Hoy por fin he terminado de escribir un relato que llevaba tiempo queriendo escribir. El problema era que no sabía qué quería decir. Normalmente, empiezo sin saberlo y si sale de un tirón, pues listo. Pero este relato no terminaba de salir. Se llama «Dinero» y tiene dos páginas. Lo voy a dejar macerar (se lo he enviado a algunas personas para conocer su impacto, si les mola decírmelo, y así pensar si necesita más trabajo o no (según lo que se entienda, digamos). Pero al llegar hoy al final, me ha dado que he resuelto el problema. Raro, pero bueno. Se hace lo que se puede!

— Al día siguiente:

Ya lo he puesto en mi web:
http://www.mujerpalabra.net/creadoras/michelle/pages/relatos/2014_Dinero.pdf

— Al día siguiente, rescatado del fb:

Quería decir: a todo el mundo nos genera gran conflicto el tema de las personas que viven en la calle, pero no deberíamos echarles violencia, con juicios sumarísimos (les das o no, pero no decidas tú para qué), o pretendiendo no verles (se les puede mirar normal, pienso, si ocurre). La solución no está en nuestra mano (y sería muy barato para un Estado ayudar y resolver este tema terrible, pongamos, con un impuesto voluntario sólo para eso, desde la justicia social y no la caridad), salvo en eso. Pero como es un tema duro, que nadie quiere pensar (me incluyo), empecé con la prota, con su viaje que acabó en la calle, para que a través de su identidad se viera que quien vive en la calle no vive en el mismo mundo, allí todo el mundo, pienso, está igual en un sentido profundo muy difícil. Es posible que conscientemente no se entienda esto, pero espero que emocionalmente sí. Si no, tendré que seguir intentándolo!

Tengo que decir que este relato probablemente no habría salido si no hubiera tenido una clase en 5ºB este año, hacia mediados del curso, que fue bastante intensa y especial. Por eso he tomado prestada la pregunta de Ana, que a su vez, da presencia y quizá voz a la conexión increíble del grupo.

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