Creadoras - Poemas y canciones

Dejaré de ser feminista hasta que pueda caminar en paz sin ser violentada,
hasta que de la política emerja el derecho sin armas.
No desistiré hasta no ver a mis hermanas sin temor, no calladas.
Soy feminista porque no puedo ignorar la guerra, el hambre,
la pobreza feminizada.

Ser feminista no es ser una hembra revanchista,
ser feminista es pensar por mí misma
y nombrar al mundo con la alegría inmensa de contemplar la vida
la tierra gime y desgarrada implora por la justicia divina.

Ser feminista es caminar con la cabeza erguida y tranquila,
es ver en el hombre la misma humanidad compartida.
¡No soy un mamífero sin alma silente!
¿Acaso los primates educan a los nuevos presidentes?

Ser feminista es ser mujer con plenitud y sin vergüenza,
es elegir como quiero vivir y atreverme a cuestionar las inútiles guerras,
esas que se hacen en nombre de un Dios putrefacto y roído por el ego,
quien solo busca dominar que se domine a sí mismo primero.

Soy feminista porque no puedo ser, de otra forma, elocuente.
Es inútil creer en la religión esquizoide que mutila el corazón y la mente.
Es un insulto creer que sin mujeres la tierra viviría decentemente,
somos la otra ala de la humanidad y no somos del hombre diferentes.

Soy feminista porque no estoy de acuerdo con tener una doble jornada de trabajo
soy feminista porque tengo el derecho y obligación de preservar mis encantos.
Si la tierra ahora es estéril y vomita fuego y espinos
es porque su corazón, manantial, ha sido agredido.

Soy feminista porque estoy harta de ver cómo mueren niñas o mujeres ancianas.
No concibo ver más féminas cauterizadas por el dolor y jorobadas,
que si viven es porque aún algo les retoña en el corazón insurgente:
heredar a su descendencia paz, una tierra fértil, frondosa y verde.

Soy feminista porque cada vez que veo una mujer embarazada y pobre
no puedo dejar de pensar en la angustia del parto y los dolores,
no puedo evadir el desconsuelo de la discriminación hacia la mujer gestante
las empresas detestan la vida preciosa de un ser humano que aún no nace.

 

Soy feminista porque cuando veo a un hombre sensible y bien parecido
el mundo le reclama ser lo contrario y cauterizar su corazón enternecido.
Detesto la castración emocional para parecer viril y sin miedos,
ser hombre no es ser un simple semental, sino serlo desde un corazón recto.

Soy feminista porque me harté de los concursos de belleza de anoréxicas,
porque es hiriente ver a mujeres gordas luchar con su propia genética.
Es un insulto indecible que la moda exalte la violencia con telas risueñas,
es una infamia creer que la industria cosmética tiene la fuente de la juventud eterna.

Soy feminista porque mi belleza no depende de esos parámetros vanales:
virgen o promiscua no valgo por el uso de mis genitales.
¿Por qué los hombres no tienen los mismos parámetros de aspecto?
Valen por ser ellos mismos sin complicaciones de género.

Soy feminista porque en todas las religiones advierto la incongruencia
Se exalta el placer sexual y por otro lado se lapida a mujeres por levantar la cabeza,
Me canse de ver el sermón putrefacto de un Dios miserable y violento,
Me canse de esos líderes que hacen de la guerra el bautismo del pueblo.

Soy feminista porque se aborta a las niñas y las maldicen desde el vientre
Porque hay toda una organización internacional para abusar de los inocentes
Porque la carne infantil alimenta los bolsillos de nuevos presidentes,
Y en el tráfico de órganos otra vez el holocausto está presente.

Soy feminista porque a Dios se le ocurrió inventarme bella y desafiante
Porque poseo el poder de no callar y de hablar la verdad sin ambages,
Existo para no estar escondida ni avergonzada por nadie,
Si me aniquilas y juzgas por ser mujer eres un insulto a tu propia sangre.

Soy feminista porque no necesito ser protegida por hombres infames
La servidumbre voluntaria es la esclavitud omitida desde los hogares,
Ningún hombre es héroe por lavar ropa, hacer la comida o lavar pañales,
es el deber de todo varón mínimamente honorable.

Soy feminista porque sin mujeres no hay democracia verdadera y consciente,
sin nuestra voz la evolución del homo sapiens es una farsa indecente,
el mundo pertenece a quien respeta la dignidad y el derecho del otro,
renuncio al silencio y la apatía de existir ignorando el deber propio.