fueron, lo han sido, lo son, y lo serán. Negarlo siempre radicalmente no ha servido de nada.

Pepa <3

APG: Pero es tan triste tener que estar luchando siempre…

Yo: Sí, pero al tiempo te llena de amor y de inteligencia. Pero cierto, es jodido! Al tiempo, vivir es luchar. Yo lo pienso mirando las y los gatos salvajes de la aldea. Muchas veces vienen sólo para descansar un poco, porque saben que si estamos las grandotas otros animales no las atacarán. Pienso esto cuando me pongo triste. Que en realidad es una suerte poder tener ratos para hacer tus cosas libremente! Cierto que como ves que eso podría ser el mundo, un mundo de libertad, amor y justicia, te desespera lo poco que es, a la poca gente que le toca tenerlo, pero…

Quería deciros que cuando escribía la última frase fue porque un peligro que hay que vigilar en las muchas conclusiones que pienso podrían ser patriarcales, o sea, erróneas, a las que se llega desde esa maravilla que es la aproximación científica (frente a religiosa) a la realidad, al conocimiento, que dice que algo que se repite mucho se vuelve genético. Dices, claro, los caballos perdieron los dedos porque no los usaban, pongamos, pero qué cosas se ven afectadas por eso, porque yo lo que veo es que las mujeres no han perdido la inteligencia a pesar del extremo bombardeo, y que a pesar del patriarcado de siglos, extremadamente violento, sigue habiendo mucha gente que no lo ve así.

No?

Pepa: Claro amora. Siempre nos kedara Madrid! Usease la generación espontánea.  Pompitas d love

Hablando de musas, «ser musa» fue la jodida estrategia patriarcal para anular a las mujeres artistas, al menos, respecto a que pasaran a la historia como artistas (consiguieron hacer daño, sin duda), no que consiguieran que ellas dejaran de crear (la música siempre ha estado ahí, a pesar de todo el ninguneo, subestimación, desprecio, miedo y odio)… Otorgándoles el honor de Ser Musa, se suponía que no podrían elegir otra cosa: qué mayor honor que ser inspiración del Hombre artista? Muy triste, abusivo y bobo.

Era bastante asqueroso porque el tema era: había una mujer artista entre muchos hombres artistas (no era fácil para las mujeres ser nada que no fuera madre, puta y poco más) y la anulaban como con los «piropos», cosificándola y distorsionando el valor de su aporte. Y encima colaba.

Sin el dolor igual, me pregunto si se parece a cómo opera la violación en el patriarcado: si los chicos se quieren acostar contigo, has sido elegida, mola (que luego en lugar de a 5 se te tiran sólo 2, por qué será), y luego es tu condena. Si te conviertes en musa, mola, y luego es tu condena.


Maria Luisa Latorre: Musa=objeto. Artista=sujeto

Reflexión a los 51: Si mi mente puede comprender en algún sentido el espeluznante concepto de “triunfo” (al menos en el contexto de la ideología patriarcal) es sólo como edad que avanza y se cumple. Llegar aquí ha sido un triunfo, y un triunfo es cumplir años. Mi vida empieza a ser como lo hubiera imaginado si lo hubiera podido saber o imaginar (suena raro, porque procedo de una familia bohemia blanca en sociedad industrial y con más posibilidades abiertas que la mayor parte de la población mundial pero es así, nunca he tenido planes, proyectos, ambiciones de conseguir cosas o posiciones, salvo llegado un punto de apaleamiento material y azar psicológico-emocional, sacar el puesto de trabajo de profesora en la pública). Ahora bien, todo lo anterior ha sido vivir, lucha a brazo partido, un aprendizaje valioso para el presente. Mucho estar perdida (aunque en general, felizmente, pero perdida de mí, digamos), mucho miedo guardado adentro y confusión interior y exterior (no poder comprender a las personas), mucho esfuerzo perdido en las cornisas del vértigo, algún esfuerzo con buen resultado o con fruto, algunas relaciones que dieron sus cosas positivas y disfrutables, algunos momentos de relaciones, y relaciones, que hicieron mucho daño, en ocasiones adrede o sin autocontrol, con buena y mala voluntad, mucho uso de la inteligencia y voluntad de ser empática y libre (sin saber en realidad exactamente quién, cómo pero ya veo que eso en realidad no importa, lo que importa es querer ser, existir, que no es decir querer estatus, poder sobre la gente, fama; y ojalá la cultura patriarcal quedara obsoleta con su obsesión por imponer identidades específicas y siempre en guerra unas con otras, por no tolerar las ideas de diversidad y libertad), mucha voluntad de vivir (sin sufrir, digo), no sólo comprensión y asunción de la responsabilidad total de sobrevivir. ¡Todo bastante intenso y a ras de tierra (primario, pero primario humano, es decir, bastante menos condicionado por la biología que afecta a animales con menos imaginación y bastante menos condicionado por la cultura que afecta a animales humanos que creen que los sistemas políticos son Orden Natural).

FALACIAS PATRIARCALES: INSULTAR ALIVIA. No luches (con tu inteligencia, desde la noviolencia, consecuentemente), perpetúa el sistema, acátalo. Uno de los modos en que el sistema de violencia se perpetúa haciendo que todo el participe es a través de la violencia en el lenguaje. No es sólo insultar, es que los insultos a su vez se generan de injusticias conceptuales, y un clásico es «hijo de puta», que perpetúa como siempre el mandato de distorsión y traslada la violencia a quien no tiene nada que ver, en este caso, siendo además invisibilizada radicalmente (al punto que si recuerdas el significado literal mereces las más de las veces que te escupan en un ojo). Por qué si hablamos de un torturador asesino va a desahogar más llamarle «hijo de puta»? Y por qué va a desahogar insultar en lugar de describir sus crímenes? Buscamos justicia o mejor desahogo? Lo que «desahoga» es perpetuar la «solución» de violencia. Te ampara en el sistema, te acoge, te protege.

We cannot chose where we come from but we can choose where we go from there.

The-Perks-of-Being-a-Wallflower-Poster-585x426

INVISIBILIZACIÓN Y TORTURA. Reflexión sin datos pero con datos. Datos sobre violación y penas. No hay muchos en la conciencia general no? «Gracias a los Códigos penales» sabemos que la tortura puede recibir 3 meses de cárcel y el robo por hambre 30 años. Qué cosas. La propiedad es más valiosa que la gente, pero las mujeres son propiedad de facto (en muy pocos sitios pueden realmente elegir, algo) y no son valiosas, sobre todo como «muñecas hinchables», «cosas para el desahogo del Macho» nos cuentan desde hace siglos. Escucho en las noticias que en India violan a una mujer cada 20 minutos. Leí hace años que en Estados Unidos ocurría cada 3 minutos. Son dos «democracias» con la aberrante legalización de la pena de muerte. En India se quiere mucho asociar la pena de violación a pena de muerte, al menos así lo presentan los medios. En Estados Unidos no sé. En fin, no sé nada de este tema, pero al oír hoy en las noticias que había una cadena humana por «el derecho a decidir» y atender, feliz, pensando que la población apoyaba la defensa del derecho a decidir si quieres gestar, parir y ser madre o no, y ver finalmente que era una cuestión nacionalista, que han tomado la frase para otra cosa, sin reflexionar supongo en las consecuencias para la lucha feminista por este derecho fundamental de las mujeres a ser, he pensado que en el patriarcado, todo el mundo contribuye a borrar a las mujeres, la existencia de las mujeres como sujetas con derechos humanos, radical y de forma total, extrema, y esta inconsciencia sumada a la misoginia y al machismo suman una crueldad insoportable, en mi opinión. La violación es un tema tabú, y como cree la mayoría: no tan grave, bastante natural, biólogico muchas veces. No TORTURA, una de los tipos de tortura más brutales, como el forzar a las mujeres a gestar. Que el Hombre cuando imagina la peor pesadilla, pone en las pelis de scifi a alguien (suele ser una mujer, además!) gestando un alien, que te crezca un ser vivo dentro cuando no lo deseas es brutal. (Luego que me posteen en el blog que pobre yo enferma, que vi así un embarazo, sin quererse comprender nada porque no se entienden los derechos de media humanidad. Que por cierto, jamás he tenido que abortar, una suerte inmensa mía. Tampoco soy negra ni indígena americana ni gitana ni trans y entiendo los derechos humanos de todas las personas e incluso siendo omnívora entiendo que el resto de lxs animales tienen derecho a vivir sin ser torturadxs.)

Lo que explica que a 2014 siga la mayoría haciendo como que no existe y difamando a las personas que luchan en el movimiento feminista es la gran cobardía que hay a la hora de usar términos, ideas que ayuden a desarrollar inteligencia crítica respecto al Sistema. El sistema tiembla porque se enfrenta a la más poderosa revolución noviolenta de la historia que conozcamos de la humanidad.

La palabra tabú es «patriarcado», prohibida, perseguida, qué gran miedo da pronunciarla, y sólo es un nombre: el nombre de un sistema social que aún hoy sigue queriéndose presentar como orden natural no como lo que es, sistema creado desde una ideología contraria a la idea de derechos humanos (imagínese este concepto en una sociedad civilizada), haciéndonos concluir siempre que las mujeres en el fondo son malas y que no tienen capacidad intelectual alguna, ni imaginación, ni capacidad de razonamiento, como igualmente no tienen valor, dignidad, nobleza, por eso todo lo que hacen «las feministas» es ridículo, grotesco, merece el desprecio, el no aprecio, la burla y el linchamiento.

Sin embargo, la realidad está ahí. Hemos acuñado «patriarcado», un término científico, útil para el análisis de una realidad que durante siglos se oculta continuamente bajo la falacia biologicista. Creamos términos porque con el conocimiento se necesitan términos. Porque con la transformación se generan términos. No creamos términos comerciales, que nos forren de dinero, sino términos para le desarrollo de la inteligencia y la capacidad de convivencia.

El caso es que quien sí tiene coraje lucha por comprender las buenas ideas, y la importancia del desarrollo de la inteligencia feminista es vital para superar el Sistema, y no se puede hacer siguiendo un manifiesto, por eso el feminismo no tiene una biblia: plantea ideas para superarse desde lo individual y desde lo social las violencias patriarcales y las taras que provocan a nuestras interligencia. marywollstonecraft«Las feministas» no pueden dejar de comprender lo que comprenden porque es un análisis fundamental para desenmascarar coyunturas y estructuras; porque han dado con un elemento clave para el análisis de las sociedades, y por tanto para su transformación.

Que sigan escuchando a los grandes hombres que jamás usan «patriarcado» porque son obedientes. Es lógico. Temen. Tienen mucho que perder. Al no poder ganar respeto sin trucos ni mentiras y manipulaciones, necesitan jugar a ese juego violento de «quema de brujas» que tanto les sobreexcita.

La sociedad, esa masa orgánica (y tan palpable!) de perpetuación de la tradición, está continuamente presionando para que no puedas pensar ni hacer otra cosa que ir » a lo tuyo», por lo tuyo, para lo tuyo… Es una mente tan tan incapaz de comprender que buscar las buenas relaciones, la vida colaborativa con las personas, la implicación en la vida paso a paso, con todo el mundo o CUALQUIERA que esté cerca (que para convivir no hace falta ni caerse bien, hostias), es «ir a lo tuyo» pero con una mente evolucionada, pensante, de racionalidad empática, civilizada… ¿Y cuánta gente lleva diciéndolo siglos, me pregunto? No lo sabremos, porque entre otras cosas, las personas así son barridas o si tienen suerte se aíslan, y porque muchas de esas personas han sido mujeres, y las mujeres no han sido más que Abusadas en el patriarcado. Me contaba Atticus un relato de Asimov, increíble, que se titula «Tontos del culo» (algo así, «Silly Asses»), ¿lo habéis leído?

En español, con el título mal traducido porque no es tan despectivo, lo dice con humor crítico: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/asimov/asnos_estupidos.htm

Silly Assess: http://www.sffaudio.com/podcasts/SillyAssesByIsaacAsimov.pdf

CONCEPTOS PELIGROS (o cosas que no me gustan). Una es que me digan que me admiran. La admiración siempre la he sentido como una forma de desamor, y creo que podría explicarlo. Sé que ésa no es la intención de quien dice eso, pero a mí la admiración me parece desamor. Otra es que me digan que me merezco algo. Esto, aunque de nuevo sé que no es la intención de quien lo dice, me parece una idea cruel, y también creo que podría explicarlo. Es un verbo que me produce horror y jamás lo uso. La otra cosa que tengo en mente no es que no me guste, es menos grave, digamos, es que me causa estupor, que nunca la he entendido. Se trata de que me digan que soy muy original. Y ésta aún no creo que pueda explicarla, pero todo se andará.

La admiración es una condena de la persona admirada a la desconexión, una especie de exilio o destierro.
La idea de merecer es psicópata, incapaz de empatizar con otras personas o seres vivos.
La idea de la originalidad reduce a la inmensidad de una persona a una pose o intención.

POLÍTICA. Ojalá la gente no se deje marear y podamos rescatar la Política de las fauces de la política de partidos políticos. Lo mejor que podría pasarnos es romper el bipartidismo y que los pequeños grupos acordaran ir a por las leyes franquistas que protegen la corrupción. Y, por otro lado, me pregunto si Podemos, un partido político que intentaría crear Política, como otros pequeños que están surgiendo y espero que sigan intentándolo, sabe lo que le debe a Ada Colau y el movimiento antidesahucios del 15M, con muchísimas mujeres anónimas generando cambio (a las que tb les puede venir bien desarrollar o seguir desarrollando inteligencia feminista). Y si van a considerar desarrollar su inteligencia feminista o creen que van sobrados y eso es irrelevante, como siempre todos antes. Y si va a equiparar lo que es con el 15M porque no es lo mismo un movimiento espontáneo de gente que un partido político por muy transformador que quiera ser, y es agotador escuchar todo el rato tanta equiparación y tanta visión distorsionada y distorsionante porque un movimiento social no es un grupo, ni unas personas concretas, sino un punto de inflexión indicativo de que mucha gente comprende algo importante que puede acarrear un paso en la evolución hacia sociedades menos violentas e injustas.

Una razón más íntima para escribir, pero inevitablemente social también, y la parte de escribir que conlleva un esfuerzo a menudo doloroso y una batalla campal, en breve, un sufrimiento en muchos grados, es cuando parece o constatas que no se entiende lo que dices. Que hay distorsiones, continuos movimientos distorsionantes, y ay la desconfianza adoctrinada en las venas de todas las personas.

Entonces lo intentas, explicarlo, por miles de vías, posibles, medio posibles, imposibles, improbables, increíbles, literales y metafóricas, inconscientes, dogmáticas, pero siempre esforzadas en extremo, aunque escribas a gran velocidad, y tires y taches, y olvides para poder volver a intentar decirlo, radicalmente, para poder volver a empezar como si nunca lo hubieras intentado, siempre buscando la inocencia total y el puente, lograr entrar por esa puerta inconmensurable de la comunicación.

Ser escritora es haber desarrollado la creatividad aprovechando, impulsando la inteligencia lingüística, y haber tenido la fortuna, en determinados momentos, y a veces el talento, de transmutar algo propio en algo que puede comunicar a otras personas, conmoverlas de alguna manera, ayudarlas o inspirarlas para entender algo de alguna manera.

Cada vez que esto ocurre, que desde algo tan pequeño como la propia visión y experiencia, los propios recuerdos e ideas, sepas qué seleccionar y cómo combinarlo, crear esa música, esa imagen, esa idea, para que de pronto algo intransferible comunique, es emocionante y asombroso.

No se comparte por fama, poder y dinero sólo. (Y desde luego, si eres escritora con inteligencia feminista, siempre estarás muy lejos de esto.) Se comparte también o aparte por un instinto animal que es un rasgo de las mejores cosas de las que somos capaces como especie.

Que ojalá desarrolláramos libremente en lugar de siempre someternos a la reproducción ad nauseam de la violencia.

 

Lo rescato de una discusión en la red.

Violencia de género. El problema de los crímenes contra las mujeres en el patriarcado es que no son importantes, no se perciben como tales. Siglos de violaciones «maritales» cuando la mujer quería hacer algo más que servir y no se sabe que eso, dejarla preñada, ha sido un arma común en el sistema para la encarcelación de mujeres en casas y su esclavitud. Lo mismo la violación fuera de dejarla preñada, y los asesinatos. No se percibe como un tema de derechos humanos. Basta ver cómo sí se percibe así lo mismo pero hecho «por terroristas»: asesinato o tortura. El Sistema patriarcal está muy profundamente enfermo y sigue educándonos.

Mujeres y violencia. Las mujeres en el patriarcado han sido excluidas del uso de la violencia, que se ha especializado en el macho, u Hombre. Por eso en el imaginario da mucho miedo una mujer con un hacha y quedan invisibles las innumerables violencias del Hombre contra las mujeres, niños, niñas, y otros hombres. Y como ha demostrado el patriarcado la violencia es cultural: las Mujeres han tenido que resolver sus problemas sin usar la violencia física, y los Hombres se han especializado (hasta el s. 20 al menos, en masa) en «resolver» sus problemas usando la violencia física y la intimidación de uso de violencia física, además de todas las otras violencias de un Sistema que basa todo, política, economía, organización social, etc., en el uso de la violencia y la perpetuación de la injusticia.

Al tiempo que la ONU se plantea legalizar drogas ilegalizadas (hartxs de ver cómo las mafias se benefician y enriquecen, y no se saca nada bueno; y no porque no hayamos hecho el análisis desde hace décadas), en España, la extrema derecha manda en el partido gobernante, intentando hundir a la población en las tinieblas del medievo inquisidor. No les bastan todos los abusos, ese pensar que «los pobres» lo son porque son vagxs y poco inteligentes, quieren además, como siempre, el botín de la cruenta batalla: el cuerpo de las mujeres. No obedeceremos el mandato patriarcal de la perpetuación del más violento de los sistemas. Estáis abocados a la extinción si la raza humana va a conseguir superar la tara en la que se nos ha educado durante siglos en este planeta. Nuestra inteligencia puede más que pensar soluciones de violencia.

Lo más pesado o exasperante de ser feminista es que ves lo muy corriente que es que se subestime la inteligencia de las mujeres, tu inteligencia, y la pesadez insondable de que siempre eres sospechosa de querer hacer daño y molestar, esta pesadez irracional, idiota, quiero decir, que no necesita ningún fundamento, basta que abras la boca o teclees un mensaje. (Digo «lo más pesado» no porque crea que la injusticia que enfrentamos sea menos importante, digo la pesadez del trato recibido día a día, aunque a ti te vaya mejor que a otras personas.)

La otra cuestión que se desprende es que además de tenderse a entender que el problema eres tú, tu pensamiento crítico, tu análisis aportado, tiende a ser entendido como cotilleo y afán de venganza. Las ideas lo que menos importa. Una degradación de lo que aportas.

Y si no tienes ningún interés en los lugares del prestigio o poder, y encima tienes que combatir tu Ser Mujer patriarcal respecto al valor que le das a lo que haces, es que tus posibilidades de recibir una atención clara centrada en el uso de la inteligencia son muy pequeñas.

Por eso acabas apreciando tanto a la gente que tiene más inocencia en la mirada, y puede hablar con más libertad. Por eso acabas no pudiendo hablar con mucha gente, la verdad.

La suerte es que ahora puedes escribir y compartir. Es una gran posibilidad.

Con todo, mejor crecer, claro, y escapar, de tanta aplastante realidad, porque hay cosas que dependen de tu mirada, cosas muy conectadas con la calidad de tu día, de tu ir viviendo, y sólo vivimos aquí y ahora

Yo creo que lo de hablar de «igualdad» debe nunca desubicarse de un marco más importante conceptual: que el tema de fondo no es la igualdad, sino el respeto a las personas. Porque ya sabemos que igualdad de derechos se ha concebido con más vistas que las patriarcales pero en un mundo patriarcal, y queda mucho trabajo por concebir mejor. (Por eso yo casi nunca hablo de «igualdad». Pues claro, si hay un derecho que sólo tienen los varones, se puede denunciar, pero «igualdad» acaba haciendo olvidar -no inocentemente, pues tendemos a justificar el sistema aunque no lo pretendamos, por educación- lo clave, al final, por eso hay ya gente que no lo usa, al menos tanto.)

Dos problemas fundamentales en el activismo son sólo muestra del problema más profundo que tenemos en general –quiero pensar por cultura, y no por naturaleza (imagino un mundo natural humano de colaboración, claro, no la falacia biologicista patriarcal del mata o muere)–:

la violencia, no saber hacer nada sin violencias varias (desde burlarse, despreciar, subestimar… como en la supuesta «ironía» patriarcal, a insultar, bloquear, sabotear, difamir, distorsionar, incluso pasar a lo físico), y esa violencia fundamental que es creer que estás en uno de dos lados que son lo único que existe, y el tuyo es el que tiene razón / es superior.

Es un pensamiento primario, pienso, de una especie obsesionada con la violencia, o con una inteligencia tarada. Ojalá no sea así, claro… pero sospecho que es así!

«La mierda que combates fuera la llevas dentro» ha sido para mí siempre una estrella guía para no caer en dogmatismos y para intentar evitar algunos tipos de violencia, ésos de la prevalencia y la superioridad moral.