Activismo - ADNV
Autoinculpaciones en la ADNV antimilitarista feminista
Mujeres del MOC
michelle: Extraemos un párrafo y nota del ensayo de Josemi, porque aborda la cuestión de la presencia y el impacto de las mujeres en el MOC en a aquellos años en que el MOC representó la reintroducción de la lucha noviolenta, en este caso con el objetivo de abolir los ejércitos. Se logró que el servicio militar obligatorio pasara a ser historia, en un proceso, primero introduciéndose una alternativa, la prestación social sustitutoria, y finalmente, resistida también, presentando el fin del servicio militar obligatorio como "la profesionalización del ejército español" - todo lo cual no habría sido posible sin aquel estar de la inteligencia feminista (más o menos desarrollada, según personas), y no sólo por el valor y la lucha de los ciertamente valientes objetores e insumisos.
- "Desde el principio, como veremos al analizar los primeros fanzines del MOC, las mujeres participaron en los grupos de objeción de conciencia realizando la misma labor que sus compañeros: difusión, acciones directas, debates, tareas para el funcionamiento del grupo, asistencia a asambleas de coordinación..., si bien eran menos. En otras expresiones antimilitaristas, como educar para la paz, objeción fiscal..., la presencia femenina ha sido mayoritaria y, en ocasiones, casi exclusiva. Pero las mujeres antimilitaristas no quisieron quedar al margen de ningún frente abierto en la disidencia frente al militarismo del Estado. Y el más comprometido y arriesgado era la insumisión. Evidentemente, las antimilitaristas siguieron colaborando en los grupos como lo habían estado haciendo desde el principio, pero técnicamente las mujeres no podían “insometerse”, al no tener la obligación de realizar la prestación militar por razón de su sexo. Una solución fue la creación de “grupos de apoyo”, compuestos por amigas/os, militantes, familia..., de cada insumiso y activos durante la duración del proceso judicial/penitenciario. En ellos la proporción sexual de las/os integrantes fue más equilibrada y funcionaron como auténticos núcleos difusores de la campaña. Pero la solución encontrada para radicalizar la solidaridad, tomar la palabra y demostrar que la “mili”, al contrario que el Soberano, no era sólo “cosa de hombres” fue la estrategia de autoinculpaciones, es decir, la denuncia a sí misma/o en un juzgado alegando haber participado responsablemente a la hora de decidir a que el insumiso x tomara su decisión, animándole a insometerse (a delinquir, para el juez), así como acusándose a sí misma/o de haberle ocultado en su casa para retardar la acción de la Justicia29. Lo que se buscaba era la corresponsabilidad penal con el insumiso, con el fin de bloquear la institución judicial y penitenciaria30.
- Nota 30: 30 Todo esto para responder a la denominada represión selectiva, estrategia del Estado consistente en juzgar y encarcelar a un porcentaje muy pequeño de insumisos para que cumplieran un papel disuasorio de cara al resto, mientras a la inmensa mayoría les “congelaban” los procesos judiciales abiertos. Las autoinculpaciones, en principio cuatro por insumiso, pretendían denunciar esta hipocresía, al grito de “o todos/as o ninguno”. De haberse aplicado con rigor, hubieran podido ser unas 60.000 personas las potencialmente encarceladas por este motivo. El umbral máximo que permitió Instituciones Penitenciarias no llegó a los 400 presos, reclusos que, por razones obvias, siempre fueron (y continúan siendo) muy molestos intramuros de la cárcel."
Fuente de la cita: 1999: Antimilitarismo y feminismo: las mujeres, la campaña Insumisión y 25 años desobedeciendo (16 págs.), de Josemi Lorenzo Arribas
Este documento lo tenemos listado también en la webita de Mujeres del MOC (clicar círculo en cuadrado arriba)
Publicado en mujerpalabra.net en febrero 2022