La vida hay que dedicarla a lo que te parece importante, sin más, a vivir y, claro, poder convivir. El problema es que aunque somos mucha gente, la falta de esa claridad de visión nos impide poder haber hallado formas de evitar que los más violentos, las personas con menos comprensión empática y vital, siempre nos arrastren al sufrimiento. Qué diferente sería todo con esa lucidez vital que sacaría lo mejor, no lo peor de lo que podemos ser como especie.

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