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Puerta Azul
1989-1994

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In English

Atrás ¡Un túnel a los silos!

De "Tunnelling into the silos", boletín de la Puerta Azul, 1990

Texto y dibujos de Kay. Traducción de michelle

TunnellingLos silos eran los lugares donde se guardaban los misiles de crucero. El lugar más peligroso y protegido de la base.

El 7 de octubre de 1990 la alta seguridad de los silos brillaba por su ausencia. Llevábamos varios meses preguntádonos qué sería un túnel bloqueado con una parrilla de hierro que habíamos encontrado junto a la Super Valla (de seguridad), por lo que Emma, Natalie y yo decidimos que sólo había una manera de averiguarlo.

compresaEquipadas con un par de manzanas, varias barritas de chocolate claramente no vegetaliano (sólo para caso de emergencia), una compresa de porsi, una linterna y dos pequeños serruchos para cortar metal, llegamos a la parilla. Después de unas dos horas de duro trabajo habíamos conseguido abrir un boquete lo suficientemente grande como para entrar. En una caverna que quedaba justo debajo de la carretera que llevaba a los silos (dentro de la base), Natalie y yo hicimos un descanso para comernos el chocolate. sapos y culebrasUn poco más adelante nos dimos cuenta de que debíamos estar ya en la zona de los silos y se lo gritamos a Emma, la auténtica vegetaliana, que soltaba sapos y culebras sobre la verdadera motivación de nuestra empresa. Emma se acercó a la valla que rodeaba los silos y enseguida aparecimos nosotras por dentro, como por arte de magia (habíamos tardado un poco porque me dio por empezar a decir que iban a pegarnos un tiro en cuanto nos vieran).

Aparecimos justo detrás de dos vehículos de las Fuerzas Aéreas Estadounidenses, y nos pusimos a gritar no sin miedo: "Eeeh, ¡que somos nosotras!". Reaccionaron con una mezcla de asombro y pánico. Temblaban cuando nos esposaron las manos a la espalda y tuvieron que repetir varias veces: "Que no, ¡que están DENTRO de la super valla de seguridad!". Caminamos hasta la valla y allí, dado que el soldado no encontraba las tijeritas de plástico para cortar las esposas, nos vimos obligadas a destrozar la ilusión de que servían para algo: nos las quitamos y se las devolvimos.

Entregadas a la policía británica, ésta insistió en acercarnos a la salida de la base en su coche, pero al pasar por Woad Gate y ver a Emma, decidieron detenernos (supuestamente por haber encontrado la parrilla, que había desaparecido misteriosamente). Después de una breve estancia en Greenham nos llevaron a la comisaría de Newbury donde, durante unas entrevistas de lo más cómicas, que fueron grabadas, y en las que ninguna dijimos nada, se nos mostraron "las pruebas": la gigantesca parrilla de hierro y dos pequeños serruchos. Nos preguntaron si las habíamos visto alguna vez.

A Emma la pusieron en libertad sin cargos. A Natalie y a mí nos pusieron una denuncia y nos tomaron las huellas. Luego nos pusieron en libertad, y desde entonces, no hemos vuelto a saber de ellos.

Nota: Como la gente detenida que es grabada puede pedir copia de la grabación, tenemos la cinta. Un día subiremos la transcripción. Las mujeres no solían contestar a las preguntas porque no recocían la autoridad de los entrevistadores. Era una de las respuestas clásicas para juicios y detenciones.

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