Category: Pensamientos


SOBRE LA SUPRESIÓN DE «QUEER» (y lo que siga) en «LGTBIQA+» A PETICIÓN DE UN SECTOR FEMINISTA (de la doble militancia con partido político, España).

No se entiende cómo personas que luchan en los movimientos sociales puedan concebir que la identidad humana se puede imponer. Esto que lleva ocho siglos haciendo la sociedad patriarcal, y contra lo que los movimientos sociales feministas del mundo luchan porque creemos que somos mujeres, hombres y/o personas de mil formas, y no en función del sistema reproductivo de la especie, incluso las personas heterosexuales que quieren tener descendencia, que son muy variadas en sus identidades.

Las cuestiones identitarias, aunque se vean afectadas por la cultura humana, no pueden significar la crueldad de decirle a nadie que su identidad no puede ser, que tiene que ser como le manden otras personas. Creí que todos los feminismos luchaban contra la misoginia social y estructural y que eso no era para cambiar el orden de opresión, sino para construir un mundo menos injusto y violento. Creí que sabíamos las activistas de la importancia clave de transformar el sistema sexo-género patriarcal para transformar además todos los sistemas de opresión que lleva asociados. Que reventar el mandato identitario patriarcal nos liberaba para vivir y dejar vivir a las personas en cuestión de identidad, de cuerpos, sexualidades, de género, tan inventado o no como el sistema identitario prevalente, el Hombre un Macho, la mujer una Niñita y un animal de carga. Que reventando ese sistema de opresión tan íntimo, que toca tan hondo porque nos dice que somos como no somos, se impactarían todos esos sistemas de opresión asociados que ordenan este mundo donde se cree a quien más odia y destruye.

Lo creía sabiendo que existe el separatismo lesbiano, que me parecía bien, justamente porque todo el mundo puede elegir con quién se junta. Yo además le debo mucho porque me ayudó mucho a ser quien soy. Pero resulta que en los últimos años en España ante el crecimiento y diversificación del activismo social, algo positivo porque indica el impacto de tantas luchas individuales y colectivas (hoy puedes tener una vida sexual normal de las que en mi época se llamaba con estigma “tener amantes” y te convertía en “puta” sobre todo si decías que no a alguien), un sector feminista nos está diciendo que sólo se admiten las mismas dos categorías identitarias que plantea el patriarcado, que el feminismo es para aspirar a la “igualdad de derechos” en ese marco identitario que atribuye a los órganos reproductivos un orden jerarquizado y una identidad con derecho a existir. En qué te construyen identidad los órganos reproductivos, me pregunto. Yo tengo una vagina reproductora y jamás he sentido deseos de concebir, y hay mucha gente con un cerebro humano y como si no lo tuviera. Mi vida “de mujer” me habría costado la hoguera si no hubiéramos logrado luchando a diario impactar esta cultura tan primitiva. Sabemos ya muy bien que la biología no explica casi nada de lo que hacemos a diario, de lo que somos, pensamos o hacemos.

Lo más difícil de comprender es que la perpetuación del mandato identitario binario la defienda un sector de feministas que son mujeres cis lesbianas — excluidas siempre en la visión biologicista patriarcal como «anormales, viciosas, enfermas» – y un sector de mujeres cis heterosexuales que han decidido no ser madres. A qué tanta determinación biologicista. Criminalizar y estigmatizar identidades humanas es cruel, un clásico patriarcal, un condicionamiento de esta ideología cultural –que todo lo ve como guerra entre dos bloques donde uno, por ser superior, debe necesariamente prevalecer. ¿Por qué queréis imponer un orden identitario? Como si no soportáramos suficientes violencias.

Las poblaciones del mundo evolucionamos hacia la convivencia en diversidad. Se llama evolucionar la idea de derechos humanos y culturales de personas y pueblos. Cada vez más gente entiende que las personas pueden amarse de muchas formas, no sólo casándose, y al margen de la biología como demuestra la amistad o el altruismo del activismo. Sabemos que la identidad no es motivo para que te hagan la vida un infierno, y que las personas pequeñas no necesitan una «madre y padre» sino a personas que las cuiden, respeten / quieran. Sabemos que ser de una cultura humana diferente a la de las naciones-estado coloniales no te quita el derecho a ser nación y poder vivir de acuerdo a tu cultura.

Los errores los cometemos invariablemente, todo el mundo, pero si hay autocrítica y diálogo, reflexión, hay aprendizaje y evolución. Esto del feminismo no iba a ser una excepción: hay condicionamientos de ideología cultural patriarcal en el feminismo, como en todos los hechos humanos en estas culturas, por eso hay quienes practican la autocrítica y el aprendizaje permanente de todos los movimientos sociales. Porque es todo complejo. Pero no es opción pretender hacerle a otras personas lo que no quieres que te hagan a ti. Sobre este error cruel de cargadas de Razón patriarcal llegarse a modificar en las instituciones ya que tienes acceso tú, algo que es resultado de las luchas de millones de personas y grupos anónimos, hay antecedentes que hemos rescatado en las humanstory que reconstruimos.

Un caso aún bastante desconocido: el error de crueldad de las activistas feministas que como quienes se atreven a decirle a la gente “Tú no eres quien te crees que eres”, escribieron la Historia del Sufragismo en Estados Unidos (7 volúmenes) para tribuirse los logros y todo, porque dejaron fuera a hermanas negras y sus comunidades, a las que les debían, entre otras cosas, que gracias a la lucha por liberarse de la esclavitud racista las mujeres blancas se dieron cuenta de su propia opresión de género. No sólo esto: dejando fuera a activistas hermanas que cuando se abolió la esclavitud fueron claves en su trabajo por los derechos de las mujeres, también en intervenciones de apoyo en los actos de las blancas, donde el público blanco las insultaba y apabullaba, y donde las y los activistas negros tomaban la palabra para argumentar tan lúcida y rotundamente como Sojourner Truth en Ohio, donde no estaba como ponente porque era negra pero donde la presidenta blanca aplaudió su intervención con alivio. Esas sufragistas blancas lucharon por el derecho al voto, pero reivindicaron su racismo de diferentes maneras, y una fue dejando fuera de la historia a sus hermanas negras. A mí me habría dado vergüenza, pero es que tengo mucha conciencia autocrítica, y tiendo a dedicar mucho tiempo a escuchar a gente muy variada, de la que creo que tengo cosas que aprender. Que la sociedad estadounidense tras la abolición de la esclavitud tuviera leyes segregacionistas (racistas) y legalizado el linchamiento (de ejecución racista, aunque decían que era para combatir el crimen), y al KKK, no borra que en el movimiento de activismo social había otras ideas, comprensiones, relaciones.

Llevamos ya unos años, y ha sido y es doloroso atender a esta evolución anti-identidades humanas de personas que son hermanas en la lucha. Pero no tengo ninguna duda de que las ideas que generan sufrimiento, odio y crueldad hacia las personas por razón de su identidad no tienen legitimidad ninguna, no son parte de la lucha por los derechos humanos y culturales, sacan a esas personas del movimiento social y las ubican en una lucha por el poder que ellas entenderán.

El «feminismo patriarcal» no está solo: está también el “pacifismo y el antimilitarismo patriarcal”, ese que no integra en su lucha contra la guerra la realidad de la misoginia porque dicen que es tema del feminismo; está el “ecologismo patriarcal” también, incluso con sesgos de “supremacismo cultural”. Así son los procesos, difíciles, complejos, y por eso nos criticamos, que ya podía ser desde la empatía, y no tan patriarcalmente, eso sí. Yo no soy la misma activista que la persona que empezó en 1980 a ser voluntaria en Amnistía Internacional. He aprendido luchando en el movimiento social, he crecido para superar taras mientras luchaba, y he corregido muchas malas concepciones gracias a eso. Amnistía Internacional tampoco es la misma, recuerdo que yo preguntaba con inseguridad que por qué la declaración de compromiso de lucha mencionaba “sexo” si no se adoptaban como presas de conciencia a personas encarceladas por razón de sexo (ser mujer “adútera”, homosexual, etc.). Era verdad, no se adoptaban, pero hoy no es así, porque han evolucionado a comprender y actuar mejor la inteligencia feminista. Amnistía en eso ha evolucionado muchísimo, aunque quede camino.

Ninguna transformación social o cultural se hace sin un largo y esforzado proceso que nos cuesta el precio de muchas vidas, porque se lucha contra las violencias. La sociedad en que nací era mucho más cruel en el día a día que la sociedad actual aunque no podamos decir que hemos superado las culturas de violencia-prevalencia. La autocrítica la necesita todo el mundo, vigilarse, somos hijas del patriarcado mal nos pese. Pero también somos humanas, y tenemos una capacidad empática que ninguna cultura de violencia ha logrado despojarnos, la que nos ayuda a desarrollar criterios que transforman nuestras vidas e impactan en las comunidades. La que nos salva la vida, y mantiene la vida en estas culturas tan destructivas y autodestructivas. La que nos dice que si alguien es Queer se respeta y se convive, y no se le desprecia, estigmatiza, borra y niega derecho a existir. Desaprender construir la propia identidad a costa de otras identidades es la Lección 1 de la lucha por superar la cultura patriarcal.

TRABAJANDO ESCRIBIENDO Y… Como según el lenguaje androcéntrico el masculino es neutro, el corrector de mi ordenador me dice que «Camino descalza», el título del poemario que me gustaría juntar, es erróneo, que debo decir «Camino descalzo».

Gracias RAE, el odio a las mujeres siempre paga bien, verdad? A ver si os incrementan las subvenciones y podemos eliminar, aprovechando la «inteligencia» artificial automatizada, todo rastro del jodío femenino, tan irritante.

A ver si la gente despierta de una vez: el lenguaje es espejo de lo que somos y construye la cultura que nos aplasta.

INSPIRACIÓN. Estoy totalmente creativa en el mundo del libro que escribo, talleres con escritoras anglófonas e hispanohablantes. Totalmente inspirada escribiendo feliz. He pasado de ir a abandonar a esto. La vida es sorprendente!

Os cuento historias (8 min): Lugares de vida que creen que son utopía, para animarnos un poco y apoyar lo bueno que generamos!

La vida hay que dedicarla a lo que te parece importante, sin más, a vivir y, claro, poder convivir. El problema es que aunque somos mucha gente, la falta de esa claridad de visión nos impide poder haber hallado formas de evitar que los más violentos, las personas con menos comprensión empática y vital, siempre nos arrastren al sufrimiento. Qué diferente sería todo con esa lucidez vital que sacaría lo mejor, no lo peor de lo que podemos ser como especie.

Algo que es costoso aprender sobre mundo adulto en culturas patriarcales de violencia prevalencia (que nos machacan tanto la racionalidad empática y la natural solidaridad, juntarse y cuidarse) es que cuando la gente se queja, no quiere soluciones posibles, no quiere más que quejarse y dar voz al afán de hacer(se) daño, validando que eso es lo que alivia y desahoga. Esto es muy difícil de entender o aceptar como estado de cosas cultural para la gente más creativa o racional empática, muy inadaptada en la cultura prevalente (y recordar que puede padecer múltiples sistemas de opresión, dada esta cultura parque temático de lo peor de la especie hecho norma). Lo prevalente es que está gente, ella misma, sobre todo si no está en el grupo Hombre, se crea tonta o incapaz, que tiene que aprender mejor, que no sabe resolver el problema porque no entiende nada, aunque la intuición (inteligencia sin palabras en este caso por tabús culturales a todo lo bueno) te diga que el problema no eres tú. La gente adulta de los patriarcados de violencia prevalencia es transmisora y enforcer (aplicadora) de la cultura de prevalencia y violencia, transmitiendo su irracionalidad y violencias en los modelos de ser y de relacionarse, para dejar claro que no hay más opción que nuestra peor opción.
Escribo esto para que no pierdas mucho tiempo y esfuerzo en dudar de ti. Sigue tu camino sin dudar de ti más que lo lógico. Todo en la cultura prevalente te quiere No-tú, no-humana, y necesitarás mucha energía para perseguir lo que ves posible, lo que eres.


Palabras. Cuaderno de apuntes de michelle renyé

ANÁLISIS ES DIFERENTE A TESTIMONIO. Es problemático, no ayuda ni al movimiento social, ni a la población que desee entender y ayudar a construir soluciones, que cada vez que las mujeres que padecen guerras o violencias hablan de ello se ubique en que se trata de sentidos o conmovedores testimonios. Son análisis basado en experiencias. Verlo como testimonios es condenarlo a que no sea escuchado como análisis, como material fundamental para la búsqueda de soluciones. Así llevamos siglos, la ideología patriarcal sigue desvalorizando y distorsionando las fuentes de lo que puede ayudarnos a salir de tanta irracionalidad y violencia.

REFLEXIÓN. En mi vida, cuando he hecho algo motivado por cualidades humanas, de la especie, por ejemplo el natural e intuitivo amor o respeto a la gente y/o la comunidad, o la necesidad de cosas tan necesarias para evolucionar individual y culturalmente y en las relaciones, como la honestidad, no ha ocurrido lo lógico o consonante con lo que yo había hecho, porque la sociedad en la que vivo nos adoctrina como cultura de violencia-prevalencia que es, y sí ha ocurrido a menudo que me he visto con los ojos de esos valores destructivos generalizados en la sociedad (aunque no me ha durado lo suficiente como para «adaptarme» a perpetuarlos), que han querido explicarme cómo funcionan las cosas, o darme una lección, para socializarme correctamente, o incluso que malos sentimientos se han apoderado de quienes no tendrían por qué haberse sentido mal, o querido hacerme daño por esos hechos. En esta cultura de violencia-prevalencia, las cualidades humanas, practicarlas, te ubican en el territorio de ser sospechosa e indeseable, aunque o precisamente porque eres prueba andante de que tenemos otras opciones de ser y estar, que son mucho más agradables y alentadoras para vivir y convivir.

Por eso tengo muy informado cómo todo tipo de personas, casi siempre inconscientemente, ayudamos a educar a otras personas y nos educamos para perpetuar la brutal ideología patriarcal, tan irracional y violenta. Una cosa llamativa en su no ser pensada, es esto que dicen del grupo masivo denostado, «las mujeres», que las niñas desarrollan la destreza con el lenguaje antes que los niños. Esta mierda de idea, sustentada hoy con datos empíricos, excluye mucho que es relevante para explicarse de una forma más realista. Nuestros genitales o supuestos genitales no determinan nuestra capacidad de lenguaje. Pero está claro que la lingüística importa un pimiento y nadie va a atender o a querer saber sobre cómo a través del lenguaje somos y podemos evolucionar. Lo que pasa desde pequeñas en este mundo tan misógino entre otros muchos males es que al escuchar el lenguaje sabemos que «los niños», el Hombre, sí son nombrados, y por tanto respetados más que «las niñas» o «las mujeres». Es algo muy importante que se aprende muy rápido y muy bien, y nos lleva a ir como pidiendo permiso para ser y estar en el lenguaje y en todo lo demás, como es lógico, porque el lenguaje NOS HACE cosas. El lenguaje que usa la mayoría y también, por suerte, el que construimos al buscar nuestras voces.

Ojalá antes de morirme pueda escribir al respecto. Ciertamente, tendría que superar muchos obstáculos, pero no lo descarto.

CUIDAR LA COMUNICACIÓN Y PERPETUACIÓN DE SISTEMAS DE OPRESIÓN. Una forma de identificar(se) el superiorismo es notar si contestamos o no según a quién. Esta forma de clasismo se disfraza con encubridores como «No tengo tiempo», «Pensé que se lo envías a todo el mundo», «No entendí» y lo indicativo de que la actitud es más respetuosa o empática hacia cualquier persona es que sea tarde o pronto, haya respuesta positiva o no, se dice algo, o se pide o explica algo. Esto da libertad a ambas partes para seguir o no seguir comunicándose. El victimismo ideológico patriarcal, cuya otra cara es el afán continuado de forzar a otras personas a cosas, es muy feo y pesado, y lo practican y transmiten también las buenas personas, como el machismo y la misoginia, el racismo, el antigitanismo, el anti-identidades humanas, sean corporales, sexuales o de formas de ser y comprender… la lista es larga.

Personalmente, acepto bien escuchar de alguien que no quiere recibir comunicaciones mías, duela o no, porque respeto mucho la libertad, no sólo la mía, también la de otras personas. Sin embargo, creo que hay muchos silencios que a menudo no dicen nada bueno de las personas ni de las relaciones. Lo triste, lo que me preocupa al escribir esto, es cómo por nuestra tara ideológica patriarcal, tanta gente concluye dejar los lugares que son en realidad lugares que nos empoderan.

Sé que está el factor del volumen. Todo es tan masivo que es imposible atender. Pero se pueden establecer criterios más empáticos.

La MENTIRA, el engaño, no sólo se construye por quien lo practica. Se construye por la comunidad, que por su parte construye cultura de violencia validando su orden, cuando da la espalda a la realidad que puede observarse y conocerse, y se niega así a atender, a escuchar a quien no miente ni engaña. Así se construye la respuesta de quienes observan, escuchan, piensan y empatizan cuando gritan: Yo sí te creo. Así se construye la desobediencia al mandato cultural de un mundo que saca lo peor de una especie con cualidades extraordinarias, como saber del valor de todo el mundo en la comunidad, y cuidarse, apoyarse mutuamente. Aprender a mirar lo que está ahí es liberarse del condicionamiento ideológico de la cultura imperante, construida con incontables sistemas de opresión para que nos tratemos a patadas, para que los perpetuemos a favor de quienes dominan.

the men are domestic tyrants, considering them as fathers, brothers, or husbands; but there is a kind of interregnum between the reign of the fathers and the husbands, which is the only period of freedom and pleasure that the women enjoy.
(Letter 19, A Short Residence in Sweden, Norway & Denmark, 1796)

los hombres son tiranos del hogar, como padres, hermanos o maridos; pero existe una especie de interregnum entre el reinado de los padres y los maridos, que es el único periodo de libertad y placer que disfrutan las mujeres.(Carta 19, Una breve estancia en Suecia, Noruega y Dinamarca, 1796) trad. mía

En esta época todo le era obligatorio a muchísimas mujeres. Una cosa muy obligatoria era ser de un hombre y darle descendencia. Nada menos. Una tortura si no era lo k tú harías.

Liberarnos de eso algunas mujeres no ha sido concesión del Hombre. Lo hemos hecho sin crear ejércitos ni guerras, sin matarlos. Entonces ?cómo lo hemos hecho? Luchar es visto hoy igual como cosa de Hombres y algo que se hace con violencia, o con armas?

Kiza se vea ridículo considerar esto que hicieron millones de mujeres a lo largo del tiempo una lucha. Verlo como una defensa, protección, k eso es solo cosas de Hombres, los grandes defensores y protectores, según la tarada mirada patriarcal.

Kiza no se vea mérito, pk no se vea el horror de k te obliguen a casarte, la familia o la sociedad, a k usen tu cuerpo, a gestar, parir, criar, a no poder hacer más k lo k te mandan desde el desprecio y la inferiorización…. Todo es el condicionamiento misógino de la ideología patriarcal.

El Hombre no hace la guerra para proteger a nadie. La cultura de violencia prevalencia patriarcal no va de proteger, ni de cuidar, sino de forzar y destruir para prevalecer, el Hombre. Y su primera guerra es contra las personas gestadoras, puedan o no gestar, y x extensión contra toda persona k no sea ese modelo k es el Hombre, rey de la dominación.

Acabo de terminar un análisis del tema para un libro que espero subir en como mucho un mes, a Clases y talleres de mujerpalabra.net para descarga gratuita en español e inglés, y que se titula Recursos para Talleres sobre lucha noviolenta, adnv, y autodefensa feminista.

Esto se puede difundir citando autoría y fuente en mujerpalabra.net, pero no para fines comerciales.

Versión corregida (formato, no texto):

Anónima en mundo de culturas de violencia-prevalencia (pensamiento al despertar, anoche escuchaba a Cristina Morales en la librería La Pantera Rosa de Zaragoza, maravilla de tecnología, vídeos e internet! Esto no es en respuesta a nada de lo escuchado, sólo una reflexión propia)

El problema de no cobrar cuando aportas a la construcción de la cultura, desde la transformación de la cultura que investigamos y ensayamos a diario, es que ni fuera ni dentro de tus mundos valoran o apoyan o cuidan el aporte, aunque les sirva para pensar, ofrezca palabras, enfoques, ideas, conocimientos, base emocional para abordar acciones, caminos abiertos… En el peor de los casos, suponiendo que lo que aportes no les valiera, no hay consciencia de que se atiende a un trabajo, un esfuerzo procedente de esa masa anónima que soporta y mueve el mundo, y que por tanto, a no ser que todo sea el dios dinero, a nivel humano, a nivel comunidad, debe verse, atenderse, que es decir, valorarse, darle existencia porque lo miran otras miradas, debe no usarse a escondidas digamos, ocultándose (fase que no obstante nos deja la libertad que usamos), distorsionarse (fase que puede esclavizar al imponer tener que dar respuestas a la agresión), o destruirse (como hace el genocidio, o lo intenta). Lo que internet nos ha dado es extraordinario, porque hemos multiplicado las huellas de realidad, los rastros de no-enajenación, atendiéndonos se ve de dónde salen las cosas valiosas en este infierno que son las culturas de violencia-prevalencia patriarcales. No sorprende que los documentos de derechos humanos individuales y de pueblos no sean respetados en las naciones-estado, porque esas ideas nacen de las poblaciones, de su impacto, aunque sean los partidos políticos y esas estructuras de gobierno que usan, la mediación, mediadores fagocitadores y distorsionadores, también, que ayudan a borrar la realidad de los hechos de nuestra evolución, para protagonizar.

Las problemáticas que impone el dinero y sus estructuras de destrucción, sufrimiento y muerte, es que nadie puede escapar a necesitarlo, aunque reduzca cuánto necesita para vivir. Y cómo tanto si lo consigues como si no, el dinero se interpone en las relaciones, a quién valoras, cuánto te interesa lo que otra gente comunica. Si compartes tu dinero, te conviertes en una fuente de dinero, deshumanizada automáticamente. Si no cobras el aporte, te conviertes automática en un cuerpo a explotar, sin dar siquiera las gracias. Nadie tiene tiempo ni gratitud para quienes comparten, para quienes no ven que “mis intereses” o “mi familia” sean eso, porque su marco mental-emocional es mucho más empático.

Por otro lado, me parece mejor, dada la existencia de internet y de tecnologías que nos permiten plasmar nuestros mundos, el anonimato. Como creadora y pensadora, no ya como activista quiero decir, y tampoco como humana en un mundo de violencia-prevalencia misógino, de inferiorización absoluta y radical de media humanidad por razones de prevalencia para determinar si podemos o no gestar, como creadora y pensadora, esto de tenerlo que levantar todo con el apoyo que yo pueda darme consiguiendo las máquinas necesarias (el ordenador, la impresora, el papel, la conexión, el software), sabiendo hacer de todo, para crear mis libros, y sacándolos al foro público donde estarán anónimos, es lo menos malo, y al tiempo, muy bueno, aunque la educación que nos damos como culturas humanas de violencia-prevalencia te ubique en momentos de debilidad mental en los que puedes llegar a pensar que no eres si no te reconocen afuera, que no has tenido impacto. Son los espejismos de estas culturas de violencia. La historia de la humanidad no está escrita, sólo cuentos que dan una imagen desempoderante, para tenernos enajenadas de la realidad. Como animal humano, soy de la saga que sabe que el odio y esta demencialidad de destrucción e injusticia, no son lo único que la especie puede generar, que lo que nos ha permitido sobrevivir a diario y durante milenios, no ha sido ese odio, esos “mis intereses-mi familia”, sino la imaginación y la empatía, y sus mundos asombrosos de vida y de construcción de soluciones.

LUCHA NOVIOLENTA FRENTE A CULTURA DE VIOLENCIA

Las mujeres de las sociedades patriarcales sabemos muy bien por milenios de práctica lo que es lo desbordante de las violencias del grupo opresor, que no son sólo la directa física, que incluyen la apropiación no sólo del trabajo que sacamos adelante por la comunidad, lo queramos o no, sino ese continuado obligar, forzar, y acaparar todos los recursos. La Cultura de Violencia patriarcal es muy compleja y si no nos hemos destruido no ha sido por ella, sino por toda la gente que con sus vidas ha disentido, aportando otras soluciones o modelos, no acatando allí donde lograba un espacio para no ser aniquilada y no acatar. Obviamente, frente a la violencia física desatada, ni con violencia de autodefensa ni sin violencia se tienen muchas posibilidades, pero la debilidad de esta cultura o sistema es que sin todo lo demás, lo que genera vida y evolución, se autodestruiría inmediatamente. Así que sí tenemos un papel, el de siempre, sólo que requiere mucha más gente para que podamos neutralizar a ese liderazgo en la especie que nos ha impuesto tanta miseria, horror, tortura y muerte siempre, y nos ha robado incluso la percepción de que existimos e impactamos para bien. Nos roba todo y lo distorsiona, pero eso durante milenios no ha terminado con nosotras, ni nos ha tarado a su punto. Los modelos de sociedad donde las comunidades y el planeta se someten para la acaparación y violencias de personas, entes, y estructuras, tienen que ser superados con una resistencia radical a esas violencias. Hemos hecho progreso, pero hace falta más claridad y rotundidad. Confundir la autodefensa física violenta con la agresión física no ayuda más que para justificar que la violencia es lo único que funciona, y no es cierto, practicamos soluciones noviolentas a diario, incluso ante agresión física directa. De esto sabemos mucho las personas en grupos oprimidos por quienes nos arrastran en estos sistemas de violencia, e incluyo en “violencia” la violencia de la injusticia, de la falta de respeto a los derechos humanos individuales y culturales, como comunidades humanas. El modelo de nación-estado es el símbolo de la Cultura de Violencia patriarcal: las vidas de la gente y la naturaleza se explotan y destruyen por que los más violentos acaparen todo para dominar. Las culturas humanas, como las identidades individuales humanas, son mucho más variadas, incluso dentro del enfoque patriarcal, y está claro que respetarlas y respetarnos nos da mucho más, no sólo en la convivencia.

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COMPRENDERSE EN LAS MILENARIAS CULTURAS PATRIARCALES. Comprenderse está muy vinculado a Apoyarse/Respetarse, poder hacerlo, e incluye comprenderse no con palabras, sino empáticamente, a través de la emoción, que (sospecho) también existe como «emoción de sentido de la justicia».

La cultura prevalente, cómo nos socializamos según grupo en que nos ubica (a sabiendas o no, queriéndolo o no –que la sociedad impone con lo que hace la mayoría que funcione el sistema de opresión o guerra, y por eso incluso aunque viendo disidencias, nos odiamos a nosotras mismas, o desconfiamos de quienes en principio caminan a nuestro lado en la lucha por otra presencia humana en el planeta, believers!). En ese verlo todo reducido a dos bloques contendientes (donde uno necesariamente debe prevalecer, lo que justifica toda violencia e injusticia, de conceptual a empobrecimiento), p.e. «mujer/hombre», «persona blanca/no blanca», «heterosexual/otra sexualidad», «con derecho a bienes y servicios/sin derechos», «con derecho a estatus social y protección/sin derecho», NUESTRA MENTE-CORAZÓN queda afectada en su percepción, comprensión de las cosas, interpretación y claro, nombramos/pensamos, nos relacionamos siguiéndoselo el mandato de violencia. Pero esto no es lo único que ocurre que en la realidad, no lo dice todo de quiénes somos (como personas), cómo pensamos y nos relaciamos, lo que hacemos. Porque la cultura, por más que nos influya, impone unos modelos identitarios que no son lo único posible es ser persona, de la especie humana y por tanto no lo explica todo, no puede reducir de hecho la diversidad de la vida humana. (Por eso seguimos aquí! Como especie no hemos cambiado nada, seguimos siendo la misma gente que en la añorada prehistoria, antes de que prevaleciera un sistema social de guerra.)

Es cierto que una persona socializada como «Hombre», «persona blanca», «especie humana» no podrá entender lo que es existir o haber sido socializada como mujer o «persona de color», «animal», pero como animal humano, como persona, sí puede o podría empatizar, y de ahí, corregir su mirada, palabras, comprensión, actitudes y hechos. (Nos han contado la historia muy mal, pero tenemos la realidad cotidiana para corregirnos, a pesar de los defectos y taras, se pueden ver cosas diferentes, y no-destructivas. A cuánta gente le importan cosas que la cultura dice no deben importar…, que no son vitales para nuestra vida humana. La cultura patriarcal prevalente es muy estúpida, primaria, cree que todo lo que necesitamos para estar bien es prevalecer y vencer, y sólo vive en el Conmigo o Contra mí. Pesado!)

La inteligencia empática es mucho más importante que lo reconocido en los patriarcados, y podríamos saberlo ya sólo por lo despreciada e invisibilizada que está. No es de extrañar: unas culturas que imponen siempre la reducción de legitimidad y la guerra identitaria, las opciones más destructivas de las que la especie es capaz, detesta, trabaja en contra de todo lo que representa otra evolución y modo de estar y ser, esos modos noviolentos o no-destructivos, colaborativos. La cultura patriarcal llama VIOLENCIA a LO NOVIOLENTO («injusticia» o «ilegalidad» a LO JUSTO, desde el único lugar para concebir la justicia, la racionalidad empática), y a la VIOLENCIA la llama NECESIDAD, OBLIGACIÓN, DEBER, es un mandato que empieza además contra tu propia persona, para amoldarla a la visión deshumanizada y deshumanizarte de la ideología cultural patriarcal.

Decir que cualquier persona de la especie puede empatizar (conectarse) o con cualquier otra, A PESAR de los sistemas de opresión identitaria que se padezcan, no es negar opresiones, es reconocernos como de la misma especie. No puede significar que no haya que trabajar para superar la tara que nos mal-educada a cada grupo socializado en la prevalencia. Pero lo hemos visto siempre: gente del grupo afectado rebelándose, y gente del grupo prevalente rebelándose también a pesar de la tara de socialización, esas colaboraciones. Las opresiones son además múltiples, sin duda, también dentro de los grupos opresores, porque los mandatos identitarios son anti-humanos! No hay quien encaje! Sin duda: es diferente si te socializan en grupo opresor u oprimido; no hablo de negar diferencias. Sólo busco poder reconocer realidades humanas que están ahí a diario a pesar de la cultura, que nos dicen cosas menos demenciales de quiénes somos y podemos ser, por ejemplo, personas a las que les importa mucho que no se trate a nadie con violencia y que no se someta a nadie a injusticia, culturas que respetan la vida y que descartan la violencia y la injusticia como modos de dominación o resolución de los problemas.

En esto estoy pensando hoy. Pero ya lo dejo, que tengo que ponerme con los libros! Exploradora, focus!!!

La cabeza llena de pájaros,

destellos de luz y conexiones,

remolino que late vida y así

lo llena todo, el espacio, todo,

expansión

de rastro y potencial.

Un poquito de método no estaría mal

pero no haya pena, es un valioso

preciosisimo talento.

Tengo la cabeza llena de pájaros

y como el empeño es forzar,

soy peligrosa, asocial, desobediente…

Un poquito de humanidad no vendría mal.

Camino descalza. Poemas políticos

michelle renyé

PLEGARSE

Me dan a entender pero no entiendo.

No hablo su idioma, forzado, corruptor

del lenguaje y los gestos, gangrena.

Activan la avalancha de intimidaciones y yo

reitero algo que es cierto, que tiene

conocimiento, hago

una pregunta. Y tiemblan

de impotencia.

Sin una miajita de amor propio o ajeno

despliegan todos los recursos

de su podredumbre y miseria:

son muchos, son eficaces

en casi todos los casos.

Camino descalza. Poemas políticos

michelle renyé

EXAMINAR EL PRIVILEGIO. El Hombre (las personas que son vistas varón por la sociedad) de las culturas patriarcales creen que atienden a las mujeres cuando él le pide atención a ellas.

Esto es un hecho observable en todos los ámbitos, pero que no se ve (lo evidente no se ve, como siempre) por la tara ideológica patriarcal. Es sólo un síntoma más del complejísimo problema del milenario sistema sexo-género patriarcal.

Si los hombres desarrollaran inteligencia feminista la cosa iría mejor para todo el mundo, y nuestra superación de este tipo de sociedad, irracional y violenta. Pero el mandato es optar siempre por la tradicional sospecha de que las mujeres no saben ni pueden pensar bien, por ser mujeres (excesivamente emocionales), incapacidad (inferioridad intelectual) o maldad (malos sentimientos). La sospecha es inconsciente y continua, observando se aprecia. Es mu pesao. Dijo Ferlosio una vez, «paciencia, la de las feministas». Alguien con mirada clara para ver lo evidente.

La ceguera patriarcal, ese no poder ver lo que está ahí, es también responsable de que incluso hoy, claro que sí, hoy también, no se ve que las mujeres generan ideas, acciones, que transforman la sociedad, aunque no se las identifique como su causa o generación. Es un poco como esto de los medios de masa en manos de la derecha que hoy suenan igual que en el franquismo, masivamente bombardeando mentiras y malas ideas, y que da igual porque no pueden parar el cambio social, como los berrinches de la RAE que tampoco pueden. En España ya pasó en los sesenta y setenta del siglo 20, al final de la dictadura de derechas.

Y es que por más adoctrinamiento sexo-género, las personas somos también humanas, las mujeres también, y ciertamente nos pueden matar, y obstaculizar mucho con todas las violencia que como grupo padecemos en una infinita variedades de grados, pero eso no cambia el hecho de que somos humanas.

Como ocurre siempre en los sistemas de opresión, el grupo oprimido sabe más del opresor que al revés. De violencias y obstáculos las mujeres sabemos mucho, sea conscientemente o no, mucho más que el grupo con el privilegio de ser ubicado como superior y dirigente, como vital para el progreso humano.

Un poquito de por favor, y valentía para la autocrítica. Un poquito más de escucha y atención.

REFLEXIÓN POLÍTICA DE UNA ACTIVISTA SOCIAL. Como veterana en el movimiento social, sé que “política” tiene aproximaciones muy diferentes, no sólo la noción patriarcal operativa en la política de partidos políticos e instituciones que nos organizan la sociedad. Para las personas implicadas en los partidos políticos y las instituciones de gobierno que son de izquierdas, mi amorosa crítica es: si bien se entienden las limitaciones, y porque se entienden las limitaciones, eso no niega que se debe tener más respeto, más reconocimiento de lo que se le debe al movimiento social, siquiera porque todo emprendimiento de leyes y novedades que ayuden a la construcción de un mundo menos violento e injusto nunca se abordan en esos lugares (con más recursos y poder de establecer cosas para toda la sociedad) sin décadas o siglos de trabajo desde el movimiento social. No es cierto que son los partidos políticos o instituciones quienes nos han otorgado la declaración de derechos humanos o las leyes que nos protegen y fomentan un mundo donde se distribuyan los recursos de formas que se permita la vida en dignidad y la preservación del planeta. Los partidos políticos abordan lo que creen que tiene un apoyo en la sociedad, lo que un sector significativo de la sociedad comprende al fin. Y eso viene del trabajo del movimiento social, que no es como las instituciones, por suerte, sino más libre, y se compone de vidas individuales y de comunidades dedicadas a esfuerzos a favor de un mundo que no es el de los valores patriarcales de la guerra perpetua, del superiorismo perpetuo, de la perpetuacion de los sistemas de opresión de genera la sociocultura patriarcal, que llevamos tan dentro de las cabezas, que se cree “ley de vida”, “única realidad posible”. En el movimiento social hay más diversidad en la exploración de maneras de convivir, y que lo único que se planteen los partidos políticos respecto a esto es que hay que fagocitar a sus gentes o hacer como que su trabajo y efecto no existe, es un error, y pura violencia ideológica patriarcal. Las personas de izquierdas en partidos políticos, sobre toda la que además está/estaba en el movimiento social, tienen que desarrollar modos de relación con el movimiento social de colaboración y apoyo mutuo. En el movimiento social, que se mueve con el recurso de vidas dedicadas a esfuerzos por la comunidad, no hay estructuras ni recursos económicos o materiales más que los que se sacan de las vidas de quienes hacen esos esfuerzos. En mi experiencia, cuando se acercan los partidos políticos de izquierda al movimiento social, la idea que mueve el hecho es usar a la gente para el proyecto del partido político, más limitado por su marco institucional patriarcal, y eso no es colaborar, apoyo mutuo, ni respetar la visión, la naturaleza de lo que se hace. Por poner ejemplos pequeños: personas del movimiento social, siempre sacando tiempo del poco tiempo libre que la vida adulta de obligaciones de supervivencia pueda dar, pueden mover ideas en la comunidad, información, generar acciones, pero la carga sería aliviada si hubiera colaboración, consciencia, de los partidos políticos de izquierda de que pueden aportar algo que no es fagocitar sus esfuerzos, sino por ejemplo, convocar desde sus estructuras, ofrecer materiales que no tienen dinero para pagar. Pero si no hay respeto, consciencia de que tú, partido político de izquierdas, no eres nada sin el movimiento social, no puede darse la colaboración o apoyo. No nos hacen falta “enemigos”. Muchas personas del movimiento social hemos visto con alegría que pudiera atisbarse un cambio en la monstruosa maquinaria o estructura de la política de partidos y las instituciones, que lo humanizara, que inoculara valores humanizantes cuya prioridad y apoyo es a un mundo sin sistemas de superiorismo o opresión, explotación, tortura. Pero después del inicio, se entra en la dinámica de partido político, de sistema de gobierno de sociocultura patriarcal, donde que se logre algo que salga de ahí, queda en muy poco porque todo lo demás es incoherente en sus modos de relación, que son lo que da forma y transmite los valores y visiones de futuro. Si se apoya al movimiento social, más allá de la Razón patriacal de gobierno, se genera evolución social, y con esto, cambio estructural y de valores o visiones. No puede ser tan imposible que se vea, se comprenda, se haga. Porque esta sociocultura va hacia la destrucción total de todo lo bueno de lo que somos capaces, que si bien no es valor ni estructura en nuestras sociedades, sí es humano, potencial humano.

Algo que me parece evidente a esta edad, es que para ser capaz de CONFIAR, algo que te proporciona muy vida fundamental buena, es necesario ser capaz de asimilar sin esfuerzo, con curiosidad y alegría, con espíritu explorador de conexiones e inspiraciones, que OTRAS PERSONAS piensas sus cosas de todo y que eso no es una guerra, una ofensa, como impone la sociedad patriarcal con su milenaria mente obtusa que nos niega lo mejor de ser personas, humanas. Por ejemplo, con eso tan básico que es que te importe la gente, la convivencia respetando la libertad de identidad, de imaginación y pensamiento y de elecciones de las personas. Cómo se desprecia eso tan básico y bueno, cómo se percibe como algo intolerable, a corregir expeditamente! Desde la infancia, pobres personas pequeñas! Lo mejor que puede pasarte es que crezcas con márgenes de libertad y respeto, y eso no se facilita nada en esta sociedad. Tienes que tener a gente alrededor valiente, con visión y comprometida con los mejores rasgos humanos. Que entienda que el respeto propio va vinculado por el respeto al afuera. Y que no se líe con esa maravilla de la inteligencia que es el pensamiento crítico, tan positivo. Lo que suele ocurrir en la sociedad que es tan ideológicamente patriarcal y no se ve a ese nivel de profundidad, porque se cree que es así el mundo, es que se alienta lo más mezquino y violento, lo más belicoso, aunque para sobrevivir lo robe, lo use, distorsionándolo perversamente. Confiar es amar el afuera y darle posibilidades de desarrollo, de desarrollar por ejemplo lo que esta cultura nos niega, y persigue, y destroza. Confiar es saber que tú misma llevas esa cultura dentro y tienes que vigilarte y respetarte lo humano, que es incluso más que lo cultural, y que también llevas dentro. Pero para confiar hace falta mucho amor y mucha libertad vital o mental. Y bueno, está claro que no nos portamos de formas no autodestructivas, que no hemos resuelto como culturas cómo hacer con la gente que se porta con violencias e injusticias, y que hay que alejarse, después de darle la posibilidad de que pueda ser de otro modo, porque hay mucho que vivir y explorar y aprender y transformar y sólo tenemos esto, una vida. Lo que yo no entiendo es cómo puede ser que tanta gente acepte vivir con tantas violencias e injusticias reproducidas en su vida propia, es decir, no digo la que nos impone la sociocultura, sino las que reproducimos por no saber ver, por esa forma de superstición de que lo más eficaz, lo único posible, es esta degradación de lo que podemos ser individual y colectivamente. Bueno, con este pensamiento me he despertado. Feliz de no encajar aunque cansada por lo absurdo de la autodestructividad de la opción sociocultural.

(Perdón, a toda velocidad, si eso me paso otro día y lo mejoro. Vuelo!)

Escribir en primera persona

Yo empecé a escribir en primera persona en los años noventa del siglo 20, por lo mismo que un montón de gente, y un montón de mujeres que hicieron y hacen lo mismo: no porque consideráramos si eso era correcto o conveniente para ser consideradas escritoras, o para que se valorara nuestra obra. Me asombra el bajísimo nivel de consciencia que hay sobre esta cuestión, pues nunca se menciona lo evidente: escribimos en primera persona porque tenemos sed de REALIDAD, de EXISTENCIA, porque somos de culturas de la DISTORSIÓN por OMISIÓN y DIFAMACIÓN, culturas que no nos reflejan en sus mandatos de vida. SED de esa realidad no contada durante siglos por el violentísimo sistema de exclusión de todo lo que no fuera la Realidad del Patriarca, esos cuentos y mitos que nos quieren condenar a vidas de injusticia y violencias sin fin. Y si la sociocultura prevalente piensa que la primera persona es sub-literatura, que atiendan y superen su tara ideológica patriarcal.

Bueno, de hecho, acaban de darle un Nobel de literatura (2022) a una escritora que tiene todo (creo) escrito en primera persona, Annie Ernaux, y además, en temas fuera del vetusto canon patriarcal, claro, eso que condenaban a lo inferior con el nombre tramposo de «literatura confesional». Yo llevo desde que descubrí que en toda mi vida educativa no había echado de menos a las mujeres, que no aparecieron para nada (porque no éramos nada, no habíamos hecho nada, nada que aportar de valor para la historia o la Cultura), desde 1989, leyendo a las mujeres, publicadas o en internet, y he encontrado que es muy común y poderoso que quienes no detentamos Poder Establecido escribamos en primera persona. Cuestión de diferentes cosas, claro, y en infinitas diferentes combinaciones y grados, pero hay temas de honestidad, sed de realidad, necesidad de descubrirse, nombrarse, nombrar lo que la cultura prevalente se empeña en borrar, destruir, distorsionar, necesidad de hablar sin mediación, directamente… REBELIÓN, vaya. Por y para ti misma y para quien te quiera leer.

Hace pocos años, como profesora de la pública cerca de la jubilación, vi un curso de Escritura Creativa que me salía gratis por profa, y me animé a apuntarme por eso de no morirme sin probarlo, ya que se me presentaba la posibilidad. Soy muy de montarme en el tren que pasa. Lo daba una escritora española que me descubrió la vida de otras mujeres, cosa que a mí me genera siempre agradecimiento sin que eso me signifique que todo lo que diga esa persona sea lo mismito que pienso yo (en el patriarcado nos educamos a hacer saltos así de ridículos y dañinos para nuestra preciosa mente humana, el absurdo «click patriarcal» que nos forma en la perpetuación de la guerra). Yo llevaba ya décadas de ayudar a la gente en academias y luego en clase a aprender a lidiar con los textos escritos, y como escritora sin saberlo y luego sabiéndolo, escritora de la rama «asilvestradas», cosa muy del arte y nada tolerada en la Cultura patriarcal de la RAE y las editoriales con ingresos masivos, bueno, y también las pequeñas, porque la ideología patriarcal hace mucho daño y la llevamos encima más de lo que creemos).

Según resolvíamos las tareas, veíamos los vídeos de la escritora, y tanto en eso como en lo que me dijo la profesora que se encargaba de atendernos, «aprendimos» que no se debía escribir en primera persona. No el por qué, que no quedó nada claro, sino EL MENSAJE, la prohibición: que si quieres publicar, si quieres aspirar quizá a ser considerada una buena escritora (aunque fijo que tú no, porque no estás en el círculo, si acaso cuando te mueras y otras personas puedan hacer dinero con tu obra o dárselas de voz autorizada, perraflauta), no escribas en primera persona punto.

Así es el mundo de las editoriales y la cultura esa de la RAE de Madrid (tan nada menos que universal, bip), ese pequeño mundo que sigue perpetuando el masculino porque no tolera que se nombre a las mujeres. Y cómo han innovado: se han inventado que el masculino las incluye, las nombra también. Pero ya ven, no han podido parar el cambio lingüístico, no van a parar tampoco el cambio cultural, aunque sentimos que se sientan humillados, no es para humillar, es para existir, porque somos. Ya ves, se puede escribir en primera persona y no pasa nada, quizá lo prefieras, y quizá eso no signifique que hayas «literatura menor».

Lógico, la lengua refleja quiénes somos y el cambio social. Pero hay quien cree en la RAE como una fe, y no puede atender a ideas sencillas razonadas, de estas que no taran la inteligencia. Así es ese mundo de mando-y-ordeno, el prescriptivista. Con las barbaridades que sigue transmitiendo sobre la «corrección» en el lenguaje. Que por cierto, nada tiene que ver con lo que muchas profes que leemos lingüística y sociolingüística como poco explicamos en clase sobre corrección: que dependerá del tipo de texto oral, escrito, oral-escrito, el registro, el tono, la situación, las personas y su relación, el canal, digamos WhatsApp o un papel de examen, las intenciones comunicativas…

Así es el mundo prescriptivista que nos traumatizó con las lenguas durante 40 años de dictadura, enseñándonos a odiar las lenguas, y a despreciar de forma clasista y por geografía las variadades del español y las otras lenguas de España. Y mira qué sigue la cola, cómo se empeñan en seguir forzándonos a mantenerlos, esa RAE que nos metió a fuego en la cabeza que había un español mejor, el de Salamanca, Valladolid, o Castilla, y que la gente andaluza ¡NO SABÍA HABLAR SU LENGUA! RAE la ignorante. RAE negacionista. Distorsionadora ahora además de los logros de la investigación científica, que fuerza sin ton ni son en su marco mental vetusto. Que tienen el efecto ese tan conocido (más popular antes y menos ahora gracias a las profes del mundo de la lingüística, y contra las perversiones de la RAE) que nos ha ilustrado recientemente un cocinero de un programa de concurso, hablándole con total falta de respeto a una concursante con acento cerrado de alguna región, diciéndole ¡que haga el favor de hablar español! Ignorante tú, bestia.

Las personas sí sabemos hablar nuestra lengua materna, y sabemos usarla para expresar afecto y hacer reír, no sólo para dar discursos aburridos y llenos de trampas, o para hablar de nuestros mundos, no sólo como mandan el establishment de la Cultura, y nuestro dominio del lenguaje no tiene límites por nuestra creatividad lingüística, viva a cada paso porque somos lenguaje y evolucionamos.

Llevamos décadas explicando en clase por qué es brutal decir que una variedad de un idioma es «mejor» que otra y recomendando diccionarios descriptivistas, explicando que todo el mundo habla bien su lengua materna, y que lo que se puede aprender si se estudia es a desarrollar o enriquecer la cantidad de «idiomas» diferentes que creamos con nuestra lengua materna según dónde y con quién. Y sin duda, seguiremos explicando que para escribir literatura lo importante es explorar y buscar dar expresión a lo que llevas dentro, y que en el proceso se generará una voz, la tuya, y no que no se puede escribir así o asá.

SISTEMAS BINARIOS DE IDENTIDAD, CRÍTICA. En el mundo humano, la identidad no existe sólo en torno a la reproducción. Yo diría incluso que tampoco entre muchas otras especies. La reproducción marca posibilidades de supervivencia generacional, pero no otorga humanidad o más bien no despoja de condición humana a las personas que no participamos en la reproducción, no nos quita el derecho a existir.

No soy crítica sólo con el que se le diga a gente que no encaja físicamente o por sexualidad en la camisa de fuerza identitaria del sistema sexo-género patriarcal que NO ES lo que dice ser o busca ser o construye para su vida identitaria. Es que como mujer con capacidad reproductora, yo no he encajado en ese sistema brutal, que siempre fuerza a que renunciemos a cualidades humanas por la construcción de su ideología cultural. Cuando se le niega existencia a las personas trans, por ejemplo, lo que se está haciendo en realidad es negar la diversidad identitaria humana, que es tan variada como la naturaleza, porque somos animales de la naturaleza, y además con una gran imaginación o posibilidad de creación de lenguajes. Yo no puedo comprender cómo no se ve la crueldad de no dejar a la gente en paz con lo socialmente se consolida al fin como camino a la superación del sistema identitario patriarcal, en favor del rescate del dejarse en paz y dedicarse más bien a buscar soluciones para convivir y para la autodestrucción y la destrucción del planeta.

Creo además que como el tema de que las mujeres nos neguemos a no nombrarnos, a que no nos nombren (pues toda persona debe ser nombrada como pide que se la nombre, es el respeto mínimo, para ideas de coexistencia al menos), por más que la anacrónica institución RAE se empeñe en prescribir la ficción de que el masculino es genérico, neutro (idea muy nueva de nuestros días porque nunca fue así, siempre fue sobre y para el varón), no han podido parar los usos del femenino, y del más amplio lenguaje inclusivo, porque socialmente por la lucha social de muchos grupos humanos, estamos aprendiendo a nombrar con más respeto y realidad, igual va a pasar con el respeto a la diversidad identitaria humana: creo que iremos hacia respetar a muchos grupos humanos, a comprender mejor, y por tanto, incrementar las posibilidades de convivencia con justicia social, porque se ha extendido el rastro del impacto de estas luchas en el lenguaje, y eso nos modifica para bien la percepción, y los modos de relación.

Yo pediría a la gente que le dice a otras personas: tú no eres esa identidad, esa identidad es sólo mía y no es como tú dices, que reflexionara con más generosidad o racionalidad empática, porque no se trata de prevalecer y reprimir, ignorar y borrar y condenar, sino de justamente salir de esa ideología cultural e intentar convivir potenciando lo más noviolento de lo que somos capaces como especie, que son cualidades que nos dan más felicidad y bienestar, por cierto, es decir, superar el marco ideológico patriarcal de que todo se reduce a dos partes y una necesariamente debe prevalecer porque es superior etc, que nos condena a tener una visión distorsionada de la vida y el vivir y convivir, y muy violenta, por tanto, muy injusta con mucha gente a la que se condena a sufrimientos evitables. Yo creo que se puede escapar a esta cultura de violencia, odio y guerra, defendiéndose sin perpetuarla, aprendiendo a corregir cosas que estén mal sin escabechinas.

por michelle renyé (mujerpalabra.net > Creadoras)

Un subidón de adrenalina. Como creadora (escritora) y también en momentos vitales de comprensión, a lo largo de mi vida he experimentado algo que hoy puedo nombrar. Os lo cuento porque esta información, esta posibilidad, que cuando sientes un subidón de calor y mareo (o como lo sientas eso que sientes) y crees que será lo que te dicen que es (algo malo), sepas que no estás enferma o tarada, que no necesitas tranquilizarte, renunciar a todo lo que te hace la vida emocionante, crear, imaginar, reflexionar, aprender… No estás en peligro de volverte loca o de darle problemas a tu familia y tu comunidad.

Cuando vives la ilusión, la alegría de la curiosidad, la aventura increíble de aprender, o de descubrir algo en un proceso creativo, cuando experimentas ese tipo de intensidad mental, te puede ocurrir algo natural que no se explica como una tendencia a la locura, un desbordamiento por estrés o depresión. Se explica sencillamente como una subida de adrelina.

Aunque tengo que informarme mejor, recojo ahora en algunos momentos del camino que va conduciendo a un momento de comprensión vital como ése.

Como persona idealista y creativa, desde la infancia hasta la edad casi de la jubilación, la sociedad me ha transmitido continuamente que mi imaginación, mi inteligencia, mi ser vital, era un peligro para mí y la sociedad. Tenía que tranquilizarme, descansar, callar, parar quieta… De mujer ya me recordaba ese magnífico relato feminista de terror psicológico de Charlotte Perkins Gilman, The Yellow Wallpaper, una historia que habla de la realidad que enfrentaban las mujeres que querían desarrollar una actividad intelectual como escribir (porque no podían evitarlo, estaba en su mundo interior, que es decir también en su cuerpo, en su mundo de vida física) para poder respirar. En la historia de Gilman, a no ser que se interprete como metáfora crítica, la cosa acababa mal: la mujer que tenía en su interior capacidades y deseos humanos, algo que la cultura patriarcal le niega a las mujeres, acaba “volviéndose loca”.

Me recordaba también otra historia, que cuenta Alice Walker en un libro de ensayos impresionante, una historia que no “acaba” mal porque alude a una realidad muy dura, la vida de mujeres negras esclavizadas. En “In Search of Our Mothers’ Gardens” (que traduje algo para mujerpalabra.net > Otras secciones > Conoce a…) Walker explica que una antecesora suya (imaginemos que serían muchas), con la vida de violencias/injusticias de todo tipo que sufrían las mujeres esclavizadas, se levantaba antes de que empezara su día para trabajar en su jardín de flores que había plantado. Un espacio para la creación de realidad propia y una declaración de insumisión al tiempo. Y Walker entra en blues y furiosidad feminista imaginando cuántas artistas, pensadoras, activistas padecieron eso y no pudieron desarrollar lo que podían y deseaban hacer, y sabiendo que se nos ha robado su historia por el arma de destrucción masiva que es la omisión. Qué admirable y bello es que hayamos sobrevivido, a pesar de la tristeza y furiosidad por todo lo perdido o impedido, explotado y distorsionado. Qué erróneo es pensar que al no estar en la historia, no hemos impactado en la sociedad. Hemos sido vitales (no sólo para perpetuar un sociedad violenta sino también para superarla).

Sin duda, la presión contra las identidades humanas del sistema sexo-género patriarcal puede tener ese efecto: acabas dudando de ti, tienes que ser muy fuerte psicológica, emocional, vitalmente, tener ideales, esas guías leves para acompañarte, flexibles para no desconectar con la realidad, y poderosas para no confundirse, para poder no dejarte vencer ejecutando tú misma, obediente a la comunidad prevalente, tu destrucción. Sé por mí y por escuchar a las mujeres (y en general a las personas) que no paramos de repetir a diario lo incapaces o enemigas que somos en todo tipo de variantes y grados. (Eso sí, sólo aplicado a todo lo que el patriarcado no nos permite ser, decir, hacer, porque en lo obligatorio, aunque no haya reconocimiento, se ve que sólo lo podemos hacer las mujeres.) Me ha costado una vida re-aprender a cada paso, para dejar de odiar ser una estúpida e incapaz niña, para dejar de verme como mujer incapaz, dejar de tratarme como me trata mi sociedad, un peligro a vigilar, por no estar bien “socializada”, por ser yo siempre, en lo que se espera de mí y en lo que no, en lo que ni se imagina que yo pueda ser. (Menos mal que con todo, siempre me he sido fiel; es un amor muy grande a las cosas que son, aunque sólo tú las veas. Be true to yourself, dijo Hawthorne en voz de Hester Pryne en The Scarlet Letter, denuncia de la misoginia y lo más raro, valoración de las cualidades humanas de la protagonista.) Me gustaría poder recoger todas esas frases que te dicen desde pequeña para educarte, que es aplastarte lo que te da la vida, o su potencial. Pero no hoy.

Hoy estoy de celebración. Ya sé que cuando escribí “La catedral” (en mi poemario Tu muerte en mis sueños y los animales, descargable en mi web) y de pronto quité los dedos de las teclas porque el teclado o los dedos me ardían, ¡era esto! ¡No fue una imaginación! Fue un viaje tan intenso escribir aquella prosa… Qué felicidad haberme dado cuenta de que lo que sientes cuando la cosa se pone muy intensa es algo químico.

Anoche por ejemplo volvió a ocurrir. Inmersa en el mundo de escribir Sisters. Workshops with Poems for Lifelong Learners of English, vi como con todo mi cuerpo que la historia de la sufragistas en Estados Unidos no era sólo la escrita por un grupo pequeño (y abiertamente racista) de sufragistas blancas, que no contaban lo que le debían al impacto de las activistas negras del movimiento abolicionista, antilinchamiento y sufragista desde los 1820s y 1830s. Activistas que, a diferencia de las mujeres blancas, estaban en masa estaban a favor de conseguir el voto (sin obstáculos) para las mujeres, para todas las mujeres, para todas las personas. Mientras leía una Crisis de 1912 (la revista de la NAACP, el grupo de derechos civiles en el que estuvo también Rosa Parks y Martin Luther King) dedicada al sufragismo, estaba ESCUCHANDO sus voces directamente, sus análisis lúcidos y, de pronto, como una metáfora viva, físicamente, mi cuerpo computó el encuentro con un subidón de adrenalina. Me subió el calor y el mareo, y me asusté. ¿Sería verdad que mi intensidad vital era una enfermedad? Sin poder dejar de leer, para no romper ese precioso momento vital de comprensión, reuní todos mis papeles subrayados y me los llevé al sillón, para apoyar la cabeza y ver si se me pasaba el mareo. Y se me pasó.

Hoy tenía doctora para el análisis de sangre del año y aproveché. No nombrando mis sospechas, pregunté: “Me pasa [esto] y he notado que me ocurre cuando estoy trabajando [como escritora]. ¿Qué puede ser?” Y para mi sorpresa absoluta (porque NUNCA me ha pasado algo tan normal y lógico), no me dijo: “La menopausia puede durar una década” o “Te estresas, bonita, intenta tranquilizarte”… Me dijo: “Puede ser una subida de adrenalina”. Tenía sentido, realidad. Lo venía sospechando: que en lugar de algo enfermo, lo que me pasaba era algo normal y bueno, pero el adoctrinamiento cultural nos crea grietas absurdas y poderosas para poder ver la realidad, nuestra realidad, eso que nos puede ser tan evidente.

Me voy a poner otro ratito, que al estar algo cansada ya de tanto vivir no puedo ponerme 16 horas como antes. Además, he vuelto a la infancia: descanso y vagueo, no va a ser todo trabajar en los resquicios entre las obligaciones atrapando un tiempo que vuela a gran velocidad. Hoy vuelvo a Sojourner Truth y mi Harlem Renaissance women writers para seguir disfrutándolas, sin preocupación si de pronto ardo y me mareo, porque ya sé que mi mente tiene subidones químicos cuando descubre cosas que me importan, por ejemplo, cuando estoy escribiendo o aprendiendo.

Sol

SEGUIMOS SIN ESTAR. Ayer, para celebrar el día del Arte, echaron un documental de Picasso. Salía París mucho, lógicamente, pero NADA de las artistas e intelectuales. Diréis, ¿De qué te quejas, si ya hay muchos materiales sobre ellas? Bueno, primero: no es lo mismo una bio escrita con inteligencia feminista que sin ella. El patriarcado puede dedicarnos textos, pero sin una investigación con visión se puede estar haciendo esto mismo: dedicarnos textos, en aislamiento, nunca integrados al contar los tiempos, el contexto. Esto que pasa en este docu de Picasso, donde sólo se menciona a Dora Maar como artista y activista antifascista (GRACIAS PERO…), pero para explicar un tema principal sobre Picasso tratado (Oh, sí, gracias, pero…). Días antes había visto algo de Picasso en una tele y las mujeres sólo salían porque hablaba de él, de que tenía amantes y se acostaba mucho y eso. El progreso era que no lo presentaban como de machote. Pero… Qué migajas nos tocan! LA CUESTIÓN: cómo se va a integrar a las mujeres en las narrativas que conviertan la Historia patriarcal en Historia de la humanidad si aún no se comprende que es vital desarrollar inteligencia feminista, replantearse cómo se mira e interpreta, E INTERESARSE EN APRENDER HISTORIA DE VERDAD, de las mujeres también, PUES HEMOS MOVIDO EL MUNDO. Y lo sé, no tanto por feminista como por persona en este mundo patriarcal, porque gracias sí a mi desarrollo de mirada y conocimiento, feminista sí, pero desde la necesidad vital de las entrañas, lo que significa desde mi ser animal social también, saber que importa mucho aprender de otras personas, que la vida no para, que todo es complejo, inmenso, sino porque en mi propia vida, privilegiada de vivir en el aquí y ahora que me ha tocado, he visto como la sociedad y yo misma me borro. Un temazo que os propongo exploréis desde vuestra realidad. Y una manera de borrarnos es ésta: ver un documental de Picasso y no echar de menos a las mujeres como personas. Resulta que el periodo de entreguerras en París, en esa época trágica, el arte estaba a tope, produciendo, resistiendo, viviendo y con ello combatiendo la violencia y la muerte, y muy importante: la extrema derecha, que cociéndose despacito, llegó a lo que llegó. Porque la gente es muy inconsciente de cómo perpetuamos el patriarcado y sus mundos de violencias. Y el arte estaba por tanto unido a una lucha política (en el sentido amplio, no constreñida a la noción de política de la política de partidos; ese «ser de izquierdas» o «estar a favor de los derechos humanos PARA TODO EL MUNDO» a lo que tiende la gente más igualitaria en el sentido de derechos, de respeto a gente aunque no sea como tú, de dejar vivir) por un mundo sin violencia y con justicia, aunque luchando en la situación extrema de las guerras y sus consecuencias brutales, tanto por tortura, palizas, encarcelamiento, asesinato, como por lavado de cerebro, esclavizar con terror. Y había tantas mujeres escribiendo, editando revistas, haciendo artes, luchando contra todo aquel horror, que DAN GANAS DE LLORAR ANTE NUESTRA OBCECACIÓN DE NO VERLO. ¿Es que no tenemos solución? ¿Es que sólo vamos a construir y defender la sociedad y la cultura patriarcal? ¿Tanto nos da? Que hasta en los programas de concurso de cultura los presentadores y sin duda alguna las invitadas no NOMBRAN A LAS MUJERES porque NOS BASTA NOMBRAR AL LÍDER DE LA ESPECIE. (Yo recientemente envié una felicitación al valiente presentador de La Cazadora porque él lo intenta siempre que puede. Igual que no oculta su acento gallego. Un valiente. Sí, en esta sociedad de la democracia hace falta valor para MIRAR, ENTENDER Y NOMBRAR.) Así que hale, tranquilidad, nos importa una mierda. Llevamos en España desde la década de los 1990s al fin empezando a publicar a mujeres y a personas cuya identidad en el sentido más amplio cuestiona los mandamientos patriarcales, y aún NO ENTENDEMOS de qué va convertir la History en Humanstory, la historia patriarcal en historia de la humanidad. Y eso se paga a diario. A quienes resistís ante esta mierda, todos mis respetos y mi amor y gratitud. Y a quienes no, no pasa nada, es normal, pero, hostias, despertad ya. Dejad de no sospechar de las tradiciones que nos aplastan, de los más violentos, y empezad a confiar en personas NORMALES DE VERDAD! HUMANAS!

Democracia

El Parlamento no puede ser prolongación

de la autodestrucción por los mismos medios.

Apropiación de lo que creamos viviendo, luchando

por vivir, para distorsionarlo, frenar, usar

perversamente nuestro esfuerzo,

y así perpetuar los monstruos de la Razón, su prevalencia.

El terror del fin que justifica la aniquilación,

el puro odio a negar lo evidente: el Agua mueve la vida,

no el código de barras de su comercialización,

nuestro poderío está en cuidarnos.

Son nuestros logros de supervivencia y convivencia,

son nuestras voces abrir caminos,

un caudal y una tormenta de lo posible, latidos

de sonidos humanos hastiados de brutalidad.

El oficio de representar no puede ser proteger

el ansia, alimentar ceguera, reforzar la cobardía,

crear una memoria falsa, espejo deformante

de quiénes somos y bloqueo de todo conocimiento.

El oficio representativo no puede seguir siendo

la continuación de la violación por otros medios.

Camino descalza. Poemas políticos – michelle renyé

8M 2023

¡Basta de distorsionar la ley contra la cultura de la violación! ¡Léansela!

Y vergüenza, PSOE, las leyes “para las mujeres” las hicisteis y muy regular por presión del movimiento social (las luchas feministas), y distorsionasteis sus conceptos, como en la ley contra la violencia de género, que encima tuvimos que agradecer por lo difícil que es la lucha feminista en la sociedad patriarcal. La violencia de género no excluye a otras mujeres asesinadas por hombres, e incluye la violación, los crímenes de terrorismo de género en el patriarcado. Y ahora que se hace una ley contra la cultura de la violación, https://www.pikaramagazine.com/2023/02/ley-del-solo-si-es-si-un-cambio-de-paradigma/, desplegáis recursos para confundir y destruir avances. Clamor el que no escucháis, de siglos con el horror de la violación como si fuera natural. Claridad, que sólo toleráis avances como migajas y cuando se ha pasado el arroz. Ni siquiera habéis apoyado la Biblioteca de Mujeres, una de las cuatro más importantes de Europa para la memoria de sociedad sobre lo que de hecho han aportado las mujeres, a pesar de todos los obstáculos.

La guerra es un crimen contra la humanidad y la naturaleza. Todo es horror, tortura, destrucción, miseria, asesinato, incertidumbre, pavor. Y unos la deciden, justifican y se enriquecen, los k la deciden y la hacen, contra todo. Tenemos inteligencia y empatía sobrada para solucionar los problemas sin esta arma. Pero no sin tomar la clara y rotunda posición de luchar por la abolición de la guerra. Y eso empieza por controlar el aprendizaje a odiarnos.

Yo he practicado el igualitarismo desde siempre porque soy una rebelde y ni de pequeña (y eso que estaba aterrorizada por el mundo humano) podía acatar el mandato (bueno, no sin que ejercieran recursos fulminantes). Pero he de decir que sin que se comprenda la diversidad de las asombrosas mentes-corazón humanos, el igualitarismo, el trato entre iguales, se sigue viviendo en la obediencia al mandato de homogenización o negación identitaria.

            Hubo un tiempo en que sospeché que lo que pasaba era que si para tu desgracia (como persona igualitaria nata, pues además de animales culturales, somos especie humana) se podría identificar en la sociedad prevalente, e incuso en la contrasociedad (esa parte grande que no practica la autocrítica de su Ser animal cultural por más buenas ideas que trabaje), que una persona tuviera lo que en la investigación se ha llamado capacidades para “liderazgo ético”, lo que pasaba era que llegado un punto (al inicio se da esa arma de destrucción selectiva que es la admiración, idea que he desarrollado en mi hipótesis “Estrellas en el jardín”) no se perdona que esa persona no asuma “la obligación” de liderazgo.

            Ahora no lo veo así. Creo que la gente está en cuerpo y mente entera, por educación cultural, activamente cotidianamente por la homogeneización radical, lo que se puede comprobar a diario en las relaciones humanas. La versión de igualitarismo aquí es saber de entrada o antes de atender, lo que la otra persona piensa, lo que la mueve, lo que significan sus palabras que en realidad te son nuevas, al menos en esa versión particular, que es lo mismo que sabes tú, y así se perpetúa la guerra ideológica patriarcal contra la escucha, la expresión significativa, el diálogo y el aprecio (que esto está muy prohibido culturalmente porque todo ser no homogeneizado es desprecio al resto). Y esta creencia es implacable en el contexto de una cultura que construye las identidades a costa de otras identidades porque no permite (y así, no se entiende) que construir tu propia identidad se puede hacer sin que eso sea a costa de nadie, que no tienes, para ser tú, que negar, forzar, ni destruir a nadie.

            Por la poesía, por ejemplo, se pueden saber muy bien estas cosas, porque un poema nace de un detalle o momento de lucidez o emoción de una particular persona en cuya identidad se ha dado una combinación única por todo su estar viva y sin embargo, centrada en eso tan pequeño, puede transmitir algo que comparten muchas personas de la especie. Su fuerte, claro, el poder de eco, de evocar sin nombrar directamente, pues la palabra más literal está cargada de interpretaciones que funcionan como distorsiones y construcción de un mundo ficticio, enajenado de lo que nos hace humanas a las personas. No me extraña que la poesía tenga un afán de belleza, yo lo llamaría rescate vital.

La AUTODETERMINACIÓN IDENTITARIA individual (igual que la autodeterminación colectiva de las comunidades) ayuda a que superemos el primordial sistema de opresión patriarcal, el sistema de opresión identitaria llamado «de sexo-género«, que establece como inferiores al inmenso grupo de las mujeres (concebidas como objetos reproductores, de trabajo y de abuso “sexual”), que niega sus diferentes identidades (incluso como reproductoras), que niega toda existencia de identidad humana (que siempre han existido y se evolucionan con menos sufrimiento sin ser forzadas o destruidas), incluidas las formas de ser hombre, y también las de ser persona.

            Los avances hacia comprender y respetar el derecho a ser buscar, decidir, expresar, construir tu identidad ayudan a que superemos la tara ideológica patriarcal, y repercuten en otros subsistemas de violencia patriarcal, por ejemplo, sistemas de organización de recursos y relación, como los que nos imponen pobreza, «guerra», destrucción de la vida en el planeta… Porque respetando la diversidad identitaria humana se genera menos sufrimiento y destrucción, aunque en nuestro superar el patriarcado, para hacer eso tan básico que es convivir, haya que abordar y resolver ahora problemas muy complejos por todas las estructuras de violencia desarrolladas.

            La extensión de respeto hacia toda identidad humana nos está ayudando a comprender mejor cómo rectificar la noción de los derechos humanos, y esto es decir poder pensar y actuar mejor, para poder convivir sin este terrorismo cultural autodestructivo. Nos ayuda a reemplazar en la práctica el uso de la Razón patriarcal por el uso de la racionalidad empática, mucho más de soluciones noviolentas, verdaderamente inteligentes, pues hacen posible la convivencia en libertad.

michelle renyé

mujerpalabra.net

Los movimientos sociales son noviolentos por esencia. Sabemos k las acusaciones de violencia vienen de dos cosas: 1. de k no se percibe la violencia k la sociedad prevalente o el poder establecido inflige (y se toma como violencia k se esté explicando), y 2. k no se tolera la protesta de autodefensa, o se la ekipara a lo k en realidad se le está haciendo a kien protesta, pongamos, el afán de borrar y destruir su identidad o causa.

Tengo neuronas capaces, conservadas

a pesar de la tara de mi grupo Opresor,

de esas que ven lo que está ahí.

Están cargaditas de catálogos de casos

sobre lo que no se quiere ver, que es decir

casos que construyen, perpetúan

el mundo que nos destruye.

Ese mundo que es nuestro y nos ciega

a diario, nos ordena no ver, apreciar o

disfrutar de la realidad cotidiana, pongamos

la compañía de Otras Personas,

la oportunidad de relación,

de compartir acción conjunta.

Ese mundo que es nuestro y siniestro

en su forzar a creer

que lo que nos da vida y alegría

es algo intolerable: amenaza, abuso, carga,

desconsideración, agresión.

Considerando los casos entre mis iguales

sincrónica y diacrónicamente

organizo la información valiosa de esas pequeñas

distorsiones asesinas:

arrogancia, ansia, subestimación,

victimismo, egocentrismo,

competencia, desprecio, no aprecio…

Ver según mandato es un verdadero problema,

por eso me ocupo en estas manualidades.

Espero no perderme cuando de nuevo lleguen

los silencios espesos y los juicios ligeros

que se obcecan en convencerte

de que haces lo que te hacen,

de que eres quien no eres.

SISTERWRITE. Joder, en 1993 cerraron SisterWrite, la primera librería feminista de Britain! en Londres. Yo estuve en 1990, fascinaíta, y comprando lo que pude, de libros (pero nunca había visto esponjas para la menstruación, flipé!). Creo que los libros de cómic que tengo de Jacky Fleming fueron de allí, y mi Sister Outsider de Audre Lorde, creo… O me lo regalaron? Sorry, pero es que ha pasado un planeta y medio! Yo vivía en Elephant and Castle, cerca de la oficina de la War Resisters’ International, donde era voluntaria (de las de antes, que no cobrabas y eso), de hecho, la casa la donó a WRI-IRG Myrtle Solomon, y yo vivía allí por ser voluntaria, acampada en el salon, descubriendo a Virginia Woolf, por ejemplo, y que dentro de mí había poemas. E iba a Greenham Common Womyn’s Peace Camp regularmente. Recuerdo, creo, que tuve que coger el funesto metro de Londres para subir al norte para ir a SisterWrite. Qué emoción tan grande. Creía que las mujeres de la tienda iban a notar que se me salía el corazón de emoción! NO YA SÉ LO QUE COMPRÉ, CREO QUE COMPRÉ ALLI LOS DOS TAROTS MATRIARCALES QUE TENGO!

Qué superjodido, de verdad! Mirad la entrada de la wikipedia: https://en.wikipedia.org/wiki/Sisterwrite

Menos mal que aquí se acuerdan: https://feministlibrary.co.uk/in-conversation-with-members-of-sisterwrite-collective/

https://feministlibrary.co.uk/in-conversation-with-members-of-sisterwrite-collective/

EMPATÍA E IDEOLOGÍA PATRIARCAL. Una guía a la identificación de la ideología patriarcal es cómo la gente se relaciona con la idea y la realidad de la empatía, obviando su inteligencia y el hecho de que ya incluso hay apoyo de las ciencias para el conocimiento de que la empatía se puede aprender, eso que la gente que no desprecia, subestima y mira paternalmente la empatía sabe por el día a día.

ODIO y LUCHA SOCIAL. Yo entiendo que la gente no comparta afectos o luchas, porque son incontables. Cada cual debe buscar lo que hará y aportará, lo que pueda compatibilizar, y lo que le conmueva, que si no, no durará en esa lucha. Lo que no entiendo es el odio porque todo movimiento social es humanista, en el sentido de no ir jamás contra los llamados derechos humanos de nadie.

Hay otro tema grave también, conveniente para la perpetuación del patriarcado: en el fragor de ese odio se pierde la crítica, que sí necesitamos, por nuestras mentes taradas de ideología patriarcal.

El odio es una gran cobardía y darle la baza a la razón patriarcal frente a la alternativa noviolenta culturalmente de la racionalidad empática es sabotearlo todo en la lucha social, que es el avance a la superación de esta cultura de violencia.

La identidad de nadie debe ser señalada para ir a la hoguera. Si te amenaza, a pensar, dialogar, acordar, convivir, no a obedecer el mandato inquisitorial patriarcal contra las identidades humanas.

CRIMENES IMPORTANTES. Bueno, guerra nuclear amenazando, hambrunas brutales, empobrecimiento masivo, calentamiento planetario grave, misoginia boyante, pero tranquilidad, la ministra trans ha dimitido por el acoso. Estamos a salvo.

NO ME AMENAZAN LAS IDENTIDADES NO TOLERADAS XEL PATRIARCADO SINO SU SISTEMA SEXO GENERO MACHISTA Y MISOGINO. No puedo entender cómo se habla asi en el mov soc de identidades humanas odiadas y negadas x el patriarcado. k no se alegren de la revolución identitaria al fin pk lo k nos ha oprimido y es la base de todos los sistemas de violencia es el sistema sexo género patriarcal.

Yo sé kién soy, y me llamo mujer, aunke me gustaría k ese dato no hubiera k ponerlo en los documentos, un mundo libre me gustaría, no policial como el k impera; y la identidad de otra persona y como se llame, la k me oprime, es la de la cultura machista y misógina k nos asola, y asola x cierto a esas otras identidades.

De verdad, creo kel error está en k piensan en realidad con el pensamiento patriarcal.

BELICISMO NUCLEAR PATRIARCAL. Los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki han sido los dos únicos ataques nucleares del planeta y asesinaron a población civil masivamente. Fueron ordenados por Harry S. Truman, presidente de los Estados Unidos, en nombre de «Los Aliados», contra Japón, en la Segunda Guerra Mundial.

El nombre de las bombas es elocuente sobre la demencialidad asesina del patriarcado: Little Boy (Niño Chico) cayó el 6 de agosto de 1945 en Hiroshima y Fat Man (Hombre Gordo) el 9 en Nagasaki.

A las víctimas del impacto se suman las personas que murieron por lesiones o enfermedades atribuidas al envenenamiento por radiación, y las posteriores muertes por leucemia y distintos cánceres atribuidos a la exposición y a la radiación liberada por las bombas.​

Los Vencedores que tiraron las dos bombas nucleares le prohibieron a Japón poseer armas nucleares.

MALOS SENTIMIENTOS Y DEBILIDAD. La debilidad de las personas con malos sentimientos hacia otras no es tenerlos (eso pasa, a cualquiera, en x momentos). Su debilidad es preferir creer que todo el mundo siente igual Y ACTUA IGUAL, en lugar de optar por soluciones más inteligentes y empáticas para consigo y otras personas, y aprender a procesar y cagar lo que no sirve, lo que degrada, por ser violencia e injusticia, o no ser «solución» sino perpetuación de los mandatos de violencia relacionales culturales; y aprender a luchar por su mejor Yo. La debilidad de las personas atrincherados en sus malos sentimientos es que se condenan a una vida llena de eso, malos sentimientos, que deforman su pensamiento. No hay dignidad en lo que dicen y lo que cuentan, desde el púlpito de la ideología del odio y la destrucción, que se vende como La Verdad de la especie en el patriarcado. Son pobres obedientes que se condenan no a morir por la Causa, sino a algo peor: vivir en un infierno por ella.

Las personas que han nacido en sociedades donde hay leyes que dan alguna protección a servicios sociales y derechos de las personas, y algunas de las personas que han participado en la lucha social y han visto que había logros, pasos, hacia esa consecución, no siendo conscientes las primeras y habiendo olvidado las segundas el Goliat que tenemos delante, confunden queja y crítica con desprecio a lo que hay de avance constructivo, que no nos ha sido regalado, que ha sido resultado de muchas luchas y esfuerzos titánicos de una gama inimaginable de precios a la vida propia por parte de generaciones y generaciones de personas. Creo que caen en la ideología patriarcal que lo confunde todo, enseñando siempre a convertir en objetivo de destrucción lo que no debería ser objetivo de destrucción. Tener derechos y luchar por derechos no es algo que deba concebirse en aislado, pues está en el contexto de un sistema social, de una cultura de siglos de antigüedad, que si bien no ha logrado deshumanizarnos por completo, sí nos inocula con una visión destructiva de lo que nos ayuda, de lo que construye, como un proceso, claro, porque eso del Héroe que lo cambia todo de golpe, o el grupo que quita del poder al grupo malo, o del hada que nos concede un deseo es sólo más narrativa de ideología patriarcal. La racionalidad empática y la autocrítica me parecen clave para estar en este mundo tan violento, tan innecesariamente violento, tan intencionada y estructuralmente violento que tenemos fuera y perpetuamos desde dentro.

Apreciar lo que tenemos que no es abuso y destrucción, por muy imperfecto que sea, no va de la mano del conformismo, sino de no desvariar y caer la perpetuación de la ideología patriarcal y sus guerras, sus bandos de destrucción. Además, hay muchos caminos, se puede trabajar en muchas cosas no destructivas, y con una visión algo menos estrecha o pequeña se puede ver que todas construyen lo que se llama el movimiento, el movimiento de la sociedad, pongamos, a la superación de sus modos de organización y explotación basados en la violencia y la injusticia.

Michelle’s quotes

«La poesía tiene que ser escuchada con lo que traiga, y eso implica ponerse inocente, tierna, como si se escuchara música, como si se viera un sueño, como si se oliera un aroma.

Poetry needs to be listened to with whatever it brings, and this means listening with all your innocence, tenderly, as if you were listening to music, as if you were journeying in a dream, as if you were smelling a scent.»— Michelle Renyé

Goodreads Quotes

SOBRE LA LUCIDEZ DEL RESPETO

Los pueblos del frío no comprenden el calor
de la hospitalidad, esa inteligencia.
Lo sé porque he vivido entre ellos, aprendiendo
sus cosas buenas, cosas de libertad
individual, importantes,
yo agradecida, creciendo,
más viva y compleja, más sabia,
e invisible a sus ojos porque
los pueblos del norte saben a ciencia cierta
que no tienen nada que aprender
de la gente del sur.

Camino descalza. Poemas políticos
michelle renyé

ON THE CLARITY OF RESPECT

The peoples from the cold do not understand the warmth
Of hospitality, that intelligence.
I know because I have lived among them, learning
from their worth, say
individual freedom, crucial,
me grateful, blooming,
more alive and complex, wiser,
invisible to them because
the peoples from the north are absolutely certain
about not having a thing to learn
from the people from the south.

Walking barefoot. Political poems
michelle renyé

SER BUENA O MALA PERSONA
Ciertamente, hay gente que se porta bien y gente que se porta mal con otras personas y animales en todas las ideologías, pero hay ideologías que no consideran personas a otras personas, sus iguales. Y esto es un problema para la evolución a sociedades capaces de emplear la inteligencia y los talentos humanos para vivir y dejar vivir. Esto por un lado. Por otro, cuando hablamos de gente buena o mala es peligrosa porque si bien cualquiera puede portarse mal con alguien en algún momento, para causar daños de los no inevitables (por ejemplo, no querer a quien te quiere, eso no es que tú hagas daño, es que sencillamente no te has enamorado) no hace falta estar todo el rato portándote mal con la persona.
Para este segundo caso, comento dos hechos sociales: el maltrato misógino y el problema de odio dentro del feminismo.
Se ve muy claro con el tema de mujeres maltratadas, violadas y golpeadas y psicológicamente esclavizadas por hombres que supuestamente las quieren dicen o firmaron, que te dicen que otras veces son buenos, tiernos, o dan pena, etc. Pero es que si te violan, o te dan una paliza, aunque no sea un continuum de violación o paliza o control sobre tu vida para que no puedas más que pensar en Él y no tener vida, da igual si hay ratos en que esa tortura no pasa. Y ahí, según lo que sea de ese «portarse mal» con la gente, en ocasiones sí que se puede decir que esa es una mala persona. Yo personalmente he visto que una frase que ayuda a una mujer maltratada a avanzar para darse cuenta de su realidad de maltrato es decir esto tan sencillo: que quien se porta mal, no está todo el rato portándose mal.
Otro tipo de casos, pongamos el acoso laboral, cómo participa la gente que lo ejecuta y promueve, y cómo lo hace esa mayoría que lo tolera y se suma así al daño, casos menos extremos u obvios en su abuso o tortura, con lo de lo difícil de nombrar los temas de violencia emocional y psicológica, pueden quizá ayudarse de ideas como frecuencia, la duración en el tiempo, los grados de participación en generación del daño, en fin, habrá otros factores que ayuden.
Respecto al daño de las luchas del odio dentro del feminismo, por ejemplo, donde encontramos formas de hablar de otras personas que parecen de la extrema derecha, por ese odio, por esa superioridad o más bien, inferioridad humana que se le atribuye a la otra persona, que no «merece vivir» y por eso se la insulta y difama tanto, y se la lincharía en la plaza como es tradicional en las culturas patriarcales, lo que sorprende es lo mismo que para el caso de las mujeres maltratadas, que no se vean, que no lo vean, esa violencia, ese portarse mal que no puede justificar el tenerse ideas diferentes sobre las cosas. Pero a diferencia de las mujeres maltratadas, estas personas activistas no son víctimas de una situación de terror. Su actuar mal, usando palabras del odio, no de la comunicación o racionalidad empática, no de la construcción colectiva del conocimiento desde luego, no del diálogo siquiera, es puro afán de mandar, de dominar, de imponer una visión.
Hay algo muy sencillo de observar y comprender: la diversidad de todo en la vida, y en la especie. Convivir no puede construirse sin saber y asumir esto.

Si habéis leído mi poema de hoy, «Imaginación», en este podcast para aprender español no machista, que hice para una amiga ojibwe, y ahí quedó, a medias, por falta de tiempo (quizá retome), cuento en español para personas extranjeras el recuerdo de infancia que me sirve de motivo o detalle para crear el poema aquel político sobre la imaginación en el mundo patriarcal.

El link para escuchar la historia es https://www.talkingpeople.net/learnspanish/colors-2-story/

Que lo disfrutéis!

https://www.talkingpeople.net/learnspanish/colors-2-story/

GENÉTICA Y DESCENDENCIA. La gente que quiere tener descendencia debería leer un poco sobre genética, para quitarse esa idea desinformada sobre que su descendencia tiene más genes suyos que si adopta, y llegar a la opción brutal que ofrece la sociedad patriarcal a quien tiene dinero de alquilar a una mujer para geste sus genes. Si supiera, creo que se organizaría entonces (todo ese esfuerzo y dinero) para luchar por leyes de adopción que ayudaran a millones de peques del planeta y de aquí que por pobreza (exclusión) necesitan quienes les cuiden.Ciertamente, entre amistades se pueden hacer cosas de prestarse el cuerpo y demás. Pedirle semen a un amigo para chutártelo a ver si te quedas, conozco un caso muy feliz. Quedarte sin formar pareja y haciéndolo con amante(s), libremente (donación de semen unawares, sin saberlo, pero no es oro, vaya, y no te van a pedir cuentas, y tú ya lo vas «regalando» incluso forzando por ahí, incluso sabiendo que la mujer no quiere quedarse embarazada y la estás poniendo en riesgo. Además, ser «padre» es más que echar un polvo, y si cuando lo echas no estás haciéndolo para tener descendencia, y de hecho te importa una mierda si ella se queda embarazada, pues que ella controle y elija si quiere o no es tema de ella, lógicamente, porque es una PERSONA con derechos humanos). O pedirle una pareja hetero a una amiga que le geste su bebé. En general eso ha ocurrido en el mundo libre en los 70 y 80 y no tenía nada que ver con la contratación de mujeres para gestar para desconocidos por dinero, es decir, por necesidad económica.HAY muchas cosas de génetica rulando que apuntan a la realidad que podemos verificar cotidianamente: que quizá, mira, entre hermanas y hermanos, los parecidos son escasos o nulos, y que puedes parecerte físicamente a millones de personas con las que no tienes parentesco familiar. Somos de una misma especie, lo de la semillita propia de una y uno es una mala razón para tener descendencia, un tema que debería, pienso yo que no la tengo ni la he querido tener nunca, relacionarse con el amor a convivir con, cuidar, proveer a una personita hasta que pueda valerse sola.

Recordando a Roberto Echevarría

No le conté a mi amigo (o hermano, feminista) Roberto, de Ecuador, la broma de los gordidedos, porque la reservaba para cuando nos viéramos aquí en España. Aunque trasladáramos el escenario de la terraza de Galdós del Retiro en Madrid (aún no habían aislado la escultura de la terraza) a un chiringuito de Fuengirola en compañía, esta vez, posiblemente, de nuestras parejas (a quienes no conocíamos), pensaba bromear con la tontería de que por qué a él le ponían cientos de gordidedos si posteaba “gatitos” y a mí, una pensadora de la racionalidad empática, la acuñadora del concepto “desarrollar inteligencia feminista” que tanta ayuda a evitar debates muertos, guerras, callejones sin salida, sobre todo en coeducación con personas adultas, la mayoría lectora mía no dejaba rastro alguno de haberme leído, esa pequeña mezquindad –más puzzling o inquietante para el caso de hermanas feministas.

            Roberto sí había expresado su aprecio con un gordidedo, como hago yo (esté yo o no de acuerdo con el contenido), a mi aportación de ideas en la lucha “por la construcción de un mundo menos violento e injusto”, como decimos en mujerpalabra.net, y era una opinión valiosa para mí, por la cabeza-corazón de Roberto y porque Roberto leía habitualmente, mucho, enterándose, no como yo, que no soy una buena lectora desde el punto de vista académico-de-lo-que-existe. Cuando empiezo a leer enseguida entro en diálogo creativo. Roberto leía ensayo feminista. Aparte de fotos de animales y de la naturaleza en general, un descanso y un recreo visual del día, posteaba libros feministas, y obras de escritoras.

            Aquel día del Retiro me regaló un libro de Beatriz/Paul Preciado, porque le interesaba mi opinión (que enseguida le medio di porque había leído la mitad, que es mucho para mí tratándose de ensayo). Me regaló también un CD de jazz, lo tercero que posteaba y nos unía como hermanos. Se trataba de un músico que yo no conocía y cuyas composiciones él veía como un mundo musical parecido al mundo de palabras que yo creaba.

            El regalo de jazz, al escucharlo, me dejó muy impresionada, porque más o menos hasta cerca de los cuarenta yo pensaba que mi inteligencia tenía severas carencias y deficiencias. En mi casa, mi madre siempre la había apreciado, aunque no la tuviera en cuenta para sus decisiones de vida, pero fuera de casa, en el sistema educativo, en el mundo del activismo, en las relaciones de amistad, salvo fundamentales y maravillosas excepciones que no siempre supe usar para crecer en su medida, las personas que no toleran la convivencia con quienes no acatan y repiten, esa mayoría aplastante de autoproclamada “normalidad” o “verdad” (para otros casos), hizo lo que siempre hace, sin querer o queriendo: presionar por todos los medios para tu asimilación por esa masa de acción cultural prevalente, o contribuir a tu destrucción (ese parque temático del horror), por decirlo imitando el estilo de Jo cuando leía sus primeras obras a sus hermanas, en la Little Women (1868) de Louisa May Alcott, que yo conocí por el cine (dirigida por Mervin LeRoy en 1949).

            Roberto, sin duda, ha sido una de las personas hermanas en la vida cuya amistad me ayudó a verme más allá de toda la mierda autodestructiva que la cultura te echa encima por ser una mujer en una sociedad patriarcal. La lucha por limpiar la mirada (otro concepto que él identificó como propio de mi trabajo de escritora) la llevamos cada cual, nadie puede hacerte ver, comprender, es un proceso interno. Pero podemos ayudarnos, acompañándonos de formas noviolentas, eso es una forma de apoyarse. Las cosas más importantes son sencillas en realidad (igual que las cosas más placenteras son “gratis”, para horror del Mercado). Hay gente cuya compañía facilita la tarea de vivir y hacer en la vida, y es que la mera compañía en este mundo brutal tiene un valor y un efecto extraordinario. Fijaos cómo dibujaba y pintaba Van Gogh al mínimo signo de vida de contacto, comunicación, reconocimiento de alguien, y mira que enfrentó mucha mezquindad, pero todo depende de todas las partes, y cómo recibía, con qué extraordinaria amplitud mental. Camille Claudel, sin embargo, al estar encerrada y torturada, sólo pudo responder no volviendo a hacer aquello por lo que de hecho dio su vida, crear esculturas. Además de encerrada y considerada loca, esa atrocidad indescriptible, inasumible, revientacabezas, nadie estuvo a su lado (y mira que su cuerpo la tuvo allí no sé si tres décadas o más). MiCamille.

            En venganza noviolenta por esa arma de destrucción selectiva que es la envidia ejecutada cotidianamente por “buenas y malas personas”, quería hablar un poco de mi vivencia de la envidia, y de por qué importa el tema socialmente, unas pinceladas.

            Aunque he vivido lo de ser objetivo de las personas envidiosas que no solo lo sienten, piensan o imaginan, he tenido un contexto más favorable que me ha ayudado a resistir, y poder ser y crecer por mis caminos. Aunque, como Van Gogh soy muy responsive, creo que si no tengo la obra que ciertamente podría tener como escritora o el impacto en el sistema educativo per se como docente, no ha sido sólo porque mi vida de ideales anarquistas me llevara a trabajar apasionadamente por mi comunidad (la que tenía delante, literalmente), como cuando vivimos en tiempos de guerra convencional, sin una idea del protagonismo del yo y su reconocimiento (nunca me ha sobrado tiempo para presentar proyectos a premios o subvenciones, no sé cómo eso se consigue cuando se coordinan, crean, informan proyectos, no hay tiempo material, y sólo los formularios son una camisa de fuerza y un molde desvirtuadora, porque quienes los elaboran no comprenden, pienso, la innovación, o no tienen tiempo de revisar su trabajo en relación a la realidad).

            Mi comentario de los gordidedos nacía del humor, no de la envidia. ¡Ay, el humor, que se usa tan a menudo nada menos que como coartada de la envidia! Aunque la sabiduría popular en España dice que la envidia es el deporte nacional (de hombres y mujeres, aunque se asocie junto al cotilleo, al mundo femenino, presentado como menor incluso en las democracias del 21), creo que ese sentimiento lo sentí en un par de ocasiones, y muy flojito. Debí de procesarlo en seguida para descartarlo como modo mío de relación o asimilación. Creo que hago esas cosas desde pequeña y no sé si le pasa a más personas. Elijo. Asumo la responsabilidad de mi vida. Va con el amor a la libertad. A los seis años ya lo sabía. Y se ve que cuando experimenté la envidia no me gustó, que no estaba en mí como pasión, porque no la he vuelto a sentir.

            Me pasó algo así con los celos. Los sentí, un vendaval destructor, en algunos momentos de la juventud, al punto en una ocasión de perder la voluntad, el habla, tres días, después de gritar y llorar como una verdadera posesa unos cuantos días antes, y luego ya, si te he visto no me acuerdo. Tengo la suerte de que mi cuerpo trabaja a mi favor, y cuando mi cabeza no me salva de algo malo para mí porque me vence la autodestrucción aprendida o el desánimo, mi cuerpo viene al rescate. Me ha salvado ya de varias destrucciones certeras, la última haciéndome pedir la excedencia voluntaria en la pública para salvar mi salud (aunque en otra esfera, también fue determinante la opinión de mi pareja), precisamente debido a los hechos de personas envidiosas y de ese grupo humano, uso una pintada de Rafael Sánchez Ferlosio, “Tolerante, piel de elefante”. Cero interés en los celos, en el mundo que incluye los celos. En la juventud, puedes llegar por accidente a esos mundos, porque desconoces muchas vivencias, pero luego ya sabes cosas y puedes elegir no entrar ahí. Esto lo pienso y lo he experimentado en mi vida.

            Del mundo de la envidia, he observado a lo largo de la vida cómo se emplea a niveles de complicación y violencia extremos (por eso no debe verse como una emoción “menor”, fea sí, y como el alcohol, con capacidad destructiva potencial), al punto de pretender destruir las vidas de las personas, o intentarlo, claro. Introduzco un punto para subrayar esto: Intentarlo porque para destruir necesitas a todas las partes, ¡también a la que es objeto del afán destructor! Y a veces les sale muy mal, porque la persona no se deja destruir, no está en su naturaleza, a pesar del adoctrinamiento patriarcal a las mujeres, que afecta, pero no a ese punto. Cuántas personas admirables ha habido resistiendo esa brutalidad… Y ciertamente, la especie se ha quedado sin todo lo que podrían haber aportado, que es mucho más de lo mucho que ya es que resistieran y existieran.

            Los movimientos social y artístico deberían abordar el tema de las personas que operan por envidia, siquiera para que seamos conscientes de todos los obstáculos y daños que generan, el espacio que le quitan a la sororidad y la solidaridad, a la colaboración y el apoyo mutuo, que son las cosas que nos ayudaron a sobrevivir en la prehistoria, cuando como especie éramos poca cosa frente a grandes peligros a nuestra supervivencia.

            Como educadora a nivel profesional remunerado, pienso también que hay labor en plantear el tema en el sistema educativo, para ayudar a comprender que vivir en la envidia no es sólo malgastar la vida propia, si sólo se piensa en sí: es vivir cada día así, míseramente, una vida pequeña y mezquina, sin capacidad de mirar al frente y mucho menos contemplar el mundo y respirar. Y es hacer un daño importante a nuestra evolución hacia mundo más justos y menos violentos. Porque en la envidia se practica a diario con el lenguaje, la actitud, los hechos, los sentimientos, las ideas, todas las violencias patriarcales que justifican este sistema de violencias, siempre la sacrosanta violencia, forzar, imponer, juzgar, condenar, por identidad, por la libertad humana creativa y de pensamiento, esa sustancia de ser y estar.

            Creo que el modelo de elegir pasiones (por ejemplo, la de despertar con la resolución de la alegría, por más difícil que lo pongan las personas y sistemas, y aunque a veces se tropiece y falten fuerzas y visión, contando con todo ello, la compleja realidad) tiene que crearse conscientemente como un modelo humanizante que dé más a cada persona y a la comunidad, porque hay una conexión íntima, igual que en toda vida cotidiana se rastrean las grandes guerras.

            Con Roberto, no pudimos reírnos con mi broma de los gordidedos y los gatitos, que amamos con espontaneidad y resolución. Su Thelonius, y por aquí, quienes nos han adoptado y nos traen locatis, la Osipanda Gorgorita Porfavor y el Negrito Marramiaú, que son quienes reciben visitas, no de gatas y gatos callejeros como nos pasaba antes de que llegaran, en las madrugadas (que somos de acostarnos a las tres), sino de gatos vecinos, sobre todo de Totó el Destructor, que viene a descansar y nos bufa cuando le peta, como un poseso, porque lo educaron personitas y no se atreve a hacerlo en su casa por si lo castigan.

Levantarse con la resolución de la alegría es estar ahí con tu cabeza
Madrid, 19 de octubre, 1937

SOBRE ODIAR. El tema es complejo, y el contexto hostil para hablarlo, por toda esa distorsión que la tradición valida. Pero no se puede atribuir el sentimiento de Odio a los movimientos sociales, que se dedican justamente a luchar y trabajar por cosas que tienen que ver con proteger la vida, la buena vida o con derechos, en el planeta, aunque tengan a personas que puedan odiar a quienes ejercen la violencia.

Hay mucha diferencia entre odiar a quien causa daño y no lanzarte a hacerle lo mismo porque estás luchando por un mundo diferente, donde las soluciones vienen de evitar la violencia no de fomentarla (y eso pretenden los movimientos sociales, evitar las violencias) y ejecutar tu odio, haciéndoles lo que les criticas que hacen.

Y es admirable que haya personas que puedan tener esa lucidez, muchas están en los movimientos sociales, particularmente allí. Aunque sean chuchas, digamos, patriarcales por cultura, pues también son noviolentas por elección.

Así que atribuirle odio a los movimientos sociales que son claramente noviolentos es repugnante, en la confusión que pretende sembrar o siembra, para que no salgamos nunca de la maraña atroz de la violencia como base de la cultura y la sociedad.

¡¿CRIMINALIZAR SALVAR VIDAS, LUCHAR POR LOS DERECHOS HUMANOS?! ES DEMENCIAL. Todo lo que nace del amor, de la empatía es Odio para la ideología patriarcal. ¿Multar al Open Arms por salvar a quien se ahoga? ¿Acusar al feminismo de odio? Nos ha costado la vida y la felicidad tener ideas de amor en nuestra sociedad y continuamente enfrentamos la acusación de que odiamos!!
El movimiento feminista odia a los hombres, dicen los irracionales, los padres de la distorsión, en lugar de la realidad verificable: que los movimientos sociales van de amar y proteger la vida. El feminismo ama los derechos humanos de las personas! Las lesbianas odian a los hombres, dicen personas gravemente taradas por la ideología patriarcal, en lugar de la realidad: aman a las mujeres. Las personas veganas odian las carne, en lugar de que aman a otros seres vivos. Las «personas no blancas» y las de culturas diferentes a la patriarcal son peligrosas, dicen, cuando quienes ponen la vida en peligro son personas sobre todo blancas de culturas escritas por unos pocos muy interesados en perpetuar el sistema de violencias, que nos fuerzan a un tipo de vida monstruoso donde lo que importa es abusar de la mayoría, la acumulación de recursos y poder a costa de la inmensa mayoría de personas y del planeta. Violar, torturar, acumular no es odiar. Salvar vidas sí, es peligroso! Debemos dar nuestro trabajo como esclavas y esclavos a quienes más tienen y acumulan, y compartir los poquitos con un montón de gente, para que los ávidos de poder y dinero tengan más. Hacer crítica a la violencia es pedir cabezas, dicen! Es amar la vida en paz para las comunidades, carajo! Pero qué confusión violentísima y terrible! Todo lo que toca esta ideología violenta (y anacrónica ya para cada vez más gente) lo convierte en odio. Y quienes ejercen y hablan odio, para forzarnos a guerras de fronteras, de religión, por los recursos, por esclavizar a gente, los partidos políticos del poder, la corrupción institucional, los clubs de fútbol ilustrando odio de verdad a otras personas, los programas de cotilleo y «debate», las series, las películas que nos meten con embudo en todo, el mercado deshumanizante y deshumanizado, las familias que no dejan vivir, difaman e insultan a quien no comparte su identidad, eso no es odio, eso vale, eso es respetar. El exceso es suyo, la violencia es suya.
Un poquito de racionalidad empática. O a aprender y dejar hacer a quienes sí tienen dignidad humana, a incorporarse a ese territorio de empatía por favor. Saturadas de irracionalidad y violencia. Basta ya. Nuestra inteligencia y esfuerzo da para construir un mundo mejor, pero hay que luchar contra toda esta confusión de ideas! Es una tara ideológica que debemos y podemos superar!

Chucha

Nací patriarcal,
me hice feminista.
Soy mezcla, chucha.
Mi valor
es incalculable.

Poemas políticos
Con humor y mucho amor
michelle renyé
Julio 2019

Que Carlos Saura diga kel feminismo incita al odio solo habla de su miedo a k conozcamos la realidad padecida por la inmensa mayoría de las mujeres. No superaremos la violencia de la sociedad patriarcal impidiendo k seamos conscientes de su barbarie. Los derechos humanos tb son de las mujeres. Por ellos, para todo el mundo, llevamos siglos sobreviviendo, pensando y luchando.

Nos faltan palabras, visión: afinar en las narraciones y conceptos. A raíz de reflexiones sobre feminismo académico y de partido político ante la inteligencia feminista

Que haya mujeres y personas feministas en el mundo de estructuras de poder reconocidas como los únicos centros, lugar de generación, de cultura y política es indudablemente positivo, vital para la evolución a sociedades racionales empáticas, o noviolentas y libres. Que estas personas olviden o no quieran ser conscientes de que esos centros de cultura y política son sólo unos, porque está todo el pensar y accionar de millones de personas en la vida, esa saga minoría que aún combate la cultura patriarcal prevalente, no tendría que ser, hay opciones. Ser feminista no implica que te desaparezca el marco conceptual patriarcal, como sabemos, aunque a veces nombremos como si no lo supiéramos, sin acotar, «universalizando». Ante la crítica al «feminismo blanco», yo como blanca entendí que debía ampliar mi marco mental porque al nombrar mi identidad estaba generando, perpetuando un objetivo patriarcal de exclusión y violencia. Quise protestar, porque duele, claro: luchar por mi identidad no tendría que hacerte sentir que te excluyo. Pero la realidad de lo que nombramos y pasa al imaginario colectivo consciente, y a la historia, a la memoria consciente, está ahí, con sus injustas y distorsionantes narraciones desde los lugares con más recursos para perdurar en la memoria colectiva consciente, o llegar a más personas. Así pues, hay que narrar libremente y al tiempo, acotando muy bien que tu realidad no es «global» (quizá hoy aún se entienda mejor «universal», pero esta palabra es un clásico ejemplo de las cotas ridículas a las que lleva la arrogancia conceptual patriarcal y ¡hay que abandonar esa palabra!)

El propio mundo académico dice que para escribir (pensar) sobre algo habría que conocer todo lo anterior. (Esto es locura, porque ni aceptando que lo único que existió humano es lo que cuentan en la Historia patriarcal, tan seleccionada y violenta, se puede estar leyendo y estudiando todo para decir lo tuyo. Ahí hay una tara en la universidad española que ha llevado a mucha gente que habría hecho un trabajo intelectual interesante a no estar en la universidad.) Así pues, que personas que (discúlpeseme, no pretendo ofender) siguen esa máxima (por razones de estatus y poder establecido) escriban ignorando lo que otras feministas y personas con inteligencia feminista han hecho, para nombrar según el marco mental patriarcal, del poder establecido, de lo que se reconoce que existe y con ello, se niega existencia al resto, esa manera tan patriarcal de nombrar, pura violencia, no tiene sentido. Por qué lo hacen. Ahí debería haber una autocrítica que no puede darse por razones de poder establecido, aunque como en todo lo humano, siempre hay personas que lo hacen, aunque les lluevan violencias. Porque les ha costado mucho estar ahí, tienen que aguantar mucho, luchar contra mucho, y alcanzado el lugar no se va a poner en peligro por algo incierto, que aún no se comprende lo suficiente.

Visualizando el problema más concretamente. Desanima cómo se cuenta la historia del feminismo en una época además en que ya, gracias a «debates internos»*, sabemos que hay buenas razones para generar otra forma de narrar lo de cada cual. Sabemos ya que para nombrar nuestra particular identidad y lo de nuestro particular contexto o colectivo, no hace falta presentarlo como «universal», genérico de la especie, como hace la Historia patriarcal con la vida, darle una tajo a un trozo, y presentarlo como el todo. Está claro que estamos en transición, porque en los propios textos académicos se encuentra la contradicción en la narrativa: se cuenta algo excluyendo una realidad, pero luego se dedica algún texto a constatar que existió esa realidad, o algo de esa realidad. Es escandaloso respecto a dos temas: la lucha noviolenta (que ni saben nombrar estos textos) y el hecho de que la noción de derechos humanos y su consecuente lucha noviolenta en el movimiento social le debe existencia a mujeres y personas de todos los tiempos que han transmitido ideas a través de la palabra o los hechos de su vida que han dejado clara esta idea crucial de que las personas, todas, no son objetos para que otras personas las exploten, lo que por ahora llamamos «derechos humanos» aunque sin terminar, pienso, de comprender lo que encierra. Y encierra que se entienda lo que el sufragismo encierra (por centrarme en un tema): no sólo luchar las mujeres de posición social que permite opciones, mayoritariamente blancas y de la sexualidad que fuera (porque no se ve cuando vas a votar), por su derecho a votar. Está todo lo que ese sufragismo que sí pasa a la historia, el blanco etc., le debe a ideas y experiencias de la lucha contra la esclavitud de las personas negras, por ejemplo, que por ahora se menciona, si acaso, en un aparte, pero no se integra en la comprensión o la narrativa general con la normalidad de los hechos de la vida, sino que, si acaso, se fuerza como un pegote debido en un lugar, siendo su ausencia de otros lugares más visible, por suerte (así vamos dando pasos en este eterno tener que educarnos a ver mejor, para superar la tara patriarcal y rescatar lo humano, lo que como personas podríamos generar respecto a sociedades y culturas noviolentas guiadas por la racionalidad empática). Igual pasa con la lucha noviolenta, desde el feminismo institucional (académico y de partido político) no se sabe ni el lenguaje que usamos en el movimiento social que presta atención al tema de la violencia y la noviolencia como modos de resolución de conflictos, al pacifismo feminista (no digo «antimilitarismo feminista» por unas razones sobre las que también tendría cosas que anotar), o la ADNV feminista (Acción Directa Noviolenta). A mí me ha sacado los colores leer a filósofas hablar de pacifismo, pues para quien conozca el tema de la lucha noviolenta está muy claro que están hablando de algo que no conocen lo suficiente como para hablar así. Pero ahí está la arrogancia inconsciente patriarcal de personas feministas: se perpetúa el desprecio, la subestimación a existencias que no son la tuya, en este caso, en el ámbito del estudio y la comprensión del tema violencia y noviolencia.

Hay algo que aún no tenemos claro: que las ideas no nacen sólo en la universidad. Si bien la universidad nos ofrece vital material con sus investigaciones para rescatar la verdadera historia de las personas, las ideas que han movido el mundo a mejor, a que no nos autodestruyamos aún por seguir en un tipo de sociedad de la violencia en todo siempre justificada, las han tenido todo tipo de personas, no sólo quienes han podido realizar un trabajo intelectual para el bien de la comunidad, o comunidades, ¡o de la especie! Soujourner Truth, con su «Ain’t I a Woman?» (¡¿Es que yo no soy una mujer?!) no es para un epígrafe dedicado sino para estar integrada como señal de mucho más en una narrativa que no desvirtúe o distorsione las luchas humanas por un mundo menos brutal. Ella dijo eso en una época en que en el movimiento sufragista de Estados Unidos prevalecía que las «verdaderas» sufragistas/feministas digamos eran las blancas, por ejemplo, ellas debían encabezar las manifestaciones** . Ayudó, ayudaron a que se corrigiera un error brutal conceptual, pero a día de hoy, se sigue contando como tema aparte, no integrado en esa historia del feminismo. Igual pasa cuando se menciona en una historia del feminismo la cuestión del feminismo romaní. Y en esos propios textos se ve ya la contradicción: cómo sí hay una sección para nombrar a tal o cual, cómo incluso en la narrativa general se pudiera mencionar, pero no se termina de integrar en la comprensión, en el marco conceptual general, y se nota. Lo que quiero decir es que aunque ya tenemos la información, otra cosa muy distinta es conseguir que eso haga evolucionar nuestro marco mental, nuestra emoción, nuestra cabeza-corazón.

En clase, el 10 de diciembre, siempre intento plantear (y no genera análisis ni debate, sino una especie de estupor que, espero, al menos ayude a «ablandar» la ceguera que impone la ideología patriarcal, conmover para limpiar la mirada) que la noción de derechos humanos ha sido construida por muchas personas, una saga crítica con la cultura prevalente, a lo largo de los siglos, personas que han podido o no estar en posiciones de poder establecido, y la mayoría no lo ha estado, porque no pudiera estarlo o porque rechazaran estar ahí o las dos cosas. Que no es un hecho concebido y redactado por nuestros patriarcas. Que, aunque positivo, no fue sólo por la lucidez y la fuerza de Eleanor Roosevelt, que también. ¿No habría una manera más amable, más realista, de contarnos las cosas? Por lo pronto, siguen faltándonos palabras. Cuando nombramos la historia del «feminismo ilustrado» al «feminismo de clase» falta todo lo relacionado con las cuestiones del mundo no blanco. Nombramos el mundo blanco disidente pero sigue siendo el que llega a las estructuras reconocidas de poder, digamos. Sigue siendo desde la mentalidad compartimentalizadora patriarcal, con sus ideas nefastas sobre lo que es diversidad y lo que representa. La diversidad humana no puede ser selectiva o excluyente, aunque podamos cada cual hablar de nuestra identidad y construirla contra ese todo que es la cultura patriarcal.

Las ideas nacen, se transmiten y generan realidades no sólo en lo que renoce la cultura prevalente. Hay universitarias, intelectuales, pero también todo tipo de personas en todo tipo de lugares que han movido el mundo hacia otro rumbo, un rumbo no patriarcal, artistas, activistas, mujeres constreñidas por su explotación total en un contexto o situación… Yo dudo que la historia del feminismo, como cualquier otra historia humana, nazca en un momento histórico, siquiera porque no conocemos la historia de la humanidad. Tiene que haber espacio para esa duda. Y así, abrirse ese marco conceptual de que logros sociales vienen de muchas cosas, de mucha gente tendiendo a algo diferente, que cuestiona la cultura prevalente. Quienes sean la persona que hizo tal o cual, ¿pueden ser nombradas así sin que eso implique esa mitología de Primeras (y Únicas, es la implicación) Personas que Hicieron? Es todo muy complejo, pero hay que seguir mejorando las narraciones, para que nombrándose algo invisible, no se invisibilicen otras realidades, sino sencillamente se nombre una realidad.

Este texto está escrito tal cual, sin tiempo a elaborarlo y organizarlo. Espero que se entienda o que aporte algo para seguir avanzando en comprender y nombrar con más racionalidad empática.

Notas

*Debates internos: esos que en general se ignoran en el feminismo de las instituciones educativas o de gobierno, por ejemplo; aunque luego se aprovechen, el eterno modus operandi del poder establecido patriarcal, del que no se libra ningún movimiento por transformador que sea si no se mantiene una afinada consciencia o también autocrítica.

**Manifestaciones (lucha social): ese modo de ADNV que si bien no inventaron, sí lograron transmitirnos como herramienta de lucha noviolenta para la sociedad que no tiene acceso a los micrófonos y textos publicados. Digo «no inventaron» porque que masas de gente se lancen a la calle a intentar frenar al poder establecido se ha hecho con toda probabilidad en la historia de la humanidad, aunque no lo sepamos. Lo que no quita valor al hecho de que las sufragistas, desconocedoras además, como la mayoría hoy también, de la historia no contada en las sociedades patriarcales, dieran con la forma de lucha noviolenta de la «manifestación» y la popularizaran — que como siempre además borráramos de nuestra memoria o consciencia colectiva que nos vino el ejemplo de ellas es un caso más del terror de género patriarcal, su poder de aniquilación incluso a través de la omisión, convertida en arma de destrucción masiva en el patriarcado.