Podéis ir a:
http://www.pliegosdeopinion.net/ y hay una sección dedicada a Medem en el número 5 (julio, supongo, 2003)
Aquí copio un fragmento de lo que ponen de la siguiente peli, que a mí me gustó mucho (a pesar de que siempre hay alguna cosilla que no me gusta, en
este caso, que se explotara demasiado lo del azar y la coincidencia):
LOS AMANTES DEL CÍRCULO POLAR
Giorgio Catolfi
Elisa Lucas Barcia
Danny Sánchez López
Biografía de Julio Medem
Artículo sobre Lucía y el sexo
Director: Julio Medem
Intérpretes: Fele Martínez (Otto), Najwa Nimri (Ana), Nancho Novo (Álvaro), Peru Medem (Otto niño), Sara Valiente (Ana niña), Víctor Hugo Oliveira
(Otto adolescente), Kristel Díaz (Ana adolescente), Maru Valdivieso (Olga), Pep Munné (Javier), Jaroslaw Bielski (Álvaro Midelman), Rosa Morales
(Sofia), Josst Siedhoff (Otto Midelman), Beate Jensen (Ula).
Productores: Ferando Bovaira , Enrique Lopez Lavigne
Guión: Julio Medem.
Fotografía: Karlo F. Berridi
Música: Alberto Iglesias
Montaje: Ivan Aledo
Año de producción: 1998
País: España
Drama, Color, 114 min.
"La idea del eterno retorno significa cierta perspectiva desde la cual las cosas aparecen de un modo distinto a como las conocemos: aparecen sin
la circunstancia atenuante de su fugacidad (...). Si cada uno de los instantes de nuestra vida se va a repetir infinitas veces, estamos clavados a la
eternidad. Pero si el eterno retorno es la carga más pesada, entonces nuestras vidas pueden aparecer, sobre ese telón de fondo, en toda su maravillosa
levedad[1]".
Ana y Otto. Otto y Ana, y Otto... Dos historias que son una misma historia de círculos concéntricos en la que la vida y la ficción, la realidad y lo
imaginario, se superponen y se confunden. Dos personajes que se dirían predestinados, a través de un diabólico laberinto de azares, que se ceden
alternativamente la voz para narrar la historia de su idilio de amor, apasionado y secreto, a través de tres edades (infancia, adolescencia, madurez),
desde los ocho años hasta los veinticinco. Y las casualidades como motor de esa pasión. "¿Un acontecimiento no es tanto más significativo y
privilegiado cuantas más casualidades sean necesarias para producirlo? Sólo la casualidad puede aparecer ante nosotros como un mensaje. Lo que ocurre
necesariamente, lo esperado, lo que se repite todos los días, es mudo. Sólo la casualidad nos habla. Tratamos de leer en ella como leen las gitanas
las figuras formadas por el poso del café en el fondo de la taza[2]".
"Nuestra vida cotidiana es bombardeada por casualidades, más exactamente por encuentros casuales de personas y acontecimientos a los que se
llaman coincidencias. Co-incidencia significa que dos acontecimientos inesperados ocurren al mismo tiempo, que se encuentran[3]". Y Ana y Otto
viven en una permanente casualidad. Casualmente Ana huyó porque no quería que su padre muriese, y casualmente Otto no pudo parar el balón, por lo que
salió corriendo para atraparlo, y parece como si quisiera alcanzar a la niña, que se cae delante de él[4].
La película se abre y se cierra con la misma imagen, y su belleza capicúa encuentra su correlato en los nombres de los protagonistas (Ana y Otto) y en
el propio apellido del cineasta (Medem).
Así se inician una serie de coincidencias que entretejen de forma circular las vidas de Otto y de Ana, círculo que se cerrará en el mismo borde del
Círculo Polar.
(En la dire de arriba encontraréis el resto del texto.)