¿Por qué se puede decir que «Los hombres pueden ser feministas» y «Los hombres no pueden ser feministas»? Como todo, porque puedes hablar desde diferentes enfoques, aproximaciones. Los hombres, como cualquier persona, pueden sentir empatía hacia el sector oprimido en la sociedad patriarcal, las mujeres, y comprender que es injusto a nivel de empatía, incluso con algunas razones, y dada la interconexión de todas las personas en las sociedades humanas, es vital que sean feministas, dicho desde aquí.

Por otro lado, ni los hombres respecto a las mujeres en las sociedades patriarcales ni otras personas respecto a otras opresiones pueden entender con suficiente complejidad y profundidad una opresión que no han vivido en carne propia.

Esto quizá sea posible algún día para toda persona, pero hace falta mucha evolución. A las personas nos pasa en todo, el ejemplo más clásico es que respecto a la juventud se acepta la idea «tiene que darse la castaña, no puede aprenderlo de ti», que es, por otro lado, una idea muy patriarcal en algunos sentidos que ahora no puedo comentar porque si no no voy a acabar ya! 😀
VUELVO a mi tema de ahora: por ejemplo, ¿por qué no genera suficiente curiosidad, suficiente emoción una peli feminista como «Mona Lisa Smiles», «La sonrisa de la Mona Lisa»? (Julia Roberts hace de esta profe feminista), ¿por qué no conmueve igual a otras personas, y en general a los hombres, la inteligencia, el valor, el sentido del humor de las científicas de «Hidden Figures», «Figuras ocultas», siquiera en la peli? La cultura no sólo moldea nuestros ascos (comer insectos, si eres de aquí, por ejemplo, o asco a las cucharachas y ratas). También moldea nuestros afectos, y qué nos produce curiosidad.

Ser varón y tener la capacidad de comprender la brutalidad patriarcal, también para con las mujeres, no es el fin del camino, quiero decir. Las mujeres sin o sin mucha inteligencia feminista también tienen que hacer ese trabajo, pero según lo hacen, conocen con más profundidad y complejidad la problemática porque la han vivido como protagonistas de esa opresión.

Un hombre feminista, o con inteligencia feminista como yo prefiero ponerlo, en el grado que sea, puede imaginar que lo del «piropo» no gustara pero es más que probable que no sienta nunca lo degradante que es y menos aún el terror que encerraban esas situaciones.

Si podría acercarse si a él le hubiera pasado una experiencia así, claro. Pero es como lo de ser transexual en cualquier sociedad patriarcal, como gitana y vivir en una España donde la cultura prevalente es xenófoba del pueblo gitano, o ser negra y haber venido en patera a España.

Podemos empatizar y eso importa mucho, porque eso hace que podamos ayudar a quienes se ven sometidas a esa opresión, pero no debemos quedarnos ahí porque hay mucho más trabajo para humanizarnos, para liberarnos de la ideología patriarcal y poder humanizarnos.

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