¿Por qué las abuelas no van a las grandes superficies a comprar?
¡Hola!
Estaba en la página de consumehastamorir.com (Por cierto, felicidades por el vínculo) y leí este artículo, que me parece muy bueno. A ver si os
gusta...
¿Por qué las abuelas no van a las grandes superficies a comprar? por María González
El otro día fui a comprar comida al mercado de al lado de mi casa, y nada más llegar me acordé de mi abuela, y no sólo porque la media de edad de la
gente que había allí sobrepasara la mía en varias décadas (que también) sino por la cantidad de diferencias que encontré respecto a hacer la compra en
una gran superficie.
Para empezar la luz es diferente, es más cálida, porque los mercados antiguos están hechos de manera que entra algo de luz natural, y sobre todo
porque no están llenos de luces de neón que te avisan de dónde están las ofertas, y no hay apenas carteles publicitarios que te recuerden que no
puedes salir del establecimiento sin consumir tal o cual producto.
Además en el mercado nadie iba con prisas, no había carritos de la compra pisándote los talones recordándote que estorbas si te paras más de la cuenta
a mirar algún producto. Las abuelas se entretenían a preguntar a Juan, el frutero, qué tal su sobrina, y cómo están las naranjas esta semana, mientras
otras abuelas esperaban pacientemente en la cola, o sentadas en algún banquito, charlando sobre las repercusiones que tiene sobre la salud la última
ola de frío.
Pensaba yo en la responsabilidad y compromiso que adquiere Juan con sus clientas, porque ellas son exigentes, y al igual que le tratan con cariño no
dudan en quejarse si aquello que les vende no pasa sus estrictos controles de calidad, y lo comparaba con los empleados de las grandes superficies,
cuyas caras y nombres resultan indiferentes para los clientes (y viceversa) y con lo inaccesibles que resultan los responsables de los productos que
allí se venden.
También me resultó entrañable ver a más de una abuela con su lista de la compra, porque las abuelas del mercado compran sólo lo que necesitan. ¡Menudo
contraste comparado con lo que ocurre en las grandes superficies! donde se estima que la gente acaba gastándose un 20% más de lo que tenía pensado
antes de entrar en el supermercado.
Me acordé de mi abuela hasta al salir, porque ella siempre dice que no hay que comprar por obligación, y aquí puedes hacerlo, ya que en la puerta no
hay que pasar por dispositivos antirrobo ni hay guardias de seguridad que te miran con tono amenazante si sales sin comprar nada.
Me pasé un buen rato mirándolas, dirigiendo sus carritos de tela, consumiendo productos sin apenas embalaje, mirando y probando la calidad de lo que
compran, y me preguntaba ¿por qué quienes no somos abuelas vamos a las grandes superficies a comprar?
|