Ciertamente, hay algo que se pierde. Se pierde ese tipo de información que podría evitarle un dolor a alguien (pongamos la muerte), o que podría ayudar a protegerte de una persona mezquina. Pero si consideramos el resto de funciones del cotilleo, y el tiempo dedicado a ellas, la proporción de tiempo en nuestras vidas, el empecinado encabronamiento, siempre en crescendo, el linchamiento moral, cómo va a merecer la pena.
El cotilleo acompaña, pero acompaña en la miserias humanas reproduciéndolas.
No participes en las redes del cotilleo. Usa tu tiempo para construir la utopía en la medida de tus posibilidades. Cuesta más esfuerzo, contiene menos certezas, puede dar más soledad, pero el proceso es una elección que has hecho, y ya sólo liberándote de esclavitudes, creces, y si tienes suerte, puedes encontrar lo que siempre te dicen que no existe.