Porque yo no le doy la importancia que se le da en el feminismo de la diferencia (así como en el patriarcado, aunque en un sentido muy distinto, claro), a la identidad biológica, a los genitales. Pienso que los genitales pueden condicionar así de mucho, sin duda, pero no a todo el mundo, ni siquiera a la mayoría. Cuando hablo de Hombres y Mujeres es siempre desde lo que el patriarcado ha determinado durante siglos que somos las personas (puede ser una realidad nuestra total o no, y hay miles de grados), según tengamos (y sólo hay estas dos opciones posibles en la mente patriarcal) vagina o pene.
Comparto críticas con el feminismo de la diferencia, pero no este tema clave para ellas. El tema de la maternidad es duro, pienso. Y me pregunto si en el feminismo de la diferencia hoy en día se sigue manteniendo esa idea de Ser Mujer implica querer Ser Madre. O quizá es que he entendido mal, que eso puede ser, porque he compartido con feministas de la diferencia lo que comparto, y no otras cosas, y desconozco esas otras cosas en su experiencia.
No creo que mi cuerpo no me haya pedido ser madre porque yo no sepa escucharlo dado el lavado de cerebro al que he sido sometida en la sociedad patriarcal. El patriarcado de hecho, de manera impositiva (lo que lo diferencia del feminismo de la diferencia que lo ve natural y no se lo impone a las mujeres), nos empuja a que sea nuestra máxima aspiración: condena este hecho de que una mujer no quiera ser madre o no lo vea como lo que justifica su existencia y es su destino, y nos ha quemado y torturado por ello, violado, impuesto la gestación, el parto y la maternidad contra nuestra voluntad, la voluntad de «mujeres» que no quisieron ser madres, por importante que sea la experiencia (pero sólo para quien la desee vivir; para el resto, puede ser muchas cosas en grados muy distintos). Y la imposición de la gestación es uno de los infiernos creados por el ser humano: de hecho, el Hombre patriarcal cuando lo imagina, el infierno, por ejemplo en películas de ciencia ficción, le plantea a la especia humana (aunque ni se atreve a hacérselo a los hombres de la peli y se lo hace a las mujeres, lo que no le quita horror incluso aunque estamos «acostumbradas/os» a imaginarlas gestando) la pesadilla de que se pueda estar gestando un ser vivo en el cuerpo propio sin desearlo!
Volviendo a lo de querer ser madre. Podría ser, que no supiera escuchar mi cuerpo de mujer, no digo que no, pero también podría no ser. Podría ser que sencillamente, igual que otras personas tienen imaginación, inteligencia, y no la usan, no necesitan usarla, tengamos vagina y periodo y no sintamos la necesidad de usarlas para la reproducción. Es como lo de la homosexualidad y otras sexualidades: por duro que sea el patriarcado con esto, siempre han existido y más gente sería simplemente sexual si no hubiera la presión a la heterosexualidad que hay. Dicho esto, no niego que ser madre sea una experiencia vital y máxima, aunque sólo para quien desee tenerla y pueda. Pero no creo que ese deseo venga determinado por tener los órganos adecuados (concibo que gente estéril o sin los órganos para ello podría desear poder gestar y parir, y ser -eso sí le sería posible- cuidadora de bebés), y no creo que sea exactamente la misma experiencia para todas las personas, con o sin capacidad de gestación.
Comparto con el feminismo de la diferencia parte del análisis Hombre y Mujer (la función determina el desarrollo de la mente-corazón, de la inteligencia-sensibilidad), pero desde que yo entiendo que la cultura es más poderosa que la biología, y hemos vivido en patriarcados durante siglos, sistemas sociales obsesionados con la atribución de roles en función de la genitalidad. Así entiendo «las mujeres somos» y «los hombres son», y no desde la creencia de que efectivamente exista una mente humana femenina o masculina como existe un frutal que da cerezas y otro que da manzanas. Quizá «las mujeres» (según el patriarcado) seamos mujeres (fuera de lo patriarcal); qué, en función de qué, eso ya no lo sé.
La mente humana para mí es más como la naturaleza, la vida, que puede alimentarse de muchas cosas y transformar y crear y evolucionar en uno o muchos sentidos, similares y diferentes, variados, y en muchos grados. Por eso cada persona es única, aunque todas compartamos rasgos de la especie.
No sé bien qué es eso de Ser Hombre y Ser Mujer, fuera de la imposición de identidad patriarcal, y la identidad de género patriarcal me espeluzna, por sus violencias. Pero apoyo a quien quiera explorarlo y pensarlo, ¡mientras no sea para imponerlo!
Para mí la mente humana es increíblemente maleable, y puede desarrollar muchos talentos, destrezas y potenciales, según cómo se nutra. Y lo sé por mi vida, desde mi vida, y desde lo que veo y entiendo. Por suerte, en neurociencia también hay ideas en este sentido que yo entiendo (aunque también hay lo que yo llamaría malas interpretaciones a los datos, lo que se llama neurosexismo, para justificar el orden patriarcal hablándonos de la existencia de un cerebro femenino y otro masculino; si existen, es por los usos, me explico yo, y los usos podrían evolucionar, en mi opinión).
Para mí la mente humana puede ser cualquier cosa, aunque cada una concreta pueda tender a tener ciertos talentos o combinación de talentos y potencialidades. Y ha sido cruel lo que los seres humanos más violentos han impuesto en la especie, esa limitación brutal a las inteligencias, entendiendo inteligencia como mente, cabeza-corazón, porque allí nacen los sueños, los sentimientos y los pensamientos. Yo soy mujer por cultura, pero soy persona por capacidad mental. El sistema no me explica. Soy mucho más. Y así le pasa a más y más gente, a medida que vamos abandonando el miedo y pudiendo mirar alrededor y a todo. [Gracias a Cultura feminista por este subrayadito!]
Cuando hablo de la realidad social, hablo de Mujeres y Hombres, pero estas categorías no me dicen nada personalmente, aunque yo tengo cosas de Mujer aprendidas tan hondas (como la manera de hablar siempre disculpándote, sobre todo al hacer análisis; por eso prefiero escribir). El mundo que yo puedo ver, no obstante, es éste: todo tipo de seres humanos pueden existir (así es la naturaleza, de hecho; si la viéramos sin los ojos educados patriarcalmente). Puedo imaginar que el género en un futuro sería algo de un estadio primitivo de la evolución humana. Y con esto no quiero decir que no hubiera personas teniendo bebés y queriendo a bebés, o haciendo sexo, oliendo a sexo, y todo lo animal humana que exista.
¡Pero quizá me equivoque, claro! No es muy importante. Lo importante es que evolucionemos en nuestro enfoque de la identidad «imposición, imposición!», y dejemos en paz a la gente, para que sea lo más propia que desee. Todas las guerras patriarcales parten de la gran violencia de la identidad, y lo hemos aprendido muy hondamente.