GENÉTICA Y DESCENDENCIA. La gente que quiere tener descendencia debería leer un poco sobre genética, para quitarse esa idea desinformada sobre que su descendencia tiene más genes suyos que si adopta, y llegar a la opción brutal que ofrece la sociedad patriarcal a quien tiene dinero de alquilar a una mujer para geste sus genes. Si supiera, creo que se organizaría entonces (todo ese esfuerzo y dinero) para luchar por leyes de adopción que ayudaran a millones de peques del planeta y de aquí que por pobreza (exclusión) necesitan quienes les cuiden.Ciertamente, entre amistades se pueden hacer cosas de prestarse el cuerpo y demás. Pedirle semen a un amigo para chutártelo a ver si te quedas, conozco un caso muy feliz. Quedarte sin formar pareja y haciéndolo con amante(s), libremente (donación de semen unawares, sin saberlo, pero no es oro, vaya, y no te van a pedir cuentas, y tú ya lo vas «regalando» incluso forzando por ahí, incluso sabiendo que la mujer no quiere quedarse embarazada y la estás poniendo en riesgo. Además, ser «padre» es más que echar un polvo, y si cuando lo echas no estás haciéndolo para tener descendencia, y de hecho te importa una mierda si ella se queda embarazada, pues que ella controle y elija si quiere o no es tema de ella, lógicamente, porque es una PERSONA con derechos humanos). O pedirle una pareja hetero a una amiga que le geste su bebé. En general eso ha ocurrido en el mundo libre en los 70 y 80 y no tenía nada que ver con la contratación de mujeres para gestar para desconocidos por dinero, es decir, por necesidad económica.HAY muchas cosas de génetica rulando que apuntan a la realidad que podemos verificar cotidianamente: que quizá, mira, entre hermanas y hermanos, los parecidos son escasos o nulos, y que puedes parecerte físicamente a millones de personas con las que no tienes parentesco familiar. Somos de una misma especie, lo de la semillita propia de una y uno es una mala razón para tener descendencia, un tema que debería, pienso yo que no la tengo ni la he querido tener nunca, relacionarse con el amor a convivir con, cuidar, proveer a una personita hasta que pueda valerse sola.
Category: inteligencia feminista
Traducido por michelle renyé (diciembre 2021, mujerpalabra.net)
Audios en inglés y español en Soundcloud, Literatura con inteligencia feminista (michelle renyé)
https://soundcloud.com/michellerenye/snow-white-the-seven-dwarfs-by-anne-sexton
Fanzine a impresión para el 8M 2022 EDICIÓN BILINGÜE
Acoso laboral
Me enfrento a una migraña depredadora
provocada por la mezquindad fratricida
que tantas voces y vidas humanas nos han arrebatado.
Crímenes anónimos, masivos, cobardes,
amparados en la conveniencia de ser nada,
vivir con penosas aspiraciones.
Si mi paisaje era un pueblo de orografías,
todo se ha ido concentrando y de montaña ahora
soy volcán bullendo con la consciencia de lo que son
y de sus crímenes abominables nunca nombrados.
Se escucha un rumor en ascenso y ahora
un torrente de lava.
Camino descalza. Poemas políticos, de michelle renyé
Comparto un Poema político: la niña y el gato. Como éste, así quiero sacar los poemas de este libro que preparo. Sé que en el canon patriarcal no se ahondará en el significado que aporta sobre la identidad humana en la cultura y la identidad humana que la trasciende, pero es un hecho que la cultura patriarcal no ha podido deshumanizarnos con sus siglos de violencias brutales, y lo que pretendo es visibilizar la historia no contada. En fin, seguiré en ello.
En revisión, para Poemas políticos
Nos faltan palabras, visión: afinar en las narraciones y conceptos. A raíz de reflexiones sobre feminismo académico y de partido político ante la inteligencia feminista
Que haya mujeres y personas feministas en el mundo de estructuras de poder reconocidas como los únicos centros, lugar de generación, de cultura y política es indudablemente positivo, vital para la evolución a sociedades racionales empáticas, o noviolentas y libres. Que estas personas olviden o no quieran ser conscientes de que esos centros de cultura y política son sólo unos, porque está todo el pensar y accionar de millones de personas en la vida, esa saga minoría que aún combate la cultura patriarcal prevalente, no tendría que ser, hay opciones. Ser feminista no implica que te desaparezca el marco conceptual patriarcal, como sabemos, aunque a veces nombremos como si no lo supiéramos, sin acotar, «universalizando». Ante la crítica al «feminismo blanco», yo como blanca entendí que debía ampliar mi marco mental porque al nombrar mi identidad estaba generando, perpetuando un objetivo patriarcal de exclusión y violencia. Quise protestar, porque duele, claro: luchar por mi identidad no tendría que hacerte sentir que te excluyo. Pero la realidad de lo que nombramos y pasa al imaginario colectivo consciente, y a la historia, a la memoria consciente, está ahí, con sus injustas y distorsionantes narraciones desde los lugares con más recursos para perdurar en la memoria colectiva consciente, o llegar a más personas. Así pues, hay que narrar libremente y al tiempo, acotando muy bien que tu realidad no es «global» (quizá hoy aún se entienda mejor «universal», pero esta palabra es un clásico ejemplo de las cotas ridículas a las que lleva la arrogancia conceptual patriarcal y ¡hay que abandonar esa palabra!)
El propio mundo académico dice que para escribir (pensar) sobre algo habría que conocer todo lo anterior. (Esto es locura, porque ni aceptando que lo único que existió humano es lo que cuentan en la Historia patriarcal, tan seleccionada y violenta, se puede estar leyendo y estudiando todo para decir lo tuyo. Ahí hay una tara en la universidad española que ha llevado a mucha gente que habría hecho un trabajo intelectual interesante a no estar en la universidad.) Así pues, que personas que (discúlpeseme, no pretendo ofender) siguen esa máxima (por razones de estatus y poder establecido) escriban ignorando lo que otras feministas y personas con inteligencia feminista han hecho, para nombrar según el marco mental patriarcal, del poder establecido, de lo que se reconoce que existe y con ello, se niega existencia al resto, esa manera tan patriarcal de nombrar, pura violencia, no tiene sentido. Por qué lo hacen. Ahí debería haber una autocrítica que no puede darse por razones de poder establecido, aunque como en todo lo humano, siempre hay personas que lo hacen, aunque les lluevan violencias. Porque les ha costado mucho estar ahí, tienen que aguantar mucho, luchar contra mucho, y alcanzado el lugar no se va a poner en peligro por algo incierto, que aún no se comprende lo suficiente.
Visualizando el problema más concretamente. Desanima cómo se cuenta la historia del feminismo en una época además en que ya, gracias a «debates internos»*, sabemos que hay buenas razones para generar otra forma de narrar lo de cada cual. Sabemos ya que para nombrar nuestra particular identidad y lo de nuestro particular contexto o colectivo, no hace falta presentarlo como «universal», genérico de la especie, como hace la Historia patriarcal con la vida, darle una tajo a un trozo, y presentarlo como el todo. Está claro que estamos en transición, porque en los propios textos académicos se encuentra la contradicción en la narrativa: se cuenta algo excluyendo una realidad, pero luego se dedica algún texto a constatar que existió esa realidad, o algo de esa realidad. Es escandaloso respecto a dos temas: la lucha noviolenta (que ni saben nombrar estos textos) y el hecho de que la noción de derechos humanos y su consecuente lucha noviolenta en el movimiento social le debe existencia a mujeres y personas de todos los tiempos que han transmitido ideas a través de la palabra o los hechos de su vida que han dejado clara esta idea crucial de que las personas, todas, no son objetos para que otras personas las exploten, lo que por ahora llamamos «derechos humanos» aunque sin terminar, pienso, de comprender lo que encierra. Y encierra que se entienda lo que el sufragismo encierra (por centrarme en un tema): no sólo luchar las mujeres de posición social que permite opciones, mayoritariamente blancas y de la sexualidad que fuera (porque no se ve cuando vas a votar), por su derecho a votar. Está todo lo que ese sufragismo que sí pasa a la historia, el blanco etc., le debe a ideas y experiencias de la lucha contra la esclavitud de las personas negras, por ejemplo, que por ahora se menciona, si acaso, en un aparte, pero no se integra en la comprensión o la narrativa general con la normalidad de los hechos de la vida, sino que, si acaso, se fuerza como un pegote debido en un lugar, siendo su ausencia de otros lugares más visible, por suerte (así vamos dando pasos en este eterno tener que educarnos a ver mejor, para superar la tara patriarcal y rescatar lo humano, lo que como personas podríamos generar respecto a sociedades y culturas noviolentas guiadas por la racionalidad empática). Igual pasa con la lucha noviolenta, desde el feminismo institucional (académico y de partido político) no se sabe ni el lenguaje que usamos en el movimiento social que presta atención al tema de la violencia y la noviolencia como modos de resolución de conflictos, al pacifismo feminista (no digo «antimilitarismo feminista» por unas razones sobre las que también tendría cosas que anotar), o la ADNV feminista (Acción Directa Noviolenta). A mí me ha sacado los colores leer a filósofas hablar de pacifismo, pues para quien conozca el tema de la lucha noviolenta está muy claro que están hablando de algo que no conocen lo suficiente como para hablar así. Pero ahí está la arrogancia inconsciente patriarcal de personas feministas: se perpetúa el desprecio, la subestimación a existencias que no son la tuya, en este caso, en el ámbito del estudio y la comprensión del tema violencia y noviolencia.
Hay algo que aún no tenemos claro: que las ideas no nacen sólo en la universidad. Si bien la universidad nos ofrece vital material con sus investigaciones para rescatar la verdadera historia de las personas, las ideas que han movido el mundo a mejor, a que no nos autodestruyamos aún por seguir en un tipo de sociedad de la violencia en todo siempre justificada, las han tenido todo tipo de personas, no sólo quienes han podido realizar un trabajo intelectual para el bien de la comunidad, o comunidades, ¡o de la especie! Soujourner Truth, con su «Ain’t I a Woman?» (¡¿Es que yo no soy una mujer?!) no es para un epígrafe dedicado sino para estar integrada como señal de mucho más en una narrativa que no desvirtúe o distorsione las luchas humanas por un mundo menos brutal. Ella dijo eso en una época en que en el movimiento sufragista de Estados Unidos prevalecía que las «verdaderas» sufragistas/feministas digamos eran las blancas, por ejemplo, ellas debían encabezar las manifestaciones** . Ayudó, ayudaron a que se corrigiera un error brutal conceptual, pero a día de hoy, se sigue contando como tema aparte, no integrado en esa historia del feminismo. Igual pasa cuando se menciona en una historia del feminismo la cuestión del feminismo romaní. Y en esos propios textos se ve ya la contradicción: cómo sí hay una sección para nombrar a tal o cual, cómo incluso en la narrativa general se pudiera mencionar, pero no se termina de integrar en la comprensión, en el marco conceptual general, y se nota. Lo que quiero decir es que aunque ya tenemos la información, otra cosa muy distinta es conseguir que eso haga evolucionar nuestro marco mental, nuestra emoción, nuestra cabeza-corazón.
En clase, el 10 de diciembre, siempre intento plantear (y no genera análisis ni debate, sino una especie de estupor que, espero, al menos ayude a «ablandar» la ceguera que impone la ideología patriarcal, conmover para limpiar la mirada) que la noción de derechos humanos ha sido construida por muchas personas, una saga crítica con la cultura prevalente, a lo largo de los siglos, personas que han podido o no estar en posiciones de poder establecido, y la mayoría no lo ha estado, porque no pudiera estarlo o porque rechazaran estar ahí o las dos cosas. Que no es un hecho concebido y redactado por nuestros patriarcas. Que, aunque positivo, no fue sólo por la lucidez y la fuerza de Eleanor Roosevelt, que también. ¿No habría una manera más amable, más realista, de contarnos las cosas? Por lo pronto, siguen faltándonos palabras. Cuando nombramos la historia del «feminismo ilustrado» al «feminismo de clase» falta todo lo relacionado con las cuestiones del mundo no blanco. Nombramos el mundo blanco disidente pero sigue siendo el que llega a las estructuras reconocidas de poder, digamos. Sigue siendo desde la mentalidad compartimentalizadora patriarcal, con sus ideas nefastas sobre lo que es diversidad y lo que representa. La diversidad humana no puede ser selectiva o excluyente, aunque podamos cada cual hablar de nuestra identidad y construirla contra ese todo que es la cultura patriarcal.
Las ideas nacen, se transmiten y generan realidades no sólo en lo que renoce la cultura prevalente. Hay universitarias, intelectuales, pero también todo tipo de personas en todo tipo de lugares que han movido el mundo hacia otro rumbo, un rumbo no patriarcal, artistas, activistas, mujeres constreñidas por su explotación total en un contexto o situación… Yo dudo que la historia del feminismo, como cualquier otra historia humana, nazca en un momento histórico, siquiera porque no conocemos la historia de la humanidad. Tiene que haber espacio para esa duda. Y así, abrirse ese marco conceptual de que logros sociales vienen de muchas cosas, de mucha gente tendiendo a algo diferente, que cuestiona la cultura prevalente. Quienes sean la persona que hizo tal o cual, ¿pueden ser nombradas así sin que eso implique esa mitología de Primeras (y Únicas, es la implicación) Personas que Hicieron? Es todo muy complejo, pero hay que seguir mejorando las narraciones, para que nombrándose algo invisible, no se invisibilicen otras realidades, sino sencillamente se nombre una realidad.
Este texto está escrito tal cual, sin tiempo a elaborarlo y organizarlo. Espero que se entienda o que aporte algo para seguir avanzando en comprender y nombrar con más racionalidad empática.
—
Notas
*Debates internos: esos que en general se ignoran en el feminismo de las instituciones educativas o de gobierno, por ejemplo; aunque luego se aprovechen, el eterno modus operandi del poder establecido patriarcal, del que no se libra ningún movimiento por transformador que sea si no se mantiene una afinada consciencia o también autocrítica.
**Manifestaciones (lucha social): ese modo de ADNV que si bien no inventaron, sí lograron transmitirnos como herramienta de lucha noviolenta para la sociedad que no tiene acceso a los micrófonos y textos publicados. Digo «no inventaron» porque que masas de gente se lancen a la calle a intentar frenar al poder establecido se ha hecho con toda probabilidad en la historia de la humanidad, aunque no lo sepamos. Lo que no quita valor al hecho de que las sufragistas, desconocedoras además, como la mayoría hoy también, de la historia no contada en las sociedades patriarcales, dieran con la forma de lucha noviolenta de la «manifestación» y la popularizaran — que como siempre además borráramos de nuestra memoria o consciencia colectiva que nos vino el ejemplo de ellas es un caso más del terror de género patriarcal, su poder de aniquilación incluso a través de la omisión, convertida en arma de destrucción masiva en el patriarcado.
Manifestación feminista Petra Kelly 2017 Lula 2011 No soy una niña mala. Es que tengo una duda (humor feminista) Norma Quixtan 2016 Gloria Fernández López artistas prehistóricas Berta Caceres Mujeres indígenas June Jordan Atticus y Scout (Harper Lee) Mary Wollstonecraft, y la dignidad porque las mujeres pensamos artistas prehistóricas Marcela Lagarde Nawal Al Sadaawi Ani Di Franco Audrey Hepburn Toni Morrison Goya Mujer Palabra Wilma Mankiller Jane Bowles Angela Davis Bronislawa Wajs Tico Pelayo Olympe de Gouges Mujer Palabra Joy Harjo Alice Walker Sara López Olvera 2017 Querer a una feminista JM y michelle renyé Carmen Reñé Francisca Martín-Cano Abreu Mujer Palabra Hadizatou Mani Mina Loy Zene u Crom Mujer Palabra Mujeres de Negro España y Balcanes Ruta Pacífica de las Mujeres Colombia Difitas en mani feminista Noelia Heredia Mujer Palabra Marcha de las putas Audre Lorde Manifestación feminista Emma Goldman Mujeres del MOC Mujeres de Greenham Common Niña en lucha noviolenta, Gaza ¡Basta! Niña palestina en lucha
BONDAD Y PATRIARCADO. cada vez k se le dice «tonta» a una persona con valores màs humanizantes k los k imperan en la sociedad patriarcal, se está ayudando a perpetuar su orden brutal. Lo que sí parece ser algo falto de inteligencia y empatía.
MIEDO IRRACIONAL, ENVIDIA, AVARICIA EN EL PATRIARCADO. ¿Qué explica que personas perfectamente humanas, capaces de razonar empáticamente, de querer y ser generosas y valientes, ser parte de una red humana de mutua compañía, elijan ser la versión más violenta de sí mismas? ¿Tanto les da pasar ese miedo, sentir esos sentimientos que tanto daño hacen y les hacen? Las más de las veces, no consiguen nada, más que llenar sus vidas con esas violencias y mezquindades. Y cuando consiguen algo, les dura un tiempo limitado. El resto, ese no poder vivir en sí si no obedecen el mandato de destrucción de una sociedad con valores patriarcales. La violencia que vemos en las guerras tiene sus raíces en la vida cotidiana.
(Pegaré más posts aquí si los escribo)
Recojo hoy que estoy muy opinante de todo las tres recetas que me he inventado en la vida, que no justifican que no sepa cocinar (ese un daño colateral de mujer consciente en la sociedad patriarcal, un precio que he tenido que pagar, porque siempre se espera que una mujer sepa cocinar porque es mujer, en fin, la soberana estupidez imperante) pero que de alguna manera me han ayudado a ofrecer algo rico a personas queridas alguna vez!
Cóctail «Biblioteca de Mujeres», dedicado a Marisa Mediavilla
Se pone un trocito de mango y alguna uva pelada sin semilla en una copa de cava y luego se echa el cava y se deja un ratín. Se bebe despacio y te comes la fruta cuando esté bien empapada de cava!
Ensalada «Atticus tiene un día raro», dedicada a Atticus
Se corta un plátano en rodajas, se pela y corta por la mitad un aguacate, se pone en un plato y se le echan por encima pasas de Corinto, dátiles del desierto y unas hojas de yerbabuena fresca. Luego por encima un chorro de aceite de oliva virgen extra.
Menú «Cena de verano Difitas», dedicada a las DIFitas, mujeres de la red Desarrollando inteligencia feminista, para las sesiones de trabajo por amor a la vida!
Plato único y postre
Ensalada: pasta (de lenteja roja, por ejemplo), aguacate, espinaca fresca, atún, pasas pequeñas, aceite de oliva, vinagre de Módena
Postre: mango y uvas pequeñas negras con helado y barquillos y unas hojas de yerbabuena,
o bien
mango y uvas pequeñas negras en mitad yogur natural mitad nata para montar batida (en la nevera tendría que quedar algo durita), con ramitas de yerbabuena
Quizá tengo que editar esta última porque luego me pongo y quizá me sale otra cosa… 😀
Hoy he conocido a la que será, espero, mi traumatóloga después de 10 años sin ir y haberme mudado. Una mujer que no se asusta porque escucha y comprende. Aquí un fragmento de la conversación en la consulta, para ilustrar lo que digo.
La pongo en antecedentes: Tras años de «lumbagos» finalmente supe que tenía una hernia discal 4-5 y bueno, me puse a aprender eso de la vida de princesa: no cargar peso, moverme con suavidad… Bueno, en lo posible! (siendo independiente es algo jodido, la verdad, pero se hace lo posible).
Ella, ante mi consulta sobre si me hago daño en las rodillas con rotulitis al andar a buen ritmo cuesta arriba con lo que me duele (de ver estrellitas de dolor), si eso podría deformármelas más o algo: Andar siempre es bueno, no te va a deformar las rodillas. Lo que daña es el deporte de impacto en los huesos.
Yo: Además, desde hace ya como 10 años o 12, conseguí aprender a no pisar tan fuerte. Es que yo de pequeña para ser libre tuve que aceptar ser marimacho y me movía como una brutota.
Ella: Y ahora eres más femenina.
Yo: Sí, eso.
😀 😀 😀
Me ha encantado. Me comprende perfectamente. Y no la parece que desvarío con mis imaginaciones! Sabe que son apreciaciones científicas!
No me comprendes, eso
no me convierte
en una amenaza a exterminar,
en una persona despreciable.
Podemos hacer música…
Los pies en la tierra,
roja, verde, rosa, ámbar,
ese palpitar,
los pulmones llenos
de noche y de llama,
la voz como agua:
transparente, pura, bronca.
Podemos erizar el aire
con el rumor y los destellos
de la risa y la palabra.
Basta
comprender esto otro.
m. renyé
Julio 2018
(Con Bronislawa Wajs, Petra Kelly, y tantas otras personas noviolentas vitales para la especie!)
RESPETO A LAS IDENTIDADES COMO PROCESO-CAMINO DE AUTOCRÍTICA Y APRENDIZAJE AUTÓNOMO PARA LA SUPERACIÓN DE LA TARA IDEOLÓGICA QUE NOS TRAE LA MILENARIA CULTURA PATRIARCAL. Algo fundamental que todo el mundo puede hacer para construir sociedades humanas que superen la tara ideológica de considerar la violencia como único modo eficaz de tratar los problemas y las relaciones es el desarrollo de la inteligencia feminista, de una inteligencia que apuesta por la racionalidad empática para construir su comprensión del mundo y de las relaciones, en torno a la cuestión de la identidad, del respeto a las identidades humanas. Cuánto más crecería el mutuo apoyo y al tiempo el dejar vivir identidades individuales y colectivas diversas si se comprendiera esto. Es agotador lo poco que se comprende dentro del activismo cómo perpetuamos la ideología del sistema sexo-género patriarcal por cómo vemos a otras personas y las relaciones, siempre desde esa mentalidad de binomios contendientes donde uno debe prevalecer porque representa el bien y el otro ser aplastado porque representa el mal. Lo vemos entre gente con empatía y poca autocrítica en el movimiento social y en los partidos políticos y sindicatos, por ejemplo, cómo es común encontrar personas que creen que por haber dado con algunas buenas ideas pueden condenar a quienes no lo vean o a quienes no actúen o hablen igual, con sus mismas palabras. Es pesado y negativo, y sería sencillo abrir la cabeza-corazón al mundo humano, y entender que en cualquier caso todo es un proceso y sin respeto mutuo, haciendo lo mismo que hace la cultura patriarcal todos los días a través de la mayoría que acata los valores milenarios aprendidos y también de quienes creemos saber por donde tirar para superarlos: dar la espalda, condenar, invisibilizar, no tener en cuenta, difamar, no escuchar, no dialogar… Hay tantos ejemplos cotidianos, que desmoraliza poner a escribir un ensayo sobre esto. Es doloroso, sin duda. Porque no se ve su irracionalidad y violencia. No se comprende que la violencia coyuntural y estructural del complejo sistema de violencia del patriarcado la perpetuamos a diario con palabras, ideas, modos de hacer coherentes con los valores y visiones patriarcales. Las personas tenemos un potencial asombroso para construir las sociedades que como personas o minorías llevamos siglos imaginando y de alguna manera dando realidad (parcial siquiera) en nuestras vidas.
De la saga de Petra Kelly, dando otro pasito, desde un feminismo algo diferente, más en la creencia de que el respeto a la vida puede nacer y nace como mínimo también no de algo espiritual sino de la comprensión y el amor a la vida, y de que ser mujer o hombre en las sociedades patriarcales milenarias es una realidad pero no humana sino del sistema de la cultura, pues la humana es mucho más diversa (hay muchas más formas de ser mujer que la que se define en el sistema sexo-género patriarcal, que asocia ciertos genitales a un conjunto de funciones en la sociedad y cualidades de la mente, limitándonos y deshumanizándonos).
Para que pare un poco, que nos controlemos, en educar a las personas pequeñas en que es fundamental que YA digan si son niño o niña, porque son PERSONAS primero y porque además pueden ser niño o niña de muchas formas que el patriarcado ha perseguido siempre a través de nuestras visiones mayoritarias, intolerantes, inquisidoras, excluyentes…
Lo que nos ayuda a rescatar nuestra humanidad son nuestras diferencias
Según lo comprendo yo, el desencuentro dentro del feminismo respecto al tema de la identidad se encuentra en que hay personas con inteligencia feminista que creen que la distinción Hombre-Mujer es biológica, como lo cree la cultura patriarcal, sólo que conciben la superioridad de forma contraria: la “naturaleza femenina” sería superior a la “naturaleza masculina” por las mujeres están vinculadas a la vida y el amor/construcción y los hombres a la muerte y la violencia/destrucción. Ambos pensamientos emplean para su comprensión del mundo lo que llamo los binomios contendientes donde uno debe prevalecer sobre el otro porque ideológicamente se considera superior, es decir, donde uno representa el Bien o llamémoslo ya (que ayudará a evolucionar, pienso) El ideal y el otro el Mal o bien Los peligros.
Matices aparecen en los feminismos respecto a cuántas identidades humanas son “naturales” e incluso entre personas feministas que no se identifican claramente con la visión del feminismo de la diferencia se produce la desconfianza respecto a que la identidad humana, natural y cultural, pueda ser más diversa que una idea algo más borrosa que la patriarcal pero muy parecida sobre que las personas somos Hombres y Mujeres.
El encuentro de los feminismos respecto al tema de la identidad está en el rechazo al sistema sexo-género patriarcal, que define la identidad humana restringida a una versión de lo que es ser mujer y ser hombre, donde la mujer es vista como inferior al Hombre.
La cuestión es, sin duda alguna necesitamos ser conscientes de los puntos donde podemos aunar esfuerzos, para fomentar eso, y no tanto la no comunicación y la perpetuación de la idea patriarcal que lo diferente es el enemigo.
Son ya siglos de patriarcado, y realmente, esto tiene que superarse ya, esta tara ideológica de la que somos objeto culturalmente, que es decir, conceptual, verbal, psicológica, físicamente también.
En los hechos pequeños de la vida cotidiana se puede rastrear el afán de violencia respecto a la identidad humana, y esto no nos ayuda a evolucionar. Por eso en el movimiento social del feminismo (o los feminismos) otro punto de encuentro es saber de la importancia de las palabras y las ideas para transformar acciones y actitudes del mundo de la violencia, porque la violencia física o última se construye, es posible por la existencia de todos estos otros tipos de violencias posibles: ideológica o cultural, sentimental, emocional, psicológica, verbal sin duda alguna (véase la misoginia tolerada por el mundo oficial de la cultura de la Real Academia de la Lengua Española, que no puede soportar que a las mujeres se les deba el mínimo respeto de nombrarlas si te diriges a ellas, buscas su apoyo, hablas de ellas o de la humanidad o las personas).
(Para mí el feminismo pacifista incluye todos los temas que el pacifismo patriarcal obvia, todos los tipos de violencia que el pacifismo patriarcal, espiritual-religioso o ético-político ignora, incluido el hecho de los siglos de lucha noviolenta de las mujeres, con todas las ideas de lucha que nos han proporcionado y no vemos, no se las atribuimos.)
Sobre mi postura personal, por un lado vital, intelectual-vital, yo no puedo entender bien la cuestión de la superioridad como tampoco puedo entender bien la admiración, si no fuera algo así como la superioridad ética, de racionalidad empática, pero no podría llamarse así porque desde esa racionalidad empática no sería éste el mejor nombre, “superioridad”, tendría que existir otro. Y por el lado de observación de la vida humana (esa pasión, ese miedo y esa necesidad de conocer), lo que yo llevo visto en medio siglo de vivir intensamente, me ha conducido a pensar en personas, intentando ver más allá, con más inocencia o libertad, de nuestro adoctrinamiento de cultura patriarcal en los binomios identitarios base a todos los sistemas de violencia patriarcales, de Ser Hombre y Ser Mujer. Aunque entiendo que la cultura prevalente haga que nuestra maleable mente desarrolle más las cualidades que se nos dice tener culturalmente, porque queremos que nos ayuden, o quieran, o admiren, o teman… Yo he visto rasgos y ausencia de rasgos supuestamente correspondiente a un género sólo en los dos, e incluyo la fortaleza física (que además puede concebirse desde muchos enfoques muy diferentes, curioso que sólo se hable de uno) o la capacidad de comprender cosas.
“We can best help you prevent war, not by repeating your words and repeating your methods, but by finding new words and creating new methods” Virginia Woolf (Como mejor podemos ayudaros a evitar la guerra no es repitiendo vuestras palabras y reproduciendo vuestros métodos sino hallando nuevas palabras y creando nuevas formas de hacer las cosas. Citado en Petra Kelly (1983), p. 35, Fighting for Hope, Chatto & Windus. The Hogarth Press, 1984)
Si los genitales nos especializaran en capacidades no habría tantas excepciones como encontramos día a día; y cómo nos pasamos los siglos sobre todo hablando y actuando para juzgar y condenar las “excepciones”. No deberíamos perpetuar esta especie de fe, que no conocimiento, en la identidad de género humana porque ponemos muy difícil poder colaborar en la construcción de un mundo humano donde los valores de respeto/amor, solidaridad/cooperación, honestidad-sinceridad, y noviolencia prevalezcan.
El pensamiento, la ciencia, el lenguaje, las emociones…, son productos humanos, y pueden llevarnos a todo tipo de hechos, constructivos y destructivos en infinitos grados. No creo que los genitales tengan mucha influencia, con su química incluida, dado que la mente humana tiene capacidades como la imaginación.
Termino con una idea que expresó, probablemente entre muchas otras personas a lo largo del tiempo, Einstein, y que yo leí en un artículo de Petra Kelly, del citado libro Fighting for Hope: “Everything has changed except our way of thinking” (Todo ha cambiado excepto nuestra forma de pensar / marco mental).
A la gente curiosa, con afán de aprender y mejorar, se la malinterpreta mucho. Sencillamente, culturalmente, no se puede creer que algo pueda hacerse por eso tan fundamentalmente humano como es la curiosidad, el afán de aprender y mejorar.
Lo malo no es la malinterpretación: eso podría corregirse preguntando, escuchando, confiando en la respuesta, que no es tan difícil de entender ese tríada de afán, tan humana. Lo malo es que esa malinterpretación está asociada en las culturas patriarcales a ejercer automática algún tipo de violencia, la más invisible, la que educa en que no se tenga curiosidad, ni ganas de aprender ni de mejorar.
Abro el verano, la huida feliz a mi mundo,
al mundo de la libertad de movimiento,
esa bicicleta de la niñez
que te transporta lejos
de la falta de visión cotidiana;
el paseo como respiración de luz
porque todo deja impronta vital
en el claro que abre el día y también
en la oscuridad intensa y plena
de los grillos y el jazmín, las noches de verano…
Abro el verano a la lectura como viaje,
como reencuentro, el libro un puente,
y siento, conmovida, profundamente, gratitud.
Desde tus palabras, Mina Loy,
con mi voz de presente,
construyo el paso, creo ese tipo de realidad,
la que se extiende por las eras de la historia,
rebeldes, tú y yo, nuestra saga,
rescato ese pasaje de siglos
y de lucha por la vida,
conectadas,
un tipo de fortaleza gigante,
de Davida limitando los hechos de violencia de Goliat.
30 de junio de 2018, revisado el 6 de diciembre, 2018
Hoy por azar al releer a Mina Loy y mirar mi traducción de inicios del siglo 21 (2000 y poco, si no 1999) he visto que no comprendí bien una cosa, así que aquí está la traducción que considero más fiel a lo que ella dijo y a cómo lo diría en español. Así que esta tradu es del 2018. 😀
No hay Vida ni Muerte
sólo actividad
y en lo absoluto
no hay declividad.
No hay Amor ni Deseo
sólo tendencia a
Quien pretenda poseer
es una no entidad.
No hay Primero ni Última
sólo igualdad
y quien pretenda dominar
es todo vulgaridad.
No hay Espacio ni Tiempo
sólo intensidad
y lo dócil
no tiene inmensidad.
https://soundcloud.com/michellerenye/no-hay-vida-ni-muerte-poema-de-mina-loy-traducido
Derechos humanos, libertad, justicia social, feminismo, derecho a la identidad individual y colectiva-cultural, antiespecismo, antimilitarismo, ecologismo…
Un problema que plantea la libertad en el contexto de sociedades patriarcales milenarias es los hechos de la mayoría, que acatan ciegamente el mandato de la tradición, con sus valores patriarcales milenarios. Y un valor es no razonar, no escuchar, no dialogar, no pensar, no respetar sino más bien ejercer el “conmigo o contra mí”, es mundo en blanco y negro, tan violento y tan antihumano.
¿Cómo poder transmitir ideas para su análisis vital y debate racional empático? Porque sin esto, sin que la mayoría comprenda algunas buenas ideas (que no ideologías, no hablo de paquetes de ideas que imponen, como paquete que son, dogmas de fe) –que rescatarían nuestra humanidad y construirían sociedades menos violentas e injustas— no podemos ser eficaces a la hora de neutralizar a los violentos. “Frente a la violencia de un loco”, me dijo Julio una vez en Centroamérica en los ochenta, “ni violencia ni noviolencia”, y entendí muy bien lo que significaba, pero no todo lo que significaba. No significaba que la noviolencia no fuera una buena idea para estructurar las relaciones humanas personales, en sociedad y en el mundo. Como sí interpretaban los dogmáticos del pacifismo, quienes no podían tolerar una frase así. Sí implicaba que para que el espacio de noviolencia como modo de actuación cotidiana en la sociedad pudiera llegar a serlo era preciso que una inmensa mayoría comprendiera que rechazar la violencia en masa –en lugar de justificarla siempre siguiendo el mandato de la tradición, de nuestra supuesta historia (ésa tan seleccionada por los más violentos)— impediría la violencia en muchos espacios, permitiéndose la evolución de nuestra naturaleza por otras vías. Porque no sólo cuenta lo que está, también cuenta el potencial. Y las culturas evolucionan, se extinguen, cambian, nacen.
La problemática de qué ocurre con las buenas ideas en la sociedad patriarcal tiene relación con el bombardeo de desacreditación, difamación, demonización que sufren las personas que queriendo o sin querer se ven vinculadas a ellas. Todo esto hay que observarlo, pensarlo, hablarlo y analizarlo. Porque es un problema grave: mucha gente querría escucharlas (que no quieran no quiere decir que no hayan tenido su impacto, pero claramente: si fuéramos conscientes el impacto sería más determinante de un cambio social duradero y más profundo, más consolidado), incluso las compartiría, pero hacerlo se vive como un riesgo, el riesgo a quedar fuera del grupo que sigue al líder, que sigue la tradición, la historia contada, quienes han sobrevivido. Y culturalmente tienen prohibidísimo escuchar, y pensar, y poner en común ideas con el fin de explorarlas y conocerlas, que es algo que va antes que decidir que son ideas que quieren incorporar a tu vida y relaciones. Porque escuchar puede transformar el mundo. No es sólo que HABLAR, nombrar, consciencia que le debemos agradecer muy mucho al movimiento feminista, es ACTUAR (si no me nombras, tú no existes), es también que PENSAR, COMUNICARSE y ESCUCHAR pueden, como absolutamente todo lo humano, representar, ser ACTUAR, ser cambio a mejor, r-evoLucionario.
En clase, ¿cómo presentar ideas de los movimientos sociales, cuando sabemos que las personas se defienden de escucharlas atribuyendo maldad, ganas de despreciar y destruir, a quienes las plantean? –como vemos que ocurre con el feminismo, que se interpreta y distorsiona a “Odio a las personas hombre”, en lugar de algo que sin duda plantea, “Crítica a la interpretación y a la imposición de la identidad Hombre en el patriarcado”, o con el antimilitarismo, que se interpreta como “Odio a las personas que trabajan en los ejércitos” en lugar de lo que sin duda plantea, “Crítica a las soluciones de violencia como método para la resolución de los conflictos”. Y digo esto consciente de que dar con buenas ideas no te salva de convertirte en una persona integrista dogmática, que acaba perpetuando precisamente lo que combate al ejercer un no tolerar que se rechiste, que puedan existir diversos modos o maneras o enfoques o desarrollos y que quizá haya que escuchar y pensar más antes de despreciar, juzgar y condenar. Que quizá haya sencillamente que convivir.
Voy a llevar a clase a Petra Kelly. Creo que trabajar sobre su vida y obra de análisis puede ayudar a muchas cosas, incluida que su vida pueda verse, valorarse como tal, sacarla de la condena a No Ser porque un hombre al que ella quería la asesinó, y ya se sabe, a los héroes patriarcales, al Hombre, no se le puede criticar, aunque nos cueste la deshumanización, la negación de la verdadera historia de la humanidad, la condena a ser como no somos, que basta mirar con mirada clara para ver la diversidad y el potencial que tenemos para superar la tara de violencia patriarcal a diario, sin tener que reproducir los modos patriarcales de lucha: la mentira, la falta de escrúpulo, la acusación, la cobardía, la falta de razón empática…
A ver si me sale… Pongamos el hip hop, el blues, los jazzes, el flamenco… (no menciono otras músicas, para que no se me escape esta reflexión, porque el tema de la música es increíble) hay comunidades que han aportado a la raza humana un tipo de música de extraordinario valor artístico. Como músicas que han llegado a personas de cualquier comunidad, pueden gustar a gente de fuera de esa comunidad a puntos pasionales, tanto como agentes de la música o como personas que la disfrutan.
Pues bien, se dice que esa música suena mejor cuando la tocan o cantan personas de la comunidad que la originó, como si esa comunidad fuera un ser con esa característica, y como si pertenecer a una determinada comunidad diera una cualidad que no puede tener ninguna otra comunidad humana.
¿Pero no es la música una cualidad humana? Y cuando una comunidad da con un tipo, dan con ese tipo las personas artistas que lo generan, no todas las personas de esa comunidad. Análogamente, le gustará a personas de fuera de esa comunidad, y no a todas. Es arte. Arte es dar expresión a una realidad, pero la realidad tiene enfoques, formas, desarrollos incontables en su narración. Si otras personas de otras comunidades han compartido vivencias/sensibilidades/ideales… similares, como la música, el arte, no tiene fronteras, mal que pese a quien sea, podrán crear de ese arte, o disfrutarlo.
Y luego está el tema de poder imitarlo, ahí se verá la diferencia entre una actuación artística y una imitación excelente. Se puede imitar y se puede crear y hacer cosas que son híbridas de esto. Son cualidades humanas.
Temas aparte son que se reconozca quién aporta qué, que se aprecie.
Pero eso no es decir, no creo que pueda ni deba decirse que sólo las personas de las comunidades originarias creadoras de un tipo de música serán las únicas que puedan crear arte con esa música, porque la música, el arte, son hechos humanos, y nuestras mentes, que según desarrollo de su amor a la libertad, pueden no optar por tener las fronteras que imponen los colectivos, en su definición de lo que son, o lo peor, en la defección de lo que son por quienes no pertenecen a ellas, pueden verse conmovidas por cualquier obra humana.
La opresión, explotación, represión ha generado incontables crímenes contra la humanidad, y algunos no podemos explicarlos bien, y al nombrar hacemos cosas que los sostienen o perpetúan.
Por eso pensar, comunicarse, pueden ser ACCIÓN, como el arte, y revolucionarias.
A JM
Dejamos atrás, estremecedoramente suave, la piel
de la infancia, mecida al viento, como un señal eterna y urgente.
No dejamos atrás su capacidad de ver.
Tú y yo, juntas, ya centenarias,
tú fuerte ante el dolor físico, conociendo
filosófica y poéticamente el mundo y sus lenguajes,
yo experta en ahogarme en charcas y en remontar, quimérica,
cadenas montañosas, cúspides perdidas.
Nosotras: emoción de suelo túnel fértil, agrestes.
Nuestro abrazo: ideas, observaciones, palabras
creando el asombro del color, mutando a sabiduría.
Saber nombrar las cosas importa mucho para el análisis, pero para eso tenemos que comprenderlas (ese arduo proceso) con cierta profundidad –no sólo es cuestión de diferencias por puntos de vista de los que se parta.
En la ideología patriarcal es más importante usar las ideas como armas para «destruir al oponente» que conocer el mundo a través de la puesta en común de ideas y desarrollar conocimiento en procesos colectivos conscientes.
Podemos decirlo de muchas formas.
En el vídeo de abajo sobre Petra Kelly, Alicia Puleo lo dice de una forma. Al explicar el ecofeminismo nos cuenta (y su opinión está ciertamente informada) que el ecofeminismo se encuentra más asociado a una corriente feminista llamada «feminismo de la diferencia», que es esencialista, es decir, que cree en una diferencia identitaria fundamental entre dos géneros, y nos dice que en cierta forma esta corriente enfrenta dos géneros –como lo hace el esencialismo patriarcal (añado yo), aunque en un sentido diferente, y en un sentido contrario según matizaciones, cuando se plantea con el mismo esquema de superioridad de un género sobre otro en un sistema de dos. Y nos cuenta que la corriente feminista prevalente hoy es aquella que se centra en combatir la discriminación machista y misógina o del Hombre hacia la mujer, y que el ecofeminismo ampliaría eso para incluir la lucha contra la discriminación de otros animales y la explotación del planeta. Dice que por tanto en algún sentido el feminismo (la corriente prevalente) se ha especializado en el tema igualdad entre hombres y mujeres.
Yo creo que esta visión está condicionada por la comprensión del feminismo occidental, de su importancia en la lucha por la igualdad entre sexos, y que tenemos que nombrar o comprender el feminismo de una forma más amplia y eficaz porque explica muchas cosas más y su impacto es mucho más amplio y profundo: el feminismo cuestiona la ideología patriarcal, esa cultura humana de sistemas de violencia (por sexo, sexualidad, piel, estatus social, económico…), y por eso sin desarrollar inteligencia feminista no se puede abordar la evolución a la superación de este tipo de cultura. La construcción de una cultura abarca todo lo humano, y condiciona cómo pensamos, hablamos y nos relacionamos, qué valores prevalecen en comunidad, las prioridades.
Consideremos las luchas de las personas feministas por el lenguaje.
La idea de un lenguaje que nombre la realidad –y no un lenguaje empleado dogmáticamente para invisibilizar la realidad que no se quiere aceptar culturalmente en una sociedad dada (invisibilizar que no destruir, porque siempre hemos existido y aportado las personas denostadas por la cultura prevalente)– en la práctica y teoría de diferentes personas feministas nos ha aportado culturalmente más que la sola cuestión de nombrar a las mujeres. Nos ha descubierto la falta de inocencia en la cultura, en el mirar desde la cultura; cómo vemos lo que creemos, lo que la cultura/sociedad dice que hay que creer, en lugar de comprender (ver, entender que existe) la realidad existente; y cómo viendo así hacemos daño intencionada y no intencionamente, inconsciente y conscientemente, porque juzgamos injustamente, agredimos verbal y conceptualmente, y omitimos o invisibilizamos, que es, ya lo sabemos bien, una forma de matar, obstaculizar y hacer sufrir.
Estoy hablando sólo del mundo del lenguaje humano, que parece un tema solo y que es en realidad un tema transversal a todo nuestro mundo porque constituye nuestra herramienta cotidiana para transformarnos y transformarlo, justamente por eso, porque en él se refleja todo lo que concebimos, sentimos, creemos, soñamos como colectivo –aunque eso no haya podido eliminar nuestra capacidad para el lenguaje individual o no prevalente socialmente, como esta forma de nombrar empática propuesta por el feminismo porque sabemos del daño que hacen las palabras a quienes excluyen o difaman, lo pretendamos o no; cómo las palabras más usadas son culturalmente reguladoras de la inclusión y exclusión, del reparto de funciones en una comunidad, la construcción de la identidad de los papeles admitidos por una sociedad determinada.
Así, el que haya corrientes feministas prevalentes (en el sentido de mayoritarias) en determinado lugar que se centren a la lucha por «la igualdad ¿con el Hombre?» (así lo mal-interpreta mucha gente), o dicho mejor: que se centren en la lucha por la igualdad de derecho de todas las personas a una construcción de su identidad propia y a poder elegir su papel en su comunidad en función de sus decisiones y no de sus características físicas o genitales en el contexto de una sociedad patriarcal (que parte de la deshumanización fundamental que es una definición limitada y distorsionante de lo que es ser persona, asignando dos papeles, «Hombre» y «mujer» a todas las personas, papeles asociados a funciones en la sociedad), no es decir que el cuestionamiento del patriarcado que realiza el movimiento social feminista sólo implique el tema «Hombre-mujer» (ya se ve en mi reformulación, pienso) pues cuestionar la base dogmática fundamental de la cultura patriarcal no es para que las mujeres estén mejor, sino para evolucionar a sociedades menos violentas e injustas, donde se respete la identidad de las personas y se apoye una evolución individual y colectiva hacia realidades más humanas, más fieles y respetuosas con el potencial y la diversidad humana, pues la cultura patriarcal es autodestructiva –y si tras siglos de patriarcado aún no nos hemos autodestruido eso ha sido sencillamente porque la realidad humana no ha podido ser transformada por la ideología patriarcal en el sentido buscado, y ha seguido existiendo y cuestionado el sistema todos estos siglos; por eso hoy tenemos cosas buenas que en realidad no nos vienen del patriarcado sino de lo que esta cultura ha, digamos, robado a mucha gente anónima, y también y sobre todo, de lo que esta cultura ha recibido como impacto de la existencia de esas otras realidades a lo largo de los siglos, que enfretándose al sistema o sencillamente siendo han tenido un impacto como una hoja seca o una piedra que cae al río, en ondas expansivas.
Con todo esto intento explicar que yo no creo que el feminismo sea el feminismo de clase media blanco y de izquierdas, ni tampoco que el feminismo se haya centrado en la lucha contra la discriminación de sexo no trabajando la conexión con otras discriminaciones o sistemas de violencia. Todo va íntimamente ligado porque es complejo, como la vida. Cada persona, grupo, red, como cada sociedad y comunidad, claramente elige temas de trabajo y prioridades, pero como movimiento, el feminismo es una de las razones fundamentales por las que comprendemos la discriminación y asociamos su superación a un cambio de valores y modos de ser y de relacionarnos. De hecho, como movimiento social, en todas partes del planeta, no sólo en España o Europa occidental donde estamos (pero nuestras poblaciones son heterogéneas, aquí vive mucha gente variada en situaciones materiales muy distintas, y que es feminista también), lo que nos hace ingresar en este movimiento, digamos, es un afán de lucha por rescatar nuestra humanidad que va a asociada a un rechazo visceral y racional empático por el uso de la violencia como forma de resolver problemas y conflictos, o como forma de relación en la especie y con la naturaleza, siquiera porque es el planeta donde vivimos, siquiera porque en él encontramos nuestro alimento para poder vivir y no morir.
Así, si bien es cierto que aún no hay palabras, teorías, ideas comprendidas más ampliamente sobre la conexión inevitable de feminismo, noviolencia y ecologismo, según vemos y nombramos las cosas, puede comprenderse legítimamente que todo se contiene en el feminismo como movimiento social que cuestiona la ideología y la sociedad y cultura patriarcal, por ser una cultura basada en sistemas de violencia que parten del sistema primario de reducción de la identidad humana a dos papeles con funciones específicas que se excluyen y que se nombran falsamente como «complementarias».
Volviendo al lenguaje, en mi viaje personal para humanizarme a través de cómo nombro y por tanto de cómo pienso y por tanto de cómo me relaciono, no sólo he aprendido a mirarme a mí misma desde un enfoque diferente (siempre en peligro hasta que llegas a décadas de práctica en resistencia y lucha!, por la presión indescriptible de que sigamos en ceguera), uno que me permita pensar que soy inteligente, fuerte, valiente, creativa, genia, capaz de ofrecer ideas valiosas a la sociedad, capaz de tanto, con mi pequeña vida de minoría en mi sociedad que cuestiona la tradición. Ocurre que al hacerlo, al hacer este viaje, me he humanizado, he rescatado mi racionalidad y empatía como persona, y con racionalidad y empatía no puedes ejercer injusticia y violencia fácilmente, no puedes obedecer el mandato de violencia e injusticia de los sistemas impuestos en la cultura patriarcal, al menos no tan fácilmente o defendiéndolos contra toda razón o sin sentirte autocrítica y con un conflicto ético y vital. Los reproduces por ser un animal cultural, pero por ser humana en evolución, los criticas e intentas superar.
El feminismo como movimiento social que lleva siglos en escena aunque sin siquiera un nombre, es muy joven respecto a la fase actual en que está (la de encontrar nombres y pegarnos), sólo tiene algún siglo, y quizá por eso todavía hay tantas tortas, tantas luchas que nos podríamos ahorrar, y que en realidad nacen de que por más que sepamos que la violencia es negativa y evitable a menudo, la cultura patriarcal nos constituye ideológicamente, y muchas veces usamos la lucha por cuestionar algo para justamente perpetuar algo: el poder de ubicarnos en posiciones que discriminan, no respetan y desprecian a otras personas, por ejemplo. Porque no es fácil concebir algo que socialmente no existe, aunque a nivel individual te conste que sea real, humano. No es fácil nombrarlo. Y sin embargo, tenemos la palabra para pensar, comunicarlo y comunicarnos, entendiendo que todo será como siempre una evolución hacia la comprensión y hasta llegar a un poder nombrar de forma más fiel a la realidad, con mejor conocimiento.
El otro día un periodista español entrevistaba a un científico español en Estados Unidos, creo, y decían algo terrible y terrorífico, como si eso lo dijera el Conocimiento que cimienta nuestras sociedades. Preguntaba el periodista sobre, p.e., hombres embarazados, al tratar el tema de los límites éticos de la ciencia (en el patriarcado), y respondía el científico (cuya inteligencia feminista no parecía muy desarrollada) que la naturaleza era práctica, con una sonrisa de sobresuficiencia patriarcal estremecedora, con un significado muy preciso: era práctica y no iba a permitir cosas raras! Estremecedora porque al no tener inteligencia feminista este científico no se daba cuenta de la brutalidad y la falsedad de lo que decía: «práctica» desde la ideología patriarcal no es «práctica» desde la naturaleza, que en realidad no puede tener nada que ver con la idea humana «práctica» ya que la naturaleza sencillamente es vida. La naturaleza, señor científico, EXPLORA TODA POSIBILIDAD y se caracteriza por su DIVERSIDAD, por eso hay incontables formas de vida, y dentro de éstas, incontables formas o identidades o modos o relaciones. Lo sabemos muy bien las personas cuya identidad no se conforma o explica con el sistema identitario milenario de las sociedades patriarcales, y no hablo sólo de personas con cuerpos o sexualidades diferentes a los del mandato patriarcal, sino también a gente con vidas movidas por valores no prevalentes, por ejemplo. Por eso, porque la naturaleza es VIDA, la sociedad humana genera CULTURA, para acotar, entender, organizarse y poder ubicarse en el mundo de la vida, y por eso las culturas son diversas y van cambiando, evolucionando.
La cultura la creamos, y nos rige el pensamiento y la vida en un casi total porcentaje, en comparación con cómo nos condiciona lo biológico. En el mundo humano, tener ciertos órganos no implica desear o no desear lo que la cultura establece como asociado a esos órganos: hay varones con una maravillosa mente humana que no usan más que para perpetuar la violencia; hay mujeres con útero gestor que no desean gestar vida como única y primordial función identitaria de su vida; hay personas que se enamoran de personas y no entienden por qué si el resultado no es una relación monoparental heterosexual ese hecho es anormal y censurable. No hay nada menos práctico que la violencia para resolver conflictos, por todo el horror, sufrimiento y destrucción a tantos niveles que genera, y sin embargo, la cultura patriarcal nos enseña que en ideas, actitudes, sentimientos, palabras, y otras acciones, debemos ejercer violencia a diario para mantener el sistema social, los valores y los modos de la cultura patriarcal.
Es fácilmente comprensible que si en lugar de ver a otras personas como amenazas constantes a nuestra existencia nos viéramos como una comunidad, capaces de mutuo apoyo, la vida sería más grata, interesante y positiva para todo el mundo y el planeta no estaría amenazado. Y esto no tiene nada que ver con la idea expresada por el científico mencionado arribo de lo que es «práctico» para la naturaleza. Para la naturaleza humana en la sociedad patriarcal lo práctico ha sido la guerra, porque operan unos determinados valores o ideas, pero no es nuestra única opción. Ampliar el marco identitario humano para reflejar la realidad identitaria humana no se puede ver como algo «práctico» o «no práctico», ni como algo anormal, sino justamente como algo que, si se respetara la realidad de diversidad de la vida, nos permite construir una cultura más evolucionada, capaz de superar los sistemas de violencia que nos tienen sumidas a las personas en una especie de Edad Oscura. Esperemos nuevamente, que ya hayamos entrado en la era en que conseguiremos superar la tara ideológica de esta cultura represiva, explotadora, destructiva.
La vida cotidiana es reflejo de los grandes temas, por eso es importante aprender a no pensar, a no ver, y a no comunicarse – en el patriarcado.
La internacionalidad y la longevidad de las culturas patriarcales no demuestran que su concepción de la identidad humana sea biológica (que, por más que no se quiera ver, se ve por la realidad social en el mundo que no lo es, pues la naturaleza incluida la humana es muy diversa; y se ve también al analizar con el conocimiento y la inocencia de la racionalidad empática, que limpia la mirada de las violencias múltiples y criminales de los prejuicios e intereses de la violencia). La internacionalidad y la longevidad de las culturas patriarcales demuestran que la especie sigue no sale del bucle de seguir sometida y utilizada por los seres más violentos y con menos escrúpulos y empatía, seres que solos, a pesar de su violencia, no podrían nada si no fuera porque la mayoría los sostiene con su vida y trabajo, porque Sólo Violencia resulta en la Aniquilación y por eso los sistemas más violentos siempre necesitan la colaboración de quienes mantienen y crean vida y evolución. Y por qué la mayoría sigue apostando por esta pesadilla se explica porque temen y/o no piensan, temen pronunciarse y pensar, temen ofrecerse apoyo mutuo, todas esas ideas críticas y amorosas que una minoría lleva siglos transmitiendo y que son la base de lo mejor que tenemos a pesar del patriarcado, lo que nos ha mantenido con VIDA como especie (no a millones de esas personas que aportaron con su vida y trabajo tantas ideas y modos de valor fundamental).
El patriarcado es el padre de los subsistemas de violencia que padecemos, y lo replicamos a diario en las dinámicas sociales prevalentes. (Deberíamos a diario hacer una lista y de vez en cuando una puesta en común, sin miedo a la crítica y la autocrítica porque si algo podemos, es cambiar, nuestras mentes son tan maleables que pueden aprender todo tipo de cosas, por más que a través de la Razón Patriarcal se nos diga que no tenemos remedio y mejor confiar en el más violento.) Y digo que es el sistema de violencia que da origen y justificación a los demás porque, como el racismo y el especismo (y a diferencia del clasismo: dinero, estatus social, poder patriarcal), parte de la violencia más íntima, la violación a la identidad de las personas: esa que nos dice que se puede ser sólo dos cosas, Hombre (patriarcal) y mujer (patriarcal), y que además siendo una no puedes ser la otra y necesariamente tienes que pensar, sentir, hacer en función de los genitales que se te reconozcan. De ahí, el resto, resumiendo, que la guerra es la paz porque quienes dominan así lo ven, mientras imponen que la mayoría de la humanidad sea esclava de sus visiones dementes.
Quisiera poner un ejemplo con mi experiencia, pues es la fuente más directa, menos interpretada, que manejo, con todas las trampas y dificultades que no obstante existen para que incluso de nuestra experiencia podamos conocer, dada la tara ideológica patriarcal.
Me ha llevado una vida ver que soy una persona crítica (y con ello inevitablemente autocrítica) y creativa, no una persona con muchos fallos, que se desborda y no puede, siempre deficiente… todo el conjunto de cosas que nos decimos porque nos dicen continuamente (que si trabajas con ilusión, alegría, inteligencia, conocimiento y empatía, la versión más ruda de lo que te hacen es: «Hija, tranquilízate», como si estuvieras enferma de los nervios, porque trabajar con ilusión, alegría, inteligencia, conocimiento y empatía es un crimen en el patriarcado, algo que debe machacarse, que todo peón del sistema debe ayudar a aniliquilar, sobre todo si no «vendes» tu trabajo al Poder establecido. O murmuran a tus espaldas sobre la mala intención de tus actos y lo negativo que es para la comunidad… En fin, podría hacerse una lista de todas las cosas que se ven a diario allí donde opera la cultura contra eso mucho más grande que es la capacidad humana, diversa y asombrosa), que es lo que las «mujeres» estamos educadas a pensar y ejecutar cuando no encajamos con el papel que se nos asigna. Esto por mencionar dos rasgos perseguidos en general por el patriarcado en la especie (aunque explotados, por lo mencionado arriba, robado su fruto y explotado por el sistema desde siempre, borrando además o distorsionando el conocimiento de la fuente).
Así que si pusiéramos en común, lo que percibimos al rastrear cómo se construye la violencia conceptual, en las actitudes, en las palabras y acciones de las dinámicas sociales prevalentes, si lo hiciéramos mucha gente, en el día a día, siempre, seguiríamos generando un cambio social imparable, como muy a menudo hemos generado, aunque más determinante para cambiar el rumbo de lo que son las sociedades humanas, porque sin una mayoría que comprenda ciertos valores no se puede de manera permanente a la violencia extrema que sufrimos siempre en los avances, y que se encarga muy bien de borrar toda huella para que no tengamos memoria, para que no consigamos entender, descubrir lo que pasó, para que siempre estemos pensando que empezamos de nuevo, en un bucle de estupidez reiterada. No es así, la lucha es desigual sólo en el sentido de que nos matan y aniquilan, no en el sentido del valor pragmático de lo que aportamos, porque no es la ideología del mal (no tener escrúpulos y justificar siempre las soluciones de violencia ante el conflicto) lo único que «funciona o soluciona» (y aunque así fuera) porque los ideales del no perpetuar la violencia, de buscar usos noviolentos de nuestra inteligencia para la construcción de sociedades, tienen un valor igual o mayor y sobre todo un efecto de vida y protección real de la vida y la posibilidad de vivir con dignidad.
A Sofía
Quizá llores por algo más,
algo que significa ‘diferente’.
Porque, sí, con todo el cuerpo,
la echamos de menos, les echamos de menos,
sentimos ese vacío. Nos duele y enfurece
su tortura y asesinato y este fin
no puede negar quiénes fueron.
Pero también, si lo piensas,
en este momento de vulnerabilidad extrema,
quizá te echas de menos a ti misma,
a ti que sí estás aquí,
la mujer que eres, a quien la mayoría percibe como
objetivo a ignorar o destruir, porque no se conforma
al molde, lo resquebraja y revienta, lo disuelve;
esa mujer que no encuentra espacio fuera
para estirarse, bostezar y crecer libre
pero que tiene la capacidad de hacerlo hacia dentro, creando
espejos, caminos, abriendo vanos, túneles, transformando
el tiempo, alimentando lo humano, esa saga.
Quizá estés llorando porque vas a claudicar,
a cerrar ciega a negar tu existencia,
entregarte a la condena milenaria de acatar,
ese bucle de irracionalidad y violencia:
soy risible, mi vida una ficción,
soy nada, no puedo,
una loca, una bruja, una incapaz.
A perder
la perspectiva
propia y la histórica,
la microscópica y la del universoquelateyseexpande,
como tu identidad
cuando no abandonas la vida,
cuando no abandonas la lucha.
A perder tu, nuestra capacidad de realidad
para contarte el cuento que nos condena
a la camisa de fuerza que es esta cultura imperante,
la raíz de nuestra deshumanización.
Pues desearía recordarte algo que importa.
Someterse
nunca ha significado
que la realidad no exista.
Dar la espalda, mostrar el índice, distorsionar,
nunca ha podido cambiar los hechos y sus ramificaciones,
sólo acosarlos y poner fin a su fuente.
Lo sabes como yo, y lo contamos a todo el mundo:
no es sólo lo que hacemos al vivir,
las incontables ondas de expansión de nuestros actos.
Es lo que somos:
el cuerpo que manifiesta
que otro mundo es posible.
BONDAD. MALDAD. EL PROBLEMA. Vale, todo el mundo es capaz de actuar con de forma bondadosa o no tanto, da cosa llamarlo “maldad”, por eso se mal-llama “egoístamente”. Digo que se llama mal porque el egoísmo no tiene necesariamente que ser maldad. Por ejemplo al hacer el amor, si eres una mujer en el mundo patriarcal, pensar en conseguir tu placer es siempre bueno para ti y el conjunto, porque como mujer tienes que compensar la mierda de educación que te da la cultura patriarcal para aprender a respetarte y tener tu criterio sobre tu placer, porque si no, importa una mierda si es con un hombre, 50%-100% patriarcal se entiende. Y hacer el amor, dos personas o las que sean darse placer, implica que todas estén contentas, y ayuden a compartir información sobre lo que les gusta, y por eso tienes que pensar en tu placer, aunque no como el Hombre patriarcal, que olvida que importa la subalterna esclavizada, sino sabiendo que la cosa va de labor de equipo. Es un gran momento para la práctica del equilibrio de lo que es pensar en ti y pensar en quienes te rodean. Y como es sábado y he cenado espagueti con… sí! lambrusco, que es absolutamente irresistible, porque emborracha sí o sí, quiero intentar volver al tema, porque aún recuerdo que quería hablar de portarse bien o mal con la gente. Veréis, pensé una idea y tenía la esperanza de que sirviera para orientarse, pero según la pensaba ocurrió lo de siempre: que me pareció una idea poco útil. En fin, allá voy: pensé que quizá lo fundamental en las relaciones humanas, y observable a diario en todas las relaciones, es saber cómo se porta la persona con otras personas, no sólo las queridas, que también, porque está claro que mucha gente, en el patriarcado, trata como mierda a las personas queridas. No creo yo que sea algo “biológico” o “humano”, es algo de la cultura patriarcal, algo que alimenta que aprendamos a tratarnos así de mal, justificándonos siempre, siempre justificando la violencia, esa pesadilla y ese aburrimiento, ese crimen contra la humanidad, que hace que nuestras vidas no puedan crecer, porque siempre estamos teniendo que contener, frenar, combatir la violencia. Pero sí pienso que vale esto, que si alguien a quien quieres trata mal a otras personas, y quieres elegir si relacionarte con esa persona, en lugar de justificarlo, tendrías que ver lo que hay: que alguien cree que es justificable pretender hacer daño a otra persona porque ha “amenazado sus intereses”. Hip. Bueno, Tengo suerte de estar en contacto con personas que me quieren bien, pero me asombra la cantidad de gente “normal” y “extraordinaria” que es incapaz de sentir la mínima empatía, que no puede desengancharse de lo que pueda darle el saber que pueden hacer daño a alguien y quedarse tan frías y fríos, incluso contentxs, y siempre cargados de razón, justificando como si fueran de una secta de normalidad sus brutalidades. La gente no ya de cultura patriarcal, que lo somos todo el mundo y por eso tenemos tanto curro para rescatar nuestra libertad y humanidad, la gente que encaja en la ideología patriarcal bien, sostiene sus sistemas de violencia sin pestañear, creyendo que “así funciona el mundo”, siempre justificándose. Pero las personas podemos saber bien desde dentro cuando actuamos mal, para hacer daño, y también podemos saber bien desde dentro que eso nunca está justificando, a no ser que sean casos muy claros de autodefensa (tema peliagudo en sus incontables grados). En fin, que para romper la cultura patriarcal y liberarnos, podríamos trabajar la idea de que una clave para elegir relaciones es ver comportamientos nobles, sinceros, honestos con las personas queridas, y en realidad, con cualquier persona. Quizá eso nos ayudara como especie a respetar a las personas que aportan no querer hacer daños, que no imponen precios, que hay que ver cuánto desprecio idiota impera y desata cuánta violencia innecesaria.
ROSA CHACEL Y MARY WOLLSTONECRAFT escribieron mucho sobre que las mujeres parecían idiotas y lo atribuían a la falta de educación intelectual, y las dolía en especial porque ellas, siendo mujeres, constataron que la explicación biológicista patriarcal era FALSA, ellas tenían inteligencia, capacidad para el razonamiento, para crear, ellas tenían coraje, perseverancia, pasión, cualquier rasgo humano era HUMANO, no del Hombre (el hombre según el modelo patriarcal). Lo vivieron en su mente, en su cuerpo. AHORA ACLARAMOS UN POCO MÁS, AHONDAMOS MÁS: la Educación es mucho más honda que lo de la escuela (es cultural, la construyen infinidad de elementos que nos modelan a diario) y no las permitió ver esto que ahora vemos mejor: que los rasgos «femeninos» o «masculinos» no pueden universalizarse, digamos, y que no pueden imponerse, ni definiéndose desde X ideología (pongamos la patriarcla) emplearse para crear un ORDEN SOCIAL. A la gente hay que dejarla en paz, respecto a su IDENTIDAD. Desde aquí mi GRATITUD infinita a Chacel, Wollstonecraft, y tantas otras personas, mi TRISTEZA insondable por lo que tuvieron que soportar, y mi FURIOSIDAD FEMINISTA para seguir luchando por un mundo que no haga estas cosas.
CULTURA PATRIARCAL, «MUJER» Y NEUROCIENCIA
Con lo que ya sabemos empíricamente sobre la maleabilidad del cerebro y la mente humanas sorprende que cada vez que se divulgan datos sobre este tema y te aborda el género las interpretaciones se obsesionen con demostrar que el orden patriarcal de género, es decir, cómo somos personas hombre y personas mujer, esa forma tan asociada a funciones en la sociedad que se excluyen según tu órgano sexual reconocido, es biológico. Desde siempre hemos dispuesto de información alrededor (aunque hubiera tanto que ocultar para salvar la vida) e información en la historia (aunque hubiera tanto omitido, borrado y distorsionado) que habla de la realidad identitaria humana, DIVERSA, como todo en la naturaleza, precisamente.
Las formas de ser mujer, hombre, persona son inagotables, física, psicológica, sentimentalmente, socialmente, culturalmente, respecto a inteligencias varias, como persona y como colectivo, la identidad humana es inagotable. Sabemos ya que no es cierto que tener pene o espermatozoides implique que no desees tener descendencia, y cuidarla hasta que sepan valerse. Sabemos ya que no es cierto que tener vagina u óvulos no implique ser incapaz de razonar o crear. Así que la pregunta es, ¿por qué seguimos perpetuando el orden de género patriarcal? ¿Acaso nos gusta machacar a la gente, despreciarla, subestimarla, destruirla? Con tantos siglos de valores patriarcales, es decir, de sistema de violencias que nacen de la violencia primera conceptual que es considerar que un grupo humano es superior y el resto debe servirle, a costa de su identidad, libertad y vida. ¿acaso no sabemos ya sencillamente convivir respetando, concebir que quizá la vida y las relaciones puedan ser menos injustas y violentas, más humanas?
Una mujer que razona mejor que un varón no es sospechosa, ni mala, ni le está humillando, y a diferencia del Hombre (el hombre según el patriarcado), no es necesario seguirla ciegamente. Una mujer que razona es una persona que razona, y razonar empáticamente no es cosa menor, inferior, o “de chicas”, sino la clave para la supervivencia y el rescate del potencial humano más positivo, el que nos tendría viviendo en sociedades donde la curiosidad, el apoyo mutuo, el espíritu creativo y crítico, la independencia, el respeto, la colaboración, la escucha llenarían nuestras vidas justamente de eso, de vida.
SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CRÍTICA SIN TARA PATRIARCAL
Para hacer crítica, no hace falta despreciar o destruir “al contrario”, según ordena la ideología patriarcal. La crítica implica un conocimiento más profundo y certero de las cosas que ocurren y se sienten o piensan, y abre caminos para la evolución.
Hay cosas que puede hacer todo el mundo para superar la tara ideológica patriarcal, que condiciona incluso a las personas que han dado con buenas ideas, ya que la cultura está en nuestras cabezas más de lo que concebimos.
Basta limpiar la mirada para ver el claro objeto del pensamiento crítico: la construcción del conocimiento colectivamente, por eso da igual quién dice la idea crítica, aunque esto no es decir que haya que invisibilizar a nadie: está bien saber quién dice qué, por justicia o empatía, siempre, y también para seguir la pista a lo largo del tiempo y aprovechar además esa otra fuente de conocimiento.
Esta idea, como todas las ideas inteligentes noviolentas, es despreciada y también combativa por la cultura patriarcal, que tiene siglos de práctica en hacerlo, lo que se constata en que incluso personas que dan con buenas ideas pueden estar reproduciendo modos que critican en otros ámbitos.
Yo así lo identifico:
Quien al hacer la crítica desprecia o maltrata. No es necesario, a no ser que no se pretenda la crítica sino hacer daño a la persona. La crítica plantea el análisis de una idea que se cree mal construida: si es injusta o errónea basta con refutarla, si es procedente, basta con agradecer haberla podido escuchar o leer; si no es la clave pero plantea otras preguntas, también es bueno saber agradecerla.
Así lo identifico, como pensadora crítica con algunas décadas de experiencia en la lucha social:
Cuando lo que dices genera un ataque personal. La ideología patriarcal nos ha enseñado a cerrar filas ante la crítica, y linchar a la persona. Desviar la atención para que no se escuche lo que dice, armándose de sentimiento de indignación que justificará (sobre todo porque se unirá mucha gente a sentirse indignada, aun no sabiendo qué lo ha provocado) el que se haga daño a esa persona.
Por desgracia, las reacciones de la ideología patriarcal a la crítica dan mucho miedo por su violencia incuestionable (la legitimidad que tienen “las soluciones de violencia” en la cultura patriarcal es estremecedora), y lo excepcional es encontrar a personas que luchen por controlar ese miedo (que sean críticas, además, desde la consciencia de que necesariamente tienen que ser autocríticas, vigilarse, para no caer en los esquemas de violencia patriarcal al pensar; porque el patriarcado enseña que “si tienes razón, tienes que machacar al contrario” y no sencillamente refutar la mala idea).
Lo excepcional es encontrar personas que luchan por desarrollar la capacidad de aprender y rectificar para crear procesos que escapan a los esquemas imperantes culturalmente, evitando por ejemplo confundir CRÍTICA A UNA IDEA con HACER DAÑO A UNA PERSONA (p.e., falacia contra la persona: fijaos bien en cómo opera esto), protegiendo así que el objetivo de la crítica (identificar un error, sea idea mal construida, injusticia, violencia) y superarlo no quede perdido o distorsionado a la función de violencia de PRESERVAR EL ORDEN CONCEPTUAL DEL MUNDO PATRIARCAL (pensar/sentir/imaginar/soñar, la vida mental humana, las palabras y las relaciones van unidas, por eso de nada sirven los dogmas para la construcción de un mundo noviolento). Digo “función de violencia” porque en la ideología patriarcal de los binomios contendientes, todo es guerra, una de las dos partes debe necesariamente prevalecer a costa de la otra. Es una concepción IRREAL de la vida basada en la metáfora LUZ-OSCURIDAD/BIEN-MAL (útil para otras cosas, e incapaz de explicarlo todo, pues la vida es PROCESO) que se fuerza allí donde no procede usarse porque LIMITA LA DIVERSIDAD DE LA VIDA. Y forzando esta ideología reduccionista y violentísima por tanto, desde ahí, se pretende silenciar a quienes plantean críticas y preguntas (críticas planteadas a menudo siquiera por modo autodefensa sin saber siquiera que con tu vida planteas una crítica: EXISTO Y NO LO VEO ASÍ/ENCAJO AHÍ) usando difamación y el ataque a la persona, metiendo mucho ruido para que no se escuche la idea que cuestiona algo, que posibilitaría la evolución a la superación de algo injusto o violento, validando comportamientos patriarcales donde son quienes menos escrúpulos tienen a la hora de imponer ideas quienes deben necesariamente ser personas apoyadas, protegidas con la vida, obedecidas.
Y es que la ideología patriarcal es radicalmente irracional y violenta. Y a estas alturas parece mentira que tantas personas en la lucha social piensen que por estar en la lucha social esa ideología no nos afecta. Sería mejor trabajar en equipo, aprender a decir lo siento cuando nos salta el resorte patriarcal de querer callar a alguien haciéndole daño, aceptar disculpas porque partimos de que la mierda que combatimos fuera la llevamos dentro, saber rectificar, aceptar que quizá no nos habíamos dado cuenta de algo por mucha experiencia o sabiduría que hayamos atesorado en la vida.
Realmente pensar fuera de la ideología patriarcal no es un absoluto, como nada en la vida, sino un proceso de desarrollo de inteligencia feminista, noviolenta, constructiva…
En los debates internos, hay que ser críticas no déspotas o bélicas: tratar con amabilidad a la persona que participa en el debate no equivale a no ser crítica, porque la crítica no está en desacreditar a la persona, sino en desmontar la idea mal concebida o violenta. Y sin hacer esta diferencia fundamental, se cae en la violencia. Es decir, por natural que sea la noviolencia, por deseable que sea en el mundo animal, también el humano, dada la tara ideológica de siglos de estas culturas humanas tan violentas, lo “natural” es que queremos destruir. Tenemos que aprender a abandonar ese barco, y esto implica control del miedo o valentía, desarrollo de criterio, de capacidad de diálogo, que viene con aprender a confiar que con quien hablas pretende hablar (y si no es así, que eso no te desvíe a ti de tu objetivo, seguir tú con el objetivo del diálogo sin entrar a saco a la distorsión del personalísimo destructor que nos enseñamos), fomentarte y fomentar la honestidad y la autocrítica, para no ponerte por encima de nadie, y al tiempo saber valorar las buenas cosas que ofreces o aportas.
Bueno, es un borrador de nuevo, un fragmento, del ensayo que siempre estoy queriendo escribir, sobre violencia y noviolencia desde la inteligencia feminista!
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CLAUDIA MV me añade que faltaría el tema de las preguntas capciosas: aquellos/as que en medio de un debate o discusión hacen trampas intelectuales para desacreditar lo que dijiste en vez de ir de frente con su postura y ya. A esoas personas no les doy oportunidad de que se sigan burlando y to.ando » examen» desde sus pretendidas alturas
A la memoria de Lula Deus
porque el abuso y la violación se cobran nuestras vidas y no queremos saberlo
LULA MICAELA MICHELLE
Suspendidas en el agua de tres mares distantes
vamos cayendo para acercarnos
los brazos tendidos las manos abiertas
la risa de siglos que ha levantado mundos comunidades
solas y en poderosa compañía marina
Lula Micaela Michelle
Angels Marisa Sofía Helena
Rosa Pilar Odette
En la superficie ocurre violencia humana
en la guerra en la calle en los sitios seguros
las camas de las niñas y las mujeres son fuentes de miedo
sus cuerpos son objetos despreciables despreciados para Él
que impide el placer y el sueño impide la vida porque prohíbe
que ellas puedan pensar sus mundos lejos alejadas de Él
que no tolera que la cabeza de ellas respire libre de ese alquitrán suyo
que se agazapa y desata que encierra y supura o rebasa
condenándolas en el sótano a la no existencia
condenándolas en el circo de personas dóciles al linchamiento
enfermo de megalomanía crueldad invisible
a ellas las mujeres esas personas
Carmen María Pepa Verónica Mayte
Melania Desirée Rocío Loli
Sara Luisa Luz Ana Francis
Mónica Isabel Romina
Jana Marta Eloísa
Africa Ximena Cristina
Somos algas plancton peces rocas crustáceas libres
caemos sostenidas por el agua conectadas salinas
solas y en mutua compañía amable buena inteligente
Valeria Karina Ale Griselda
Beatriz June Celeste
Pasarán estos tiempos terribles de odio…
Nos querrán algún día…
Selva Cirenia Lily
Alegría Libertad
Caminando, siempre, alzando sosteniendo levantando
con nuestras asesinadas con nuestras vidas
con nuestras voces materia supervivientes un universo
8M España. Parece que este año va a ser difícil no hacer la HUELGA FEMINISTA porque el movimiento feminista está a toda marcha con el proyecto, se están organizando cosas por todos lados, #HaciaLaHuelgaFeminista y dos sindicatos, anarquistas (por qué será que no me sorprende) han convocado sin ambigüedades (poniendo: 24 horas, ojo con eso que otros llaman «huelga» a convocar a paros, hay que leer el texto que publiquen, logos y banners no bastan; gracias, porque este año NO HABRÁ EXPEDIENTES) a la HUELGA EL 8M.
Así que aunque PARAREMOS EL MUNDO en protesta CONTRA EL PATRIARCADO Y SUS VIOLENCIAS en ideas, hechos, palabras, HACIA LAS MUJERES, CELEBRAREMOS también que las mujeres allí donde puedan se unan a la lucha y su SORORIDAD con las que no puedan, porque ya nos vale de siglos de este sistema brutal!
PETRA KELLY Y TRADUCCIONES. Hoy estaba mirando lo que he traducido y quiero traducir de Kelly, y buscando en la web de mi internacional (War Resisters International) lo de la conferencia de Defensa Social donde nos conocimos, que yo ayudé a organizar como voluntaria (1 voluntaria, la única que no cobró ni fue mencionada, varios meses preparando la conferencia, 12 horas diarias, 5 días a la semana, porque hacía más cosas, en Londres, pero con lugar para dormir y una comida al día y 20 libras a la semana para transporte que usaba en tabaco porque iba andando) porque venía de 6 meses en Centroamérica (Brigadas Internacionales de Paz Guatemala y luego en Costa Rica/Nicaragua) estudiando la guerra de baja intensidad y traduciendo historia de la lucha noviolenta, con bastante formación en el tema de la defensa social, pues presentamos un proyecto en Nicaragua al gobierno sandinista y grupos del movimiento popular, para apoyar la difusión y como la estructuración de la lucha noviolenta a nivel regional, nacional, lo que se pudiera (Omar Cabezas consideraba algo que a nosotrxs como pacifistas no nos parecía buena idea: combinar la defensa armada con la noviolenta desde las instituciones), y estaba mirando entonces los datos, pues no me acordaba del año, y viendo la publicación que sacamos después, y recordando a las personas que invitamos, algunas de las cuales personas con las que yo había trabajado y de las que había aprendido mucho (pero todo gratis, porque yo para el mov. soc. nunca he cobrado, ni como traductora ni como escolta noviolenta, tallerista, lo que fuera), y de pronto caí que mi nombre no aparecía en ningún lugar y desde luego yo no lo habría pedido. Y pienso ahora que eso está mal. Sobre todo porque al buscar qué había de Petra Kelly en español, he encontrado un vídeo de un grupo de lectura y ecologista de España donde cuentan que tradujeron un libro personas ni traductoras ni feministas, insistiendo en que GRATIS, por amar a la autora, (aunque es un libro sobre la vida de ella, no sus artículos), y se lo publicaron, cuando traductoras del mov. soc. como yo, anónimas, que trabajamos gratis, que obviamente lo hacemos por amor, por esa revoLución, y cuyas tradus son sin duda de calidad o de más calidad sin duda que las que salen, no aparecemos nunca en ningún lado y no nos llaman nunca para libros, sólo para el pan diario gratis, el de No eres nadie. Y desde luego no nos publica ninguna editorial. Es más, si les escribes para sugerirles un libro importante, toman nota y te olvidan, o te ignoran directamente.
Yo toy bien en la masa anónima, claro, da toda la libertad, y además creamos Mujer Palabra para dejar rastro, las personas que de otro modo seríamos absolutamente anónimas, pero a mis casi 55 pienso que no está bien. NO ESTÁ BIEN que den cosas feministas a cualquiera antes que a las feministas, no está bien que no conste en ningún lugar que hubo gente currando mucho y por amor al cambio social. Porque así es muy fácil que los partidos políticos y sindicatos y la gente de los lugares con reconocimiento en la Cultura (sancionada) arrugue la nariz cuando opinamos esta getne, como diciéndose, Ésta de dónde sale?, y crean que Cultura y Lucha sólo viene de su mano, esa profunda falta de visión de lo que es, de en qué se asienta (al menos TAMBIÉN) el cambio social.
Así que voy a centrarme en algo en el poco tiempo que tengo los findes, sacar varios artículos de Kelly, traducidos con conocimiento y destreza, mis Traducciones Ilegales, pero voy a poner mi nombre, y la foto de Petra Kelly en aquella conferencia, con su jersey de lana celeste de nubes.
- Ecofeminismo para otro mundo posible, de Alicia Puleo (Cátedra, 2011) [Mis anotaciones entre corchetes.]
Introducción
(p. 8) Tanto el feminismo como el ecologismo nos permiten desarrollar una mirada distinta sobre la realidd cotidiana, revalorizando aspectos, prácticas y sujetos que habían sido designados como diferentes e inferiores. En esta nueva visión, la toma de conciencia sobre la infravaloración de las prácticas del cuidado, así como la crítica a los estereotipos patriarcales, que han sido generadas por la teoría y la praxis feministas, pueden constituir [constituyen] una aportación de enorme valor para el ecologismo.
(p. 9) (…) Crisis ecológica, economía y etilos de vida etán profundamente ligados. (…) se habla de «desarrollo sostenible» para aludir a un modelo de equilibrio entre crecimiento, innovación tecnológica, imperativo ecológico, creación de empleo y protección social [de las personas]. Pero (…) La irracionalidad del complejo economómico-tecnocientífico se hace patente (…)
(p. 10) El documental del demócrata noreteamericano [estadounidense] Al Gore, Una verdad incómoda (An Inconvenient Truth, 2006), marca un hito en el reconocimiento internacional de la crisis ecológica y en el afianzamiento y popularización de la propuesta de un capitalismo verde. (…) el cuidado del medio ambiente es presentado como promesa y proyecto de mayores ganancias ecnómicas, como fuente de enriquecimiento más moderna y menos destructiva.
[Otro documental de gran relevancia: Story of Stuff, de Annie Leonard (10 años de investigación), Historia de las cosas, traducido a muchos idiomas, de 20 minutos, del mismo año (yo lo uso en clase de inglés desde entonces con niveles intermedio alto y avanzado), dirigido a todo el mundo de las sociedades de consumo, explicando el sistema lineal de producción y que falta el cuidado a las personas y el medio ambiente, cómo y por qué fue diseñado, que podemos intervenir y lo estamos haciendo para neutralizarlo y transformarlo, y que necesitamos un sistema circular que se sostenga. Este documental generó un movimiento mundial y en su web ahora hay más documentales.]
(p. 11) Actualmente (2011) (…) El debate sobre el modelo económico reaparece en torno a los límites del ecosistema. (…) El Green New Deal implica asumir los límites del ecosistema y la lucha contra la explotación social a través de cierto decrecimiento de los países desarrollados y un crecimiento sostenible mesurado de los demás.
De acuerdo con las estadísticas, las mujeres somos las primera perjudicadas por la contamiento medioambiental y las catástrofes «naturales» [Conferencia de la Mujer de las Naciones Unidas, 2000]. Sin embargo, por lo general, no se visibiliza la relación entre la estratificación de género y los problemas medioambientales. (…)
El impulso general hacia la igualdad (…) en las sociedades occidentales en las últimas décadas ha tenido también su influencia en el movimiento ecologista. En algunas de sus organizaciones, se está replanteando el tratamiento de ciertos temas como el del trabajo doméstico y se cuida el lenguaje y las ilustraciones de su material de información para no incurrir en sexismo. En otros grupos, en cambio, aunque no se reconozca abiertamente, existe desconfianza y poca disposición a reflexionar críticamente sobre los roles de género como factores de desigualdad. He podido observar que el feminismo encuentra en los medios ecologistas dificultades de aceptación similares a las que suscita en el conjunto de la sociedad. Muchas veces, ecologistas de ambos sexos, muy bien intencionados, no perciben los estereotipos masculinos y femeninos que venimos criticando desde hace muchos años en la teoría y la práctica feministas.
(p. 12) En todo el mundo, son muy numerosas las mujeres que participan como activistas en los grupos ecologistas y en los partidos verdes. Pero la conocida pirámide de género de empresas e instituciones -con la base feminizada y la cúspide ocupada por varones- también se reproduce en muchos grupos ecologistas. A menudo, la militancia de base está mayoritariamente compuesta por mujeres y, sin embargo, predominan los hombres como dirigentes.
He llegado a sentir vergüenza ajena viendo algunos documentales de concienciación ambiental que presentaban una sucesión ininterrumpida de expertos y pensadores, todos varones. Como en tantas otras ocasiones y temas, el nuevo campo del pensamiento ambiental se masculiniza en la medida en que va adquiriendo importancia. (…) tenemos que ser conscientes de este problema y señalarlo. La solidaridad (…) no debe impedirnos practicar la (…) crítica feminista. (…) el feminismo ha sido una de las señas de identidad del ecologismo. Los partidos Verdes fueron pioneros en la aplicación de la paridad.
(p. 13) Desgraciadamente, las mujeres no sólo pertenecemos a un colectivo afectado en todo el mundo por una desigualdad de orden social y político que se manifiesta en el techo de cristal, las diferencias salariales, la escasa representación femenina en puestos de decisión y la violencia de género, sino que también nos vemos más afectadas por la contaminación medioambiental (…). Las sustancias tóxicas se fijan más en el organismo de las mujeres. Con una alimentación que no provenga de la producción ecológica, se puede llegar a consumir hasta cincuenta variedades de pesticidas por día. La Red Medioambiental de Mujeres, con sede en Londres, ha llamado la atención sobre la pasividad institucional ante el alarmante aumento de cáncer de mama en los últimos cincuenta años debido principalmente, a la contaminación medioambiental con xenoestrógenos, sustancias químicamente similares al estrógeno femenino natural que se encuentran en los pesticidas organoclorados, las dioxinas de las incineradoras, las resinas sintéticas, las pinturas, los productos de limpieza, los envoltorios de plástico y otros obejtos de uso cotidiano. Las mujeres deberíamos reclamar políticas medioambientales que nos tengan en cuenta.
Los productos químicos han mejorado nuestras vidas en muchos aspectos. [Pero no se puede ignorar que] La cara amable del desarrollo moderno tiene también una cruz (…)
(p. 14) Poco a poco se filtran datos inquietantes sobre los compuestos nocivos de la industria petroquímica que están presentes en nuestro hogar, en los rincones aparentemente más inofensivos y seguros de la cocina, el baño, los dormitorios, los suelos, en la ropa, en nuestro plato. [ver Greenpeace, informe «La casa química», año …]. Los enormes intereses económicos en juego dificultan la eliminación de productos perjudiciales y su remplazo por soluciones que, muchas veces, son más senicillas y menos costosas. Hoy sabemos que las mujeres se ven afectadas en una proporción más elevada que los hombres por el síndrome de hipersensibilidad química múltiple (SHQM) que la mayoría de los médicos todavía tribuyen a trastornos psicosomáticos o diagnostican como alergia provocada por un animal doméstico. Por cierto, a menudo, éste termina en la calle (…) Se acusa a la Naturaleza (…) De hecho, «somatización» es el concepto que ha reemplazado a «histeria» en la psiquiatría. Es difícil que se sospeche de ambientadores tóxicos, de pinturas venenosas o de las toneladas de pesticidas y herbicidas arrojadas a las tierras cultivadas, a los parques públicos y a los jardines privados. En definitiva, no suele ponerse en duda elmodelo de buena y «limpia» vida del industrialismo insostenible.
(p. 15) La crítica ecofeminista también nos ayuda a cuidar nuestros cuerpos frente a una confianza excesiva en el desarrollo de la tecnociencia (…) Valgan como ejemplo las píldoras para la supresión de la regla, la cirugía etética de senos en la adolescencia, los duros tratamientos de reproducción asistida y las terapias hormonales sustitutorias para la menopausia.
En el Tercer Mundo [Mundo Superexplotado], gracias a las denuncias de la pensadora y líder ecofeminista Vandana Shiva y de otras activistas del Sur, sabemos hasta qué punto se han deterioriado las condicones de vida de las mujeres pobres por el «mal desarrollo» (…) que acaba con el cultivo de las huertas de subsistencia femiliar, arrasa los bosques comunales, las obliga a caminar kilómetros para buscar la leña que antes encontraban junto a su aldea y las enferma con nuevas dolencias provocadas por la contaminación. Antes tenían una vida pobre; ahora su vida es mísera. El «mal desarrollo» tiene muchas caras: la riqueza insultante, la multiplicación de distracciones basadas en la tecnología, una sutil confusión informativa promovida por intereses transnacionales, la miseria de las grandes urbes creciendo sin cesar al ritmo de la destrucción rural, la aniquilación de los animales silvestres y la apropiación y destrucción de su hábitat. Una de las caras siiestras del «mal desarrollo» es la deslocalización de las poblaciones rurales, arrojadas a las chabolas de las grandes metrópolis del Sur. La desaparición de la biodiversidad está acompañada de la pérdida de la soberanía alimentaria propia de los agrosistemas locales y de la desaparición de la diversidad cultural de los pueblos del mundo. El poder de las grandes multinacionales de pesticidas, abonos y semillas transgénicas está acabando con la auonomía campesina y generando hambre donde nunca la había habido.
Las mujeres no somos solamente víctimas. También somos sujetos activos [sujetas activas] en el cuidado medioambiental y en la construcción de una nueva cultura con respecto a la Naturaleza.
(p. 16) la crítica feminista tiene mucho que aportar a una cultura ecológica de la igualdad (…) algo debería cambiar en nuestra relación con la Naturaleza, sea ésta nuestro propio cuerpo censurado y controlado, los animales torturados por diversión, los que nunca verán el sol en los criaderos industriales, los bosques originarios talados, los campos envenenados, los mares contaminados…
Es hora de ecofeminismo para que otro mundo sea posible, un mundo que no esté basado en la explotación y la opresión. Esta sociedad del futuro se vislumbra ya en la lucha contra todas las dominaciones, las antiguas y las nuevas, las de los antiguos patriarcados de coerción y las del patriarcado de consentimiento que impone sus mandatos en la desmesura neoliberal. Transformar el modelo androcéntrico de desarrollo, conquista [dominación] y explotación destructivos implica tanto asumir una mirada empática sobre la Naturaleza como un análisis crítico de las relaciones de poder.
(Pensando) ECOFEMINISMO, PATRIARCADO Y FEMINISMO DE LA DIFERENCIA
Si “ecofeminismo” significa como otros nombres compuestos con “eco”, tendrá que ver con una preocupación por la ecología y también del feminismo, por el cuidado o respeto a la vida en un planeta donde prevalecen violentas culturas patriarcales y su modo de comprender la realidad, y con el respeto por los grupos oprimidos en las culturas patriarcales, y por tanto la construcción del rescate de lo humano. Tendrá que ver, en otras palabras, por un modo de concebir, abordar, pensar, resolver la realidad humana desde un escenario de cómo mejorar conceptos, valores, actitudes, palabras, acciones, todo ese Ser persona que construye identidades, sociedades (relaciones humanas) y tiene un impacto en el lugar que habitamos, el planeta, que considera fundamental propuestas de protección a la vida en el planeta (ecologistas) y a las personas (fin a la discriminación de las mujeres en el patriarcado, lo que contribuye a la destrucción y superación de la imposición identitaria del sistema sexo-género patriarcal). Y tendremos que saber que para pensar fuera del condicionamiento cultural (patriarcal, en nuestro caso), tendremos que revisar incluso lo que defendemos, pues puede verse distorsionado por la ideología patriarcal. Por ejemplo, defender una visión de Ser mujer o Ser hombre no debería necesariamente llevar a que se desvaloricen, estigmaticen o nieguen otras formas de ser, a que otras formas de ser persona, mujer, hombre sean consideradas inferiores o desviadas; ser minoría, no poder entrar en el saco de la generalización no debería tener un precio al nivel identidad.
Es increíblemente complejo llegar a lo más sencillo cuando se piensa y se escribe, cuando se construye conocimiento, porque partimos de lo que somos como seres culturalmente patriarcales desde hace siglos. La cultura patriarcal, con todo su sistemas y subsistemas de violencia no ha podido con la naturaleza humana, pero nos ha hecho mucho daño. Una de las taras ideológicas que yo me identifiqué hace años (y no digo que no se pueda concebir así, pero sí que no se puede usar la idea para crear sistemas de violencia) de la ideología patriarcal es lo que me he llamado “pensar en los binomios contendientes donde una parte debe necesariamente imponerse a la otra”, en corto, “pensar en binomios patriarcales”.
La ideología patriarcal de los binomios contendientes (y no sé si el feminismo de la diferencia haría algo así, es posible que no, o que en parte, pero sí sé qué y cómo hace el patriarcado porque es cultura humana desde el neolítico, al parecer) es la que reduce la realidad a dos bloques para imponer un sistema de clasificación y un sistema de valoración que ignora, omite, invisibiliza la realidad, diversa. Pongamos la noche y el día: está muy bien tener símbolos, pero usarlos para que no veamos que luz y su ausencia son procesos es tararnos ideológicamente, impedirnos concebir la vida de modos más fieles a la realidad. No tener en cuenta la realidad, es, en el patriarcado, condenar a la no existencia o al estigma a toda una expansión de realidad. La realidad de la luz y la oscuridad, así como la realidad identitaria humana, es mucho más variada en el propio vivir (notamos el proceso de la luz a la oscuridad y viceversa, hay como mínimo estados de transición que implican cambios sustanciales) y puede ser conceptualizada desde distintos puntos de vista o aproximaciones. Por ejemplo, cuando decimos que las mujeres son madres y los hombres son guerreros, por naturaleza, estamos recogiendo el mandato ideológico patriarcal de ver lo que hay que ver, y a causa de este mandato, estamos, sí, recogiendo también una realidad que pudiera ser mayoritaria.
Qué necesidad hay de explicar las cosas así cuando la realidad es que existen mujeres que no quieren ni desean o que habría querido y deseado otra cosa si no se las hubiera inducido o impuesto ésta, mujeres que no paren, no pueden parir, no desean parir, hombres que sí lo desean, que sí desean ser padres y a quienes la guerra les horroriza, mujeres que prefieren ir a la guerra a dedicar su vida a la maternidad, etc. Y un montón de cosas más, porque maternidad y guerra son sólo unas de las cosas de nuestras vida, que pueden realizarse de muchas otras maneras. Sí comprendo que haya que hacer la crítica y definir la naturaleza como se ve, pero no comprendo que haya que hacerlo desde la noción de guerra que imponen los binomios contendientes, porque veo que éste nos condena al bucle conceptual de guerra en todo lo concebido (y ciertamente, el concepto “complementariedad” patriarcal es un engaño, un eufemismo de “guerra”).
Incluso cuando desde la inteligencia feminista imaginamos, por ejemplo, el origen del patriarcado, en nuestras generalizaciones, por su naturaleza ideológica de cultura patriarcal, tendemos a destruir cualquier conocimiento de la realidad al simplificar patriarcalmente, ajustándolo todo a los conceptos del sistema sexo-género (patriarcal o incluso el que también reduciendo la identidad humana a dos modelos “naturales” no ubica a la mujer en el subyugado). «Las mujeres se dedicaban a esto…, los hombres a lo otro». (Yo siempre me pregunto: «Y no hubo mujeres que se dedicaran a lo otro, aunque no fueran mayoría, e incluso a un otro 2, y hombres que…?» y la respuesta lógica es sí, se ve hoy como se vería antes). Así, el sistema sexo-género patriarcal y el llamado “esencialismo” feminista (si he entendido correctamente esto último) compartirían una reducción del mundo humano a dos identidades posibles que están necesariamente asociadas a rasgos y funciones (por esto me da tanto desánimo, por ejemplo, escuchar a Helen Fisher, por ejemplo), y ahí es dónde yo creo que se produce una deshumanización: naturaleza y cultura, hombre y mujer, luz y oscuridad, bueno y malo, son binomios contendientes en el sentido de que ciertas ideologías o modos de pensar los conciben así y conciben un bloque superior al otro.
Para mí la pregunta es: ¿por qué es tan importante reducir la realidad a binomios contendientes? Generalizar incluso en binomios puede ser útil y bueno o práctico en determinados momentos, pero no puede usarse para explicar el mundo y para lo que se usa al defender posturas que excluyen de la realidad humana da igual si mucho o poco, porque excluyen, estigmatizan, “anormalizan lo también humano”.
¿Por qué es tan fundamental saber si eres “hombre o mujer” (según los define el patriarcado al asignarles rasgos y funciones) en la construcción de la identidad? ¿No sería más lógico fijarnos en las cualidades de cada cual para apoyar a la persona en lo que necesitara para crecer? ¿No sería más fácil dejarnos estar? Si yo soy “hombre o mujer” más libremente, no veo cómo puede ser relevante este tema para todo lo que es relevante en nuestra sociedad: con quién te juntas, cómo vistes y hablas, a qué te dedicas, qué puedes o no puedes soñar, desear, querer hacer, porque la realidad es que puedo ser “hombre o mujer” de muchas maneras diversas, por ejemplo, puedo ser hombre pintándome las uñas, sin pintármelas, pintándomelas a veces; y puedo ser mujer de esa misma forma, y si pintarse las uñas tiene relación con un rasgo o función eso también podrá ser variable, según sociedad o persona. ¿No sería mejor una sociedad donde pudiéramos ocuparnos de la construcción del conocimiento, del cuidado mutuo, de los recursos y sus gestión, como personas, ignorando nuestro sexo y sexualidad, evitando construir papeles de género, dada la nefasta experiencia de siglos sobre a lo que esto lleva respecto al hecho asombroso de la diversidad de la vida, incluida la humana? ¿No se podría sencillamente usar nombres para nombrar, y no para clasificar, con vistas a crear pirámides conceptuales?
Sobre la llamada “ética del cuidado”, sobre el concepto del cuidado mutuo, el impacto de la tara ideológica patriarcal parece haber sido inmenso pero todo es un proceso y pensar fuera de la ideología patriarcal que culturalmente nos constituye es todo un esfuerzo, ahora bien un esfuerzo que libera y da alas para la construcción o reconstrucción o evolución de las identidades humanas. Ojala se esté avanzando en este sentido más humano y evitándose ese pensar desde binomios contendientes.
Leyendo Ecofeminismo para otro mundo posible, de Alicia H. Puleo (Cátedra, 2011)
VIOLENCIA PATRIARCAL Y POLÍTICA 2 (Europa). E insisto: ¿qué problema hay con que «la Europa de los pueblos» tenga muchos pueblos? Que quien ahora detenta un poder exagerado o violento porque no le correspondería eso según la teoría del juego, la de ideales, no la de mercado, no podría presionar a tanta variedad igual que si hay menos variedad para que «voten» lo que quiere imponer.
VIOLENCIA PATRIARCAL y POLÍTICA 1 (Catalunya). La verdad es que ponen la CUP (independentistas = que quieren la indepencia, que yo sepa, esto no es violencia, es una opción, de Catalunya; y para opciones las democracias, se supone) como si fuera ETA (grupo armado que al pasar la dictadura pasó a ser un grupo terrorista)! ¡Y la base viene del pacifismo político (la noviolencia, quienes pensamos que el uso de la violencia no resuelve los problemas, sino que los empeora) y el feminismo! Y el anarquismo noviolento, cómo olvidarlo (ah, porque decir «anarquista» es decir Violencia, como decir «feminismo», esta locura irracional y ciega). De hecho, la imagen que más miedo da es la de una mujer feminista del CUP, le da a la gente como terror. Como feminista, nada nuevo bajo el sol, sin duda. Pero es algo abrumador, pero el poder siempre hace así, bombardear de mentiras las opciones más constructivas y menos violentas que se van creando. Es muy de la noche de los muertos (y no el día de las personas muertas). Por las personas muertas, tantas anónimas que lucharon por un mundo mejor, este mensaje sobre las personas vivas, las que difaman y demonizan y las que trabajan considerando que los fines son los medios, muy del mundo del pacifismo político.
En fin, así llevamos siglos, con un avance lentísimo hacia lo que nos haría mejores sociedades, más racionales y empáticas. Y ahora seguro que esta opinión razonada «me merece ser quemada en la plaza pública». Suspiros. Para exageraciones, las del poder establecido y su masa seguidora, porque la gente tiene una forma de ser práctica que es muy destructiva: en lugar de ser práctica para construir, es práctica para confirmar el orden de la destrucción, como en el trabajo, vaya. Mejor apoyar al jefe, y que te dé alguna ventaja o prebenda, que apoyar que el trabajo funcione según cuestiones democráticas (derechos y obligaciones).
BLOQUEOS POR NO DAR DNI. Algunas personas han sido bloqueadas últimamente como «perfil sospechoso» por no dar foto por adelante y atrás y DNI! Así que si desaparecemos, será esta barbaridad. Flipando.
A DISTRAER, al Vaticano, sinvergüenza mayoría del parlamento español. Yo sigo centrada, soy de esa saga de personas, las de la racionalidad empática, las incapaces de abusar y la de las muy capaces de construir y crear.
PESADILLA DE MAYORÍA EN EL PARLAMENTO ESPAÑOL. En Catalunya, podían haber votado como en Escocia, con un parlamento español tan dispuesto a modificar la Constitución del 78 (hecha como algo temporal, porque era peligroso ser demócrata, con ingredientes como el 155, inconcebibles en una Constitución, y los Sin embargo y Peros de no Constitución, y los montones de páginas de no Constitución) como cuando el rey necesitó hacerlo para que tuviéramos 2 reyes o nos adaptáramos a las demandas económicas de la UE.
Al parlamento español, algo tan legítimo como un referendo, en una democracia, no les pareció motivo bueno para modificar la Constitución y lo que quisieran los poderes económicos y la monarquía sí. Caramba.
Qué crimen, el del parlamento español. Qué falta de visión democrática.
Y ahora, como la RAE, azuzar al «pueblo» que desprecian y usan, para linchar a una comunidad que quería votar.
Esto lo vemos en la vida cotidiana, cuando la gente siente tensión cuando alguien señala una injusticia, una tensión insoportable, y no siente tensión cuando sufre y ve abusos, porque es el orden del mundo así. Porque estamos en educación cultural patriarcal: el más fuerte es el más violento, es el héroe, el líder legítimo.
Así de pobre es la violencia, sólo tiene ese recurso, la violencia, con su gama de pesadilla gracias a un desarrollo de siglos de violencias.
Y la racionalidad empática, el no usar ideas para hacer todo menos llevar a realidad esa idea, el no ver el mundo en binomios contendientes donde un bando debe prevalecer, sino como grupos humanos evolucionando para aprender a resolver sus problemas sin usar violencia, generar destrucción y perpetuar la injusticia, todo lo bueno de lo que somos capaces, al menos al imaginarlo y llevar a vidas particulares, eso no, eso es utopía, improcedente, crimen.
EL PAÍS: Escribo a El País diciendo que quiero darme de baja de SModa porque no entiendo por qué ponen el análisis de las mujeres en Moda, y además de no darme de baja (llevo 3 veces), no me contestan a la crítica. Ugh!
LULA: aquí estamos, con lo de Catalunya, a ver si dado el poco respeto españolista, se cambia la situación a respeto, o consiguen la independencia, que sería un caso increíble: conseguir la independencia sin guerra! Yo creo que estaríamos juntas en nuestro apoyo a que les hubieran dejado votar, y juntas en la emoción de la belleza de ver a la gente en la calle luchando con noviolencia.
https://www.verkami.com/locale/es/projects/18753-nina-viajera-la-novela
EMIGRAR. Creo que si emigro a Catalunya en el trabajo me irá sin duda mejor, no respecto a la gente que viene a aprender a clase, pero sí respecto a un gran porcentaje de profesionales y cómo percibe la sociedad en general el valor de la innovación, la creatividad, el pensamiento crítico, y trabajar con alegría (soy profe en la pública, agotadas siempre pero con orgullo docente por lo bonito que es el trabajo!)
POLÍTICA 7. Democracia mientras obedezca todo el mundo. Si no, lo de siempre: VIOLENCIA a todos los niveles. VERGÜENZA. La gente debería estar saliendo masivamente en toda España a las calles no para lo que hacen masivamente, manifestarse para despreciar y odiar, «a por ellos», sino para ayudar a que se encuentren soluciones racionales noviolentas, incluso aunque ésta sea tener que aceptar nuevas naciones. Al fin y al cabo ¿qué es la nación «española»? La comunidad autónoma de Madrid, diría yo, que en realidad es parte de Castilla. El resto son identidades colectivas diferentes: existen si no porque se conozcan y reconozcan porque en Madrid cuentan muchos chistes de ellas y repiten hasta aburrir y desesperar «chistes» sobre ellas: aragonesas, extremeños, andaluzas, gallegos… ¿Qué es España? ¿Desde cuándo existe como tal? ¿Y tolera «España», ésa del rey, tolera las otras nacionalidades, porque lo cierto es que siempre hablan desde el «androcentrismo» castellano. Me estoy poniendo metafórica así que lo dejo. Furiosa por tener que ver tanta barbaridad allí donde podría haber algo más evolucionado hacia lo civilizatorio.
POLÍTICA 6. Mapamundi. Sabemos, como feministas, cómo cualquier diferencia nos empuja a la guerra, por siglos de adoctrinamiento patriarcal, es algo cultural de siglos: donde siempre se apuesta por «soluciones» de violencia, violencia a todos los niveles. Eso no significa que no tengamos una historia de lucha noviolenta (no consta en la Historia patriarcal, pero existe), de otro tipo de mundo humano, lo tenemos, lo vemos todos los días, y lo intentamos machacar todos los días, no viéndolo y/o destruyéndolo.
Incluso quien protagoniza la lucha noviolenta, como se ve en el feminismo, puede ejercer esas violencias patriarcales (p.e. cuando se ejerce lo contrario a la sororidad, se trata a mujeres feministas con visiones diferentes como enemigas en lugar de como ayuda comunitaria a pensar y evolucionar, como riqueza, en el universo de la posibilidad), por cultura, por eso yo lo llamo «la tara de la violencia patriarcal», no termina de ver con claridad el valor de lo que está haciendo, del enfoque y los medios. Tenemos que SABER todas estas cosas para poder EVITAR lo que no queremos. Sin crítica no hay aprendizaje ni evolución. Los partidos políticos prevalentes están continuamente obstaculizando esto. Que evolucionen o lo dejen, por favor. Porque está quedando muy claro que todo lo que ocurre de noviolento y maravilloso entre las personas, está ahí, y no tiene que ver con lo que hacen quienes nos representan en las llamadas democracias.
POLÍTICA 5. Así que Orwell sigue vigente: todo al revés, la guerra es la paz. La honestidad, la noviolencia, el diálogo, el trabajo hecho con dignifidad laboral, la creatividad, la tolerancia, la generosidad, la solidaridad y la sororidad, la protección a los grupos diversos de personas, todo esto es la guerra, se da en los cuerpos de personas «conflictivas», «antisociales», y la mentira, el abuso, la manipulación, el desprecio y el odio, la imposición, el juicio sumarísimo, el linchamiento, todas estas cosas que ya deberían ser cosas del pasado, son la paz.
POLÍTICA 4. Que la «Europa de los pueblos» se empeñe en que no haya muchos más pueblos indica que sus procederes democráticos quizá no lo sean tanto. Si no, ¿qué problema habría con una Europa de los 4000 pueblos en lugar de los 2000? (las cifras me las he inventado)
Un comentario:
Como decía en otro post sobre el tema… a lo mejor es que esa Europa que hay ahora no va de democracia de los pueblos: más bien parece un club de amiguetes que se reparten las prebendas y se compinchan para eliminar todas las conquistas sociales. En las elecciones al parlamento europeo apenas participa el 40% de votantes y a los líderes de la UE ¿quién les ha elegido? ¿los mercados? http://www.eldiario.es/…/escandalo-tributario-Juncker_6…
POLÍTICA 3. No se puede llamar dictadura a que poblaciones se lancen a la calle para pedir el derecho a votar algo que les concierne, incluso que voten, como puedan. Lo que todo esto muestra es que la masa y las élites no tienen interés en identificar qué es legal y debería cambiarse por antiderechos humanos o antidemocráctico (como leyes franquistas que tenemos aún, o leyes que legalizan ideologías antiderechos humanos, como la de la extrema derecha), y que ponen eso al mismo nivel que lo que es legal y protege a las personas.
POLÍTICA 2. Por el estudio de la historia de las dictaduras sabemos cómo el autoritarismo usa los eventos de masas, pongamos, el fútbol, para «hermanar» con vistas a incendiar y alimentar la guerra. Verlo en una democracia social asombra y da miedo. Pan y circo, sigue funcionando: mientras van «a por ellos» introducen actuaciones legales pero antidemocráticas, y antiderechos humanos, como hacen las dictaduras.
POLÍTICA 1. Sabemos por la historia cuánto desprecian quienes detentan el poder a las masas enardecidas que los sostienen (por miedo y por falta de coraje) y a las élites interesadas en participar en el reparto del pastel. Sorprende, que en una democracia social, sigamos viendo lo mismo, como si nada se hubiera avanzado en la comprensión de ideas mejores para la justicia y la convivencia.
PREMIOS PLANETA. Pues aunque entiendo lo que explica la gente de la importancia de los premios (aunque a mí no me gustan y no me presento) tengo que decir que el premio planeta me da náuseas. Debe de ser porque de joven trabajé en una embajada y vi lo que vi y esto me lo recuerda. Un tipo de mundo muy poco mi mundo.
QUÉ ABSURDOS hechos: el presidente español preguntando como nene enrabietado, dale que te pego, «Hasta que no me digan lo que mando, no paro». CHICO, LEE, QUE ESTÁ ESCRITO. Quien cree que sólo merece respeto su ideología es que no puede entender cómo le falta al respeto a quienes tienen otra. Siempre insultando, cargados de razón
MADRID y las otras lenguas de España. Pues si hablamos de transmitir rechazo y odio, yo, la verdad, algo que he llevado siempre muy mal en Madrid, como estudiosa de lingüística y profe de inglés, ha sido el rechazo visceral tradicional de tanta y tanta gente de Madrid y lugares monolingües de España a algo tan natural como sería respetar las otras lenguas y culturas, y aprender algo la lengua de dónde pasas las vacaciones, a las otras lenguas de España, a que pudieran aprenderlas en la escuela pública como optativas, que sería algo lógico, o en las Escuelas Oficiales de Idiomas de España, que en Madrid, sólo hay una escuela que la enseñe, habiendo como hay tantas y tantas EEOOII. Nunca he oído a profes decir que era una riqueza.
AMISTAD Y LIBERTAD. Si alguien piensa que expresar una opinión razonada, que no usa la falacia contra la persona, es lo mismo que IMPONERSE, por favor, usemos la libertad que da la amistad para dejar de ser amigxs. Yo ELIJO no tener relación personal con personas que confunden el autoritarismo con la comunicación y las ganas de saber. No hay que insultarse ni matarse. Aquí hay una aplicación muy buena de «mirar para otro lado», una positiva, constructiva, y no destructiva (seguir cada cual su camino), destructiva como no saber ver cuándo unas palabras son para explicarse cosas y conocer, y construir conocimiento en diálogo, y cuándo unas palabras son para dominar y manipular.
DEBATE Y FALACIAS. Sería importante que en Filosofía, esa asignatura que se intentan cargar dos partidos políticos, creo, pudieran darse las falacias y las normas del diálogo racional y empático a ser posible.
Buscando rápido, que en Znet un filósofo activista tenía un manual pero ahora no lo encuentro,
algo sobre lo que dijo Sagan (y yo añado que podemos nombrar la ad hominen, «falacia contra la persona» pues ahora las mujeres participamos en los análisis y debates)
https://hipertextual.com/2015/03/carl-sagan-camelos
Otra fuente, más técnica: http://razonesyfalacias.blogspot.com.es/p/falacias_27.html
En apoyo a Coeducación para personas adultas en la pública de idiomas (Escuelas Oficiales de Idiomas)
NACIONALISMOS DESDE LA INTELIGENCIA FEMINISTA Y LA LINGÜÍSTICA MODERNA, LA SOCIOLINGÜÍSTICA, PSICOLINGÜÍSTICA…: OFENDID@S Y JUSTIFICAD@S SIEMPRE PARA AGREDIR
El problema de muchas personas en las comunidades que hablan español castellano, español extremeño, español leonés, español aragonés (no el aragonés, que corre riesgo de extinción y es otra lengua), español manchego, español andaluz…, es decir, español, respecto a la existencia de comunidades que hablan otra lengua, materna o no (y además español, a menudo, como 2/3 de la población humana, que es bilingüe o trilingüe), es que no pueden respetar que en España hay diferentes culturas, y las culturas con lengua sólo de ellas merecen el mismo respeto que las culturas que comparten la lengua española. La lengua además ofrece un modo de comprender el mundo, y por eso a las diferencias que puedan ya existir entre las varias identidades culturales colectivas, sumar la que genera la lengua es un factor vital, que no se puede ignorar y que hay que respetar como diferencial.
Como feminista, he visto que lo puedo comprender mejor que la gente que se niega a desarrollar inteligencia feminista, o machista radical, o misógina, porque comprendo bien el problema del androcentrismo y de cómo obstaculiza que lleguemos a pensar el mundo como personas. El androcentrismo (verlo todo no desde la idea de Persona, sino de Hombre, porque llevamos siglos viéndolo desde ahí, es clave en la construcción de la sociedad, cultura, ideología patriarcal) impide a personas perfectamente capaces de comprender la crítica feminista, que es crítica de un movimiento social fundamental para la evolución noviolenta a sociedades humanas más civilizadas. “¿Qué más quieren?”, se preguntan las y los machistas reivindicativos de serlo y no reconocerlo, pero no es una pregunta, sino una forma de hacer daño: una amenza de “Estamos ofendid@s y dispuest@s a agredir” en realidad (con la bendición de una ideología determinada que se cree centro del universo). No porque sean malas personas, porque quieran hacer daño (aunque vomitan odio en ocasiones), sino porque no entienden, y no quieren entender que permita convivir y evolucionar. Lo que importa es un orden que ya deberíamos haber dejado atrás, un orden lleno de mentira y violencia, que no tolera la diversidad y la disocia de la convivencia, algo demencial para mentes más evolucionadas.
Tradicionalmente pasa así con este tipo de problemas: quienes argumentan su caso (pueblo que quiere votar, feministas) son demonios y quienes no comprenden o respetan a otras personas (nacionalistas del españolismo, que no se sabe bien qué es, pero que lleva décadas negando la Constitución, que no es sagrada por cierto y tiene incoherencias galácticas, donde se habla de lenguas co-oficiales y riqueza plurilingüe, cultural, en España), los que deben prevalecer. Por suerte ahora quizá no te quemen en la plaza, pero como podemos constatar a diario la violencia conceptual, de las actitudes, verbal sigue prefiriendo la guerra e impidiendo u obstaculizando con todos sus gritos y su odio que desarrollemos formas noviolentas de resolución de los problemas y conflictos.
[E]staba harta de los hombres que medían su capacidad sexual por el grado de subordinación intelectual de la mujer.
Angela Davis, Autobiografía (ed. Capitán Swing), parte 4, “Llamas”, p. 210
Aquí está identificada una cuestión fundamental en el patriarcado: se enseña a los varones que el sexo tiene que ver con un órgano excitado y que para que esto ocurra tiene que haber una mujer sometida, dominada, aterrorizada, porque qué mayor terror que determinen que eres inferior intelectualmente, qué mayor violencia puede haber que la que te impone ser esclava o dependiente. Estamos aquí ante la violación base: si somos inferiores intelectualmente, no tenemos posibilidad alguna de nada, porque quien así lo cree justifica así que MANDA. Si el análisis feminista no hubiera llegado a ser difundido como desde que somos movimiento social y político (siglo 20, al parecer), este hecho brutal ideológico patriarcal seguiría invisibilizado, a pesar de su realidad masiva.
Intentando exponer algún proceso de invisibilización.
Habría que ser más conscientes de cómo la cultura decide o influye en la construcción de la identidad individual (para grados, según fortaleza de la personalidad, supongo).
La inteligencia feminista (como la capacidad creativa, tan audaz / indómito / libre por naturaleza) te permite ver cosas evidentes que la cultura te ha enseñado a no ver. La cultura, eso que genera la tendencia mayoritaria en la sociedad, condicionada por las decisiones, para el caso de la sociedad patriarcal, de los patriarcas, de los capaces de ejercer una gama asombrosa de violencias para imponer su orden, es como el aire que respiramos: no lo notamos, pero está ahí con un papel fundamental para nuestras vidas.
La cultura patriarcal, tan primitiva aunque sea milenaria, necesita validar sus mandatos ideológicos frente a una realidad que no tolera: la de la impresionante diversidad de la vida humana, porque enseguida queda expuesta como incoherente, injusta y violenta (desde la lógica o la racionalidad empática es fácil verlo, por eso las niñas pequeñas y los niños dicen cosas tan evidentes como que el rey está desnudo), lo que explica su inagotable violencia, la de ese sistema de gestionar la vida tan negativo para la vida y que por desgracia, con tantos siglos de desarrollo, nos sale fácil, validarlo, ejecutarlo, justamente porque creemos en la cultura y no queremos mirar y ver la realidad. (¡¿Biológica la identidad «Hombre-mujer» que define el patriarcado?! Que él piense y ella sienta, que esté bien que él use la violencia física y que está mal que lo haga ella, tan viciosa y mala por naturaleza? ¿No será más bien que la mente humana, al margen de los genitales, puede generar ideas, palabras, sentimientos, acciones y así seas hombre o mujer puedes ser capaz de razonar o cuidar, y en muchos grados diferentes las diferentes personas? ¿No será más bien que ser fuerte no es sólo poder ejercer violencia física de imposición sobre alguien, sino muchas más cosas y mucho más positivas o inteligentes?)
Así, me pregunto qué hace que no nos agotemos culturalmente de ver historias de la guerra desde el punto de vista del Hombre patriarcal (no de la persona hombre/varón, digamos). Se ve que la sociedad lo considere algo relevante para la cultura. En contraste, cuando hablamos de la experiencia de cómo el papel que nos asigna la cultura por razón de sexo o género, algo relevante porque informa sobre la experiencia de constricción de la identidad humana por mandato cultural, la sociedad se centra en descalificar y descartar el valor de esas palabras (salvo que las pronuncie el Hombre, el modelo ideal de ser humano según la cultura patriarcal, ese tipo de identidad que podrían ser las personas hombre/varón y que es líder reconocido por la mayoría).
La respuesta es evidente (de cosas que se pueden ver si se mira con la mirada clara): en qué terreno estamos, ¿en el de validar la realidad que promociona la cultura, por ejemplo, para el caso primero, la de héroe o contrahéroe según la ideología patriarcal? (aunque en vida a cada cual, «héroe» o «contrahéroe» le irá muy distinto; pero a lo largo del tiempo, ambos tenderán a recibir respeto y ser valorados pues en conjunto validan la ideología de reducir la realidad a un binomio donde una de las partes debe prevalecer, y a veces se renueva pero para perpetuar el mismo sistema, como lo hace el Hijo Rebelde cuando desbanca al Padre, para convertirse él en Patriarca), ¿o en tener que defender la cultura de lo que pueda cuestionarla? (lo que implica arrasar con cualquier realidad que pueda no ajustarse a esa camisa de fuerza identitaria que impone la cultura patriarcal).
(Sí veo la pregunta de si toda cultura iría en contra de la naturaleza humana, y pienso que no, que se pueden construir culturas respetuosas con la vida, con la diversidad de la vida, aunque esto requiere, imagino, mentes mucho más evolucionadas que las que se valoran y respetan y celebran en nuestras sociedades. Sobre la pregunta de si todos los patriarcados serían tan violentos como el que nos ocupa, o bien, si podría darse una sociedad patriarcal que no fuera violenta e injusta a este nivel que conocemos, imagino que sí, pues si de entrada se determina en la superioridad de un tipo de persona sobre el resto en función de sus genitales y sexualidad, sin tener en cuenta, sin aprender a ver, a las personas por sus cualidades, necesariamente se genera violencia e injusticia evitables desde la racionalidad empática.)
¿Qué hace que cuando se denuncia el efecto de los papeles de género patriarcales, críticamente, o sea, denuncia que se haga desde ser persona que no los acepta por la realidad de su identidad, que no queda recogida en esos modelos, se «acuse» a esas personas y desprecie? ¿Cómo es posible que si una mujer denuncia la violencia de género (la violencia del Hombre hacia las personas inferiores que son las no Hombre), a pesar de que todo el mundo puedo ver sus efectos, los hechos de la violencia de género, se quiera inducir e imponer que no se escuche ni nombre eso que se ha dicho (por más evidente/real que sea) y se imponga un odio del grupo prevalente a esa voz? ¿No se está así validando culturalmente que exista esa violencia? ¿Cómo vamos a combatir la violencia del Hombre a las mujeres en el patriarcado si cuando ellas explican y denuncian y luchan contra esa violencia se las «acusa», se sacan a colación otros temas, ubicándolos así en más importantes que el de la propia violencia? No es cierto que todo el mundo esté en contra de la violencia. Yo diría que más bien la mayoría, por efecto de la cultura, está a favor de la perpetuación de la violencia ideológica patriarcal, a pesar de que mayores márgenes para la construcción de la identidad, conseguidos con la lucha artística, social, del pensamiento, nos permiten ver con más claridad que este mundo cultural no es deseable, por su brutalidad, compleja pero nada evolucionada en un sentido de la racionalidad empática.
Leyendo los diarios de Sylvia Plath, sus reflexiones sobre identidad a los 19 años: «Estoy en conflicto conmigo misma, me disgusta ser mujer porque soy consciente de que inevitablemente no puedo ser hombre. Dicho de otro modo, tengo que poner todas mis energías al servicio de mi pareja: mi único acto libre consiste en escoger o rechazar a esa pareja.»
Estoy leyendo los diarios de Sylvia Plath (regalo de A., en español) y pienso que es una gran suerte ser escritora anónima para mí, porque yo sólo quiero que me lean, si apetece, da curiosidad, gusta, e internet es la plaza perfecta.
En realidad, las editoriales son como las peluquerías (y no lo digo para ofender; es una analogía por lo que duelen por la tradición de forzar): te hacen cosas que duelen y distorsionan, crean muros de contención, zanjas dirigidas para el riego, ciegan vanos, abren boquetes en lugares sucios, añaden transparencias que median la mirada y finalmente impide ver lo que miras con esa capacidad directa… Y luego, todo lo demás, el mundo de La cultura: el cortejo de las disecciones obligatorias de quienes pueblan ese Estado, con sus buenas y malas ideas y sobre todo, ese despiece las más de las veces improcedente e irrelevante, a menudo deformante porque incluso cuando el rastro es acertado, se mira desde la expectativa de lo que se va a encontrar, desde la explicación previa construida, que impone que todo lo mirado se use, y no facilita que se conozca.
Que mis textos no hayan interesado a editoriales y a su marco (y soy consciente de que gracias al acceso a la expresión libre, se ve ya más claro que el genio creativo lo tenemos mucha más gente de lo que dice la historia), el mundo de la cultura sancionada (ese establishment defensor de la ideología patriarcal con sus… ¡universales! pequeños, particulares y exclusivistas, ese mundo cerrado de mandamientos), sumado a todo lo que no he hecho para buscar un lugar allí, y que he podido NO ganarme la vida con mis actividades íntimas creativas en estado puro , y sus talentos asociados (las creativas de desde dentro, y no las que nacen de la interacción y con la prioridad de la otra persona, como dar clases de un idioma), me ha ubicado en donde, de haberlo sabido todo antes, me hubiera ubicado yo. Lejos de todo eso, invisible pero con obra accesible y pública gracias a internet.
Pensándolo ahora, como somos capaces de buscar la expresión de mucho menos de lo que podemos saber, quizá es que de hecho he podido ir eligiendo. Sin duda, algo ha tenido que influir en la apertura del camino propio de mi vida las cosas que no he querido hacer y lo que he amado hacer.
Al caso: siento alivio, quería decir, explicar, dentro de lo que es la preferencia vital general de ser de la saga de personas anónimas que han compartido sus trabajos.
El tiempo empleado en asimilar se come
la vida creativa
como una pesadilla inagotable.
Es un crimen contra la humanidad.
Así,
no es fácil
seguir el entramado de caminos y vacíos,
tonos de luz y sombra, ese paisaje
de orden del rumbo y de las conexiones
de lo que existe, y te pierdes
en el sentimiento de dolor, pérdida, batalla
cuando no ves más que ruido, esos momentos
abisales de inseguridad y miedo.
Con todo,
los cabos ásperos y punzantes,
la suavidad de las curvas,
los volúmenes y huecos,
lo que contiene y lo contenido,
pueden ser interpretados, vividos
desde diferentes puntos de apoyo, suelos,
como misterios, como sombras
de un mundo diferente que es tuyo.
No se puede
perder la confianza
en las visiones de realidad
que ofrece la rebeldía.
A JM, mis personas queridas y mis personas perdidas para siempre
Visionaria
Viendo cómo lo mezquino y violento impone su orden
entre tanta buena gente de buenas y malas formas
necesarias siempre, creyentes
tan en la costumbre de no saber,
tan amantes de las variaciones de la misma violencia,
esa que establece una relación o proporción de autoridad
entre el miedo, el complejo y las ganas de hacer daño,
ese ahínco, contra todo, hacia quien sea,
esas personas crónicamente ciegas,
que no pueden mirar ni ver lo que está delante,
detrás, por encima, debajo,
en los ideales y sueños, en la buena compañía
del aliento, el aprendizaje, el compromiso,
porque viven en el melodrama del miedo y la guerra,
en esa industria de la normalidad.
Tenemos necesariamente que comprender
que no somos iguales.