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A las salas abiertas de mi conciencia
en los días del aire electrizado,
llega el rumor de sus faldas,
de su furia y su estupor,
y el gemido al alzar los ojos,
ver el filo del hierro y abajo,
la madera húmeda de sangre.

Qué crueldad inconcebible la de los patriarcas:
imponer a seres inteligentes la vida de objeto o la muerte.

Olimpia de Gouges, Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791):

«Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea Nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de los males públicos y de la corrupción de los gobiernos (…) reconocen y declaran (…) los siguientes derechos del hombre y del ciudadano.
Las madres, las hijas y las hermanas, representantes de la nación, piden ser constituidas en Asamblea Nacional. Considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una solemne declaración los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer (…)»

Guillotinada por pedir que la Declaración de Derechos del Hombre fuera de Derechos Humanos, que las incluyera.

Cuando las mujeres de Greenham demostraron que con acción directa noviolenta, es decir, sin dinero, sin armas, usando meramente su cuerpo, su empatía, su inteligencia, se podía poner en jaque la seguridad de una base aérea militar europea llena de misiles mortíferos y que costaba lo que permitiría vivir con dignidad a millones de personas, la interpretación de la gente sin conciencia social ni autocrítica fue que unas sucias odia-hombres lesbianas estaban dándole mala fama a la región.

Cuando las mujeres de Femen se ha puesto a usar sus propios cuerpos semidesnudos en acción política y social noviolenta por la justicia, ofreciendo un contenido muy distinto a Las Mujeres Desnudas que usa el patriarcado incluso en los programas familiares para sus violento adoctrinamiento de lo que es y para lo que sirven las mujeres, así como para amasar dinero y dinero que acumulan unos pocos, la interpretación de la gente sin conciencia social ni autocrítica es que son unas zorras locas con ganas de llamar la atención.

Cuando las mujeres exigen ser nombradas es ridículo e irrelevante, no surrealista y grotesco que se vean obligadas a hacer algo que sencillamente es pedir que se ejerza una mínima educación en la convivencia, nombrando adecuadamente a una persona.

Listad ejemplos y aplicad la mente-corazón, la razón empática. ¿Cómo han interpretado hechos inteligentes, de lucha social de las mujeres? ¿O es mejor abandonarse a esta idea…?: ¡Cómo van a ser las mujeres protagonistas de lucha social contra la violencia y la injusticia? Quienes luchan, en el patriarcado, son sólo los hombres, y eso se hace destruyendo, no construyendo.

Todo lo que hace una mujer, para la gente sin conciencia autocrítica y social, es excesivo, estúpido, exagerado, improcedente, irrelevante, como mandan los patriarcas, por eso el Hombre debe controlarlas. ¡! ¡Los encargados ejecutores de tal catálogo de violencia que no cabe en la cabeza! ¡¿Pero es que seguiremos con la cabeza perdida otro turno de siglos más?!

Así de hondo impacta la ideología patriarcal a quienes no quieren desarrollar la inteligencia a través de evolucionar a una conciencia social y autocrítica, para poder participar en la construcción de un mundo INDUDABLEMENTE ¡mejor que éste!

¡Un poco de coraje y de empatía, por favor! El patriarcado lleva siglos reduciendo a media humanidad a seres ¡de segunda clase! Esto es un crimen contra la humanidad que debemos frenar YA.

¡Basta de descalificaciones! Tu opinión sobre cómo llamarme NO IMPORTA. Si exijo ser nombrada, pido tu mínima educación y respeto al dirigirte a mí y a las mujeres. ¡Respeto ya! ¡r-Evoluciona!
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tengounpeligro

Vivir sin confiar no es vida, no protege casi nunca de nada, y además no proporciona todo aquello a lo que se renuncia cuando se opta por desconfiar. Por otro lado, confiar no condena a la estupidez. Vivir es aprender y eso incluye aprender a cuidarse, y aprender a cuidarse no equivale a vivir desconfiando, sino, sencillamente, aprender a cuidarse y aprender a confiar.

Por eso deberíamos dejar de transmitir a todo el mundo, que es sobre todo transmitir a esas esponjas que son las personas pequeñas, que «sólo tu familia» te ayudará, y demás frases como poco falsas para la inmensa mayoría de los casos.

Deberíamos transmitir que es bueno confiar, prestarle atención a la vida, a las personas, aprender, para mejorar, y siempre confiando, en nuestra capacidad de aprender y en nuestra capacidad de relacionarnos como seres empáticos capaces de cosas buenas.

El poema-cuento lo escribí en los noventa, y era triste que no tuviera compañía! Pero eso ha cambiado ya!!

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Para Roberto Echevarría que me alienta a escribirlo (tercer borrador)

Para el activismo político, lo que hacemos en el movimiento social, y desde un punto de vista con inteligencia feminista, es decir, entendiendo que el padre de todos los sistemas es el Sistema patriarcal, la inocencia es una herramienta revolucionaria: tenemos que limpiar la mirada y aprender a confiar, aunque sólo sea para evitar desarrollos de violencia, que es a lo que lleva la desconfianza.

Decir esto no es no saber nada del mundo, precisamente. Es saber de cómo cambia todo cuando desde la autocrítica y el pensamiento en diálogo intentamos abordar la vida de maneras libres del aprendizaje continuo y extremo de la violencia patriarcal.

Podríamos analizar por ejemplo cómo concibe y lo que hace el Sistema (patriarcal) con la inocencia. ¿Por qué iba a hacer eso con la inocencia, que es limpia y vulnerable? Es como lo que hace con los ideales anarquistas: lo de lo más esperanzador y positivo, nos dicen que eso es la más terrible violencia. Y sin embargo, está claro que lo mejor que hemos hecho hasta ahora en la especie (¿o no?) tiene muy directamente que ver con los ideales anarquistas de libertad y solidaridad, y no justamente con las realidades de la violencia patriarcal, «inevitables» y lucrativas para los más violentos: opresión, explotación y represión.

En el patriarcado (el padre de todos los sistemas de violencia según los datos y no sólo según la mirada de una mujer de la masa anónima), todo lo que podría conducirnos a un mundo sin violencias es distorsionado y conducido al extremo de la demonización, tan eficazmente enseñado por los líderes religiosos en el planeta siglo tras siglo. Y lo sé también porque en mi ADN se recoge la información de lo que le pasó a las mujeres que fueron libres, y solidarias.

¿Cuáles son las realidades patriarcales respecto a la inocencia? Destrucción de la inocencia, con saña además; o burla, escarnio, desprecio. Violación de bebés, de niñas y niños, su secuestro para redes de prostitución. Abusar “del débil” entre los hombres, burlarse de ellos, feminizarlos, que es la máxima humillación para el Hombre. La inocencia la usan contra “la mujer” para dejar claro que ésta no dispone de la misma mente humana: inteligente. La inocencia, cuando no la usan para crear horror, la usan en la Guerra Patriarcal contra la Humanidad para humillar, denigrar, desvalorizar a quien la muestre o proteja.

En la política de partidos queda muy claro: la Estrategia de la política patriarcal es la demencialidad de un juego político con las reglas irracionales de la violencia patriarcal. Todo lo bueno es implanteable. Todo uso de la inteligencia para resolver los conflictos con la máxima justicia posible y a través de la noviolencia (de procesos que no generen ni multipliquen la violencia) “No es político”, queda descartado porque es antitético a lo que “se puede y se debe hacer, mal que nos pese”.

Sin inocencia, ¿cómo podemos empezar a relacionarnos de manera revolucionaria (¿o aún hay quien cree que seguir con este Sistema patriarcal nos «protege»? ¿Contará algún día lo que ha vivido más de media humanidad desde el neolítico?), para generar un mundo inteligente, que es decir, capaz de respeto y felicidad a pesar de que tengamos enfermedades y envejezcamos, a pesar de que no siempre coincidamos en los afectos e incluso tengamos que esquivarnos para no hacernos daño o no dolernos?

Sin inocencia, ¿cómo vamos a poder pensar en comandita, sin miedo al error, con afán, con confianza de que podemos construir soluciones (inclusivas o respetuosas con los derechos humanos) en lugar de seguir perpetuando la guerra y la guerra más invisibilizada del dinero? ¿Por qué no íbamos a poder, por ejemplo, poner un límite a las riquezas multimillonarias, e impedir las trampas de las corporaciones? ¿Por qué no íbamos a decidir radicalmente no volver a darle credibilidad, ningún tipo de poder, a las personas enloquecidas que hablan de los «derechos» del «no nato» para imponerle a una persona con derechos humanos la gestación y todo lo que a eso sigue?

¿Que no se puede? Pregúnteselo a las mujeres, y en especial a las feministas. Y no están solas. Pero algo está claro, para todo el mundo: la revolución será feminista o no será, tendremos que entenderlo con inocencia algún día, si es que vamos a salvar la vida y la calidad de vida y el planeta con toda su vida.

livingdolls walternatasha Al leer «angry» en p. 3 de Living Dolls de Nathasha Walter, salió como un volcán de agua: en mi ADN, todo el esfuerzo brutal y generoso de tantas mujeres* con todo en contra, luchando contra Goliat, y siendo llamadas David, es decir, borradas, eliminadas, aniquiladas, ni sus cenizas. Salió la indescriptible pena, la insuperable impotencia, la furiosidad feminista de mi saga.

Y es significativo, estoy aquí y elijo.

maryanthewrongsVolviendo a mí en el ahora, se me vinculó (en ese instante y porque pude empezar a verbalizarlo ante una persona excepcional, que escucha y es inteligente ♥ , además de mi amor ♥) la consciencia de lo de escribir desde la inteligencia feminista para la sociedad con las notas furiosas y razonadas a mi madre, siempre inútiles, algo desequilibrante, desesperante, tristísimo y cruel. (Qué pronto empecé a razonar y cuántos años he tardado en saberlo. La gente no ayudó, siempre focalizada en otros rasgos míos… No como en internet, donde al fin la gente lee las ideas, y no se deja distraer por otras cosas! 😀 Y qué bueno es hacerse vieja.)

Quizá sí sería capaz de escribir ensayo feminista, y es sólo que lo tenía estrangulado por esto.

Volviendo al mundo, me viene Mary (Wollstonecraft) en Mary y creo que es fácil imaginarla. Lo conmovedor: esa lucha de quien no puede creer las cosas, por demenciales y se esfuerza por explicar que las mujeres también tienen inteligencia, que el problema es qué se espera de ellas, a qué se las fuerza, en qué se las educa. Ella, que hubiera sido (aunque lo fue) una filósofa.

*mi amor también para el resto de personas que hizo como ellas, o que se negó como pudo al autoritario sistema de misoginia y odio general a la vida buena.

Furiosidad feminista, para mantenernos lúcid@s y viv@s. Nótese, se ruega, la crueldad patriarcal.

Hay gente que me ha dicho que mi poema «De qué me sirve leer a Hemingway» les gusta, que está muy bien, aunque no están de acuerdo. ¿No están de acuerdo con qué? ¿Y piensa eso también de otros poemas que leen, de hombres famosos, Grandes Poetas, en especial respecto a posibles injusticias, o inauguramos caso?

¿Con qué no están de acuerdo: con que diga literalmente que a mí no me sirve leer a Hemingway? Parece el caso. Pues… Literalmente, sería mi asunto, no susceptible de que nadie esté o no de acuerdo, cuestión de gustos y usos.

¿O con que use una metáfora para incluir en un poema una crítica al Sistema (patriarcal)? (Intento salvar el comentario entendiendo que no ha sido machismo inconsciente, para darle posible uso, aprender algo, pero… no me lo termino de creer, busco confirmación ahora.) Aunque dada la velocidad tras la lectura del poema con la que se me ha hecho el comentario, me pregunto: ¿no es un poco raro? ¿Disentir justo con esa parte del poema, considerando todo lo que connota y transmite? (Ay! Si las feministas no tuviéramos criterio, ¡dónde iría nuestra autoestima!, ¡el valor de nuestro trabajo!)

Para mí, que he desarrollado la inteligencia feminista más conscientemente desd 1989, que te diga «aunque no estoy de acuerdo» en un poema, es sorprendente y refleja la inconsciencia de la gente… y el machismo inconsciente. Molesta que se critique a un representante de la cultura. Molesta que se plantee que la historia del arte no es justa, que incluso es criminal contra la humanidad. Que el Hombre no nos representa a las mujeres también, ni siquiera a la especie.

Si alguien lo pensó y me lo dijo y quiere contestar, se lo agradeceré. Y si alguien quiere comentar libremente, bienvenidx igual!

FORZAR A UN SER HUMANO A LA GESTACIÓN ES TORTURA. Un bebé es una persona, alguien que ha nacido, que ha dejado el cuerpo ajeno para tener vida propia. Las mujeres tienen derechos humanos. No son asesinas de bebés. Esto no lo ve así la gente creyente. Sólo lo ven así asesinos y torturadores misóginos, vergüenza de la humanidad. DEFIENDE LA HUMANIDAD, NO LA VUELTA A LA EDAD MEDIA.

Y respuestas varias a comentarios leídos por ahí, de gente no sólo poco empática, sino misógina inconsciente sobre todo.

  • Ninguna mujer que se ve obligada a abortar lo desea. De hecho, siempre que pueden lo evitan. Pero la violación y la pobreza y la religión justamente se llevan sus vidas. Un poco de empatía y menos misoginia es lo que necesita el planeta. QUIENES ASESINAN EN EL MUNDO SON LOS HOMBRES PORQUE VIVIMOS EN SOCIEDADES ASÍ DE ESPECIALIZADAS.
  • Lo repugnante éticamente es que siempre lo deciden los hombres. Y deciden cuándo es legal y cuándo no, no por la vida de nadie, sino por sus intereses de guerra, de política, de economía. Lo deciden quienes de hecho SON RESPONSABLES DE LA INMENSA MAYORÍA DE LA VIOLENCIA, SUFRIMIENTO, DESTRUCCIÓN Y MUERTES EN EL PLANETA.
  • AQUÍ ESTÁ EL HECHO: INTERRUMPIR EL EMBARAZO, ABORTAR, NO ES ASESINATO. MUCHAS MUJERES HAN ABORTADO CUANDO LO HAN NECESITADO PORQUE VIVEN EN LUGARES DONDE EL ABORTO ES LEGAL.
  • DEJAR MORIR A LAS QUE NO PUEDEN TENER UN BEBÉ DESANGRADAS EN EL SUELO ALLÍ DONDE ES ILEGAL SÍ ES CRIMINAL.

TORTURA

Soñé que me iba con cualquiera.
Soy exploradora, eso lo hago, cierto.

Si me llamas voy, y cuando van me sumo,
hasta que tomo otro rumbo,
me distraigo, me demoro, salto,
me olvido, paro en seco, trepo.

El hecho lingüístico “compleja”
muere de olvido; es una palabra
desconocida, enterrada bajo
la brea común de “complicado”.

No anhelo la estructura ni me pesa el vacío.
No tengo un interés contable.
Soy un animal vulnerable e inteligente.
Estoy viva, es sencillo.

Todo se nombra mal, se entiende mal,
y difundiéndose se construye
el espacio deformante y sólido
del mundo atroz de la Identidad.

Me voy con cualquiera, cierto.
Me voy con todas las personas.
Y sé caminar sola.

(rev. dic. 2013)

Parte 1

Feminidad en el patriarcado 1

Parte 2

Feminidad en el patriarcado 2

 

La libertad de la que disfrutáis no es un derecho humano de las mujeres en este planeta, sino algo bastante poco común. No ha ocurrido por el Hombre, ni por milagro, y es algo muy reciente y generado por luchas de mujeres existentes. No está en nuestra consciencia entre los Grandes Hechos de la Historia patriarcal, ni de las Revoluciones patriarcales, porque las mujeres en el patriarcado no tienen más valor que el de contenedor.

Es ideología patriarcal que no veáis las cosas de valor que han hecho las mujeres; que no sintáis ninguna curiosidad por saber cómo fue que este mundo patriarcal de siglos de innumerables violencias en todo tipo de grados incluida la violencia terrorista misógina de la violación ha sufrido esta Revolución noviolenta. Que no echéis de menos a las mujeres como seres libres y propios. También es parte de nuestra ideología por defecto que sintáis hostilidad hacia mujeres que sí quieren saber, y seguir sabiendo y seguir luchando hasta un mundo donde ser mujer no signifique todo lo que significa ser mujer en el sistema patriarcal.

Las mujeres no son lo que «describen» las religiones patriarcales, las que dieron la base ideológica al Sistema. Las mujeres tienen mentes humanas y aunque la mente se puede educar en el sistema de género, y la educación condiciona el desarrollo, también es maleable, mucho, y también se puede educar con libertad para las personas pequeñas y las grandes. La mente importa porque es ahí donde nacen los sentimientos y los pensamientos. Tener vaginas no implica nada más que la capacidad, si se desea usar, de gestar, ni siquiera implica, como saben y supieron millones de mujeres querer ser madre o desearlo. Tener la capacidad de pensar no ha parecido ser tampoco algo que el Hombre haya querido usar en la resolución de los problemas, pues siempre opta por el medio que genera más sufrimiento y destrucción: el uso de la violencia, en las guerras clásicas y en las actuales, que no van sólo de campos de batallas y nos llegan incluso a casa por todas sus ventanas, si las tiene.

Tenemos que superar el sistema sexo-género patriarcal para que las personas podamos construirnos con libertad, explorando nuestro potencial, fuera de esta obsesión enferma del Sistema. Si existe una feminidad no es la de comprar cosas para ponerse, y no usar la mente.

Los medios de comunicación y el mercado, allí donde las mujeres viven más como personas, han recrudecido la guerra ideológica patriarcal contra las personas pequeñas, dictando masivamente qué podemos y qué no podemos hacer, y sobre todo, qué tenemos que hacer, dependiendo de si somos «niñas» o «niños»: rosa estático para ellas y libertad de movimiento para Él; mundo de poses para ella (introducción al porno misógino patriarcal), vida real para Él (salvo en el sexo, pues la educación del porno le incapacita para desarrollar la percepción del placer, con su visualidad y su odio al cuerpo de las mujeres).

¿Por qué defender este sistema? ¿Por qué no aceptar que existen otras posibilidades? ¿Hasta cuándo, por inconsciencia o por ignorancia, vamos a seguir defendiendo el sistema patriarcal con las elecciones que hacemos diariamente (que también aquí nos marean: para que sigamos perpetuando el sistema es importante que creamos que no elegimos nunca), con las ideas que manejamos y expresamos, y validando los sentimientos que la guerra ideológica patriarcal nos ha dictado que sintamos sobre todo por las mujeres: las que no existen, las malas, las incapaces?

La guerra es la autodestructividad que tenemos metida en la cabeza es la única guerra que podríamos ganar, porque depende de nuestra libertad para re-educarnos y escapar del sistema desde la inteligencia.

Vuelvo en un rato

La escuela de la RAE (Real Academia de la Palabra Muerte) se pone a explicar la etimología de «escrache». Tufillo de naftalina.

Como hija de la lingüística moderna, territorio que usa la observación de la realidad para investigar el lenguaje y donde no estamos piradxs, sabemos que el lenguaje significa lo que establecen los usos que se generalizan.

«Escrache» nos viene de América (el continente, o las américas indígenas y latinas) y se refiere a una Acción Directa Noviolenta (ADNV) de la gente (sin armas, fuera de los puestos de poder) que comprende los derechos humanos, y que los realiza, los escraches, para que los criminales (de guerra) no queden impunes. Los escraches no habrían surgido si la Justicia y la Política y la Democracia se hubiera encargado de abordar los crímenes de guerra.

Los escraches son lucha social, y nada tienen que ver con los linchamientos como puede comprobarse continuamente.

Ésta es la historia que no quieren contar quienes siempre están del lado del poder que ejerce todo tipo de violencias contras las personas. Siempre denigrando, distorsionando las cosas mejores que genera la especie. Siempre defendiendo a los más violentos.

Libro regalado a Atticus el 14 de abril, pero de 1998

Son tres relatos poéticos dedicados desde la artesanía del mucho amor

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

el cielo, esa casa extraña e inquietante

volver a

arena arrastrada por el viento – en silencio – te echo de menos

Hoy Atticus me ha recordado (así que lo anoto) que en un día como hoy, cuando hace 82 años se declaró la Segunda República en España en 1931, pero en 1998, yo le había invitado a una de las que llamaríamos luego «Lectura de primavera» y le regalaba un libro arte que le hice, La casa niebla, y quedaba claro que estaba enamorada de él aunque yo creyera que no (que no lo estaba, y que en cualquier caso, ¡no se notaba!)

No tengo una foto de la que fue mi primera lectura pública de poemas, el 14 de abril de 1998, en el Café Manuela del barrio de Malasaña en Madrid, gracias a la invitación que me hicieron Lola y Liliana de sumarme. Ellas iban a leer unos relatos y yo podía incorporarme leyendo poemas, no recuerdo por qué. En el Café nos hicieron alguna foto, pero yo no la tengo, así que pongo otra del año siguiente, de la lectura de primavera Tigres y nueces,* que hicimos en el Café Barbieri de Lavapiés, y que tuvimos que hacer en dos días porque sólo cabían 50 personas cada vez.

DOS RELATOS DOS. Café Manuela en Malasaña. Relatos por Lola Robles y Liliana Costa, más la incorporación ad hoc de unos poemas de michelle. Público: unas 80 personas. Leí: Historia, Retorno a África*, Todoslosantos, Hermano busca el ginkgo, Demente*, Bella y la bestia, El frío, Cuadros mitológicos*, Preludio, La caracola, Bosque oscuro*, El tiempo*. No incluyo en fotocopia a mano los marcados con asterisco. (Aquí se puede descargar el libro que los tiene todos, creo.)

Aquel día, 8 minutos antes de las 8 pm no había llegado nadie. Llovía a mares y era jueves, por lo que pensamos que ahí quedaría la cosa. ¡Y de pronto, llegaron 80 personas! Y de pronto, casi me muero del susto: me llegó por atrás Atticus y pegué un brinco ¡con el corazón incluido! Sospechosamente, aunque el sitio estaba a reventar, le llevé corriendo a un lugar libre justo enfrente de nuestra mesa de lectura, y cuando Atticus se sentó, generó mucha alegría porque mis amigas y amigos empezaron a reírse y él también. Y yo… sin enterarme de nada. Me había puesto mi traje de Cruella de Vil, que era con un cuerpo de terciopelo negro y mangas triangulares y falda de crepe negro y un pañuelo rojo, y creí que estaba guapísima. Pero al parecer, parecía una niña. ¡Es una especie de maldición!

Tras la actuación nos fuimos a casa porque al siguiente había que trabajar.

Tigres y nueces estuvo llena de regalos: le hicimos al público un marcador de libros en color arena y del público recibimos regalos…

Y aquí está la miguapita persona maravillosa que me ayudó a volver a ver a Atticus! Es C. en un relato llamado «Era amor» que tengo aquí. (Y no es la C. del poema Que os arrastre el viento al Pacífico!)

La violencia humana es toda cultural. No hay ninguna pulsión biológica que no podamos moldear con nuestra imaginación, con nuestro pensamiento, con nuestra cultura. El genio del patriarcado es habernos hecho creer que la violencia del Hombre contra otras personas, y contra «las mujeres», es biológica = inevitable = natural. Lo natural es la empatía. La violencia nos horroriza. El genio del patriarcado ha sido construir un Ser Hombre y un Ser Mujer, dos únicas opciones clarísimamente definidas respecto a los papeles que tienen necesariamente que desempeñar y concebidos a partir de dogmas religiosos de binomios contrapuestos (hombre = el bien, mujer = el mal, hombre = la guerra, mujer = el hogar, hombre = la razón, mujer = el sentimiento, etc.), que le han prohibido el uso de la violencia física a las mujeres y se lo han impuesto a los hombres para construir su «hombría».

Pero la violencia es una capacidad compleja de la mente humana. Y el que esté tan genderizada sólo apunta a lo absolutamente cultural que es su expresión. Cuántos hombres se horrorizan ante la idea de ejercer violencia física y cuántas mujeres desearían mucho ejercerla! La atroz violencia del Hombre contra las mujeres, la violación, bien, no tiene nada que ver con el sexo. Las mujeres también tienen pulsión sexual, y no violan. Porque la violación es un aprendizaje cultural de violencia del Hombre contra las mujeres, muy específica. Que se adoctrine a los hombres a que así es es parte de los dogmas del Sistema patriarcal, parte de sus cimientos del horror.

Pero el hecho irrefutable es que la mente humana es capaz de cualquier cosa: que la desarrollemos desde la limitación de lo que se espera de ella por el género que te ha tocado en sociedad es cruel e idiota, sólo alimenta las violencias del mundo patriarcal.

¿Por qué las mujeres con inteligencia feminista no han propuesto el medio de la guerra contra el Hombre, dado el nivel y la complejidad de violencias que reciben de él, incluida la del ninguneo de sus existencias como seres humanos? (basta ser representadas por Él). Quizá el hecho de que las mujeres no sean sicópatas que violen y hagan cachitos a los hombres no sea un hecho biológico, sino de aprendizaje cultural y luego de aprendizaje vital: quien ha sido objeto de la violencia, como la mayoría de las personas en las guerras, abomina de la violencia y prefiere buscar otras salidas. Quizá la experiencia de siglos de las mujeres como objetivo de la violencia patriarcal misógina que sustenta el sistema (las tiene encerradas y sirviendo) ha sido suficiente para desarrollar la inteligencia de que la violencia no nos sirve para resolver problemas, sólo para generar más mundo esclavo. Existe otro factor vital, claro: que llevamos el Sistema en la mente, en el cuerpo y esto repercute en nuestras ideas, sentimientos, relaciones, lenguaje. Si fuéramos a juicio, todas las personas tendrían crímenes patriarcales de los que responder. Por eso usamos esta idea sólo como metáfora, aunque no estaría nada mal poder hacer cumplir las leyes que ya existen, respetar los derechos humanos incluidos de verdad los de las mujeres, y llevar a juicio a todos los violadores, en paz, en guerra, en burdeles, en casa, en la calle. Para la violencia misógina cualquier espacio es válido.

Se ha disuelto una gran mentira que inició el propio Miguel Hernández en una carta a Josefina, su novia de Orihuela (para restablecer la relación), y que redondeó la crítica: que El rayo que no cesa, poemas de amor y sexo, estuviera dedicado a la novia. El rayo era Maruja Mallo.

Miguel Hernández, en su cuarto viaje a Madrid, fue amante de Maruja Mallo, y por la represión sexual que llevaba encima por la época (no se había acostado con su novia del pueblo), es fácil de imaginar la vehemencia desesperada sexual de cuando ella ya no quisiera seguir siendo amantes. Y de ahí los poemas, y de ahí los poemas que la presentan como cruel. Pero quien haya conocido eso del sexo (tanto porque se haya acostado con gente virgen con la que luego no se puede seguir, como por haber sido quien deseara apasionadamente), y lo que es la traducción a arte de hechos de la vida, imagina fácilmente que el hecho de que se sienta muy fuerte y se juzgue cruel a alguien que no puede seguir contigo es un hecho expresado artísticamente, y no un juicio que busca justicia. Se siente rabia, se quiere hacer daño, se quiere sobre todo hacer reaccionar para que vuelvan contigo, pero es todo el mundo de la expresión artística, no una descripción objetiva, justa de una relación.

(En épocas de intensificación hacia una guerra, la gente se necesita aproximar físicamente más, y había gente acostándose con diferentes personas, incluido Miguel Hernández luego, al parecer.)

Recientemente, yo misma, al escribir un poema basado en la amistad perdidad con una antigua amiga, y al hacer un dibujo sobre cuatro amistades perdidas, no pretendo «hacer justicia» sino sencillamente plasmar lo que sentí al quedarme sin ellas, que puede ser un reflejo de algo real o no, o sencillamente un reflejo de cómo procesas los hechos. El poema tuve que «disfrazarlo» con el plural, cosa que no está mal (salvo en una estrofa que tendré que trabajar) porque de algo particular surge un reflejo de un asunto que atañe a mucha más gente. Del dibujo, he tardado en subirlo por dudas, hasta que las he descartado por esto mismo, porque una cosa es cómo nos sentimos y otra la realidad de todas las personas implicadas.

Los curas lavaron el cerebro a la población sobre que pensar algo (imaginar) equivalía a hacerlo, y esta tara la arrastramos y es siniestra –y no digamos si le sumamos la misoginia atroz. Porque el hecho es que no es así: estaban enseñándonos a congelar el pensamiento y ser obedientes, esclavas y esclavos. Pensar en que se muera alguien no es igual que matar, no cabe en ninguna cabeza sana. Y el arte es una vida pararela en ese sentido. (Las feministas artistas, por ejemplo, jamás han pedido la pena de muerte para el Hombre, pero si lo hacen trizas en algunas obras. Y es que no es lo mismo. De hecho, la violencia expresada tiene relación con la recibida, no con la emitida en la vida real.) Miguel Hernández se sentiría furioso, rabioso, partío de dolor, claro que sí, pero eso porque se produjo una ruptura en una relación que necesitaba y quería. Que Maruja Mallo no quisiera seguir con esa relación sexual (y digo sexual porque siguieron colaborando artísticamente y siendo amigos) no implica que ella fuera una persona cruel, fría, que utilizaba a los hombres. Un poquito de por favor.

Por cierto, Sorpresa del trigo lo pintó Maruja Mayo en 1936, el último cuadro pintado en Madrid antes de irse a Galicia con las Misiones Pedagógicas, y de tener que huir a Portugal por Tuy cuando Franco inició la guerra civil. En este cuadro está también Miguel Hernández, su amigo y compañero republicano.

(Editado luego para meter lo de mujeres y violencia en arte.)

Escuchando dolores pasados que no escuchó (amistades perdidas)

Poema a C. (que no es Maruja Mallo), Que os arrastre el viento al Pacífico 

I. Jugar a las amiguitas. Después del pasmo de la primera vez, te eché de menos; después del pasmo de la segunda vez, no te echo de menos. Cuesta ver hasta qué punto la cobardía puede vapulear y degradar a una persona.

II. Nada que compartir.

III. Saludarse, si eso.

Después del efecto que tuvo la guerra de Vietnam respecto a movilización social contra la guerra, en los ochenta la administración Reagan desarrolló la llamada Guerra de Baja Intensidad, en la que al menos la teoría era que armas y campos de batalla quedarían reducidos al 20% del total de lo que era hacer la guerra.

Por desgracia, las poblaciones no se detuvieron lo suficiente a analizar este hecho, y conservaron la idea de guerra que ya, de hecho, era antigua y no contemporánea. Quienes no tienen escrúpulos han evolucionado mucho en su idea de cómo abusar, explotar, reprimir, oprimir y asesinar. Y la gente activista ha desarrollado la acción directa noviolenta y métodos noviolentos como nunca antes. Pero la población sigue siendo bastante inconsciente de lo que es lucha, de que están usando la noviolencia para luchar, y de lo que es violencia y guerra, de cómo ha cambiado esa realidad en los dos últimos siglos. (Ayudaría un poco de consciencia por parte de las poblaciones en estos temas. Luchamos con noviolencia casi todos los días, enfrentando todo tipo de violencias, y con esta lucha nos va mejor que si usáramos los medios que la propaganda patriarcal registró que eran los únicos que usaba la especie. Pensemos en «las feministas» que a lo largo de la historia no han caído en la torpeza o indignidad de proponer un mundo tan violento como el patriarcal, a pesar de siglos de violencias en su contra.)

La Guerra de Baja Intensidad incluyó el «frente» de la propia población: desinformación y neutralización radical de cualquier pulsión a lo social (llegaron a crear ONGs en el marco de la guerra, o sea, con un objetivo contrario al explicitado, para «ayudar» en el extranjero).

Actualmente, no puede ser ya escondido ni disimulado: el concepto de la violencia para el poder lleva ya décadas de práctica en hacer la guerra, en ejercer la violencia, sin tener que usar armas ni golpes en la calle.

Yo lo llamo la Neoguerra del Consumismo, los Desahucios y el Desempleo. Llamémoslo las guerras de las sociedades industriales-tecnológicas. O más cruelmente, la Guerra en la Democracia.

Lo asqueroso de que periodistas en puestos de poder pregunten: «¿Y cómo se sienten los hijos de las personas que son escracheadas?» es esto. Que no identifican la extrema violencia de la guerra que se ejerce contra la gente. Cierto que una cosa es la autodefensa y otra el linchamiento, pero la gente de los escraches no ha linchado a nadie, están presionando porque son objetivos de la Neoguerra del Consumismo, los Desahucios y el Desempleo.

La crisis existe porque hay un puñado de seres en el planeta que acumulan riquezas astronómicas inimaginables. ¡Un límite a las riquezas ya! Si hay gente que necesita ser rica para vivir, que lo sea, pero no a costa de todo el mundo y el planeta. Tiene que ser un crimen poseer más de X dinero. Tiene que suceder ya, con esa prontitud con que responden los irresponsables políticos al gran crimen del escrache, un recurso de la Acción Directa Noviolenta de la desesperación ante el abuso sin límite y reiterado hasta la náusea, como sabe cualquiera que sepa de escraches en el mundo.

(editado viernes 12, 12.20pm)

Elige un cuaderno para registrar tus sueños, y un buen algo que pinte.

  1. Elige una noche adecuada: en la que no estés agotada, ni pedo. Que sepas que vas a poder dormir suficiente, y que vas a tener tiempo para registrar los sueños al despertar.
  2. 10 minutos antes de apagar la luz, anota brevemente el día (para evitar liarte interpretando): las cosas importantes, lo que has hecho, lo que has sentido. En 4, 5 líneas describe tu mapa emocional del día. Si fue un día agotador o frustrante, anota. Si algo te removió.
  3. El deseo: en unas pocas líneas escribe de qué quieres soñar. Describe el problema, tu voluntad de cambiar de enfoque y de creencia. Y los benefecios que se darían si la cuestión se resolviese.
  4. La frase: formula en una frase con las menos palabras posibles tu pregunta, la cuestión que quieres averiguar. Te centrará y te aclarará el tema, y te forzará a saber qué más pasos estás dispuesta a dar en la exploración.
  5. Al apagar la luz: en lugar de contar ovejas, repítete la frase hasta quedarte dormida. Déjate llevar por su música y evitarás ponerte a pensar en el tema.
  6. Al despertar, escribe lo que te venga a la cabeza, y lo que recuerdes de haber soñado.

Mis notas de «Personal and Professional Problem-Solving in Dreams», de Gayle Delaney, en Dreamtime & Dreamwork (1990), editado por Stanley Krippner.

Los crímenes del corazón amarillo
son como manchas de humedad,
extienden su ácido en días de lluvia.

Los crímenes del corazón amoratado
son, con todo, los peores,
pero los puedes guardar en el sótano,
y vivir como si fueras una buena persona.

Cumpleaños

Hay problemas sin solución, y uno propio es mi relación con los cumpleaños: puedo imaginar que quizá a una persona pequeña (pero me pregunto, ¿todas?) pueda llenarla de amor estar rodeada de personas que la quieren y celebran su nacimiento, deseándole cosas buenas, dándole besitos y encima regalos! y comiendo cosas ricas ese día y tomando bebidas especiales. Pero yo no soy una niña y no podría sentirme así (si es que sienten así, que puede ser que sí). Me intimida la idea de ser el objeto de todas las miradas al mismo tiempo, ser la prota de «mi día». Entre personas adultas, lo bueno es que todo puede ser bastante ordinario. Me admira, con todo, que se atrevan, pero les he visto llevar una caja de bombones y ofrecerlos. A cambio reciben felicitaciones. En fin, ni esto, no, a mí, que tanto me gusta celebrar cada día, esta celebración me intimida. Cuando era joven y expliqué esto a mis relaciones ocurrió que pensaron que se me pasaría organizándome una fiesta sorpresa. Por qué el ser humano piensa que cuando dices «No me gusta eso» estás pidiendo que te lo hagan tragar es algo que sé explicarme. Respecto a aquella fiesta, escapé, y sin duda me abrió una brecha con esas personas, que no querían o sabían escuchar cuando lo que oían era tan contrario a la tradición y las costumbres. Por eso, después de esto, que ocurrió hace más de 30 años, no volví a decir cuándo cumplía años.

Hoy cumplo medio siglo en el universo y como existe Internet, que proporciona formas alternativas para la socialización, me he atrevido a compartirlo. Es cierto que llevo todo el año 49 revisando cosas en mi cabeza, y que así seguiré este año 50. Porque quiero pasar los próximos 50 años más propia si cabe, más libre, y sufriendo menos, pasando menos penalidades al menos con la gente.

No ha ocurrido lo que me auguraban las personas estrechas de miras, desde la infancia, en la adolescencia, en la universidad, fuera de allí, siempre, ¡siempre!: «cambiarás». He aprendido mucho, y evolucionado, pero no ha cambiado esa esencia vital de necesitar la libertad para respirar y latir, esa lucha contra la injusticia, a favor de las cosas. Eso que tanto generaba que te dijeran: «Ya se te pasará» no ha pasado. Sigo aspirando a la luna, o siendo «anarquista» como dijo con pesar un profe que tuve, augurándome una vida «problemática». He vivido una vida intensa y de lucha contra la imposición. No era una cosa «de juventud». Es una cosa de derechos humanos, derechos de vida. Habrá a gente que eso le pase sólo en la juventud, pero ése no ha sido mi caso.

Lo que sí es cierto es que no me he casado (ahora que lo pienso), pero eso no ha significado que no haya conocido el placer (por la parte de sexo que tiene casarse, ¿no?), que no haya experimentado la felicidad en una relación monogámica, o que no haya sido capaz de comprometerme en proyectos altruistas (que tener hijxs no es el único proyecto de vida posible). No es casarse, al menos, para la mayoría de los casos, pero es que yo no he querido casarma nunca. De hecho, quiero a mi amor cada día. No sé mirar más allá.

Tampoco he querido tener hijas o hijos y por suerte, no los he tenido. Y por más suerte, la persona de la que estoy enamorada tampoco ha querido tener descendencia. Así que feliz en ese tema tan lleno de trampas. No hay un fondo de tristeza o vacío en mi mirada respecto a esto. Y cuando saludo a las nenas y los nenes mi cuerpo no me manda mensajes de querencia, ni mi emoción, ni mi cabeza. Me asombran las personas pequeñas, simplemente.

Mi relación con el dinero se ha mantenido mala, entiendo que algún problema tengo, pero hay una directriz vital con sentido: nunca he conseguido darle suficiente importancia al dinero, y ya sé que ser vagabunda, y pobre, no te cambia esa falta de querer. Sencillamente sufres cosas físicas, y mueves el culo para ganar dinero para no pasarlas, pero eso no equivale a concebir tu vida en torno al dinero, concebir todo lo que haces en función del dinero, y lo que puedes hacer con la gente. Sin dinero se puede hacer muchísimo, y sobre todo, vivir (y dos de mis favoritas: conversar y tener orgasmos). Que nuestras sociedades nos impongan tener que tener algo de dinero no debería llevarnos a esos extremos a que llega tanta y tanta gente, por dinero.

He conseguido controlar mi violencia y aprender a procesarla desde la acción noviolenta, creativa y a menudo incluyente de humor. Por eso sé tanto de la violencia y de la noviolencia. Además, tengo un profundo análisis sobre el tema desde la inteligencia feminista, lo sepa contar o no. Y si tuviera tiempo un día, debería escribir sobre esto, la verdad.

He sobrevivido al sistema educativo, en la guerra y en la paz. Sobrevivo día a día en un mundo donde el patriarcado impone sus violencias de pesadilla, desde La Familia a las Corporaciones, siempre desde las más brutales a las más retorcidas y disimuladas.

Y aunque haya días bajos, básicamente, sigo disintiendo, y luchando amorosamente, por amor.

El patriarcado se ha impuesto porque su base es ejercer la violencia sin límite, total. Están, claro, los Hijos Rebeldes que se llaman revolucionarios del Sistema y no son más que sus perpetuadores. Como el Padre, no ven toda la realidad, sino sólo la que el Padre mande, y la que les conviene. No ven la lucha de la gente que no lucha aterrorizando, sino por amor a la justicia y la libertad y la vida buena.

Frente a la violencia patriarcal, no hay violencia que la venza. Sobre si podrá la noviolencia, sigue estando por ver. Esta lucha es la que nos ha traído lo bueno que tenemos en el mundo, justamente, aunque se la invisibilice continuamente, entre otras cosas porque la han realizado masivamente las mujeres, y le feminismo como movimiento social.

Sin desarrollo de la inteligencia feminista, no se verán las cosas. Las cosas no son que la violencia lo puede todo. La violencia se impone, pero es la responsable del horror del mundo. No ha conseguido más que tararnos la inteligencia, sufrimiento y destrucción. Y lo que demuestra que la violencia no sirve como sistema es que incluso ésta, al no poderse sostenerse total y absolutamente porque se habría autodestruido radicalmente, ha tenido que generar sistemas de violencia no física directa, con aspectos de noviolentos pero no pudiendo serlo porque sus intenciones son violentas.

Saturada de violencia, saturadas de violencia, y la especie, debería estar ya saturada de violencia y tara mental. Deberían apostar por lo que somos capaces de hacer bien, y dejar de cantar a los modos patriarcales de creación de problemas.

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http://internacional.elpais.com/internacional/2013/04/02/actualidad/1364925579_010447.html

http://www.mujerpalabra.net/creadoras/michelle/pages/poemas_cuadros/poemas/nosoyungranodeanis.htm

http://www.mujerpalabra.net/frases/?p=773

 

lamujerestienenmenteshumanas

No es a Maruja Mallo, con toda claridad, sino a C.

 

Personas que querían volar lejos de la familia

y que como un yoyó invisible

de una única tirada trágica

volvían,

para quedar encajadas alrededor de la mesa camilla.

 

Me pregunto ahora si aquella vida que salía de sus manos creadoras

(fue mucha y parecía inteligente)

no era más que imitación, cosas vistas

en los libros de arte de los hombres,

escuchadas a ellos,

desde la banda inexistente del espacio de ser niña,

cosas anheladas y siempre sabidas ajenas

debido a la Razón genital que determina

naturaleza,

sueños y aspiraciones y sobre todo,

quiénes no pueden tenerlas.

 

Sabiduría, en cualquier caso, de las titánicas cobardes también,

que salían de casa

sin intención de implicarse en la vida,

sólo jugar a vivir,

disimulando que no pensaban jamás

abandonar su sitio,

ese nido protector suicida,

ese espejismo mortal.

 

*

 

Me pregunto

cómo es que la gente se afana por acumular

mentiras estructurales como imponentes catedrales,

miradas migajas susto en mirar a fondo y fresco,

en cuartos que convierten en trasteros,

recintos forzados

a altar voraz de la familia.

 

La mentira de la seguridad no tiene inteligencia.

Es miedo puro, falta de respeto pura

por una misma,

parturienta perpetua obediente

de regateos contra una misma,

con ese odio

misógino

que las mujeres saben

tan naturalmente ejecutar

siglos después de haber olvidado

que antes de aprender obediencia ciega,

a echar piedras y ácido sobre su propio tejado,

a ese voluntarioso saltarse los ojos y reír que es la cebolla,

vivían aterrorizadas.

Analfabetismo patriarcal radical y conveniente.

Adoctrinadas al fin

como el hierro bajo el martillo sobre el yunque

sobre el valor del Hombre

y su propio no ser nada, el de ellas,

pariendo, así, lo ajeno: lo ordenado

en este Universo Crueldad:

el desprecio propio sin fin, insistente insulto mudo,

bien doblado y guardado bajo el mantel,

consumiendo su genio y su potencial en el brasero,

escuchándose continuamente el salmo

“No hay más amor

que el de la misma sangre”.

Adoctrinadas al fin, perpetuando el Universo Crueldad:

el desprecio por las otras,

bien anunciado al mundo, finalmente,

cuando tiran las máscaras al fin de la verbena

para cerrarse tras la puerta casa,

cortar toda comunicación con el mundo,

y recogerse en la eternidad inmutable

del festín y la digestión familiar.

 

*

 

Sin embargo, ante mis ojos fue lo que soñaban,

Lo vivimos y lo compartimos,

lo generamos y lo creamos.

 

Lo malo de la bondad

es que expone las mentiras,

por eso siempre prima

la ejecución,

incluso cuando la sorpresa

precipite un abrazo.

Podría decir: Gracias por hacerla silenciada.

Pero sería caminar en sus zapatos de lazo y trampa.

 

Hay que tener mucho valor para quedarse en un cuarto aireado

porque con la entrada de la luz, todo se ve

y todo cambia.

 

Ay que haber querido muy poco a las personas

para que lo único que importe y se valore sea

permanecer sentadas

con las otras únicas receptoras de su respeto,

las que saben que son lo que no dicen ser.

 

Constructoras de retratos, visionarias:

“captado tu vacío interior, tu carencia”.

Pero no era La Ella, era lo que sabían

que iban a hacerla;

era, más bien,

lo que sabían que iban a hacerse.

 

Esperemos que arrecie la furibunda primavera

y os restaure los ojos que abatisteis

y os arranque y lance lejos

de vuestros muertos y de vuestros vivos,

los dominantes y los que juegan a

no dominar.

 

Toda mi furia para que esto pase

y seáis arrastradas al Pacífico,

entregadas al mundo sin reglas del respirar profundo,

rojo palpitante,

el mundo real del arte y la vida.

 

Una vida de amigas

hubiera bastado.

MODIFICADO, QUE HABÍA FRASES QUE NO SE ENTENDÍAN!

Qué pesadez. ¿Cómo cabe en una mente humana (libre) concebir que cuando al fin las personas descubren que lo que antes se explicaba como magia, brujería o espiritualidad era algo humano, de nuestros cerebros el surrealismo (el subconsciente, inconsciente), eso sólo interesó a un grupo de personas muy concreto y poco numeroso con un líder, un mandón, el señor Breton, patriarca del surrealismo?

¡La historia patriarcal está llena de patriarcas que oRdEnAn y MaNdAn! ¡Es que tienen que distorsionarlo todo nombrando patriarcas! Patriarcas y «los primeros» que hicieron algo. Qué idea tan distorsionante… Pues no hay personas que llegan a lo mismo en sitios muy distintos… de siempre… aunque no nos conste en la jodía historia patriarcal…

¿No habría más bien millones de personas (en especial, artistas) que estarían explorando este hallazgo en el siglo del descubrimiento del subjetivismo?

Y Maruja Mallo (aquí un hombre ha subido un montón de obra, lo que es una suerte!) sin duda alguna, ¡cómo no! Lo que no quiere decir que hiciera lo que ordenara Breton ni que sólo hiciera eso.

¡Pero qué pesado es leer las tonterías que se escriben desde mentes que no se plantean preguntas, sólo un afán de decir algo que les haga ocupar un sillón en la historia o que les permita ganarse la vida! Lo último, recoger algún rastro que posibilite algún grado de conocimiento.

¿No tuvo Picasso épocas? ¿Qué pasa, que si eras una mente exploradora pero con un cuerpo con vagina tendrías que aspirar a una etiqueta (yo no estoy en contra de los nombres, pero los nombres son etiquetas cuando se usan para mutilar)?

Miro los trabajos de Maruja Mallo y veo cosas distintas, increíblemente distintas, pero creíblemente distintas porque vienen de una mente capaz de mirar por encima de todos los muros y de hacer conexiones sorprendentes! Y veo que tiene épocas, claro, de exploración de tal o cual, como toda persona artista: hay cuadros donde se ve el impacto del surrealismo (no del del Patriarca asesino sino de lo que fue el impacto en las mentes artistas humanas), y hay un montón donde hay cubismo, abstracto, modernismo/futurismo, dadaísmo. Y costumbrismo («lo popular», lo único que el museo reina sofía tiene de ella). Y también hay algo que hace ella que es conectar lo moderno con la Grecia clásica, y con la Ciencia. Hay millones de conexiones. Millones de preguntas: mira el universo y le da orden humano o encuentra tal diversidad en la naturaleza que puede encontrar un orden posando la mirada en un punto, y ese orden nos vale a las personas? (no a los patriarcas, enfermos de sólo querer imponer su jodío orden, qué pesadez, qué bombardeo, nada les basta, nada les contiene! Qué abuso de pesadilla!)

Y eso sí: ni una página de citas de ella en Internet. Con todo lo que debió hablar y escribir!

Protoesquema, s.f. (h. 1982) – usado girado 45º a la derecha, en la portada del libro que tengo, escrito por Estrella de Diego, y publicado por la Fundación Mapfre, 2008

Maruja Mallo en su estudio, 1936 (Madrid, quizá) El cuadro «El milagro del trigo» es de este año y está ahí, así que ésos son cuadros del año, o alguno más!

En 1943, tiene una serie (de pocos más años) de Naturalezas Vivas, y ésta además tiene el subtítulo de Vida Vibrante.

Se ve que exploraba algas… Algas III, 1943 – cómo van creciendo

Seguiré posteando sus cuadros…

La tierra no se asusta

cuando voy avanzando removiendo sus entrañas

cuando emerjo generando desprendimientos

y estoy sucia y huelo a sudor

y luego necesito un baño y dormir

hasta haber descansado suficiente

Al inicio de la primavera soñé que no me querían.
Me desperté enternecida por la bondad
de mi subconsciente, que me retuvo el mensaje
hasta que me hubiera recuperado,
y pudiera razonarlo con libertad,
evitándome juicios, victimizaciones.

Cierto. La gente cuando ama
une sus afectos a las obligaciones,
y yo siempre he sido vagabunda:
saben que podrías salirte del camino
para oler una higuera, subirte a un árbol,
tirarte en la hierba a mirar nubes;
no pueden agarrarte de ningún lado
para conducirte a esta u otra habitación.

Cada día me caigo mejor.

Identidad

Quizá identidad es
sobre la cuerda del tiempo
en el caos de la vida
este sentimiento
y esta fortaleza
que te hace posible
conservar el equilibrio.

Ya lo dijo Lakoff. Y es que no hay manera: en cuanto hay una diferencia de opinión, se establece, en el mejor de los casos: mejor dejarlo. Ni curiosidad, ni ganas, ni nada. Mejor dejarlo. Hay un rechazo radical al diálogo, que es decir, a la exploración, a la posibilidad de colaboración, de construir algo más allá de lo que cada cual saque individualmente (aprender a explicar mejor las propias ideas, p.e., o abandonar una idea que resulta no ser muy buena).

Defender, atacar…

El lenguaje lo dice todo de nuestro sistema conceptual.

Pero eso no es decir lo limita todo. Porque tenemos una mente compleja, con un potencial increíble, que no queda contenido sólo en el lenguaje. Ya nos lo dice la intuición, la inspiración (arte, sueños), esas vivencias de que hemos procesado mucho más y sin lenguaje.

Así que habría que luchar por comunicarse, realmente. Las redes sociales ofrecen espacio para eso, oportunidad, de difundir pequeñas experiencias distintas que plantean preguntas.

En 1994 cuando tras 8 años de trotar el mundo decidí terminé una carrera, para acceder a la enseñanza pública, el profesor de quinto de filología, literatura estadounidense, al llegar las dos únicas autoras del temario se las saltó, con una excusa. A la salida de clase, le comuniqué que no volvería a sus clases, porque yo sí escuchaba la omisión, y era el colmo que para lo que había de no omisión, la ejecutara implacable. «Pobre hombre», «loca mujer». Es una pesadilla. El buen hombre me dijo: Da la clase tú sobre ellas, si quieras. Yo debiera haber sentido gratitud, pero respondí: A ti te pagan por este trabajo, yo sólo soy lectora de estas mujeres. Pero pasaron los días, me quedé sin clases de literatura, y con el cargo de conciencia de que había tenido oportunidad de dirigirme a la clase, para dar a conocer a esas dos autoras y había dicho que no. Así de locas y déspotas somos las feministas. Así de buenos hombres son los hombres que nunca nos echan de menos, no necesitan buscarnos, escucharnos, aprender de nosotras. Se bastan y se sobran, y si te miran cuando explican, tienes que sentirte especial, y generar gratitud.

A los tantos días, acepté dar la clase sobre las dos autoras, al cabo de un tiempo. Me preparé una selección de poemas de ellas, y como intro, escribí una página titulada: «Sobre la necesidad de leer a mujeres y de que las mujeres puedan ser modelos».

A lo largo del curso, el profesor universitario, hablando de los escritores, mencionaba también su suicidio, si se habían suicidado, y el cuadro era el de un contra héroe, pongamos, Hemingway. Debíamos fundir el interés en su obra, con la admiración al Hombre. COMO SIEMPRE, SE NOS DEJARA O NO ACCEDER AL CONOCIMIENTO.

En lugar de presentarme a mí, con mi pequeño nombre, y sencillamente contando por qué iba yo a dar la clase (gratis), habló de lo que hizo una de las escritoras cuando se suicidó: dejar una nota y un biberón, para que quien viniera se encargara del bebé, o sea, para que el bebé no pasará penalidad alguna. LA REACCIÓN DE LA GENTE SE RESUMIÓ ASÍ: Qué mala madre. Y ya dio igual lo que leí, mi intro, los poemas. CUANDO TERMINÉ VARIAS MANOS SE ALZARON PARA DECIR CON DESPRECIO QUE QUÉ MALA MADRE, QUE CÓMO HABÍA PODIDO HACER ESO. En quinto de carrera en la Complutense, a finales de los años 90.

Y eso sí, por extensión: qué grandes hijas de puta las feministas, siempre amargando a todo el mundo.

Ni curiosidad feminista, ni la mínima decencia de aceptar críticas racionales Y empáticas, de una gran inteligencia y de un gran valor, en todos sus sentidos, así operan los defensores del Sistema patriarcal, y la masa que los apoya.

Dime a quién desprecias e insultas y te diré a quién obedeces.

EPÍLOGO

De ahí en adelante, me hicieron el vacío en clase. Al punto que al profesor le di pena, y un día después de clase se me acercó como para que me sintiera incluida, existente. Pero eso me dio igual, claro (la inteligencia sirve para mucho más). Lo que dejó una huella mejor labrada de espanto abstracto (frío, como sordo) en mi memoria fue esto: a partir de aquello escribí unas tiras de papel que se titulaban: «¿Por qué no leer y regalar a escritoras?» y una lista de diez autoras y títulos. Pues bien: los arrancaban de los tablones, o escribían cosas como: Porque no! Me pasé el resto del curso poniendo mis papelitos y viéndolos arracados y tachados! Increíble. Y… patético. ¿Pero a quién se lo parecía? Seguramente no incluso a esos pensadores aportan su trabajo (remunerado) a nuestra cultura.

para cartel

I don’t really think in terms of explanations (Leonora Carrington, from video below)

If I’d been anything else I would’ve been a teacher (Vanessa Redgrave, from video below) (I wanted to dance.)

I had a gift, but I kind of resisted that idea. … she just got up and said … No, it’s a gift and I born with it. …

(Volando voy, volando vengo)

Ya han llegado a Madrid, en la carga de Howard, los primeros ejemplares de la tradu al español del libro dedicado a las objetoras de conciencia que ha publicado la IRG/WRI (libro traducido por mí, y con prólogo de traductora). Cuando sepa cuántos me pasan y el precio (creo que son 5 euros), aviso.

Sobre el Nuevo Manual de protección para defensoras y defensores de derechos humanos, como la web donde se puede descargar gratuitamente siempre da error, lo he subido a este blog. Está en Traducciones (prosa).

Estoy en insumisión radical: no me basta ya con tener relaciones que me respeten lo justo, y me aprecien bien. No voy a mantener relaciones con la gente que por inteligente que se conciba, contribuye activamente al ninguneo de personas tan valiosas para la especie comos las personas con inteligencia feminista. Estoy cansada del abuso. El problema es suyo. Que lo asuman.

Libro del bien

Sólo quiero que me escuches. Como la persona artista atendiendo al mundo de fuera. Escuchar jamás ha anulado la identidad de nadie; más bien, le ha ofrecido oportunidades para aprender, lo que es decir, para bucear, arrastrarse, saltar, trepar y volar. Así, tenemos cielos vistos por Van Gogh, y cuerpos vistos por Claudel. Sólo los padres de la crueldad pretenden convencer, lo que para ellos es decir, imponer el manto del miedo sobre la vida palpitante.

Quisiera hablarte de las mentiras. Se miente, como bien sabes, con buena y mala intención, constantemente por interés. Intereses erróneos si consideramos la aspiración a la alegría, que siempre va unida con el compartir, por propia que ella sea. Se miente porque no se aspira a escapar a la distorsión. Las semillas de alpiste caen al suelo húmedo, y las dejas crecer, para verlas crecer, convertirse en incontables mentiras que pueblan tu casa. Y luego están las mentiras de negarte a mirarte en el río, en los cristales de tu casa al anochecer, cuando los impulsos de violencia que aprendiste están más débiles y pueden ser cuestionados. Las mentiras que te impiden ver a quien tienes delante cuando esta persona no es lo que se espera que sea.

Cuando era una mujer joven, me ocurrió que me encontraba manteniendo conversaciones interesantes con hombres. No sabía yo, claro, nada de qué hondamente impacta la cultura patriarcal  nuestras identidades. Me sorprendía que al rato de aquellas conversaciones ellos siempre encontraban que era un proceso “natural” pasar a mantener relaciones sexuales. Resultaba que el que un hombre conversara contigo como si tú fueras un hombre, tenía un precio. Pero esto no lo supe con palabras hasta muchos años después. No les interesaba en realidad lo que yo pudiera aportar intelectualmente (o sí, también, aunque siempre menos que lo otro). No hablo de hombres machistas sino de hombres que no se consideraban machistas, ni yo a ellos; en realidad en nuestros mundo ni existía la palabra “machismo”, ni el análisis del sistema social en el que vivíamos, ni sin duda alguna la palabra “feminismo”. Que yo sin sentir el mismo deseo me dejara llevar a la cama me lo explico como el mismo silencio pero hacia mí misma (de obediente a los mandatos patriarcales) que hace que las niñas callen a pesar de su malestar intenso cuando el viejo amigo de la familia las agarra de los genitales para montarles a caballito.

Gracias a mi cabeza, he podido mantenerme aprendiendo, lo que es decir inocente y vulnerable (abierta y vital). Y esto me ha llevado a relacionarme intelectualmente con las mujeres, en una relación igualitaria y libre. Sin trampa. Sin sorpresa que luego destapa que has sido utilizada. Eso sí, con tu propia colaboración.

Relacionarse con mujeres, a nivel intelectual, afectivo y emocional, haciendo todo, cualquier tipo cosas, incluido el arte, el activismo, transformando el mundo (“sin que se enteren (porque no quieren, claro)”), y también sexualmente (con ellas esto “surge” cuando el deseo es mutuo, y no como premio al esfuerzo de “hablar y hablar”), es más libre, más relajado, está más lleno de vida y potencial, de ideas, de conexiones, es más placentero que con la gran mayoría de los hombres (que siguen insistiendo en sus miedos y consecuentes violencias en lugar de aprender a escuchar y a convivir. Con mujeres, es como estar con una persona, con una persona como tú, diferente pero sobre la tierra, bajo el cielo como tú. Es mucho mejor que la “igualdad”, yo lo llamo “libertad”.

Así que no me sorprende nada de cosas que dice Annie Leibovitz sobre Susan Sontag. Puedo comprender con la mente y el cuerpo de lo que habla.

Y bien, que siga la sociedad ignorando todo lo valioso y apoyando el sistema de violencias. No saben lo que se pierden. Una fuente de valioso aprendizaje, como poco.

Hay un sola mujer y en un momento el entrevistador la pregunta algo, y ella dice, «bueno, esa pregunta me cabrea porque siempre piensan peor si eres una mujer» (no sé de qué hablaban, es sólo la idea general de su crítica, la de ella), y el entrevistador, ciego, inconsciente, a cómo la cultura nos influye lo queramos o no, suelta el comentario de superioridad infinita, y mentiroso en su supuesto halago: «Es interesante que lo veas así (cómo se puede ser tan cabrón), porque yo no estaba pensando en eso cuando hice la pregunta». Claro, listo, pero está claro: si eres una mujer en un país en guerra y te ganas la vida como reportera, y ves morir a niñas o niños, no se piensa de ti lo mismo que si eres hombre.

Cuando yo volví de trabajar en países en guerra nadie me invitó a hacer una gira, como se hacía con los hombres que volvían –y quizá con mujeres (me consta que en cualquier caso sería mucho menos) de las que linchan «a las feministas» para ganar el «respeto» de los líderes de izquierda de su barrio. Pero claro, es mucho más fácil hacer lo que manda la cultura: sospechar de ella, de que ella tiene algo muy oscuro y malo. ¡Cuánto más miedo da una mujer «loca» que un hombre! A pesar de la realidad de violencia del mundo, protagonizada horroríficamente por «los hombres».

Es como me pasó a mí en la universidad: al hablarnos de los escritores, si se habían suicidado, como Hemingway, quedaban presentados como antihéroes merecedores del respeto del papel. Sin embargo, cuando presentó el profesor a las dos únicas mujeres reconocidas como escritoras en quinto de universidad Literatura estadounidense, lo primero y único que se dijo, porque lo primero ya dejaba claro mucho, fue que se habían suicidado, y que eran madres, y que Silvia Plath dejó el biberón preparado (hecho que se interpretó como el colmo de la maldad?! y no como el hecho trágico que fue, y conmovedor si empatizas un mínimo con la presión a la que se somete a las mujeres para ser madres y lo que se las exige siempre: que sirvan a la humanidad y no tengan identidad propia). Y todo el mundo pensó, lo que una persona exclamó y nadie comentó: Qué egoístas. Qué grandes hijas de puta, verdad? Ah, sí, pero mi pregunta no era por eso, yo escapo al efecto de la cultura, estoy en otro plano.

Lo más triste de esto, es que si más gente han visto el documental, muy posiblemente piensen en lo clásico, que el análisis feminista distorsiona la realidad exagerando cosas sin importancia. Tan poco, tan poquitito, se puede conceder a la realidad siniestra de que las mujeres son seres inferiores para la especie. El Hombre, la medida de todas las cosas, nunca ha significado «las personas», «los seres humanos».

Es un documental sobre el hombre, no sobre las personas. Y han metido a un mujer no porque necesiten explorar ese lujo de saber lo que un ser humano con un papel muy distinto en la sociedad siente o piense.

Y con esto estoy diciendo que muy mal, el documental? No, hostias!, no! Me parece necesario que veamos a las personas hablando con sinceridad de algo. Lo que pido es que se incluya a las mujeres, lo que exigo es que se nos tenga un mínimo respeto, joder. Qué mala!

Mary Wollstonecraft: Because it is time to effect a revolution in female chicken roles–time to restore to them their usurped dignity–and allow them as a part of the species, enjoy chicken rights, for by renouncing our gendered idea of chickens we shall reform the world. (Vindication of Female Chicken Rights, 1792)

Hay que vigilar las interpretaciones, porque muchas siguen siendo nefastas (con el fin no declarado de validar el orden existente). Por ejemplo, con equipos interdisciplinares, pero no sólo de gente que estudia diferentes ciencias!! Tienen que estar ahí personas como activistas sociales, y personas artistas, y personas relacionadas con el conocimiento del lenguaje!

La ciencia al fin tiene caminos donde los dogmas religiosos no mandan. Combinada con el conocimiento de la vida y las sociedades desde varios lugares, no puede más que ayudarnos a ser mejores, pienso.

En mi pequeña experiencia como profesora, por ejemplo, ya con más de 20 años de experiencia volví a la universidad (90s) para hacer algún curso de lingüística (a nivel doctorado) y saber si mi metodología de enseñanza tendría sentido para las ciencias. Y encontré más apoyo en las ciencias que en los usos y costumbres de la docencia!!

Ahora en Qué son las lenguas, por ejemplo, leo hipótesis del autor, o de gente a la que ha leído, y veo que por el camino que yo tomé: aprender mientras enseñas, he llegado a ideas incluso iguales!

Hoy leyendo sobre el origen del lenguaje humano (que no es cuando al fin se da el paso de la sintaxis) he «visto» las cosas que yo explico en clase!!: Useful Language, Body language, Automatizing Production for fluency and accuracy and to avoid literal translation, using the multiple resources we have to understand, listening to the music of the language, thinking of context and situations…

 

Todo ocurre simultáneamente, en y desde todo tipo de direcciones.

Esto no niega el peso de un sistema de siglos en la naturaleza de las sociedades que tenemos, patriarcales, que es como decir, basadas en la prevalencia de una minoría violenta y sin escrúpulos (o que no consigue concebir que toda persona contiene una mente humana) que usa todo lo que tiene a mano para mantenerse en su poder de violencias.

Es fácil comprender que frente a un ser sin escrúpulos («demente») es difícil defenderse, se use la violencia o la noviolencia. Sin embargo, lo poco que hemos avanzado en tantos siglos (o quizá sea mucho, quién sabe, a mí como mujer en las sociedades humanas no me lo parece, ya que las de mi grupo sólo parecen haber conseguido «tener derechos humanos» a partir del siglo 20 de manera más generalizada en algunas sociedades sólo, además), se debe a ese ocurrir de todo al mismo tiempo. Por un lado nos marca el sistema social y por otro hay quienes saben aprender más allá de lo que lo que deben aprender.

De pequeña quería ser chico. «Los niños son más nobles y valientes, saben ser buenos amigos. Las niñas son tontas, traidoras, cotillas…» Y eso que mi madre nos sacaba adelante porque topó con hombres bastante incapaces de todo. Ni en el instituto, que era uno experimental, que se pobló de gente con ganas a la muerte del dictador, ni en la universidad, con todas sus personas interesantes haciendo cosas interesantes, ni en los grupos de lucha social que empecé a visitar pude NUNCA descubrir el feminismo. Qué extraño, pienso ahora. Curiosamente, la gente de mi pasado que voy encontrando por la vida sigue sin haberlo encontrado, y no lo echa en falta. Esto me produce estupor y tristeza.

Volviendo a mi caso, tuve que salir al extranjero, la vieja historia de la nación-estado llamada España, para ver que las mujeres escribían y publicaban, que habían sido parte de aquella sociedad, políticamente, que actuaban autónomamente, sin siquiera la bendición de ningún hombre de la izquierda política, o «independiente». Llegué a Londres en 1989 y cuando me lo topé, el feminismo, reaccioné con los prejuicios que perpetúan todos los días, que validan todos los días el sacrosanto sistema (el Sistema patriarcal). «Pero ¿eso de mujeres solas…?» (¿pensando solas?) Solo que yo siempre he sido muy abierta de verdad de mente. Siempre he conservado un espacio de inocencia. Y por eso tengo la capacidad que tengo para aprender.

Desde 1989 no he parado de educarme, de aprender a pensar, a procesar, a relacionarme, a sensibilizarme… Y aunque soy una evolucionada feminista, aunque mi curiosidad feminista y mi inteligencia feminista tienen un desarrollo bueno o alto, sigo encontrando cosas en mí profundamente marcadas por el Sistema patriarcal y sus dogmas impuestos a sangre y fuego siglo tras siglo, y con nuestra total colaboración.

Cynthia Enloe habla de «curiosidad feminista» en un libro publicado en 2004 (The Curious Feminist) que yo compré en 2012. Yo empecé a usar «inteligencia feminista» al entrar en las redes sociales, en algún momento entre 2010 y 2012. Son dos conceptos a los que nos ha costado toda una vida de trabajo revolucionario llegar, gracias a que no nos ha vencido el miedo que a tanta gente vence: que se nos asocie al grupo más denostado de la sociedad, el de las personas capaces de curiosidad feminista y que desarrollan inteligencia feminista. Personas que deberían ser un modelo, una fuente de inspiración, para tanta gente «tolerante-piel-de-elefante», que cree que se puede pensar (bien!) sin desarrollar inteligencia feminista.

Rozo ya el borde de la amargura, no puedes ni apuntar nada, ya lo saben todo desde siempre, no nos ignoran, piensan, es que nada de lo que podamos hacer tiene ningún valor, para nada: casi que siento ganas de escupir, por el empecinamiento tan destructivo y cruel que enfrentamos. Por esa profunda ignorancia, adicción a la ignorancia, a tapar siempre la violencia, justificarla.

No quieren ni que rechistes, por eso nos hacen todo lo que pueden, de lo más superficial y trivial a la aniquilación pasando por la tortura. Ningunean una labor vital para la especie, obliteran su rastro, odian y desprecian a sus exponentes, como si en ello les fuera la vida, la vida de siervos del Sistema. Pero son buenas personas que se esfuerzan, no como nosotras, «las feministas».

Y si acaso tu crítica le abre un mundo a alguna de esas personas (que, difícilmente, pero ocurre, yo lo he visto), lo último que harían sería reconocer su fuentes (decir «gracias» por ejemplo), el mínimo respeto.

Qué pesadez tan grande, qué pesadez. Y esto es lo menos menos visiblemente violento de todo.

Quizá David fue Anónima, como siempre.

¿Por qué importa hablar de «género» y no de sexo?

La trivialización de los términos acuñados para el análisis (científico, es decir, no dogmático) no es indicativa de un profundo conocimiento de la realidad, sino todo lo contrario.

«Género» se acuña para establecer el hecho de que el sexo no necesariamente genera el par de género que construyen las sociedades patriarcales y que son su base ideológica, desde donde todo en la sociedad, lo público y lo privado, se organiza. Pretender trivializar este concepto indica resistencia a razonar sobre un hecho social que el siglo veinte ha venido a cuestionar de manera más generalizada a través de la práctica que es la vida individual de las personas en sociedad.

Existe un hecho irrefutable: a lo largo de siglos, la mayor parte de las sociedades terrícolas se han organizado desde la base conceptual de que las personas se dividen en dos grupos, «hombres» y «mujeres», definidos en función de cómo el sistema que organiza la sociedad pretende darles realidad. Un «hombre» está asociado a un conjunto de rasgos y funciones que en la realidad de la vida del ser humano no es ni mucho menos todo lo que puede ser el hombre. Con la «mujer» ocurre lo mismo, sólo que además el siniestro sistema ideológico patriarcal la cosifica (contenedor o muñeca hinchable), dado que se le atribuye incapacidades varias y la obligación de servir voluntariamente al «Hombre».

El concepto es que son «hombres» y «mujeres», dos grupos, se debe estudiar científicamente, es decir, dejando de lado la superstición, los dogmas religiosos, el afán de manipular el pensamiento transmitiendo que el sistema sexo-género patriarcal es «natural». Ahora sabemos que la mente humana es maleable y puede desarrollarse de infinitas maneras, lo que nos dice que la sociedad podría no estar organizada de base según este dogma de fe que es el ser «Hombre» y el ser «mujer» en el patriarcado.

El patriarcado toma un hecho biológico, el de que se requiere la combinación en el acto sexual para la procreación de la especie de una persona con útero y óvulos, y otra con espermatozoides, para transmitir una ideología particular que se pretende sea «universal» nada menos. El ser humano, las personas, no son ya sencillamente, sexuales o asexuales, con cuerpos diversos, sino símbolos de una idea binaria donde un elemento domina al otro, hasta tal punto de que teniendo ambos elementos la misma mente humana, el mismo potencial, se ha conseguido borrar durante siglos, negar durante siglos que el miembro «mujer» del par poseyera el mismo potencial.

Esos elementos, «hombre» y «mujer» patriarcales, lo son, patriarcales, porque vienen definidos de tal manera que quedan excluidos los cuerpos y las mentes, es decir, las personas, que pudieran tener diferentes rasgos y las personas como personas, pues son desde antes de nacer empujadas a uno de los grupos, sea como representantes idóneos o como ejemplos defectuosos. Todo ser humano que no se ajuste a dicha conceptualización de par, que además es complementaria-jerárquica, es decir, se entiende que uno de los miembros del par «generador de vida» es superior al otro, «el Hombre» superior a la mujer, y tiene la función de dominar la vida del inferior, es considerado inferior en todos los sentidos, un ser enfermo o idiota. Territorio, el de «inferior» por tanto poblado, por ejemplo, por todas las personas que teniendo teóricamente la obligación de incluirse en el grupo «hombre», son incapaces de reproducir los comportamientos e ideología del grupo dominante «Hombre».

SOBRE SI «HOMBRE» Y «MUJER» PUDIERAN TENER UNA REALIDAD: no se puede investigar esta cuestión si se da por hecho sin analizarse (científicamente) que ese par tal como lo ha definido dogmáticamente el sistema social patriarcal es «natural». En cualquier caso, incluso si aceptamos que la reproducción requiere el acto sexual de un varón y una mujer, y por tanto, se comprende la existencia de estos dos sexos, esto no implica necesariamente que todo el mundo humano deba quedar reducido a una conceptualización de estos dos sexos, dado que el ser humano es más variado, tanto en los hechos naturales como en el potencial que le da su mente, la imaginación. Además, igual que tener inteligencia no implica ser inteligente, tener la capacidad reproductora potencial (ser heterosexual) no implica querer usarla para gestar, parir, criar y educar, ni tampoco desear mantener una relación monógama.

Las personas somos como poco tan culturales como naturales. La base de la cultura habiendo sido un concepto de género que se ha impuesto sobre el de sexo. No podemos trascender (superar vitalmente y comprender conceptualmente) el aprendizaje cultural de cómo deben organizarse socialmente y en privado los sexos humanos descartando un concepto vital para poder realizar el análisis. Eso sólo juega a favor de la perpetuación del sistema patriarcal. Por mucho que moleste, para conocernos, individual y socialmente, hay que entender en qué sistema nos hemos organizado durante siglos y por qué. No son las personas con inteligencia feminista quienes deben demostrar que no deliran, lo que está plasmado en toda la cultura de muchas sociedades del planeta durante siglos. Es preciso que quienes no han desarrollado una inteligencia feminista se planteen aprender un poco a hacerlo.

Sin inteligencia feminista no se puede comprender el mundo que hemos creado, y por tanto, lo tenemos más difícil a la hora de trascender esas definiciones brutales de lo que son las personas, para desarrollarnos de maneras más libres, individual y socialmente.

Hay una grieta en el cuero viejo y duro
del terror impuesto y sordo, viejo y duro
y cubierto por el moho del vapor
de las lágrimas y el sudor
que se está resquebranjando ahora
tras siglos

de golpear la superficie
a pesar del ruido ambiente,
digamos batallas, invasiones,
digamos sí con dolor inconcebible, gritos,
que es el terror espeso, complejo
del crimen más invisible, la violación,
ese orden patriarcal del mundo.

Torturar así, tan particularmente,
degradados los hombres a objeto que es un arma.
Terrorismo del sistema.

La grieta anuncia un mundo bueno
que no llega lógicamente sino porque se busca,
sabiendo
que lo que eres es lo que se anuncia
y también lo que pretendes transformar.
En tu cuerpo, en lo que tú eres
se recuerda el pasado,
se anuncia el futuro.

Sólo hacía falta saber
que más sentían náuseas.
Que puedes saltar y caer
en sus brazos, los brazos
de quienes no se dejan confundir ya más
por los premios y los castigos…
(En qué mundo fueron concebidos,
desde qué tara de la destrucción impuestos…)

La inteligencia no imaginó laberintos de sufrimiento,
fue la cobardía de los incapaces.
Ciertamente son temibles, sin embargo,
quizá merezca la pena retirarles nuestro miedo,
el nuestro por ser objetivos militares
y el vuestro por ser hombres.

Para un punto crítico (inteligencia feminista), ver anterior: cap. 2 (2) – Ir a Página Lecturas de Lingüística con posts

Copio citas que deberían ser de conocimiento general, para que así dejáramos de escuchar las tonterías que dicen personas que no saben nada de lingüística aunque hablen su idioma materno, y personas que habiendo quedado la institución donde trabajan o desean ingresar anacrónica/obsoleta desde el comienzo del estudio verdaderamente científico (no «científico» como antes era decir que las mujeres y los negros tenían el cerebro más pequeño y que por eso eran inferiores) de la lengua, en el siglo 20.

p. 43: «El diccionario ideal de una lengua debería contener todas las palabras usadas por sus hablantes, con indicaciones claras sobre el ámbito de uso: general, regional, propio de un grupo social, de un registro culto o coloquial, «malsonantes», anticuadas… Muchas lenguas disponen de un diccionario así. La nuestra, por desgracia, aún no.» (Pensando en el DRAE, pero dónde se reconoce el salto que da el María Moliner -al menos las ediciones que hizo ella- o el Clave luego, que sí son diccionarios descriptivistas, aunque no lleguen al ideal que se describe en p. 43?)

pp. 46-7: «Éste es el caso del gran Diccionario Oxford o de su equivalente en los Estados Unidos, pero no hay algo parecido en español. Como la lengua es de los hablantes, son ellos los que pueden decidir qué es estándar y qué no. Para decidirlo necesitan saber cómo hablan los demás, y un diccionario puede ayudarles. Si una palabra no les guta o les resulta innecesaria, dejarán de usarla y desaparecerá (igual que ya no se usan los bigudíes, igual que en los salones de los hoteles de lujo ya no hay escupideras estratégicamente colocadas). Si les gusta una palabra regional pueden acabar por generalizarla (hacerla estándar), no necesita que nadie les dé instrucciones.

Existe la creencia errónea de que sólo se puede «hablar bien» si existe una institución que establezca normas de obligado cumplimiento. En realidad, la idea de «hablar bien» no es exclusiva de las lenguas con academia, ni siquiera de las lenguas escritas. (…) La sanción social y la tradición creada por esa sanción social deciden quién habla bien. 

Lo que hace falta es que cada uno sepa utilizar la lengua. Pero esto no sólo quiere decir «someterse a las normas gramaticales» sino, muy especialmente, expresarse adecuadamente a cada circunstancia».

p. 48: «El estándar le permite dirigirse a cualquier hispanohablante, o a cualquier persona que haya aprendido español, sin problemas graves de comunicación. (…) Somos tan distintos en nuesgtro vocabulario como en todo lo demás, pero eso sólo representaría un problema si la diversidad nos impidiera entendernos unos con otros. De modo que cada cual utiliza las palabras que quiere, pero conviene que conozca también las que, aunque no sean propias, son generalmente aceptadas como estándar».

(…) El estándar no es la consagración del hablar bien, es simplemente un acuerdo social más o menos tácito que permite entenderse perfectamente a personas de distintos orígenes nacionales, regionales y sociales: el vocabulario estándar no es de ningún sitio porque es de todos a la vez».

p. 49: «hablar bien [es] saber adaptar nuestra lengua al contexto, también a nuestro interlocutor. (…) Y algo muy importante: que una palabra figure o no en el famoso diccionario académico no quiere decir nada: ni una palabra es «mejor» por figurar en él, ni «peor» (mucho menos «inexistente») porque no se haya recogido en esos famosos volúmenes que tantísima atención pública merecen en cada nueva edición. Me parece patético que entre las noticias regionales de Navarra se incluya, como un triunfo de la Comunidad, que el término chistorra vaya a incorporarse al D[RAE] (…) o que se puedan escuchar cosas como: «ahora ya se puede usar la palabra gilipollas, porque está en el D[RAE]». O que se discuta en los medios de comunicación si una palabra de uso corriente desde hace mucho tiempo «merece» o no ser aceptada por los académicos».

p. 50: «Académicos, profesores, maestros, periodistas, incluso aficionados, claman (…) contra los errores del lenguaje que destruyen la lengua castellana (…). Normalmente tienen tanta razón como un santo… como un santo que condena a alguien a la hoguera por decir que la tierra es redonda, o que damos vueltas alrededor del sol, o que el ser humano ha evolucionado a partir de un antecesor común a nosotros y a los chimpancés. En otras palabras, no tienen razón. Sólo una concepción de la lengua estándar como propiedad exclusiva de alguna institución o algún otro ente semejante permite afirmar cosas parecidas.

¿De quién es la lengua? De quien la habla, no de una institución artificial, anticuada e innecesaria que actúa con criterios escasamente científicos».

p. 51-2: [Claro que se cometen errores, pero qué significa esto] En estas palabras estamos en una fase de cambio, de evolución (… la lengua está siempre cambiando). No podemos saber en estos momentos si [previó y preveyó, posible y plausible, añado: impreso e imprimido] acabarán [de una manera o de otra o especializándose como sandwich y bocata, o…]. Dependerá del conjunto de hablantes lo que suceda con estas palabras. (…) [M]uchas de las aparentes incorrecciones son cambios en marcha y muchas de ellas tienen una clara utilidad  [tareas a realizar vs tareas que se deben de realizar, y similares] (…) De manera que la expresión, aunque sea nueva y esté calcada de otras lenguas, es útil y conveniente. Puede no sonar (…) bien, pero no puede decirse que «esa construcción no existe en español», porque efectivamente existe y cada vez se usa más. (…) En general (…) cuantas más posibilidades de elección pueda tener el hablante para expresarse, tanto mejor para la lengua».

Comentario: ¿De hecho, qué hacemos continuamente al usar el humor con la palabra, al aplicarle al lenguaje nuestra creatividad, COTIDIANAMENTE, tanto porque escribamos literatura, como al hablar (p.e., usando una palabra de un contexto formal en una situación informal, o perteneciente a un grupo humano, sea la gente pija o macarra…, o trasladando una frase lírica a una situación cotidiana…) por hacer sonreír a alguien? Lo grotesco de la RAE (Real Academia de la Lengua Española, aka Real Museo de la Palabra Muerta) es que pretende restringir, reprimir el rasgo más humano del lenguaje, el que en principio pensamos que no tiene parangón con ningún otro sistema de comunicación animal o vegetal: su estar vivo, en continuo cambio de acuerdo con cómo es la sociedad que lo habla y para qué lo usa (cada vez más variado por la creciente libertad de expresión y movimiento…

p. 54-5: «Recuerde que el eslogan de la Real Academia Española es «limpia, fija, y da esplendor». Lo de fijar es peliagudo porque se puede entender de dos formas: «fijar lo que hay», poner por escrito el uso real de los hablantes (que es lo único que existe); o bien «fijar para que no cambie», que es como proclamar que hemos encontrado el elixir de la eterna juventud y castigar al que envejece. Podemos pensar que sería mejor seguir hablando latín, porque aún está generalizada esa idea de que hay lenguas más perfectas que otras, falsedad a la que volveremos enseguida. Pero no hablamos latín sino castellano y el de ahora no es el mismo que el de hace 500 años o el de hace mil o el de dentro de cien. Mi abuela decía cosas que ahora no dice nadie y mis hijos hablan un poco distinto que yo. Nos entendemos, que es lo importante (problemas generacionales aparete), de modo que no pasa nada: la lengua sigue sirviendo para lo que tiene que servir y los cambios son simplemente inevitables a menos que prefiramos un español muerto. (…)

El estándar es siempre una norma social. Ahora piense en otras normas de conducta social (…) «En los autobuses debe cederse el asiento a los sacerdotes» (…) Ya ni siquiera se espera que «los caballeros dejen pasar siempre delante a las damas» [añado: porque ahora todas las personas pueden ser amables con las demás, no sólo los varones con las mujeres]. Lo mismo sucede con el lenguaje, y cuando una norma ya no es válida socialmente, no hay institución que nos pueda obligar a someternos a ella.

En resumen: igual que en la conducta social, existen variedades más o menos formales de la lengua y normas lingüísticas sociales; no «académicas» necesariamente, ni «escolares» ni «gramaticales»: son los hablantes, en un proceso extraordinariamente complejo pero que se produce sin necesidad de ningún acuerdo previo, los que deciden qué formas de habla van a considerar más adecuadas para cada tipo de contexto, de situación».

p. 57: «[M]i opinión sobre la conveniencia de que exista una Academia de la Lengua con autoridad legal es radicalmente negativa. (…) incluso me atrevería a decir que dicha institución es un peligro pra la adaptación de nuestra lengua a los cambios que afectan al mundo y, en consecuencia, también a las lenguas. Es necesario buscar otras vías de regulación de nuestra lengua estándar, igual que se lleva años intentando redactar diccionarios modernos del castellano que recojan la realidad de nuestro idioma».

[Comentario: y añado la cuestión tan dañina que es que ahora que aquí la RAE no tiene credibilidad alguna (del mundo científico moderno) se está volcando en el continente americano, como la reina de Gran Bretaña gobernando en los territorios de su imperio, pretendiendo gobernar con su castellano las variedades del español en América. Es grotesco. Pero la pompa de su espectáculo seduce al grupo de personas del mundo de la cultura que es susceptible de ser seducido por esas normas del clasismo, de sentirse clase superior al pueblo llano, como aquí le pasa a quienes creen que la RAE tiene alguna autoridad, a pesar de cómo se demuestra continuamente, desde las ciencias modernas, su existencia anacrónica y grotesca, por autoritarismo/imperialismo.]

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