SUEÑO CON UN AMIGO. (Editado) Ahora que es primavera, siendo una persona de primavera, hoy soñé con mi amigo perdido para siempre Howard Clark. Fue bueno verle, poder hablarle, una alegría que no quería perder el sueño, porque es mi única posibilidad, de imaginar que estamos en contacto, los sueños el único pequeño consuelo cuando sabes que si morimos, morimos, como todo lo que muere, para transformarnos en lo que no hemos sido, otra materia, sin tu identidad. Se nos pasó la vida, a Howard y a mí, sin poder vernos, a pesar de que llegamos a vivir muchos años en una misma ciudad. Incluso cuando pudimos vernos, estar en un mismo cuarto, incluso dormitorio, siempre estábamos trabajando duramente, para la Internacional de Resistentes a la Guerra (IRG, WRI). Todo estaba siempre en contra para que pudiéramos hacer algo tan sencillo como tomar una bebida y conversar tranquilamente, reírnos. Y con todo, siempre nos reíamos cuando conseguíamos juntarnos. Soñé que me venía a decir algo, pero no lo recuerdo bien. La verdad es que a finales de los ochenta en Londres, fue una de las personas de las que aprendí cosas muy valiosas que no puedes aprender de cualquiera. Fue una de las primeras personas que pensó que yo era «inteligente» (una persona con una inteligencia que le gustaba, que le parecía valiosa, llena de vida para generar cosas buenas) y no una amenaza de destrucción del mundo y las personas. Fue el primer hombre valiente que conocí. Con ese amor a la vida que te da esa valentía amorosa. Incluso creía él que yo era inteligente cuando yo de mi misma no podía creer más que cosas autodestructivas, a pesar de mi alegre vitalismo, por algo estamos bien entrenadas para perpetuar el patriarcado. Y de hecho, fue la conexión que tuve más directa con descubrir el feminismo. Yo era feminista sin saberlo, digo el feminismo en toda su profundidad de comprensión mental, ese proceso que tantos años y esfuerzos lleva, además de requerir todo tipo de valentías, mucho coraje, para estar de pie sola literalmente contra el desprecio, la subestimación, la agresión y su extremo, el linchamiento. ¡Abajo las personas capaces de participar desde su supuesta inocencia y victimismo reivindicado! (ya que se niegan inconsciente o conscientemente, se niegan, a evolucionar!) Esta entrevista (en inglés, yo la uso para difundir las vidas de grandes personas anónimas) la hizo en el verano anterior a su muerte.
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