La película de Fernando León de Aranoa ha inspirado una herramienta de comunicación entre parados, que exponen al público sus weblogs (diarios en Internet). Entre muchos otros, se pueden leer reflexiones como esta de Erpe: 'Parece que la precariedad se establece en nosotras haciéndonos débiles, frágiles, prescindibles, pero seguimos viviendo, produciendo nuestra vida creándola, cuidándola .Sin embargo el domingo nos deprimimos y los lunes al sol, jodidos, pues no tenemos empleo o andamos de cabeza buscándolo. Vivo por debajo del umbral de la pobreza desde hace ya cuatro años y ya no sé en que día de la semana vivo. Voy a pedir la RMI (Renta Mínima Indispensable) y no pienso firmar el contrato social pues me socializo y vivo por propio derecho natural, no necesito que nadie me de ese derecho, paso de las ETT, paso de los empresarios y solo me acuerdo de ellos para pedirles pasta, nunca empleo, yo tengo mucho trabajo que hacer, es un trabajo vital exento de sueldo y de productividad, el invento la exclusión es muy interesante para la reinserción pero no se puede vivir pensando que estás excluido y que por eso eres menos o débil, no debería ser un motivo de orgullo. O si no, mirar a los gitanos durante un cerro de siglos, orgullosos de que este sistema te excluya y además les vamos a hacer responsables a ellos por que lo son, y les vamos a pedir daños y perjuicios, basta ya de lamentaciones o de intentos de dignificar el empleo, que dignidad hay en enriquecer a otros empobreciéndose uno mismo aunque tengamos ya la segunda hipoteca y nos acabáramos de comprar el Ibiza nuevo'.

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