El País 3 mayo 2004

La clave del éxito escolar de un alumno parte de lo siguiente: su deseo de aprender. Esto le llevará a luchar por hacerse con las herramientas necesarias para acceder al conocimiento. A partir de esta premisa, la Fundación Centro de Estudios de Aprendizaje y Reeducación presentó la semana pasada un programa educativo que se centra en los pasos previos al estudio. O lo que es lo mismo: en lo que es preciso trabajar antes de ponerse a estudiar para despertar ese deseo. El proyecto se llama ¿Adónde vamos tan deprisa? y sus autores son Sonia María Riera y José Félix Alonso. Está dirigido a profesionales de la enseñanza (profesores, pedagogos, psicopedagogos, logopedas y psicólogos) para ponerlo en práctica con alumnos de secundaria. En la presentación de este proyecto en la Institución Libre de Enseñanza estuvieron presentes, además de los autores, el psicólogo José Luis Pinillos y la director general de Promoción Educativa de la Comunidad de Madrid, María Antonia Casanova. La Fundación Centro de Estudios de Aprendizaje y Reeducación es una fundación sin ánimo de lucro con más de 25 años de experiencia en el diagnóstico, la orientación y el tratamiento de niños, jóvenes y adultos con problemas de aprendizaje. Su fundadora y presidenta es Julia Sharp, y su presidenta de honor, Pilar de Borbón. La idea de esta nueva iniciativa -que evita impartir técnicas de estudio impartidas de un modo concentrado y rápido, como recetas o fórmulas mágicas- es que el docente y sus estudiantes realicen un recorrido conjunto en el aula que los lleve a descubrir herramientas para acceder al aprendizaje de la manera más sencilla y eficaz posible. De esta manera se implica directamente a los escolares. Las actividades que propone el programa son eminentemente prácticas y dinámicas. Así se crea un marco de participación activa dentro del aula con una interacción real profesor-alumno y alumno-alumno. Los ejercicios están guiados de forma exhaustiva, paso a paso, con el fin de que el docente sepa lo que debe hacer en el aula en cada momento. La intención es movilizar al alumnado, crear un espacio de reflexión en el que la herramienta fundamental sea la pregunta. "El profesor es un dinamizador y un provocador de la respuesta del alumno, de su participación, de su deseo, e incluso de su rechazo. Un no ya es una respuesta", aseguran los autores. Y siguen: "El alumno no es un receptáculo de información, un banco de datos a llenar, sino alguien que posee ya un saber y que tiene una fuerte implicación con la realidad que le rodea". La idea que subyace en este proyecto es que el aprendizaje no es algo exclusivamente relacionado con la vida escolar, sino algo inherente al ser humano. "Es imposible no aprender", aseguran Riera y Alonso. "Los alumnos deben saber que el aprendizaje se puede producir siempre, en cualquier lugar y en cualquier momento". De esta manera, el programa pretende que los alumnos tomen conciencia de los procesos mentales que ponen en juego constantemente, tanto cuando se enfrentan a un aprendizaje de la vida cotidiana como cuando se sitúan frente a requerimientos escolares o académicos. "Conocer cómo han llegado a una respuesta hace sentir bien a los alumnos. Por ejemplo, en alguna situación, ellos no saben si han sumado o restado pero saben que la respuesa es 2. Y se preguntan: ¿que elementos he utilizado para elaborar esta respuesta? Precisamente, estos procedimientos y estrategias, que son de ellos, son las que tienen que encontrar", explica Sonia María Riera. Creen los autores que el hecho de que los alumnos lleguen a conocer sus propios procesos cognigitivos les permite dominarlos, modificarlos y mejorarlos para aumentar la eficacia, la efectividad y la organización de los tiempos. El programa repasa, además, qué condiciones rodean el estudio: factores internos y externos. Desde el ambiente de estudio hasta el método personal de éste, con sus virtudes y sus carencias, pasando por la planificación y preparación previas al estudio. Todas estas reflexiones requiere un tiempo de búsqueda. Porque como preguntan los autores, ¿adónde vamos tan deprisa?