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18 enero. CYNTHIA ENLOE me ha contestadooooooooooooo!!!! Y me dice que si quiero traducirla, por partes o todos, adelante! Ahora justo no puedo, tengo dos grupos difíciles este año, pero la he dicho que en verano me ubico y repaso y veo y eso! ES MARAVILLOSOOOOOOO! Es que hay que leerla, su análisis de la guerra, de la política patriarcal, desde la inteligencia feminista es muy rico. <3 <3 

http://www.mujerpalabra.net/conoce_a/pages/cynthiaenloe/cynthiaenloe.htm

RAE INCAPAZ. Cuando la Real Academia de la Palabra Muerta intenta pretender superioridad intelectual y de conocimientos al descartar socarronamente la crítica a sus sesgos clasistas, machistas, misóginos, homofóbicos, transfóbicos, racistas, gitanofóbicos, especistas (llamémoslos “ningunistas” cuando la violencia se ejerce por omisión; esa omisión que a tantos grupos humanos les ha costado no aparecer en ningún lugar de valor de la Obra Humana), con un triste “Nosotros sólo recogemos las palabras que usan las personas, no determinamos las definiciones” queda expuesto su profundo lío mental y su afán de distorsionar y manipular.
Hay mucho que decir a este respecto. Anotaré brevemente: 1. en la selección de los términos que la RAE hace hay condicionamiento ideológico del tipo en que no se ha asimilado la noción de derechos humanos; 2. en las definiciones hay ese mismo condicionamiento ideológico, al que se suma una ideología política tradicionalista, es decir, patriarcal violenta, el mundo visto desde ahí; 3. ilustración con ejemplos.
Podemos alarmarnos por mis palabras y no prestar atención, pero lo cierto es que basta con hacer estudios de casos: por ejemplo, ¿Qué términos han decidido incorporar de los españoles hablados en América? (esos que tradicionalmente ha despreciado y considera deben someterse a sus opiniones sobre cómo se debe hablar y escribir). Aquí hay uno (descatalogado), “De mujeres y diccionarios” (descargable): http://www.mujerpalabra.net/pensamiento/lenguaje/eulalialledocunill/sobrediccionarios.htm. Si se atiende, se verá la aplicación del método científico al estudio de un DRAE donde se empezaba a querer “incluir” los españoles americanos (quizá por la pérdida de credibilidad de la institución en España) y cómo el DRAE incorpora maneras de evaluar físicamente a las mujeres en América, y no incorpora ¿qué? ¿Es tan importante no incluir palabras que tienen un uso mayor y más importante para la cultura en cuestión que cómo evaluar físicamente a las mujeres? Para una ideología tradicional, validar el orden patriarcal que establece que las mujeres vienen de una costilla de Adán, es decir, están en débito con el Hombre y deben desarrollar sus vidas sirviéndole, es una cuestión vital. Hay que “ponerlas en su sitio” continuamente (nótese la incapacidad de la RAE para comprender que dentro del feminismo hay lingüistas ofreciendo conocimiento y método). Pero no para personas realizando un estudio científico del lenguaje y recogiendo las palabras que se emplean y cómo se emplean (aquí los llaman Diccionarios del Uso del Español; son los descriptivistas, los hijos de la lingüística moderna, muy superiores al diccionario de la RAE respecto al conocimiento de la lengua). ¿Por qué la RAE no presta atención a lo que la mayor libertad del momento histórico humano, desde el siglo 20 y en algunos lugares, de maneras y en grados diferentes, está generando: que resulta que los genitales no condicionan necesariamente una identidad, porque el cerebro y la mente humana es increíblemente maleable e igual que puede aprender a ser Hombre o mujeres puede aprender a ser Persona? ¿Todo lo positivo y cuestionador del orden patriarcal que ha generado el pensamiento/las relaciones/el lenguaje en el último siglo?
No hay ninguna inocencia y desde luego ninguna ciencia (su aplicación del método científico de estudio de la lengua está minada justamente de eso, de ideología, por su creencia religiosa en el prescriptivismo, ya tarada de raíz; y más tarado es que dada la evolución del conocimiento sigan insistiendo en que deben ocupar un papel estrella en cuestiones de estudio de la lengua!) en los criterios de selección de las palabras que llevan a cabo, ni en las definiciones que realizan. Incluso si añadimos cómo las personas usan las palabras para ejercer violencia se puede presentar la definición así, describiendo el uso; pero el diccionario de la RAE no pretende eso, sino prescribir, y de ahí que tengamos que perder tiempo denunciando sus imposiciones ideológicas a través de sus aspiraciones con el lenguaje.
La RAE debe bajarse de su pedestal y especializarse en estudios y diccionarios etimológicos, por ejemplo, para dejar en paz de una vez el avance del estudio científico de la lengua y que proliferen buenos diccionarios, diccionarios que nos sirvan para buscar palabras, saber cómo se escriben y cómo se usan, pues el uso, esa especie de Frankenstein ahora que se ven forzados a disimular, no nos sirve para eso.
Finalmente, anotar también algo sobre la cobardía o la falta de honestidad intelectual de las personas del mundo de la cultura, incapaces de renunciar a participar en la farsa que es la RAE y su diccionario. ¿Por qué razón darles bola? Sólo son razones negativas para el conocimiento. Se comprende de las personas con ambición de promocionar su estatus para ganar fama y dinero, pero no de las personas que en principio aman la lengua, y su estudio y conocimiento.

buscandotrabajoTenía echando polvo en el ordenador un relato, y hoy cuando Odette mandó un email pidiendo relatos sobre búsquedas de trabajo, lo he empezado a releer, y bueno, no es un gran relato porque es como ¿histriónico? (de risa), pero es que el tema era duro y yo me estaba defendiendo. Y sí es de alguna manera real, aunque no sabría decir de qué manera es real, pero lo es. Quizá sólo porque me recuerda lo que fueron aquellos años. No los ochenta cuando encontraba trabajo fácilmente, tan fácilmente que vivía literalmente al día y cambiaba mucho de trabajo. Una sensación que mucha gente no conoce. Sino en los noventa, cuando empezó a importar más qué pinta tenías (y sobre todo, si era sólo apariencia, obediente) que si sabías dar clase. Por eso acabé, de hecho, presentándome a oposiciones: por evitar las funestas entrevistas de trabajo. Preferí mil veces ese tormento, al otro que conocía bien, las entrevistas.

La última que recuerdo, bueno… otro día.

1991_buscandotrabajo_2010 (5 páginas)

Un adoctrinamiento cultural clave patriarcal es forzarnos al pensamiento totalitario, no sólo a través de los binomios cuyas partes se enfrentan como opuestos y donde una debe prevalecer, sino también a través de cómo nombramos a las personas y nos agrupamos, el tema de la identidad. No hay persona buena o mala, todo el mundo hace cosas variadas, y claro que una onda puede predominar, o varias ondas, pero el pensamiento totalitario dice: si alguien es UNA COSA no puedes ni rechistar sobre que tenga otra cosa. No puedes decir que Gandhi no te sirve para aprender más, y que de hecho ya aprendiste algo de él, lo posible, y estás más adelantada. No puedes decirles a los objetores de conciencia que se les olvidó decir que se negaban a hacer la mili porque no quieren aprender misoginia ni violar porque lo toman como agresión (al punto que no entienden lo que dices, te responden: es que no estamos de acuerdo, la violencia doméstica es cosa de las feministas…?!!, los que te responden) en lugar de como ayuda hermana. No puedes intentar ser amiga de personas que te ignoran, desprecian o temen (sus mentes, inescrutables) porque sospechan e intentan hacer daño, por si acaso, o justificadamente, piensan siempre que dan un mazazo. La verdad, no sé cómo se las apañó Mandela… Y pienso que quizá el feminismo, por todo eso que enfrenta, es el movimiento social que más espacio nos da para escapar al pensmiento totalitario, porque justamente como movimiento tiene clarísimo que la mierda que se combate fuera la llevamos dentro. Debería generar alguna admiración, siquiera un ratillo, siquiera para compensar el machaque continuo.
Por eso persiguen a las personas pensadoras críticas. Estoy harta de ver a buena gente con comportamientos de manipulación, abuso, mezquindad… De igual manera con los movimientos sociales, siempre con sus posicionamientos gregarios que tanto daño hacen a su propia causa. Como si dar con una buena idea te hiciera automática del bando de Quienes Merecen Prevalecer (!!!).
Y si no nos libramos del totalitarismo conceptual, seguiremos avanzando como caracoles hacia sociedades de racionalidad empática. Porque nos imponemos la mediocridad, y sus innumerables mentiras y violencias, y toleramos consecuentemente las violencias en muchos grados y variantes, ad nauseam, no sólo con nuestros Héroes, sino también con nuestras personas próximas. ¿No sería más fácil decir: Yo hago lo que puedo, y así sabríamos que siempre tenemos cosas que mejorar, y que podemos mejorarlas?

La libertad de la que disfrutáis no es un derecho humano de las mujeres en este planeta, sino algo bastante poco común. No ha ocurrido por el Hombre, ni por milagro, y es algo muy reciente y generado por luchas de mujeres existentes. No está en nuestra consciencia entre los Grandes Hechos de la Historia patriarcal, ni de las Revoluciones patriarcales, porque las mujeres en el patriarcado no tienen más valor que el de contenedor.

Es ideología patriarcal que no veáis las cosas de valor que han hecho las mujeres; que no sintáis ninguna curiosidad por saber cómo fue que este mundo patriarcal de siglos de innumerables violencias en todo tipo de grados incluida la violencia terrorista misógina de la violación ha sufrido esta Revolución noviolenta. Que no echéis de menos a las mujeres como seres libres y propios. También es parte de nuestra ideología por defecto que sintáis hostilidad hacia mujeres que sí quieren saber, y seguir sabiendo y seguir luchando hasta un mundo donde ser mujer no signifique todo lo que significa ser mujer en el sistema patriarcal.

Las mujeres no son lo que «describen» las religiones patriarcales, las que dieron la base ideológica al Sistema. Las mujeres tienen mentes humanas y aunque la mente se puede educar en el sistema de género, y la educación condiciona el desarrollo, también es maleable, mucho, y también se puede educar con libertad para las personas pequeñas y las grandes. La mente importa porque es ahí donde nacen los sentimientos y los pensamientos. Tener vaginas no implica nada más que la capacidad, si se desea usar, de gestar, ni siquiera implica, como saben y supieron millones de mujeres querer ser madre o desearlo. Tener la capacidad de pensar no ha parecido ser tampoco algo que el Hombre haya querido usar en la resolución de los problemas, pues siempre opta por el medio que genera más sufrimiento y destrucción: el uso de la violencia, en las guerras clásicas y en las actuales, que no van sólo de campos de batallas y nos llegan incluso a casa por todas sus ventanas, si las tiene.

Tenemos que superar el sistema sexo-género patriarcal para que las personas podamos construirnos con libertad, explorando nuestro potencial, fuera de esta obsesión enferma del Sistema. Si existe una feminidad no es la de comprar cosas para ponerse, y no usar la mente.

Los medios de comunicación y el mercado, allí donde las mujeres viven más como personas, han recrudecido la guerra ideológica patriarcal contra las personas pequeñas, dictando masivamente qué podemos y qué no podemos hacer, y sobre todo, qué tenemos que hacer, dependiendo de si somos «niñas» o «niños»: rosa estático para ellas y libertad de movimiento para Él; mundo de poses para ella (introducción al porno misógino patriarcal), vida real para Él (salvo en el sexo, pues la educación del porno le incapacita para desarrollar la percepción del placer, con su visualidad y su odio al cuerpo de las mujeres).

¿Por qué defender este sistema? ¿Por qué no aceptar que existen otras posibilidades? ¿Hasta cuándo, por inconsciencia o por ignorancia, vamos a seguir defendiendo el sistema patriarcal con las elecciones que hacemos diariamente (que también aquí nos marean: para que sigamos perpetuando el sistema es importante que creamos que no elegimos nunca), con las ideas que manejamos y expresamos, y validando los sentimientos que la guerra ideológica patriarcal nos ha dictado que sintamos sobre todo por las mujeres: las que no existen, las malas, las incapaces?

La guerra es la autodestructividad que tenemos metida en la cabeza es la única guerra que podríamos ganar, porque depende de nuestra libertad para re-educarnos y escapar del sistema desde la inteligencia.

De pequeña quería ser chico. «Los niños son más nobles y valientes, saben ser buenos amigos. Las niñas son tontas, traidoras, cotillas…» Y eso que mi madre nos sacaba adelante porque topó con hombres bastante incapaces de todo. Ni en el instituto, que era uno experimental, que se pobló de gente con ganas a la muerte del dictador, ni en la universidad, con todas sus personas interesantes haciendo cosas interesantes, ni en los grupos de lucha social que empecé a visitar pude NUNCA descubrir el feminismo. Qué extraño, pienso ahora. Curiosamente, la gente de mi pasado que voy encontrando por la vida sigue sin haberlo encontrado, y no lo echa en falta. Esto me produce estupor y tristeza.

Volviendo a mi caso, tuve que salir al extranjero, la vieja historia de la nación-estado llamada España, para ver que las mujeres escribían y publicaban, que habían sido parte de aquella sociedad, políticamente, que actuaban autónomamente, sin siquiera la bendición de ningún hombre de la izquierda política, o «independiente». Llegué a Londres en 1989 y cuando me lo topé, el feminismo, reaccioné con los prejuicios que perpetúan todos los días, que validan todos los días el sacrosanto sistema (el Sistema patriarcal). «Pero ¿eso de mujeres solas…?» (¿pensando solas?) Solo que yo siempre he sido muy abierta de verdad de mente. Siempre he conservado un espacio de inocencia. Y por eso tengo la capacidad que tengo para aprender.

Desde 1989 no he parado de educarme, de aprender a pensar, a procesar, a relacionarme, a sensibilizarme… Y aunque soy una evolucionada feminista, aunque mi curiosidad feminista y mi inteligencia feminista tienen un desarrollo bueno o alto, sigo encontrando cosas en mí profundamente marcadas por el Sistema patriarcal y sus dogmas impuestos a sangre y fuego siglo tras siglo, y con nuestra total colaboración.

Cynthia Enloe habla de «curiosidad feminista» en un libro publicado en 2004 (The Curious Feminist) que yo compré en 2012. Yo empecé a usar «inteligencia feminista» al entrar en las redes sociales, en algún momento entre 2010 y 2012. Son dos conceptos a los que nos ha costado toda una vida de trabajo revolucionario llegar, gracias a que no nos ha vencido el miedo que a tanta gente vence: que se nos asocie al grupo más denostado de la sociedad, el de las personas capaces de curiosidad feminista y que desarrollan inteligencia feminista. Personas que deberían ser un modelo, una fuente de inspiración, para tanta gente «tolerante-piel-de-elefante», que cree que se puede pensar (bien!) sin desarrollar inteligencia feminista.

Rozo ya el borde de la amargura, no puedes ni apuntar nada, ya lo saben todo desde siempre, no nos ignoran, piensan, es que nada de lo que podamos hacer tiene ningún valor, para nada: casi que siento ganas de escupir, por el empecinamiento tan destructivo y cruel que enfrentamos. Por esa profunda ignorancia, adicción a la ignorancia, a tapar siempre la violencia, justificarla.

No quieren ni que rechistes, por eso nos hacen todo lo que pueden, de lo más superficial y trivial a la aniquilación pasando por la tortura. Ningunean una labor vital para la especie, obliteran su rastro, odian y desprecian a sus exponentes, como si en ello les fuera la vida, la vida de siervos del Sistema. Pero son buenas personas que se esfuerzan, no como nosotras, «las feministas».

Y si acaso tu crítica le abre un mundo a alguna de esas personas (que, difícilmente, pero ocurre, yo lo he visto), lo último que harían sería reconocer su fuentes (decir «gracias» por ejemplo), el mínimo respeto.

Qué pesadez tan grande, qué pesadez. Y esto es lo menos menos visiblemente violento de todo.

Quizá David fue Anónima, como siempre.