Están echando lo que es el primer documental que yo veo sobre el suicidio y realmente es importante sacar este tema. Hablar es sin duda fundamental, y aprender a hablar de maneras constructivas, sobre temas importantes, con el apoyo de la ligereza de la vida. Esa complejidad y esa facilidad. Documental en La 2

mamaAnte la muerte de mi madre siempre he tenido un sentimiento bicéfalo: fue asesinada, literalmente, por las mezquindades y crueldades que genera la vida humana en sociedad, y se suicidó sin realmente saber. No lo habría hecho. No sé. No tengo gran cosa que decir, y me pasaría la vida buscando comprender algo. Si fuera rica, me pagaría una investigación en mi mente para saber, sacarla a la luz, comprender, y comprenderme, para aprender y no volver a sufrir, y ayudar en lo posible que no se sufra, pues no es cierto que el sufrimiento compense nada, no lo compensa, es un infierno. Es como la pobreza. No se aprende, o bien, se puede aprender sin tener que pasar por eso. ¡Si la gente quisiera entender esta idea, cuánto mejor nos portaríamos / viviríamos!

Ante mi época en que el sufrimiento me hizo plantearme matarme, para cesarlo ya, por no aguantar más, escucho aquí que esto de las ganas de suicidarse nace de algo que había ya antes, en la infancia. Yo no estoy segura. Pienso que puede nacer de los golpes de la vida también. Ciertamente, la depresión es una enfermedad muy grave, quien no la ha pasado no sabe lo grave que es, y lo fácil que es liarse y acabar en ella, en algunos sentidos; ciertamente, la depresión es un infierno, y por eso desde ahí se puede llegar a querer morir, cesar, descansar. Y hay que hablar, conectarse.

De mi lucha por salir de lo que entiendo que fue una depresión que tuve por golpes de la vida y no saber asimilarlos o poder, tengo, por ejemplo, este relato, que es, no obstante, literatura, y no «confesional». Es pura vida en lucha.

El misterio de Chihuahua – relato años después a la muerte de mi madre, Carmen Reñé (1937-1990)