Tag Archive: razón patriarcal


Arrancaron nuestros frutos, quebraron nuestras ramas, quemaron nuestros troncos,
pero no han podido secar nuestras raíces (pueblos originarios)

En América, ensalada de flores exóticas
cortadas y abandonadas
en los bajos de barcos que nunca zarpan,
en aviones fantasma.
Plantaciones de coca para la exportación
porque aquí nadie va a comer.
El precio del arroz estadounidense
es de tortillas de barro con sal en Haití.
Mientras violan a las mujeres.

En África el hambre quema en el aire
y mientras te violan, insistes buscas
raíces, escarbas hasta saltarte las uñas,
para que no sufra un instante más
el bebé que llora, la niña que calla.
No es distinto en Asia, a excepción del paisaje.

El mercado alimentario internacional,
la peste negra del siglo veinte,
la nueva paz
de los cementerios,
el nuevo campo
de concentración, violación y exterminio.

Y mientras leo y pienso
no puedo olvidar que mi vida no vale más.
Que todas las vidas y la vida
está protegida en el mundo del que soy capaz.
Que sólo las plagas destruyen su hábitat,
sólo las mentes contra natura, esos psicópatas.

Sé quién soy yo y quiénes son ellos.
No estoy confundida. No tengo
problemas de memoria o ignorancia.
Desobedezco el mandato.

Podrán estrangularme o cortarme las manos,
encerrarme por más siglos de los siglos,
difamarme, distorsionarme, disolverme en ácido.
Pero nunca: nunca, escuchad bien,
nunca podrán tocar mi pensamiento,
mi cabeza-corazón
humana, inteligente, solidaria.

Lo rescato de una discusión en la red.

Violencia de género. El problema de los crímenes contra las mujeres en el patriarcado es que no son importantes, no se perciben como tales. Siglos de violaciones «maritales» cuando la mujer quería hacer algo más que servir y no se sabe que eso, dejarla preñada, ha sido un arma común en el sistema para la encarcelación de mujeres en casas y su esclavitud. Lo mismo la violación fuera de dejarla preñada, y los asesinatos. No se percibe como un tema de derechos humanos. Basta ver cómo sí se percibe así lo mismo pero hecho «por terroristas»: asesinato o tortura. El Sistema patriarcal está muy profundamente enfermo y sigue educándonos.

Mujeres y violencia. Las mujeres en el patriarcado han sido excluidas del uso de la violencia, que se ha especializado en el macho, u Hombre. Por eso en el imaginario da mucho miedo una mujer con un hacha y quedan invisibles las innumerables violencias del Hombre contra las mujeres, niños, niñas, y otros hombres. Y como ha demostrado el patriarcado la violencia es cultural: las Mujeres han tenido que resolver sus problemas sin usar la violencia física, y los Hombres se han especializado (hasta el s. 20 al menos, en masa) en «resolver» sus problemas usando la violencia física y la intimidación de uso de violencia física, además de todas las otras violencias de un Sistema que basa todo, política, economía, organización social, etc., en el uso de la violencia y la perpetuación de la injusticia.

Combatir el constructo patriarcal Hombre-Mujer, la genitalidad patriarcal, la obsesión por asociar límites a la mente humana y funciones en la casa y la calle a las personas en función de sus genitales (esa falacia biologicista tan conveniente para la perpetuación de una sociedad patriarcal), la visión única de que los genitales humanos disponen de la capacidad femenina o masculina de reproducción y que esto es la base de todo lo humano,

no significa

negar que existan los genitales, ni la posibilidad de que existan identidades colectivas «mujer» o «femenino» y «hombre» o «masculino», entre otras, es decir, identidades colectivas que le den a los genitales la misma importancia que el patriarcado porque los relacionen con nuestras posibilidades de desarrollo y naturaleza

sólo significa

negarse a las imposiciones de identidad.

Basta mirar alrededor en la naturaleza y en la evolución de la especie humana para ver que la cuestión masculino-femenino respecto a reproducción no es toda la realidad que existe, ni siquiera la más importante, porque la vida no puede enfocarse desde esa mentalidad primitiva, que constriñe la realidad a ideas manejables.

Ayer flipé mirando una peli de ciencia ficción tan primitiva como las religiones patriarcales en sus concepciones no ya de género sino de cómo deben de ser los Dos sacrosantos Géneros! Pura propaganda patriarcal, como en todas las guerras, donde se molestan no sólo en violar, matar y destruir, sino también en asegurarse de que las Ideas Correctas son transmitidas: el mundo (Gran Bretaña, 2027) está sembrado de violencia ejercida por los hombres y por las masas y ocurre algo: que no nacen bebés. ¿Por qué?

Adivinad: Porque las mujeres no pueden tenerlos. Qué raro que no sea tb porque los hombres no pueden tampoco, no? Considerando que ya hay muchos hombres que por el estrés y demás no pueden.

Es un Eva Revisited.

Pero ahí no acaba la propaganda patriarcal tan misógina como siempre. El mensaje es el de todas las guerras: «Mujeres, parid, que si no, nos extinguimos! Parir es sagrado, sublime, VUESTRO DEBER, así que mientras podáis, tenéis una obligación con la especie» Y de esos saltos tan demenciales que condenan cada día a nuestra inteligencia a seguir estrangulada por el dogma patriarcal, impuesto por todos los medios y con nuestra colaboración a no ser que desarrollemos inteligencia feminista y nos esforcemos, con valentía, el salto es: «Mujeres, nos vamos a extinguir porque no queréis parir» y no «Hombres, dejad de «resolver asuntos» a tiros y violencia y pensad un poco, colaborad, que con violencia sólo conseguimos más violencia».

Vomitivo. La peli se llama «Children of Men» claro. Hijos de los hombres.

koala2(Después de un comportamiento instintivo de pelear con otro macho, pero al ser koalas, ahora pelean más porque duermen menos y están profundamente alteradxs por los ruidos de no bosque que les toca vivir porque todo está urbanizado) «El macho recibe la recompensa de poder aparearse con la hembra»

Y por qué va a ser una recompensa? El instinto no da opciones. Las recompensas vienen de elecciones.

Y la hembra, qué «recompensa» recibe? Porque existe, aunque sólo salga en relación a ser recompensa del macho o ser recompensa dando crías. Pero el resto del día vive. Y en ocasiones está claro que no desea ser «recompensa» del macho. Eso no valdría algún tipo de observación?

Segunda escena comentable:

Un macho está forzando a una hembra, que chilla e intenta escapar porque no quiere. El macho alfa (que impera en la zona) va a por él y el documental dice: «ve a la hembra coqueteando con el intruso». !!!

En vez de decir lo que se ve: «ve a un intruso en la zona, intentando aparearse» o incluso, pues quizá lxs animales compartan más con la especie humana, pero esto dejando que es interpretación: «ve a un intruso en la zona, y que intenta aparearse con una hembra que no lo desea».

Sólo existe y tiene valor el mundo del macho. Así de simple y distorsionante es la mente patriarcal.

El problema de los binomios lo ubico en la ideología o los dogmas culturales patriarcales. Esquematizar la complejidad de la vida en binomios extremos que se perciben como contrarios o contendientes podría tener alguna utilidad, algún sentido, pero no puede considerarse una forma de conocimiento de la vida, pues la distorsiona.

luz y oscuridad – oh, y… blanco y negro, día y noche

hombre y mujer

Inevitablemente, en los binomios, se asocia el primer término a todos los primeros términos de los binomios que se puedan formar. (Aunque no siempre, porque asociamos «vida y muerte»: «vida» a «mujer» y «muerte» a «hombre», ¿o no? ¿Y «espiritual y material» y «materia y espíritu»?)

¿Hay algo patriarcal en asociar «luz» y «blanco» con «hombre» y «oscuridad» y «negro» con «mujer», o sería una asociación planetaria (evito la palabra «universal», por exagerada, no? 😉 )

Si introducimos

bien y mal – y… positivo y negativo

ya tenemos montado el gran escenario.

La pregunta que más huele a animal (realidad vital) es, ¿no se desarrollan nuestras vidas sobre todo en la gama inagotable de lo que no son esos extremos?

Con esto no defiendo los contenidos que se comprende que tienen esas palabras en las sociedades patriarcales (no sé si también o otras porque no conozco sociedades no patriarcales). Habrá cosas que valgan, no digo que nada valiera. Pero es una genialidad cómo el mundo patriarcal distorsiona el mundo humano al generar estas falacias biologicistas, por llamarlas de alguna manera.

Escribo esto para plantear una visión más crítica y empática sobre el tema de los binomios, porque sospecho que son una pieza clave en las distorsiones del mundo conceptual patriarcal.

Cada vez pienso con más razones que aunque existan «hombres» y «mujeres» en la especie, debemos abandonar la obsesión por reducir la humanidad a estos dos grupos y asignarles cualidades. Yo ya me lo estoy llamando la «obsesión genital» (patriarcal). ¿Qué gran importancia tiene insistir en estas identidades de género tan rígidas, cuando vemos a nuestro alrededor la diversidad que ofrece la vida en cuanto existe el mínimo margen de libertad, e incluso cuando no existe?

Incluso si tomamos la idea de complementariedad, en lugar de opuestos, ¿no es sospechosa? La complementariedad implica dependencia. Y las dependencias para sobrevivir, en la vida, no son tan primitivas como estas de los binomios que usamos continuamente.

Os pego un gráfico que me parece ilustrativo y, cómo no, par amí, espeluznante.

YIN YANG listado

 

FORZAR A UN SER HUMANO A LA GESTACIÓN ES TORTURA. Un bebé es una persona, alguien que ha nacido, que ha dejado el cuerpo ajeno para tener vida propia. Las mujeres tienen derechos humanos. No son asesinas de bebés. Esto no lo ve así la gente creyente. Sólo lo ven así asesinos y torturadores misóginos, vergüenza de la humanidad. DEFIENDE LA HUMANIDAD, NO LA VUELTA A LA EDAD MEDIA.

Y respuestas varias a comentarios leídos por ahí, de gente no sólo poco empática, sino misógina inconsciente sobre todo.

  • Ninguna mujer que se ve obligada a abortar lo desea. De hecho, siempre que pueden lo evitan. Pero la violación y la pobreza y la religión justamente se llevan sus vidas. Un poco de empatía y menos misoginia es lo que necesita el planeta. QUIENES ASESINAN EN EL MUNDO SON LOS HOMBRES PORQUE VIVIMOS EN SOCIEDADES ASÍ DE ESPECIALIZADAS.
  • Lo repugnante éticamente es que siempre lo deciden los hombres. Y deciden cuándo es legal y cuándo no, no por la vida de nadie, sino por sus intereses de guerra, de política, de economía. Lo deciden quienes de hecho SON RESPONSABLES DE LA INMENSA MAYORÍA DE LA VIOLENCIA, SUFRIMIENTO, DESTRUCCIÓN Y MUERTES EN EL PLANETA.
  • AQUÍ ESTÁ EL HECHO: INTERRUMPIR EL EMBARAZO, ABORTAR, NO ES ASESINATO. MUCHAS MUJERES HAN ABORTADO CUANDO LO HAN NECESITADO PORQUE VIVEN EN LUGARES DONDE EL ABORTO ES LEGAL.
  • DEJAR MORIR A LAS QUE NO PUEDEN TENER UN BEBÉ DESANGRADAS EN EL SUELO ALLÍ DONDE ES ILEGAL SÍ ES CRIMINAL.

TORTURA

Después del efecto que tuvo la guerra de Vietnam respecto a movilización social contra la guerra, en los ochenta la administración Reagan desarrolló la llamada Guerra de Baja Intensidad, en la que al menos la teoría era que armas y campos de batalla quedarían reducidos al 20% del total de lo que era hacer la guerra.

Por desgracia, las poblaciones no se detuvieron lo suficiente a analizar este hecho, y conservaron la idea de guerra que ya, de hecho, era antigua y no contemporánea. Quienes no tienen escrúpulos han evolucionado mucho en su idea de cómo abusar, explotar, reprimir, oprimir y asesinar. Y la gente activista ha desarrollado la acción directa noviolenta y métodos noviolentos como nunca antes. Pero la población sigue siendo bastante inconsciente de lo que es lucha, de que están usando la noviolencia para luchar, y de lo que es violencia y guerra, de cómo ha cambiado esa realidad en los dos últimos siglos. (Ayudaría un poco de consciencia por parte de las poblaciones en estos temas. Luchamos con noviolencia casi todos los días, enfrentando todo tipo de violencias, y con esta lucha nos va mejor que si usáramos los medios que la propaganda patriarcal registró que eran los únicos que usaba la especie. Pensemos en «las feministas» que a lo largo de la historia no han caído en la torpeza o indignidad de proponer un mundo tan violento como el patriarcal, a pesar de siglos de violencias en su contra.)

La Guerra de Baja Intensidad incluyó el «frente» de la propia población: desinformación y neutralización radical de cualquier pulsión a lo social (llegaron a crear ONGs en el marco de la guerra, o sea, con un objetivo contrario al explicitado, para «ayudar» en el extranjero).

Actualmente, no puede ser ya escondido ni disimulado: el concepto de la violencia para el poder lleva ya décadas de práctica en hacer la guerra, en ejercer la violencia, sin tener que usar armas ni golpes en la calle.

Yo lo llamo la Neoguerra del Consumismo, los Desahucios y el Desempleo. Llamémoslo las guerras de las sociedades industriales-tecnológicas. O más cruelmente, la Guerra en la Democracia.

Lo asqueroso de que periodistas en puestos de poder pregunten: «¿Y cómo se sienten los hijos de las personas que son escracheadas?» es esto. Que no identifican la extrema violencia de la guerra que se ejerce contra la gente. Cierto que una cosa es la autodefensa y otra el linchamiento, pero la gente de los escraches no ha linchado a nadie, están presionando porque son objetivos de la Neoguerra del Consumismo, los Desahucios y el Desempleo.

La crisis existe porque hay un puñado de seres en el planeta que acumulan riquezas astronómicas inimaginables. ¡Un límite a las riquezas ya! Si hay gente que necesita ser rica para vivir, que lo sea, pero no a costa de todo el mundo y el planeta. Tiene que ser un crimen poseer más de X dinero. Tiene que suceder ya, con esa prontitud con que responden los irresponsables políticos al gran crimen del escrache, un recurso de la Acción Directa Noviolenta de la desesperación ante el abuso sin límite y reiterado hasta la náusea, como sabe cualquiera que sepa de escraches en el mundo.

(editado viernes 12, 12.20pm)

Todo ocurre simultáneamente, en y desde todo tipo de direcciones.

Esto no niega el peso de un sistema de siglos en la naturaleza de las sociedades que tenemos, patriarcales, que es como decir, basadas en la prevalencia de una minoría violenta y sin escrúpulos (o que no consigue concebir que toda persona contiene una mente humana) que usa todo lo que tiene a mano para mantenerse en su poder de violencias.

Es fácil comprender que frente a un ser sin escrúpulos («demente») es difícil defenderse, se use la violencia o la noviolencia. Sin embargo, lo poco que hemos avanzado en tantos siglos (o quizá sea mucho, quién sabe, a mí como mujer en las sociedades humanas no me lo parece, ya que las de mi grupo sólo parecen haber conseguido «tener derechos humanos» a partir del siglo 20 de manera más generalizada en algunas sociedades sólo, además), se debe a ese ocurrir de todo al mismo tiempo. Por un lado nos marca el sistema social y por otro hay quienes saben aprender más allá de lo que lo que deben aprender.

¿Por qué importa hablar de «género» y no de sexo?

La trivialización de los términos acuñados para el análisis (científico, es decir, no dogmático) no es indicativa de un profundo conocimiento de la realidad, sino todo lo contrario.

«Género» se acuña para establecer el hecho de que el sexo no necesariamente genera el par de género que construyen las sociedades patriarcales y que son su base ideológica, desde donde todo en la sociedad, lo público y lo privado, se organiza. Pretender trivializar este concepto indica resistencia a razonar sobre un hecho social que el siglo veinte ha venido a cuestionar de manera más generalizada a través de la práctica que es la vida individual de las personas en sociedad.

Existe un hecho irrefutable: a lo largo de siglos, la mayor parte de las sociedades terrícolas se han organizado desde la base conceptual de que las personas se dividen en dos grupos, «hombres» y «mujeres», definidos en función de cómo el sistema que organiza la sociedad pretende darles realidad. Un «hombre» está asociado a un conjunto de rasgos y funciones que en la realidad de la vida del ser humano no es ni mucho menos todo lo que puede ser el hombre. Con la «mujer» ocurre lo mismo, sólo que además el siniestro sistema ideológico patriarcal la cosifica (contenedor o muñeca hinchable), dado que se le atribuye incapacidades varias y la obligación de servir voluntariamente al «Hombre».

El concepto es que son «hombres» y «mujeres», dos grupos, se debe estudiar científicamente, es decir, dejando de lado la superstición, los dogmas religiosos, el afán de manipular el pensamiento transmitiendo que el sistema sexo-género patriarcal es «natural». Ahora sabemos que la mente humana es maleable y puede desarrollarse de infinitas maneras, lo que nos dice que la sociedad podría no estar organizada de base según este dogma de fe que es el ser «Hombre» y el ser «mujer» en el patriarcado.

El patriarcado toma un hecho biológico, el de que se requiere la combinación en el acto sexual para la procreación de la especie de una persona con útero y óvulos, y otra con espermatozoides, para transmitir una ideología particular que se pretende sea «universal» nada menos. El ser humano, las personas, no son ya sencillamente, sexuales o asexuales, con cuerpos diversos, sino símbolos de una idea binaria donde un elemento domina al otro, hasta tal punto de que teniendo ambos elementos la misma mente humana, el mismo potencial, se ha conseguido borrar durante siglos, negar durante siglos que el miembro «mujer» del par poseyera el mismo potencial.

Esos elementos, «hombre» y «mujer» patriarcales, lo son, patriarcales, porque vienen definidos de tal manera que quedan excluidos los cuerpos y las mentes, es decir, las personas, que pudieran tener diferentes rasgos y las personas como personas, pues son desde antes de nacer empujadas a uno de los grupos, sea como representantes idóneos o como ejemplos defectuosos. Todo ser humano que no se ajuste a dicha conceptualización de par, que además es complementaria-jerárquica, es decir, se entiende que uno de los miembros del par «generador de vida» es superior al otro, «el Hombre» superior a la mujer, y tiene la función de dominar la vida del inferior, es considerado inferior en todos los sentidos, un ser enfermo o idiota. Territorio, el de «inferior» por tanto poblado, por ejemplo, por todas las personas que teniendo teóricamente la obligación de incluirse en el grupo «hombre», son incapaces de reproducir los comportamientos e ideología del grupo dominante «Hombre».

SOBRE SI «HOMBRE» Y «MUJER» PUDIERAN TENER UNA REALIDAD: no se puede investigar esta cuestión si se da por hecho sin analizarse (científicamente) que ese par tal como lo ha definido dogmáticamente el sistema social patriarcal es «natural». En cualquier caso, incluso si aceptamos que la reproducción requiere el acto sexual de un varón y una mujer, y por tanto, se comprende la existencia de estos dos sexos, esto no implica necesariamente que todo el mundo humano deba quedar reducido a una conceptualización de estos dos sexos, dado que el ser humano es más variado, tanto en los hechos naturales como en el potencial que le da su mente, la imaginación. Además, igual que tener inteligencia no implica ser inteligente, tener la capacidad reproductora potencial (ser heterosexual) no implica querer usarla para gestar, parir, criar y educar, ni tampoco desear mantener una relación monógama.

Las personas somos como poco tan culturales como naturales. La base de la cultura habiendo sido un concepto de género que se ha impuesto sobre el de sexo. No podemos trascender (superar vitalmente y comprender conceptualmente) el aprendizaje cultural de cómo deben organizarse socialmente y en privado los sexos humanos descartando un concepto vital para poder realizar el análisis. Eso sólo juega a favor de la perpetuación del sistema patriarcal. Por mucho que moleste, para conocernos, individual y socialmente, hay que entender en qué sistema nos hemos organizado durante siglos y por qué. No son las personas con inteligencia feminista quienes deben demostrar que no deliran, lo que está plasmado en toda la cultura de muchas sociedades del planeta durante siglos. Es preciso que quienes no han desarrollado una inteligencia feminista se planteen aprender un poco a hacerlo.

Sin inteligencia feminista no se puede comprender el mundo que hemos creado, y por tanto, lo tenemos más difícil a la hora de trascender esas definiciones brutales de lo que son las personas, para desarrollarnos de maneras más libres, individual y socialmente.

Esta tarde he tenido la desgracia de despertar ante una entrevista televisiva a la escritora Espiro Freire –a quien no he leído, por cierto, porque en otras ocasiones de mi vida la escuché hablar en la televisión, cosas que me asombraron porque me parecieron falsas y pedantes. Y es que no debemos escuchar hablar a la gente que produce obras desde la creatividad, porque nos puede pasar eso. Por otro lado, me pregunto si habiendo escuchado a alguien que te parece mentir y decir cosas sin razón de ningún tipo, merece la pena, como en este caso, leerla. Quizá sí. No sé.

He escuchado con pasmo la cantidad de cosas en mi opinión faltas de inteligencia, vital o racional, sobre el amor. Una de ellas era ésta:

Le pregunta la entrevistadora (¿decidiría ella que esta mujer era una autoridad sobre el amor? ¿En base a qué?) que qué pensaba de la frase “Es el amor de mi vida”. Tras una risita artificialmente prolongada, que parecía descartar la posibilidad de que una persona pudiera enamorarse felizmente de otra, dicho más ordinariamente, emitida con la suficiencia de la persona que se considera experta o más inteligente ante las tonterías que dice de la mayoría, empezó a hilar lo que desde la lógica de la razón o de la emoción no puede hilarse.

Primero dijo que cuántas veces se decía esa frase a lo largo de una vida (la de ella, sólo habiendo llegado a los 37 años: que no podía hablar más que hasta ahí), qué risa tan repelente había que prolongar, como de hombre de negocios gordo antes de la opípara comida de negocios. Esa frase quería decir, por tanto (yo no lo entendí instantáneamente, por el sueño y el susto), que no había un amor en la vida sino muchos, algo perfectamente comunicable sin la risita, y comprensible para muchísima gente. A continuación, comentó que Qué sería la vida si no empezáramos con ese pensamiento nuestras relaciones (se refería a relaciones heterosexuales y homosexuales de amor en el sentido de sexo y algo más), si no pensáramos al empezar que esa relación iba a curar nuestras heridas y…  Bueno, tuve la suerte de que cambiaron el canal, posiblemente porque sobre el café mi cabecita a medio despertar empezaba a humear!

Ah, para esto sirve un blog! Para poder escribir pequeñas cosas, comentarios a la cantidad de brutalidades que bombardean el mundo a diario.

En fin, sigo dormida, o he empezado regulero este domingo, por el shock.

Por suerte y por diversidad de experiencias vividas y de alguna manera conocidas con mayor profundidad de lo que la sociedad con su lenguaje común (de pensamiento único, grotesco y distorsionante sobre el amor), hace 13 años (y lo digo como si contara una historia basada en la irrealidad, ciertamente) me topé con una persona de la que me enamoré, y con la que, por suerte (ser correspondida) y por conocimiento nuestro (tener claras las pocas y fundamentales prioridades de nuestras vidas individuales), mantengo una preciosa relación, de esas que está prohibido mantener, de esas que son inexistentes para el pensamiento único del amor, de esas que no puedes hablar porque nadie te cree y además te presupondrán intenciones que no tienes. Pues disculpad que personalice, pero es que la perversidad del pensamiento único sobre el amor (en la voz más supuestamente culta de una autoridad de la cultura) me es tan compleja de analizar que prefiero intentarlo a partir de un caso, el que mejor conozco, como hacía Mary Wollstonecraft, por cierto, mibonita. (Sobre la que espero hacer un trabajo para publicar en la web.)

Ni esta persona ni yo pensamos al conocernos que habíamos conocido al amor de nuestra vida. Ninguna pensamos o sentimos que eso significaba que habíamos encontrado una persona que nos ayudaría a superar dolores pasados, etc. Todo el camión de cosas que el pensamiento patriarcal sobre el amor le ha echado encima a un tipo de relación que podría sernos y nos es a algunas personas afortunadas fuente de dulzura, curiosidad, pasión, consuelo, alegría…

Cómo se puede pensar, al enamorarse, pongamos, dos personas, es decir, al sentir algo especialmente intenso por alguien, que esa persona hará o que su existencia a nuestra vera supondrá toda una lista de cosas que nada tienen que ver con el sentimiento que ha surgido entre ellas. ¿Qué tiene que ver el pasado (entendido como ¡¡fuente de temas a resolver!!) con el presente de una atracción intensa hacia una persona?

Creo que voy a volver a desayunar, a ver si puedo empezar de nuevo el día, con más fortuna. A veces pienso que debería escribir sobre el amor, como otra mibonita, de nuestros días, Kori, pero desde mi pequeña perspectiva, porque quizá no fuera tan pequeña, sino común a la de personas más rebeldes o empleadoras de su inteligencia rebelde, o al menos, ¡al menos!, un pequeño modelo no apestoso de relación… Pero todos estos temas importantes, tan completamente asediados a cada instante por tantos lados, estos temas que intentamos desde la inteligencia feminista rescatar para poderlos vivir sin toda esa porquería, de dominación, machaque, manipulación, agresión, distorsión, convicción, tradición, todos estos temas objeto de las violencias patriarcales de siglos, requieren, para trabajos más largos, un estómago más fuerte, y cierto método de trabajo, y yo por ahora no los tengo. ¡A ver si más gente lo consigue! ¡A escribir! ¡A sacar de nuestras mentes, de nuestras conversaciones, las concepciones de violencia que nos imponemos en este Sistema patriarcal que tanto daño le hace a la inteligencia humana!

El amor es una emoción buena, positiva. Cómo lo realizamos, con quién(es), viene dictado por la cultura para la mayoría de los casos, y hay que liberarse, porque ese modelo de amor es terrorífico, sólo nos hace esclavxs.

¡A desayunar!