El tiempo empleado en asimilar se come
la vida creativa
como una pesadilla inagotable.
Es un crimen contra la humanidad.
Así,
no es fácil
seguir el entramado de caminos y vacíos,
tonos de luz y sombra, ese paisaje
de orden del rumbo y de las conexiones
de lo que existe, y te pierdes
en el sentimiento de dolor, pérdida, batalla
cuando no ves más que ruido, esos momentos
abisales de inseguridad y miedo.
Con todo,
los cabos ásperos y punzantes,
la suavidad de las curvas,
los volúmenes y huecos,
lo que contiene y lo contenido,
pueden ser interpretados, vividos
desde diferentes puntos de apoyo, suelos,
como misterios, como sombras
de un mundo diferente que es tuyo.
No se puede
perder la confianza
en las visiones de realidad
que ofrece la rebeldía.
« Visionaria (poema) Diario como escritora anónima: ¿ensayo o relato? (rastreando procesos creativos) »