Tag Archive: guerra de baja intensidad


Arrancaron nuestros frutos, quebraron nuestras ramas, quemaron nuestros troncos,
pero no han podido secar nuestras raíces (pueblos originarios)

En América, ensalada de flores exóticas
cortadas y abandonadas
en los bajos de barcos que nunca zarpan,
en aviones fantasma.
Plantaciones de coca para la exportación
porque aquí nadie va a comer.
El precio del arroz estadounidense
es de tortillas de barro con sal en Haití.
Mientras violan a las mujeres.

En África el hambre quema en el aire
y mientras te violan, insistes buscas
raíces, escarbas hasta saltarte las uñas,
para que no sufra un instante más
el bebé que llora, la niña que calla.
No es distinto en Asia, a excepción del paisaje.

El mercado alimentario internacional,
la peste negra del siglo veinte,
la nueva paz
de los cementerios,
el nuevo campo
de concentración, violación y exterminio.

Y mientras leo y pienso
no puedo olvidar que mi vida no vale más.
Que todas las vidas y la vida
está protegida en el mundo del que soy capaz.
Que sólo las plagas destruyen su hábitat,
sólo las mentes contra natura, esos psicópatas.

Sé quién soy yo y quiénes son ellos.
No estoy confundida. No tengo
problemas de memoria o ignorancia.
Desobedezco el mandato.

Podrán estrangularme o cortarme las manos,
encerrarme por más siglos de los siglos,
difamarme, distorsionarme, disolverme en ácido.
Pero nunca: nunca, escuchad bien,
nunca podrán tocar mi pensamiento,
mi cabeza-corazón
humana, inteligente, solidaria.

Después del efecto que tuvo la guerra de Vietnam respecto a movilización social contra la guerra, en los ochenta la administración Reagan desarrolló la llamada Guerra de Baja Intensidad, en la que al menos la teoría era que armas y campos de batalla quedarían reducidos al 20% del total de lo que era hacer la guerra.

Por desgracia, las poblaciones no se detuvieron lo suficiente a analizar este hecho, y conservaron la idea de guerra que ya, de hecho, era antigua y no contemporánea. Quienes no tienen escrúpulos han evolucionado mucho en su idea de cómo abusar, explotar, reprimir, oprimir y asesinar. Y la gente activista ha desarrollado la acción directa noviolenta y métodos noviolentos como nunca antes. Pero la población sigue siendo bastante inconsciente de lo que es lucha, de que están usando la noviolencia para luchar, y de lo que es violencia y guerra, de cómo ha cambiado esa realidad en los dos últimos siglos. (Ayudaría un poco de consciencia por parte de las poblaciones en estos temas. Luchamos con noviolencia casi todos los días, enfrentando todo tipo de violencias, y con esta lucha nos va mejor que si usáramos los medios que la propaganda patriarcal registró que eran los únicos que usaba la especie. Pensemos en «las feministas» que a lo largo de la historia no han caído en la torpeza o indignidad de proponer un mundo tan violento como el patriarcal, a pesar de siglos de violencias en su contra.)

La Guerra de Baja Intensidad incluyó el «frente» de la propia población: desinformación y neutralización radical de cualquier pulsión a lo social (llegaron a crear ONGs en el marco de la guerra, o sea, con un objetivo contrario al explicitado, para «ayudar» en el extranjero).

Actualmente, no puede ser ya escondido ni disimulado: el concepto de la violencia para el poder lleva ya décadas de práctica en hacer la guerra, en ejercer la violencia, sin tener que usar armas ni golpes en la calle.

Yo lo llamo la Neoguerra del Consumismo, los Desahucios y el Desempleo. Llamémoslo las guerras de las sociedades industriales-tecnológicas. O más cruelmente, la Guerra en la Democracia.

Lo asqueroso de que periodistas en puestos de poder pregunten: «¿Y cómo se sienten los hijos de las personas que son escracheadas?» es esto. Que no identifican la extrema violencia de la guerra que se ejerce contra la gente. Cierto que una cosa es la autodefensa y otra el linchamiento, pero la gente de los escraches no ha linchado a nadie, están presionando porque son objetivos de la Neoguerra del Consumismo, los Desahucios y el Desempleo.

La crisis existe porque hay un puñado de seres en el planeta que acumulan riquezas astronómicas inimaginables. ¡Un límite a las riquezas ya! Si hay gente que necesita ser rica para vivir, que lo sea, pero no a costa de todo el mundo y el planeta. Tiene que ser un crimen poseer más de X dinero. Tiene que suceder ya, con esa prontitud con que responden los irresponsables políticos al gran crimen del escrache, un recurso de la Acción Directa Noviolenta de la desesperación ante el abuso sin límite y reiterado hasta la náusea, como sabe cualquiera que sepa de escraches en el mundo.

(editado viernes 12, 12.20pm)