Segundo borrador
Primero quisiera aclarar que con «partidos políticos» me refiero a los de izquierdas, claro, pues los de derechas, en una sociedad que respetara los derechos humanos, no tendrían cabida, ya que sus programas incluyen puntos que son flagrantes violaciones de derechos humanos fundamentales de las personas.
El problema de los partidos políticos con el movimiento social es que continúan subestimándolo, necesitando y afanándose por utilizarlo y fagocitarlo, dirigirlo, y no pueden ni soñar que quizá deberían aprender de él, sobre cómo se logran cambios sociales profundos sin necesidad de homogeneización ideológica y verbal, ni de seguir Grandes Ideologías de Izquierdas, sin líderes, sin héroes ni mártires, siendo pura masa anónima (e incluyendo a las mujeres). Piénsese por ejemplo en el movimiento feminista (mucho más amplio que el feminismo de doble militancia, que fue sólo y es una parte de las muchas que hay). La complejidad y profundidad del impacto de este movimiento social no ha implicado que debiera «sacrificarse» la diversidad, imponerse una opción por tema, y todo por la «unidad popular». ¿Qué es eso? Cuando los nazis invadieron los países nórdicos, donde creyeron que esa gente «rubia y blanca» les apoyarían, y exigieron que las pesonas judías se cosieran una estrella de David en la ropa, en un lugar visible, y la población invadida en general, cada cual, contra estas enfermas expectativas nazis, habiéndolo hablado o sin haberlo hecho, se cosió esa estrella (imaginemos también a las mujeres tomando esa iniciativa, y posiblemente tendremos una visión más fiel de esta Historia de las poblaciones que nos han robado), no fue por la «unidad popular». Fue porque mucha gente comprendía que eso no se podía hacer.
Lo que las poblaciones de muchos sitios del mundo, y de lo más diferentes en varias cosas, parecen estar clamando (al menos lo sabemos desde internet, p.e., desde que supimos que poblaciones en todas partes del planeta pedían que no se generara una guerra en un lugar, que se hallara otra forma de resolver el problema, y de ahí, al 15M, the Occupy Movement, las primaveras árabes…) nace del hastío, de la saturación con la violencia, impuesta durante siglos por un Sistema brutal prevalente por eso mismo, por imponer siempre todo a todo el mundo, y comprende que la noción de derechos humanos puede y debe guiar la organización social, y que la justicia social, el que aunque no todo el mundo tenga lo mismo, no haya personas pasando necesidades básicas, es fundamental para construir sociedades menos violentas e injustas, sin tanto someter, humillar, degradar y tanto miedo; explotar, reprimir, oprimir… Esto ya no va de que gane tu equipo, tu partido, tu patria, tu dios, no al menos para la comprensión de muchas personas del planeta, por más que se nos ningunee e ignore. Nuestras inteligencias dan más de sí.
El problema de los partidos políticos con el movimiento social que es el feminismo es que no quieren escuchar (y que se lo pregunten a las feministas formadas -no a las que empiezan, digo, que lleva tiempo poder ver con más claridad- de los partidos de izquierdas) porque no han podido pensar con esa libertad y con esa racionalidad empática. Somos las pesadas de la «igualdad» (al parecer ése es nuestro tema, y por eso ven que hay que tener a «algunas chicas» para cubrir ese punto en la agenda, formalmente, no de fondo, claro, como la guinda en un pastel. ¡Anda que no llevámos décadas con esta actitud tan desvalorizadora, y lo llevamos con mucha paciencia, volcadas en no descentranos de lo que sabemos hay que hacer: lo nuestro, aunque no comprendan su valor e importancia. Tenemos muchas supuestas «revoluciones» a la espalda, donde pasó siempre lo mismo, el poder patriarcal en su clásica brutalidad: «apoyadnos, ahora, que esto es más serio, y luego os escucharemos»). Y no quieren escuchar por razones patriarcales: porque tendrían que poder entonces comprender el valor del análisis con inteligencia feminista, y su necesidad vital para la superación de un sistema de violencia, y no se les ha ocurrido ese análisis, no nace del Hombre, sino de ellas, las pesonas que lucha por desarrollar inteligencia feminista, porque sin ella no se supera el padre de todos los sistemas de violencia, el patriarcal. Y ellas no sirven para pensar, y tampoco para organizar la sociedad o ayudar a construirla. Sólo para apoyar al sabio, al padre, al líder. Cuando hablas desde la inteligencia feminista, no pienses que lo expresas mal. Piensa en esto que digo, porque es posible que tenga razón. Sin inteligencia feminista no hay r.evolución.