Libros y Traducciones - Resúmenes y recensiones
De la República y la guerra: memorias de un pueblo en zona republicana. Relatos contra las guerras
Luz González Rubio
- Libro de relatos De la República y la guerra: memorias de un pueblo en zona republicana, Huerga y Fierro, 2012.
Al hilo de la recuperación de la memoria histórica intenté recopilar relatos de gentes de Villaescusa de Haro, una pequeña población manchega de la provincia de Cuenca en la que nací, que estuvo hasta el final de la guerra en zona republicana. Mi interés por el tema empezó en Salamanca, allá por el fin de los años sesenta, de la mano de un viejo socialista, Luis Pinedo. Él me llevó a ver a Maceo, un dirigente comunista, padre de la única miliciana que había habido en el pueblo. Se había quedado ciego y estaba siempre pegado a su radio esperando comunicación de "los suyos": con él escuché por primera vez, con el misterio y la excitación de lo clandestino, Radio Pirinaica. Pero por entonces no tomaba notas y de aquella época tengo solo recuerdos. Empecé a tomarlas cuando me di cuenta del gran valor que aquellos testimonios tenían, sobre todo por la disparidad de la información que aportaban respecto a la versión oficial de los hechos que se nos daba durante el franquismo.
Tuve la suerte de tener cerca a personas que se atrevían a hablar conmigo de lo que nadie, entonces, hablaba en voz alta. Primero y sobre todo a mi tío Alfredo, que no fue a la guerra pero que vivió la asfixiante falta de libertad posterior, luego a Luis Pinedo, a Maceo, al hermano Minuto (el preso de Uclés al que visita su mujer), a mi tío Paco (el teniente albañil), a mi tío Pepe (de la quinta del biberón) a Gumer, a la hermana Cristina, que falleció hace unos meses con casi 98 años, y a Máximo que vive todavía.
Siento que ninguno haya podido ver terminado este libro del que son protagonistas.
Fue un deber ético para mí publicarlo y agradecerles, de esta manera, la generosidad y confianza que me mostraron haciéndome depositaria de sus recuerdos, demasiado tiempo guardados. Al largo silencio obligado por la dictadura, sucedió otro después: el de la incomprensión del entorno, el desinterés de sus hijos y nietos, habituados a oír las historias del abuelo sin prestarles demasiada atención, más interesados en ver las novedades de la TV que oír hablar siempre de la misma guerra. De ahí que a mí, toda oídos, me recibieran con los brazos abiertos.
No se trata de una transcripción literal de sus palabras sino de una recreación de las experiencias que me contaban. Son relatos que reflejan lo más fidedignamente posible las vicisitudes del momento histórico que les tocó vivir.
La razón de que aparezcan menos mujeres que hombres se debe a la naturaleza del tema: la guerra. Sé que hubo al menos una miliciana, pero no he podido entrevistarla, ni siquiera sé si vive todavía. Hubo mujeres presas, mujeres acusadas de ayudar a la rebelión, pero las que más abundan son mujeres víctimas subsidiarias: la mujer del preso, la madre a la que le matan los hijos en el Frente, la novia que pierde el novio con el que se iba a casar, o la que se queda para vestir santos porque él está en la cárcel o en el exilio.
Naturalmente, la memoria es selectiva, se recuerdan unos hechos y detalles, mientras se omiten otros. Pero es sorprendente la exactitud de nombres de lugares y de personas que he podido comprobar en los diferentes relatos. Lo mismo he podido constatar en cuanto a fechas y hechos.
Con estas historias de la guerra no intento ensalzar ningún heroísmo bélico, sino todo lo contrario: mostrar los horrores de aquella lucha fratricida que como todas las guerras fue un paso hacia atrás en la evolución humana no trayendo nada más que muerte, destrucción y sufrimientos.
Información sobre uso de este material: consultar con la autora
Publicado en mujerpalabra.net en agosto del 2017