No es que me niegue a relacionarme con gente que por su labor intelectual / artística haya tenido la fortuna y el fruto de su arduo trabajo de recibir cierto o mucho reconocimiento público a su obra. Es que se me hace pesado porque es como andar por un campo minado (cuidado con esto, cuidado con lo otro), temo a sus amistades, y me entristece ver cómo por voluntad propia, como cuando vas a la ginecóloga o a la dentista, se van limitando el espacio, para poder caber.
« Otra manera de ver (3) ¡Tralará larita, ordeno la bloguita! »