Llego 10 años después de haberme comprado el libro, pero llego al fin, y tras leer el primer capítulo “Qué es la contra-sexualidad” (pp. 17-28) veo con alegría que ciertamente muchos caminos llevan aideas liberadoras, que se pueden trabajar los temas de la opresión, la represión, la persecución, la explotación y los atentados a la identidad de muchas formas y desde muchas perspectivas. Entiendo lo que dice (al menos eso creo!), comparto muchas cosas (yo uso otras palabras, por ejemplo, no llamo “tecnología” a la “ejecución del sistema ideológico patriarcal” pero entiendo qué critica y lo comparto (si bien, sospecho que tendría preguntas sobre la materialidad –por llamarlo de alguna manera- de los conceptos) y tendría tres áreas de preguntas o críticas a plantear, también. Entiendo que es un manifiesto (llamada a la acción y oferta de pautas orientadoras), y una ventana de aire fresco para el trabajo intelectual, tan tarado por la universidad española, con su fobia a vincular vida y trabajo intelectual, como si el desarrollo de nuestra inteligencia no pudiera nunca ser para aprender a vivir mejor, creciendo. (Se me ha borrado el cacho que añadí aquí, en fin, grrr, por no haberlo hecho en el word.)
Las tres áreas de crítica las anoto rápidamente aquí para poder seguir leyendo, por si se aclaran luego, aunque me temo que no ocurrirá nada en el sentido de que dejara mi crítica sin valor dialógico.
1. Falta un tema vital en la crítica al sistema, y supongo que es por algo, pero aún no lo sé. Por otro lado, quizá sea sólo por falta de visión, pues el patriarcado lo ha borrado hondamente de nuestras consciencias. Cito un párrafo que introduce el análisis y añado lo que pienso que faltaría, esa otra área (que se podría optar por no analizar, pero… ¿por no ni nombrar?) “La contra-sexualidad afirma que el deseo, la excitación sexual y el orgasmo no son sino los productos retrospectivos de cierta tecnología sexual que identifica [uno] los órganos reproductivos como órganos sexuales, en detrimento de la sexualización de la totalidad del cuerpo” [y dos, que un arma fundamental del sistema patriarcal para la dominación, la forma de tortura llamada violación, es fuente de placer sexual para el Hombre.]
2. El área del lenguaje pienso que no es comprendida con suficiente profundidad. Esto lo sentí también al leer a la brillante pensadora Cordelia Fine. Ha leído a Austin o a quienes lo han leído e interpretado a su manera, pero sospecho por cosas que escribe de la p. 23 a la 25 que su idea del lenguaje es menos profunda que la mía, es decir, que hay espacio para ahondar y reubicar. Por ejemplo, “nombrar” no es sólo “variar la palabra”. Puede serlo (hay quienes dice “compañeras y compañeros” y son machistas), pero puede no serlo también, y además hay miles de grados. Porque hay muchas realidades. Si imaginamos una sociedad no patriarcal, no heteronormativa, ni misógina, ni machista, ni homofóbica, igual encontraremos personas parlantes (como las llama, y me río de pura coincidencia, e identificación, a pesar de que me consta de que hay personas poco parlantes!! –es broma!) con pene y con vagina que se atraigan y usen esas partes del cuerpo también para relacionarse sexualmente (en busca del placer), no sólo para reproducirse. Likewise, “amor” patriarcal no existirá, pero se dará una emoción humana, o unas emociones humanas relacionadas con la pasión y la empatía, la solidaridad, la cercanía, las ganas de estar cerca de esas personas. Bueno, en esta parte del lenguaje hay más cosas, como ¿no tiene materialidad el pensamiento, las ideas? Porque queda fuera, inexistente, y lo cierto es que cuenta bastante en los sistemas. Pero quiero leer más antes.
3. El área de análisis del sadomasoquismo. Si se entiende como metáfora, como acción directa revienta sistema, digamos, es eso: puro arte, puro activismo, no tengo problema. Pero yo sospecho del sadomasoquismo (pp. 26-28) y se me ocurre varias preguntas. Por ejemplo, “Las prácticas S&M, así como la creación de pactos contractuales que regulan los roles de sumisión y dominación, han hecho manifiestas las estructuras eróticas de poder sub-yacentes al contrato que la heterosexualidad ha impuesto como natural.” Vale, interesante, nada que objetar. “Por ejemplo, si el papel de la mujer en el hogar, casada y sumisa, se reinterpreta constatemente en el contrato S&M, es porque el rol tradicional “mujer casada” supone un grado extremo de sumisión una esclavitud a tiempo completo y para toda la vida.” OK, ¿y? ¿Y eso implica que el sadomasoquismo es “bueno”? Una vez identificada/vivida la experiencia de liberación, ¿qué pasa con el S&M? ¿Y no es un tanto irreal (falso) no hablar de la crueldad? ¿Porque en el sadomaquismo tiene necesariamente que haber crueldad, o no? ¿Y no es todo esto –por muy “justificado” que pudiera estar como, p.e., experiencia liberadora- no obstante una pena, sintomático de taras o distorsiones a las que ha sido forzada la persona? ¿Es elemento liberador o de construcción de la libertad el dolor, querer ejercerlo o sentirlo? A mí se me ponen los pelos de punta, porque soy muy antidolor, claro, y antimanipulación, y necesariamente mi idea del sadomasoquismo es patriarcal, pero tb creo que mi rechazo es tb instintivo y vital. Y antipatriarcal: de su religión del dolor y el sufrimiento y la crueldad, siempre imponiéndola.