profa de inglés - 25-3-2004 at 19:58
El Periódico de Catalunya 25-3-2004
JORDI CASABELLA
BARCELONA
A pocos meses vista de la formalización de la matrícula, las universidades tratan desde ayer de hacerse con el favor de los visitantes del Saló de
l'Ensenyament en el recinto de Montjuïc de la Fira de Barcelona. Está en juego el reparto de una tarta de 45.000 estudiantes catalanes que, en
septiembre, se calcula que accederán a los estudios superiores.
Las universidades despliegan todo tipo de ardides para seducir a sus potenciales clientes. La Rovira i Virgili (URV), de Tarragona, promete en su
estand el paraíso: "Te imaginas vivir en un territorio con más de 200 kilómetros de playas blancas y suaves". Y para granjearse el favor de
quienes nos les interesa la arena, añade: "Te imaginas estudiar y disfrutar en medio de uno de los centros turísticos y de interés histórico más
importantes de Europa".
Aventureros
La Universitat de Girona (UdG) invita a estudiar y "a hacer deportes de riesgo". Y conscientes de que a muchos sólo les motive lo primero,
agrega: "Te imaginas prácticas que sean prácticas". La de Lleida ofrece como aval su antigüedad, 700 años, pero eso es poca cosa a ojos de
una adolescente de 16 años que cursa cuarto de ESO y trata de indagar dónde va a apetecerle más estudiar cuando, dentro de dos años, tenga que hacer
esa elección. "Yo no quiero ir a Lleida. La cosa está clara: si no voy a Esade voy a la Pompeu", concluye, dirigiéndose a las dos amigas que
le acompañan.
El lema de la universidad pública más joven de Barcelona, Jo, la Pompeu, no disimula su altivez. La divisa de la más antigua, la Universitat de
Barcelona, tampoco se queda corta: UB, la universidad, reza en lo alto del estand. La UB presume de contar con "la mayor diversidad de
titulaciones" y "la más amplia oferta". La Autònoma (UAB) fía su capacidad de atracción al campus y la UPC es la campeona del empleo:
"Más del 90% de los titulados encuentran trabajo", proclaman. La Universitat de Vic (UV), de carácter privado, envía a los visitantes el
mensaje de uno de sus estudiantes, Eloi Pons, un joven mallorquín que está a punto de obtener el título de traductor e intérprete. Pons, afirma, en
una declaración con letras de grandes caracteres acompañada de su fotografía, que "lo único triste de estudiar en la UV es que un día se
acaba".
Cantera ejemplar
Otra universidad privada, la Abat Oliba, recurre para captar clientes a un monitor de televisión por donde, además del rector, desfilan algunos de sus
muchos alumnos de provecho. Y como botón de muestra pone al alcalde de Sant Cugat y diputado de CiU en el Parlament, Lluís Recoder, y al portavoz del
Barça, Xavier Cambra.Junto a ella se levanta el puesto de la Universitat Internacional de Catalunya (UIC), vinculada al Opus, donde un joven vendedor
promete el oro y el moro a un grupo de eventuales alumnas. Habla de los estudios de Odontología y les anuncia que podrán hacer prácticas con pacientes
reales. "De esa forma, cuando os hayáis sacado la carrera y montéis vuestro propio consultorio ya tendréis una cartera de clientes", les
dice.
La propuesta es tan tentadora como la de un folleto que se reparte a la entrada del salón. En él una academia que prepara al alumnado para enfrentarse
a las pruebas de acceso a los Ciclos Formativos, la antigua Formación Profesional, promete que "si el alumno no aprueba, se le devuelve el
dinero". La subasta concluye el sábado.