Creación - Alvar Mora Pereyra - Muestra de Mil voces
XX. La historia de Emma: La mano que me cubre la boca
Alvar Mora Pereyra
Fin de semana en la playa, en casa de mi tío. Ha sido un largo día. Estoy totalmente dormida. Me despierto sintiendo el roce de dedos en mi rodilla; la mano sube cada vez más. Intento sentarme pero una mano fuerte me cubre la boca y me tira contra la almohada. Está oscuro. Es él, otra vez, mi tío. Me susurra otra vez que soy hermosa, me llama "su princesa"; sé que puedo pasarla mal si me resisto. Cierro los ojos. Trato de no gritar o de tener arcadas de asco. Rezo para que termine lo antes posible. Trato de pensar en cosas lindas. Cuando por fin termina, me repite lo de siempre: "Si dices algo, te mato y les hago daño a tus padres. ¿Quieres destruir nuestra familia? ¿Quieres hacer sufrir a tu madre? Aparte nadie te va a creer porque sabes que, en el fondo, te gusta y tú me provocaste."
Mi tío ha abusado de mí muchas veces. Comenzó una noche de Acción de Gracias. Todos nos quedamos a dormir en su casa para irnos la mañana siguiente. Después de la cena, me llevó al sótano y me hizo ver fotos pornográficas, luego un video. Entonces, las cosas se pusieron mal y comenzó a obligarme a hacer cosas cada vez más repugnantes. Es repulsivo. Me siento sucia. Me siento sin valor. Me siento vulnerable. No quiero hacer más esas cosas. He tratado varias veces de negarme a venir aquí pero nunca me he animado a contar a mis padres la verdad.
Pero, si hay reuniones familiares, al final, terminamos siempre viniendo a su casa y durmiendo aquí. Tengo tanto miedo.
Ninguna persona niña, adolescente o adulta debiera sufrir abuso sexual. Es increíblemente traumático para la víctima. Te hace sentir vulnerable, asqueroso, sucio, incómodo, temeroso, enojado, triste. Emma comenzó a tener pesadillas frecuentes y se despertaba, gritando en medio de la noche. Sus padres la enviaron a una psicóloga y, al fin, Emma pudo contar todo. Fue muy doloroso para todos pero puso fin al abuso. Los padres de Emma denunciaron al tío a la policía y, después de un largo juicio, el abusador fue sentenciado a varios años de cárcel.
Si algo así te ocurre, habla con tu madre y/o padre, personas que te puedan asesorar, un/a profesor/a, alguien que te escuche. Es aterrorizador pero no puedes continuar sufriendo el abuso. No estás sola. No sufras en silencio. Eres fuerte, eres valiente, eres pura. No eres asquerosa por esto. Busca ayuda, llama a la policía y consigue un/a terapeuta. Cuando lo hagas, puedes estar orgullosa de ti. No dejes que esta experiencia defina quién eres.
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Publicado en mujerpalabra.net en noviembre 2016