Category: Pensamientos


manifiestoLlego 10 años después de haberme comprado el libro, pero llego al fin, y tras leer el primer capítulo “Qué es la contra-sexualidad” (pp. 17-28) veo con alegría que ciertamente muchos caminos llevan aideas liberadoras, que se pueden trabajar los temas de la opresión, la represión, la persecución, la explotación y los atentados a la identidad de muchas formas y desde muchas perspectivas. Entiendo lo que dice (al menos eso creo!), comparto muchas cosas (yo uso otras palabras, por ejemplo, no llamo “tecnología” a la “ejecución del sistema ideológico patriarcal” pero entiendo qué critica y lo comparto (si bien, sospecho que tendría preguntas sobre la materialidad –por llamarlo de alguna manera- de los conceptos) y tendría tres áreas de preguntas o críticas a plantear, también. Entiendo que es un manifiesto (llamada a la acción y oferta de pautas orientadoras), y una ventana de aire fresco para el trabajo intelectual, tan tarado por la universidad española, con su fobia a vincular vida y trabajo intelectual, como si el desarrollo de nuestra inteligencia no pudiera nunca ser para aprender a vivir mejor, creciendo. (Se me ha borrado el cacho que añadí aquí, en fin, grrr, por no haberlo hecho en el word.)

Las tres áreas de crítica las anoto rápidamente aquí para poder seguir leyendo, por si se aclaran luego, aunque me temo que no ocurrirá nada en el sentido de que dejara mi crítica sin valor dialógico.

1. Falta un tema vital en la crítica al sistema, y supongo que es por algo, pero aún no lo sé. Por otro lado, quizá sea sólo por falta de visión, pues el patriarcado lo ha borrado hondamente de nuestras consciencias. Cito un párrafo que introduce el análisis y añado lo que pienso que faltaría, esa otra área (que se podría optar por no analizar, pero… ¿por no ni nombrar?) “La contra-sexualidad afirma que el deseo, la excitación sexual y el orgasmo no son sino los productos retrospectivos de cierta tecnología sexual que identifica [uno] los órganos reproductivos como órganos sexuales, en detrimento de la sexualización de la totalidad del cuerpo” [y dos, que un arma fundamental del sistema patriarcal para la dominación, la forma de tortura llamada violación, es fuente de placer sexual para el Hombre.]

2. El área del lenguaje pienso que no es comprendida con suficiente profundidad. Esto lo sentí también al leer a la brillante pensadora Cordelia Fine. Ha leído a Austin o a quienes lo han leído e interpretado a su manera, pero sospecho por cosas que escribe de la p. 23 a la 25 que su idea del lenguaje es menos profunda que la mía, es decir, que hay espacio para ahondar y reubicar. Por ejemplo, “nombrar” no es sólo “variar la palabra”. Puede serlo (hay quienes dice “compañeras y compañeros” y son machistas), pero puede no serlo también, y además hay miles de grados. Porque hay muchas realidades. Si imaginamos una sociedad no patriarcal, no heteronormativa, ni misógina, ni machista, ni homofóbica, igual encontraremos personas parlantes (como las llama, y me río de pura coincidencia, e identificación, a pesar de que me consta de que hay personas poco parlantes!! –es broma!) con pene y con vagina que se atraigan y usen esas partes del cuerpo también para relacionarse sexualmente (en busca del placer), no sólo para reproducirse. Likewise, “amor” patriarcal no existirá, pero se dará una emoción humana, o unas emociones humanas relacionadas con la pasión y la empatía, la solidaridad, la cercanía, las ganas de estar cerca de esas personas. Bueno, en esta parte del lenguaje hay más cosas, como ¿no tiene materialidad el pensamiento, las ideas? Porque queda fuera, inexistente, y lo cierto es que cuenta bastante en los sistemas. Pero quiero leer más antes.

3. El área de análisis del sadomasoquismo. Si se entiende como metáfora, como acción directa revienta sistema, digamos, es eso: puro arte, puro activismo, no tengo problema. Pero yo sospecho del sadomasoquismo (pp. 26-28) y se me ocurre varias preguntas. Por ejemplo, “Las prácticas S&M, así como la creación de pactos contractuales que regulan los roles de sumisión y dominación, han hecho manifiestas las estructuras eróticas de poder sub-yacentes al contrato que la heterosexualidad ha impuesto como natural.” Vale, interesante, nada que objetar. “Por ejemplo, si el papel de la mujer en el hogar, casada y sumisa, se reinterpreta constatemente en el contrato S&M, es porque el rol tradicional “mujer casada” supone un grado extremo de sumisión una esclavitud a tiempo completo y para toda la vida.” OK, ¿y? ¿Y eso implica que el sadomasoquismo es “bueno”? Una vez identificada/vivida la experiencia de liberación, ¿qué pasa con el S&M? ¿Y no es un tanto irreal (falso) no hablar de la crueldad? ¿Porque en el sadomaquismo tiene necesariamente que haber crueldad, o no? ¿Y no es todo esto –por muy “justificado” que pudiera estar como, p.e., experiencia liberadora- no obstante una pena, sintomático de taras o distorsiones a las que ha sido forzada la persona? ¿Es elemento liberador o de construcción de la libertad el dolor, querer ejercerlo o sentirlo? A mí se me ponen los pelos de punta, porque soy muy antidolor, claro, y antimanipulación, y necesariamente mi idea del sadomasoquismo es patriarcal, pero tb creo que mi rechazo es tb instintivo y vital. Y antipatriarcal: de su religión del dolor y el sufrimiento y la crueldad, siempre imponiéndola.

(Yo veo este concurso siempre que me acuerdo, y noto vacíos, y cosas por los pelos, pero “Bueno!” Pero esto… Es decir, hay días…)

El problema de la educación patriarcal es lo profundo que llevamos dentro el entender que las mujeres son seres humanos de segunda, que no merecen el mismo respeto.

La gente que concursaba tenía que contestar qué director había dicho una frase. La frase era de Hitchcock, conocido misógino y confeso misógino además, y consistía en su respuesta a una pregunta de una actriz, sobre cuál era su mejor lado. El director le contestó que aquel en el que se sentaba, algo así. Juanjo, la voz en off del programa, y la autoridad en conocimiento, comentó que como Hitchcock era “un caballero” no había desvelado de qué actriz se trataba. Y todos encantados con cuánto se aprende.

La primera pregunta, desde una inteligencia feminista, es decir, autocrítica (y crítica), es por qué eligen esa cita de Hitchcock en un programa para aprender cosas. ¿Qué tenemos que aprender? ¿A perpetuar la tradicional falta de respeto patriarcal a las mujeres?, ¿que un hombre puede hablarle así a una mujer, con esa falta de respeto, y además desde una posición que tradicionalmente ha ubicado a las mujeres literalmente a merced de ellos? Las actrices, puro objeto sexual al que hay que usar y desde luego de las que hay que abusar con normalidad, pues en el fondo, es lo que piden, las muy zorras.

La segunda pregunta es, ¿cómo puede serse “un caballero” por difundir tal “anécdota” por no desvelar quién fue la víctima o el objetivo de tal falta de respeto? ¡Y cuánta falsedad hay en esa supuesta caballerosidad, que toda la industria de cine lo sabría! Da náusea ética, la verdad. Es algo que se cuenta para reírse de la persona objeto de la burla, no “caballerosidad” — esa versión supuestamente amable del Hombre.

Lamentable. Deprimente, que salga algo así con esa buena acogida (lo que habría dado yo por estar concursando en ese momento), en un programa de entretenimiento que hace uso de la curiosidad por la cultura general.

Propondría que contrataran a una persona con inteligencia feminista, para formar parte del equipo de documentación y similares. Porque no se superan siglos de lavado de cerebro sólo “siendo majos”. Hay mucho que plantearse. En todos los lugares debería haber un comité asesor de personas con inteligencia feminista, para que progresáramos algo más rápido, que ya pesan los siglos de ninguneo y abuso.

Y claro, mi crítica certera, inteligente, indudablemente constructiva podrá recibir el mismo desprecio que aquella actriz, en este caso, porque es una crítica feminista, y ya se sabe, las mujeres, son todas unas zorras, inferiores en lo que a capacidad intelectual se refiere. En realidad, sólo SIRVEN para algo si tienen un buen culo, la verdad.

En el último número de la revista de Amnistía Internacional (jul 2013) hay una entrevista a Ada Colau donde dice “Ya hemos ganado. Hemos conseguido lo más difícil, que es cambiar el imaginario colectivo”. Me alegra de que alguien se dé cuenta de esto y le dé importancia. Me parece fundamental para la lucha social, y para la lucha que debemos entablar con la “culpa” cristiana que nos ha adoctrinado, que no hace más que empujar a la gente a comportamientos mezquinos, en realidad, y aparentemente contradictoriamente.

Si no puedes hacer lo que sientes que debes o desearías hacer, que te opere la culpa implica que no lo volverás a intentar más adelante. Te instalarás y te irás atando anclas de culpa. Y con ese peso, no podrás más que obedecer, seguir la corriente de la tradición, lo que te mandan: autodestruirte, bloquear toda posibilidad de lo bueno.

Es fundamental que sepamos que las cosas malas que combatimos fuera las llevamos dentro, tan fundamental como saber que el dolor intenso ante una muerte pasará, y evolucionará, e incluso podremos sobrevivir, vivir y convivir con esa pérdida, porque estamos llenxs de capacidades que nos ennoblecen y hacen personas bellas (honestas, inteligentes, sabias, aprendientes, abiertas, solidarias, empáticas…) y también de capacidades que nos degradan hasta lo grotesco. Tener un mal comportamiento hoy no implica SER eso sólo.

Mucha gente se está dando cuenta de esto, en las poblaciones del planeta. Vivimos esta época, donde nos surge la posibilidad de saber esto: que es importante no alienarse de lo que nos hace increíbles como personas. Porque todas las personas pueden desarrollar ese potencial. Y si aprendemos desde lo individual a enfrentarnos bien a este problema de Ser lo mejor que podemos ser, y no lo peor, se nos ocurrirán ideas sobre cómo controlar y anular los efectos de comportamiento de quienes se empeñan en ser lo peor que pueden ser.

(De cíberconversaciones con mis cíberamistades! Pompitas de amor!!!)

Más sobre identidad. Por ejemplo, el otro día me puse en palabras algo sobre mi identidad, y pensé: lo cuento y nadie me creería. No me entenderían, no me creerían. Es demasiado ajeno a todo lo que prevalece y se impone continuamente. Todo esto lo digo a mi pesar, claro, nunca he querido ser “original” sino justamente comunicarme y poder convivir. Bueno, allá voy, por si alguien comenta:

Estaba yo teniendo una mala discusión con una persona en el muro de mujerpalabra. Yo sabía que no estaba siendo paciente, y estaba siendo cruda. Y entonces convoqué “mis apoyos”, es decir, cité a algunas personas que suelen participar en debates, por si querían leer y comentar. Y ahí estamos: que me dieran la razón no era el tema, el apoyo yo lo sentí cuando la gente se pasó y comentó, no por lo que dijera. Porque aquí viene la cuestión crucial de identidad que no se entiende en el mundo general:

hay gente que prefiere saber a que le den la razón.

Claro que si quienes opinan ven que tu análisis les gusta y sirve, eso es una gran alegría, y un alivio, pero si no fuera así, si estuvieras equivocada, sería triste que te dieran la razón, y por un tercer lado, si no opinan lo suyo, te quedas sin saberlo.

La cuestión de fondo es que el hecho de que te importe más saber que que te den la razón indica hasta que punto estás evolucionando hacia la superación de la violencia y la guerra. Pero cómo lo explicas. Yo lo veo así, y será así? No lo sé, pero me parece una buena idea!

No sabes quién soy. Y no es porque “ni yo misma” lo sepa. No es porque yo carezca, me equivoque, no sepa… Estoy viva y aprendo, porque respiro y evoluciono. Cómo es que sabes qué pienso, que soy, al punto que lo sabes, con esa convicción.

Y cuando digo que toda la mierda que combato en el mundo la llevo dentro significa algo inteligente, real. No es una frivolidad, una tontería. Soy todo lo que las culturas humanas me imponen, y lo que elijo de las culturas humanas, y lo que imagino y lo que puedo llegar a ser. Entiendo que no entiendas, hay que esforzarse un poco, en lugar de subestimar a quien se expresa.

Pondré un ejemplo: soy misógina por tradición, pero he sido capaz de comprender los derechos humanos, por lo que respiro yo y por cómo pretendo tratar a otras personas, por lo que he sido capaz de desarrollar inteligencia feminista, lo que siendo misógina y siendo capaz de ser pensadora feminista resulta que arroja una “opinión” excepcionalmente “informada”, no desde la teoría de la tradición en evolución teórica desde el poder y el estatus, desde eso que contengo a pesar mío y desde las ideas y las vivencias y cómo las vivo y pienso e IMAGINO, desde la realidad construida social, la realidad construyente individual y los ideales. Por eso mi comprensión del mundo tiene profundidad y es importante para la especie. Y esto nada tiene que ver con la identidad del poder y estatus, esas biblias que se imponen a quienes necesitan estatus que les diferencia de la masa anónima.

Epílogo

Relacionarse con la gente es ser una mosca atrapada entre cristales, siempre golpeándose contra los límites de identidad que te impone todo el mundo.

Por eso la gente que necesita la libertad como necesita el aire acaba retirándose de las relaciones. No hay quien aguante tal afán de no escucha, de no convivir, tal obsesión por decirle a otra persona lo que es y no es, lo que debe ser y no debe ser, hacer, decir. A confundir, lejos de aquí.

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Los hombres del mundo de la Cultura no saben lo que es:

cada palabra que usas, la tienes que rescatar

porque

las han vacíado de vida

y las han llenado de violencia,

todo mal entendido,

las violan cuando las nombran.

 

No saben relacionarse de otro modo con ellas.

 

Prueba a escribir cuando te han excluido del lenguaje

y han distorsionado lo que has sido, eres y puedes ser

hasta la demencia.

 

Rescatar la realidad no es más que

rescatar la vida palpitante y libre.

POBLACIONES Y LUCHA NOVIOLENTA

Por michelle renyé (mujerpalabra.net, 2013)

La lucha noviolenta es algo que las personas llevamos haciendo siglos pero que no ha conseguido ser visibilizada en nuestras consciencias culturales porque el patriarcado  ha borrado sistemáticamente los rastros de su existencia, como ha hecho con la inteligencia y la sexualidad de las mujeres, con todas sus aportaciones a la construcción de vida buena. Pero la música siempre se ha podido oír. Y las mujeres hemos sobrevivido como seres inteligentes y no vamos a aceptar esta situación más. Sabemos, además, mucho sobre la lucha noviolenta, por toda la violencia que hemos recibido en todos los ámbitos, por ser mujeres, y por haber tenido culturalmente prohibida el uso de la violencia. La mente es humana, pero de los papeles impuestos hemos aprendido cosas específicas.

La lucha noviolenta en la actualidad es una opción política (de actuación para la construcción social) y ética (de racionalidad empática), aunque el patriarcado tradicionalmente la haya identificado sistemáticamente con religiones y espiritualidades patriarcales, de ahí que la población general sólo sepa de figuras como los líderes espirituales Martin Luther King y Gandhi. Sin embargo, ya contamos con información sobre luchas de las personas y poblaciones en el pasado y ahora, innumerables ejemplos de luchas noviolentas, y tenemos que conocerla y difundirla para seguir evolucionando por ese camino.

La lucha noviolenta permite la participación de todo el mundo, alienta la creatividad y la cooperación, el trabajo en equipo, desarrollando por tanto nuestra inteligencia y nuestra capacidad de construir sociedades menos violentas e injustas, pues los medios asumen el fin, luchamos de maneras revolucionarias, que no reproduzcan la violencia del sistema combatido. La lucha noviolenta es por tanto más barata en todos los sentidos, e igualitaria o no jerárquica por naturaleza, ya que toda participación es vital.

El problema de la violencia no lo han resueltos las soluciones de violencia, son siglos de pruebas al respecto. Las soluciones violentas sólo han intensificado y diversificado la ejecución de la violencia. Necesitamos dar el paso para aislar a los violentos como poblaciones del planeta que reclaman un mundo respetuoso con la naturaleza y con todas las personas, como empezamos a entender en el siglo 20 al dar con la noción de derechos humanos.

Debemos desechar la Razón patriarcal y apostar con toda nuestra inteligencia por la razón empática, pues la noción de justicia no es aplicable sin entender que el sentimiento y la razón nacen ambas en la mente humana y no pueden ser separadas.

Vi la copa de vino blanco sobre la mesa, pero no podía dejar de trabajar. Estaba agotada y sin embargo seguía leyendo, sopesando, evaluando. Cuando sobrepaso el límite del cansancio, la sobreexcitación intelectual puede ponerme difícil el poder detenerme a descansar.

Sin embargo, en la tele, de pronto me estrellé con una obra de arte. Me llegó bronco y rotundo el aullido del viento del campo inglés, cargado del aroma del seco tomillo y de la tierra mullida húmeda. Era una historia de amor en un mundo enemigo del amor, y sin dejar de oír el viento raspando entre el brezo me senté a la mesa a cenar con A., que se sentaba en aquel momento, al tiempo sentándonos los dos.

cumbresborrascosasUna película del siglo 21 que, a través del sonido y la fotografía, había captado algo fundamental, áspero y salvaje, de un libro escrito en el siglo 19. No hablo de la historia precisamente, más de la vivencia.

Como me tengo cerca, exploro el oscuro universo de mi mente de cuando en cuando, por ejemplo, a veces los sueños, para ver si allí puedo encontrarme con mis muertas, porque tengo muertas y no soy creyente, a veces es demasiado duro echarlas de menos. No he logrado nada de lo que imagino sería posible aún, pero también es cierto que no soy metódica. El método, espero, lo podré aplicar si llego a la edad anciana, cuando deje de distraerme con todo y con nada. El otro gran viaje a mis oscuridades y centellas lo he hecho en busca de una comprensión del impulso creativo, de cuándo la comprensión de algo establece conexiones desconocidas y además sorprendentemente encuentran expresión precisa, y las palabras fluyen como si te fuera en ello la vida.

Durante la cena le conté a A. lo que estaba comprendiendo entonces del amor y de la guerra, como el rayo me llegó la comprensión de los cinco minutos de Amanda, y en sus ojos, los de A., que me escuchan callados e intensos, como en un espejo, vi que el alcohol había aguzado mis sentidos y mis capacidades, y que era interesante. Creo que me perdí el segundo plato porque volé al ordenador, y me puse a escribir en esa casa que comparto en el cíberespacio.

La cuestión es ésta: varios crímenes de la guerra no han llegado a los libros de los padres. No están las torturas indescriptibles a mujeres, y no están (y nadie las echa de menos salvo sus protagonistas que, inexistentes para el resto, es decir, enterradas por el resto, guardan silencio) son las historias de amor que no fueron. Como si no importaran.

Sólo importa probar continuamente que amar es sufrir, que amar es sacrificio. No importa nunca nada que amar no sea más que amar, algo positivo que somos capaces de vivir y generar.

Si no protegemos el amor, ¿cómo vamos a dejar de fomentar la violencia? ¿Es falta de inteligencia, o es que no sabemos amar ni queremos aprender porque nos falta ganas de vivir, coraje para vivir?

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Cuando las mujeres de Greenham demostraron que con acción directa noviolenta, es decir, sin dinero, sin armas, usando meramente su cuerpo, su empatía, su inteligencia, se podía poner en jaque la seguridad de una base aérea militar europea llena de misiles mortíferos y que costaba lo que permitiría vivir con dignidad a millones de personas, la interpretación de la gente sin conciencia social ni autocrítica fue que unas sucias odia-hombres lesbianas estaban dándole mala fama a la región.

Cuando las mujeres de Femen se ha puesto a usar sus propios cuerpos semidesnudos en acción política y social noviolenta por la justicia, ofreciendo un contenido muy distinto a Las Mujeres Desnudas que usa el patriarcado incluso en los programas familiares para sus violento adoctrinamiento de lo que es y para lo que sirven las mujeres, así como para amasar dinero y dinero que acumulan unos pocos, la interpretación de la gente sin conciencia social ni autocrítica es que son unas zorras locas con ganas de llamar la atención.

Cuando las mujeres exigen ser nombradas es ridículo e irrelevante, no surrealista y grotesco que se vean obligadas a hacer algo que sencillamente es pedir que se ejerza una mínima educación en la convivencia, nombrando adecuadamente a una persona.

Listad ejemplos y aplicad la mente-corazón, la razón empática. ¿Cómo han interpretado hechos inteligentes, de lucha social de las mujeres? ¿O es mejor abandonarse a esta idea…?: ¡Cómo van a ser las mujeres protagonistas de lucha social contra la violencia y la injusticia? Quienes luchan, en el patriarcado, son sólo los hombres, y eso se hace destruyendo, no construyendo.

Todo lo que hace una mujer, para la gente sin conciencia autocrítica y social, es excesivo, estúpido, exagerado, improcedente, irrelevante, como mandan los patriarcas, por eso el Hombre debe controlarlas. ¡! ¡Los encargados ejecutores de tal catálogo de violencia que no cabe en la cabeza! ¡¿Pero es que seguiremos con la cabeza perdida otro turno de siglos más?!

Así de hondo impacta la ideología patriarcal a quienes no quieren desarrollar la inteligencia a través de evolucionar a una conciencia social y autocrítica, para poder participar en la construcción de un mundo INDUDABLEMENTE ¡mejor que éste!

¡Un poco de coraje y de empatía, por favor! El patriarcado lleva siglos reduciendo a media humanidad a seres ¡de segunda clase! Esto es un crimen contra la humanidad que debemos frenar YA.

tengounpeligro

Vivir sin confiar no es vida, no protege casi nunca de nada, y además no proporciona todo aquello a lo que se renuncia cuando se opta por desconfiar. Por otro lado, confiar no condena a la estupidez. Vivir es aprender y eso incluye aprender a cuidarse, y aprender a cuidarse no equivale a vivir desconfiando, sino, sencillamente, aprender a cuidarse y aprender a confiar.

Por eso deberíamos dejar de transmitir a todo el mundo, que es sobre todo transmitir a esas esponjas que son las personas pequeñas, que “sólo tu familia” te ayudará, y demás frases como poco falsas para la inmensa mayoría de los casos.

Deberíamos transmitir que es bueno confiar, prestarle atención a la vida, a las personas, aprender, para mejorar, y siempre confiando, en nuestra capacidad de aprender y en nuestra capacidad de relacionarnos como seres empáticos capaces de cosas buenas.

Para Roberto Echevarría que me alienta a escribirlo (tercer borrador)

Para el activismo político, lo que hacemos en el movimiento social, y desde un punto de vista con inteligencia feminista, es decir, entendiendo que el padre de todos los sistemas es el Sistema patriarcal, la inocencia es una herramienta revolucionaria: tenemos que limpiar la mirada y aprender a confiar, aunque sólo sea para evitar desarrollos de violencia, que es a lo que lleva la desconfianza.

Decir esto no es no saber nada del mundo, precisamente. Es saber de cómo cambia todo cuando desde la autocrítica y el pensamiento en diálogo intentamos abordar la vida de maneras libres del aprendizaje continuo y extremo de la violencia patriarcal.

Podríamos analizar por ejemplo cómo concibe y lo que hace el Sistema (patriarcal) con la inocencia. ¿Por qué iba a hacer eso con la inocencia, que es limpia y vulnerable? Es como lo que hace con los ideales anarquistas: lo de lo más esperanzador y positivo, nos dicen que eso es la más terrible violencia. Y sin embargo, está claro que lo mejor que hemos hecho hasta ahora en la especie (¿o no?) tiene muy directamente que ver con los ideales anarquistas de libertad y solidaridad, y no justamente con las realidades de la violencia patriarcal, “inevitables” y lucrativas para los más violentos: opresión, explotación y represión.

En el patriarcado (el padre de todos los sistemas de violencia según los datos y no sólo según la mirada de una mujer de la masa anónima), todo lo que podría conducirnos a un mundo sin violencias es distorsionado y conducido al extremo de la demonización, tan eficazmente enseñado por los líderes religiosos en el planeta siglo tras siglo. Y lo sé también porque en mi ADN se recoge la información de lo que le pasó a las mujeres que fueron libres, y solidarias.

¿Cuáles son las realidades patriarcales respecto a la inocencia? Destrucción de la inocencia, con saña además; o burla, escarnio, desprecio. Violación de bebés, de niñas y niños, su secuestro para redes de prostitución. Abusar “del débil” entre los hombres, burlarse de ellos, feminizarlos, que es la máxima humillación para el Hombre. La inocencia la usan contra “la mujer” para dejar claro que ésta no dispone de la misma mente humana: inteligente. La inocencia, cuando no la usan para crear horror, la usan en la Guerra Patriarcal contra la Humanidad para humillar, denigrar, desvalorizar a quien la muestre o proteja.

En la política de partidos queda muy claro: la Estrategia de la política patriarcal es la demencialidad de un juego político con las reglas irracionales de la violencia patriarcal. Todo lo bueno es implanteable. Todo uso de la inteligencia para resolver los conflictos con la máxima justicia posible y a través de la noviolencia (de procesos que no generen ni multipliquen la violencia) “No es político”, queda descartado porque es antitético a lo que “se puede y se debe hacer, mal que nos pese”.

Sin inocencia, ¿cómo podemos empezar a relacionarnos de manera revolucionaria (¿o aún hay quien cree que seguir con este Sistema patriarcal nos “protege”? ¿Contará algún día lo que ha vivido más de media humanidad desde el neolítico?), para generar un mundo inteligente, que es decir, capaz de respeto y felicidad a pesar de que tengamos enfermedades y envejezcamos, a pesar de que no siempre coincidamos en los afectos e incluso tengamos que esquivarnos para no hacernos daño o no dolernos?

Sin inocencia, ¿cómo vamos a poder pensar en comandita, sin miedo al error, con afán, con confianza de que podemos construir soluciones (inclusivas o respetuosas con los derechos humanos) en lugar de seguir perpetuando la guerra y la guerra más invisibilizada del dinero? ¿Por qué no íbamos a poder, por ejemplo, poner un límite a las riquezas multimillonarias, e impedir las trampas de las corporaciones? ¿Por qué no íbamos a decidir radicalmente no volver a darle credibilidad, ningún tipo de poder, a las personas enloquecidas que hablan de los “derechos” del “no nato” para imponerle a una persona con derechos humanos la gestación y todo lo que a eso sigue?

¿Que no se puede? Pregúnteselo a las mujeres, y en especial a las feministas. Y no están solas. Pero algo está claro, para todo el mundo: la revolución será feminista o no será, tendremos que entenderlo con inocencia algún día, si es que vamos a salvar la vida y la calidad de vida y el planeta con toda su vida.

livingdolls walternatasha Al leer “angry” en p. 3 de Living Dolls de Nathasha Walter, salió como un volcán de agua: en mi ADN, todo el esfuerzo brutal y generoso de tantas mujeres* con todo en contra, luchando contra Goliat, y siendo llamadas David, es decir, borradas, eliminadas, aniquiladas, ni sus cenizas. Salió la indescriptible pena, la insuperable impotencia, la furiosidad feminista de mi saga.

Y es significativo, estoy aquí y elijo.

maryanthewrongsVolviendo a mí en el ahora, se me vinculó (en ese instante y porque pude empezar a verbalizarlo ante una persona excepcional, que escucha y es inteligente ♥ , además de mi amor ♥) la consciencia de lo de escribir desde la inteligencia feminista para la sociedad con las notas furiosas y razonadas a mi madre, siempre inútiles, algo desequilibrante, desesperante, tristísimo y cruel. (Qué pronto empecé a razonar y cuántos años he tardado en saberlo. La gente no ayudó, siempre focalizada en otros rasgos míos… No como en internet, donde al fin la gente lee las ideas, y no se deja distraer por otras cosas! 😀 Y qué bueno es hacerse vieja.)

Quizá sí sería capaz de escribir ensayo feminista, y es sólo que lo tenía estrangulado por esto.

Volviendo al mundo, me viene Mary (Wollstonecraft) en Mary y creo que es fácil imaginarla. Lo conmovedor: esa lucha de quien no puede creer las cosas, por demenciales y se esfuerza por explicar que las mujeres también tienen inteligencia, que el problema es qué se espera de ellas, a qué se las fuerza, en qué se las educa. Ella, que hubiera sido (aunque lo fue) una filósofa.

*mi amor también para el resto de personas que hizo como ellas, o que se negó como pudo al autoritario sistema de misoginia y odio general a la vida buena.

Furiosidad feminista, para mantenernos lúcid@s y viv@s. Nótese, se ruega, la crueldad patriarcal.

Hay gente que me ha dicho que mi poema “De qué me sirve leer a Hemingway” les gusta, que está muy bien, aunque no están de acuerdo. ¿No están de acuerdo con qué? ¿Y piensa eso también de otros poemas que leen, de hombres famosos, Grandes Poetas, en especial respecto a posibles injusticias, o inauguramos caso?

¿Con qué no están de acuerdo: con que diga literalmente que a mí no me sirve leer a Hemingway? Parece el caso. Pues… Literalmente, sería mi asunto, no susceptible de que nadie esté o no de acuerdo, cuestión de gustos y usos.

¿O con que use una metáfora para incluir en un poema una crítica al Sistema (patriarcal)? (Intento salvar el comentario entendiendo que no ha sido machismo inconsciente, para darle posible uso, aprender algo, pero… no me lo termino de creer, busco confirmación ahora.) Aunque dada la velocidad tras la lectura del poema con la que se me ha hecho el comentario, me pregunto: ¿no es un poco raro? ¿Disentir justo con esa parte del poema, considerando todo lo que connota y transmite? (Ay! Si las feministas no tuviéramos criterio, ¡dónde iría nuestra autoestima!, ¡el valor de nuestro trabajo!)

Para mí, que he desarrollado la inteligencia feminista más conscientemente desd 1989, que te diga “aunque no estoy de acuerdo” en un poema, es sorprendente y refleja la inconsciencia de la gente… y el machismo inconsciente. Molesta que se critique a un representante de la cultura. Molesta que se plantee que la historia del arte no es justa, que incluso es criminal contra la humanidad. Que el Hombre no nos representa a las mujeres también, ni siquiera a la especie.

Si alguien lo pensó y me lo dijo y quiere contestar, se lo agradeceré. Y si alguien quiere comentar libremente, bienvenidx igual!

La libertad de la que disfrutáis no es un derecho humano de las mujeres en este planeta, sino algo bastante poco común. No ha ocurrido por el Hombre, ni por milagro, y es algo muy reciente y generado por luchas de mujeres existentes. No está en nuestra consciencia entre los Grandes Hechos de la Historia patriarcal, ni de las Revoluciones patriarcales, porque las mujeres en el patriarcado no tienen más valor que el de contenedor.

Es ideología patriarcal que no veáis las cosas de valor que han hecho las mujeres; que no sintáis ninguna curiosidad por saber cómo fue que este mundo patriarcal de siglos de innumerables violencias en todo tipo de grados incluida la violencia terrorista misógina de la violación ha sufrido esta Revolución noviolenta. Que no echéis de menos a las mujeres como seres libres y propios. También es parte de nuestra ideología por defecto que sintáis hostilidad hacia mujeres que sí quieren saber, y seguir sabiendo y seguir luchando hasta un mundo donde ser mujer no signifique todo lo que significa ser mujer en el sistema patriarcal.

Las mujeres no son lo que “describen” las religiones patriarcales, las que dieron la base ideológica al Sistema. Las mujeres tienen mentes humanas y aunque la mente se puede educar en el sistema de género, y la educación condiciona el desarrollo, también es maleable, mucho, y también se puede educar con libertad para las personas pequeñas y las grandes. La mente importa porque es ahí donde nacen los sentimientos y los pensamientos. Tener vaginas no implica nada más que la capacidad, si se desea usar, de gestar, ni siquiera implica, como saben y supieron millones de mujeres querer ser madre o desearlo. Tener la capacidad de pensar no ha parecido ser tampoco algo que el Hombre haya querido usar en la resolución de los problemas, pues siempre opta por el medio que genera más sufrimiento y destrucción: el uso de la violencia, en las guerras clásicas y en las actuales, que no van sólo de campos de batallas y nos llegan incluso a casa por todas sus ventanas, si las tiene.

Tenemos que superar el sistema sexo-género patriarcal para que las personas podamos construirnos con libertad, explorando nuestro potencial, fuera de esta obsesión enferma del Sistema. Si existe una feminidad no es la de comprar cosas para ponerse, y no usar la mente.

Los medios de comunicación y el mercado, allí donde las mujeres viven más como personas, han recrudecido la guerra ideológica patriarcal contra las personas pequeñas, dictando masivamente qué podemos y qué no podemos hacer, y sobre todo, qué tenemos que hacer, dependiendo de si somos “niñas” o “niños”: rosa estático para ellas y libertad de movimiento para Él; mundo de poses para ella (introducción al porno misógino patriarcal), vida real para Él (salvo en el sexo, pues la educación del porno le incapacita para desarrollar la percepción del placer, con su visualidad y su odio al cuerpo de las mujeres).

¿Por qué defender este sistema? ¿Por qué no aceptar que existen otras posibilidades? ¿Hasta cuándo, por inconsciencia o por ignorancia, vamos a seguir defendiendo el sistema patriarcal con las elecciones que hacemos diariamente (que también aquí nos marean: para que sigamos perpetuando el sistema es importante que creamos que no elegimos nunca), con las ideas que manejamos y expresamos, y validando los sentimientos que la guerra ideológica patriarcal nos ha dictado que sintamos sobre todo por las mujeres: las que no existen, las malas, las incapaces?

La guerra es la autodestructividad que tenemos metida en la cabeza es la única guerra que podríamos ganar, porque depende de nuestra libertad para re-educarnos y escapar del sistema desde la inteligencia.

La escuela de la RAE (Real Academia de la Palabra Muerte) se pone a explicar la etimología de “escrache”. Tufillo de naftalina.

Como hija de la lingüística moderna, territorio que usa la observación de la realidad para investigar el lenguaje y donde no estamos piradxs, sabemos que el lenguaje significa lo que establecen los usos que se generalizan.

“Escrache” nos viene de América (el continente, o las américas indígenas y latinas) y se refiere a una Acción Directa Noviolenta (ADNV) de la gente (sin armas, fuera de los puestos de poder) que comprende los derechos humanos, y que los realiza, los escraches, para que los criminales (de guerra) no queden impunes. Los escraches no habrían surgido si la Justicia y la Política y la Democracia se hubiera encargado de abordar los crímenes de guerra.

Los escraches son lucha social, y nada tienen que ver con los linchamientos como puede comprobarse continuamente.

Ésta es la historia que no quieren contar quienes siempre están del lado del poder que ejerce todo tipo de violencias contras las personas. Siempre denigrando, distorsionando las cosas mejores que genera la especie. Siempre defendiendo a los más violentos.

La violencia humana es toda cultural. No hay ninguna pulsión biológica que no podamos moldear con nuestra imaginación, con nuestro pensamiento, con nuestra cultura. El genio del patriarcado es habernos hecho creer que la violencia del Hombre contra otras personas, y contra “las mujeres”, es biológica = inevitable = natural. Lo natural es la empatía. La violencia nos horroriza. El genio del patriarcado ha sido construir un Ser Hombre y un Ser Mujer, dos únicas opciones clarísimamente definidas respecto a los papeles que tienen necesariamente que desempeñar y concebidos a partir de dogmas religiosos de binomios contrapuestos (hombre = el bien, mujer = el mal, hombre = la guerra, mujer = el hogar, hombre = la razón, mujer = el sentimiento, etc.), que le han prohibido el uso de la violencia física a las mujeres y se lo han impuesto a los hombres para construir su “hombría”.

Pero la violencia es una capacidad compleja de la mente humana. Y el que esté tan genderizada sólo apunta a lo absolutamente cultural que es su expresión. Cuántos hombres se horrorizan ante la idea de ejercer violencia física y cuántas mujeres desearían mucho ejercerla! La atroz violencia del Hombre contra las mujeres, la violación, bien, no tiene nada que ver con el sexo. Las mujeres también tienen pulsión sexual, y no violan. Porque la violación es un aprendizaje cultural de violencia del Hombre contra las mujeres, muy específica. Que se adoctrine a los hombres a que así es es parte de los dogmas del Sistema patriarcal, parte de sus cimientos del horror.

Pero el hecho irrefutable es que la mente humana es capaz de cualquier cosa: que la desarrollemos desde la limitación de lo que se espera de ella por el género que te ha tocado en sociedad es cruel e idiota, sólo alimenta las violencias del mundo patriarcal.

¿Por qué las mujeres con inteligencia feminista no han propuesto el medio de la guerra contra el Hombre, dado el nivel y la complejidad de violencias que reciben de él, incluida la del ninguneo de sus existencias como seres humanos? (basta ser representadas por Él). Quizá el hecho de que las mujeres no sean sicópatas que violen y hagan cachitos a los hombres no sea un hecho biológico, sino de aprendizaje cultural y luego de aprendizaje vital: quien ha sido objeto de la violencia, como la mayoría de las personas en las guerras, abomina de la violencia y prefiere buscar otras salidas. Quizá la experiencia de siglos de las mujeres como objetivo de la violencia patriarcal misógina que sustenta el sistema (las tiene encerradas y sirviendo) ha sido suficiente para desarrollar la inteligencia de que la violencia no nos sirve para resolver problemas, sólo para generar más mundo esclavo. Existe otro factor vital, claro: que llevamos el Sistema en la mente, en el cuerpo y esto repercute en nuestras ideas, sentimientos, relaciones, lenguaje. Si fuéramos a juicio, todas las personas tendrían crímenes patriarcales de los que responder. Por eso usamos esta idea sólo como metáfora, aunque no estaría nada mal poder hacer cumplir las leyes que ya existen, respetar los derechos humanos incluidos de verdad los de las mujeres, y llevar a juicio a todos los violadores, en paz, en guerra, en burdeles, en casa, en la calle. Para la violencia misógina cualquier espacio es válido.

Se ha disuelto una gran mentira que inició el propio Miguel Hernández en una carta a Josefina, su novia de Orihuela (para restablecer la relación), y que redondeó la crítica: que El rayo que no cesa, poemas de amor y sexo, estuviera dedicado a la novia. El rayo era Maruja Mallo.

Miguel Hernández, en su cuarto viaje a Madrid, fue amante de Maruja Mallo, y por la represión sexual que llevaba encima por la época (no se había acostado con su novia del pueblo), es fácil de imaginar la vehemencia desesperada sexual de cuando ella ya no quisiera seguir siendo amantes. Y de ahí los poemas, y de ahí los poemas que la presentan como cruel. Pero quien haya conocido eso del sexo (tanto porque se haya acostado con gente virgen con la que luego no se puede seguir, como por haber sido quien deseara apasionadamente), y lo que es la traducción a arte de hechos de la vida, imagina fácilmente que el hecho de que se sienta muy fuerte y se juzgue cruel a alguien que no puede seguir contigo es un hecho expresado artísticamente, y no un juicio que busca justicia. Se siente rabia, se quiere hacer daño, se quiere sobre todo hacer reaccionar para que vuelvan contigo, pero es todo el mundo de la expresión artística, no una descripción objetiva, justa de una relación.

(En épocas de intensificación hacia una guerra, la gente se necesita aproximar físicamente más, y había gente acostándose con diferentes personas, incluido Miguel Hernández luego, al parecer.)

Recientemente, yo misma, al escribir un poema basado en la amistad perdidad con una antigua amiga, y al hacer un dibujo sobre cuatro amistades perdidas, no pretendo “hacer justicia” sino sencillamente plasmar lo que sentí al quedarme sin ellas, que puede ser un reflejo de algo real o no, o sencillamente un reflejo de cómo procesas los hechos. El poema tuve que “disfrazarlo” con el plural, cosa que no está mal (salvo en una estrofa que tendré que trabajar) porque de algo particular surge un reflejo de un asunto que atañe a mucha más gente. Del dibujo, he tardado en subirlo por dudas, hasta que las he descartado por esto mismo, porque una cosa es cómo nos sentimos y otra la realidad de todas las personas implicadas.

Los curas lavaron el cerebro a la población sobre que pensar algo (imaginar) equivalía a hacerlo, y esta tara la arrastramos y es siniestra –y no digamos si le sumamos la misoginia atroz. Porque el hecho es que no es así: estaban enseñándonos a congelar el pensamiento y ser obedientes, esclavas y esclavos. Pensar en que se muera alguien no es igual que matar, no cabe en ninguna cabeza sana. Y el arte es una vida pararela en ese sentido. (Las feministas artistas, por ejemplo, jamás han pedido la pena de muerte para el Hombre, pero si lo hacen trizas en algunas obras. Y es que no es lo mismo. De hecho, la violencia expresada tiene relación con la recibida, no con la emitida en la vida real.) Miguel Hernández se sentiría furioso, rabioso, partío de dolor, claro que sí, pero eso porque se produjo una ruptura en una relación que necesitaba y quería. Que Maruja Mallo no quisiera seguir con esa relación sexual (y digo sexual porque siguieron colaborando artísticamente y siendo amigos) no implica que ella fuera una persona cruel, fría, que utilizaba a los hombres. Un poquito de por favor.

Por cierto, Sorpresa del trigo lo pintó Maruja Mayo en 1936, el último cuadro pintado en Madrid antes de irse a Galicia con las Misiones Pedagógicas, y de tener que huir a Portugal por Tuy cuando Franco inició la guerra civil. En este cuadro está también Miguel Hernández, su amigo y compañero republicano.

(Editado luego para meter lo de mujeres y violencia en arte.)

Después del efecto que tuvo la guerra de Vietnam respecto a movilización social contra la guerra, en los ochenta la administración Reagan desarrolló la llamada Guerra de Baja Intensidad, en la que al menos la teoría era que armas y campos de batalla quedarían reducidos al 20% del total de lo que era hacer la guerra.

Por desgracia, las poblaciones no se detuvieron lo suficiente a analizar este hecho, y conservaron la idea de guerra que ya, de hecho, era antigua y no contemporánea. Quienes no tienen escrúpulos han evolucionado mucho en su idea de cómo abusar, explotar, reprimir, oprimir y asesinar. Y la gente activista ha desarrollado la acción directa noviolenta y métodos noviolentos como nunca antes. Pero la población sigue siendo bastante inconsciente de lo que es lucha, de que están usando la noviolencia para luchar, y de lo que es violencia y guerra, de cómo ha cambiado esa realidad en los dos últimos siglos. (Ayudaría un poco de consciencia por parte de las poblaciones en estos temas. Luchamos con noviolencia casi todos los días, enfrentando todo tipo de violencias, y con esta lucha nos va mejor que si usáramos los medios que la propaganda patriarcal registró que eran los únicos que usaba la especie. Pensemos en “las feministas” que a lo largo de la historia no han caído en la torpeza o indignidad de proponer un mundo tan violento como el patriarcal, a pesar de siglos de violencias en su contra.)

La Guerra de Baja Intensidad incluyó el “frente” de la propia población: desinformación y neutralización radical de cualquier pulsión a lo social (llegaron a crear ONGs en el marco de la guerra, o sea, con un objetivo contrario al explicitado, para “ayudar” en el extranjero).

Actualmente, no puede ser ya escondido ni disimulado: el concepto de la violencia para el poder lleva ya décadas de práctica en hacer la guerra, en ejercer la violencia, sin tener que usar armas ni golpes en la calle.

Yo lo llamo la Neoguerra del Consumismo, los Desahucios y el Desempleo. Llamémoslo las guerras de las sociedades industriales-tecnológicas. O más cruelmente, la Guerra en la Democracia.

Lo asqueroso de que periodistas en puestos de poder pregunten: “¿Y cómo se sienten los hijos de las personas que son escracheadas?” es esto. Que no identifican la extrema violencia de la guerra que se ejerce contra la gente. Cierto que una cosa es la autodefensa y otra el linchamiento, pero la gente de los escraches no ha linchado a nadie, están presionando porque son objetivos de la Neoguerra del Consumismo, los Desahucios y el Desempleo.

La crisis existe porque hay un puñado de seres en el planeta que acumulan riquezas astronómicas inimaginables. ¡Un límite a las riquezas ya! Si hay gente que necesita ser rica para vivir, que lo sea, pero no a costa de todo el mundo y el planeta. Tiene que ser un crimen poseer más de X dinero. Tiene que suceder ya, con esa prontitud con que responden los irresponsables políticos al gran crimen del escrache, un recurso de la Acción Directa Noviolenta de la desesperación ante el abuso sin límite y reiterado hasta la náusea, como sabe cualquiera que sepa de escraches en el mundo.

(editado viernes 12, 12.20pm)

Cumpleaños

Hay problemas sin solución, y uno propio es mi relación con los cumpleaños: puedo imaginar que quizá a una persona pequeña (pero me pregunto, ¿todas?) pueda llenarla de amor estar rodeada de personas que la quieren y celebran su nacimiento, deseándole cosas buenas, dándole besitos y encima regalos! y comiendo cosas ricas ese día y tomando bebidas especiales. Pero yo no soy una niña y no podría sentirme así (si es que sienten así, que puede ser que sí). Me intimida la idea de ser el objeto de todas las miradas al mismo tiempo, ser la prota de “mi día”. Entre personas adultas, lo bueno es que todo puede ser bastante ordinario. Me admira, con todo, que se atrevan, pero les he visto llevar una caja de bombones y ofrecerlos. A cambio reciben felicitaciones. En fin, ni esto, no, a mí, que tanto me gusta celebrar cada día, esta celebración me intimida. Cuando era joven y expliqué esto a mis relaciones ocurrió que pensaron que se me pasaría organizándome una fiesta sorpresa. Por qué el ser humano piensa que cuando dices “No me gusta eso” estás pidiendo que te lo hagan tragar es algo que sé explicarme. Respecto a aquella fiesta, escapé, y sin duda me abrió una brecha con esas personas, que no querían o sabían escuchar cuando lo que oían era tan contrario a la tradición y las costumbres. Por eso, después de esto, que ocurrió hace más de 30 años, no volví a decir cuándo cumplía años.

Hoy cumplo medio siglo en el universo y como existe Internet, que proporciona formas alternativas para la socialización, me he atrevido a compartirlo. Es cierto que llevo todo el año 49 revisando cosas en mi cabeza, y que así seguiré este año 50. Porque quiero pasar los próximos 50 años más propia si cabe, más libre, y sufriendo menos, pasando menos penalidades al menos con la gente.

No ha ocurrido lo que me auguraban las personas estrechas de miras, desde la infancia, en la adolescencia, en la universidad, fuera de allí, siempre, ¡siempre!: “cambiarás”. He aprendido mucho, y evolucionado, pero no ha cambiado esa esencia vital de necesitar la libertad para respirar y latir, esa lucha contra la injusticia, a favor de las cosas. Eso que tanto generaba que te dijeran: “Ya se te pasará” no ha pasado. Sigo aspirando a la luna, o siendo “anarquista” como dijo con pesar un profe que tuve, augurándome una vida “problemática”. He vivido una vida intensa y de lucha contra la imposición. No era una cosa “de juventud”. Es una cosa de derechos humanos, derechos de vida. Habrá a gente que eso le pase sólo en la juventud, pero ése no ha sido mi caso.

Lo que sí es cierto es que no me he casado (ahora que lo pienso), pero eso no ha significado que no haya conocido el placer (por la parte de sexo que tiene casarse, ¿no?), que no haya experimentado la felicidad en una relación monogámica, o que no haya sido capaz de comprometerme en proyectos altruistas (que tener hijxs no es el único proyecto de vida posible). No es casarse, al menos, para la mayoría de los casos, pero es que yo no he querido casarma nunca. De hecho, quiero a mi amor cada día. No sé mirar más allá.

Tampoco he querido tener hijas o hijos y por suerte, no los he tenido. Y por más suerte, la persona de la que estoy enamorada tampoco ha querido tener descendencia. Así que feliz en ese tema tan lleno de trampas. No hay un fondo de tristeza o vacío en mi mirada respecto a esto. Y cuando saludo a las nenas y los nenes mi cuerpo no me manda mensajes de querencia, ni mi emoción, ni mi cabeza. Me asombran las personas pequeñas, simplemente.

Mi relación con el dinero se ha mantenido mala, entiendo que algún problema tengo, pero hay una directriz vital con sentido: nunca he conseguido darle suficiente importancia al dinero, y ya sé que ser vagabunda, y pobre, no te cambia esa falta de querer. Sencillamente sufres cosas físicas, y mueves el culo para ganar dinero para no pasarlas, pero eso no equivale a concebir tu vida en torno al dinero, concebir todo lo que haces en función del dinero, y lo que puedes hacer con la gente. Sin dinero se puede hacer muchísimo, y sobre todo, vivir (y dos de mis favoritas: conversar y tener orgasmos). Que nuestras sociedades nos impongan tener que tener algo de dinero no debería llevarnos a esos extremos a que llega tanta y tanta gente, por dinero.

He conseguido controlar mi violencia y aprender a procesarla desde la acción noviolenta, creativa y a menudo incluyente de humor. Por eso sé tanto de la violencia y de la noviolencia. Además, tengo un profundo análisis sobre el tema desde la inteligencia feminista, lo sepa contar o no. Y si tuviera tiempo un día, debería escribir sobre esto, la verdad.

He sobrevivido al sistema educativo, en la guerra y en la paz. Sobrevivo día a día en un mundo donde el patriarcado impone sus violencias de pesadilla, desde La Familia a las Corporaciones, siempre desde las más brutales a las más retorcidas y disimuladas.

Y aunque haya días bajos, básicamente, sigo disintiendo, y luchando amorosamente, por amor.

El patriarcado se ha impuesto porque su base es ejercer la violencia sin límite, total. Están, claro, los Hijos Rebeldes que se llaman revolucionarios del Sistema y no son más que sus perpetuadores. Como el Padre, no ven toda la realidad, sino sólo la que el Padre mande, y la que les conviene. No ven la lucha de la gente que no lucha aterrorizando, sino por amor a la justicia y la libertad y la vida buena.

Frente a la violencia patriarcal, no hay violencia que la venza. Sobre si podrá la noviolencia, sigue estando por ver. Esta lucha es la que nos ha traído lo bueno que tenemos en el mundo, justamente, aunque se la invisibilice continuamente, entre otras cosas porque la han realizado masivamente las mujeres, y le feminismo como movimiento social.

Sin desarrollo de la inteligencia feminista, no se verán las cosas. Las cosas no son que la violencia lo puede todo. La violencia se impone, pero es la responsable del horror del mundo. No ha conseguido más que tararnos la inteligencia, sufrimiento y destrucción. Y lo que demuestra que la violencia no sirve como sistema es que incluso ésta, al no poderse sostenerse total y absolutamente porque se habría autodestruido radicalmente, ha tenido que generar sistemas de violencia no física directa, con aspectos de noviolentos pero no pudiendo serlo porque sus intenciones son violentas.

Saturada de violencia, saturadas de violencia, y la especie, debería estar ya saturada de violencia y tara mental. Deberían apostar por lo que somos capaces de hacer bien, y dejar de cantar a los modos patriarcales de creación de problemas.

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http://internacional.elpais.com/internacional/2013/04/02/actualidad/1364925579_010447.html

http://www.mujerpalabra.net/creadoras/michelle/pages/poemas_cuadros/poemas/nosoyungranodeanis.htm

http://www.mujerpalabra.net/frases/?p=773

 

lamujerestienenmenteshumanas

MODIFICADO, QUE HABÍA FRASES QUE NO SE ENTENDÍAN!

Qué pesadez. ¿Cómo cabe en una mente humana (libre) concebir que cuando al fin las personas descubren que lo que antes se explicaba como magia, brujería o espiritualidad era algo humano, de nuestros cerebros el surrealismo (el subconsciente, inconsciente), eso sólo interesó a un grupo de personas muy concreto y poco numeroso con un líder, un mandón, el señor Breton, patriarca del surrealismo?

¡La historia patriarcal está llena de patriarcas que oRdEnAn y MaNdAn! ¡Es que tienen que distorsionarlo todo nombrando patriarcas! Patriarcas y “los primeros” que hicieron algo. Qué idea tan distorsionante… Pues no hay personas que llegan a lo mismo en sitios muy distintos… de siempre… aunque no nos conste en la jodía historia patriarcal…

¿No habría más bien millones de personas (en especial, artistas) que estarían explorando este hallazgo en el siglo del descubrimiento del subjetivismo?

Y Maruja Mallo (aquí un hombre ha subido un montón de obra, lo que es una suerte!) sin duda alguna, ¡cómo no! Lo que no quiere decir que hiciera lo que ordenara Breton ni que sólo hiciera eso.

¡Pero qué pesado es leer las tonterías que se escriben desde mentes que no se plantean preguntas, sólo un afán de decir algo que les haga ocupar un sillón en la historia o que les permita ganarse la vida! Lo último, recoger algún rastro que posibilite algún grado de conocimiento.

¿No tuvo Picasso épocas? ¿Qué pasa, que si eras una mente exploradora pero con un cuerpo con vagina tendrías que aspirar a una etiqueta (yo no estoy en contra de los nombres, pero los nombres son etiquetas cuando se usan para mutilar)?

Miro los trabajos de Maruja Mallo y veo cosas distintas, increíblemente distintas, pero creíblemente distintas porque vienen de una mente capaz de mirar por encima de todos los muros y de hacer conexiones sorprendentes! Y veo que tiene épocas, claro, de exploración de tal o cual, como toda persona artista: hay cuadros donde se ve el impacto del surrealismo (no del del Patriarca asesino sino de lo que fue el impacto en las mentes artistas humanas), y hay un montón donde hay cubismo, abstracto, modernismo/futurismo, dadaísmo. Y costumbrismo (“lo popular”, lo único que el museo reina sofía tiene de ella). Y también hay algo que hace ella que es conectar lo moderno con la Grecia clásica, y con la Ciencia. Hay millones de conexiones. Millones de preguntas: mira el universo y le da orden humano o encuentra tal diversidad en la naturaleza que puede encontrar un orden posando la mirada en un punto, y ese orden nos vale a las personas? (no a los patriarcas, enfermos de sólo querer imponer su jodío orden, qué pesadez, qué bombardeo, nada les basta, nada les contiene! Qué abuso de pesadilla!)

Y eso sí: ni una página de citas de ella en Internet. Con todo lo que debió hablar y escribir!

Protoesquema, s.f. (h. 1982) – usado girado 45º a la derecha, en la portada del libro que tengo, escrito por Estrella de Diego, y publicado por la Fundación Mapfre, 2008

Maruja Mallo en su estudio, 1936 (Madrid, quizá) El cuadro “El milagro del trigo” es de este año y está ahí, así que ésos son cuadros del año, o alguno más!

En 1943, tiene una serie (de pocos más años) de Naturalezas Vivas, y ésta además tiene el subtítulo de Vida Vibrante.

Se ve que exploraba algas… Algas III, 1943 – cómo van creciendo

Seguiré posteando sus cuadros…

Ya lo dijo Lakoff. Y es que no hay manera: en cuanto hay una diferencia de opinión, se establece, en el mejor de los casos: mejor dejarlo. Ni curiosidad, ni ganas, ni nada. Mejor dejarlo. Hay un rechazo radical al diálogo, que es decir, a la exploración, a la posibilidad de colaboración, de construir algo más allá de lo que cada cual saque individualmente (aprender a explicar mejor las propias ideas, p.e., o abandonar una idea que resulta no ser muy buena).

Defender, atacar…

El lenguaje lo dice todo de nuestro sistema conceptual.

Pero eso no es decir lo limita todo. Porque tenemos una mente compleja, con un potencial increíble, que no queda contenido sólo en el lenguaje. Ya nos lo dice la intuición, la inspiración (arte, sueños), esas vivencias de que hemos procesado mucho más y sin lenguaje.

Así que habría que luchar por comunicarse, realmente. Las redes sociales ofrecen espacio para eso, oportunidad, de difundir pequeñas experiencias distintas que plantean preguntas.

En 1994 cuando tras 8 años de trotar el mundo decidí terminé una carrera, para acceder a la enseñanza pública, el profesor de quinto de filología, literatura estadounidense, al llegar las dos únicas autoras del temario se las saltó, con una excusa. A la salida de clase, le comuniqué que no volvería a sus clases, porque yo sí escuchaba la omisión, y era el colmo que para lo que había de no omisión, la ejecutara implacable. “Pobre hombre”, “loca mujer”. Es una pesadilla. El buen hombre me dijo: Da la clase tú sobre ellas, si quieras. Yo debiera haber sentido gratitud, pero respondí: A ti te pagan por este trabajo, yo sólo soy lectora de estas mujeres. Pero pasaron los días, me quedé sin clases de literatura, y con el cargo de conciencia de que había tenido oportunidad de dirigirme a la clase, para dar a conocer a esas dos autoras y había dicho que no. Así de locas y déspotas somos las feministas. Así de buenos hombres son los hombres que nunca nos echan de menos, no necesitan buscarnos, escucharnos, aprender de nosotras. Se bastan y se sobran, y si te miran cuando explican, tienes que sentirte especial, y generar gratitud.

A los tantos días, acepté dar la clase sobre las dos autoras, al cabo de un tiempo. Me preparé una selección de poemas de ellas, y como intro, escribí una página titulada: “Sobre la necesidad de leer a mujeres y de que las mujeres puedan ser modelos”.

A lo largo del curso, el profesor universitario, hablando de los escritores, mencionaba también su suicidio, si se habían suicidado, y el cuadro era el de un contra héroe, pongamos, Hemingway. Debíamos fundir el interés en su obra, con la admiración al Hombre. COMO SIEMPRE, SE NOS DEJARA O NO ACCEDER AL CONOCIMIENTO.

En lugar de presentarme a mí, con mi pequeño nombre, y sencillamente contando por qué iba yo a dar la clase (gratis), habló de lo que hizo una de las escritoras cuando se suicidó: dejar una nota y un biberón, para que quien viniera se encargara del bebé, o sea, para que el bebé no pasará penalidad alguna. LA REACCIÓN DE LA GENTE SE RESUMIÓ ASÍ: Qué mala madre. Y ya dio igual lo que leí, mi intro, los poemas. CUANDO TERMINÉ VARIAS MANOS SE ALZARON PARA DECIR CON DESPRECIO QUE QUÉ MALA MADRE, QUE CÓMO HABÍA PODIDO HACER ESO. En quinto de carrera en la Complutense, a finales de los años 90.

Y eso sí, por extensión: qué grandes hijas de puta las feministas, siempre amargando a todo el mundo.

Ni curiosidad feminista, ni la mínima decencia de aceptar críticas racionales Y empáticas, de una gran inteligencia y de un gran valor, en todos sus sentidos, así operan los defensores del Sistema patriarcal, y la masa que los apoya.

Dime a quién desprecias e insultas y te diré a quién obedeces.

EPÍLOGO

De ahí en adelante, me hicieron el vacío en clase. Al punto que al profesor le di pena, y un día después de clase se me acercó como para que me sintiera incluida, existente. Pero eso me dio igual, claro (la inteligencia sirve para mucho más). Lo que dejó una huella mejor labrada de espanto abstracto (frío, como sordo) en mi memoria fue esto: a partir de aquello escribí unas tiras de papel que se titulaban: “¿Por qué no leer y regalar a escritoras?” y una lista de diez autoras y títulos. Pues bien: los arrancaban de los tablones, o escribían cosas como: Porque no! Me pasé el resto del curso poniendo mis papelitos y viéndolos arracados y tachados! Increíble. Y… patético. ¿Pero a quién se lo parecía? Seguramente no incluso a esos pensadores aportan su trabajo (remunerado) a nuestra cultura.

para cartel

I don’t really think in terms of explanations (Leonora Carrington, from video below)

If I’d been anything else I would’ve been a teacher (Vanessa Redgrave, from video below) (I wanted to dance.)

I had a gift, but I kind of resisted that idea. … she just got up and said … No, it’s a gift and I born with it. …

(Volando voy, volando vengo)

Estoy en insumisión radical: no me basta ya con tener relaciones que me respeten lo justo, y me aprecien bien. No voy a mantener relaciones con la gente que por inteligente que se conciba, contribuye activamente al ninguneo de personas tan valiosas para la especie comos las personas con inteligencia feminista. Estoy cansada del abuso. El problema es suyo. Que lo asuman.

Cuando era una mujer joven, me ocurrió que me encontraba manteniendo conversaciones interesantes con hombres. No sabía yo, claro, nada de qué hondamente impacta la cultura patriarcal  nuestras identidades. Me sorprendía que al rato de aquellas conversaciones ellos siempre encontraban que era un proceso “natural” pasar a mantener relaciones sexuales. Resultaba que el que un hombre conversara contigo como si tú fueras un hombre, tenía un precio. Pero esto no lo supe con palabras hasta muchos años después. No les interesaba en realidad lo que yo pudiera aportar intelectualmente (o sí, también, aunque siempre menos que lo otro). No hablo de hombres machistas sino de hombres que no se consideraban machistas, ni yo a ellos; en realidad en nuestros mundo ni existía la palabra “machismo”, ni el análisis del sistema social en el que vivíamos, ni sin duda alguna la palabra “feminismo”. Que yo sin sentir el mismo deseo me dejara llevar a la cama me lo explico como el mismo silencio pero hacia mí misma (de obediente a los mandatos patriarcales) que hace que las niñas callen a pesar de su malestar intenso cuando el viejo amigo de la familia las agarra de los genitales para montarles a caballito.

Gracias a mi cabeza, he podido mantenerme aprendiendo, lo que es decir inocente y vulnerable (abierta y vital). Y esto me ha llevado a relacionarme intelectualmente con las mujeres, en una relación igualitaria y libre. Sin trampa. Sin sorpresa que luego destapa que has sido utilizada. Eso sí, con tu propia colaboración.

Relacionarse con mujeres, a nivel intelectual, afectivo y emocional, haciendo todo, cualquier tipo cosas, incluido el arte, el activismo, transformando el mundo (“sin que se enteren (porque no quieren, claro)”), y también sexualmente (con ellas esto “surge” cuando el deseo es mutuo, y no como premio al esfuerzo de “hablar y hablar”), es más libre, más relajado, está más lleno de vida y potencial, de ideas, de conexiones, es más placentero que con la gran mayoría de los hombres (que siguen insistiendo en sus miedos y consecuentes violencias en lugar de aprender a escuchar y a convivir. Con mujeres, es como estar con una persona, con una persona como tú, diferente pero sobre la tierra, bajo el cielo como tú. Es mucho mejor que la “igualdad”, yo lo llamo “libertad”.

Así que no me sorprende nada de cosas que dice Annie Leibovitz sobre Susan Sontag. Puedo comprender con la mente y el cuerpo de lo que habla.

Y bien, que siga la sociedad ignorando todo lo valioso y apoyando el sistema de violencias. No saben lo que se pierden. Una fuente de valioso aprendizaje, como poco.

Hay un sola mujer y en un momento el entrevistador la pregunta algo, y ella dice, “bueno, esa pregunta me cabrea porque siempre piensan peor si eres una mujer” (no sé de qué hablaban, es sólo la idea general de su crítica, la de ella), y el entrevistador, ciego, inconsciente, a cómo la cultura nos influye lo queramos o no, suelta el comentario de superioridad infinita, y mentiroso en su supuesto halago: “Es interesante que lo veas así (cómo se puede ser tan cabrón), porque yo no estaba pensando en eso cuando hice la pregunta”. Claro, listo, pero está claro: si eres una mujer en un país en guerra y te ganas la vida como reportera, y ves morir a niñas o niños, no se piensa de ti lo mismo que si eres hombre.

Cuando yo volví de trabajar en países en guerra nadie me invitó a hacer una gira, como se hacía con los hombres que volvían –y quizá con mujeres (me consta que en cualquier caso sería mucho menos) de las que linchan “a las feministas” para ganar el “respeto” de los líderes de izquierda de su barrio. Pero claro, es mucho más fácil hacer lo que manda la cultura: sospechar de ella, de que ella tiene algo muy oscuro y malo. ¡Cuánto más miedo da una mujer “loca” que un hombre! A pesar de la realidad de violencia del mundo, protagonizada horroríficamente por “los hombres”.

Es como me pasó a mí en la universidad: al hablarnos de los escritores, si se habían suicidado, como Hemingway, quedaban presentados como antihéroes merecedores del respeto del papel. Sin embargo, cuando presentó el profesor a las dos únicas mujeres reconocidas como escritoras en quinto de universidad Literatura estadounidense, lo primero y único que se dijo, porque lo primero ya dejaba claro mucho, fue que se habían suicidado, y que eran madres, y que Silvia Plath dejó el biberón preparado (hecho que se interpretó como el colmo de la maldad?! y no como el hecho trágico que fue, y conmovedor si empatizas un mínimo con la presión a la que se somete a las mujeres para ser madres y lo que se las exige siempre: que sirvan a la humanidad y no tengan identidad propia). Y todo el mundo pensó, lo que una persona exclamó y nadie comentó: Qué egoístas. Qué grandes hijas de puta, verdad? Ah, sí, pero mi pregunta no era por eso, yo escapo al efecto de la cultura, estoy en otro plano.

Lo más triste de esto, es que si más gente han visto el documental, muy posiblemente piensen en lo clásico, que el análisis feminista distorsiona la realidad exagerando cosas sin importancia. Tan poco, tan poquitito, se puede conceder a la realidad siniestra de que las mujeres son seres inferiores para la especie. El Hombre, la medida de todas las cosas, nunca ha significado “las personas”, “los seres humanos”.

Es un documental sobre el hombre, no sobre las personas. Y han metido a un mujer no porque necesiten explorar ese lujo de saber lo que un ser humano con un papel muy distinto en la sociedad siente o piense.

Y con esto estoy diciendo que muy mal, el documental? No, hostias!, no! Me parece necesario que veamos a las personas hablando con sinceridad de algo. Lo que pido es que se incluya a las mujeres, lo que exigo es que se nos tenga un mínimo respeto, joder. Qué mala!

Hay que vigilar las interpretaciones, porque muchas siguen siendo nefastas (con el fin no declarado de validar el orden existente). Por ejemplo, con equipos interdisciplinares, pero no sólo de gente que estudia diferentes ciencias!! Tienen que estar ahí personas como activistas sociales, y personas artistas, y personas relacionadas con el conocimiento del lenguaje!

La ciencia al fin tiene caminos donde los dogmas religiosos no mandan. Combinada con el conocimiento de la vida y las sociedades desde varios lugares, no puede más que ayudarnos a ser mejores, pienso.

En mi pequeña experiencia como profesora, por ejemplo, ya con más de 20 años de experiencia volví a la universidad (90s) para hacer algún curso de lingüística (a nivel doctorado) y saber si mi metodología de enseñanza tendría sentido para las ciencias. Y encontré más apoyo en las ciencias que en los usos y costumbres de la docencia!!

Ahora en Qué son las lenguas, por ejemplo, leo hipótesis del autor, o de gente a la que ha leído, y veo que por el camino que yo tomé: aprender mientras enseñas, he llegado a ideas incluso iguales!

Hoy leyendo sobre el origen del lenguaje humano (que no es cuando al fin se da el paso de la sintaxis) he “visto” las cosas que yo explico en clase!!: Useful Language, Body language, Automatizing Production for fluency and accuracy and to avoid literal translation, using the multiple resources we have to understand, listening to the music of the language, thinking of context and situations…

 

Todo ocurre simultáneamente, en y desde todo tipo de direcciones.

Esto no niega el peso de un sistema de siglos en la naturaleza de las sociedades que tenemos, patriarcales, que es como decir, basadas en la prevalencia de una minoría violenta y sin escrúpulos (o que no consigue concebir que toda persona contiene una mente humana) que usa todo lo que tiene a mano para mantenerse en su poder de violencias.

Es fácil comprender que frente a un ser sin escrúpulos (“demente”) es difícil defenderse, se use la violencia o la noviolencia. Sin embargo, lo poco que hemos avanzado en tantos siglos (o quizá sea mucho, quién sabe, a mí como mujer en las sociedades humanas no me lo parece, ya que las de mi grupo sólo parecen haber conseguido “tener derechos humanos” a partir del siglo 20 de manera más generalizada en algunas sociedades sólo, además), se debe a ese ocurrir de todo al mismo tiempo. Por un lado nos marca el sistema social y por otro hay quienes saben aprender más allá de lo que lo que deben aprender.

De pequeña quería ser chico. “Los niños son más nobles y valientes, saben ser buenos amigos. Las niñas son tontas, traidoras, cotillas…” Y eso que mi madre nos sacaba adelante porque topó con hombres bastante incapaces de todo. Ni en el instituto, que era uno experimental, que se pobló de gente con ganas a la muerte del dictador, ni en la universidad, con todas sus personas interesantes haciendo cosas interesantes, ni en los grupos de lucha social que empecé a visitar pude NUNCA descubrir el feminismo. Qué extraño, pienso ahora. Curiosamente, la gente de mi pasado que voy encontrando por la vida sigue sin haberlo encontrado, y no lo echa en falta. Esto me produce estupor y tristeza.

Volviendo a mi caso, tuve que salir al extranjero, la vieja historia de la nación-estado llamada España, para ver que las mujeres escribían y publicaban, que habían sido parte de aquella sociedad, políticamente, que actuaban autónomamente, sin siquiera la bendición de ningún hombre de la izquierda política, o “independiente”. Llegué a Londres en 1989 y cuando me lo topé, el feminismo, reaccioné con los prejuicios que perpetúan todos los días, que validan todos los días el sacrosanto sistema (el Sistema patriarcal). “Pero ¿eso de mujeres solas…?” (¿pensando solas?) Solo que yo siempre he sido muy abierta de verdad de mente. Siempre he conservado un espacio de inocencia. Y por eso tengo la capacidad que tengo para aprender.

Desde 1989 no he parado de educarme, de aprender a pensar, a procesar, a relacionarme, a sensibilizarme… Y aunque soy una evolucionada feminista, aunque mi curiosidad feminista y mi inteligencia feminista tienen un desarrollo bueno o alto, sigo encontrando cosas en mí profundamente marcadas por el Sistema patriarcal y sus dogmas impuestos a sangre y fuego siglo tras siglo, y con nuestra total colaboración.

Cynthia Enloe habla de “curiosidad feminista” en un libro publicado en 2004 (The Curious Feminist) que yo compré en 2012. Yo empecé a usar “inteligencia feminista” al entrar en las redes sociales, en algún momento entre 2010 y 2012. Son dos conceptos a los que nos ha costado toda una vida de trabajo revolucionario llegar, gracias a que no nos ha vencido el miedo que a tanta gente vence: que se nos asocie al grupo más denostado de la sociedad, el de las personas capaces de curiosidad feminista y que desarrollan inteligencia feminista. Personas que deberían ser un modelo, una fuente de inspiración, para tanta gente “tolerante-piel-de-elefante”, que cree que se puede pensar (bien!) sin desarrollar inteligencia feminista.

Rozo ya el borde de la amargura, no puedes ni apuntar nada, ya lo saben todo desde siempre, no nos ignoran, piensan, es que nada de lo que podamos hacer tiene ningún valor, para nada: casi que siento ganas de escupir, por el empecinamiento tan destructivo y cruel que enfrentamos. Por esa profunda ignorancia, adicción a la ignorancia, a tapar siempre la violencia, justificarla.

No quieren ni que rechistes, por eso nos hacen todo lo que pueden, de lo más superficial y trivial a la aniquilación pasando por la tortura. Ningunean una labor vital para la especie, obliteran su rastro, odian y desprecian a sus exponentes, como si en ello les fuera la vida, la vida de siervos del Sistema. Pero son buenas personas que se esfuerzan, no como nosotras, “las feministas”.

Y si acaso tu crítica le abre un mundo a alguna de esas personas (que, difícilmente, pero ocurre, yo lo he visto), lo último que harían sería reconocer su fuentes (decir “gracias” por ejemplo), el mínimo respeto.

Qué pesadez tan grande, qué pesadez. Y esto es lo menos menos visiblemente violento de todo.

Quizá David fue Anónima, como siempre.

¿Por qué importa hablar de “género” y no de sexo?

La trivialización de los términos acuñados para el análisis (científico, es decir, no dogmático) no es indicativa de un profundo conocimiento de la realidad, sino todo lo contrario.

“Género” se acuña para establecer el hecho de que el sexo no necesariamente genera el par de género que construyen las sociedades patriarcales y que son su base ideológica, desde donde todo en la sociedad, lo público y lo privado, se organiza. Pretender trivializar este concepto indica resistencia a razonar sobre un hecho social que el siglo veinte ha venido a cuestionar de manera más generalizada a través de la práctica que es la vida individual de las personas en sociedad.

Existe un hecho irrefutable: a lo largo de siglos, la mayor parte de las sociedades terrícolas se han organizado desde la base conceptual de que las personas se dividen en dos grupos, “hombres” y “mujeres”, definidos en función de cómo el sistema que organiza la sociedad pretende darles realidad. Un “hombre” está asociado a un conjunto de rasgos y funciones que en la realidad de la vida del ser humano no es ni mucho menos todo lo que puede ser el hombre. Con la “mujer” ocurre lo mismo, sólo que además el siniestro sistema ideológico patriarcal la cosifica (contenedor o muñeca hinchable), dado que se le atribuye incapacidades varias y la obligación de servir voluntariamente al “Hombre”.

El concepto es que son “hombres” y “mujeres”, dos grupos, se debe estudiar científicamente, es decir, dejando de lado la superstición, los dogmas religiosos, el afán de manipular el pensamiento transmitiendo que el sistema sexo-género patriarcal es “natural”. Ahora sabemos que la mente humana es maleable y puede desarrollarse de infinitas maneras, lo que nos dice que la sociedad podría no estar organizada de base según este dogma de fe que es el ser “Hombre” y el ser “mujer” en el patriarcado.

El patriarcado toma un hecho biológico, el de que se requiere la combinación en el acto sexual para la procreación de la especie de una persona con útero y óvulos, y otra con espermatozoides, para transmitir una ideología particular que se pretende sea “universal” nada menos. El ser humano, las personas, no son ya sencillamente, sexuales o asexuales, con cuerpos diversos, sino símbolos de una idea binaria donde un elemento domina al otro, hasta tal punto de que teniendo ambos elementos la misma mente humana, el mismo potencial, se ha conseguido borrar durante siglos, negar durante siglos que el miembro “mujer” del par poseyera el mismo potencial.

Esos elementos, “hombre” y “mujer” patriarcales, lo son, patriarcales, porque vienen definidos de tal manera que quedan excluidos los cuerpos y las mentes, es decir, las personas, que pudieran tener diferentes rasgos y las personas como personas, pues son desde antes de nacer empujadas a uno de los grupos, sea como representantes idóneos o como ejemplos defectuosos. Todo ser humano que no se ajuste a dicha conceptualización de par, que además es complementaria-jerárquica, es decir, se entiende que uno de los miembros del par “generador de vida” es superior al otro, “el Hombre” superior a la mujer, y tiene la función de dominar la vida del inferior, es considerado inferior en todos los sentidos, un ser enfermo o idiota. Territorio, el de “inferior” por tanto poblado, por ejemplo, por todas las personas que teniendo teóricamente la obligación de incluirse en el grupo “hombre”, son incapaces de reproducir los comportamientos e ideología del grupo dominante “Hombre”.

SOBRE SI “HOMBRE” Y “MUJER” PUDIERAN TENER UNA REALIDAD: no se puede investigar esta cuestión si se da por hecho sin analizarse (científicamente) que ese par tal como lo ha definido dogmáticamente el sistema social patriarcal es “natural”. En cualquier caso, incluso si aceptamos que la reproducción requiere el acto sexual de un varón y una mujer, y por tanto, se comprende la existencia de estos dos sexos, esto no implica necesariamente que todo el mundo humano deba quedar reducido a una conceptualización de estos dos sexos, dado que el ser humano es más variado, tanto en los hechos naturales como en el potencial que le da su mente, la imaginación. Además, igual que tener inteligencia no implica ser inteligente, tener la capacidad reproductora potencial (ser heterosexual) no implica querer usarla para gestar, parir, criar y educar, ni tampoco desear mantener una relación monógama.

Las personas somos como poco tan culturales como naturales. La base de la cultura habiendo sido un concepto de género que se ha impuesto sobre el de sexo. No podemos trascender (superar vitalmente y comprender conceptualmente) el aprendizaje cultural de cómo deben organizarse socialmente y en privado los sexos humanos descartando un concepto vital para poder realizar el análisis. Eso sólo juega a favor de la perpetuación del sistema patriarcal. Por mucho que moleste, para conocernos, individual y socialmente, hay que entender en qué sistema nos hemos organizado durante siglos y por qué. No son las personas con inteligencia feminista quienes deben demostrar que no deliran, lo que está plasmado en toda la cultura de muchas sociedades del planeta durante siglos. Es preciso que quienes no han desarrollado una inteligencia feminista se planteen aprender un poco a hacerlo.

Sin inteligencia feminista no se puede comprender el mundo que hemos creado, y por tanto, lo tenemos más difícil a la hora de trascender esas definiciones brutales de lo que son las personas, para desarrollarnos de maneras más libres, individual y socialmente.

Para un punto crítico (inteligencia feminista), ver anterior: cap. 2 (2) – Ir a Página Lecturas de Lingüística con posts

Copio citas que deberían ser de conocimiento general, para que así dejáramos de escuchar las tonterías que dicen personas que no saben nada de lingüística aunque hablen su idioma materno, y personas que habiendo quedado la institución donde trabajan o desean ingresar anacrónica/obsoleta desde el comienzo del estudio verdaderamente científico (no “científico” como antes era decir que las mujeres y los negros tenían el cerebro más pequeño y que por eso eran inferiores) de la lengua, en el siglo 20.

p. 43: “El diccionario ideal de una lengua debería contener todas las palabras usadas por sus hablantes, con indicaciones claras sobre el ámbito de uso: general, regional, propio de un grupo social, de un registro culto o coloquial, “malsonantes”, anticuadas… Muchas lenguas disponen de un diccionario así. La nuestra, por desgracia, aún no.” (Pensando en el DRAE, pero dónde se reconoce el salto que da el María Moliner -al menos las ediciones que hizo ella- o el Clave luego, que sí son diccionarios descriptivistas, aunque no lleguen al ideal que se describe en p. 43?)

pp. 46-7: “Éste es el caso del gran Diccionario Oxford o de su equivalente en los Estados Unidos, pero no hay algo parecido en español. Como la lengua es de los hablantes, son ellos los que pueden decidir qué es estándar y qué no. Para decidirlo necesitan saber cómo hablan los demás, y un diccionario puede ayudarles. Si una palabra no les guta o les resulta innecesaria, dejarán de usarla y desaparecerá (igual que ya no se usan los bigudíes, igual que en los salones de los hoteles de lujo ya no hay escupideras estratégicamente colocadas). Si les gusta una palabra regional pueden acabar por generalizarla (hacerla estándar), no necesita que nadie les dé instrucciones.

Existe la creencia errónea de que sólo se puede “hablar bien” si existe una institución que establezca normas de obligado cumplimiento. En realidad, la idea de “hablar bien” no es exclusiva de las lenguas con academia, ni siquiera de las lenguas escritas. (…) La sanción social y la tradición creada por esa sanción social deciden quién habla bien. 

Lo que hace falta es que cada uno sepa utilizar la lengua. Pero esto no sólo quiere decir “someterse a las normas gramaticales” sino, muy especialmente, expresarse adecuadamente a cada circunstancia”.

p. 48: “El estándar le permite dirigirse a cualquier hispanohablante, o a cualquier persona que haya aprendido español, sin problemas graves de comunicación. (…) Somos tan distintos en nuesgtro vocabulario como en todo lo demás, pero eso sólo representaría un problema si la diversidad nos impidiera entendernos unos con otros. De modo que cada cual utiliza las palabras que quiere, pero conviene que conozca también las que, aunque no sean propias, son generalmente aceptadas como estándar”.

(…) El estándar no es la consagración del hablar bien, es simplemente un acuerdo social más o menos tácito que permite entenderse perfectamente a personas de distintos orígenes nacionales, regionales y sociales: el vocabulario estándar no es de ningún sitio porque es de todos a la vez”.

p. 49: “hablar bien [es] saber adaptar nuestra lengua al contexto, también a nuestro interlocutor. (…) Y algo muy importante: que una palabra figure o no en el famoso diccionario académico no quiere decir nada: ni una palabra es “mejor” por figurar en él, ni “peor” (mucho menos “inexistente”) porque no se haya recogido en esos famosos volúmenes que tantísima atención pública merecen en cada nueva edición. Me parece patético que entre las noticias regionales de Navarra se incluya, como un triunfo de la Comunidad, que el término chistorra vaya a incorporarse al D[RAE] (…) o que se puedan escuchar cosas como: “ahora ya se puede usar la palabra gilipollas, porque está en el D[RAE]”. O que se discuta en los medios de comunicación si una palabra de uso corriente desde hace mucho tiempo “merece” o no ser aceptada por los académicos”.

p. 50: “Académicos, profesores, maestros, periodistas, incluso aficionados, claman (…) contra los errores del lenguaje que destruyen la lengua castellana (…). Normalmente tienen tanta razón como un santo… como un santo que condena a alguien a la hoguera por decir que la tierra es redonda, o que damos vueltas alrededor del sol, o que el ser humano ha evolucionado a partir de un antecesor común a nosotros y a los chimpancés. En otras palabras, no tienen razón. Sólo una concepción de la lengua estándar como propiedad exclusiva de alguna institución o algún otro ente semejante permite afirmar cosas parecidas.

¿De quién es la lengua? De quien la habla, no de una institución artificial, anticuada e innecesaria que actúa con criterios escasamente científicos”.

p. 51-2: [Claro que se cometen errores, pero qué significa esto] En estas palabras estamos en una fase de cambio, de evolución (… la lengua está siempre cambiando). No podemos saber en estos momentos si [previó y preveyó, posible y plausible, añado: impreso e imprimido] acabarán [de una manera o de otra o especializándose como sandwich y bocata, o…]. Dependerá del conjunto de hablantes lo que suceda con estas palabras. (…) [M]uchas de las aparentes incorrecciones son cambios en marcha y muchas de ellas tienen una clara utilidad  [tareas a realizar vs tareas que se deben de realizar, y similares] (…) De manera que la expresión, aunque sea nueva y esté calcada de otras lenguas, es útil y conveniente. Puede no sonar (…) bien, pero no puede decirse que “esa construcción no existe en español”, porque efectivamente existe y cada vez se usa más. (…) En general (…) cuantas más posibilidades de elección pueda tener el hablante para expresarse, tanto mejor para la lengua”.

Comentario: ¿De hecho, qué hacemos continuamente al usar el humor con la palabra, al aplicarle al lenguaje nuestra creatividad, COTIDIANAMENTE, tanto porque escribamos literatura, como al hablar (p.e., usando una palabra de un contexto formal en una situación informal, o perteneciente a un grupo humano, sea la gente pija o macarra…, o trasladando una frase lírica a una situación cotidiana…) por hacer sonreír a alguien? Lo grotesco de la RAE (Real Academia de la Lengua Española, aka Real Museo de la Palabra Muerta) es que pretende restringir, reprimir el rasgo más humano del lenguaje, el que en principio pensamos que no tiene parangón con ningún otro sistema de comunicación animal o vegetal: su estar vivo, en continuo cambio de acuerdo con cómo es la sociedad que lo habla y para qué lo usa (cada vez más variado por la creciente libertad de expresión y movimiento…

p. 54-5: “Recuerde que el eslogan de la Real Academia Española es “limpia, fija, y da esplendor”. Lo de fijar es peliagudo porque se puede entender de dos formas: “fijar lo que hay”, poner por escrito el uso real de los hablantes (que es lo único que existe); o bien “fijar para que no cambie”, que es como proclamar que hemos encontrado el elixir de la eterna juventud y castigar al que envejece. Podemos pensar que sería mejor seguir hablando latín, porque aún está generalizada esa idea de que hay lenguas más perfectas que otras, falsedad a la que volveremos enseguida. Pero no hablamos latín sino castellano y el de ahora no es el mismo que el de hace 500 años o el de hace mil o el de dentro de cien. Mi abuela decía cosas que ahora no dice nadie y mis hijos hablan un poco distinto que yo. Nos entendemos, que es lo importante (problemas generacionales aparete), de modo que no pasa nada: la lengua sigue sirviendo para lo que tiene que servir y los cambios son simplemente inevitables a menos que prefiramos un español muerto. (…)

El estándar es siempre una norma social. Ahora piense en otras normas de conducta social (…) “En los autobuses debe cederse el asiento a los sacerdotes” (…) Ya ni siquiera se espera que “los caballeros dejen pasar siempre delante a las damas” [añado: porque ahora todas las personas pueden ser amables con las demás, no sólo los varones con las mujeres]. Lo mismo sucede con el lenguaje, y cuando una norma ya no es válida socialmente, no hay institución que nos pueda obligar a someternos a ella.

En resumen: igual que en la conducta social, existen variedades más o menos formales de la lengua y normas lingüísticas sociales; no “académicas” necesariamente, ni “escolares” ni “gramaticales”: son los hablantes, en un proceso extraordinariamente complejo pero que se produce sin necesidad de ningún acuerdo previo, los que deciden qué formas de habla van a considerar más adecuadas para cada tipo de contexto, de situación”.

p. 57: “[M]i opinión sobre la conveniencia de que exista una Academia de la Lengua con autoridad legal es radicalmente negativa. (…) incluso me atrevería a decir que dicha institución es un peligro pra la adaptación de nuestra lengua a los cambios que afectan al mundo y, en consecuencia, también a las lenguas. Es necesario buscar otras vías de regulación de nuestra lengua estándar, igual que se lleva años intentando redactar diccionarios modernos del castellano que recojan la realidad de nuestro idioma”.

[Comentario: y añado la cuestión tan dañina que es que ahora que aquí la RAE no tiene credibilidad alguna (del mundo científico moderno) se está volcando en el continente americano, como la reina de Gran Bretaña gobernando en los territorios de su imperio, pretendiendo gobernar con su castellano las variedades del español en América. Es grotesco. Pero la pompa de su espectáculo seduce al grupo de personas del mundo de la cultura que es susceptible de ser seducido por esas normas del clasismo, de sentirse clase superior al pueblo llano, como aquí le pasa a quienes creen que la RAE tiene alguna autoridad, a pesar de cómo se demuestra continuamente, desde las ciencias modernas, su existencia anacrónica y grotesca, por autoritarismo/imperialismo.]

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Este tema es continuación de ¿Qué son las lenguas? – capítulo 2 (1) – Ir a Página Lecturas de Lingüística con posts

La sección “Vocabulario estándar” de este capítulo, de la 43 a la 49 está muy bien [saco citas en capítulo 2 (3)], y eso hace más dolorosa la falta de uso de una inteligencia feminista, que podría haber proporciona varios ejemplos a lo largo de este capítulo: ¿cómo es posible que el análisis y la acción noviolenta lenguaje feministas no hayan aportado nada relevante para este análisis? Es imposible. En este capítulo hay varios momentos en que sería relevante poner ejemplos del análisis feminista del lenguaje y de cómo este movimiento social ha transformado el lenguaje.

El análisis feminista del lenguaje no existe en nuestra mentalidad de por defecto y esto no se debe a la escasa relevancia del feminismo, precisamente. Basta analizar cómo se ha beneficiado el lenguaje estándar de la inclusión de las mujeres en los últimos 30 o 20 años (empezaron a dejar de reírse e insultar abiertamente ya en el siglo 21, aunque también entonces se produjo la patética reacción de que “hombre” era neutro, cuando nunca lo había sido; el ridículo hecho en palabras de “Me revienta/pone de los nervios -en lenguaje de “mujeres”- y Es ridículo el uso de -en lenguaje de “hombres”- las arrobas”! (ridículo a dos bandas: 1. la propuesta de nombrar a las mujeres no nos dice que haya que usar arrobas, 2. Por qué pone eso “de los nervios”?)

Basta ver con qué facilidad asimilamos palabras tan raras como DVD o ipod y cómo aunque se haya extendido el uso de, por ejemplo, femeninos que no son ridiculizantes como antes (p.e., en profesiones: ahora “presidenta” no es la esposa del presidente, alguien que sin haber tenido más mérito que el de enamorar al varón en cuestión se arroga estatus), consistentemente hacemos como que no ha pasado nada, cuando no directamente nos burlamos.

Más, la creatividad lingüística humana, tan abierta a préstamos e invenciones expresivas, ¿por qué sufre tal ceguera frente a los usos del lenguaje que pretenden incluir y conceptualizar mejor a personas de diferentes grupos cuya existencia ha sido borrada del lenguaje, o cuya existencia no ha tenido acceso al lenguaje? ¿Por qué se ven y asumen palabras que el mercado quiere que usemos y consistentemente se practica el no ver ni entender con palabras sensibles a la justicia social? ¿Cómo se va a analizar la estupidez y el no-carácter científico de instituciones (es lo único que son: paquidermos de la pompa) como la RAE sin incluir los hechos lingüísticos de la transformación hacia la justicia social, hacia el derecho a ser nombrada la existencia de quienes no tenían ni ese derecho? ¿Por qué en Lingüística no se va a tener en cuenta la realidad de transformación conceptual y nominal que nos conduce a un mundo mejor, menos violento e injusto? Y no digo en monográficos del tema, digo en el explicarse de cualquier otro tema de lingüística.

La gente de Lingüística tiene que incorporar los usos transformadores de la realidad hacia la justicia, porque además han hecho mella en el lenguaje. Hay que hacer un esfuerzo. No vale con dejar fuera el análisis feminista del lenguaje, pues el modo por defecto dista de incluir algo tan valioso e interesante y que desde luego ser neutro o científico: se convierte en una acción a favor de la perpetuación de la no existencia humana de las hembras humanas y en especial de ellas como pensadoras. De Saussure explicó bien lo de que el uso de la lengua es lo que importa, pero hay también que explicar el potencial transformador de las lenguas respecto a la propia realidad social, ese pre-uso que luego se vuelve uso común generándose una realidad social muy distinta (no sólo vamos a tener en cuenta las realidades del mercado, repito),  o que no y por qué, la dificultad que entraña construir un lenguaje que refleje que las personas son personas más allá del hecho del racismo, la misoginia, el nacionalismo, el clasismo…

El resto del capítulo (hasta la p. 59) también está muy bien (incluye “hablar bien y hablar mal”) y también se beneficiaría mucho si incorporara la inteligencia feminista.

(He seguido leyendo el libro, que a mí me parece maravilloso, y por ahora la crítica que hago aquí sólo me ha surgido con mucha claridad -quizá no haya dado con las palabras aún- en el capítulo 2.)

Siguiente post, citas: ¿Qué son las lenguas? – capítulo 2 (3)

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Tengo ganas. De que se acabe este año, tan lleno de cosas malas de salud y de visiones sobre las personas. Vivir, al final, sí es una fuente de conocimiento, si se quiere.

Da igual, claro. El tiempo es relativo. Esto lo entiendo muy bien, creo. Pero como un juego, así me tomo yo el yo simbólico, como juego, es bonito pensar que existen transiciones del tipo: final de un tiempo, inicio de otro periodo.

Yo, además, estoy resuelta a ser muy simbólica en estos tiempos, respecto al tiempo, porque en la primavera que viene tendré medio siglo de vida en este planeta, y eso hay que celebrarlo, sobre todo porque sin entender nada, aquí estoy, no puedo más que celebrar la vida superviviente.

Por otro lado, estoy pedo. Las drogas tienen su utilidad. Siempre las hemos necesitado. Y yo soy del grupo minoritario que no depende de ellas, pero que sí se beneficia de ellas. Bicha rara.

Quería decir, sobre todo, que he aprendido cosas sobre las personas, pero que este aprendizaje sólo sirve para acompañarte, sin más relevancia. He aprendido que la gente hace lo que puede, y dado el contexto esto es decir que hace pero sin aspirar a la luna. La amistad es ciertamente una belleza de la vida humana, y hay que aprovecharla, vivirla cuando se dé, que será en periodos o momentos, como todo lo demás salvo las cosas raras.

Las cosas raras tienen un salvoconducto.

 

 

 

Lo siento. Duele imaginar el mundo en tu inteligencia. Siglos después, tenemos más espacio para sobrevivir, y de éste podemos sacar algo para vivir, pero seguimos sin entender nada. Toda nuestra fe para lo que nos destruye.

Si yo comprendiera lo que es una medalla, supongo que te daría una a ti. Por suerte, soy de tu saga: no puedo imaginar que la vida necesite una escala de valores.

Siguen tomándose esto como agresión. Sigue predominando la incapacidad de comprensión. Pero, es cierto, tenemos más aire. Yo intento siempre tomar todo lo que me cabe, y más, por si se puede más.

En un documental, nos muestran su vida, con huerto ecológico, qué precioso es eso de trabajar con tus manos la tierra, y cultivar tus alimentos, ordenadores (¿podrán navegar?, no lo creo), alquileres de tierra a Codorniu (todo el mundo necesita dinero para vivir), otras fuentes de ingreso, incluidas estatales (!, en una sociedad laica), atención a gente discapacitada, talleres a gente que no pudo con la ESO (hombres y mujeres), y así… Y de paso mencionan un detallín: que al sitio de lectura y silencio y descanso no pueden entrar las mujeres. ¿Por qué?

Así es la relgión en el patriarcado: si el hombre tiene un problema, se castiga a la mujer, al fin y al cabo, ella debe de estar alegre por todo lo que recibe de los hombres.

Escucho en un programa llamado “Para todos La 2” (7 dic 2012) a un hombre incorporar el consumismo en su cosmos de comprensión (y animándonos a hacer lo mismo, claro) como un indicador de civilización, como algo que llevamos haciendo 200 años y que es parte de nuestra identidad.Hay que tener cero escrúpulos para decir esto. El ninguneo de quienes están abajo de este sistema ideológico, ya sin dudas, por mencionar algo. En su día, pensé “Hemos pasado de la dictadura al consumismo saltándonos la democracia”. Pues aquí está un detalle que así lo confirma.

Ya lo tenemos en la tele, la idea que debemos tragarnos.

No es un análisis, es un ejemplo de manipulación, al estilo de la que durante siglos han aplicado los hombres de la religión. En la que se apela a algo humano, en este caso, el deseo de expresar amor de las personas hacia otras personas queridas, para forzarnos a tragar algo que no se puede tragar: que debemos consumir y callar.

Añade el hombre, algo más inseguro al parecer porque repite continuamente una palabra clave, que el bombardeo al que se somete a la gente cuando se acercan las vacaciones de invierno es “legítimo”. Legítimo, legítimo, legítimo.

Los imbéciles de la propiedad, que se han quedado tontos de tanta ansia. Los imbéciles, que no se dan cuenta de que disponemos de mucha información y también de inteligencia para ubicarnos.

Que siga la gente juntándose en la calle y analizando.

Capítulo 1 – Ir a Página Lecturas de Lingüística con posts

Capítulo 2

Los términos “lenguas, dialectos, idiomas, hablas, jergas…” son sobre todo términos sociales o políticos y no lingüísticos. ‘Dialecto’ y ‘jergas’ se han usado (para establecer jerarquías de validez, es decir, se han usado) peyorativamente. Por esto ahora más bien hablamos de variantes.

“¿Por qué los estatutos de autonomía de Valencia y Baleares hablan de las lenguas valenciana y balear, y no de la lengua catalana? Los baleares son ajenos a la discusión valencianista sobre los orígenes de su habla, pero se ha evitado el término lingüisticamente correcto “catalán”, para no dar la impresión de que las Baleares son, o hayan sido, o puedan ser, “países catalanes”.

La confusión, por lo general intencionalda, de nación y lengua tiene la culpa [es responsable] de casi todo esto.”

“ya no se habla de dialectos, jergas y todo eso, sino de variantes diatópicas (por lugar) y variantes diastráticas (por grupo social), así como de lenguajes especiales (jergas).

[No me gusta el ejemplo humorístico de p. 35 porque no diríamos “literatura en variantes diatópicas castellanas” para nombrar la literatura extremeña, murciana, canaria o andaluza. Se dice, que yo sepa, Literatura gallega, y otra, Literatura en gallego, etc. Y en general se habla de “variantes” de las lenguas, ¿no?]

Lenguaje (humano): “capacidad que poseemos los seres humanos [las personas] para hacer ciertas cosas por medio de una serie de señales sonoras o visuales.”

Lengua: lo que todo el mundo entiende por lengua. “Una lengua es un consenso social.

“Algo fundamental es que toda lengua existe solamente en la diversidad: variantes sociales, regionales, de edad, sexo (ahora se suele decir “género” – [?? no suena bien: al margen de lo que pueda entenderse de esto, que es sólo una cosa, está la realidad, además. El análisis con inteligencia feminista también es científico y como tal, requiere la creación de terminología adecuada. Usarse esos términos fuera de contexto o sin explicación no genera más interpretación que la que se impone que tiene relación con negarse a atender a los análisis feministas])

“Más adelante nos enfrentaremos a la cuestión de la diversidad y cómo podemos someterla [abordarla] científicamente”.

Lengua estándar: “Es lo que se enseña a los extranjeros, normalmente también lo que se aprende en las escuelas. La inmensa mayoría de los textos escritos* está en el estándar y es la forma de lengua que se utiliza pra dar conferencias y clases, en debates políticos y otros muchos ámbitos.” [¿Y por qué no incluir ya los estándares orales, ya que operan hegemónicamente y eso se podría evitar, para dejar de reproducir malas ideas. PIenso en el caso de gente que trabaja en canales nacionales y tiene en su español un acento andaluz o canario que pueden hacer estándar andaluz o canario culto, pongamos, una presentadora canaria trabajando en la tele nacional: ¿por qué tiene que imitar el acento castellano? El acento andaluz o canario no implica menos cultura o control del español. Los acentos distintos al español castellano tienen que ser disimulados forzando a la gente a adoptar el “acento español” según la Real Academia de la Palabra Muerta y sus secuaces? Uno de los autoritarismos lingüísticos más acatados por el público, a quien si se lo planteas te dicen que “hombre, es normal que…!”]

* …

“Pero hay bastante gente que en el ámbito privado puede usar otras formas de la “lengua española”. Por ejemplo, pueden expresarse en lo que podemos llamar “ganadino cerrado”, o sea el dialecto o variante diatópica de Granada. En ello no hay absolutamente nada de “incorrecto”: las cosas son así, y ya está.”

“Hasta los samoanos tienen una forma de hablar “culta” [socialmente consensuada como común, compartida], socialmente reconocida, y otra más coloquial.”

El estándar no es otra cosa que la forma de lengua socialmente aceptada com la más adecuada para los contextos formales de uso.” p. 38

“Normalmente, el estándar es tan fuerte que va eliminando poco a poco los dialectos.”

¿Quiere esto decir que todo el mundo que utiliza el estándar habla igual? ¡No, en absoluto! Un problema en la concepción no lingúistica de las lenguas es precisamente el pensar que hay una sola forma correcta y que el resto es dialecto (en sentido peyorativo) o puro y simple “hablar mal”. No es sólo ni principalmente culpa de la gente de la calle, desde luego, porque esta idea ha sido la oficialmente predominante durante emucho tiepo y se ha visto favorecida hasta por las instituciones: las academias de la lengua, que deciden de manera artificial [violenta; que pretenden imponer haciendo uso no de argumentos sino de mala saña] lo que está bien y lo que está mal (…) Problemas causados por enfoques ya antiguos y anticuados de la lengua pero que seguimos inclulcando a la gente… ¡incluso algunos lingüistas!”

Resumiendo: Hablar distinto no es necesariamente hablar mal. Necesariamente tenemos que hablar distinto según con quién y dónde estemos o qué tengamos que hacer con el lenguaje. Mis ejemplos: utilizar el lenguaje epistolar en un sms es de ignorantes no ya de pedantes, como también utilizar lenguaje formal de textos escritos en una situación de comunicación de la vida más cotidiana, de hecho, eso se hace en humor para hacer reír.

“Lo cierto es que “estándar” no es exactamente lo mismo que “lengua normativa. (…) El estándar, por su misma naturaleza, admite diferencias. Normalmente no en la ortografía, que es fija: español, alemán, italiano, neerlandés, ruso, checo, griego… tienen una ortografía única para todos los que quieran usar el estándar. [Esto no incluye la vida real nueva que tenemos: la comunicación oral escrita, por escrito, como en chats, sms, foros… Es decir, antes (¡y no ahora, necesariamente! si aceptamos la existencia de otros lenguajes escritos, los orales!) el lenguaje escrito estaba vinculado a las élites que lo usaban casi exclusivamente para textos formales, de análisis, legislación, y similares. Hoy en día, nos comunicamos por escrito a niveles íntimos e informales y también teniendo en cuenta el medio de comunicación que usamos, por lo que los usos del lenguaje oral se han ampliado en número y naturaleza.]

??: “en Inglaterra se usan ciertas formas que son distintas a las habituales en los Estados Unidos, situación cuyos orígenes están en la idependencia de la nación: al ser otro país tenían que tener otra lengua… y empezaron por la ortografía” O no lo entiendo, o disiento: a mi modo de ver, partieron de lo mismo, como quienes en América habían sido forzadas y forzados a sólo hablar español, y ocurrió algo que yo entiendo ocurre en la evolución de las lenguas, pero quizá me equivoque: que la lengua en su lugar de origen evoluciona más rápido, o cambia más a lo largo del tiempo respecto a su propia estructura, que la lengua que después ha sido adoptada en un lugar. Me baso en la idea de que el inglés estadounidense será más moderno en las palabras acuñadas y su cantidad, refiriéndome a neologismos, pero sintáctica y morfológicamente y también en ortografía es más fiel a cómo era el inglés británico hace muchos años, es decir, tarda más en evolucionar en eso. Así, por ejemplo, nos encontramos cosas en inglés estadounidense y en español en las Américas que a la gente de Gran Bretaña, o bueno, Inglaterra, y de España, le suenan de un español más antiguo. (sin embargo, al tiempo, esas variantes americanas de ambos idiomas se nutren de las lenguas y culturas de su zona, claro, y por eso mismo hay varios estándares de cada lengua, pienso, porque no se puede ignorar el hecho geosocial, o como se llame). Cro-que-tando: que el dicho de lo de la lengua y el ejército aquí, en esto, no lo veo…

Un estándar admite variaciones porque es una norma fundamentalmente implícita, no impuesta por ninguna autoridad externa a la dinámica de la lengua misma.”

“En todo estándar hay variación. En primer lugar, (…) pronunciación. (…) El problema puede empezar cuando se trata de gramática. Sin embargo, el estándar lo único que hace es reconocer las formas socialmente aceptadas. Argentinos, uruguayos o chilenos se expresan en el estándar español (…) aunque usen el voseo y formas especiales del verbo que no existen en España u otros lugares de América. Un “leísta” (“yo le vi”) es tan estándar como un “loísta” (“yo lo vi”), y así sucesivamente. Si un hablante de otra lengua aprende español en Latinoamérica las cosas serán distintas que si lo aprende en España.”

“El inglés nos ofrece quizá el ejemplo más radical. (… Pigmalión, de Shaw) en inglés estándar normativo [y eso sin Real Museo de la Palabra Muerta, pero eso sí, con patriarcas que usan el lenguaje como manda la tradición, para establecer clases sociales y repartir lugares en la historia] británico único e invariable era la señal de cultura por antonomasia.” [Pero en la web de la British Library te dicen qué porcentaje de la población habla el Received Pronunciation: el 2% de la población… Sin embargo aquí, los soldados del Real Museo Muerto pueblan los periódicos, las “discusiones”, etc., sin dejar, con sus autoritarismo socarrón, espacio para ninguna presentación o discusión de más ideas, todo por defender a los amos o por un sillón en la Academia Asesina de la Lengua]

“Desgraciadamente, las tradiciones tardan en morir y la visión prelingüística del estándar/lengua normativa como obelisco inmutable, intocable y único sigue perdurando; a veces incluso causa ciertos problemas psicológicos a los hablantes de estándar que utilizan una variante regional, pues se ven a sí mismos como “incorrectos” [Claro, porque para eso existe la Academia Autoritaria; el empeño en dejar fuera a las mujeres es el caso más claro de que usan el lenguaje para crear clases, méritos, respeto a autoridades, o todo lo contrario hacia el resto, el “pueblo llano” del que ahora dependen para defenderles (pues gracias al desarrollo científico en las áreas de conocimiento, en nuestro caso, la lingüística, ya es difícil que ocupen un lugar relevante) y al que siempre han despreciado ostensiblemente. Misóginos, homofóbicos, racistas, clasistas… Es anacrónico que sigan por aquí. Habría que reunir todo lo que han hecho para impedir que la situación de las mujeres, al fin, promocionada, no se reflejara en el lenguaje.]

“Y es que el estándar es un compromiso implícito entre los hablantes y cambia cuando ellos así lo deciden al admitir como estándar formas que antes estaban socialmente estigmatizadas. Y ninguna academia de ninguna lengua puede hacer nada por evitarlo (…) es cuestión de aceptación social, no de imposición externa de normas artificiales” [pero no diría yo (o únicamente) artificiales, son del poder; el poder ha usado siempre el lenguaje para crear la sociedad también. por eso nos impidió acceder a la cultura, la propiedad, los viajes y el uso “legítimo” de la violencia, y desde luego, mucho más, figurar en ella].

“En épocas más recientes se han creado otros estándares: el finés, el eslovaco, el griego (tienen 2), el noruego (ídem), el hebreo, el samoano y muchas lenguas que no contaban con una tradición escrita reciente. Dicho sea de paso, quienes critican el euskara batua o vasco estándar por ser artificial tendrían que echar un vistazo a la historia: prácticamente todas las lenguas estándar son tan artificiales como esta forma ahora oficial de la lengua vasca. (…) Por naturaleza, el estándar es artificial, no corresponde exactamente al habla de ninguna región concreta (el castellano no es de “Valladolid”, por ejemplo).” …

Vocabulario estándar p. 43 – sigue en los comentarios posteados en este tema.

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de Enrique Bernárdez (1999) – Ir a Página Lecturas de Lingüística con posts

SUBRAYADOS Y APUNTES EN EL LIBRO

¿Qué es una lengua? (pp. 25-26)
“las lenguas humanas, pese a sus enormes diferencias entre sí, son esencialmente variantes de la misma cosa, igual que todos los seres humanos somos” “variantes de” “una misma especie”.

La lengua: un dialecto con ejército (pp. 30-31)
“algo es “una lengua” por motivos sociales y políticos, no lingüísticos. Y aquí vuelve a aparecer un problema: los lingüistas utilizamos el término lengua en forma muy diferente a cómo lo usa la mayoría”.
“Que catalán central y valenciano son dos lenguas es una cuestión puramente política, no lingüística. Si se decide que inglés estándar norteamericano y ebónico son dos lenguas distintas, se hará igualmente con criterios políticos y tendrá consecuencias político-económicas: por ejemplo, que para garantizar el aprendizaje del inglés estándar por los niños afroamericanos habrá que dotar de fondos adicionales a las escuelas y otorgar formación, consideración y paga especiales a los maestros encargados. El tema está claro: ¿quién decide? No una comisión de lingüistas, sino el Senado de los Estados Unidos, una institución política.”

(Nota mía: ese hecho de la realidad del poder (la política concebida por poder) no implica (¿o sí?) que equipos interdisciplinares que incluyeran a lingüistas necesariamente, en especial a gente de lingüística que comprende el papel condicionante que tiene el lenguaje a la hora de que se conciban ideas y relaciones, estuvieran óptimamente capacitados para decidir cuestiones políticas relacionadas con el lenguaje. Es decir, el único motivo que racionalmente (racionalidad empática y no la patriarcal, tan anacrónica realmente para el conocimiento de que somos capaces ya) pueda existir para ignorar los análisis de la gente dedicada a la ciencia del lenguaje sería que ésta siguiera ciega a todo lo que se puede descubrir con una mirada más libre, y que siempre es lo que tiene que ver con las revoluciones/transformaciones sociales, sobre todo, las feministas).

“En Indonesia se hablan muchas lenguas pero la oficial es el indonesio, el bahasa Indonesia o “lengua de Indonesia”, derivada del malayo hablado en Malasia y Singapur. ¿Son dos lenguas distintas? El siglo pasado por estas fechas no había duda: eran, efectivamente, la misma. Hoy día hay ciertas diferencias en todos los aspectos, desde el vocabulario a la pronunciación y la gramática, en parte porque muchos neologismo del indonesio proceden del neerlandés mientras que en malayo se derivan del inglés. Lo cierto, sin embargo, es que quien entiende una entiende la otra prácticamente sin ningún esfuerzo.”

(Como pasó con el serbocroata tras las guerras en los Balcanes a la muerte del dictador Tito: ahora el serbio, y el croata, y no es sólo político en el momento en que las fronteras contribuyen a desarrollos de las lenguas independientes y por tanto, con un alto porcentaje de posibilidades de que vayan desarrollando diferencias, sin saberse hasta qué punto, ¿hasta el punto de no entenderse sin dificultad?

Una cuestión aquí: esto podría tener relación con la vergüenza que me da a mí (superada finalmente la no transición que tuvimos y la dictadura y sus destructivas políticas con las lenguas), hablante de español castellano, llamar a la lengua que hablo (no a la variante que hablo) “castellano”, pues “español” es a mi modo de ver, una lengua hablada por diferentes comunidades y pueblos, y éstas y éstos serán también variantes de esa lengua común que compartimos. Así, si estoy en Catalunya, tenderé a adaptarme a emplear el término que se considera aceptable al nombrar ‘español’, y que es ‘castellano’, sin embargo, en Catalunya hablan español catalán (como en Andalucía hablan español andaluz, o en Galicia, español gallego: todas “español” pero todas con sus rasgos culturales distintivos plasmados en la lengua), digamos, ese estándar y no español castellano, pienso. En el ámbito internacional, sin embargo, mantengo el uso de “español” para nombrar la lengua que hablo yo al margen de la variante de esta lengua que yo emplee. Igual que llamo “inglés” a las variantes de esta lengua en Canadá, Gran Bretaña, Sudáfrica, India, Estados Unidos…

Y sobre entenderse sin esfuerzo: ¿cómo establecer el grado de esto? Según me consta a mí, la gente de habla portuguesa comprende bastante el español y que la gente hispanohablante no parece comprender nada el portugués, aunque de hecho se escuche que “se entiende bien”.)

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Ayer vimos una buena peli, aunque el prota era un psicópata, por lo bien que actuaban la prota y los dos protas, y por la historia, quizá. Empezaba mal y me lo perdí. Siempre se me ocurren tareas urgentes en ciertos momentos televisivos. Realmente estoy muy saturada de violencia. Es como un rechazo instintivo y viejo. Una insumisión general. Pero volví a la peli: al menos tuvieron la delicadeza o la inteligencia de no hacer a una mujer picadillo, como en las pelis de psicopátas, que rechazo o me rebotan por eso. Mataba(n) a cuchilladas a un hombre, corrupto, claro, en el patriarcado las muertes de los hombres tienen sus sentidos relevantes. No como las de las mujeres. El caso es que hoy estábamos de zafarrancho y al sacar el paquete de detergente para lavar la ropa, vi que podía echar lo que quedaba en el nuevo y me puse a ello, sabiendo que tendría luego que meter la mano para intentar arrancar los cachotes de detergentes como petrificados, las rocas jabonosas, y que te duelen las uñas porque cuesta, y por eso al final, tiras la caja de cartón con detergente en el fondo, como para unos dos lavados, medio mes de ropa sucia. El caso: justo antes de meter la mano lo vi como un rayo. Abrí la caja nueva, volteé la vieja sobre ella y lancé cuchilladas sobre el fondo. Se desprendió todo el jabón y luego sólo tuve que deshacer las rocas jabonosas. Nada de dolor bajo las uñas. Lo que se aprende de la tele…

Seguro que la estampa de una mujer acuchillando el fondo de una caja de cartón para que se suelte el montón de detergente adherido y como petrificado (porque le da vergüenza tirarla tal cual, porque le da vergüenza la sociedad de consumo con su pornografía de lo que es basura) da más miedo que la de un psicópata haciendo su nauseabunda función misógina siglo tras siglo en el patriarcado.

 

29 sept. 2012, Graus, Huesca

100 Thousand Poets for Change – Huesca

 

Modificado

No sé si tú analizarías, si vivieras ahora, lo que analizaste cuando lo analizaste, tan bien visto todo (salvo en el no ver a las mujeres como personas, como trabajadoras, pero quién las había visto más que un grupo bien pequeño de personas), porque todo era la industria, no? Pero pienso que no, que, encerrado en la biblioteca, con la suerte de poder dedicarte a pensar y a analizar y a escribir por tu inteligencia y también por tu colchón económico, no habrías podido llamar a los elementos como aún siguen llamándolos porque tú así los llamaste (como quien corta el cordero en tres para asarlo y no sabe por qué y resulta que antes se hacía porque no cabía en el horno), ahora que el feminismo ha calado algo más, que la guerra ha incorporado Todo masivamente, que existe internet y la mayoría de los trabajos son paro y servicios, y “los obreros”, bueno, tienen tele, coche, casa desde hace ya varias décadas, y sus hijos e hijas tienen acceso a internet y móviles asombrosos, y las fábricas tienen a cuatro gatos, literalmente, vestidos de blanco, porque todo está automatizado… Bueno, y la mayoría de los obreros y las obreras que viven en países lejanos a donde van los objetos que producen, en el sur del planeta, no sé si así les llamarías, obrer@s, a mí se me parece más a esclavitud…

Bueno, también siento no haberte leído, es pesado para mi cabeza autodidacta y necesitaría profe, pero eso, lo que pudiste influir está en el aire de la cultura que respiramos,* ha ayudado a formar el pensamiento moderno, pienso, algo quizá más fiel a lo que pretendías que lo que se hizo interpretándote en las políticas de los partidos políticos.

Disculpa mi ignorancia. Me mueven estas grandes sospechas y me hubiera gustado preguntarte, eso sí, si personalmente fueras un hombre capaz de no temer el cambiar de idea sobre algo, al aprender más cosas.

*Fíjate, tenemos en la sangre esto:  “¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades!” Una bellísima idea.

  • Porque no soy creyente, no creo que haya cosas “sagradas”, ni intentaría llevar a las masas a la acción por tocar su fibra espiritual o religiosa, eso me daría mucha vergüenza y políticamente me parece efectivo pero no revolucionario, transformador de raíz.
  • Porque no soy nacionalista, mi respeto por las identidades colectivas vive al margen del mundo geopolíticomilitar de las naciones; además, todo nacionalismo requiere un ejército, como el noviolento gandhiano, considerando “ejército” al grupo de personas que sigue ciegamente (y siendo capaz de ver la diferencia entre ejércitos, y “ejércitos” noviolentos, como la veo también entre ejércitos y guerrillas sociales).
  • Porque no soy clasista, y no me parece sana la idea de Héroe, Mártir y sacrificio.
  • Porque no apoyo el Sistema patriarcal: soy autocrítica con mi machismo cultural y tengo mejor idea que Gandhi (más evolucionada) sobre lo de que los fines son los medios.

¿Cómo se puede ser pacifista si no se es gandhiana?

Basta dejar de pensar en el pacifismo desde la Razón patriarcal, esto: como movimiento de hombres que se niegan a ir a la guerra (sin incorporar la crítica feminista: nunca mencionando que también se niegan a violar; porque sólo piensan en las mujeres para que se nieguen a pedir la igualdad sobre ingreso en los ejércitos) o como movimiento de madres (patriarcales) que piden la paz porque ellas dan la vida (las mujeres son personas con una mente humana, y no necesariamente madres y se puede pedir porque entiendes que los problemas se resuelven mejor a través de soluciones noviolentas). Es muy positivo que haya hombres patriarcales que hablen de lucha noviolenta, y madres patriarcales que les recuerden a todos que es mejor la vida que la muerte, pero… ¡hay más mundo, y estas personas no ayudan a que se vea, no lo necesitan, porque no tienen dudas!

El pacifismo político feminista existe pero no se ve (¡casi no lo vemos quienes lo estamos haciendo!, aunque sí sabemos algo de a qué nos enfrentamos para ser visibles), por más evidente que sea, por las limitaciones de no tener suficiente valor y honestidad como para hacerse la autocrítica en lo que tenemos de transmisores del Sistema, porque en el fondo, mucha gente, no cree que otro mundo, fuera del patriarcado, sea posible, sólo saben construir identidad como dios manda, en contra de un oponente.

Aclaración

Estudié y aprendí de Gandhi, tomé lo que me sirvió, pero como es lógico, estoy más r-evolucionada porque comprendo algo más que él no comprendió, el respeto a todas las personas, aunque sean mujeres.

La dificultad para verlo es que los grupos antimilitaristas escupen fuera a las feministas, y que los grupos pacifistas son percibidos como gente mística, espiritual, donde, por ejemplo, ¡nunca iría una anarquista feminista pacfista! Pero la mayor dificultad es lo profundamente que llevamos el patriarcado en la mente, que nos impide ver a las personas mujeres, como seres pensantes, ejerciendo política, es decir, implicación en la construcción social. Esa mente patriarcal que nos hace odiar el feminismo (odio que no es hecho individual, sino sello de cómo de hondo se está asimiladx al Sistema, odiar la única herramienta que ha podido atacar a la raíz patriarcal, al padre de todos los subsistemas que nos machacan.

Lo más jodido del análisis feminista es que es un espejo de cosas que no queremos ver porque pensamos que somos por ser individuxs. Nos falta inteligencia para comprender a fondo. Y desde aquí, lo evidente: que la lucha pacifista no se hace en un frente sino desde adentro. Esto produce desconfianza o risa, porque no se entiende.

Pondré algunos ejemplos.

Evolución: cita de Charlotte Perkins (p. 273 de su autobio en inglés), evolucionada por mí (cambiar “mujeres” por “hombres”; más traducción actualizada también):

“Cuando los hombres logren saber crecer, lograrán ser más justos en sus evaluaciones”.

Original: “When women men really grow up they will be more fair-minded” Charlotte Perkins.

¿Cómo pueden los “hombres” liberarse? Aprendiendo a abandonar la posición que les esclaviza: el egocentrismo.

El egocentrismo patriarcal implica una identidad específica: ser “hombre”, y saberse (creerse) la razón (la Razón patriarcal, la única inteligencia posible) sobre todas las formas de vida, incluidas personas que no se sometan al Sistema. Nacer “hombre” implica partir de esta perspectiva, que siempre es jerárquica (Sistema) porque siempre hay otro ser humano por debajo, que de entrada siempre son las “mujeres”. Y esa identidad, el patrón de esa identidad, se puede rastrear en todos los sub-sistemas patriarcales, todos sustentados por los mismos valores de violencia.

(Combatir el Sistema es revisar el propio egocentrismo, y no decirle a las personas menos marcadas por ese tipo de egocentrismo lo que tienen que hacer.)

 

Si bien hay mucho a lo que atender del feminismo de la igualdad y del feminismo de la diferencia, como feminista quisiera exponer por qué no me considero una feminista de la igualdad o de la diferencia.

Está el plano teórico y el de la vida práctica. Al no ser yo una estudiosa del feminismo, abriendo este tema sí me alegraría recibir alguna aportación al respecto. En lo que respecto al plano de la vida práctica…

La cuestión de la igualdad de derechos y la cuestión de identificar del ser mujer con el mundo simbólico de la madre (con su capacidad de gestar) no me parecen aproximaciones pensantes transformadoras de un mundo regido radicalmente por el sistema sexo-género patriarcal, un sistema, por su parte, que ignora la naturaleza humana y en general del mundo animal, y haciéndonos creer que está basado en hechos biológicos.

Los derechos se establecen desde una ideología, y al estar tratándose en el marco del sistema patriarcal, los derechos humanos se conciben desde el patriarcado. Da igual que las ideas que han ido más allá nos digan que todas las personas de la especie deben no ser objeto de comportamientos abusivos; en el marco del feminismo de la igualdad se acepta que lograr unas cosas implica dejar otras cosas, se aceptan, como en política (y por eso la política no parece un lugar bueno para el activismo social, al menos coherente), el mundo de prioridades que se establece en función de lo que la ideología patriarcal pueden asimilar, y curiosamente, a esta ideología se le da muy mal entender que las mujeres son seres humanos y que deben ser ellas las que decidan si quieren o no ser madres, o cuando, cómo y con quién.

El feminismo de la diferencia desea construir un mundo simbólico para “las mujeres” puesto que ellas han sido, como en el lenguaje y por tanto en la cultura patriarcal, omitidas como personas con una mente humana, y no tienen nada, como personas, sólo como mujeres, y como mujeres son, patriarcalmente, inferiores a los hombres, que sí pueden ser personas, además de personas-hombre. Esto ciertamente lo echamos de menos. Yo misma el otro día, al escribir un poema (y por poner un ejemplo) “me inventé” a Sírsifa, condenada a subir eternamente una piedra. Sin embargo, desde mi punto de vista, cualquier idea que dé a la constitución biológica una explicación sobre lo que somos las personas, nuestros grupos, es peligrosa y tiene necesariamente que ser injusta con alguien, pues en la naturaleza hay todo tipo de posibilidades de constitución biológica, y en una especie con imaginación, sobre todo y además, la constitución biológica no es tan determinante para la vida humana como la mente humana: la imaginación, la cabeza-corazón, pues en la mente nacen los pensamientos y los sentimientos, el lenguaje, las relaciones. Así, si biológicamente sólo las personas con útero pueden gestar a otra persona en su cuerpo, humanamente (desde la inteligencia humana), desear gestar, por no decir todo hecho que pudiera vincularse a la gestación, es algo que puede sentir cualquier mente humana. Así, si hay personas con un deseo de cuidar a pequeñas personas, lo que esto pueda tener que ver con la biología es ciertamente insignificante frente a querer hacerlo, desear hacerlo como persona que utiliza su mente humana.

La imaginación al poder” (como “la libertad sexual”, por cierto) es una idea que no se ha podido asimilar aún. Como personas con una mente humana (puede verse en el día a día), la biología juega un papel no fundamental en el tipo de vida que desarrollamos. Lo que desarrolla un papel fundamental es la ideología patriarcal y su sistema sexo-género. Si bien esta cultura determina profundamente no sólo nuestras relaciones sociales, nuestras sociedades, sino también nuestras relaciones íntimas y la constitución de nuestras personalidades o formas de ser, estar y actuar, tendríamos que saber con claridad, que esto que determina no es la biología, sino la cultura (p.e. ¿qué hay de biológico en querer cierta marca de ropa, en mirarse al espejo, escribir poemas, en darle la mitad de bocadillo a otra persona que no volverás a ver cuando pasas hambre?, ¿qué hay de la biología del sistema sexo-género en estos deseos?), y que como especie tenemos mucho más potencial, el potencial de trascender esos papeles patriarcales para desarrollarnos como civilizaciones inteligentes, con personas libres del mundo de identidades que nos han convertido en una especie tan violenta, tan confiada aún en que la solución a los problemas pasa por la violencia, en lugar de por el mejor uso de este tesoro que es la inteligencia humana, capaz de empatizar con sufrimientos ajenos y de colaborar para el bien común de cada grupo que decida constituirse como tal.

Cuanto más ahondamos en lo que es el Sistema patriarcal, más claro se ve cómo éste ha usado la biología, el miedo a la muerte, y el miedo a la carencia para desarrollarnos como sociedades violentas. El genio del sistema no ha sido aplicar la tortura y el asesinato únicamente: ha sabido convertir en violencia todo lo que toca, el lenguaje, el silencio, los sentimientos, las estructuras…

Por eso, desde aquí entiendo el eslógan que usamos en esta época, “La revolución será feminista o no será“. No podemos acceder al cambio profundo de las sociedades que creamos en nuestra interacción (sería bueno que la mayoría entendiese que el sistema de violencias patriarcal no se sustenta sólo por la ejerción de la violencia física, sino también por los silencios de las mayorías, o por sus acciones directas violentas masivas, por ejemplo) sin aprender a ver desde otro punto de vista lo que somos. Y viéndolo, si se tiene el valor de verse, hará falta más, hará falta más: autotransformación. No hay revolución social sin la transformación de la mente individual.

Se empieza a saber ahora que formaciones tan perfectas en tantos sentidos como la forma V del vuelo de las aves, por ejemplo, no responden a un plan global de la especie, ni a que sigan a un líder (mentalidad patriarcal). Responden a unas pocas pautas que sigue cada ser individualmente (el gráfico que adjunto, de la red, es un pequeño ejemplo, pienso, de lo que hacen, pero para la especie humana!). Sin embargo, crean un conjunto eficaz, armónico y bello! (esto último ¿lo notamos sólo nosotrxs?). Como especie humana podemos combinarlo todo, porque tenemos imaginación, pero tiene que acelerarse el proceso de comprensión más inteligente de cómo sobrevivir y vivir en el planeta, y éste no puede ignorar la necesidad de convivir.