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FORZAR A UN SER HUMANO A LA GESTACIÓN ES TORTURA. Un bebé es una persona, alguien que ha nacido, que ha dejado el cuerpo ajeno para tener vida propia. Las mujeres tienen derechos humanos. No son asesinas de bebés. Esto no lo ve así la gente creyente. Sólo lo ven así asesinos y torturadores misóginos, vergüenza de la humanidad. DEFIENDE LA HUMANIDAD, NO LA VUELTA A LA EDAD MEDIA.
Y respuestas varias a comentarios leídos por ahí, de gente no sólo poco empática, sino misógina inconsciente sobre todo.
- Ninguna mujer que se ve obligada a abortar lo desea. De hecho, siempre que pueden lo evitan. Pero la violación y la pobreza y la religión justamente se llevan sus vidas. Un poco de empatía y menos misoginia es lo que necesita el planeta. QUIENES ASESINAN EN EL MUNDO SON LOS HOMBRES PORQUE VIVIMOS EN SOCIEDADES ASÍ DE ESPECIALIZADAS.
- Lo repugnante éticamente es que siempre lo deciden los hombres. Y deciden cuándo es legal y cuándo no, no por la vida de nadie, sino por sus intereses de guerra, de política, de economía. Lo deciden quienes de hecho SON RESPONSABLES DE LA INMENSA MAYORÍA DE LA VIOLENCIA, SUFRIMIENTO, DESTRUCCIÓN Y MUERTES EN EL PLANETA.
- AQUÍ ESTÁ EL HECHO: INTERRUMPIR EL EMBARAZO, ABORTAR, NO ES ASESINATO. MUCHAS MUJERES HAN ABORTADO CUANDO LO HAN NECESITADO PORQUE VIVEN EN LUGARES DONDE EL ABORTO ES LEGAL.
- DEJAR MORIR A LAS QUE NO PUEDEN TENER UN BEBÉ DESANGRADAS EN EL SUELO ALLÍ DONDE ES ILEGAL SÍ ES CRIMINAL.
Tengo algún talento
a pesar de mi ubicación forzada
contra la realidad que Soy Yo
en el espacio teórico
de animal no humano
donde cualquier daño o dolor
será infligido
desde el estandarte
de mi reificación.
Con todo,
con tanto odio sobre mi espalda,
siniestro,
con tanto afán de hacerme daño,
ese usarme, ignorarme, aniquilarme,
todo el imaginable y todo
el dolor físico posible
(atiende, escucha),
no puede cambiarse este hecho,
Tengo una mente humana:
soy incapaz de ser Él,
el Dios Padre, el voraz Patriarca,
el Héroe, el Rebelde misógino,
incapaz de hablar su lenguaje.
Hasta cuándo seguirán
aprovechando el tiempo
los tatuadores del terror.
Hasta cuándo
la masiva humanidad
tatuada y tatuándose, siempre,
los ojos, los oídos, la capacidad humana,
se degradará acatando,
jaleando enajenada todos los daños,
el hecho del odio
que es ejercer y religiosamente creer
en el mundo del Más Fuerte, el Vencedor,
ese esclavo idiota de la violencia,
su único talento, y degenerado.
Hasta cuándo.
Conozco el destierro.
Es un buen lugar.
Mientras tanto.
(rev. dic. 2013)
Múltiples cosas ocurren simultáneamente.
En la tele, unos agentes de la propiedad
asesinan por error; yo, mientras tanto,
corto un trozo de pollo,
dorado e intenso gracias a la sal,
y se me aparece un pasillo y una puerta entreabierta
a la derecha, la puerta donde la madre
de alguna manera
ha muerto o pela una lechuga rodeada de moscas.
Es la madre de Julio, pienso, para hacerme fuerte.
Y lo que siento es los ojos ardiendo de esfuerzo,
con furia, o desamparo, ardiendo por no desbordar,
desbordando contenidos (tú amor lo sabes y me sonríes,
para echarle luz a lo que compartimos…
un abrazo, un con suelo, un dejarme estar).
Y está ahí la conexión libre con otra historia,
una que no tiene importancia en el presente
pero que es una ráfaga invisible en el estómago,
un dolor accidental, un tornado estrangulado
en la garganta, miro la tele fija,
llega el trozo de pan a la boca,
los ojos rebasan, arden igual,
las moscas saben llenarlo todo,
accidentalmente,
como los somníferos,
y los niños atónitos
que saben ser el papá,
que se prepara la cena
y se coloca el batín
que no es de seda,
dejando atrás
la pila de platos
secos cubiertos
de cucarachas.
No todos los silencios significan lo mismo.
Y muchas cosas siempre pasan simultáneamente.
Y nunca se puede decir
cuál es significativa,
porque la vida no cabe
en ese pasillo tan estrecho.
(Modificado 3 dic)
Si bien hay mucho a lo que atender del feminismo de la igualdad y del feminismo de la diferencia, como feminista quisiera exponer por qué no me considero una feminista de la igualdad o de la diferencia.
Está el plano teórico y el de la vida práctica. Al no ser yo una estudiosa del feminismo, abriendo este tema sí me alegraría recibir alguna aportación al respecto. En lo que respecto al plano de la vida práctica…
La cuestión de la igualdad de derechos y la cuestión de identificar del ser mujer con el mundo simbólico de la madre (con su capacidad de gestar) no me parecen aproximaciones pensantes transformadoras de un mundo regido radicalmente por el sistema sexo-género patriarcal, un sistema, por su parte, que ignora la naturaleza humana y en general del mundo animal, y haciéndonos creer que está basado en hechos biológicos.
Los derechos se establecen desde una ideología, y al estar tratándose en el marco del sistema patriarcal, los derechos humanos se conciben desde el patriarcado. Da igual que las ideas que han ido más allá nos digan que todas las personas de la especie deben no ser objeto de comportamientos abusivos; en el marco del feminismo de la igualdad se acepta que lograr unas cosas implica dejar otras cosas, se aceptan, como en política (y por eso la política no parece un lugar bueno para el activismo social, al menos coherente), el mundo de prioridades que se establece en función de lo que la ideología patriarcal pueden asimilar, y curiosamente, a esta ideología se le da muy mal entender que las mujeres son seres humanos y que deben ser ellas las que decidan si quieren o no ser madres, o cuando, cómo y con quién.
El feminismo de la diferencia desea construir un mundo simbólico para «las mujeres» puesto que ellas han sido, como en el lenguaje y por tanto en la cultura patriarcal, omitidas como personas con una mente humana, y no tienen nada, como personas, sólo como mujeres, y como mujeres son, patriarcalmente, inferiores a los hombres, que sí pueden ser personas, además de personas-hombre. Esto ciertamente lo echamos de menos. Yo misma el otro día, al escribir un poema (y por poner un ejemplo) «me inventé» a Sírsifa, condenada a subir eternamente una piedra. Sin embargo, desde mi punto de vista, cualquier idea que dé a la constitución biológica una explicación sobre lo que somos las personas, nuestros grupos, es peligrosa y tiene necesariamente que ser injusta con alguien, pues en la naturaleza hay todo tipo de posibilidades de constitución biológica, y en una especie con imaginación, sobre todo y además, la constitución biológica no es tan determinante para la vida humana como la mente humana: la imaginación, la cabeza-corazón, pues en la mente nacen los pensamientos y los sentimientos, el lenguaje, las relaciones. Así, si biológicamente sólo las personas con útero pueden gestar a otra persona en su cuerpo, humanamente (desde la inteligencia humana), desear gestar, por no decir todo hecho que pudiera vincularse a la gestación, es algo que puede sentir cualquier mente humana. Así, si hay personas con un deseo de cuidar a pequeñas personas, lo que esto pueda tener que ver con la biología es ciertamente insignificante frente a querer hacerlo, desear hacerlo como persona que utiliza su mente humana.
«La imaginación al poder» (como «la libertad sexual», por cierto) es una idea que no se ha podido asimilar aún. Como personas con una mente humana (puede verse en el día a día), la biología juega un papel no fundamental en el tipo de vida que desarrollamos. Lo que desarrolla un papel fundamental es la ideología patriarcal y su sistema sexo-género. Si bien esta cultura determina profundamente no sólo nuestras relaciones sociales, nuestras sociedades, sino también nuestras relaciones íntimas y la constitución de nuestras personalidades o formas de ser, estar y actuar, tendríamos que saber con claridad, que esto que determina no es la biología, sino la cultura (p.e. ¿qué hay de biológico en querer cierta marca de ropa, en mirarse al espejo, escribir poemas, en darle la mitad de bocadillo a otra persona que no volverás a ver cuando pasas hambre?, ¿qué hay de la biología del sistema sexo-género en estos deseos?), y que como especie tenemos mucho más potencial, el potencial de trascender esos papeles patriarcales para desarrollarnos como civilizaciones inteligentes, con personas libres del mundo de identidades que nos han convertido en una especie tan violenta, tan confiada aún en que la solución a los problemas pasa por la violencia, en lugar de por el mejor uso de este tesoro que es la inteligencia humana, capaz de empatizar con sufrimientos ajenos y de colaborar para el bien común de cada grupo que decida constituirse como tal.
Cuanto más ahondamos en lo que es el Sistema patriarcal, más claro se ve cómo éste ha usado la biología, el miedo a la muerte, y el miedo a la carencia para desarrollarnos como sociedades violentas. El genio del sistema no ha sido aplicar la tortura y el asesinato únicamente: ha sabido convertir en violencia todo lo que toca, el lenguaje, el silencio, los sentimientos, las estructuras…
Por eso, desde aquí entiendo el eslógan que usamos en esta época, «La revolución será feminista o no será«. No podemos acceder al cambio profundo de las sociedades que creamos en nuestra interacción (sería bueno que la mayoría entendiese que el sistema de violencias patriarcal no se sustenta sólo por la ejerción de la violencia física, sino también por los silencios de las mayorías, o por sus acciones directas violentas masivas, por ejemplo) sin aprender a ver desde otro punto de vista lo que somos. Y viéndolo, si se tiene el valor de verse, hará falta más, hará falta más: autotransformación. No hay revolución social sin la transformación de la mente individual.
Se empieza a saber ahora que formaciones tan perfectas en tantos sentidos como la forma V del vuelo de las aves, por ejemplo, no responden a un plan global de la especie, ni a que sigan a un líder (mentalidad patriarcal). Responden a unas pocas pautas que sigue cada ser individualmente (el gráfico que adjunto, de la red, es un pequeño ejemplo, pienso, de lo que hacen, pero para la especie humana!). Sin embargo, crean un conjunto eficaz, armónico y bello! (esto último ¿lo notamos sólo nosotrxs?). Como especie humana podemos combinarlo todo, porque tenemos imaginación, pero tiene que acelerarse el proceso de comprensión más inteligente de cómo sobrevivir y vivir en el planeta, y éste no puede ignorar la necesidad de convivir.
De qué me sirve leer a Hemingway si yo aprendí el valor de mi madre
y no nacía del egocentrismo y los mitos,
sino del amor a vivir, la imaginación libre y la empatía.
Si yo no tengo que aprender a ser el desahogo de los Héroes,
a tortas en sus caídas, a violaciones en sus frustraciones y alegrías,
porque las mujeres me hablaron en mi adolescencia del placer,
y aunque tardé algunos años (por los acosos e insistencias),
finalmente seguí su consejo: elijo cuándo y con quién.
Si mi lenguaje es claro por distintas razones, como ves,
puentes de lianas para vuelos que arriesgan,
vegetación espesa con olor a bosque o a mar,
raíces entrelazadas, olor a estratos de tierras,
nada que ver con la imposición, la prevalencia,
esa triste y violenta identidad. Si pertenezco
a la saga de lo invisibilizado que es evidente porque
no recibí la suerte de nacer con esa arma que es Tener Cojones,
bolas de plomo para aplastarlo todo y así, ¡así¡, elevar
al Hombre a su gloria… El Hombre –lo último que yo querría ser, psicópata–
ese guerrero violento de paja, abuso y miedo.
No soy de tu mundo, aunque lo conozco bien. Tú, sin embargo,
no sabes nada del mío. Nunca nos has echado de menos,
nunca nuestras mentes… humanas como la tuya,
tuyo y vuestro ese crimen contra la humanidad.
Yo aspiro a otra cosa, a mucho más.
Lee tú a Hemingway, si lo necesitas.
(Modificado el 11 de septiembre, 2012)
Para Ximena Morales y activistas guatemaltec@s, en sororidad y solidaridad
La justicia es mi amor
Ríos Montt
el responsable
de los ríos de sangre
no de fuego
de la sangre
que riega la tierra
y mantiene vivos
los volcanes y está
como un rumor
que habita pueblos
valles
montañas
como una nana
desgarrada
de estas ausencias
desgarradas
in
so
por
ta
bles
de estrellas con nombre
de soles y lunas
que fueron
enterradas
en fosas en sótanos
en llegadas violentas
de hombres que disfrutaron
del horror de torturar
mientras jugaban
a la guerra
no sabemos por qué
ni cómo
pero no debemos
olvidar los hechos
jamás
permitir que se repitan
jamás
no debemos
repetir
jamás
el horror
sólo
el amor
que nos arrebataron
en cinco minutos
en cinco años o siglos
que crece
como las frutas dulces
en cualquier camino
de polvo
en nuestra voz
en nuestras manos
en el fondo de nuestras miradas
y en todos y cada uno
de nuestros pasos
22 de mayo, para Ximena
La justicia es un sentimiento generado por la aplicación de la racionalidad empática en la organización social. Mucha gente ha podido imaginarla, pero hasta el momento mucha más, muchísima más, no la comprende o siente, la desconoce.
Si la tranquilidad se basa
en la suspensión de la observación y el razonamiento,
en el brutal acuerdo tácito
de que no se hacen preguntas ni comentarios,
diré que soy desobediente,
y que conozco mi saga,
aquella que siempre fue lapidada.
Y si el amor es dominación y sumisión
su única paz, diré que mi amor no admite
cementerios porque late de vida
y la vida no es eso, lo sé bien
porque sé y siento.
Así, temblando de vulnerabilidad,
incontenible a la represión,
brotando libre, llega siempre
la primavera.
Y la única muerte que concibo
es sólo muerte, no el final de la tortura.