COMPRENDERSE EN LAS MILENARIAS CULTURAS PATRIARCALES. Comprenderse está muy vinculado a Apoyarse/Respetarse, poder hacerlo, e incluye comprenderse no con palabras, sino empáticamente, a través de la emoción, que (sospecho) también existe como «emoción de sentido de la justicia».

La cultura prevalente, cómo nos socializamos según grupo en que nos ubica (a sabiendas o no, queriéndolo o no –que la sociedad impone con lo que hace la mayoría que funcione el sistema de opresión o guerra, y por eso incluso aunque viendo disidencias, nos odiamos a nosotras mismas, o desconfiamos de quienes en principio caminan a nuestro lado en la lucha por otra presencia humana en el planeta, believers!). En ese verlo todo reducido a dos bloques contendientes (donde uno necesariamente debe prevalecer, lo que justifica toda violencia e injusticia, de conceptual a empobrecimiento), p.e. «mujer/hombre», «persona blanca/no blanca», «heterosexual/otra sexualidad», «con derecho a bienes y servicios/sin derechos», «con derecho a estatus social y protección/sin derecho», NUESTRA MENTE-CORAZÓN queda afectada en su percepción, comprensión de las cosas, interpretación y claro, nombramos/pensamos, nos relacionamos siguiéndoselo el mandato de violencia. Pero esto no es lo único que ocurre que en la realidad, no lo dice todo de quiénes somos (como personas), cómo pensamos y nos relaciamos, lo que hacemos. Porque la cultura, por más que nos influya, impone unos modelos identitarios que no son lo único posible es ser persona, de la especie humana y por tanto no lo explica todo, no puede reducir de hecho la diversidad de la vida humana. (Por eso seguimos aquí! Como especie no hemos cambiado nada, seguimos siendo la misma gente que en la añorada prehistoria, antes de que prevaleciera un sistema social de guerra.)

Es cierto que una persona socializada como «Hombre», «persona blanca», «especie humana» no podrá entender lo que es existir o haber sido socializada como mujer o «persona de color», «animal», pero como animal humano, como persona, sí puede o podría empatizar, y de ahí, corregir su mirada, palabras, comprensión, actitudes y hechos. (Nos han contado la historia muy mal, pero tenemos la realidad cotidiana para corregirnos, a pesar de los defectos y taras, se pueden ver cosas diferentes, y no-destructivas. A cuánta gente le importan cosas que la cultura dice no deben importar…, que no son vitales para nuestra vida humana. La cultura patriarcal prevalente es muy estúpida, primaria, cree que todo lo que necesitamos para estar bien es prevalecer y vencer, y sólo vive en el Conmigo o Contra mí. Pesado!)

La inteligencia empática es mucho más importante que lo reconocido en los patriarcados, y podríamos saberlo ya sólo por lo despreciada e invisibilizada que está. No es de extrañar: unas culturas que imponen siempre la reducción de legitimidad y la guerra identitaria, las opciones más destructivas de las que la especie es capaz, detesta, trabaja en contra de todo lo que representa otra evolución y modo de estar y ser, esos modos noviolentos o no-destructivos, colaborativos. La cultura patriarcal llama VIOLENCIA a LO NOVIOLENTO («injusticia» o «ilegalidad» a LO JUSTO, desde el único lugar para concebir la justicia, la racionalidad empática), y a la VIOLENCIA la llama NECESIDAD, OBLIGACIÓN, DEBER, es un mandato que empieza además contra tu propia persona, para amoldarla a la visión deshumanizada y deshumanizarte de la ideología cultural patriarcal.

Decir que cualquier persona de la especie puede empatizar (conectarse) o con cualquier otra, A PESAR de los sistemas de opresión identitaria que se padezcan, no es negar opresiones, es reconocernos como de la misma especie. No puede significar que no haya que trabajar para superar la tara que nos mal-educada a cada grupo socializado en la prevalencia. Pero lo hemos visto siempre: gente del grupo afectado rebelándose, y gente del grupo prevalente rebelándose también a pesar de la tara de socialización, esas colaboraciones. Las opresiones son además múltiples, sin duda, también dentro de los grupos opresores, porque los mandatos identitarios son anti-humanos! No hay quien encaje! Sin duda: es diferente si te socializan en grupo opresor u oprimido; no hablo de negar diferencias. Sólo busco poder reconocer realidades humanas que están ahí a diario a pesar de la cultura, que nos dicen cosas menos demenciales de quiénes somos y podemos ser, por ejemplo, personas a las que les importa mucho que no se trate a nadie con violencia y que no se someta a nadie a injusticia, culturas que respetan la vida y que descartan la violencia y la injusticia como modos de dominación o resolución de los problemas.

En esto estoy pensando hoy. Pero ya lo dejo, que tengo que ponerme con los libros! Exploradora, focus!!!

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