Una cosa que como profe explico en clase (si lee esto algún o alguna estudiante me encantaría saber qué opináis) es que en la adolescencia se van
buscando (y experimentando, por tanto) estilos de personalidad. Hay dos bastante claros, entre los muchos que hay. Los nombres que les he buscado no
son muy precisos, no sé si se os ocurrirían otros...
:mad:
Estilo psicópata: persona que empieza a imitar a los abundantes psicópatas de la tele, mayoritariamente hombres (aunque
imitados ahora mucho
también por las chicas).
Se caracterizan por comportamientos tan enfermos como decir que alguien te mira mal y sentirse justificada/o para "hincharle a hostias" o
perseguir a esa persona como en jauría, con sus colegas. También -y en esto no se parecen a los psicópatas, sino a gente desquiciada; pero, vamos, es
el estilo "desmedida" o "enfermedad"- hablan a gritos y no se escuchan casi. Creen que la razón la demuestra quien grita más.
Creen que los argumentos mejores son las frases míticas, tópicas o sencillamente falsas.
En el fondo, se sienten muy acomplejadas/os y tienen mucho miedo.
No hablan de cosas variadas, más bien siempre de lo mismo.
Tienen salvación, pero por el complejo creen que no la tienen, no confían en sus capacidades.
Estilo "persona con estilo" o "personalidad atractiva": son adolescentes que empiezan a tantear lo mejor de las
personas, fijándose en comportamientos "con clase". Esto, claro, no quiere decir que se vista elegante o cosas así. Se pueden llevar rastas
y tener un estilo con clase. La clase es la civilización, la búsqueda inteligente del mejor comportamiento, de la manera mejor de relacionarse con las
demás personas. Esta gente empieza a descubrir que los problemas no se solucionan a hostias, sino intentando controlar las emociones para poder
razonar. Está gente tiene el coraje de aplicarse la autocrítica, y la generosidad de saber escuchar, y de valorar las situaciones al margen de sus
intereses personales. Esto les hace la vida más interesante porque están aprendiendo a hablar de cosas variadas, diferentes. Estas características
altruistas las van perdiendo las personas adultas, y quienes mejor las ejecutan son, por tanto, las personas adolescentes capaces de hacerlo!
No sé, ¡es que hoy estoy un poco rara!