Comparto un Poema político: la niña y el gato. Como éste, así quiero sacar los poemas de este libro que preparo. Sé que en el canon patriarcal no se ahondará en el significado que aporta sobre la identidad humana en la cultura y la identidad humana que la trasciende, pero es un hecho que la cultura patriarcal no ha podido deshumanizarnos con sus siglos de violencias brutales, y lo que pretendo es visibilizar la historia no contada. En fin, seguiré en ello.
SOBRE ODIAR. El tema es complejo, y el contexto hostil para hablarlo,
por toda esa distorsión que la tradición valida. Pero no se puede
atribuir el sentimiento de Odio a los movimientos sociales, que se
dedican justamente a luchar y trabajar por cosas que tienen que ver con
proteger la vida, la buena vida o con derechos, en el planeta, aunque
tengan a personas que puedan odiar a quienes ejercen la violencia.
Hay mucha diferencia entre odiar a quien causa daño y no lanzarte a
hacerle lo mismo porque estás luchando por un mundo diferente, donde
las soluciones vienen de evitar la violencia no de fomentarla (y eso
pretenden los movimientos sociales, evitar las violencias) y ejecutar tu
odio, haciéndoles lo que les criticas que hacen.
Y es admirable que haya personas que puedan tener esa lucidez, muchas
están en los movimientos sociales, particularmente allí. Aunque sean
chuchas, digamos, patriarcales por cultura, pues también son noviolentas
por elección.
Así que atribuirle odio a los movimientos
sociales que son claramente noviolentos es repugnante, en la confusión
que pretende sembrar o siembra, para que no salgamos nunca de la maraña
atroz de la violencia como base de la cultura y la sociedad.
¡¿CRIMINALIZAR SALVAR VIDAS, LUCHAR POR LOS DERECHOS HUMANOS?! ES
DEMENCIAL. Todo lo que nace del amor, de la empatía es Odio para la
ideología patriarcal. ¿Multar al Open Arms por salvar a quien se ahoga?
¿Acusar al feminismo de odio? Nos ha costado la vida y la felicidad
tener ideas de amor en nuestra sociedad y continuamente enfrentamos la
acusación de que odiamos!! El movimiento feminista odia a los hombres, dicen los irracionales, los padres de la distorsión, en lugar de
la realidad verificable: que los movimientos sociales van de amar y
proteger la vida. El feminismo ama los derechos humanos de las personas!
Las lesbianas odian a los hombres, dicen personas gravemente taradas
por la ideología patriarcal, en lugar de la realidad: aman a las
mujeres. Las personas veganas odian las carne, en lugar de que aman a
otros seres vivos. Las «personas no blancas» y las de culturas
diferentes a la patriarcal son peligrosas, dicen, cuando quienes ponen
la vida en peligro son personas sobre todo blancas de culturas escritas
por unos pocos muy interesados en perpetuar el sistema de violencias,
que nos fuerzan a un tipo de vida monstruoso donde lo que importa es
abusar de la mayoría, la acumulación de recursos y poder a costa de la
inmensa mayoría de personas y del planeta. Violar, torturar, acumular no
es odiar. Salvar vidas sí, es peligroso! Debemos dar nuestro trabajo
como esclavas y esclavos a quienes más tienen y acumulan, y compartir
los poquitos con un montón de gente, para que los ávidos de poder y
dinero tengan más. Hacer crítica a la violencia es pedir cabezas, dicen!
Es amar la vida en paz para las comunidades, carajo! Pero qué confusión
violentísima y terrible! Todo lo que toca esta ideología violenta (y
anacrónica ya para cada vez más gente) lo convierte en odio. Y quienes
ejercen y hablan odio, para forzarnos a guerras de fronteras, de
religión, por los recursos, por esclavizar a gente, los partidos
políticos del poder, la corrupción institucional, los clubs de fútbol
ilustrando odio de verdad a otras personas, los programas de cotilleo y
«debate», las series, las películas que nos meten con embudo en todo, el
mercado deshumanizante y deshumanizado, las familias que no dejan
vivir, difaman e insultan a quien no comparte su identidad, eso no es
odio, eso vale, eso es respetar. El exceso es suyo, la violencia es
suya. Un poquito de racionalidad empática. O a aprender y dejar
hacer a quienes sí tienen dignidad humana, a incorporarse a ese
territorio de empatía por favor. Saturadas de irracionalidad y
violencia. Basta ya. Nuestra inteligencia y esfuerzo da para construir
un mundo mejor, pero hay que luchar contra toda esta confusión de ideas!
Es una tara ideológica que debemos y podemos superar!
Que Carlos Saura diga kel feminismo incita al odio solo habla de su miedo a k conozcamos la realidad padecida por la inmensa mayoría de las mujeres. No superaremos la violencia de la sociedad patriarcal impidiendo k seamos conscientes de su barbarie. Los derechos humanos tb son de las mujeres. Por ellos, para todo el mundo, llevamos siglos sobreviviendo, pensando y luchando.
Nos faltan palabras, visión: afinar en las narraciones y conceptos. A raíz de reflexiones sobre feminismo académico y de partido político ante la inteligencia feminista
Que haya mujeres y personas feministas en el mundo de estructuras de poder reconocidas como los únicos centros, lugar de generación, de cultura y política es indudablemente positivo, vital para la evolución a sociedades racionales empáticas, o noviolentas y libres. Que estas personas olviden o no quieran ser conscientes de que esos centros de cultura y política son sólo unos, porque está todo el pensar y accionar de millones de personas en la vida, esa saga minoría que aún combate la cultura patriarcal prevalente, no tendría que ser, hay opciones. Ser feminista no implica que te desaparezca el marco conceptual patriarcal, como sabemos, aunque a veces nombremos como si no lo supiéramos, sin acotar, «universalizando». Ante la crítica al «feminismo blanco», yo como blanca entendí que debía ampliar mi marco mental porque al nombrar mi identidad estaba generando, perpetuando un objetivo patriarcal de exclusión y violencia. Quise protestar, porque duele, claro: luchar por mi identidad no tendría que hacerte sentir que te excluyo. Pero la realidad de lo que nombramos y pasa al imaginario colectivo consciente, y a la historia, a la memoria consciente, está ahí, con sus injustas y distorsionantes narraciones desde los lugares con más recursos para perdurar en la memoria colectiva consciente, o llegar a más personas. Así pues, hay que narrar libremente y al tiempo, acotando muy bien que tu realidad no es «global» (quizá hoy aún se entienda mejor «universal», pero esta palabra es un clásico ejemplo de las cotas ridículas a las que lleva la arrogancia conceptual patriarcal y ¡hay que abandonar esa palabra!)
El propio mundo académico dice que para escribir (pensar)
sobre algo habría que conocer todo lo anterior. (Esto es locura, porque ni
aceptando que lo único que existió humano es lo que cuentan en la Historia
patriarcal, tan seleccionada y violenta, se puede estar leyendo y estudiando
todo para decir lo tuyo. Ahí hay una tara en la universidad española que ha
llevado a mucha gente que habría hecho un trabajo intelectual interesante a no
estar en la universidad.) Así pues, que personas que (discúlpeseme, no pretendo
ofender) siguen esa máxima (por razones de estatus y poder establecido) escriban
ignorando lo que otras feministas y personas con inteligencia feminista han
hecho, para nombrar según el marco mental patriarcal, del poder establecido, de
lo que se reconoce que existe y con ello, se niega existencia al resto, esa
manera tan patriarcal de nombrar, pura violencia, no tiene sentido. Por qué lo
hacen. Ahí debería haber una autocrítica que no puede darse por razones de
poder establecido, aunque como en todo lo humano, siempre hay personas que lo
hacen, aunque les lluevan violencias. Porque les ha costado mucho estar ahí,
tienen que aguantar mucho, luchar contra mucho, y alcanzado el lugar no se va a
poner en peligro por algo incierto, que aún no se comprende lo suficiente.
Visualizando el problema más concretamente. Desanima cómo se
cuenta la historia del feminismo en una época además en que ya, gracias a
«debates internos»*, sabemos que hay buenas razones para generar otra
forma de narrar lo de cada cual. Sabemos ya que para nombrar nuestra particular
identidad y lo de nuestro particular contexto o colectivo, no hace falta
presentarlo como «universal», genérico de la especie, como hace la
Historia patriarcal con la vida, darle una tajo a un trozo, y presentarlo como
el todo. Está claro que estamos en transición, porque en los propios textos
académicos se encuentra la contradicción en la narrativa: se cuenta algo
excluyendo una realidad, pero luego se dedica algún texto a constatar que
existió esa realidad, o algo de esa realidad. Es escandaloso respecto a dos
temas: la lucha noviolenta (que ni saben nombrar estos textos) y el hecho de
que la noción de derechos humanos y su consecuente lucha noviolenta en el
movimiento social le debe existencia a mujeres y personas de todos los tiempos
que han transmitido ideas a través de la palabra o los hechos de su vida que
han dejado clara esta idea crucial de que las personas, todas, no son objetos
para que otras personas las exploten, lo que por ahora llamamos «derechos
humanos» aunque sin terminar, pienso, de comprender lo que encierra. Y
encierra que se entienda lo que el sufragismo encierra (por centrarme en un
tema): no sólo luchar las mujeres de posición social que permite opciones,
mayoritariamente blancas y de la sexualidad que fuera (porque no se ve cuando
vas a votar), por su derecho a votar. Está todo lo que ese sufragismo que sí
pasa a la historia, el blanco etc., le debe a ideas y experiencias de la lucha
contra la esclavitud de las personas negras, por ejemplo, que por ahora se
menciona, si acaso, en un aparte, pero no se integra en la comprensión o la
narrativa general con la normalidad de los hechos de la vida, sino que, si
acaso, se fuerza como un pegote debido en un lugar, siendo su ausencia de otros
lugares más visible, por suerte (así vamos dando pasos en este eterno tener que
educarnos a ver mejor, para superar la tara patriarcal y rescatar lo humano, lo
que como personas podríamos generar respecto a sociedades y culturas
noviolentas guiadas por la racionalidad empática). Igual pasa con la lucha
noviolenta, desde el feminismo institucional (académico y de partido político) no
se sabe ni el lenguaje que usamos en el movimiento social que presta atención
al tema de la violencia y la noviolencia como modos de resolución de conflictos,
al pacifismo feminista (no digo «antimilitarismo feminista» por unas
razones sobre las que también tendría cosas que anotar), o la ADNV feminista
(Acción Directa Noviolenta). A mí me ha sacado los colores leer a filósofas
hablar de pacifismo, pues para quien conozca el tema de la lucha noviolenta
está muy claro que están hablando de algo que no conocen lo suficiente como
para hablar así. Pero ahí está la arrogancia inconsciente patriarcal de
personas feministas: se perpetúa el desprecio, la subestimación a existencias
que no son la tuya, en este caso, en el ámbito del estudio y la comprensión del
tema violencia y noviolencia.
Hay algo que aún no tenemos claro: que las ideas no nacen sólo en la universidad. Si bien la universidad nos ofrece vital material con sus investigaciones para rescatar la verdadera historia de las personas, las ideas que han movido el mundo a mejor, a que no nos autodestruyamos aún por seguir en un tipo de sociedad de la violencia en todo siempre justificada, las han tenido todo tipo de personas, no sólo quienes han podido realizar un trabajo intelectual para el bien de la comunidad, o comunidades, ¡o de la especie! Soujourner Truth, con su «Ain’t I a Woman?» (¡¿Es que yo no soy una mujer?!) no es para un epígrafe dedicado sino para estar integrada como señal de mucho más en una narrativa que no desvirtúe o distorsione las luchas humanas por un mundo menos brutal. Ella dijo eso en una época en que en el movimiento sufragista de Estados Unidos prevalecía que las «verdaderas» sufragistas/feministas digamos eran las blancas, por ejemplo, ellas debían encabezar las manifestaciones** . Ayudó, ayudaron a que se corrigiera un error brutal conceptual, pero a día de hoy, se sigue contando como tema aparte, no integrado en esa historia del feminismo. Igual pasa cuando se menciona en una historia del feminismo la cuestión del feminismo romaní. Y en esos propios textos se ve ya la contradicción: cómo sí hay una sección para nombrar a tal o cual, cómo incluso en la narrativa general se pudiera mencionar, pero no se termina de integrar en la comprensión, en el marco conceptual general, y se nota. Lo que quiero decir es que aunque ya tenemos la información, otra cosa muy distinta es conseguir que eso haga evolucionar nuestro marco mental, nuestra emoción, nuestra cabeza-corazón.
En clase, el 10 de diciembre, siempre intento plantear (y no
genera análisis ni debate, sino una especie de estupor que, espero, al menos
ayude a «ablandar» la ceguera que impone la ideología patriarcal,
conmover para limpiar la mirada) que la noción de derechos humanos ha sido
construida por muchas personas, una saga crítica con la cultura prevalente, a
lo largo de los siglos, personas que han podido o no estar en posiciones de
poder establecido, y la mayoría no lo ha estado, porque no pudiera estarlo o
porque rechazaran estar ahí o las dos cosas. Que no es un hecho concebido y
redactado por nuestros patriarcas. Que, aunque positivo, no fue sólo por la
lucidez y la fuerza de Eleanor Roosevelt, que también. ¿No habría una manera
más amable, más realista, de contarnos las cosas? Por lo pronto, siguen
faltándonos palabras. Cuando nombramos la historia del «feminismo
ilustrado» al «feminismo de clase» falta todo lo relacionado con
las cuestiones del mundo no blanco. Nombramos el mundo blanco disidente pero
sigue siendo el que llega a las estructuras reconocidas de poder, digamos.
Sigue siendo desde la mentalidad compartimentalizadora patriarcal, con sus
ideas nefastas sobre lo que es diversidad y lo que representa. La diversidad
humana no puede ser selectiva o excluyente, aunque podamos cada cual hablar de
nuestra identidad y construirla contra ese todo que es la cultura patriarcal.
Las ideas nacen, se transmiten y generan realidades no sólo
en lo que renoce la cultura prevalente. Hay universitarias, intelectuales, pero
también todo tipo de personas en todo tipo de lugares que han movido el mundo
hacia otro rumbo, un rumbo no patriarcal, artistas, activistas, mujeres
constreñidas por su explotación total en un contexto o situación… Yo dudo que
la historia del feminismo, como cualquier otra historia humana, nazca en un
momento histórico, siquiera porque no conocemos la historia de la humanidad.
Tiene que haber espacio para esa duda. Y así, abrirse ese marco conceptual de
que logros sociales vienen de muchas cosas, de mucha gente tendiendo a algo
diferente, que cuestiona la cultura prevalente. Quienes sean la persona que
hizo tal o cual, ¿pueden ser nombradas así sin que eso implique esa mitología
de Primeras (y Únicas, es la implicación) Personas que Hicieron? Es todo muy
complejo, pero hay que seguir mejorando las narraciones, para que nombrándose algo
invisible, no se invisibilicen otras realidades, sino sencillamente se nombre
una realidad.
Este texto está escrito tal cual, sin tiempo a elaborarlo y
organizarlo. Espero que se entienda o que aporte algo para seguir avanzando en
comprender y nombrar con más racionalidad empática.
—
Notas
*Debates internos: esos que en general se ignoran en el
feminismo de las instituciones educativas o de gobierno, por ejemplo; aunque
luego se aprovechen, el eterno modus operandi del poder establecido patriarcal,
del que no se libra ningún movimiento por transformador que sea si no se
mantiene una afinada consciencia o también autocrítica.
**Manifestaciones (lucha social): ese modo de ADNV que si
bien no inventaron, sí lograron transmitirnos como herramienta de lucha
noviolenta para la sociedad que no tiene acceso a los micrófonos y textos
publicados. Digo «no inventaron» porque que masas de gente se lancen
a la calle a intentar frenar al poder establecido se ha hecho con toda
probabilidad en la historia de la humanidad, aunque no lo sepamos. Lo que no
quita valor al hecho de que las sufragistas, desconocedoras además, como la
mayoría hoy también, de la historia no contada en las sociedades patriarcales,
dieran con la forma de lucha noviolenta de la «manifestación» y la
popularizaran — que como siempre además borráramos de nuestra memoria o
consciencia colectiva que nos vino el ejemplo de ellas es un caso más del
terror de género patriarcal, su poder de aniquilación incluso a través de la
omisión, convertida en arma de destrucción masiva en el patriarcado.
Manifestación feminista
Petra Kelly
2017 Lula
2011 No soy una niña mala. Es que tengo una duda (humor feminista)
Norma Quixtan
2016 Gloria Fernández López
artistas prehistóricas
Berta Caceres
Mujeres indígenas
June Jordan
Atticus y Scout (Harper Lee)
Mary Wollstonecraft, y la dignidad porque las mujeres pensamos
Hace años pensé en escribir mi versión de David y Goliat, en un relato, pero hoy (4 julio 2019) de golpe me ha salido en poema. Espero que sirva! Que nos acompañe cuando el ánimo flojee! Abrazos sororos!
Yo le preguntaría a quien teme Por qué, qué miedo amenaza tu risa si no hay nada más triste que no ser, no poder escuchar el cajón ronco de tu voz.
Yo le diría a quien odia, Tranquilízate. Y a quien jalea y apoya y quema, Deja a la gente buena hacer que no hay más vida que ésta y ese infierno sólo es de él.
Tanto miedo pa ná, descansa. Tanto odio pa ná, No os vamos a dejá. Tanto miedo pa ná, parad ya. Tanto miedo pa ná, Un poco de cabeza y dignidá.
La sensibilidad no es vulnerabilidad. No se debe confundir. La violencia se ejerce contra la sensibilidad porque la detesta y teme. La violencia se atribuye inteligencia y por eso precisa exterminar la sensibilidad, que es pura inteligencia y vida. Pero ya llevamos siglos viendo que la violencia no ha podido con la sensibilidad. Hay que contar todas las cosas de la vida y de la historia. Una vital es que mostrar sensibilidad no es exponerse o mostrar vulnerabilidad sino vivir con inteligencia o noviolencia.
En la infancia cerrar los ojos
es controlar el miedo,
jugar a ser invisible.
En la madurez, ante el abuso,
cerrar los ojos es
permitir la violencia cobarde.
Al cuarto oscuro, gente fea, que yo, sola o con mi gente, me voy a la playa y a la feria.
Poema con Bronislawa Wajs, Sara López Olvera y una saga de mujeres que han rescatado y creado siempre lo más valioso de nuestra humanidad. Gracias. ????
Ella tenía miedo, como cualquiera; y deseaba poder vivir tranquila, haciendo sus cosas, como todo el mundo –eso que no se les permite a ellas porque su obligación es estar pendiente de la existencia del Hombre.
Con la primavera, germinaba su universo de ideas y amor; en otoño volaba como las cálidas hojas y hundía las raíces para lo hondo; como el hogar en invierno danzaba y daba calor; en verano transmitía noche de jazmín y grillos y día de pinares de libertad de otros mundos.
Podía crear vida donde acaecía agua estancada, páramo, pozo de muerte. Podía disfrutar de su vida interior, como una niña tendida en una rama o mirando nubes; podía caminar descalza por caminos a mundos ignotos y por descubrir, porque sabía colocar las plantas y distribuir el peso, sabía observar su derreror como una artista o una científica. Sentía asombro y felicidad en la compañía de otros seres vivos, incluidas las personas, y se llenaba de sus historias, existencias, cualidades, lo que jamás la dejaba indiferente o idéntica.
Si bien educada para autodestruirse, como peligrosa amenaza al Mundo Violento, Ella tenía la visión de las cualidades y el potencial de las personas, sus hermanas, y sabía crear espacios para el apoyo mutuo y la colaboración, para que cada cual pudiera encontrar otra imagen en sus espejos, y constatara el poder inmenso de crear vida buena en comunidad. Tenía la visión de por dónde se podía abrir camino, resultara o no que se encontrara el nacimiento de un río o un campo de frutales. Veía con la claridad del agua en el nacimiento de un río, esa claridad del átomo y la célula, ese bosque, esa selva, ese lecho marino, esa atmósfera. Ese juego de bacterias, amebas, algas, esponjas, medusas, hongos, líquenes, musgos, helechos, ese viaje en el tiempo atemporal.
Conocía los abismos del pánico y el terror, provocados no por el dolor de la vida amenazada por la enfermedad o la muerte, sino debidos a la irracionalidad y la violencia de los hábitos y las costumbres, esos comportamientos, desatados, sádicos, masoquistas, insensatos, cobardes, descerebrados y a veces incluso bienintencionados. Podía llegar a contener el sufrimiento, el pánico y el dolor, por puro amor a quienes la rodeaban, y lo transmutaba en las formas de la belleza, el humor o el razonamiento abstracto –no siempre pero sí muchas veces.
Su creatividad, su mente buena y poderosa de vida, la permitía encontrar conexiones y vínculos, y también separaciones que sanan. Encontrar proyectos, soluciones a diferentes problemas, siquiera para reducirlos y convertirlos en algo abordable, incluso capaz de facilitar la convivencia.
Sabía razonar empáticamente, algo raro y excepcional en su especie, e incluso podía hacerlo ante diferentes tipos de obstáculos. Sabía levantarse de un tropiezo, de un error, de un golpe masivo o cobarde asestado. Ciertamente, esto siempre entrañaba riesgo: con cada esfuerzo titánico, no de creación sino de defensa de la vida, la tierra bajo sus pies se consumía un pco, como el hielo que acaba fino y transparente y se quiebra un día, abriendo la grieta de la última posibilidad de luchar por tu vida.
Amaba vivir, lo que significa que amaba el proceso, el camino, la transición, el estar ahí, y una vida de aprendizaje le permitía crecer como una higuera cuando estaba en buena compañía, esos árboles que sostienen la tierra y dan aromáticos frutos dulces. Sabía también controlar el miedo cuando estaba sola y era centro del odio, en todas sus manifestaciones: las pequeñas mezquindades, el triste y poderoso darle la espalda a la defensa de la paz y la justicia, los mordiscos en los tobillos para hacerla caer, siempre a escondidas o aprovechando la confusión, las salvajes acusaciones falsas de desobediencia, insumisión, brujería, esos venenos de centenaria tradición.
Por qué a Ella podrían quererla tan mal algunas personas.
Mirar la realidad humana y mirar el mundo prevalente aporta diferentes tipos de información, y la primera no consta en ningún libro de historia, sólo en las voces no reconocidas, en el arte que nos robaron, en la investigación que no se quiere cultivar.
Tenemos, sin duda, lo que la mayoría, con su silencio y con sus jaleos en jauría, tolera y perpetua.
La r-evoLución será feminista o no será. 15M Puerta del Sol.
Tengo la alegría de anunciar la existencia de un vídeo precioso, lleno de personas que mueven montañas: Vídeo 1 de la Primera Semana Cultural Feminista (Escuelas Oficiales de Idiomas): Las invitadas, entre las que me encuentro. ¡Gracias! <3
Primer borrador del ensayo que quiero escribir en 2019
Cuando hablamos de las relaciones y de
relacionarnos en las redes sociales, no somos conscientes de cómo la ideología
patriarcal nos condiciona lo que decimos, tan destructivamente. Yo he tardado
varios años en ver lo evidente, como siempre, porque lo más difícil es lo más
natural y sencillo, en la violenta sociedad patriarcal.
Es una fortuna poder comunicarse, incluso
escuchar y ver, a personas que en el espacio físico que ocupamos no podríamos ver.
Convertir esto es una fuente de estrés
porque sentimos que deberíamos por ejemplo ir corriendo donde estén si les pasa
algo es no entender que la tecnología la podemos usar para cosas positivas, no
para machacarnos. Poderse acompañar así de bien, como nos permite la
tecnología, en cualquier momento que nos venga bien, sin imponer ese momento,
porque quien está al otro lado puede también elegir el momento, no significa
obligarnos a hacer lo que no podemos hacer o no podemos hacer fácilmente.
La esclavitud en la que se ha convertido
el paro y el trabajo nos aplastan y limitan, y añadirle estrés al tema,
identificando que no cruzar el espacio equivale a no haber mantenido una
relación verdadera, cercana con la persona es una obediencia al sistema ideológico
patriarcal que impone que todo lo convirtamos en violencia.
Cuando decimos que las redes sociales son
muy frías, los ordenadores son muy fríos, no estamos más que cerrándonos una
ventana increíble, que nos da acceso a personas, a relacionarnos con personas.
Cada cual es responsable del tipo de
relaciones humanas que mantiene, que siempre son cosa de dos, como mínimo, y
está muy claro que hay personas que han conocido a otras personas con las que
mantiene una relación feliz, sea porque se comparte compañía, afectos,
ideas. Incluso ocurre que en ese lugar
donde te comunicas a través de la palabra, sin más añadidos, en ocasiones
compartes más, te comunicas mejor y conoces mejor a personas que físicamente no
has conocido, o que quizá sólo llegas a ver una vez en la vida.
Antes, por si no lo recordáis, cuando te
querías comunicar con personas queridas en otros lugares, tenías que escribir
una carta a mano, y enviarla, y esperar días, semanas, meses. Y nadie decía que
esa relación era fría o ficticia o falsa o menos que otras. No todo el mundo
vive en el mismo sitio. Igual que leemos a personas de otros lugares y tiempos,
y en ocasiones nos dan más o nos acompañan más que personas de carne y hueso
que vemos a diario, las personas podemos conocer y mantener una relación humana
compleja positiva con personas que no están a nuestro lado. Y estando rodeadas
de gente, podemos sentirnos incomunicadas y solas.
Así pues pienso que deberíamos
reflexionar un poco antes de decirle a personas con las que tienes una relación
de conocimiento, compañía y compartir que es que dejas la red porque es muy
fría. Estás ninguneando a esas personas, esas relaciones. Te las estás negando.
Quizá, eso sí, no las quieras. Pero comunicarse por el medio que sea no
equivale a mantenerse relaciones ficticias, igual que verse y relacionarse
físicamente no equivale a tener una relación verdadera.
La otra gran razón de cerrarse la
posibilidad de comunicación con personas con las que compartes cosas
importantes es que le estás dando información a los abusones, sean del mercado,
de la seguridad o los grupos del odio. Como si en el mundo de antes de internet
no ocurriera ya que quienes quieren saber algo de ti no pudieran. Como si que
un comerciante o alguien de una ideología nos bombardee con una idea nos
obligara a acatar el mensaje. Claro que no es cómodo saber que te investigan
los datos para venderte cosas, que es lo que ocurre masivamente, pero renunciar
a lo que más nos importan, las relaciones humanas, es una decisión extrema que
llega con la condena a renunciar a esas personas, a esa experiencia humana tan
nueva en un sentido, o tan liberadora, porque la realidad es que en tu barrio
hay quien hay, y como la familia, no puedes elegir quién haya, pero en internet
puedes leer y escuchar a mucha gente variada, y elegir a quién atiendes, y a lo
largo del tiempo llegar a conocer bastante bien qué tipo de personas son, no
tienes que saberlo todo de esas personas, igual que no tienes que esperarlo
todo de la persona de la que te enamoras, que es ponerse cruel y dictatorial.
Tenemos inteligencia, no estamos condenadas a poner gordidedos como pollo
descabezado, podemos enterarnos, observar, interactuar, conocer, a gente porque
nos comunicamos. La comunicación de mucho. Y molesta mucho, se ve. Y si no
pensamos, nos montamos en el carro de tirar piedras contra nuestro propio
tejado.
Con criterio, y aunque ciertamente
existen las malas personas, una relación con la limitación de verse físicamente
no tiene por qué ser menos buena para la persona que una relación sin esa
limitación.
Las relaciones humanas no son guerras ni
mundos absolutos. Son ese acompañarse en lo posible, compartir en lo posible, y
eso puede hacerse de muchas formas, en muchos ámbitos diferentes, y grados.
BONDAD Y PATRIARCADO. cada vez k se le dice «tonta» a una persona con valores màs humanizantes k los k imperan en la sociedad patriarcal, se está ayudando a perpetuar su orden brutal. Lo que sí parece ser algo falto de inteligencia y empatía.
MIEDO IRRACIONAL, ENVIDIA, AVARICIA EN EL PATRIARCADO. ¿Qué explica que personas perfectamente humanas, capaces de razonar empáticamente, de querer y ser generosas y valientes, ser parte de una red humana de mutua compañía, elijan ser la versión más violenta de sí mismas? ¿Tanto les da pasar ese miedo, sentir esos sentimientos que tanto daño hacen y les hacen? Las más de las veces, no consiguen nada, más que llenar sus vidas con esas violencias y mezquindades. Y cuando consiguen algo, les dura un tiempo limitado. El resto, ese no poder vivir en sí si no obedecen el mandato de destrucción de una sociedad con valores patriarcales. La violencia que vemos en las guerras tiene sus raíces en la vida cotidiana.
Ilumina mi vida la visión
de que disfrutar de privilegios
no es deseable.
La vida buena nace y crece
como la pura naturaleza humana
en la libertad, el respeto, el apoyo mutuo.
Recojo hoy que estoy muy opinante de todo las tres recetas que me he inventado en la vida, que no justifican que no sepa cocinar (ese un daño colateral de mujer consciente en la sociedad patriarcal, un precio que he tenido que pagar, porque siempre se espera que una mujer sepa cocinar porque es mujer, en fin, la soberana estupidez imperante) pero que de alguna manera me han ayudado a ofrecer algo rico a personas queridas alguna vez!
Cóctail «Biblioteca de Mujeres», dedicado a Marisa Mediavilla
Se pone un trocito de mango y alguna uva pelada sin semilla en una copa de cava y luego se echa el cava y se deja un ratín. Se bebe despacio y te comes la fruta cuando esté bien empapada de cava!
Ensalada «Atticus tiene un día raro», dedicada a Atticus
Se corta un plátano en rodajas, se pela y corta por la mitad un aguacate, se pone en un plato y se le echan por encima pasas de Corinto, dátiles del desierto y unas hojas de yerbabuena fresca. Luego por encima un chorro de aceite de oliva virgen extra.
Menú «Cena de verano Difitas», dedicada a las DIFitas, mujeres de la red Desarrollando inteligencia feminista, para las sesiones de trabajo por amor a la vida!
Plato único y postre
Ensalada: pasta (de lenteja roja, por ejemplo), aguacate, espinaca fresca, atún, pasas pequeñas, aceite de oliva, vinagre de Módena
Postre: mango y uvas pequeñas negras con helado y barquillos y unas hojas de yerbabuena,
o bien
mango y uvas pequeñas negras en mitad yogur natural mitad nata para montar batida (en la nevera tendría que quedar algo durita), con ramitas de yerbabuena
Quizá tengo que editar esta última porque luego me pongo y quizá me sale otra cosa… 😀
Hoy he conocido a la que será, espero, mi traumatóloga después de 10 años sin ir y haberme mudado. Una mujer que no se asusta porque escucha y comprende. Aquí un fragmento de la conversación en la consulta, para ilustrar lo que digo.
La pongo en antecedentes: Tras años de «lumbagos» finalmente supe que tenía una hernia discal 4-5 y bueno, me puse a aprender eso de la vida de princesa: no cargar peso, moverme con suavidad… Bueno, en lo posible! (siendo independiente es algo jodido, la verdad, pero se hace lo posible).
Ella, ante mi consulta sobre si me hago daño en las rodillas con rotulitis al andar a buen ritmo cuesta arriba con lo que me duele (de ver estrellitas de dolor), si eso podría deformármelas más o algo: Andar siempre es bueno, no te va a deformar las rodillas. Lo que daña es el deporte de impacto en los huesos.
Yo: Además, desde hace ya como 10 años o 12, conseguí aprender a no pisar tan fuerte. Es que yo de pequeña para ser libre tuve que aceptar ser marimacho y me movía como una brutota.
Ella: Y ahora eres más femenina.
Yo: Sí, eso.
😀 😀 😀
Me ha encantado. Me comprende perfectamente. Y no la parece que desvarío con mis imaginaciones! Sabe que son apreciaciones científicas!
No me comprendes, eso
no me convierte
en una amenaza a exterminar,
en una persona despreciable.
Podemos hacer música…
Los pies en la tierra,
roja, verde, rosa, ámbar,
ese palpitar,
los pulmones llenos
de noche y de llama,
la voz como agua:
transparente, pura, bronca.
Podemos erizar el aire
con el rumor y los destellos
de la risa y la palabra.
RESPETO A LAS IDENTIDADES COMO PROCESO-CAMINO DE AUTOCRÍTICA Y APRENDIZAJE AUTÓNOMO PARA LA SUPERACIÓN DE LA TARA IDEOLÓGICA QUE NOS TRAE LA MILENARIA CULTURA PATRIARCAL. Algo fundamental que todo el mundo puede hacer para construir sociedades humanas que superen la tara ideológica de considerar la violencia como único modo eficaz de tratar los problemas y las relaciones es el desarrollo de la inteligencia feminista, de una inteligencia que apuesta por la racionalidad empática para construir su comprensión del mundo y de las relaciones, en torno a la cuestión de la identidad, del respeto a las identidades humanas. Cuánto más crecería el mutuo apoyo y al tiempo el dejar vivir identidades individuales y colectivas diversas si se comprendiera esto. Es agotador lo poco que se comprende dentro del activismo cómo perpetuamos la ideología del sistema sexo-género patriarcal por cómo vemos a otras personas y las relaciones, siempre desde esa mentalidad de binomios contendientes donde uno debe prevalecer porque representa el bien y el otro ser aplastado porque representa el mal. Lo vemos entre gente con empatía y poca autocrítica en el movimiento social y en los partidos políticos y sindicatos, por ejemplo, cómo es común encontrar personas que creen que por haber dado con algunas buenas ideas pueden condenar a quienes no lo vean o a quienes no actúen o hablen igual, con sus mismas palabras. Es pesado y negativo, y sería sencillo abrir la cabeza-corazón al mundo humano, y entender que en cualquier caso todo es un proceso y sin respeto mutuo, haciendo lo mismo que hace la cultura patriarcal todos los días a través de la mayoría que acata los valores milenarios aprendidos y también de quienes creemos saber por donde tirar para superarlos: dar la espalda, condenar, invisibilizar, no tener en cuenta, difamar, no escuchar, no dialogar… Hay tantos ejemplos cotidianos, que desmoraliza poner a escribir un ensayo sobre esto. Es doloroso, sin duda. Porque no se ve su irracionalidad y violencia. No se comprende que la violencia coyuntural y estructural del complejo sistema de violencia del patriarcado la perpetuamos a diario con palabras, ideas, modos de hacer coherentes con los valores y visiones patriarcales. Las personas tenemos un potencial asombroso para construir las sociedades que como personas o minorías llevamos siglos imaginando y de alguna manera dando realidad (parcial siquiera) en nuestras vidas.
De la saga de Petra Kelly, dando otro pasito, desde un feminismo algo diferente, más en la creencia de que el respeto a la vida puede nacer y nace como mínimo también no de algo espiritual sino de la comprensión y el amor a la vida, y de que ser mujer o hombre en las sociedades patriarcales milenarias es una realidad pero no humana sino del sistema de la cultura, pues la humana es mucho más diversa (hay muchas más formas de ser mujer que la que se define en el sistema sexo-género patriarcal, que asocia ciertos genitales a un conjunto de funciones en la sociedad y cualidades de la mente, limitándonos y deshumanizándonos).
Para que pare un poco, que nos controlemos, en educar a las personas pequeñas en que es fundamental que YA digan si son niño o niña, porque son PERSONAS primero y porque además pueden ser niño o niña de muchas formas que el patriarcado ha perseguido siempre a través de nuestras visiones mayoritarias, intolerantes, inquisidoras, excluyentes…
LENGUAJE MACHISTA Y EDITORIALES. Es pesadísimo encontrar libros y ver que a las escritoras les hacen la ficha en masculino. ¿Por qué aceptan esto? Es si se quiere falsedad documental, además de falta de respeto, porque nombrar es respetar. ACABAMOS DE ENVIAR un email a una editorial, Clave intelectual, porque viendo libros de maternidad analizada se hacía grotesco realmente leer la info sobre «El autor». Por si os animais a hacer cosas así como lectoras o escritoras.
A Clave Inlectual: «Por si es de su interés. No comprendemos cómo a estas alturas del cambio lingüístico, las editoriales continúan llamando «autor» a las autoras, «lector» a las personas lectoras, como si no hubiera mujeres, usando el lenguaje concebido desde el Hombre como medida de todas las cosas, como ordena la tradición, y en claro rechazo a la realidad social, que tiene nombre, e incluye los femeninos. El derecho a ser nombradas es el mínimo respeto. La tara patriarcal sólo se comprende el respeto al Hombre y a los estatus del poder («Damas y caballeros»), pero desde la segunda mitad del siglo 20 la progresión a comprender que todo el mundo tiene derechos ha sido veloz y está generalizada, le pese a quien le pese. Usar el masculino singular como genérico es un despróposito que fomenta la Real Academia en su desesperada lucha por sobrevivir, un anacronismo, excesivo e injusto. No va a poder cambiar el estado de las cosas. Publicar a las autoras no basta. Hay que nombrarlas.»
Es como el DRAE, admiten términos 60 años después! 😀 Cuánta paciencia hay que tener. Cuánto tiempo necesitan para nombrar con respeto a las mujeres? Al menos a las que no son reinas, ni damas…
El editor de Perrito Rojo Picture Books nos ha desamigado, supongo que porque hace poco escribimos cuando nos pidió ayuda a difundir el nuevo proyecto editorial y le planteamos lo que os planteamos cuando salió el de Simone de Beauvoir, que no obstante apoyamos, comprando ejemplares y difundiéndolos y contándoselo. Pero consideramos que el apoyo tendría que ser mutuo, y sólo proponíamos se considerara lo que dice este otro post a otra editorial. La respuesta por privado no fue Gracias, siquiera, que sería algo lógico y amable. Por más que se nos trate así, hay razón y racionalidad en lo planteado, y sobre todo, una realidad social diferente a cuando se hablaba en masculino sólo. Triste que se atrincheren en la tradición de exclusión, de negación del hecho que no debería ser combatido a existir en el lenguaje las mujeres.
Lo que nos ayuda a rescatar nuestra humanidad son nuestras diferencias
Según lo comprendo yo, el desencuentro dentro del feminismo respecto al tema de la identidad se encuentra en que hay personas con inteligencia feminista que creen que la distinción Hombre-Mujer es biológica, como lo cree la cultura patriarcal, sólo que conciben la superioridad de forma contraria: la “naturaleza femenina” sería superior a la “naturaleza masculina” por las mujeres están vinculadas a la vida y el amor/construcción y los hombres a la muerte y la violencia/destrucción. Ambos pensamientos emplean para su comprensión del mundo lo que llamo los binomios contendientes donde uno debe prevalecer sobre el otro porque ideológicamente se considera superior, es decir, donde uno representa el Bien o llamémoslo ya (que ayudará a evolucionar, pienso) El ideal y el otro el Mal o bien Los peligros.
Matices aparecen en los feminismos respecto a cuántas identidades humanas son “naturales” e incluso entre personas feministas que no se identifican claramente con la visión del feminismo de la diferencia se produce la desconfianza respecto a que la identidad humana, natural y cultural, pueda ser más diversa que una idea algo más borrosa que la patriarcal pero muy parecida sobre que las personas somos Hombres y Mujeres.
El encuentro de los feminismos respecto al tema de la identidad está en el rechazo al sistema sexo-género patriarcal, que define la identidad humana restringida a una versión de lo que es ser mujer y ser hombre, donde la mujer es vista como inferior al Hombre.
La cuestión es, sin duda alguna necesitamos ser conscientes de los puntos donde podemos aunar esfuerzos, para fomentar eso, y no tanto la no comunicación y la perpetuación de la idea patriarcal que lo diferente es el enemigo.
Son ya siglos de patriarcado, y realmente, esto tiene que superarse ya, esta tara ideológica de la que somos objeto culturalmente, que es decir, conceptual, verbal, psicológica, físicamente también.
En los hechos pequeños de la vida cotidiana se puede rastrear el afán de violencia respecto a la identidad humana, y esto no nos ayuda a evolucionar. Por eso en el movimiento social del feminismo (o los feminismos) otro punto de encuentro es saber de la importancia de las palabras y las ideas para transformar acciones y actitudes del mundo de la violencia, porque la violencia física o última se construye, es posible por la existencia de todos estos otros tipos de violencias posibles: ideológica o cultural, sentimental, emocional, psicológica, verbal sin duda alguna (véase la misoginia tolerada por el mundo oficial de la cultura de la Real Academia de la Lengua Española, que no puede soportar que a las mujeres se les deba el mínimo respeto de nombrarlas si te diriges a ellas, buscas su apoyo, hablas de ellas o de la humanidad o las personas).
(Para mí el feminismo pacifista incluye todos los temas que el pacifismo patriarcal obvia, todos los tipos de violencia que el pacifismo patriarcal, espiritual-religioso o ético-político ignora, incluido el hecho de los siglos de lucha noviolenta de las mujeres, con todas las ideas de lucha que nos han proporcionado y no vemos, no se las atribuimos.)
Sobre mi postura personal, por un lado vital, intelectual-vital, yo no puedo entender bien la cuestión de la superioridad como tampoco puedo entender bien la admiración, si no fuera algo así como la superioridad ética, de racionalidad empática, pero no podría llamarse así porque desde esa racionalidad empática no sería éste el mejor nombre, “superioridad”, tendría que existir otro. Y por el lado de observación de la vida humana (esa pasión, ese miedo y esa necesidad de conocer), lo que yo llevo visto en medio siglo de vivir intensamente, me ha conducido a pensar en personas, intentando ver más allá, con más inocencia o libertad, de nuestro adoctrinamiento de cultura patriarcal en los binomios identitarios base a todos los sistemas de violencia patriarcales, de Ser Hombre y Ser Mujer. Aunque entiendo que la cultura prevalente haga que nuestra maleable mente desarrolle más las cualidades que se nos dice tener culturalmente, porque queremos que nos ayuden, o quieran, o admiren, o teman… Yo he visto rasgos y ausencia de rasgos supuestamente correspondiente a un género sólo en los dos, e incluyo la fortaleza física (que además puede concebirse desde muchos enfoques muy diferentes, curioso que sólo se hable de uno) o la capacidad de comprender cosas.
“We can best help you prevent war, not by repeating your words and repeating your methods, but by finding new words and creating new methods” Virginia Woolf (Como mejor podemos ayudaros a evitar la guerra no es repitiendo vuestras palabras y reproduciendo vuestros métodos sino hallando nuevas palabras y creando nuevas formas de hacer las cosas. Citado en Petra Kelly (1983), p. 35, Fighting for Hope, Chatto & Windus. The Hogarth Press, 1984)
Si los genitales nos especializaran en capacidades no habría tantas excepciones como encontramos día a día; y cómo nos pasamos los siglos sobre todo hablando y actuando para juzgar y condenar las “excepciones”. No deberíamos perpetuar esta especie de fe, que no conocimiento, en la identidad de género humana porque ponemos muy difícil poder colaborar en la construcción de un mundo humano donde los valores de respeto/amor, solidaridad/cooperación, honestidad-sinceridad, y noviolencia prevalezcan.
El pensamiento, la ciencia, el lenguaje, las emociones…, son productos humanos, y pueden llevarnos a todo tipo de hechos, constructivos y destructivos en infinitos grados. No creo que los genitales tengan mucha influencia, con su química incluida, dado que la mente humana tiene capacidades como la imaginación.
Termino con una idea que expresó, probablemente entre muchas otras personas a lo largo del tiempo, Einstein, y que yo leí en un artículo de Petra Kelly, del citado libro Fighting for Hope: “Everything has changed except our way of thinking” (Todo ha cambiado excepto nuestra forma de pensar / marco mental).
A la gente curiosa, con afán de aprender y mejorar, se la malinterpreta mucho. Sencillamente, culturalmente, no se puede creer que algo pueda hacerse por eso tan fundamentalmente humano como es la curiosidad, el afán de aprender y mejorar.
Lo malo no es la malinterpretación: eso podría corregirse preguntando, escuchando, confiando en la respuesta, que no es tan difícil de entender ese tríada de afán, tan humana. Lo malo es que esa malinterpretación está asociada en las culturas patriarcales a ejercer automática algún tipo de violencia, la más invisible, la que educa en que no se tenga curiosidad, ni ganas de aprender ni de mejorar.
Hoy por azar al releer a Mina Loy y mirar mi traducción de inicios del siglo 21 (2000 y poco, si no 1999) he visto que no comprendí bien una cosa, así que aquí está la traducción que considero más fiel a lo que ella dijo y a cómo lo diría en español. Así que esta tradu es del 2018. 😀
Derechos humanos, libertad, justicia social, feminismo, derecho a la identidad individual y colectiva-cultural, antiespecismo, antimilitarismo, ecologismo…
Un problema que plantea la libertad en el contexto de sociedades patriarcales milenarias es los hechos de la mayoría, que acatan ciegamente el mandato de la tradición, con sus valores patriarcales milenarios. Y un valor es no razonar, no escuchar, no dialogar, no pensar, no respetar sino más bien ejercer el “conmigo o contra mí”, es mundo en blanco y negro, tan violento y tan antihumano.
¿Cómo poder transmitir ideas para su análisis vital y debate racional empático? Porque sin esto, sin que la mayoría comprenda algunas buenas ideas (que no ideologías, no hablo de paquetes de ideas que imponen, como paquete que son, dogmas de fe) –que rescatarían nuestra humanidad y construirían sociedades menos violentas e injustas— no podemos ser eficaces a la hora de neutralizar a los violentos. “Frente a la violencia de un loco”, me dijo Julio una vez en Centroamérica en los ochenta, “ni violencia ni noviolencia”, y entendí muy bien lo que significaba, pero no todo lo que significaba. No significaba que la noviolencia no fuera una buena idea para estructurar las relaciones humanas personales, en sociedad y en el mundo. Como sí interpretaban los dogmáticos del pacifismo, quienes no podían tolerar una frase así. Sí implicaba que para que el espacio de noviolencia como modo de actuación cotidiana en la sociedad pudiera llegar a serlo era preciso que una inmensa mayoría comprendiera que rechazar la violencia en masa –en lugar de justificarla siempre siguiendo el mandato de la tradición, de nuestra supuesta historia (ésa tan seleccionada por los más violentos)— impediría la violencia en muchos espacios, permitiéndose la evolución de nuestra naturaleza por otras vías. Porque no sólo cuenta lo que está, también cuenta el potencial. Y las culturas evolucionan, se extinguen, cambian, nacen.
La problemática de qué ocurre con las buenas ideas en la sociedad patriarcal tiene relación con el bombardeo de desacreditación, difamación, demonización que sufren las personas que queriendo o sin querer se ven vinculadas a ellas. Todo esto hay que observarlo, pensarlo, hablarlo y analizarlo. Porque es un problema grave: mucha gente querría escucharlas (que no quieran no quiere decir que no hayan tenido su impacto, pero claramente: si fuéramos conscientes el impacto sería más determinante de un cambio social duradero y más profundo, más consolidado), incluso las compartiría, pero hacerlo se vive como un riesgo, el riesgo a quedar fuera del grupo que sigue al líder, que sigue la tradición, la historia contada, quienes han sobrevivido. Y culturalmente tienen prohibidísimo escuchar, y pensar, y poner en común ideas con el fin de explorarlas y conocerlas, que es algo que va antes que decidir que son ideas que quieren incorporar a tu vida y relaciones. Porque escuchar puede transformar el mundo. No es sólo que HABLAR, nombrar, consciencia que le debemos agradecer muy mucho al movimiento feminista, es ACTUAR (si no me nombras, tú no existes), es también que PENSAR, COMUNICARSE y ESCUCHAR pueden, como absolutamente todo lo humano, representar, ser ACTUAR, ser cambio a mejor, r-evoLucionario.
En clase, ¿cómo presentar ideas de los movimientos sociales, cuando sabemos que las personas se defienden de escucharlas atribuyendo maldad, ganas de despreciar y destruir, a quienes las plantean? –como vemos que ocurre con el feminismo, que se interpreta y distorsiona a “Odio a las personas hombre”, en lugar de algo que sin duda plantea, “Crítica a la interpretación y a la imposición de la identidad Hombre en el patriarcado”, o con el antimilitarismo, que se interpreta como “Odio a las personas que trabajan en los ejércitos” en lugar de lo que sin duda plantea, “Crítica a las soluciones de violencia como método para la resolución de los conflictos”. Y digo esto consciente de que dar con buenas ideas no te salva de convertirte en una persona integrista dogmática, que acaba perpetuando precisamente lo que combate al ejercer un no tolerar que se rechiste, que puedan existir diversos modos o maneras o enfoques o desarrollos y que quizá haya que escuchar y pensar más antes de despreciar, juzgar y condenar. Que quizá haya sencillamente que convivir.
Voy a llevar a clase a Petra Kelly. Creo que trabajar sobre su vida y obra de análisis puede ayudar a muchas cosas, incluida que su vida pueda verse, valorarse como tal, sacarla de la condena a No Ser porque un hombre al que ella quería la asesinó, y ya se sabe, a los héroes patriarcales, al Hombre, no se le puede criticar, aunque nos cueste la deshumanización, la negación de la verdadera historia de la humanidad, la condena a ser como no somos, que basta mirar con mirada clara para ver la diversidad y el potencial que tenemos para superar la tara de violencia patriarcal a diario, sin tener que reproducir los modos patriarcales de lucha: la mentira, la falta de escrúpulo, la acusación, la cobardía, la falta de razón empática…
A ver si me sale… Pongamos el hip hop, el blues, los jazzes, el flamenco… (no menciono otras músicas, para que no se me escape esta reflexión, porque el tema de la música es increíble) hay comunidades que han aportado a la raza humana un tipo de música de extraordinario valor artístico. Como músicas que han llegado a personas de cualquier comunidad, pueden gustar a gente de fuera de esa comunidad a puntos pasionales, tanto como agentes de la música o como personas que la disfrutan.
Pues bien, se dice que esa música suena mejor cuando la tocan o cantan personas de la comunidad que la originó, como si esa comunidad fuera un ser con esa característica, y como si pertenecer a una determinada comunidad diera una cualidad que no puede tener ninguna otra comunidad humana.
¿Pero no es la música una cualidad humana? Y cuando una comunidad da con un tipo, dan con ese tipo las personas artistas que lo generan, no todas las personas de esa comunidad. Análogamente, le gustará a personas de fuera de esa comunidad, y no a todas. Es arte. Arte es dar expresión a una realidad, pero la realidad tiene enfoques, formas, desarrollos incontables en su narración. Si otras personas de otras comunidades han compartido vivencias/sensibilidades/ideales… similares, como la música, el arte, no tiene fronteras, mal que pese a quien sea, podrán crear de ese arte, o disfrutarlo.
Y luego está el tema de poder imitarlo, ahí se verá la diferencia entre una actuación artística y una imitación excelente. Se puede imitar y se puede crear y hacer cosas que son híbridas de esto. Son cualidades humanas.
Temas aparte son que se reconozca quién aporta qué, que se aprecie.
Pero eso no es decir, no creo que pueda ni deba decirse que sólo las personas de las comunidades originarias creadoras de un tipo de música serán las únicas que puedan crear arte con esa música, porque la música, el arte, son hechos humanos, y nuestras mentes, que según desarrollo de su amor a la libertad, pueden no optar por tener las fronteras que imponen los colectivos, en su definición de lo que son, o lo peor, en la defección de lo que son por quienes no pertenecen a ellas, pueden verse conmovidas por cualquier obra humana.
La opresión, explotación, represión ha generado incontables crímenes contra la humanidad, y algunos no podemos explicarlos bien, y al nombrar hacemos cosas que los sostienen o perpetúan.
Por eso pensar, comunicarse, pueden ser ACCIÓN, como el arte, y revolucionarias.
Dejamos atrás, estremecedoramente suave, la piel
de la infancia, mecida al viento, como un señal eterna y urgente.
No dejamos atrás su capacidad de ver.
Tú y yo, juntas, ya centenarias,
tú fuerte ante el dolor físico, conociendo
filosófica y poéticamente el mundo y sus lenguajes,
yo experta en ahogarme en charcas y en remontar, quimérica,
cadenas montañosas, cúspides perdidas.
Nosotras: emoción de suelo túnel fértil, agrestes.
Nuestro abrazo: ideas, observaciones, palabras
creando el asombro del color, mutando a sabiduría.
Tú y yo en el espacio donde la mirada niña y anciana del amor,
esa profunda emoción de vivir, esa alegría silvestre,
es la música del cosmos, su luz y su belleza.
Saber nombrar las cosas importa mucho para el análisis, pero para eso tenemos que comprenderlas (ese arduo proceso) con cierta profundidad –no sólo es cuestión de diferencias por puntos de vista de los que se parta.
En la ideología patriarcal es más importante usar las ideas como armas para «destruir al oponente» que conocer el mundo a través de la puesta en común de ideas y desarrollar conocimiento en procesos colectivos conscientes.
Podemos decirlo de muchas formas.
En el vídeo de abajo sobre Petra Kelly, Alicia Puleo lo dice de una forma. Al explicar el ecofeminismo nos cuenta (y su opinión está ciertamente informada) que el ecofeminismo se encuentra más asociado a una corriente feminista llamada «feminismo de la diferencia», que es esencialista, es decir, que cree en una diferencia identitaria fundamental entre dos géneros, y nos dice que en cierta forma esta corriente enfrenta dos géneros –como lo hace el esencialismo patriarcal (añado yo), aunque en un sentido diferente, y en un sentido contrario según matizaciones, cuando se plantea con el mismo esquema de superioridad de un género sobre otro en un sistema de dos. Y nos cuenta que la corriente feminista prevalente hoy es aquella que se centra en combatir la discriminación machista y misógina o del Hombre hacia la mujer, y que el ecofeminismo ampliaría eso para incluir la lucha contra la discriminación de otros animales y la explotación del planeta. Dice que por tanto en algún sentido el feminismo (la corriente prevalente) se ha especializado en el tema igualdad entre hombres y mujeres.
Yo creo que esta visión está condicionada por la comprensión del feminismo occidental, de su importancia en la lucha por la igualdad entre sexos, y que tenemos que nombrar o comprender el feminismo de una forma más amplia y eficaz porque explica muchas cosas más y su impacto es mucho más amplio y profundo: el feminismo cuestiona la ideología patriarcal, esa cultura humana de sistemas de violencia (por sexo, sexualidad, piel, estatus social, económico…), y por eso sin desarrollar inteligencia feminista no se puede abordar la evolución a la superación de este tipo de cultura. La construcción de una cultura abarca todo lo humano, y condiciona cómo pensamos, hablamos y nos relacionamos, qué valores prevalecen en comunidad, las prioridades.
Consideremos las luchas de las personas feministas por el lenguaje.
La idea de un lenguaje que nombre la realidad –y no un lenguaje empleado dogmáticamente para invisibilizar la realidad que no se quiere aceptar culturalmente en una sociedad dada (invisibilizar que no destruir, porque siempre hemos existido y aportado las personas denostadas por la cultura prevalente)– en la práctica y teoría de diferentes personas feministas nos ha aportado culturalmente más que la sola cuestión de nombrar a las mujeres. Nos ha descubierto la falta de inocencia en la cultura, en el mirar desde la cultura; cómo vemos lo que creemos, lo que la cultura/sociedad dice que hay que creer, en lugar de comprender (ver, entender que existe) la realidad existente; y cómo viendo así hacemos daño intencionada y no intencionamente, inconsciente y conscientemente, porque juzgamos injustamente, agredimos verbal y conceptualmente, y omitimos o invisibilizamos, que es, ya lo sabemos bien, una forma de matar, obstaculizar y hacer sufrir.
Estoy hablando sólo del mundo del lenguaje humano, que parece un tema solo y que es en realidad un tema transversal a todo nuestro mundo porque constituye nuestra herramienta cotidiana para transformarnos y transformarlo, justamente por eso, porque en él se refleja todo lo que concebimos, sentimos, creemos, soñamos como colectivo –aunque eso no haya podido eliminar nuestra capacidad para el lenguaje individual o no prevalente socialmente, como esta forma de nombrar empática propuesta por el feminismo porque sabemos del daño que hacen las palabras a quienes excluyen o difaman, lo pretendamos o no; cómo las palabras más usadas son culturalmente reguladoras de la inclusión y exclusión, del reparto de funciones en una comunidad, la construcción de la identidad de los papeles admitidos por una sociedad determinada.
2017 Homenaje a Hypatia
Así, el que haya corrientes feministas prevalentes (en el sentido de mayoritarias) en determinado lugar que se centren a la lucha por «la igualdad ¿con el Hombre?» (así lo mal-interpreta mucha gente), o dicho mejor: que se centren en la lucha por la igualdad de derecho de todas las personas a una construcción de su identidad propia y a poder elegir su papel en su comunidad en función de sus decisiones y no de sus características físicas o genitales en el contexto de una sociedad patriarcal (que parte de la deshumanización fundamental que es una definición limitada y distorsionante de lo que es ser persona, asignando dos papeles, «Hombre» y «mujer» a todas las personas, papeles asociados a funciones en la sociedad), no es decir que el cuestionamiento del patriarcado que realiza el movimiento social feminista sólo implique el tema «Hombre-mujer» (ya se ve en mi reformulación, pienso) pues cuestionar la base dogmática fundamental de la cultura patriarcal no es para que las mujeres estén mejor, sino para evolucionar a sociedades menos violentas e injustas, donde se respete la identidad de las personas y se apoye una evolución individual y colectiva hacia realidades más humanas, más fieles y respetuosas con el potencial y la diversidad humana, pues la cultura patriarcal es autodestructiva –y si tras siglos de patriarcado aún no nos hemos autodestruido eso ha sido sencillamente porque la realidad humana no ha podido ser transformada por la ideología patriarcal en el sentido buscado, y ha seguido existiendo y cuestionado el sistema todos estos siglos; por eso hoy tenemos cosas buenas que en realidad no nos vienen del patriarcado sino de lo que esta cultura ha, digamos, robado a mucha gente anónima, y también y sobre todo, de lo que esta cultura ha recibido como impacto de la existencia de esas otras realidades a lo largo de los siglos, que enfretándose al sistema o sencillamente siendo han tenido un impacto como una hoja seca o una piedra que cae al río, en ondas expansivas.
Con todo esto intento explicar que yo no creo que el feminismo sea el feminismo de clase media blanco y de izquierdas, ni tampoco que el feminismo se haya centrado en la lucha contra la discriminación de sexo no trabajando la conexión con otras discriminaciones o sistemas de violencia. Todo va íntimamente ligado porque es complejo, como la vida. Cada persona, grupo, red, como cada sociedad y comunidad, claramente elige temas de trabajo y prioridades, pero como movimiento, el feminismo es una de las razones fundamentales por las que comprendemos la discriminación y asociamos su superación a un cambio de valores y modos de ser y de relacionarnos. De hecho, como movimiento social, en todas partes del planeta, no sólo en España o Europa occidental donde estamos (pero nuestras poblaciones son heterogéneas, aquí vive mucha gente variada en situaciones materiales muy distintas, y que es feminista también), lo que nos hace ingresar en este movimiento, digamos, es un afán de lucha por rescatar nuestra humanidad que va a asociada a un rechazo visceral y racional empático por el uso de la violencia como forma de resolver problemas y conflictos, o como forma de relación en la especie y con la naturaleza, siquiera porque es el planeta donde vivimos, siquiera porque en él encontramos nuestro alimento para poder vivir y no morir.
Así, si bien es cierto que aún no hay palabras, teorías, ideas comprendidas más ampliamente sobre la conexión inevitable de feminismo, noviolencia y ecologismo, según vemos y nombramos las cosas, puede comprenderse legítimamente que todo se contiene en el feminismo como movimiento social que cuestiona la ideología y la sociedad y cultura patriarcal, por ser una cultura basada en sistemas de violencia que parten del sistema primario de reducción de la identidad humana a dos papeles con funciones específicas que se excluyen y que se nombran falsamente como «complementarias».
Volviendo al lenguaje, en mi viaje personal para humanizarme a través de cómo nombro y por tanto de cómo pienso y por tanto de cómo me relaciono, no sólo he aprendido a mirarme a mí misma desde un enfoque diferente (siempre en peligro hasta que llegas a décadas de práctica en resistencia y lucha!, por la presión indescriptible de que sigamos en ceguera), uno que me permita pensar que soy inteligente, fuerte, valiente, creativa, genia, capaz de ofrecer ideas valiosas a la sociedad, capaz de tanto, con mi pequeña vida de minoría en mi sociedad que cuestiona la tradición. Ocurre que al hacerlo, al hacer este viaje, me he humanizado, he rescatado mi racionalidad y empatía como persona, y con racionalidad y empatía no puedes ejercer injusticia y violencia fácilmente, no puedes obedecer el mandato de violencia e injusticia de los sistemas impuestos en la cultura patriarcal, al menos no tan fácilmente o defendiéndolos contra toda razón o sin sentirte autocrítica y con un conflicto ético y vital. Los reproduces por ser un animal cultural, pero por ser humana en evolución, los criticas e intentas superar.
El feminismo como movimiento social que lleva siglos en escena aunque sin siquiera un nombre, es muy joven respecto a la fase actual en que está (la de encontrar nombres y pegarnos), sólo tiene algún siglo, y quizá por eso todavía hay tantas tortas, tantas luchas que nos podríamos ahorrar, y que en realidad nacen de que por más que sepamos que la violencia es negativa y evitable a menudo, la cultura patriarcal nos constituye ideológicamente, y muchas veces usamos la lucha por cuestionar algo para justamente perpetuar algo: el poder de ubicarnos en posiciones que discriminan, no respetan y desprecian a otras personas, por ejemplo. Porque no es fácil concebir algo que socialmente no existe, aunque a nivel individual te conste que sea real, humano. No es fácil nombrarlo. Y sin embargo, tenemos la palabra para pensar, comunicarlo y comunicarnos, entendiendo que todo será como siempre una evolución hacia la comprensión y hasta llegar a un poder nombrar de forma más fiel a la realidad, con mejor conocimiento.
El otro día un periodista español entrevistaba a un científico español en Estados Unidos, creo, y decían algo terrible y terrorífico, como si eso lo dijera el Conocimiento que cimienta nuestras sociedades. Preguntaba el periodista sobre, p.e., hombres embarazados, al tratar el tema de los límites éticos de la ciencia (en el patriarcado), y respondía el científico (cuya inteligencia feminista no parecía muy desarrollada) que la naturaleza era práctica, con una sonrisa de sobresuficiencia patriarcal estremecedora, con un significado muy preciso: era práctica y no iba a permitir cosas raras! Estremecedora porque al no tener inteligencia feminista este científico no se daba cuenta de la brutalidad y la falsedad de lo que decía: «práctica» desde la ideología patriarcal no es «práctica» desde la naturaleza, que en realidad no puede tener nada que ver con la idea humana «práctica» ya que la naturaleza sencillamente es vida. La naturaleza, señor científico, EXPLORA TODA POSIBILIDAD y se caracteriza por su DIVERSIDAD, por eso hay incontables formas de vida, y dentro de éstas, incontables formas o identidades o modos o relaciones. Lo sabemos muy bien las personas cuya identidad no se conforma o explica con el sistema identitario milenario de las sociedades patriarcales, y no hablo sólo de personas con cuerpos o sexualidades diferentes a los del mandato patriarcal, sino también a gente con vidas movidas por valores no prevalentes, por ejemplo. Por eso, porque la naturaleza es VIDA, la sociedad humana genera CULTURA, para acotar, entender, organizarse y poder ubicarse en el mundo de la vida, y por eso las culturas son diversas y van cambiando, evolucionando.
La cultura la creamos, y nos rige el pensamiento y la vida en un casi total porcentaje, en comparación con cómo nos condiciona lo biológico. En el mundo humano, tener ciertos órganos no implica desear o no desear lo que la cultura establece como asociado a esos órganos: hay varones con una maravillosa mente humana que no usan más que para perpetuar la violencia; hay mujeres con útero gestor que no desean gestar vida como única y primordial función identitaria de su vida; hay personas que se enamoran de personas y no entienden por qué si el resultado no es una relación monoparental heterosexual ese hecho es anormal y censurable. No hay nada menos práctico que la violencia para resolver conflictos, por todo el horror, sufrimiento y destrucción a tantos niveles que genera, y sin embargo, la cultura patriarcal nos enseña que en ideas, actitudes, sentimientos, palabras, y otras acciones, debemos ejercer violencia a diario para mantener el sistema social, los valores y los modos de la cultura patriarcal.
Es fácilmente comprensible que si en lugar de ver a otras personas como amenazas constantes a nuestra existencia nos viéramos como una comunidad, capaces de mutuo apoyo, la vida sería más grata, interesante y positiva para todo el mundo y el planeta no estaría amenazado. Y esto no tiene nada que ver con la idea expresada por el científico mencionado arribo de lo que es «práctico» para la naturaleza. Para la naturaleza humana en la sociedad patriarcal lo práctico ha sido la guerra, porque operan unos determinados valores o ideas, pero no es nuestra única opción. Ampliar el marco identitario humano para reflejar la realidad identitaria humana no se puede ver como algo «práctico» o «no práctico», ni como algo anormal, sino justamente como algo que, si se respetara la realidad de diversidad de la vida, nos permite construir una cultura más evolucionada, capaz de superar los sistemas de violencia que nos tienen sumidas a las personas en una especie de Edad Oscura. Esperemos nuevamente, que ya hayamos entrado en la era en que conseguiremos superar la tara ideológica de esta cultura represiva, explotadora, destructiva.
La vida cotidiana es reflejo de los grandes temas, por eso es importante aprender a no pensar, a no ver, y a no comunicarse – en el patriarcado.
La internacionalidad y la longevidad de las culturas patriarcales no demuestran que su concepción de la identidad humana sea biológica (que, por más que no se quiera ver, se ve por la realidad social en el mundo que no lo es, pues la naturaleza incluida la humana es muy diversa; y se ve también al analizar con el conocimiento y la inocencia de la racionalidad empática, que limpia la mirada de las violencias múltiples y criminales de los prejuicios e intereses de la violencia). La internacionalidad y la longevidad de las culturas patriarcales demuestran que la especie sigue no sale del bucle de seguir sometida y utilizada por los seres más violentos y con menos escrúpulos y empatía, seres que solos, a pesar de su violencia, no podrían nada si no fuera porque la mayoría los sostiene con su vida y trabajo, porque Sólo Violencia resulta en la Aniquilación y por eso los sistemas más violentos siempre necesitan la colaboración de quienes mantienen y crean vida y evolución. Y por qué la mayoría sigue apostando por esta pesadilla se explica porque temen y/o no piensan, temen pronunciarse y pensar, temen ofrecerse apoyo mutuo, todas esas ideas críticas y amorosas que una minoría lleva siglos transmitiendo y que son la base de lo mejor que tenemos a pesar del patriarcado, lo que nos ha mantenido con VIDA como especie (no a millones de esas personas que aportaron con su vida y trabajo tantas ideas y modos de valor fundamental).
El patriarcado es el padre de los subsistemas de violencia que padecemos, y lo replicamos a diario en las dinámicas sociales prevalentes. (Deberíamos a diario hacer una lista y de vez en cuando una puesta en común, sin miedo a la crítica y la autocrítica porque si algo podemos, es cambiar, nuestras mentes son tan maleables que pueden aprender todo tipo de cosas, por más que a través de la Razón Patriarcal se nos diga que no tenemos remedio y mejor confiar en el más violento.) Y digo que es el sistema de violencia que da origen y justificación a los demás porque, como el racismo y el especismo (y a diferencia del clasismo: dinero, estatus social, poder patriarcal), parte de la violencia más íntima, la violación a la identidad de las personas: esa que nos dice que se puede ser sólo dos cosas, Hombre (patriarcal) y mujer (patriarcal), y que además siendo una no puedes ser la otra y necesariamente tienes que pensar, sentir, hacer en función de los genitales que se te reconozcan. De ahí, el resto, resumiendo, que la guerra es la paz porque quienes dominan así lo ven, mientras imponen que la mayoría de la humanidad sea esclava de sus visiones dementes.
2018 Saturadita de mentira y de falta de historia
Quisiera poner un ejemplo con mi experiencia, pues es la fuente más directa, menos interpretada, que manejo, con todas las trampas y dificultades que no obstante existen para que incluso de nuestra experiencia podamos conocer, dada la tara ideológica patriarcal.
Me ha llevado una vida ver que soy una persona crítica (y con ello inevitablemente autocrítica) y creativa, no una persona con muchos fallos, que se desborda y no puede, siempre deficiente… todo el conjunto de cosas que nos decimos porque nos dicen continuamente (que si trabajas con ilusión, alegría, inteligencia, conocimiento y empatía, la versión más ruda de lo que te hacen es: «Hija, tranquilízate», como si estuvieras enferma de los nervios, porque trabajar con ilusión, alegría, inteligencia, conocimiento y empatía es un crimen en el patriarcado, algo que debe machacarse, que todo peón del sistema debe ayudar a aniliquilar, sobre todo si no «vendes» tu trabajo al Poder establecido. O murmuran a tus espaldas sobre la mala intención de tus actos y lo negativo que es para la comunidad… En fin, podría hacerse una lista de todas las cosas que se ven a diario allí donde opera la cultura contra eso mucho más grande que es la capacidad humana, diversa y asombrosa), que es lo que las «mujeres» estamos educadas a pensar y ejecutar cuando no encajamos con el papel que se nos asigna. Esto por mencionar dos rasgos perseguidos en general por el patriarcado en la especie (aunque explotados, por lo mencionado arriba, robado su fruto y explotado por el sistema desde siempre, borrando además o distorsionando el conocimiento de la fuente).
Así que si pusiéramos en común, lo que percibimos al rastrear cómo se construye la violencia conceptual, en las actitudes, en las palabras y acciones de las dinámicas sociales prevalentes, si lo hiciéramos mucha gente, en el día a día, siempre, seguiríamos generando un cambio social imparable, como muy a menudo hemos generado, aunque más determinante para cambiar el rumbo de lo que son las sociedades humanas, porque sin una mayoría que comprenda ciertos valores no se puede de manera permanente a la violencia extrema que sufrimos siempre en los avances, y que se encarga muy bien de borrar toda huella para que no tengamos memoria, para que no consigamos entender, descubrir lo que pasó, para que siempre estemos pensando que empezamos de nuevo, en un bucle de estupidez reiterada. No es así, la lucha es desigual sólo en el sentido de que nos matan y aniquilan, no en el sentido del valor pragmático de lo que aportamos, porque no es la ideología del mal (no tener escrúpulos y justificar siempre las soluciones de violencia ante el conflicto) lo único que «funciona o soluciona» (y aunque así fuera) porque los ideales del no perpetuar la violencia, de buscar usos noviolentos de nuestra inteligencia para la construcción de sociedades, tienen un valor igual o mayor y sobre todo un efecto de vida y protección real de la vida y la posibilidad de vivir con dignidad.
BONDAD. MALDAD. EL PROBLEMA. Vale, todo el mundo es capaz de actuar con de forma bondadosa o no tanto, da cosa llamarlo “maldad”, por eso se mal-llama “egoístamente”. Digo que se llama mal porque el egoísmo no tiene necesariamente que ser maldad. Por ejemplo al hacer el amor, si eres una mujer en el mundo patriarcal, pensar en conseguir tu placer es siempre bueno para ti y el conjunto, porque como mujer tienes que compensar la mierda de educación que te da la cultura patriarcal para aprender a respetarte y tener tu criterio sobre tu placer, porque si no, importa una mierda si es con un hombre, 50%-100% patriarcal se entiende. Y hacer el amor, dos personas o las que sean darse placer, implica que todas estén contentas, y ayuden a compartir información sobre lo que les gusta, y por eso tienes que pensar en tu placer, aunque no como el Hombre patriarcal, que olvida que importa la subalterna esclavizada, sino sabiendo que la cosa va de labor de equipo. Es un gran momento para la práctica del equilibrio de lo que es pensar en ti y pensar en quienes te rodean. Y como es sábado y he cenado espagueti con… sí! lambrusco, que es absolutamente irresistible, porque emborracha sí o sí, quiero intentar volver al tema, porque aún recuerdo que quería hablar de portarse bien o mal con la gente. Veréis, pensé una idea y tenía la esperanza de que sirviera para orientarse, pero según la pensaba ocurrió lo de siempre: que me pareció una idea poco útil. En fin, allá voy: pensé que quizá lo fundamental en las relaciones humanas, y observable a diario en todas las relaciones, es saber cómo se porta la persona con otras personas, no sólo las queridas, que también, porque está claro que mucha gente, en el patriarcado, trata como mierda a las personas queridas. No creo yo que sea algo “biológico” o “humano”, es algo de la cultura patriarcal, algo que alimenta que aprendamos a tratarnos así de mal, justificándonos siempre, siempre justificando la violencia, esa pesadilla y ese aburrimiento, ese crimen contra la humanidad, que hace que nuestras vidas no puedan crecer, porque siempre estamos teniendo que contener, frenar, combatir la violencia. Pero sí pienso que vale esto, que si alguien a quien quieres trata mal a otras personas, y quieres elegir si relacionarte con esa persona, en lugar de justificarlo, tendrías que ver lo que hay: que alguien cree que es justificable pretender hacer daño a otra persona porque ha “amenazado sus intereses”. Hip. Bueno, Tengo suerte de estar en contacto con personas que me quieren bien, pero me asombra la cantidad de gente “normal” y “extraordinaria” que es incapaz de sentir la mínima empatía, que no puede desengancharse de lo que pueda darle el saber que pueden hacer daño a alguien y quedarse tan frías y fríos, incluso contentxs, y siempre cargados de razón, justificando como si fueran de una secta de normalidad sus brutalidades. La gente no ya de cultura patriarcal, que lo somos todo el mundo y por eso tenemos tanto curro para rescatar nuestra libertad y humanidad, la gente que encaja en la ideología patriarcal bien, sostiene sus sistemas de violencia sin pestañear, creyendo que “así funciona el mundo”, siempre justificándose. Pero las personas podemos saber bien desde dentro cuando actuamos mal, para hacer daño, y también podemos saber bien desde dentro que eso nunca está justificando, a no ser que sean casos muy claros de autodefensa (tema peliagudo en sus incontables grados). En fin, que para romper la cultura patriarcal y liberarnos, podríamos trabajar la idea de que una clave para elegir relaciones es ver comportamientos nobles, sinceros, honestos con las personas queridas, y en realidad, con cualquier persona. Quizá eso nos ayudara como especie a respetar a las personas que aportan no querer hacer daños, que no imponen precios, que hay que ver cuánto desprecio idiota impera y desata cuánta violencia innecesaria.
ROSA CHACEL Y MARY WOLLSTONECRAFT escribieron mucho sobre que las mujeres parecían idiotas y lo atribuían a la falta de educación intelectual, y las dolía en especial porque ellas, siendo mujeres, constataron que la explicación biológicista patriarcal era FALSA, ellas tenían inteligencia, capacidad para el razonamiento, para crear, ellas tenían coraje, perseverancia, pasión, cualquier rasgo humano era HUMANO, no del Hombre (el hombre según el modelo patriarcal). Lo vivieron en su mente, en su cuerpo. AHORA ACLARAMOS UN POCO MÁS, AHONDAMOS MÁS: la Educación es mucho más honda que lo de la escuela (es cultural, la construyen infinidad de elementos que nos modelan a diario) y no las permitió ver esto que ahora vemos mejor: que los rasgos «femeninos» o «masculinos» no pueden universalizarse, digamos, y que no pueden imponerse, ni definiéndose desde X ideología (pongamos la patriarcla) emplearse para crear un ORDEN SOCIAL. A la gente hay que dejarla en paz, respecto a su IDENTIDAD. Desde aquí mi GRATITUD infinita a Chacel, Wollstonecraft, y tantas otras personas, mi TRISTEZA insondable por lo que tuvieron que soportar, y mi FURIOSIDAD FEMINISTA para seguir luchando por un mundo que no haga estas cosas.
Con lo que ya sabemos empíricamente sobre la maleabilidad del cerebro y la mente humanas sorprende que cada vez que se divulgan datos sobre este tema y te aborda el género las interpretaciones se obsesionen con demostrar que el orden patriarcal de género, es decir, cómo somos personas hombre y personas mujer, esa forma tan asociada a funciones en la sociedad que se excluyen según tu órgano sexual reconocido, es biológico. Desde siempre hemos dispuesto de información alrededor (aunque hubiera tanto que ocultar para salvar la vida) e información en la historia (aunque hubiera tanto omitido, borrado y distorsionado) que habla de la realidad identitaria humana, DIVERSA, como todo en la naturaleza, precisamente.
Las formas de ser mujer, hombre, persona son inagotables, física, psicológica, sentimentalmente, socialmente, culturalmente, respecto a inteligencias varias, como persona y como colectivo, la identidad humana es inagotable. Sabemos ya que no es cierto que tener pene o espermatozoides implique que no desees tener descendencia, y cuidarla hasta que sepan valerse. Sabemos ya que no es cierto que tener vagina u óvulos no implique ser incapaz de razonar o crear. Así que la pregunta es, ¿por qué seguimos perpetuando el orden de género patriarcal? ¿Acaso nos gusta machacar a la gente, despreciarla, subestimarla, destruirla? Con tantos siglos de valores patriarcales, es decir, de sistema de violencias que nacen de la violencia primera conceptual que es considerar que un grupo humano es superior y el resto debe servirle, a costa de su identidad, libertad y vida. ¿acaso no sabemos ya sencillamente convivir respetando, concebir que quizá la vida y las relaciones puedan ser menos injustas y violentas, más humanas?
Una mujer que razona mejor que un varón no es sospechosa, ni mala, ni le está humillando, y a diferencia del Hombre (el hombre según el patriarcado), no es necesario seguirla ciegamente. Una mujer que razona es una persona que razona, y razonar empáticamente no es cosa menor, inferior, o “de chicas”, sino la clave para la supervivencia y el rescate del potencial humano más positivo, el que nos tendría viviendo en sociedades donde la curiosidad, el apoyo mutuo, el espíritu creativo y crítico, la independencia, el respeto, la colaboración, la escucha llenarían nuestras vidas justamente de eso, de vida.
SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CRÍTICA SIN TARA PATRIARCAL
Para hacer crítica, no hace falta despreciar o destruir “al contrario”, según ordena la ideología patriarcal. La crítica implica un conocimiento más profundo y certero de las cosas que ocurren y se sienten o piensan, y abre caminos para la evolución.
Hay cosas que puede hacer todo el mundo para superar la tara ideológica patriarcal, que condiciona incluso a las personas que han dado con buenas ideas, ya que la cultura está en nuestras cabezas más de lo que concebimos.
Basta limpiar la mirada para ver el claro objeto del pensamiento crítico: la construcción del conocimiento colectivamente, por eso da igual quién dice la idea crítica, aunque esto no es decir que haya que invisibilizar a nadie: está bien saber quién dice qué, por justicia o empatía, siempre, y también para seguir la pista a lo largo del tiempo y aprovechar además esa otra fuente de conocimiento.
Esta idea, como todas las ideas inteligentes noviolentas, es despreciada y también combativa por la cultura patriarcal, que tiene siglos de práctica en hacerlo, lo que se constata en que incluso personas que dan con buenas ideas pueden estar reproduciendo modos que critican en otros ámbitos.
Yo así lo identifico:
Quien al hacer la crítica desprecia o maltrata. No es necesario, a no ser que no se pretenda la crítica sino hacer daño a la persona. La crítica plantea el análisis de una idea que se cree mal construida: si es injusta o errónea basta con refutarla, si es procedente, basta con agradecer haberla podido escuchar o leer; si no es la clave pero plantea otras preguntas, también es bueno saber agradecerla.
Así lo identifico, como pensadora crítica con algunas décadas de experiencia en la lucha social:
Cuando lo que dices genera un ataque personal. La ideología patriarcal nos ha enseñado a cerrar filas ante la crítica, y linchar a la persona. Desviar la atención para que no se escuche lo que dice, armándose de sentimiento de indignación que justificará (sobre todo porque se unirá mucha gente a sentirse indignada, aun no sabiendo qué lo ha provocado) el que se haga daño a esa persona.
Por desgracia, las reacciones de la ideología patriarcal a la crítica dan mucho miedo por su violencia incuestionable (la legitimidad que tienen “las soluciones de violencia” en la cultura patriarcal es estremecedora), y lo excepcional es encontrar a personas que luchen por controlar ese miedo (que sean críticas, además, desde la consciencia de que necesariamente tienen que ser autocríticas, vigilarse, para no caer en los esquemas de violencia patriarcal al pensar; porque el patriarcado enseña que “si tienes razón, tienes que machacar al contrario” y no sencillamente refutar la mala idea).
Lo excepcional es encontrar personas que luchan por desarrollar la capacidad de aprender y rectificar para crear procesos que escapan a los esquemas imperantes culturalmente, evitando por ejemplo confundir CRÍTICA A UNA IDEA con HACER DAÑO A UNA PERSONA (p.e., falacia contra la persona: fijaos bien en cómo opera esto), protegiendo así que el objetivo de la crítica (identificar un error, sea idea mal construida, injusticia, violencia) y superarlo no quede perdido o distorsionado a la función de violencia de PRESERVAR EL ORDEN CONCEPTUAL DEL MUNDO PATRIARCAL (pensar/sentir/imaginar/soñar, la vida mental humana, las palabras y las relaciones van unidas, por eso de nada sirven los dogmas para la construcción de un mundo noviolento). Digo “función de violencia” porque en la ideología patriarcal de los binomios contendientes, todo es guerra, una de las dos partes debe necesariamente prevalecer a costa de la otra. Es una concepción IRREAL de la vida basada en la metáfora LUZ-OSCURIDAD/BIEN-MAL (útil para otras cosas, e incapaz de explicarlo todo, pues la vida es PROCESO) que se fuerza allí donde no procede usarse porque LIMITA LA DIVERSIDAD DE LA VIDA. Y forzando esta ideología reduccionista y violentísima por tanto, desde ahí, se pretende silenciar a quienes plantean críticas y preguntas (críticas planteadas a menudo siquiera por modo autodefensa sin saber siquiera que con tu vida planteas una crítica: EXISTO Y NO LO VEO ASÍ/ENCAJO AHÍ) usando difamación y el ataque a la persona, metiendo mucho ruido para que no se escuche la idea que cuestiona algo, que posibilitaría la evolución a la superación de algo injusto o violento, validando comportamientos patriarcales donde son quienes menos escrúpulos tienen a la hora de imponer ideas quienes deben necesariamente ser personas apoyadas, protegidas con la vida, obedecidas.
Y es que la ideología patriarcal es radicalmente irracional y violenta. Y a estas alturas parece mentira que tantas personas en la lucha social piensen que por estar en la lucha social esa ideología no nos afecta. Sería mejor trabajar en equipo, aprender a decir lo siento cuando nos salta el resorte patriarcal de querer callar a alguien haciéndole daño, aceptar disculpas porque partimos de que la mierda que combatimos fuera la llevamos dentro, saber rectificar, aceptar que quizá no nos habíamos dado cuenta de algo por mucha experiencia o sabiduría que hayamos atesorado en la vida.
Realmente pensar fuera de la ideología patriarcal no es un absoluto, como nada en la vida, sino un proceso de desarrollo de inteligencia feminista, noviolenta, constructiva…
En los debates internos, hay que ser críticas no déspotas o bélicas: tratar con amabilidad a la persona que participa en el debate no equivale a no ser crítica, porque la crítica no está en desacreditar a la persona, sino en desmontar la idea mal concebida o violenta. Y sin hacer esta diferencia fundamental, se cae en la violencia. Es decir, por natural que sea la noviolencia, por deseable que sea en el mundo animal, también el humano, dada la tara ideológica de siglos de estas culturas humanas tan violentas, lo “natural” es que queremos destruir. Tenemos que aprender a abandonar ese barco, y esto implica control del miedo o valentía, desarrollo de criterio, de capacidad de diálogo, que viene con aprender a confiar que con quien hablas pretende hablar (y si no es así, que eso no te desvíe a ti de tu objetivo, seguir tú con el objetivo del diálogo sin entrar a saco a la distorsión del personalísimo destructor que nos enseñamos), fomentarte y fomentar la honestidad y la autocrítica, para no ponerte por encima de nadie, y al tiempo saber valorar las buenas cosas que ofreces o aportas.
Bueno, es un borrador de nuevo, un fragmento, del ensayo que siempre estoy queriendo escribir, sobre violencia y noviolencia desde la inteligencia feminista! 🙂
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CLAUDIA MV me añade que faltaría el tema de las preguntas capciosas: aquellos/as que en medio de un debate o discusión hacen trampas intelectuales para desacreditar lo que dijiste en vez de ir de frente con su postura y ya. A esoas personas no les doy oportunidad de que se sigan burlando y to.ando » examen» desde sus pretendidas alturas
La vida invisible o despreciada de la lucha noviolenta. Demencial la irracionalidad violenta extrema patriarcal. A pensar, ocupar la mente, en cosas buenas!
A la memoria de Lula Deus
porque el abuso y la violación se cobran nuestras vidas y no queremos saberlo
LULA MICAELA MICHELLE
Suspendidas en el agua de tres mares distantes
vamos cayendo para acercarnos
los brazos tendidos las manos abiertas
la risa de siglos que ha levantado mundos comunidades
solas y en poderosa compañía marina
Lula Micaela Michelle
Angels Marisa Sofía Helena
Rosa Pilar Odette
En la superficie ocurre violencia humana
en la guerra en la calle en los sitios seguros
las camas de las niñas y las mujeres son fuentes de miedo
sus cuerpos son objetos despreciables despreciados para Él
que impide el placer y el sueño impide la vida porque prohíbe
que ellas puedan pensar sus mundos lejos alejadas de Él
que no tolera que la cabeza de ellas respire libre de ese alquitrán suyo
que se agazapa y desata que encierra y supura o rebasa
condenándolas en el sótano a la no existencia
condenándolas en el circo de personas dóciles al linchamiento
enfermo de megalomanía crueldad invisible
a ellas las mujeres esas personas
Carmen María Pepa Verónica Mayte
Melania Desirée Rocío Loli
Sara Luisa Luz Ana Francis
Mónica Isabel Romina Jana Marta Eloísa
Africa Ximena Cristina
Somos algas plancton peces rocas crustáceas libres
caemos sostenidas por el agua conectadas salinas
solas y en mutua compañía amable buena inteligente
Valeria Karina Ale Griselda
Beatriz June Celeste
Pasarán estos tiempos terribles de odio…
Nos querrán algún día…
Selva Cirenia Lily
Alegría Libertad
Caminando, siempre, alzando sosteniendo levantando
con nuestras asesinadas con nuestras vidas
con nuestras voces materia supervivientes un universo
8M España. Parece que este año va a ser difícil no hacer la HUELGA FEMINISTA porque el movimiento feminista está a toda marcha con el proyecto, se están organizando cosas por todos lados, #HaciaLaHuelgaFeminista y dos sindicatos, anarquistas (por qué será que no me sorprende) han convocado sin ambigüedades (poniendo: 24 horas, ojo con eso que otros llaman «huelga» a convocar a paros, hay que leer el texto que publiquen, logos y banners no bastan; gracias, porque este año NO HABRÁ EXPEDIENTES) a la HUELGA EL 8M.
Así que aunque PARAREMOS EL MUNDO en protesta CONTRA EL PATRIARCADO Y SUS VIOLENCIAS en ideas, hechos, palabras, HACIA LAS MUJERES, CELEBRAREMOS también que las mujeres allí donde puedan se unan a la lucha y su SORORIDAD con las que no puedan, porque ya nos vale de siglos de este sistema brutal!
PETRA KELLY Y TRADUCCIONES. Hoy estaba mirando lo que he traducido y quiero traducir de Kelly, y buscando en la web de mi internacional (War Resisters International) lo de la conferencia de Defensa Social donde nos conocimos, que yo ayudé a organizar como voluntaria (1 voluntaria, la única que no cobró ni fue mencionada, varios meses preparando la conferencia, 12 horas diarias, 5 días a la semana, porque hacía más cosas, en Londres, pero con lugar para dormir y una comida al día y 20 libras a la semana para transporte que usaba en tabaco porque iba andando) porque venía de 6 meses en Centroamérica (Brigadas Internacionales de Paz Guatemala y luego en Costa Rica/Nicaragua) estudiando la guerra de baja intensidad y traduciendo historia de la lucha noviolenta, con bastante formación en el tema de la defensa social, pues presentamos un proyecto en Nicaragua al gobierno sandinista y grupos del movimiento popular, para apoyar la difusión y como la estructuración de la lucha noviolenta a nivel regional, nacional, lo que se pudiera (Omar Cabezas consideraba algo que a nosotrxs como pacifistas no nos parecía buena idea: combinar la defensa armada con la noviolenta desde las instituciones), y estaba mirando entonces los datos, pues no me acordaba del año, y viendo la publicación que sacamos después, y recordando a las personas que invitamos, algunas de las cuales personas con las que yo había trabajado y de las que había aprendido mucho (pero todo gratis, porque yo para el mov. soc. nunca he cobrado, ni como traductora ni como escolta noviolenta, tallerista, lo que fuera), y de pronto caí que mi nombre no aparecía en ningún lugar y desde luego yo no lo habría pedido. Y pienso ahora que eso está mal. Sobre todo porque al buscar qué había de Petra Kelly en español, he encontrado un vídeo de un grupo de lectura y ecologista de España donde cuentan que tradujeron un libro personas ni traductoras ni feministas, insistiendo en que GRATIS, por amar a la autora, (aunque es un libro sobre la vida de ella, no sus artículos), y se lo publicaron, cuando traductoras del mov. soc. como yo, anónimas, que trabajamos gratis, que obviamente lo hacemos por amor, por esa revoLución, y cuyas tradus son sin duda de calidad o de más calidad sin duda que las que salen, no aparecemos nunca en ningún lado y no nos llaman nunca para libros, sólo para el pan diario gratis, el de No eres nadie. Y desde luego no nos publica ninguna editorial. Es más, si les escribes para sugerirles un libro importante, toman nota y te olvidan, o te ignoran directamente.
Yo toy bien en la masa anónima, claro, da toda la libertad, y además creamos Mujer Palabra para dejar rastro, las personas que de otro modo seríamos absolutamente anónimas, pero a mis casi 55 pienso que no está bien. NO ESTÁ BIEN que den cosas feministas a cualquiera antes que a las feministas, no está bien que no conste en ningún lugar que hubo gente currando mucho y por amor al cambio social. Porque así es muy fácil que los partidos políticos y sindicatos y la gente de los lugares con reconocimiento en la Cultura (sancionada) arrugue la nariz cuando opinamos esta getne, como diciéndose, Ésta de dónde sale?, y crean que Cultura y Lucha sólo viene de su mano, esa profunda falta de visión de lo que es, de en qué se asienta (al menos TAMBIÉN) el cambio social.
Así que voy a centrarme en algo en el poco tiempo que tengo los findes, sacar varios artículos de Kelly, traducidos con conocimiento y destreza, mis Traducciones Ilegales, pero voy a poner mi nombre, y la foto de Petra Kelly en aquella conferencia, con su jersey de lana celeste de nubes.
(p. 8) Tanto el feminismo como el ecologismo nos permiten desarrollar una mirada distinta sobre la realidd cotidiana, revalorizando aspectos, prácticas y sujetos que habían sido designados como diferentes e inferiores. En esta nueva visión, la toma de conciencia sobre la infravaloración de las prácticas del cuidado, así como la crítica a los estereotipos patriarcales, que han sido generadas por la teoría y la praxis feministas, pueden constituir [constituyen] una aportación de enorme valor para el ecologismo.
(p. 9) (…) Crisis ecológica, economía y etilos de vida etán profundamente ligados. (…) se habla de «desarrollo sostenible» para aludir a un modelo de equilibrio entre crecimiento, innovación tecnológica, imperativo ecológico, creación de empleo y protección social [de las personas]. Pero (…) La irracionalidad del complejo economómico-tecnocientífico se hace patente (…)
(p. 10) El documental del demócrata noreteamericano [estadounidense] Al Gore, Una verdad incómoda (An Inconvenient Truth, 2006), marca un hito en el reconocimiento internacional de la crisis ecológica y en el afianzamiento y popularización de la propuesta de un capitalismo verde. (…) el cuidado del medio ambiente es presentado como promesa y proyecto de mayores ganancias ecnómicas, como fuente de enriquecimiento más moderna y menos destructiva.
[Otro documental de gran relevancia: Story of Stuff, de Annie Leonard (10 años de investigación), Historia de las cosas, traducido a muchos idiomas, de 20 minutos, del mismo año (yo lo uso en clase de inglés desde entonces con niveles intermedio alto y avanzado), dirigido a todo el mundo de las sociedades de consumo, explicando el sistema lineal de producción y que falta el cuidado a las personas y el medio ambiente, cómo y por qué fue diseñado, que podemos intervenir y lo estamos haciendo para neutralizarlo y transformarlo, y que necesitamos un sistema circular que se sostenga. Este documental generó un movimiento mundial y en su web ahora hay más documentales.]
(p. 11) Actualmente (2011) (…) El debate sobre el modelo económico reaparece en torno a los límites del ecosistema. (…) El Green New Deal implica asumir los límites del ecosistema y la lucha contra la explotación social a través de cierto decrecimiento de los países desarrollados y un crecimiento sostenible mesurado de los demás.
De acuerdo con las estadísticas, las mujeres somos las primera perjudicadas por la contamiento medioambiental y las catástrofes «naturales» [Conferencia de la Mujer de las Naciones Unidas, 2000]. Sin embargo, por lo general, no se visibiliza la relación entre la estratificación de género y los problemas medioambientales. (…)
El impulso general hacia la igualdad (…) en las sociedades occidentales en las últimas décadas ha tenido también su influencia en el movimiento ecologista. En algunas de sus organizaciones, se está replanteando el tratamiento de ciertos temas como el del trabajo doméstico y se cuida el lenguaje y las ilustraciones de su material de información para no incurrir en sexismo. En otros grupos, en cambio, aunque no se reconozca abiertamente, existe desconfianza y poca disposición a reflexionar críticamente sobre los roles de género como factores de desigualdad. He podido observar que el feminismo encuentra en los medios ecologistas dificultades de aceptación similares a las que suscita en el conjunto de la sociedad. Muchas veces, ecologistas de ambos sexos, muy bien intencionados, no perciben los estereotipos masculinos y femeninos que venimos criticando desde hace muchos años en la teoría y la práctica feministas.
(p. 12) En todo el mundo, son muy numerosas las mujeres que participan como activistas en los grupos ecologistas y en los partidos verdes. Pero la conocida pirámide de género de empresas e instituciones -con la base feminizada y la cúspide ocupada por varones- también se reproduce en muchos grupos ecologistas. A menudo, la militancia de base está mayoritariamente compuesta por mujeres y, sin embargo, predominan los hombres como dirigentes.
He llegado a sentir vergüenza ajena viendo algunos documentales de concienciación ambiental que presentaban una sucesión ininterrumpida de expertos y pensadores, todos varones. Como en tantas otras ocasiones y temas, el nuevo campo del pensamiento ambiental se masculiniza en la medida en que va adquiriendo importancia. (…) tenemos que ser conscientes de este problema y señalarlo. La solidaridad (…) no debe impedirnos practicar la (…) crítica feminista. (…) el feminismo ha sido una de las señas de identidad del ecologismo. Los partidos Verdes fueron pioneros en la aplicación de la paridad.
(p. 13) Desgraciadamente, las mujeres no sólo pertenecemos a un colectivo afectado en todo el mundo por una desigualdad de orden social y político que se manifiesta en el techo de cristal, las diferencias salariales, la escasa representación femenina en puestos de decisión y la violencia de género, sino que también nos vemos más afectadas por la contaminación medioambiental (…). Las sustancias tóxicas se fijan más en el organismo de las mujeres. Con una alimentación que no provenga de la producción ecológica, se puede llegar a consumir hasta cincuenta variedades de pesticidas por día. La Red Medioambiental de Mujeres, con sede en Londres, ha llamado la atención sobre la pasividad institucional ante el alarmante aumento de cáncer de mama en los últimos cincuenta años debido principalmente, a la contaminación medioambiental con xenoestrógenos, sustancias químicamente similares al estrógeno femenino natural que se encuentran en los pesticidas organoclorados, las dioxinas de las incineradoras, las resinas sintéticas, las pinturas, los productos de limpieza, los envoltorios de plástico y otros obejtos de uso cotidiano. Las mujeres deberíamos reclamar políticas medioambientales que nos tengan en cuenta.
Los productos químicos han mejorado nuestras vidas en muchos aspectos. [Pero no se puede ignorar que] La cara amable del desarrollo moderno tiene también una cruz (…)
(p. 14) Poco a poco se filtran datos inquietantes sobre los compuestos nocivos de la industria petroquímica que están presentes en nuestro hogar, en los rincones aparentemente más inofensivos y seguros de la cocina, el baño, los dormitorios, los suelos, en la ropa, en nuestro plato. [ver Greenpeace, informe «La casa química», año …]. Los enormes intereses económicos en juego dificultan la eliminación de productos perjudiciales y su remplazo por soluciones que, muchas veces, son más senicillas y menos costosas. Hoy sabemos que las mujeres se ven afectadas en una proporción más elevada que los hombres por el síndrome de hipersensibilidad química múltiple (SHQM) que la mayoría de los médicos todavía tribuyen a trastornos psicosomáticos o diagnostican como alergia provocada por un animal doméstico. Por cierto, a menudo, éste termina en la calle (…) Se acusa a la Naturaleza (…) De hecho, «somatización» es el concepto que ha reemplazado a «histeria» en la psiquiatría. Es difícil que se sospeche de ambientadores tóxicos, de pinturas venenosas o de las toneladas de pesticidas y herbicidas arrojadas a las tierras cultivadas, a los parques públicos y a los jardines privados. En definitiva, no suele ponerse en duda elmodelo de buena y «limpia» vida del industrialismo insostenible.
(p. 15) La crítica ecofeminista también nos ayuda a cuidar nuestros cuerpos frente a una confianza excesiva en el desarrollo de la tecnociencia (…) Valgan como ejemplo las píldoras para la supresión de la regla, la cirugía etética de senos en la adolescencia, los duros tratamientos de reproducción asistida y las terapias hormonales sustitutorias para la menopausia.
En el Tercer Mundo [Mundo Superexplotado], gracias a las denuncias de la pensadora y líder ecofeminista Vandana Shiva y de otras activistas del Sur, sabemos hasta qué punto se han deterioriado las condicones de vida de las mujeres pobres por el «mal desarrollo» (…) que acaba con el cultivo de las huertas de subsistencia femiliar, arrasa los bosques comunales, las obliga a caminar kilómetros para buscar la leña que antes encontraban junto a su aldea y las enferma con nuevas dolencias provocadas por la contaminación. Antes tenían una vida pobre; ahora su vida es mísera. El «mal desarrollo» tiene muchas caras: la riqueza insultante, la multiplicación de distracciones basadas en la tecnología, una sutil confusión informativa promovida por intereses transnacionales, la miseria de las grandes urbes creciendo sin cesar al ritmo de la destrucción rural, la aniquilación de los animales silvestres y la apropiación y destrucción de su hábitat. Una de las caras siiestras del «mal desarrollo» es la deslocalización de las poblaciones rurales, arrojadas a las chabolas de las grandes metrópolis del Sur. La desaparición de la biodiversidad está acompañada de la pérdida de la soberanía alimentaria propia de los agrosistemas locales y de la desaparición de la diversidad cultural de los pueblos del mundo. El poder de las grandes multinacionales de pesticidas, abonos y semillas transgénicas está acabando con la auonomía campesina y generando hambre donde nunca la había habido.
Las mujeres no somos solamente víctimas. También somos sujetos activos [sujetas activas] en el cuidado medioambiental y en la construcción de una nueva cultura con respecto a la Naturaleza.
(p. 16) la crítica feminista tiene mucho que aportar a una cultura ecológica de la igualdad (…) algo debería cambiar en nuestra relación con la Naturaleza, sea ésta nuestro propio cuerpo censurado y controlado, los animales torturados por diversión, los que nunca verán el sol en los criaderos industriales, los bosques originarios talados, los campos envenenados, los mares contaminados…
Es hora de ecofeminismo para que otro mundo sea posible, un mundo que no esté basado en la explotación y la opresión. Esta sociedad del futuro se vislumbra ya en la lucha contra todas las dominaciones, las antiguas y las nuevas, las de los antiguos patriarcados de coerción y las del patriarcado de consentimiento que impone sus mandatos en la desmesura neoliberal. Transformar el modelo androcéntrico de desarrollo, conquista [dominación] y explotación destructivos implica tanto asumir una mirada empática sobre la Naturaleza como un análisis crítico de las relaciones de poder.
Una idea que, contaba Virginia Woolf, expresó Mary Wollstonecraft. En mi caso, espero, un experimento en la exploración intensa, radical y lo más alegre posible de los dos ideales que me parece vital tener en la vida: libertad y solidaridad. En esta bloga comparto escritos y dibujos según ocurren (desde 2009). En mi webita hay más. Para derechos, ver al pie.
So it is better to speak / remembering / we were never meant to survive – Audre Lorde
Puré naranja
Haciendo puré con témpera naranja con 1. Vindicación Feminista (facsímil de revistas, que conseguí de Elvira Siurana), 2. Recuerdo (historias y dibujos manuscritos de refugiadas de los Balcanes, montado por Zene U Crom de Belgrado, (el libro sepia) que conseguí de Stasha Zajovich y Concha Martín, y 3. Virgina Woolf y sus ensayos sobre escribir (que conseguí cuando vivía entre Londres y Greenham) como libros que sostenían todas nuestras comidas-cenas antes del exilio de Madrid.