El paro
La Vanguardia
Editorial del 3-3-2004
A vueltas con el paro
En plena campaña electoral los datos del paro registrado en las oficinas del Instituto Nacional de Empleo (Inem) señalan que a finales de febrero el
número de desocupados había bajado en 10.074 personas respecto a enero, una cifra modesta, pero cuya tendencia descendente no deja de resultar una
buena noticia para el Gobierno y, consiguientemente, para el Partido Popular , que de esta manera ve reforzado uno de los argumentos clave de su
campaña electoral, centrada, precisamente, en la búsqueda del pleno empleo. Ahora, y siempre según el Inem, el paro en España es del 9,2% (1.751.894
personas) sobre la población activa. Las cifras y porcentajes de paro y empleo son siempre motivo de controversia y más aún en periodos electorales,
no en vano se trata de una de los cuestiones más sensibles para el electorado, que en buena parte mide la eficacia de un gobierno por su capacidad
para generar un escenario económico y laboral donde todos cuantos lo deseen puedan encontrar un trabajo. Y pese a que la economía española está
mostrando claros síntomas de crecimiento y fortaleza, en general superiores a las medias de la Unión Europea, el paro continúa siendo un problema
crónico, con porcentajes mayores que los habituales en otros países europeos. En los últimos ocho años de gobierno popular el progreso ha sido
incuestionable, pues se han creado 4,3 millones de empleos, aunque el porcentaje de parados sigue siendo demasiado alto. El descenso del paro
constatado por el Inem en febrero de este año se produce después de cinco meses consecutivos de subidas; por tanto, esa cifra parece romper una
tendencia negativa, a lo que debe añadirse que el comportamiento del desempleo, en febrero pasado, ha sido el mejor desde el 2001 y está por encima de
la media de los últimos veinte años. En cualquier caso, no debe perderse de vista que las cifras más fiables sobre empleo y paro son las
proporcionadas por la encuesta de población activa (EPA). Según éstas, España seguía, a finales del 2003, con un paro del 11,2%, mientras la media de
la Unión Europea se sitúa en el 8,8%.
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