Contra la temporalidad
Por si os hace comentarlo...
---
El País 20 mayo 2004
Editorial
Contra la temporalidad
No se puede decir que el anuncio de reforma del mercado de trabajo del ministro Jesús Caldera sea un modelo de precisión; pero quizá sea así como hay
que empezar. El Gobierno tiene claro que el mercado laboral debe cambiar para reducir la agobiante tasa de temporalidad de la economía española (33%
de los contratos, casi tres veces más que la media europea); tiene claro, además, que debe recuperarse el principio de causalidad, según el cual no es
posible cubrir con contratos temporales aquellos puestos de trabajo que tengan un carácter de fijo, y que debe perseguirse el fraude en los
trabajadores autónomos. A partir de estas líneas básicas, se trata de que los agentes sociales negocien una reforma en la que todos estén de acuerdo y
que, por supuesto, cumpla el objetivo de reducir la temporalidad. El Gobierno propone desincentivar la contratación temporal elevando la cotización de
este tipo de contratos. Las posiciones económicas más ortodoxas han defendido que el principal obstáculo para aumentar la contratación fija es el
coste del despido, que se considera muy elevado. Para evitarse ese coste, el empresario, según esta interpretación, recurriría a tipos de contratación
más inestables, pero más baratos. Esta diferencia de criterios animará sin duda el debate entre los agentes sociales y el Gobierno. Un punto clave de
la reforma, el de la negociación colectiva, tampoco ha merecido mayor precisión. Sin embargo, es esencial que las normas que regulan la negociación de
los convenios se apliquen según el criterio de la máxima proximidad a cada empresa. Los convenios deben negociarse según las condiciones específicas
de los trabajadores y las empresas, no en relación con normas sectoriales de elaboración abstracta, formuladas con frecuencia por burocracias alejadas
de los problemas concretos. Pero no todo queda abierto. Caldera fue más concreto en la subida del salario mínimo, que pasará de los 460 euros actuales
a 490 a partir del 1 de julio, con el compromiso de que a finales de la legislatura llegue a los 600. En todo caso, con mayor o menor precisión, es
importante que el Gobierno haya marcado los objetivos de la reforma, las líneas maestras para realizarla y una agenda que implica ponerse
inmediatamente manos a la obra. De hecho, la negociación empezó el martes con la entrevista que mantuvieron José Luis Rodríguez Zapatero y el
presidente de la CEOE, José María Cuevas.
|