No es cierto que las personas sometidas a una situación de pobreza y las que tienen un coeficiente mental inferior a lo que se considera media sean más felices. Lo que pasa es que ni la pobreza ni el coeficiente intelectual despojan a las personas de su condición de persona.
La gente que dice cosas así no sabe lo brutal que aparece ante quienes decidimos usar la inteligencia para buscar la justicia y resolver problemas de formas noviolentas. Se escandalizarían si se vieran en este espejo. Pero ese escándalo no sería tan intenso como el dolor y la desesperación que provoca oír sus palabras psicópatas.
« No todas las personas con algo valioso para la especie acaban siendo conocidas Sobre el amor (1) »