Conoce a... - Anne Sexton
Poema "Kind Sir: These Woods" de Anne Sexton en inglés y español
Sobre el poema original: Poema de Anne Sexton del poemario To Bedlam and Part Way Back (1960)
Audio de Mujer Palabra
Sobre la traducción al español: traducción de michelle renyé para Mujer Palabra, 2001, rev. 2012
Kind Sir: These Woods
Kind Sir: This is an old game
that we played when we were eight and ten.
Sometimes on The Island, in down Maine,
in late August, when the cold fog blew in
off the ocean, the forest between Dingley Dell
and grandfather's cottage grew white and strange.
It was as if every pine tree were a brown pole
we did not know; as if day had rearranged
into night and bats flew in sun. It was a trick
to turn around once and know you were lost;
knowing the crow's horn was crying in the dark,
knowing that supper would never come, that the coast's
cry of doom from that far away bell buoy's bell
said your nursemaid is gone. O mademoiselle,
the rowboat rocked over. Then you were dead.
Turn around once, eyes tight, the thought in your head.
Kind sir: Lost and of your same kind
I have turned around twice with my eyes sealed
and the woods were white and my night mind
saw such strange happenings, untold and unreal.
And opening my eyes, I am afraid of course
to look -- this inward look that society scorns --
Still I search in these woods and find nothing worse
than myself, caught between the grapes and the thorns.
Amable señor, este bosque
Amable señor: te voy a contar un juego antiguo
que jugábamos a los ocho y a los diez.
A veces, en La Isla, al sur de Maine,
a finales de agosto, cuando la niebla fría del océano
llegaba dentro, el bosque entre Dingley Dell
y la cabaña del abuelo se ponía blanco, raro.
Era como si cada pino fuera una pértiga marrón
que no hubiéramos visto antes; como si el día se hubiera hecho
noche y los murciélagos volaran en el sol. Jugábamos
a dar una vuelta y saber que estabas perdida;
que el cuerno del cuervo graznaba en la oscuridad,
que nunca llegaría la cena, que el lamento de maldición
de la lejana sirena de la costa decía
tu tata se ha marchado para siempre. Señorita,
la barca ha volcado. Y estabas muerta.
Da una vuelta, los ojos bien cerrados, piensa en eso.
Amable señor: perdida y de tu misma madera,
he dado dos vueltas, los ojos apretados,
y los bosques eran blancos y mi mente nocturna
vio acontecimientos muy extraños... nunca narrados, irreales.
Y al abrir los ojos temo mirar, es cierto
(con esta mirada hacia dentro que tanto desprecia la sociedad).
Y sigo buscando por estos bosques sin encontrar nada peor
que a mí misma, atrapada entre la uvas y las zarzas.
Información sobre uso de este material: Anne Sexton; de la traducción michelle
Página publicada en mujerpalabra.net en 2001. Actualizada en 2012