Reformas educativas
El Mundo 1 mayo 2004
La reforma de la reforma de la reforma
Por tercera vez en los últimos 14 años, el sistema educativo español se prepara para una nueva revolución
PEDRO SIMON
MADRID
El galimatías educativo de los últimos 15 años comienza un nuevo episodio: suena a broma el decirlo, pero se vislumbra ya la reforma de la reforma de
la reforma. ¿A cuánto ascenderá
la factura? ¿Tendrá que pagar alguien los platos rotos de la escuela? ¿Es la enseñanza la mesa de ping-pong de la política -pelota aquí, pelota allá-
donde acaba con tortícolis el alumnado patrio? Péndulos previsibles, las leyes de los últimos tres lustros se han movido al compás de los cambios de
turno de Gobierno, en un desquiciante tic tac que trae mareados a padres, profesores y alumnos. Hablar de lo que había en la enseñanza española, de lo
que iba a haber y de lo que finalmente habrá es hablar de la LOGSE y de la LOCE, de lo que ideó el PP y de lo que prepara el Gobierno socialista. Más
que leyes, se diría, lo que hay son contrarreformas.
LOGSE: aulas progresistas y algunos problemas
Lo que había. La Ley orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), alumbrada en 1990, ha sido una de las principales banderas
legislativas socialistas. Nacida sin financiación, el espíritu de la norma era el de la escuela comprensiva, un modelo de educación progresista que
gozó de éxito en varios países europeos.Su esqueleto lo constituía la llamada comprensividad, entendida como igualdad básica en la provisión de
oportunidades, el evitar la separación de los alumnos en itinerarios irreversibles. De la mano de la comprensividad llegó también a la escuela el
concepto de transversalidad, la presencia de unos principios éticos que trufarían todas las asignaturas: la defensa del Medio Ambiente o la
tolerancia, presentes tanto en Matemáticas como en Historia. El logro principal con respecto al anterior sistema fue el de extender la enseñanza
obligatoria desde los 14 hasta los 16 años, gracias a la vilipendiada ESO. El problema consiguiente, juntar en el instituto a chavales de 12 años con
dieciseisañeros sin haber formado convenientemente al profesorado, solo ante un reto hercúleo. En el día a día, a la escuela se le dio la vuelta como
a un calcetín.Desaparecieron poco a poco el BUP y el COU. Las calificaciones en Primaria se suavizaron, desterrando las notas numéricas e instaurando
el Progresa adecuadamente y el Necesita mejorar para no estigmatizar a los niños menos aventajados a edades tan tempranas.Las repeticiones de curso se
redujeron al mínimo, a la par que los niveles de exigencia. Y se creó un Bachillerato de dos años. Antes de la LOGSE, los alumnos estudiaban Religión
o Etica. Con la reforma, la ley dio a elegir entre cursar la asignatura de Religión o una alternativa fijada en el centro (que no era evaluable).Los
asuntos de la fe no eran tenidos en cuenta para entrar en la Universidad. Para entrar en la enseñanza superior, había que sacar al menos un cuatro en
la Selectividad, cuya nota promediaba con la calificación final del Bachillerato.
LOCE, o el triunfo de las dos 'R': Religión y Reválida
Lo que iba a haber. El Gobierno del Partido Popular diseñó su Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE) como alternativa a la LOGSE y presentó su
norma como la campeona de la excelencia, como el salvavidas providencial al rescate de la enseñanza. Crepuscular ya desde su puesta en marcha, la Ley
Del Castillo entró en vigor este mismo curso y, con el cambio de Gobierno, no avanzará ni uno más. Como consecuencia del real decreto elaborado por el
PSOE (y que impondrá una demora de varios años en la aplicación de la LOCE), las únicas medidas de la ley del PP que estarán vigentes el curso que
viene serán sólo dos, las que han entrado en vigor este 2003/2004: la implantación de la gratuidad de la educación infantil y los nuevos criterios de
evaluación en la ESO (se repetirá curso si se acumulan tres suspensos). No echará a andar finalmente la Reválida, no habrá itinerarios formativos en
Secundaria que separen a los chavales dependiendo de sus resultados, no comenzarán los llamados Programas de Iniciación Profesional, destinados a
reorientar al mercado laboral a los peores alumnos de la clase. ¿Cuál era el camino diseñado por el PP para entrar en la Universidad? De no haber
ganado Zapatero las elecciones generales, para el acceso a la enseñanza superior habría contado la calificación del Bachillerato en un 60% y la de la
Reválida en un 40%. Además de todo ello, las universidades habrían tenido la opción de hacer una selección de sus alumnos a través de una prueba
suplementaria. Para consternación de los obispos y de la cúpula de la Iglesia, la asignatura de Religión se desinfla. Hasta el 14-M, los planes eran
que la nota que se sacase en la materia contara para pasar de curso y obtener beca y promediara para entrar en la Universidad.
ESO sin itinerarios, fe optativa y dedos cruzados
Lo que habrá. Palabra del PSOE, la reforma de la reforma de la reforma, para empezar, vendrá acompañada de financiación, terreno en el que la ministra
de Educación, María Jesús Sansegundo, es una consabida especialista. Los socialistas cambiarán la norma de sus predecesores con el ideario de la LOGSE
en una mano y con las sugerencias de las comunidades autónomas en la otra. Una vez hecho público el real decreto que demorará el calendario de
implantación de la LOCE, el Gobierno tratará de consensuar los cambios con los ejecutivos regionales. Así, en un plazo de dos años podría estar ya en
marcha una nueva ley orgánica. Entre otras cuestiones, se mantendrá con retoques el modelo actual de la ESO, sin itinerarios; la Religión volverá a
ser una optativa sin peso alguno en la nota final del curso; se hará un examen de acceso a la Universidad en el que contarán más que ahora las
calificaciones de las materias relacionas con la carrera elegida; y los centros universitarios no realizarán ninguna prueba accesoria para seleccionar
a sus estudiantes. El anhelo declarado es lograr un pacto de Estado por la educación en el que estén englobados fuerzas sociales, comunidades y
partidos políticos. ¿Una quimera? Está por ver cómo gestiona el Gobierno el «consenso» y el «diálogo» que evocó Sansegundo el día en que tomó
posesión. Porque las autonomías del PP ya han dicho que seguirán adelante con la Ley de Calidad. Dudas para las semanas que vienen: cómo hará el PSOE
para convivir con algunas medidas ya en vigor, tales como que los padres pierdan peso en la elección del director. ¿Será suficiente con una demora del
calendario? ¿Hasta dónde alcanzará la insumisión popular?...Urge ponerse a trabajar. Porque padres, profesores y alumnos están expectantes, haciendo
lo único que pueden hacer a estas alturas: cruzar los dedos.
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