'Para mí, mi obra es una forma de restaurar mis sentimientos hacia mí misma y hacia otras personas'
Entrevista de Rachel Cooke, publicada en The Observer, el 14 de octubre del 2007 y encontrada en Internet aquí. Traducción: michelle renyé, para Mujer Palabra (2011)
En una de las pocas entrevistas que ha concedido una de las artistas vivas más grandes del mundo, Louise Bourgeois reflexiona sobre su extraordinaria carrera.
RC: Te mudaste a Nueva York cuando empezabas tu carrera artística. ¿Qué efecto tuvo esto en tu vida?
LB: Fui una "chica a la fuga" de Francia, que se casó con un estadounidense y se mudó a Nueva York. No creo que hubiera podido dedicarme al arte si me hubiera quedado en París, por la cuestión de la familia. Al llegar a Nueva York, de pronto me vi libre de todo aquello. Sí sentí los efectos de ser francesa; se daban las dos cosas: aislamiento y estimulación. La melancolía por estar lejos de casa fue el tema de mis primeras esculturas.
RC: ¿Crees que las artistas tenéis más facilidades hoy en día, concretamente en lo que respecta a poder vender las obras?
LB: Sobrevivir como artista es difícil. El mercado es sólo uno de los temas, y sigue su propia lógica. Aunque lo que yo hago llega al mercado, este tema no me interesa. A mí sólo me interesan las cualidades formales de mi obra. Es sobre la necesidad y el derecho de una persona a expresarse. Hay muchísimas buenas artistas que no están en el mercado. Respecto al mercado, las cosas han mejorado para las mujeres, pero sigue existiendo una gran diferencia.
RC: Según algunas personas, tu obra se centra en la relación entre una entidad y sus entornos; pero también te influyen las relaciones humanas. ¿Podrías hablar de este aspecto de tu obra?
LB: Mis obras retratan una relación, y la más importante fue con mi madre. Ahora bien, cómo interaccionan estos sentimientos hacia ella con otras personas, y cómo nutren mi obra es algo complejo y misterioso a la vez. Sigo intentando comprender cuál es el mecanismo.
RC: En los años 50 y 60, el mercado del arte te ignoró un poco. ¿Fue frustrante? ¿Fue porque eras mujer? ¿Cómo es que cambiaron las cosas y por qué?
LB: Los años 50 fueron radicalmente machistas, y los años 60 algo menos. Que el mercado no tuviera interés en mi obra porque yo era una mujer fue en realidad una bendición: me permitió trabajar sin ser distraída. No hay que olvidar que había muchas mujeres con poder en el mundo del arte: dirigían museos, eran dueñas de galerías, y muchas eran críticas de arte. Sin lugar a dudas, el movimiento feminista influyó en el papel de las mujeres en el mundo del arte. Este mundo es sólo un microcosmos del mundo más grande, donde compiten los hombres con las mujeres.
RC: En la actualidad, tus obras más famosas son las arañas. ¿Eso te gusta? ¿Podrías hablar de cómo surgieron?
LB: Las arañas fueron una oda a mi madre. Ella era tejedora, y como la araña, creaba su tela. Fue quien me protegió y fue mi mejor amiga.
RC: Tus padres trabajaban en un telar y tú en principio estudiaste matemáticas. Hay críticas que rastrean estas influencias en tu obra. ¿Están distanciados tu yo matemático y tu yo artístico, o existe una conexión íntima entre ellos?
LB: Mi amor a la geometría queda expresado en el aspecto formal de mi obra. De los tapices aprendí este sentido de la gran escala. Aprendí con sus historias, sobre cómo utilizaban el simbolismo, y también historia del arte. La restauración de tapices también funcionó en mí a un nivel psicológico. Con esto me refiero a que las cosas que se descomponen en partes o se destrozan pueden volverse a unir y a recomponer. Para mí, mi obra es una forma de restaurar mis sentimientos hacia mí misma y hacia otras personas.
RC: ¿Por qué trabajas a gran escala?
LB: Deseo crear mi propia arquitectura para que las relaciones entre mis formas y objetos queden fijadas. A veces necesito la gran escala para que la persona pueda literalmente moverse en relación a la forma. Me interesa la diferencia entre el espacio real y el espacio psicológico y deseo explorar las dos. Por ejemplo, las arañas, que son retratos de mi madre, son grandes porque para mí ella era un monumento. Quiero poder rondarla caminando, y ubicarme debajo de ella para sentir su protección.
RC: ¿Qué sientes hacia la famosa foto que te hizo Robert Mapplethorpe?
LB: Todavía me gusta mucho el retrato que me hizo Robert Mapplethorpe. Parece que a la gente le gusta mucho porque piensa que Robert y yo estábamos siendo traviesos.
RC: ¿Podrías hablarnos un poco de cómo has trabajado a lo largo de los años? ¿Trabajas sólo cuando estás inspirada?
LB: Sólo trabajo cuando siento que necesito expresar algo. Puede que no sepa aún qué será, exactamente, pero sí sé que algo se está cociendo y cuándo he dado con una buena pista. La necesidad es muy fuerte. Para expresar las emociones, tienes que estar muy abierta y receptiva. El inconsciente vendrá a ti, si tienes ese don que tienen las personas que son artistas. Sólo sé si estoy inspirada por los resultados.
RC: Una retrospectiva en la Tate. No es la primera, pero ¿cómo te sientes? ¿Te has detenido a valorar nuevamente tu trayectoria?
LB: Cuando veo toda la obra que he creado, me doy cuenta de lo coherente y persistente que he sido siempre. No obstante, lo que más me interesa es lo que me ocupa en este momento. |