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1 Euro con bebida - Jueves a las 20 h.
videofórum en Estrella Roja
Jueves 12 de Febrero, 20h : " Te doy mis ojos"
Icíar Bollaín - España 2003
GANADORA DE 7 GOYAS:
Mejor película / director / actor / actriz / actriz de reparto / actriz revelación / guión original / montaje / sonido
Laia Marull (Pilar)
Luis Tosar (Antonio)
Candela Peña (Ana)
Rosa María Sardá (Aurora)
Kiti Manver (Rosa)
106 min.
Entrevista a Icíar Bollaín
«La violencia vista no es igual que la sugerida»
En su tercer filme, Icíar Bollaín (Madrid, 1967) sigue ejerciendo de cronista de los conflictos sociales de nuestra época. Si en Flores de otro mundo
analizaba la inmigración, en Te doy mis ojos habla de los malos tratos. Y su próximo proyecto es acercarse a la tercera edad.
Pregunta.- Te doy mis ojos es un filme de mucha actualidad... qué triste, ¿no?
Respuesta.- De más de la que yo quisiera: este verano ha sido escalofriante. La película surge hace dos años, de no entender por qué ocurre esto, de
leerlo en los periódicos y preguntarse ¿qué pasa?, ¿por qué se llega a este extremo?
P.- Lo peor de todo es que, tras verla, uno sigue sin entender nada...
R.- Es complicadísimo. No hay una explicación, hay muchas. Y más que eso, muchos factores. Yo he intentado acercarme a ellos, y cada uno que entienda
lo que quiera o lo que pueda.
P.- En el filme se huye del maniqueísmo: el personaje de Tosar no es un animal, sino que tiene un punto de ternura...
R.- Es un hombre equivocado y muy asustado, con miedo a todo, a perder a su mujer y a fracasar, y su respuesta es violenta. Yo tenía mucho empeño en
que no fuera en blanco y negro, porque en ese caso tampoco se la entendería a ella. Si el tío fuera un cafre, ella sería idiota: ¿qué hace con un
cafre? En cualquier caso, además de estar asustado y ser terriblemente peligroso, está profundamente equivocado. Todos sus conceptos están fuera de
sitio, confunde controlar con querer, dominar con confiar... tiene un esquema mental equivocado. Quiere a su mujer, pero muy mal. Querer no es asustar
a quien quieres, y eso es lo que él hace.
P.- La película está planteada como un thriller psicológico; en ningún momento se ven escenas de violencia...
R.- Mi apuesta era no enseñarlas e ir construyéndola en tensión hasta el final, pero me daba miedo que la gente llegara a pensar que este señor sólo
tenía mal humor y no era un maltratador, así que me guardé en la manga una escena violenta. Pero, lo que son las leyes del cine, la violencia vista no
es lo mismo que sugerida.
P.- Una capital de provincias, personajes de clase media baja, una madre castradora (Rosa María Sardá)... El ambiente influye mucho en una historia de
este tipo...
R.- Una historia de este tipo no se puede acabar de entender porque hay tantos factores que se acaban escapando. Hasta La Cenicienta tiene culpa. Ese
cuento de la princesa y el hombre que te va a hacer feliz. Entender el amor así... ya empezamos regular. Hay una cultura alrededor del amor que no
ayuda y la mujer a la que pegan no siente indignación sino vergüenza. Y cuando una madre se entera de que su hija vive esa situación prefiere que no
diga nada, porque el catolicismo ha dicho durante siglos que la mujer debe ser sumisa con su marido. O sea, no es una cuestión de una pareja en su
casa sino de la cultura en que vivimos.
P.- ¿Y cuál es la solución?
R.- ¡Yo qué sé! Lo que he intentado es meterlo todo en el filme.
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