Yo gritoooooooo! li lo líiiiiii, Gritooooo, Gri-i-itooooo! Propongo una acción directa noviolenta: que gritemos cada vez que vemos que alguien use violencia conceptual o verbal en la vida cotidianaaaaaaa! A gritar! MOLESTO? LUEGO EXISTO! YO GRITOOOOOOOOOO, ALZO LA VOZ! Ay, voy a escribir un relato de esto: Alzo la voz! Escribamos relatos: relatemos todas las voces alzadas que nos han traído los derechos, y la gran diferencia de diferentes gritos! Los gritos de quienes se imponen (sobre todo si son varones o «madres» patriarcales) no se ven más que como naturales, legítimos, del orden, los gritos de las mujeres, histeria, sin duda. Pero resulta… resulta que pueden tener otra explicación! O no? Será que sólo somos histéricas excesivas incapaces y que nunca hay motivo de desesperación ni para alzar la voz?

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