VIDA Y MUERTE. Hoy llegó al curro una mujer increíble, que una compañera y yo llamamos «una persona de luz» porque lo ilumina todo cuando está, y se lo dijimos, claro, que lo bueno también hay que decirlo, y nos dijo «sólo vemos lo somos», jajajajaj, ¿a que es de luz? Tan bonita… y nos dijo que nosotras teníamos mucha alegría, y bueno, como estoy agotada, pero he «cumplío», llevo dos años de mucho curro y al fin voy a descansar en unas vacaciones, pues estoy como intensa, muy sensible y paseando un poco sin rumbo por los bordes, mi especialidad de equilibrista, y entonces pensé en que es cierto que en clase transmito mucha vida, y pensé que era curioso porque me siento habitada por muchas personas valiosas para la especie que hemos perdido desde siempre (no espiritualmente, porque yo sólo soy de aquí, pero como si fuera genético de transmisión neuronal o algo, Emoticono grin ), en este mundo brutal que lleva a la mayoría a confiar más en la violencia que en el uso de la inteligencia, en la fuerza bruta y no en la cooperación y colaboración, y ahí, transmitiendo vida estando llena de vidas perdidas por la muerte, y recordé una lectura obligatoria de secundaria, una novelita de Unamuno, «San Manuel Bueno, mártir», que me impresionó mucho, porque era un hombre con una voz profunda como el lago y alta como la montaña, que cuando hablaba llegaba al corazón de la gente y lo llenaba de vida, en el contexto de la novela, les hacía creer en dios, o les fortalecía su fe, y que tenía un secreto y era que él tenía una crisis de fe. Así que pasando a otra cosa he estado afinando, cantando canciones que llevo mucho sin cantar, porque cantar es importante.

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