Pensamiento - Sobre sexualidad, afectos y cultura - El buentrato (trabajo)

Dos mejor que medio, la media naranja no existe, somos naranjas enteras

* Índice y Fuentes * Test del amor para mujeres jóvenes heterosexuales

Los seres humanos tenemos tendencia a fijarnos siempre en lo negativo, de manera que detectamos más fácilmente los errores, los fallos, los malos hábitos que los buenos.

Así, con esa tendencia, podemos llegar a saber qué hacemos mal, y por qué lo hacemos mal, pero lo que nunca nos enseñan, lo que se olvida, es cómo hacerlo bien.

De manera que este trabajo, que inicialmente iba hablar del maltrato psicológico, da un giro, para hablarnos de otro tipo de relaciones, de las positivas, de cómo tratar bien a las otras personas. Si queremos ser bien tratad@s, primero debemos aprender a tratar bien, empezando por tratarnos bien a nosotras y nosotros mismos.

El cómo hacer las cosas bien se tiene poco en cuenta, es evidente, en muchos ámbitos. Lo he podido comprobar al buscar información para este trabajo: si buscaba información sobre el maltrato, tenía miles de página, pero si la buscaba sobre el buen trato, las dificultades crecían.

Existen campañas, muy recientes (2008) sobre los buenos tratos, campañas realizadas el día 25 de noviembre, día internacional contra la violencia de género, que luchan por trasformarse en el día internacional de los buenos tratos.

Pero tratarnos bien es demasiado importante para hacerlo tan solo una vez al año. Las relaciones personales son muy complejas, la relación de pareja no es una excepción.

A veces parece imposible encontrar a una persona adecuada y que a la vez piense que somos la persona adecuada para ella. De modo que cuando ocurre, se siente gran emoción, y los pequeños inconvenientes de la vida no parecen importarnos.

En las primeras etapas de una relación es totalmente normal ver el mundo a través de unas gafas con cristales de color rosa. Pero para algunas personas, esas gafas de color rosa se convierten en orejeras que les impiden ver que la relación no es tan sana como debería ser.

Primero de todo, deberíamos tener claro qué es una relación:

• Una relación es cuando dos personas se quieren, se respetan y se divierten estando juntas.
• Es aceptarse mutuamente y querer a la otra persona con sus virtudes y sus defectos.
• Es tratarse bien, con ternura y sin faltarse el respeto.
• Es saber escuchar a la otra persona y poder contarle tus problemas, inquietudes y deseos.
• Es una unión de sentimientos, en el que una persona no se impone sobre la otra.
• Es tener confianza mutua, no engañarse ni espiarse.
• Es tener diferentes puntos de vista y poder dialogar sobre ellos sin que ninguno imponga su opinión. En la variedad está el gusto.
• Es compartir experiencias y momentos juntas o juntos y es poder disfrutar de tiempo y espacio para ti, para estar con las amistades, la familia o realizar nuestro hobby favorito sin que nos moleste que nuestra pareja también lo haga.
• Es no abusar de la pareja pidiéndole constantemente que haga cosas por ti.
• Es poder expresarnos con toda libertad y sin temor a que nuestra pareja se enfade por que digamos lo que pensamos o a que nos prohíba algo.
• Es cuando ningun@ se enfada si el otro o la otra nos lleva la contraria.
• Es valorar el esfuerzo y el trabajo de tu pareja.
• Es cuando nadie impone su voluntad.
• Es aceptar y respetar las opiniones, los gustos, actividades y amistades de la otra persona.
• Es apoyarse y ayudarse mutuamente en planes y proyectos aunque éstos no siempre coincidan.
• Es reconocer cuando nos hemos equivocado.
• Es entender que a veces hay que ceder para estar de acuerdo en una decisión.
• Es cuando las decisiones que nos afectan a las dos personas son el resultado de un acuerdo mutuo.

En definitiva en una relación sana se da: respeto mutuo, existe confianza, hay honestidad por ambas partes, los miembros de la pareja se apoyan mutuamente, hay igualdad (equilibrio entre dar y recibir), existen identidades separadas, hay una buena comunicación.

Por otro lado, la sociedad nos ha inculcado ciertos conceptos erróneos de una relación como:

• En una relación no debe haber problemas, discusiones ni peleas.
• Lo ideal es que las dos partes de la pareja quieran estar siempre juntas y que compartan todo.
• En una relación, todas las necesidades están cubiertas.
• En una relación es mejor que las dos personas sean iguales, que tengan los mismos gustos y que tengan las mismas aficiones.
• Es una relación en la que hay que tener las mismas amistades obligatoriamente.
• En una relación heterosexual el varón siempre tiene que tomar la iniciativa y decidir sobre las cuestiones importantes.

Esta ideas nos han llevado a una concepción errónea del amor, vemos el amor como un ideal romántico que todo lo puede, y dejamos de ser realistas y ver las limitaciones, impidiéndonos así poder vivir relaciones menos destructivas en las que la dependencia no juega ningún papel.

Los conceptos sociales erróneos sobre una relación, no sólo sentimental, sino también en cualquier otro ámbito, como en la amistad, pueden llevarnos a caer en la dependencia emocional de otras personas. Olvidando así nuestro derecho a ser personas con identidad propia e independencia. Personas con un alto nivel de autoconocimiento y capacidad para elegir qué relaciones nos conviene y cuáles no.

Concretamente, en la pareja cuando se da un problema, ambos tienen parte de responsabilidad. Esto no justifica ni mucho menos los actos violentos, ni los malos tratos de ningún tipo.

Pero debemos empezar por asumir responsabilidades. Si algo no funciona entre dos personas, las dos tienen parte de la solución en sus manos. No se trata de autoculpabilizarse de todo, ni de no asumir ningún error. Como seres humanos nos equivocamos, pero debemos aprender de ello.

La base de los malos tratos físicos en la pareja es que previamente se dan malos tratos psicológicos. Si aprendemos a tratarnos bien a nosotr@s mism@s y a las demás personas, será más fácil detectar las relaciones nocivas en cualquier ámbito.

Respeto es una de las palabras claves para tener una relación sana, también resulta imprescindible tener una buena comunicación. Pero esto no se enseña en las escuelas. Debemos aprender a ser personas asertivas y empáticas con las demás.

Nadie nos enseña a estar bien con nosotr@s mism@s, a expresar nuestros sentimientos con naturalidad. Y si tenemos en cuenta que sólo podemos aprender de lo que observamos en quienes están a nuestro alrededor, crecemos con la idea de que nuestra función como mujer o como hombre es tener un rol determinado.

Los medios de comunicación tienen un gran peso sobre nuestras conductas, algunos estudios recientes en temas de prevención de la violencia de género dejan claro que la televisión y el cine nos ofrecen mucha información. Pero debemos fijarnos en si esta información es la correcta. Desde las "inocentes" películas de Disney hasta las series más populares entre los jóvenes todas fomentan la idea de que el amor y odio van ligados.

Aparentemente, cuanto más discute una pareja, cuando peor se trata, más se quiere. Así acabamos diciendo desde pequeños frases como "quien se pega se desea", o "quien bien te quiere, te hará llorar".

El bombardeo de este tipo de información está presente en nuestro día a día: en anuncios publicitarios, en series televisivas, en películas, en libros, en canciones, en la actitud de las personas que nos rodean, etc.

Toda esta información, nos hace creer que debemos comportarnos y actuar de una determinada manera, que nuestros gustos y aficiones también depende de nuestro sexo, algo que no pudimos elegir.

Debemos romper con esta idea para aprender lo correcto, para fijarnos y empaparnos de otros ejemplos. Algunas series televisivas, comienzan a desmitificar el concepto social de amor romántico, series como "Como conocí a vuestra madre", nos muestra a una pareja que esta formada por dos buenos amigos (Lily y Marshall), y a un ser romántico (Ted) en busca de su ideal, que experiencia tras experiencia, crece y evoluciona como persona.

Pero desafortunadamente, reeducarnos es mucho más complejo que educarnos. Romper con las ideas preconcebidas, romper con ese rol para el que estamos programados, no es fácil, pero es posible.

Es algo que se intenta hacer con adolescentes, gracias a nuevos y distintos proyectos donde se intenta romper con la idea de amor romántico, con las ideas preconcebidas y muchas veces destructivas que se tienen sobre el amor. Programas como La máscara del amor se difunden en institutos, formando a profesores en talleres, para prevenir la violencia de género, para que las personas jóvenes creen un amor entre iguales, una relación heterosexual donde las mujeres ya no son cuidadoras, pues la pareja se cuida mutuamente, donde el hombre no está obligado a ser la autoridad y a ser una persona fuerte e insensible, pues las decisiones se toman conjuntamente a través del diálogo y ambos miembros de la pareja son fuertes por separado. Y lo más importante: donde hombres y mujeres se respeten como seres humanos, elijan desde la libertad y no desde la necesidad o dependencia, estar juntos.

Desde esta nueva óptica, no estamos en pareja porque necesitamos a alguien, o necesitamos llenar nuestro vacío con el amor de alguien. Estamos en pareja porque a pesar de poder estar solos o solas, estamos mejor en la compañía de esa persona.

Una pareja sana aprovecha las fortalezas de las dos personas para afrontar los problemas. Una relación sana te hace crecer y evolucionar, te hace libre.

En una pareja heterosexual sana, las relaciones sexuales no son de dominación por parte del hombre y de sumisión por parte de la mujer. Sino que el sexo se elige libremente por ambas partes y puede ser divertido, nunca una imposición.

Las normas sociales durante mucho tiempo han ejercido y esperado que las cosas fueran "como siempre han sido", nunca se han preguntado si pueden ser de otra manera.

A continuación podemos encontrar un test del amor, incluido en una página web, que tiene como objetivo guiar a jóvenes sobre el tipo de relación sentimental que mantienen. Finalmente, podéis encontrar también la bibliografía utilizada para la redacción de este trabajo.

En conclusión sólo decir que aunque queda mucho por hacer, cada día se habla más del buen trato, y vemos pequeñas muestras, que nos hacen tener esperanza en este sentido.