DIÁLOGOS FEMINISTAS. Yo también estoy enfadada, pero no acepto reducir el mundo a parte de lo que es el mundo humano, y ni siquiera la más interesante o buena, o la que a mí más me interesa vivir. Sólo tengo mi vida, ningún poder sobre nada más, ni siquiera sobre gran parte de mi vida tengo poder, pero mi mente es mi territorio, mi fuente de realidad, eso que llaman utopía, y para quitármela tendrían que poder físicamente tocarla. Por circunstancia histórica, no les es posible, es decir, aún tengo espacio, y lo estoy ocupando, para vivir, y para existir como mi propia historia, mi propia tierra, mi propia plaza, mi propia casa. Y sólo acabo de empezar.
Por extraño que parezca, me siento conectada con mucha gente que vino antes y que vive ahora. La saga de la masa anónima que el Sistema de violencia no puede tolerar. Por eso entiendo la frase «Nunca estuve sola». Por eso te lo cuento, por si estás ahí.

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